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Mendoza avanza en el registro de emisiones de GEIs

 


Cambio climático: 130 industrias de Mendoza deberán medir su nivel de contaminación

Fecha de Publicación
: 06/06/2025
Fuente: Diario Uno
Provincia/Región: Mendoza


En un registro oficial informarán el volumen de emisión de gases efecto invernadero y un plan para reducirlos. Incentivos para moderar el cambio climático
Desde ahora, las industrias de Mendoza que emitan gases efecto invernadero deberán inscribirse en un Registro Provincial de Emisiones. Así lo decidió el Gobierno, en función de pautas de ONU en materia de cambio climático y contaminación.
La decisión se da en el marco del Programa Provincial Integral de Emisión de Gases Efecto Invernadero, creado por el decreto 748 este año. Las empresas tienen plazo hasta setiembre próximo para registrar emisiones durante el año 2023.
Según indicó a Diario UNO Manuel Sánchez Bandini, subsecretario de Energía y Minería, "de las 20 mil empresas que hay en la provincia, vamos a empezar por 130 industrias con chimeneas que son grandes generadores de gases".
Si bien el nuevo Registro inicia con industrias, no son los únicos actores económicos alcanzados. Para el ministerio de Energía es la primera etapa de un plan para mitigar la emisión de gases efecto invernadero como fin último.

Efecto invernadero: qué busca el control a industrias
"Se creó con el objeto de establecer un marco regulatorio para cuantificación, reporte y gestión de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el ámbito provincial", señala la resolución del director de Transición Energética, Ángel De Cicco.
Entre los grandes generadores, cementeras y también petroleras son parte del universo a alcanzar con la medida cuya autoridad de aplicación es el área de Transición Energética provincial.
Según trascendió, el objetivo es darle trazabilidad a la emisión de gases. Y, en definitiva, lograr que las empresas presenten su propio plan de reducción de la contaminación a partir de la presentación de reportes anuales. Sin embargo, representan un 30% de los 18 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono (CO2) que se generan en Mendoza.
Al respecto, Sánchez Bandini puntualizó que "al contrario de lo que se supone, el grueso de las emisiones que contribuyen al cambio climático pasan por el transporte y los residenciales. Por eso es importante monitorearlas y reducirlas".

La postura de Mendoza frente a la ONU y el Acuerdo de París
En definitiva, ya está en marcha la primera etapa, la de la medición del nivel de contaminación.
Luego, en una segunda instancia, vendrán los beneficios que se puedan otorgar a los "cumplidores", que el Gobierno aún no define y van desde incentivos fiscales hasta el acceso a los mercados financieros a través de los llamados "bonos verdes".
Toda una decisión del Ejecutivo mendocino en tiempos en que el gobierno nacional, con el presidente Javier Milei al frente, niega, o al menos relativiza, los efectos del cambio climático.
De hecho, en febrero Milei criticó el Acuerdo de París impulsado por la ONU. Y calificó de "fraude ambientalista" el pacto firmado por los países a favor de encarar acciones para detener la contaminación y el calentamiento global.
¿Una eventual salida de Argentina del Acuerdo de París implicaría un cambio en la política ambientalista de la provincia? ¿O aún así Mendoza seguiría adelante? "Sin lugar a dudas, estamos convencidos de que este es el camino. Más allá de la decisión que tome el Estado nacional en ese sentido", resaltó Sánchez Bandini.
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Alertan de la necesidad de adaptar Rosario al CC

 


El desafío de adaptar la infraestructura de Rosario para enfrentar el cambio climático

Fecha de Publicación
: 04/06/2025
Fuente: La Capital
Provincia/Región: Santa Fe


La especialista Macarena Vázquez advierte sobre la responsabilidad de los gobiernos locales de desarrollar acciones de adaptación y mitigación a la crisis climática
El cambio climático es un proceso de escala global, pero sus efectos ya se están verificando en distintas regiones en forma singular. La ocurrencia de eventos extremos, como olas de calor o las grandes tormentas, son dos de las consecuencias, que se verifican en ciudades como Rosario y otras del país. "Los problemas que nos plantea el cambio climático ya los estamos viviendo hoy", advierte Macarena Vázquez, referente de STS Rosario, y considera que las acciones de adaptación y mitigación de la infraestructura de la ciudad no pueden esperar. " Rosario no está preparada para hacer frente a los riesgos climáticos", señala.
Vázquez es licenciada en recursos naturales y fue docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario. Además, integra STS (Soluciones Tecnológicas Sustentables) Rosario, una agrupación formada en 2009 con el propósito de impulsar proyectos que generen conciencia socioambiental, como Carpoolear, la primera plataforma argentina para compartir viajes en automóvil, Rosario en Bici, que fomenta el uso de la bicicleta como medio de transporte en las ciudades, o De la Huerta a la Olla, que conecta productores agroecológicos con comedores de Rosario.
 "Los efectos del cambio climático se están viendo actualmente", afirma y enumera, entre otros, el aumento de temperaturas medias, mínimas y máximas registrados en todas las provincias; el retroceso de los glaciares y de los suelos congelados o los cambios en los patrones de las distribuciones de lluvias que en la región se traducen en situaciones de lluvias muy concentradas.

_¿Es decir que estamos conviviendo con la crisis climática y sus efectos?
_Pensemos en Vera, en el norte de nuestra provincia, en un par de horas llovió 400 milímetros. Pero la inundación de una ciudad, que es una consecuencia relevante, no es la única producida por el cambio climático. También implica un montón de riesgos que son procesos de desarrollo lento, como la degradación de suelos, de pérdida de productividad agropecuaria, que eso nos lleva a exacerbar las situaciones de inseguridad alimentaria que ya tenemos o a tener inestabilidades económicas. Podemos tener también procesos de pérdida de biodiversidad, afectaciones a la posibilidad de tener energía eléctrica en el verano o a la posibilidad de tomar agua de los ríos. El cambio climático no se acota a tener consecuencias negativas que se expresan en forma de desastres, sino que hay un espectro muy amplio de efectos en la salud, en el transporte, en todos aspectos que hacen a nuestras vidas cotidianas.

-¿Qué podemos esperar en los próximos años respecto a la presencia de este tipo de lluvias torrenciales?
-El aumento de las tormentas fuertes de hecho es una de las consecuencias esperables en términos generales atribuibles al cambio climático. Si miramos los registros de eventos extremos que hemos tenido lo que se nota en todo el mundo, y también en nuestra región, es que en las últimas décadas el clima viene cambiando, entonces las tormentas fuertes son cada vez más frecuentes. Y lo que se espera es que a futuro es que este tipo de situaciones sean cada vez sean más comunes. Y de hecho esta mayor frecuencia de eventos extremos que está proyectada, que continúa incrementándose, va a ser mucho mayor si no corregimos las emisiones de gases de efecto invernadero o si no dejamos de emitir con la misma tendencia que venimos hasta ahora. No obstante, las consecuencias de esos efectos también van a cambiar mucho en función de cómo estemos preparados nosotros. Porque una cosa es que llueva un montón en un solo día y otra cosa es que eso genere una inundación. Porque las inundaciones, sobre todo las inundaciones que tenemos en ciudades como Rosario, o las caídas de árboles, no son solamente el resultado de que llueve mucho, sino que son el resultado de una forma en particular en la que estamos ocupando el suelo, por ejemplo.

-¿Está preparada la infraestructura de la ciudad para enfrentar estos problemas?
_A la hora de pensar si la infraestructura de ciudades como Rosario está preparada para hacer frente a los riesgos climáticos, en función de los cambios proyectados en las variables climáticas, la respuesta va a depender mucho de qué tipo de infraestructura estemos considerando. Pero en términos generales creo que podemos decir que no. Y esto lo digo porque hoy muchos de estos riesgos sin influencia del cambio climático, ya no están pudiendo ser resueltos.

_¿Por ejemplo?
_Si pensamos en el acceso al agua, el cambio climático viene a complejizar aún más la garantía del derecho al agua y que todas las personas que vivimos en la ciudad podamos tener acceso al agua. Pero también hay que reconocer que hoy la infraestructura que tenemos no está garantizando ese derecho al agua porque tenemos barrios que no tienen acceso al agua en nuestra ciudad. Entonces, lo que va a ser el cambio climático es exacerbar esas vulnerabilidades preexistentes, más que quizás generar riesgos nuevos. No es que no existan nuevos riesgos que vayan a emerger, sino que lo que vamos a ver, si no nos preparamos y si no cambiamos la forma en la que estamos haciendo algunas cosas, es un recrudecimiento de ciertas situaciones de vulnerabilidad de derechos, de insatisfacción de necesidades que tenemos las distintas personas que vivimos en esta ciudad. Con la posibilidad de ener energía pasa lo mismo. Entonces, lo que tenemos que pensar en el futuro no es que vamos a tener un nuevo problema, sino que vamos a tener un problema más grande que el que estamos viviendo actualmente.

