Lluvias extremas en Buenos Aires dejan fuertes impactos

 


Lluvias extremas en Buenos Aires dejan a productores aislados y 3 millones de hectáreas afectadas

Fecha de Publicación
: 26/09/2025
Fuente: Portal MeteoRed
Provincia/Región
Buenos Aires


Las entidades de productores advierten sobre el impacto humano y productivo de las inundaciones. Denuncian que la paralización de las obras del Salado mantiene a millones de hectáreas expuestas al agua.
La provincia de Buenos Aires atraviesa una de las peores emergencias hídricas de las últimas décadas. Según un relevamiento de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), ya son más de 3 millones de hectáreas las que presentan algún tipo de afectación, desde suelos encharcados hasta campos completamente bajo agua.
La crisis impacta en la economía productiva, pero también en la vida cotidiana de miles de familias rurales. Hay parajes donde los chicos no pueden asistir a la escuela, donde una ambulancia no logra llegar si alguien se enferma y donde la conexión con los pueblos se volvió una odisea.

El mapa de la emergencia
El epicentro de las inundaciones se ubica en el partido de 9 de Julio, con 162.474 hectáreas afectadas. Allí se combinan 61.731 hectáreas inundadas, 52.408 muy anegadas y 48.335 en anegamiento total.
Le siguen Lincoln, con 150.587 hectáreas comprometidas, y Bolívar, con otras 140.528. El panorama se agravó en los últimos dos meses, cuando las lluvias acumuladas expandieron la crisis hacia la cuenca del Salado, donde más de dos millones de hectáreas permanecen comprometidas.
El problema no es nuevo y la ruralidad insiste en que no se trata solo de fenómenos climáticos extraordinarios. Para CARBAP, el retraso en las obras hídricas y la falta de un plan integral agravan cada episodio de lluvias intensas y convierten a la provincia en un escenario de desastre repetido.
“Detrás de cada campo inundado hay una familia que sueña con seguir viviendo en el lugar donde nació. No estamos hablando solo de agua, estamos hablando de vidas”, alertó la entidad en su comunicado.

Un plan inconcluso
En medio del reclamo por financiamiento y aplicación de la Ley de Emergencia Agropecuaria, emergió con fuerza la voz de Alberto Larrañaga, presidente del Consejo Asesor del Plan Maestro del Salado. El dirigente cuestionó la paralización de tramos claves de la obra y recordó que más de 20 años después de su lanzamiento, el proyecto sigue inconcluso.
“Hace más de 20 años que se proyectó la canalización del Salado, pero los retrasos y la paralización de tramos claves hicieron que hoy millones de hectáreas sigan expuestas a las inundaciones. En diálogo con Meteored, Larrañaga brindó detalles acerca de la magnitud de las zonas afectadas y del impacto negativo que tiene la falta de obras.
La Cuenca del Salado abarca 17 millones de hectáreas, es el corazón productivo de Buenos Aires, donde conviven la ganadería de cría, la agricultura extensiva y comunidades rurales enteras.
El punto más crítico es el tramo IV.2, un sector de apenas 30 kilómetros entre Ernestina y Elvira. Larrañaga lo describió como un “tapón hidráulico” que frena el escurrimiento del río y provoca desbordes aguas arriba, anulando los beneficios de más de 400 kilómetros ya dragados.
La paradoja, según el dirigente, es que los fondos existen. El Fondo Hídrico Nacional cuenta con más de 175 mil millones de pesos depositados en el Banco Nación, dinero que debería financiar la continuidad del plan.
Según Larrañaga "la plata está, los productores la aportan todos los años, pero las obras no avanzan". El reclamo apunta a que se reactive de inmediato el tramo IV.2 y se inicie el tramo V, junto con canales secundarios que permitan ampliar el efecto del dragado hacia los sectores más deprimidos de la cuenca.

En qué consiste el Plan Maestro del Salado
El Plan Maestro del Salado se lanzó en 2003 con la meta de completarse en 15 años. Diseñado como una de las canalizaciones de llanura más extensas del mundo, implicaba un movimiento de suelos comparable a megaproyectos internacionales como el Canal de Panamá.
Sin embargo, dos décadas después, la obra solo se ejecutó de manera parcial. Licitaciones demoradas, pagos incumplidos y cambios de prioridades políticas frenaron un proyecto que debía proteger a la región más productiva de Argentina de las recurrentes inundaciones.
Cada tramo inconcluso se transformó en un cuello de botella que multiplica los problemas. “Cada año de demora implica dos años más para completar la obra. Y mientras tanto, hay gente que no da más. Esto no es un reclamo sectorial, es una emergencia que golpea a toda la ruralidad bonaerense”, remarcó Larrañaga.

Impacto social y productivo
El avance del agua paralizó tambos que no pueden sacar la leche, afectó cosechas de maíz y trigo y obligó a vender hacienda de manera forzada por la falta de pasturas. Las pérdidas millonarias se combinan con el deterioro de la vida cotidiana en las comunidades rurales.
En muchos pueblos, los caminos rurales se transformaron en trampas de barro, las recaudaciones municipales cayeron en picada y las familias quedaron atrapadas en un círculo de aislamiento e incertidumbre. Para los productores, se trata de un escenario repetido que desnuda la falta de infraestructura y la ausencia de respuestas oficiales.
La situación recuerda otros episodios críticos de inundaciones en la provincia, como las de 2017, cuando la falta de obras y la saturación de la cuenca generaron daños millonarios. Hoy, ocho años después, los reclamos se repiten con la misma urgencia.
La ruralidad bonaerense enfrenta así un presente marcado por la incertidumbre. Miles de familias viven con el temor de que la próxima lluvia desborde otra vez los campos y corte los caminos, mientras esperan que el Estado cumpla con una deuda estructural que lleva dos décadas sin saldarse.
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