_¿Qué pueden hacer los gobiernos locales en materia de adaptación al cambio climático?
_ Hay un montón de acciones que tienen que ver con reducir las vulnerabilidades que tenemos, que son acciones de adaptación en tanto disminuyen esos riesgos frente al cambio en las variables climáticas que tenemos proyectado. Y muchas de esas acciones tienen consecuencias positivas hoy en la calidad de vida de las personas. La lista es interminable, pero una de las posibilidades que tienen las ciudades es decidir sobre cómo ocupan el suelo, sobre todo si estamos pensando en tormentas fuertes. Entonces, es necesario dejar suelo permeable, por ejemplo en la cuenca del Ludeña que es una cuenca que viene ya con una larga trayectoria de impermeabilización del suelo. De esta forma garantizamos que cuando el agua caiga tenga un suelo permeable que la pueda recibir. Otra acción que creo que es muy importante que tomen los gobiernos locales es el cuidado del árbol urbano porque ese arbolado, además de ser biodiversidad para nuestras ciudades y de ser fuente de disfrute para un montón de personas, es lo que nos permite aguantarnos las olas de calor y que no se nos corte la luz, por ejemplo.

_¿Qué urgencia tienen esas acciones?
-Retomo lo que dije antes, los problemas que nos plantea el cambio climático ya los estamos viviendo hoy. Hay un montón de personas que en nuestra ciudad hoy no tienen acceso a cuestiones de las más básicas, entonces responder a esas necesidades sin comprometer la posibilidad de seguir respondiendo a esas necesidades en el futuro creo que también debería ser un tema de agenda, porque hoy tenemos personas en nuestra ciudad que no tienen acceso al agua segura, hoy tenemos personas en nuestra ciudad que no tienen habitaciones confortables en invierno ni en verano, y el cambio climático lo que va a hacer es exacerbar esas problemáticas, exacerbar esas desigualdades, entonces tenemos que empezar a trabajar hoy, que tenemos un escenario mucho más favorable para trabajar que el que probablemente podamos tener en términos de clima, digo, al menos dentro de 5 años o 10 años, así que no deberíamos postergarlo.
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Crecen los eventos climáticos extremos, pero la política ...

 


Crecen los eventos climáticos extremos, pero la política los ignora

Fecha de Publicación
: 26/05/2025
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


A pesar de que fenómenos como inundaciones, olas de calor o sequías van en aumento, el ambiente y el clima están ausentes de la agenda en un año electoral
Según el sexto informe de evaluación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), el calentamiento global ya ha alcanzado aproximadamente 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales y se espera que llegue a 1,5 °C entre 2030 y 2035 si no se toman medidas drásticas. Este aumento de temperatura está provocando aumentos en la frecuencia e intensidad de fenómenos extremos como olas de calor, sequías, inundaciones y el derretimiento de glaciares, con consecuencias irreversibles para ecosistemas y comunidades humanas.
Esta situación se refleja en la Argentina en eventos recientes que aún resuenan en la opinión pública y continúan generando sufrimiento a las personas damnificadas. En 2022 la provincia de Corrientes perdió alrededor de 1 millón de hectáreas por los incendios forestales y rurales; durante el verano de 2025 se perdieron más de 50.000 hectáreas de bosques nativos en la Patagonia; en marzo de 2025 se precipitaron en Bahía Blanca más de 300 mm de lluvia en menos de 12 horas con consecuencias trágicas para la población; recientemente se repitió un evento de similares características en la zona noreste de la provincia de Buenos Aires con precipitaciones de entre 400 y 300 mm en 20 horas. Todos estos eventos han generado pérdidas humanas, materiales y enormes costos al sector público y privado para la asistencia y recuperación de los daños generados.
Así cómo la ciencia ha anticipado la manifestación de estos eventos, también ha indicado claramente qué debemos hacer para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que aceleran las manifestaciones del cambio climático y las consecuencias que vivimos cada vez con más intensidad, frecuencia y sufrimiento.
Reducir la quema de combustibles fósiles, promover el uso de las energías renovables y el uso racional y eficiente de la energía, frenar la deforestación y la conversión de los humedales y los pastizales naturales (generalmente realizadas para ampliar áreas agrícolas y ganaderas) han sido indicadas como medidas centrales para reducir la tendencia de aumento de la temperatura global y sus consecuencias. Sin embargo, la sociedad global ha reaccionado mal y tarde. Las medidas a realizar no han sido promovidas a la escala y en el tiempo apropiado.
El cambio climático está aquí, nos impacta, y sus efectos son claramente visibles. Es por ello que hay otro paquete de medidas sumamente necesarias, las de la Adaptación al Cambio Climático. En referencia a los eventos extremos que estamos sufriendo, toman relevancia los Sistemas de Alerta Temprana, su comunicación y la rápida puesta en marcha de las medidas preventivas. Las características extremas de los eventos suelen sobrepasar cualquier obra de infraestructura existente, no obstante, el mantenimiento y mejora de la infraestructura es sin duda otra política climática a implementarse.
En este aspecto es necesario reforzar la infraestructura verde y azul que se basa en el manejo de variables naturales y del ecosistema, por sobre la infraestructura gris que se basa en obras de ingeniería hidráulica o de construcciones materiales. En este aspecto es necesario reforzar lo que se conoce como Soluciones Basadas en Naturaleza, como la medida más apropiada para mejorar las condiciones de la biodiversidad, reducir el impacto del cambio climático y mejorar la calidad de vida de las personas.
Argentina ha iniciado un año con elecciones de medio término. La situación descripta tiene una alta vinculación con las variables económicas, sociales y ambientales del país. Lamentablemente el abordaje de una adecuada política climática y ambiental no forma parte de la campaña electoral. A la espera de que la clara evidencia de su importancia lleve a modificar el compromiso de la política pública, la Fundación Vida Silvestre Argentina refuerza su compromiso para colaborar y ser parte de la solución.

Por Manuel Jaramillo - Director general de Fundación Vida Silvestre Argentina
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Sector hidrocarburífero evalúa sus gases de efecto invernadero

 


Gases de efecto invernadero en la industria hidrocarburífera: Chubut a la vanguardia de la normativa ambiental

Fecha de Publicación
: 21/05/2025
Fuente: Portal ChubutLine
Provincia/Región: Patagonia


Chubut y otras tres provincias han comenzado a impulsar nuevas regulaciones relacionadas a los límites de emisiones en la Argentina debido a la dificultad para arribar a una legislación nacional uniforme en materia de protección ambiental para las actividades del sector hidrocarburífero.
Pese a que en noviembre de 2023 se creó el “Programa nacional de medición y reducción de las emisiones fugitivas derivadas de las actividades de exploración y producción de hidrocarburos” , a la fecha esa Resolución N° 970/23 dictada por el Secretaría de Energía no fue reglamentada y el proyecto de ley citado no ha merecido tratamiento en el Congreso
En el interín, varias provincias hidrocarburíferas han dictado regulación específica que, si bien tienen en común el objetivo de protección ambiental y reducción de emisiones, difieren en el tipo de gases cuya medición, cuantificación y/o reducción se exige; en los sujetos obligados; así como en las acciones, planes y/o programas que se les exige a las empresas.

Regulaciones en Chubut y Rio Negro
El puntapié inicial lo dio la provincia de Río Negro mediante el dictado de la Ley N° 5733 (19/7/24) aplicable a las empresas petroleras que prorroguen sus concesiones en la provincia. Se exige el compromiso de planificar a mediano plazo adecuaciones de las instalaciones e implementación de medidas para reducir las emisiones GEI de forma progresiva e incorporar tecnologías de CCUS (Captura, Uso y Almacenamiento de Carbono). Las concesionarias deberán adoptar criterios de reducción de emisiones e incluir en los Estudios de Impacto Ambiental, la evaluación de la huella de carbono, justificando la elección con relación a la alternativa de menor valor de huella de carbono. Asimismo, en los Informes de Monitoreo Anual Ambiental o Monitoreo Anual de Obras y Tareas deberá considerarse la cuantificación de inventario de gases de efecto invernadero (GEI), la cual se realizará conforme a lo establecido en la norma IRAM 14064.
Por su parte, en septiembre de 2024 la Secretaría de Ambiente y Control del Desarrollo Sustentable de la provincia de Chubut dictó la Resolución N° 58/2024 (23/9/24), que regula las emisiones de metanoprovenientes de la actividad hidrocarburífera. Establece objetivos y lineamientos para la detección, control, monitoreo, cuantificación y reducción de emisiones de metano provenientes de las actividades de exploración, explotación y transporte de hidrocarburos.
La norma exige la presentación de varios planes y programas, entre ellos un Plan Anual de Gestión de Emisiones de Metano, un Programa de Detección y Reparación de Fugas, un Plan de monitoreo anual y un Plan de acción para recambio de equipos.
Posteriormenta la provincia de Neuquén creó por Resolución N°  285/25 de la Secretaría de Ambiente (21/2/25) el “Programa de Monitoreo y Mitigación de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero en el Sector Hidrocarburífero”.  Por medio del cuál exige a las empresas petroleras informar las emisiones de metano, dióxido de carbono y óxido nitroso y contar con un registro de lo que emiten. Son sujetos obligados las empresas que realicen exploración, explotación, transporte, almacenamiento, procesamiento, y/o industrialización de hidrocarburos en la provincia.
Finalmente, días pasados la provincia de Mendoza creó mediante el Decreto N° 758/25 (15/4/25) el “Programa Provincial Integral de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero”.  El mismo establece objetivos y lineamientos para la detección, control, monitoreo, cuantificación, medición, reporte, verificación y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en actividades relacionadas con las grandes industrias, entre las cuales se encuentra la actividad hidrocarburífera. Los sujetos obligados deberán cuantificar las emisiones de gases que produzcan anualmente y declararlo ante la autoridad de aplicación, quien podrá establecer límites de intensidad de emisiones a cumplir para los años 2030, 2040 y 2050 y programas de reducción y compensación de emisiones.
Si bien algunas de las regulaciones referenciadas fueron dictadas con posterioridad al dictado del Decreto N° 1057/24 (reglamentario del 163 de la Ley 27.742), todas ellas han incursionado en aspectos que el artículo 2° del Anexo III del citado decreto establece como uno de los temas a ser regulados de manera uniforme y armónica entre Nación y provincias: … f) emisión de gases de efecto invernadero asociada a la actividad (Descarbonización).
A la vista de estas nuevas normas provinciales, se pone nuevamente en evidencia la dificultad en arribar a una legislación uniforme en materia de protección ambiental de las actividades hidrocarburíferas, desafío respecto del cual se comentó en la nota publicada en este medio en diciembre de 2024.

Por Verónica Tito - Abogada, magister en Gestión de la Energía y consultora en Regulación Energética, Transición y Sustentabilidad
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Alarma sobre datos de los últimos incendios en la Patagonia

 


“Están para quedarse”: el dato sobre los últimos incendios en la Patagonia que provoca alarma y perfila un futuro dramático

Fecha de Publicación
: 15/05/2025
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Patagonia


Un estudio de Greenpeace determinó que los focos en la temporada 2024-2025 fueron los más graves en tres décadas; advierten que fenómenos como este pueden ser “una nueva normalidad”
Entre fines de 2024 y principios de este año, la Patagonia argentina vivió los incendios más graves de las últimas tres décadas. Así lo concluyó un reciente estudio de la organización ambientalista Greenpeace. Nadie puede olvidar las llamas que cubrieron parques nacionales como el Lanín, el Nahuel Huapi o Los Alerces. Destruyeron más de 200 casas y desembocaron en cientos de afectados y un muerto. En extensión, arrasaron 31.722 hectáreas, lo que equivale a una vez y media la ciudad de Buenos Aires.
Los bosques andino-patagónicos fueron los ecosistemas más devastados. Entre 2001 y 2023, se perdieron 115.140 hectáreas. Por esto, ese ecosistema es considerado en emergencia. “Y los incendios son la principal causa de pérdida de bosques en la zona”, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina.
De las tres provincias incluidas en el estudio, que analizó la temporada de fuego octubre 2024-marzo 2025, Neuquén fue la que sufrió una mayor extensión de incendios forestales con 11.782 hectáreas afectadas. En segundo lugar, Río Negro perdió 10.218 hectáreas de bosques nativos y Chubut le siguió con 9722. Son datos realmente alarmantes, según ponderó Giardini en conferencia de prensa. Superficies como esa no se queman con frecuencia.
Pero no solo es la extensión, sino la velocidad con la que todo se quemó lo que alerta tanto a distintas ONG como a la comunidad científica. El investigador del Conicet Javier Grosfeld advirtió que ve, con cada vez más periodicidad, incendios de quinta, sexta y séptima categoría, que son escenarios devastadores como los que también se vieron en Los Ángeles y Valparaíso durante el año pasado. “E incidentes así están para quedarse”, advirtió el científico.
Tanto el representante de Greenpeace como Grosfeld destacaron que eventos de esta magnitud no se habían registrado en el país en al menos 100 años, pero que tanto por factores humanos como climáticos, incendios como los de la Patagonia pueden convertirse en parte de la nueva normalidad.
Cifras oficiales apuntan a que, en general, el 95% de los focos son iniciados por actividades humanas, tanto por descuido como por intención de modificar el terreno o piromanía. “Sin embargo, en el caso de la temporada anterior no ha habido conclusiones conducentes”, aclaró Giardini. Varios de los focos del período arrancaron en parques nacionales e incluso en zonas de estricta conservación. Y aunque fueron varios los casos en los que el fuego arrancó después de una tormenta eléctrica, no quiere decir que el ser humano no haya propiciado los incendios, sea de forma directa como indirecta.
La modificación del terreno, que lleva ya décadas en la franja que compone los bosques de estas tres provincias, es uno de los factores humanos que incrementaron la probabilidad de incendios. La forma más visible es quizás la urbanización. En particular, lo que en estas tres provincias crece cada año son las zonas de interfase. Estos son sitios donde las casas se mezclan con el bosque. “La gente se imagina lugares naturales y quiere vivir ahí, pero los incendios son parte de la dinámica de esos sitios”, describió Grosfeld.
Para que un incendio cobre magnitud se requieren solo tres condiciones. La primera es el combustible. Tiene que haber, en la naturaleza o en las ciudades, materiales suficientemente secos y abundantes para que el fuego se extienda. Después, se necesita viento que potencie las llamas. Por último, y quizá lo más pequeño y destructivo, debe existir una chispa, que puede ser tanto un encendedor como un cigarrillo o un rayo.
Muchas veces, las personas no conocen las medidas de prevención que tienen que tomar. Tanto turistas como habitantes encienden fuego cerca de hojarasca o leños secos que, con suficiente viento, pueden convertirse en pocas horas en una zona arrasada. Grosfeld resaltó que, también, la expansión del pino y otras especies exóticas en la zona son factores que propician los incendios. Según indicó, son extremadamente inflamables.
Varios investigadores han estudiado la expansión de los pinos en esta región patagónica. Todos ellos fueron introducidos, en varios casos, para la producción de madera o de papel. Los expertos destacaron el caso de Puerto Patriada o El Hoyo. Llamaron a estos sitios “desiertos verdes” porque no hay otra cosa más que pinos. Son monocultivos inflamables que, sumados a la prolongada sequía, hacen de los incendios algo no solo con más probabilidad de ocurrencia, sino también de mayor capacidad expansiva.

El cambio climático y los incendios
Científicos del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente del Conicet como Thomas Kitzberger anticiparon hace años que el clima de estos bosques patagónicos no es el mismo. Existen variaciones meteorológicas que, en sumatoria con fenómenos como La Niña, desembocaron en sequías prolongadas como la que se vivió el año pasado. Pero también han aparecido tormentas muy intensas. Según Grosfeld, hay mayor incidencia de rayos en la zona.
Estos factores son asociados en general por la comunidad científica, como un efecto de la crisis climática. Organizaciones como World Weather Attribution vincularon eventos cercanos, como los incendios en Viña del Mar o el de Los Ángeles durante el año pasado, a este fenómeno global.
Tanto la intensidad como la frecuencia de estos incendios generaron modificaciones en el terreno. Hay plantas que son resistentes a fenómenos como estos y que, después de las llamas, rebrotan, pero hay otras que no. De esta forma, zonas que sufrieron constantemente el paso del fuego, están cambiando completamente. Los expertos hablan de una “arbustización” de los bosques, que a la vez desemboca en cambios en toda la cadena: plantas, insectos y animales.

¿Qué hacer?
Los incendios no son nuevos y su poder destructivo es conocido, pero las características que adquirieron en esta época, según ambos expertos, invita a hacer modificaciones en el abordaje de este tipo de emergencias. Grosfeld planteó que es necesario ser “más eficientes” con los recursos invertidos. “Me parece que los que estamos estudiando estos temas sabemos que la prevención es un tema que se trabaja poco, pero que puede cambiar el panorama”, añadió.
Medidas como la educación ambiental o la gestión del combustible son propuestas conocidas, pero que no se escalaron de la forma que ambos especialistas piensan que debería hacerse. Es clave pensar en el costo que representa un incendio. En términos operativos, la mayor inversión recae en la lucha contra incendios, y el 90% de esto corresponde a los aviones y helicópteros utilizados. “En la última temporada, ¿cuántos de estos sistemas de transporte se destinaron solo a movilizar brigadistas de una provincia a otra?”, se preguntó Grosfeld.
Ambos plantearon que la falta de brigadistas propios de las provincias, sumados a los recortes presupuestales a nivel nacional, son poco eficientes si uno ve la fotografía completa. Es necesario, agregaron, analizar cada caso y cada incendio para determinar qué recursos se deben desplegar, aunque la prevención –insisten– es la medida que más se debe priorizar.
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La Pampa. Primer Plan de Respuesta al Cambio Climático

 


La Pampa marca un hito en política climática: es la primera provincia con un plan oficial validado por la Ley Nacional de Cambio Climático

Fecha de Publicación
: 09/05/2025
Fuente: InfoPico
Provincia/Región: La Pampa


En un hito histórico para la política ambiental argentina, la provincia de La Pampa ha logrado la convalidación oficial de su Plan de Respuesta al Cambio Climático, convirtiéndose en la primera jurisdicción del país en cumplir con los estándares establecidos por la Ley N° 27.520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global.
La Secretaría de Ambiente y Cambio Climático, como autoridad de aplicación en la materia, fue la encargada de impulsar el diseño, articulación y validación de este plan. La Disposición N° 776/2025, emitida por la Subsecretaría de Ambiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la República Argentina y publicada en el Boletín Oficial Nacional el 7 de mayo de 2025, oficializa este reconocimiento. Este acto administrativo valida el proceso participativo y técnico llevado a cabo por La Pampa.
El plan provincial contempla un diagnóstico detallado de las emisiones de gases de efecto invernadero, análisis de vulnerabilidad y capacidad de adaptación, metas cuantitativas y cualitativas, y una hoja de ruta con medidas específicas de mitigación y adaptación.
Este logro posiciona a La Pampa como líder en la acción climática a nivel nacional, demostrando un compromiso firme con los acuerdos internacionales como el Acuerdo de París y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Además, La Pampa coordina la Comisión de Cambio Climático y Calidad de Aire en el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA), reforzando su papel protagónico en la política ambiental argentina.
La convalidación del plan pampeano establece un precedente para otras provincias, marcando un camino claro hacia una gestión climática integral y coordinada en todo el país.
Para más detalles, se puede consultar la Disposición N° 776/2025 en el Boletín Oficial: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/324921/20250507
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Investigan la crisis climática desde el Aconcagua

 


Cómo estudiarán más el cambio climático desde el Aconcagua

Fecha de Publicación
: 07/05/2025
Fuente: Diario Río Negro
Provincia/Región: Nacional - Mendoza


Instalaron cinco estaciones meteorológicas automáticas. Buscan mejorar el conocimiento sobre la atmósfera
Un equipo internacional de científicos instaló cinco estaciones meteorológicas automáticas en el Parque Provincial Aconcagua (PPA), en la provincia de Mendoza. La iniciativa es parte del “Proyecto Wayra: Red de Monitoreo Atmosférico en Aconcagua”.  
Esas estaciones permitirán monitorear en tiempo real las condiciones meteorológicas y aportar datos relacionados con el cambio climático. Darán datos esenciales para la gestión del parque, la seguridad de las expediciones y la planificación de actividades agrícolas y turísticas en la zona.  
El esfuerzo busca profundizar el conocimiento sobre la atmósfera y el clima de alta montaña y fue posible gracias a la colaboración entre instituciones científicas de Argentina, Estados Unidos y el Reino Unido, así como al apoyo logístico del Gobierno de Mendoza.

Dónde están las estaciones
Las estaciones fueron instaladas en puntos estratégicos del Aconcagua, incluyendo el campo base Plaza de Mulas (4.300 metros sobre el nivel del mar), Plaza Argentina (4.200 msnm), el glaciar Horcones Superior (4.350 msnm), el campamento de altura Nido de Cóndores (5.580 msnm) y las inmediaciones de la cumbre (6.960 msnm).  
Esas ubicaciones permitirán recopilar datos a lo largo de casi 3.000 metros de altitud, lo que resulta crucial para estudiar los cambios climáticos y su impacto en los glaciares y los recursos hídricos de la región.
El proyecto fue liderado por Pierre Pitte, investigador del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), junto con Baker Perry, de la Universidad de Nevada en Reno, y Tom Matthews, del King’s College de Londres.  
Ambos científicos cuentan con experiencia en la instalación de estaciones meteorológicas en alta montaña. Ya participaron en proyectos similares en el Monte Everest, el Tupungato y los Andes Tropicales. Además, el equipo incluyó a profesionales del IANIGLA, el Departamento General de Irrigación de Mendoza (DGI), guías de montaña y porteadores, con el apoyo logístico de Inka Expediciones.

Qué implica para el futuro
Fidel Roig, director del IANIGLA, destacó la importancia de este proyecto para la región andina de Argentina, que es una fuente clave de recursos hídricos para el desarrollo económico, energético y turístico del oeste del país.  
Según Roig, la información proporcionada por estas estaciones será fundamental para comprender y modelar la oferta hídrica en un contexto donde la climatología de montaña es compleja y los datos instrumentales son escasos. Además, señaló que este esfuerzo se enmarca en un proyecto más amplio de manejo ambiental del Parque Provincial Aconcagua, presentado por el IANIGLA a la Secretaría de Ambiente del Gobierno de Mendoza.
Entre los equipos instalados, se encuentra una estación de balance de energía en el glaciar Horcones Superior, que estará operativa durante dos años.  
Según explicó Pitte, esta estación permitirá analizar los flujos de energía que determinan cómo los glaciares ganan o pierden masa, lo que es clave para modelar escenarios futuros y comprender el comportamiento actual de los glaciares.  
Por su parte, Baker Perry subrayó que los datos recopilados contribuirán a entender el ciclo hidrológico del Aconcagua, considerado una «torre de agua» que alimenta al Río Mendoza, y a mejorar los pronósticos meteorológicos y la seguridad de las expediciones en la montaña.

Datos sobre los glaciares
Tom Matthews, del King’s College, resaltó que el Aconcagua ofrece una oportunidad única para estudiar cómo el clima varía con la altitud, desde los campamentos base hasta la cumbre. Esta información es esencial para comprender las tasas de derretimiento de los glaciares y para desarrollar mejores pronósticos que garanticen la seguridad de los montañistas.
En tanto, Mariana Correas Gonzalez, becaria postdoctoral del CONICET y una de las participantes de la expedición, destacó que la instalación de las estaciones no solo amplía la red de monitoreo atmosférico que el IANIGLA ha desarrollado durante más de una década, sino que también visibiliza el rol de las mujeres en la ciencia y la investigación de alto impacto.  
La científica describió la experiencia como un desafío físico y mental significativo, pero también como una oportunidad para fortalecer la presencia femenina en proyectos de esta magnitud.
Además de su contribución al monitoreo climático, las estaciones instaladas permitirán analizar fenómenos asociados a los cambios en las zonas de alta montaña, como la dinámica de los glaciares, la desestabilización de laderas y la formación de lagos glaciares.  
Un ejemplo reciente de estos fenómenos ocurrió entre el 18 y el 20 de enero de 2024, cuando se formaron lagos en Plaza Argentina, representando un riesgo para quienes trabajan y visitan el parque. La información recopilada será clave para reducir los riesgos asociados a eventos extremos como olas de calor y tormentas convectivas.
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Santa Cruz. Controlan emisiones de metano con satélites

 


Santa Cruz implementa controles satelitales para detectar emisiones de metano

Fecha de Publicación
: 12/04/2025
Fuente: Gobierno de Santa Cruz
Provincia/Región: Santa Cruz


Es a partir de su incorporación al Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (MARS), impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, mediante el que se detectan grandes emisiones de metano mediante imágenes satelitales, que luego son informadas por el Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (MARS) a las autoridades provinciales.
El Gobierno Provincial, a través de la Secretaría de Estado de Fiscalización y Control Ambiental Energético y Minero, dependiente del Ministerio de Energía y Minería; y de la Secretaría de Estado de Ambiente, dependiente del Ministerio de Salud y Ambiente, forma parte – desde febrero de este año - del Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (MARS).
Esta es una herramienta impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y permite detectar grandes emisiones de metano mediante imágenes satelitales, que luego son informadas por el Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (MARS) a las autoridades provinciales.
En este marco, desde las carteras de Fiscalización y Control Ambiental, y de Ambiente, se ha asumido un rol activo en el abordaje de esta problemática, y fueron designadas como punto focal de IMEO en la provincia, trabajando de manera articulada para garantizar una respuesta oportuna y eficaz.
La incorporación de Santa Cruz a esta iniciativa, se enmarca dentro de la política climática nacional establecida por la Ley N° 27.520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático.
En este contexto, la Secretaría de Estado de Ambiente actúa como autoridad de aplicación, mientras que la Secretaría de Fiscalización y Control tiene a su cargo el contralor ambiental de las actividades hidrocarburíferas, mineras y energéticas.
La industria energética es una de las principales fuentes de emisiones de metano, un gas con alto impacto en el calentamiento global. Por eso, su monitoreo y reducción se han convertido en ejes clave de las estrategias climáticas actuales.
En línea con ello, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), realizada en Glasgow en 2021, dio origen al Compromiso Global de Metano, que busca reducir colectivamente un 30% de estas emisiones para 2030, respecto a los niveles de 2020.
Desde su cooperación con IMEO, Santa Cruz ya notificó a dos empresas por 10 emisiones importantes de metano detectadas en el norte de la provincia, marcando un avance significativo hacia una industria energética más responsable.
Esta primera experiencia abre el camino a futuras intervenciones y nuevas publicaciones que den cuenta del seguimiento de estas emisiones, en un esfuerzo sostenido por mejorar la calidad ambiental y contribuir a la lucha global contra el cambio climático.
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Las ciudades que podrían desaparecer bajo el agua para 2100

 


Cambio climático: las ciudades argentinas que podrían desaparecer bajo el agua para 2100

Fecha de Publicación
: 11/04/2025
Fuente: Canal 26
Provincia/Región: Nacional


En un futuro no tan lejano, muchas regiones del país latinoamericano podrían verse completamente inundadas por el aumento del nivel del mar.
Un estudio realizado por la Universidad Tecnológica de Nanyang de Singapur indicó un futuro catastrófico en algunas regiones del mundo producto del cambio climático. Algunas zonas muy comprometidas forman parte de la República Argentina.
El país sudamericano podría perder parte de su territorio debido al avance del agua provocado por el aumento del nivel del mar. La investigación proyectó una elevación del mar de hasta 2.1 metros, lo que produciría cambios importantes sobre la topografía argentina y los terrenos a los que tiene acceso la nación hoy en día.
La organización meteorológica Climate Central de Estados Unidos también puso en alerta al país, principalmente a Buenos Aires y Entre Ríos. Según los científicos norteamericanos, algunas regiones de ambas provincias podrían quedar sumergidas bajo el agua por un aumento de temperatura de 3°, produciendo un derretimiento de los grandes cuerpos de agua congelada en los polos del planeta.

Una por una, las ciudades argentinas que quedarían bajo el agua para 2100
En Buenos Aires, las zonas amenazadas son Mar del Plata, Pinamar y Villa Gesell por estar frente al Atlántico. También las zonas de ríos -como el Delta del río de la Plata, el río Uruguay o el río Paraná- serían afectadas. Entre ellas están Lanús, Berazategui, Ensenada, Florencio Varela, Diamante, Victoria, Quilmes, Concepción del Uruguay, Gualeguay, Gualeguaychú y Tigre.
Los científicos de Singapur, por su parte, agregan algunas zonas como Río Grande en Tierra del Fuego; las Islas Cormorán y Justicia, los lugares linderos al río Coig, Deseado, Minerales, Santa Cruz y Gallegos en Santa Cruz; Rada Tilly, Comodoro Rivadavia y Rawson en Chubut; Viedma en Río Negro; Rosario y zonas cercanas al río Paraná en Santa Fe.
Dado que ya se advirtió sobre esta situación, estas localidades deberían empezar a tomar medidas para que las empresas y las comunidades tomen consciencia del daño que se le está ocasionando al medio ambiente.

A qué se debe el incremento en los niveles del mar
De acuerdo con el estudio de Climate Central, publicado en en la revista Nature Communications, el aumento del nivel del mar sería aproximadamente entre 0,6 y 2,1 metros durante el siglo XXI.
Este aumento es causado por el calentamiento global. El cual, según la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, no solo contribuye al derretimiento de las capas de hielo y los glaciares, sino que además hace que “el volumen del océano se expande a medida que el agua se calienta”.
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El SMN ya no puede hablar de cambio climático

 


El informe anual del Servicio Meteorológico reportó el calor récord, pero eliminó el cambio climático

Fecha de Publicación
: 07/04/2025
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Nacional


Si hay algo que a primera vista se destaca de la versión final del informe “Estado del clima en Argentina 2024” que este jueves publicó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) son los colores de su portada. Pero, aun cuando la mitad de esa carátula luce matices estridentes, en rojo y anaranjado "fuego", y aun cuando el reporte subraya que fue un año signado por eventos de extremo calor y extremo frío, las expresiones “cambio climático” y “calentamiento global”, no figuran ni una sola vez, a diferencia de lo que decía el mismo texto en una versión preliminar.
El reporte del clima en Argentina el año pasado no incluye esos conceptos, pero tampoco se priva de aclarar que “la temperatura media del país en 2024 superó el promedio 1991-2020, posicionándolo como el segundo año más cálido desde 1961”, que “fue el año más seco desde 1961”, que “los niveles de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso continuaron en aumento, tras alcanzar en 2023 sus valores más altos de los últimos 800.000 años”, que “el contenido de calor en los océanos llegó a su nivel más alto en 65 años de observaciones” y “superó el récord de 2023”; que se achicaron los glaciares y que las tasas de calentamiento oceánico y de elevación del nivel del mar se aceleraron en los últimos 20 y 10 años, respectivamente, entre otros indicadores clave.
Unos días antes de la publicación de este informe, empleados del SMN reportaban por lo bajo que la nueva conducción del organismo estaba llevando a cabo acciones de censura. Habían advertido a este medio que la versión definitiva del informe iba a ser distinta de la versión preliminar, publicada en noviembre pasado: "No podemos usar palabras como cambio climático o calentamiento global. Podemos seguir diciendo que la temperatura aumentó, pero no podemos usar esas expresiones. Vamos a ver qué repercusión genera hablar de las mediciones de gases de efecto invernadero. Veremos si hay otra bajada de línea".
La cuestión del "modelo" ambiental que sigue el Gobierno tuvo un precedente fuerte hace no mucho: el 13 de noviembre pasado, cuando el Presidente Javier Milei ordenó intempestivamente que la delegación argentina en la COP 29 sobre cambio climático abandonara ese encuentro en Azerbaiján y regresara de inmediato al país.
Aunque Clarín encontró materiales informativos de los últimos cuatro años que (se deduce y fuentes reservadas lo confirman) fueron dados de baja de la página del SMN por mencionar al “cambio climático”, al “calentamiento global” o por simplemente hablar de “contaminación”, el Ministerio de Defensa, cartera que conduce Luis Petri y en la que orbita en forma descentralizada el SMN, dimensiona esas podas como un mero cambio de enfoque.
Este medio además cotejó la versión preliminar del reporte anual del clima en Argentina en 2024 (publicado en noviembre de 2023) con la versión definitiva (publicada este jueves). El texto incluía cuatro referencias al “cambio climático” que ya no están. Y había una alusión a “calentamiento global” que tampoco figura, en el punto 4.1, titulado "Dióxido de carbono (CO²) y metano (CH⁴)". La versión definitiva de ese apartado es más corta que la preliminar. Sacaron, entre otras, las frases "gases de efecto invernadero", "antropogénico", "actividades humanas" y "parcelas atmosféricas libres de la influencia directa de la actividad humana".
Mientras el nuevo reporte atravesaba varios filtros de edición, los técnicos del SMN cruzaban los dedos para que no se quitaran, también, las menciones a los gases de efecto invernadero (GEI). El temor tenía su razón de ser porque, averiguó este medio, el 25 de febrero de 2022 salió publicada una nota de prensa del SMN titulada “Más y mejores mediciones de Gases de Efecto Invernadero”. Ya no está disponible.
Si de reformas se trata, el propio Petri dio un paso importante esta semana: presentó un polémico proyecto en el que le propone al Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado (conducido por Federico Sturzenegger) que fabrique una suerte de “2 en 1” y fusione el Instituto Geográfico Nacional (IGN) con el SMN. Los argumentos de Petri en ese texto son similares a otros que ya salieron de la actual administración de Gobierno: la existencia de supuestas áreas solapadas o con funciones superpuestas.

Cambio climático: qué dice el Gobierno sobre el contenido dado de baja
El aire se siente pesado en el SMN. El staff de 1.000 personas distribuidas en las estaciones que el servicio tiene en todo el país teme que si la fusión se confirma, se avecine otra tanda de despidos. “Como los 48 que hubo tras el cambio de Gobierno”, esboza, angustiada, una de las fuentes.
Explicó que la selección terminológica para “rodear” con eufemismos el concepto del cambio climático se consolidó hace poco, luego de la asunción, a fines de 2024, del militar retirado de la Fuerza Área y ex combatiente de Malvinas Antonio José Mauad. Había sido cuestionado por no cumplir con los requisitos establecidos para liderar el SMN, pero aun así dirige el organismo.
Clarín se comunicó con el área de Prensa del Ministerio de Defensa. Negaron cualquier acto de censura y aclararon que sólo se exigió a quienes integran el SMN una especie de alineamiento (que juzgan lógico) con los dichos públicos sobre estos temas, de parte del propio Presidente Javier Milei y del ministro Petri.
Aseguraron que si se borraron notas enteras de la web, no fue por pedido expreso de ellos. Dieron a entender que solamente se exigió una adaptación al nuevo enfoque. Mencionaron la posibilidad de hablar de desafíos climáticos (en lugar de cambio climático), aunque esa expresión (quizás por ser totalmente imprecisa) no fue usada en el reporte de 2024.
El nuevo posicionamiento fue transmitido por escrito: dicen que “el Estado reconoce la magnitud e impacto de los crecientes desafíos climáticos y asume la necesidad de avanzar hacia un cambio de paradigma en su abordaje”, y remarcan la necesidad de “dejar atrás una perspectiva basada exclusivamente en la culpabilización del accionar humano, para avanzar hacia un enfoque más integral, que reconozca la evidencia científica disponible pero también promueva soluciones concretas, basadas en la innovación tecnológica, el desarrollo y el crecimiento económico”.
Proponen “superar” las “visiones ideologizadas del pasado para dar lugar a políticas públicas eficaces, adaptativas y socialmente justas”. “No se trata de negar el problema, sino de abordarlo con herramientas útiles, modernas y enfocadas en generar un verdadero impacto”, cierran.

Qué contenido fue quitado de la web
A partir de la información provista por tres investigadores del SMN que afirmaron que mucha información fue dada de baja en lo que va de 2025, Clarín hizo una búsqueda de contenido, a través de reservorios online que ofrecen capturas de pantalla que se remontan varios años atrás.
Ese contenido estaba en la sección Comunicación/Prensa y comunicación, de la web del SMN. Quien ingrese a esa sección verá que hay cuatro subsecciones ubicadas horizontalmente, como si fueran “botones” para cliquear. Hasta 2025 había cinco. Ahora hay cuatro.
El que ya no está decía “cambio climático”. Contenía notas de prensa informativas, algunas de las cuales tenían una edición orientada a la necesidad de frenar la aceleración (impulsada por la acción humana, según el consenso internacional) de ese proceso global irrefrenable. Ya no hay notas y, como se puede ver en la imagen que acompaña estas líneas, tampoco hay botón.
Clarín logró rescatar parte del contenido que ya no está disponible. En concreto, más de 15 artículos publicados por el SMN entre 2021 y 2024. Como se puede, esos materiales, en muchos casos, son recuperables, si bien a priori salta el frustrante You are not authorized to access this page (“usted no está autorizado a acceder a esta página”).

El divorcio del SMN y el cambio climático
De las notas que fueron publicadas en 2021, se bajaron, entre otras, las siguientes: “Aire saludable, planeta saludable” (publicada el 7 de septiembre de 2021), “Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono” (16 de septiembre de 2021) “La contaminación del aire, una amenaza de proporciones para la humanidad” (24 de septiembre de 2021), “Cambio climático: África, el continente en la mira” (publicada el 19 de octubre de 2021) y “El suroeste del Pacífico, otra región damnificada por el cambio climático” (publicada el 11 de noviembre de 2021).
De 2022 se hallaron estos artículos, también dados de baja: “Más y mejores mediciones de Gases de Efecto Invernadero” (25 de febrero de 2022), “Proyecto Patagonia-Alaska: la iniciativa que le da alas a la ciencia y se une a la investigación sobre el cambio climático” (publicada el 6 de abril de 2022), “El cambio climático hizo que la reciente ola de calor en Argentina fuera 60 veces más probable” (publicada el 26 de diciembre de 2022) y “Científicos definen estrategias para enfrentar el Cambio Climático en Argentina y la región” (22 de julio de 2022).
De 2023, “El calor extremo en América del Norte, Europa y China en julio de 2023 es mucho más probable debido al cambio climático” (publicada el 25 de julio de 2023), “A mitad de camino en la Agenda 2030, no estamos cumpliendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible” (14 de septiembre de 2023), “Cambio climático sin tregua: la Tierra supera nuevos límites con el septiembre más caluroso” (6 de octubre de 2023), “El círculo vicioso del cambio climático se agrava en América Latina y el Caribe” (4 de julio de 2023) y “Las olas de calor podrían restarle 0,6 puntos al PBI global” (11 de diciembre de 2023).
De 2024, solo se pudieron rescatar dos notas: “'Niños meteorólogos', la campaña global para movilizar la acción urgente por el clima” (21 de marzo de 2024) y “El Niño y los efectos del cambio climático azotaron América latina y el Caribe en 2023” (19 de mayo de 2024).
Quién mirará las catástrofes naturales en Argentina
“En el SMN tenemos una función clave en el día a día, que es operativa y de investigación”, explicó una de las voces consultadas. Decepcionada, compartió el plan estratégico de cuatro años, ahora casi diluido, en el que venían trabajando: “En 2023 terminamos uno y se inició otro, también para mejorar la forma de trabajo del Servicio. Debería terminar en 2027. Se establecían las iniciativas para poder llegar a distintas metas de seguimiento anual”.
Una de las metas consiste en, de a poco, reemplazar las estaciones de observación manual que el SMN tiene en todo el país, por estaciones automáticas. Es decir, que la tarea que en fatigantes turnos de 12 horas hoy hace buena parte del personal del SMN para elaborar pronósticos de corto plazo, sea reconvertido (en una transición pensada) hacia tareas analíticas o de investigación, y reemplazado por estaciones automatizadas. Nadie niega que esa modernización, a largo plazo, provocaría una reducción de los recursos humanos del SMN.
Siempre con el temporal de Bahía Blanca sobrevolando en el ambiente, la persona que habló con Clarín fue enfática: "Si no tenés buenas observaciones, no tenés nada, por más que tengas un buen modelo o buenos satélites. Siempre vas a tener que validar o calibrar con la observación meteorológica. Ni hablar de las estaciones con registros valiosos de más de 100 años que tenemos en Argentina. Para cualquier actividad que uno quiera desarrollar en cualquier parte del país, va a precisar conocer datos meteorológicos y del clima, completos y bien elaborados. El dato meteorológico es la base de todo”.
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Argentina con la peor anomalía climática de Sudamérica

 


Alerta para Argentina por la peor anomalía climática de Sudamérica y dos ciudades en el top 10 de calor atípico

Fecha de Publicación
: 20/03/2025
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Nacional


Argentina es el país de Sudamérica que en el último trimestre tuvo la peor anomalía climática de toda Sudamérica, según un informe dado a conocer este miércoles por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y Climate Central. Entre diciembre y febrero, el desvío de los valores de temperatura ha llegado casi a un grado por sobre el promedio de los últimos treinta años.
Ambas organizaciones (una de Naciones Unidas y la otra independiente) atribuyen este problema al cambio climático. La anomalía en Argentina, de 0,9 grados, se despega del resto de los países de la región. En segundo lugar aparecen Venezuela, Paraguay y Ecuador, con 0.7 grados por encima del promedio histórico. Guyana y Bolivia siguen en la lista, con 0,6 grados. Chile tuvo una anomalía de +0,4 grados y Colombia, de +0,3. Brasil no aparece en en el top 10.
Otro ranking llamativo es el de las ciudades de Sudamérica que marcaron las mayores anomalías climáticas. Ahí, Córdoba lidera el ranking continental, con 1,2 grados por encima del promedio histórico. El segundo puesto es compartido por Barquisimeto, Venezuela; Guayaquil, Ecuador; Caracas, Venezuela; y Asunción, Paraguay (+1 grado). Buenos Aires entra en el décimo puesto, con +0,7 grados.
Estos elevados niveles de temperatura, explica la presentación, aumentan el riesgo para la salud de las poblaciones que los padecen. En Argentina, durante el trimestre analizado, hubo 40 días con esas condiciones, de los cuales 14 se atribuyen -a partir del cálculo de los meteorólogos- al cambio climático. Según adelantó Clarín, la anormalidad del clima en el país tendería a ceder durante el otoño.
A nivel global, la OMM confirma que 2024 fue el año más caluroso de la historia, con 1,55°C por encima de la media. Esto supera el récord anterior, establecido sólo un año antes. “Todos los diez años más calurosos registrados se han producido en los últimos diez años (2015-2024)”, destaca el trabajo.

Un panorama dramático
Otros datos relevantes del informe: las concentraciones de gases de efecto invernadero, que producen el calentamiento global, están en sus niveles más altos de los últimos 800 mil años; los océanos estaban más calientes en 2024 que en cualquier otro año registrado; el ritmo de calentamiento de los océanos es ahora el doble de rápido que antes de 2005; el nivel del mar alcanzó un máximo histórico en 2024 y el ritmo de aumento se ha duplicado desde que comenzaron las mediciones por satélite.
El trabajo de la OMM también destaca que “en los últimos tres años (2022-2024) se ha producido la mayor pérdida de glaciares jamás registrada”, y agrega: “El aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos tardarían entre 100 y 1.000 años en revertirse, incluso si empezáramos hoy".
Sobre los fenómenos meteorológicos extremos, atribuidos al cambio climático, se informa que en 2024 provocaron el mayor número de nuevos desplazados desde 2008: 824.500 personas. Y que en 2024 se produjeron al menos 151 fenómenos meteorológicos extremos “sin precedentes”.
En América hubo 100 eventos reportados, principalmente olas de calor, sequías, inundaciones y ciclones tropicales, que causaron 354 muertes, 1,1 millón de heridos y 28.900 desplazados. Entre ellos, incendios forestales en Chile, sequía en México y partes de América Central, inundaciones en el sur de Brasil y olas de calor en Argentina.
“Aunque un solo año por encima de 1,5 °C de calentamiento no indica que los objetivos de temperatura a largo plazo del Acuerdo de París estén fuera de nuestro alcance, es una llamada de atención para que tomemos medidas”, afirmó la argentina Celeste Saulo, presidenta de la OMM.
La experta agregó: “Los datos de 2024 muestran que nuestros océanos siguieron calentándose y el nivel del mar siguió subiendo. Las partes congeladas de la superficie de la Tierra, conocidas como criosfera, se están derritiendo a un ritmo alarmante. Los glaciares siguen retrocediendo, y el hielo marino de la Antártida alcanzó la segunda extensión más baja jamás registrada. Mientras tanto, el clima extremo sigue teniendo consecuencias devastadoras en todo el mundo”.
Finalmente, Saulo dijo que “en respuesta, la OMM y la comunidad mundial están intensificando los esfuerzos para reforzar los sistemas de alerta temprana y los servicios climáticos para ayudar a los responsables de la toma de decisiones y a la sociedad en general a ser más resistentes a los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos”. Y advirtió: “Estamos avanzando, pero tenemos que ir más lejos y más rápido. Sólo la mitad de los países del mundo cuentan con sistemas de alerta temprana. Esto debe cambiar”.
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El riesgo climático del AMBA

 


Cambio climático y zonas inundables: qué distritos del AMBA están en riesgo

Fecha de Publicación
: 15/03/2025
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Capital Federal - Buenos Aires


Diversos informes nacionales y mundiales alertan sobre cómo la suba de la temperatura global puede incrementar el nivel del mar, provocar más precipitaciones y generar graves inundaciones, como sucedió en Bahía Blanca. Cómo debemos actuar, según una experta consultada por Infobae
Cada vez más son los informes, papers científicos y estudios privados y gubernamentales que advierten las severas consecuencias del aumento de la temperatura global y la repetición continua y cada vez más violenta de eventos climáticos severos que impactan en distintos países.
En esta línea, un estudio publicado recientemente en la revista Earth’s Future encontró que, además de los impactos relacionados con lluvias intensas, el aumento del nivel del mar podría provocar un ascenso de las aguas subterráneas, reduciendo la capacidad del suelo para absorber precipitaciones, generando “inundaciones desde abajo” y aumentando los riesgos antes de que ocurra una inundación costera directa, un fenómeno que añade complejidad a los desafíos ya existentes.
Así, el aumento del nivel del mar y la intensificación de tormentas generan un escenario preocupante para Buenos Aires y otras regiones de Argentina (y el mundo). Según estudios recientes de la organización científica Climate Central, la Ciudad de Buenos Aires y su conurbano podrían enfrentar inundaciones parciales o permanentes en el futuro. Esta situación se debe a la combinación del cambio climático, el ascenso del nivel del mar y la mayor frecuencia de lluvias intensas.
El calentamiento global ha provocado un aumento progresivo de la temperatura media, lo que, a su vez, acelera el ascenso del nivel del mar. En ese tono, el trabajo publicado en Earth’s Future, realizado mediante una red de monitoreo de piezómetros (instrumentos para medir los niveles de agua subterránea) y modelos geoespaciales (que representan datos en mapas), advirtió cómó el fenómeno denominado “inundaciones desde abajo” (agua subterránea emergiendo por saturación del suelo) presenta riesgos que se extienden tierra adentro, sin depender estrictamente de la cercanía al mar.
El estudio destaca que las aguas subterráneas son un factor crítico, especialmente en zonas urbanas costeras, pues amplifican riesgos de salud pública (como enfermedades por humedad y moho), daños a estructuras (inestabilidad en cimientos y edificios) y desafíos a sistemas de drenaje (colapsos o sobrecargas en desagües urbanos). Además, señalaron que estos efectos serán persistentes y difíciles de mitigar si no se implementan redes de monitoreo y estrategias de adaptación tempranas.
Lo cierto es que, en la última medición de la NASA, se registraron 427 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que generó un incremento de 1,5°C respecto de la era preindustrial, un aspecto que impulsa estos fenómenos. Ya en 2018, miles de científicos y revisores gubernamentales del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), publicaron un informe en el que acordaron limitar el aumento de la temperatura global a no más de 1,5 °C desde la era preindustrial (1850 - 1900). Esta ayudaría a evitar los peores efectos del cambio climático que se puedan desatar en la Tierra y a mantener un clima habitable para las hoy 8000 millones de personas que lo habitamos.
Pero el incremento actual de las emisiones de dióxido de carbono que hoy tenemos, y su proyección en ascenso para fin de este siglo, podría generar un aumento de la temperatura global hasta en 4,4 °C en 2100, ya que los gases de efecto invernadero (GEI) actúan como un manto que envuelve la Tierra, atrapan el calor del Sol y hacen que se elevan las temperaturas.
Como un llamado de advertencia concreto, sabemos que el planeta experimentó en 2024 una temperatura media en la superficie de 1,55 ºC por encima de la media registrada en el periodo preindustrial, según los datos difundidos en enero por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y que consolidan los resultados de las seis mayores bases de datos del mundo.
“El cambio climático es un calentamiento de todo el sistema, atmósfera – océano. Es decir, de todo el sistema Tierra. Ya aumentó la temperatura global, o sea de todo el mundo, de la atmósfera y de las aguas de los océanos. Eso hace concentrar más la energía en la atmósfera en general”, explicó a Infobae Matilde Rusticucci, doctora en ciencias de la Atmósfera, investigadora del Conicet y profesora emérita de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Al alterarse los sistemas de circulación, entonces se concentra la humedad en algunos lugares produciendo más precipitaciones y por otro lado, en algunos lugares hay más sequías. El aumento de temperatura lo que genera es que se produzcan más frecuentemente y más intensamente estos eventos. Es más, hay mayores posibilidades de que aumente la temperatura de golpe y en días sucesivos produciendo olas de calor intensa”, agregó la coautora de informes del IPCC y fuente de la Tercera Comunicacion Nacional Cambio Climatico.
Y completó: “En general, la principal característica del cambio climático es que aumentan los eventos climáticos extremos que no llamamos desastres naturales, porque el desastre se produce por la combinación de todo lo que sucede. El cambio climático es un fenómeno natural producido por el hombre. Eso significa hoy más frecuencia y más intensidad de eventos climáticos extremos”.

Barrios y localidades del AMBA en peligro
El Área Metropolitana de Buenos Aires está formada por la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano (con 40 municipios) y está dentro del ranking de los 20 grandes centros urbanos del mundo con riesgo de sufrir inundaciones, si ocurriera un calentamiento de 3° en la temperatura promedio del planeta Tierra en el futuro, según un estudio de científicos de Climate Central de los Estados Unidos.
Además del AMBA de la Argentina, Nueva York y Tokio, otras 17 grandes áreas urbanas más afectadas (con poblaciones de más de 10 millones) se encuentran en el ranking por vulnerabilidad ante el riesgo de aumento del nivel del mar después de un calentamiento de 3°C.
Si la temperatura global subiera entre 3 y 4º C, el agua del Río de la Plata avanzaría sobre zonas costeras de la Ciudad de Buenos Aires, incluyendo partes de Palermo, Belgrano, Núñez, Puerto Madero y la Reserva Ecológica Costanera Sur. En el conurbano, los municipios más afectados serían Berazategui y Avellaneda, según proyecciones del estudio de Climate Central.
Según proyecciones de la ONG EARTH, se estima que el nivel medio del mar a nivel mundial aumente 2 metros a finales de este siglo. Sin embargo, para determinar el aumento del nivel del mar a nivel de Buenos Aires, hay que tener en cuenta los niveles de inundaciones costeras locales, que podrían ser 2,8 m superiores al nivel medio de las aguas más altas en pronósticos extremos.
Informes de expertos del clima en Argentina indican que la lluvia ha aumentado un 3,2% por década en la Ciudad de Buenos Aires y un 0,9% en Ezeiza, lo que evidencia que las áreas urbanas están recibiendo precipitaciones más intensas. En cuanto al nivel del mar, se estima que el Río de la Plata subió 17 centímetros en el último siglo y que para 2050 podría aumentar entre 50 centímetros y un metro.
Esto se debe no solo al calentamiento global, sino también a fenómenos como El Niño y las sudestadas, cuya frecuencia ha ido en aumento en los últimos años. Según un reporte para la elaboración del Plan de Acción Climática 2050 (PAC) del Gobierno de la Ciudad, entre 1943 y 1952 hubo menos sudestadas que entre 2004 y 2013, lo que evidencia un cambio en los patrones climáticos.
Los modelos climáticos indican que las tormentas seguirán intensificándose. En marzo de 2023, el Servicio Meteorológico Nacional registró entre 200 y 400 milímetros de lluvia en el AMBA en menos de dos semanas. En Bahía Blanca, el temporal del último viernes dejó 290 milímetros en solo 12 horas, generando inundaciones masivas y daños estructurales. Además, las intensas lluvias registradas ayer en la ciudad de Córdoba provocaron anegamientos en calles por inundaciones, cortes de luz y complicaciones en el tránsito. En menos de una hora, se registraron hasta 67 milímetros de agua, según informó el secretario de Seguridad y Prevención Comunitaria de la Municipalidad, Claudio Vignetta.
“Frente al calentamiento no es lo mismo que aumente la temperatura un grado, un grado y medio o dos grados con respecto a la era preindustrial. Porque con cada décima de grado que aumenta, sube la frecuencia e intensidad de los eventos extremos. Si la temperatura aumentara tres grados, la cantidad de eventos extremos que tenemos que esperar son muy superiores a los que tenemos hoy en día. Ahora estamos en un promedio de un grado y medio, que en realidad, ya superamos esa marca y un ejemplo de ello es que el año pasado fue el año más cálido observado, o sea, vamos batiendo récords y estamos en un grado y medio ya. Si aumentara tres grados estaríamos al doble y se esperarían muchos más desastres y más intensos”, precisó la doctora Rusticucci.
Y agregó: “Hay muchos estudios a nivel nacional y papers científicos sobre esta problemática. También el estudio de la Comunicación Nacional de Cambio Climático, que es el informe del Gobierno sobre el estado de situación del cambio climático en la Argentina y lo que puede suceder. Ya se menciona hace como 20 años datos mostrando a Bahía Blanca como una zona de riesgo”.
“Entonces, lo que hay que hacer es planificar primero, no negar el cambio climático, porque si estamos negando el cambio climático, claramente estamos negando la realidad. Los ingenieros que planifican, o los planificadores urbanos, no pueden trabajar con lo que pasó en el pasado. Tienen que planificar con lo que va a suceder en el futuro que sabemos que va a suceder. La comunidad mundial de científicos que trabajan en temas de cambio climático puede dar respuestas como la construcción de diques, obras hidráulicas y otros items importantes. Por ejemplo, un hospital no puede estar en una zona inundable o a la que no se puede acceder si hay un evento climático extremo. Hay muchas cosas para planificar, pero eso no se puede hacer pensando con los números del pasado, de cada cuánto llueve o cuánto puede llover o cuánto calor puede hacer. Eso hay que hacerlo con los números del futuro”, concluyó la experta en cambio climático.

Obras y medidas de prevención
Frente a este panorama, el gobierno porteño ha implementado diversas obras hidráulicas para mitigar el impacto de las lluvias intensas. Desde los años 90, la Ciudad de Buenos Aires ha avanzado con el Plan Hidráulico, que incluye infraestructura para canalizar el agua acumulada hacia el Río de la Plata. Entre los proyectos más destacados se encuentran las obras de alivio del arroyo Maldonado, que permitieron reducir las inundaciones en barrios como Palermo y Villa Crespo.
Si bien la Ciudad de Buenos Aires cuenta con obras que han reducido el impacto de las lluvias, la situación en el conurbano es diferente. Municipios como La Matanza, Merlo, Moreno, Malvinas Argentinas, Tigre, Almirante Brown y Florencio Varela presentan mayor vulnerabilidad en algunas regiones.
En tanto, informes nacionales advierten que en algunas zonas más de la mitad de la población está en riesgo de sufrir inundaciones, debido a la falta de infraestructura y a la alta densidad urbana.
El último informe de la ONU Cambio Climático alertó que los planes de acción climática de los países siguen siendo insuficientes para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados y cumplir los objetivos del Acuerdo de París, un tratado internacional legalmente vinculante que incluye compromisos de todos las naciones para reducir sus emisiones y colaborar para adaptarse a los impactos del cambio climático.
El acuerdo entró en vigor en 2016 y dio a los países desarrollados una ruta para que ayuden a las naciones en desarrollo a mitigar y adaptarse al cambio climático.
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Como el temporal de Bahía Blanca fue influenciado por el CC

 


¿El cambio climático podría volver más frecuentes los temporales en Argentina?

Fecha de Publicación
: 13/03/2025
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Buenos Aires


Bahía Blanca y localidades aledañas del sudoeste bonaerense enfrentaron fenómenos extremos en 2023 y 2025. Qué dicen los expertos sobre la planificación urbana y la advertencia de un estudio del Conicet de 2012
El sudoeste de la provincia de Buenos Aires sufrió un fenómeno de lluvias extremas el 7 de marzo pasado. Con un total de 290 milímetros de lluvia que cayeron el viernes pasado, Bahía Blanca rompió el récord de precipitación diaria para su territorio, lo que derivó en inundaciones trágicas con más de 1.400 evacuados y la muerte de al menos 16 personas.
El fenómeno extremo hizo que, en apenas nueve días, marzo pasara a ser el mes más lluvioso en los registros de la ciudad, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
El 16 de diciembre de 2023 otro fenómeno extremo, con ráfagas de más de 100 kilómetros, golpeó también a Bahía Blanca y 13 personas fallecieron como consecuencia de la caída del techo del club Bahía del Norte. ¿El cambio climático influyó en que se produzcan esos desastres?

El papel del cambio climático en los fenómenos meteorológicos extremos
Científicos de la Argentina, Francia e Italia difundieron hoy un análisis de lo que pasó en Bahía Blanca. Allí consideraron que “las condiciones meteorológicas de marzo de 2025 fueron excepcionales y están relacionadas principalmente con el cambio climático”.
Agregaron que “las modificaciones en las precipitaciones en Bahía Blanca sugieren un impacto significativo de actividades humanas”.
En el equipo se encuentran las investigadoras en ciencias de la atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Marisol Osman y Silvina Solmon, que forman parte de ClimaMeter, que es un marco experimental rápido organizado por países de Europa.
Los investigadores alertaron que futuros eventos similares podrían intensificarse si las temperaturas globales superan los 2 grados, como advierten los modelos climáticos.
Por su parte, la doctora Carolina Vera, profesora emérita de la UBA y ex miembro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), comentó a Infobae: “Los temporales se asocian con la ocurrencia de tormentas severas que producen lluvias intensas, como la que ocurrió en Bahía Blanca el viernes pasado”.
En el país -mencionó la doctora Vera- ya hay evidencias de que hubo un incremento en la frecuencia y la intensidad de los episodios de lluvias intensas en el contexto del cambio climático global. “Ese aumento se está produciendo incluso en zonas donde las lluvias están decreciendo en general”, completó.

¿Podrían ocurrir más fenómenos extremos?
En diálogo con Infobae, la doctora Paola Salio, investigadora especializada en tormentas del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), comentó: “El Panel Intergubernamental de Cambio climático ya pronosticó que los fenómenos como los temporales o las sequías van a ser más extremos”.
Aclaró que los fenómenos de 2023 y 2025 en Bahía Blanca fueron diferentes: en el de 2023, las ráfagas de viento fueron las predominantes. En cambio, ahora el desastre se produjo por las lluvias y la inundación posterior.
“Sabemos que hay más riesgos de fenómenos extremos. Pueden ocurrir en áreas donde antes no se registraban, y las ciudades no están preparadas para esos impactos”, afirmó.
Los estudios de atribución permiten determinar si un evento meteorológico extremo está relacionado con el calentamiento global. También cuantifican la probabilidad de que el cambio climático haya aumentado la posibilidad de que ocurra ese evento.
En la Argentina, según la Organización Mundial de Migraciones, entre 2016 y 2022 se registraron 74.000 desplazamientos internos de personas debido a desastres, de los cuales el 94,5% fueron por inundaciones, el 2,7% por deslaves o corrimiento de tierra y el 2% por incendios forestales.
Según el Índice Mundial de Riesgo 2022, Argentina ocupa la posición 32 de 192 países en cuanto a su elevado riesgo ante desastres, debido a su alta exposición y limitada capacidad de respuesta.

Qué advirtió un estudio del Conicet en 2012 sobre Bahía Blanca
La ciudad de Bahía Blanca está ubicada en la cuenca inferior del arroyo Napostá, y enfrenta desafíos hidro-ambientales que combinan factores naturales y el impacto del crecimiento urbano.
En 2012, Paula Zapperi, científica del Conicet y del Departamento de Geografía y Turismo de la Universidad Nacional del Sur, publicó un estudio como parte de su tesis de doctorado en el que advertía que las precipitaciones intensas generaban anegamientos en áreas de menor pendiente de Bahía Blanca.
Mientras que en zonas más elevadas el agua provoca erosión en calles sin pavimentar, y eso desplaza materiales hacia sectores más bajos.
La investigadora, según contó a Infobae, analizó la hidrografía urbana de la ciudad y propuso soluciones para mitigar los problemas derivados de estos fenómenos.
De acuerdo con la tesis de Zapperi, al estar ubicada en la cuenca del arroyo Napostá, la ciudad de Bahía Blanca queda expuesta al escurrimiento de aguas provenientes de zonas más altas, lo que incrementa el riesgo de inundaciones.
Aunque diversas obras hidráulicas había reducido la frecuencia de estos eventos, los efectos de las lluvias intensas siguieron y afectaron especialmente a las áreas con menor inclinación del terreno.
En contraste, las zonas más altas experimentan procesos erosivos que agravan el deterioro de las calles no pavimentadas.
El estudio de Zapperi se centró en caracterizar el comportamiento del escurrimiento superficial en Bahía Blanca, así como en identificar las modificaciones realizadas sobre las condiciones naturales de drenaje.
Uno de los hallazgos más destacados del estudio fue la variación en los montos acumulados de precipitación en diferentes puntos de la ciudad.
Según el análisis que hizo antes de 2012, las mayores precipitaciones se registraron en el sector sur, una zona que enfrenta dificultades significativas para el escurrimiento del agua.
Por otro lado, en el noreste de la ciudad se observaron procesos erosivos que afectan tanto a la infraestructura como al entorno natural.
El estudio también incluyó mediciones del pH del agua de lluvia, que mostraron un leve aumento en comparación con los valores registrados en la década de 1980.
La investigación destacó que la expansión dispersa de Bahía Blanca encarece el tendido de servicios y el mantenimiento de las vías de circulación, lo que contribuye al surgimiento de problemas hidro-ambientales.
Este patrón de crecimiento urbano dificulta la implementación de soluciones integrales para el manejo del agua y aumenta la vulnerabilidad de ciertas áreas ante eventos climáticos extremos.
Zapperi identificó sectores de la ciudad con un mayor riesgo de inundación, lo que subraya la necesidad de una planificación urbana más eficiente. Es fundamental adoptar medidas que minimicen el impacto hidrológico del crecimiento urbano, para promover un desarrollo más sostenible y resiliente.

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Un estudio preliminar de expertos de varios países atribuye al cambio climático el trágico temporal en Bahía Blanca

Fecha de Publicación
: 13/03/2025
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Buenos Aires


Evaluaron que las causas de variación climática natural tuvieron un impacto moderadio Advierten por el riesgo de propagación de enfermedades.
“Atribuimos principalmente el aumento de las precipitaciones en las inundaciones de marzo de 2025 en Argentina al cambio climático provocado por el hombre, y la variabilidad climática natural probablemente jugó un papel modesto”. Con palabras, un panel de expertos reunidos en el grupo de estudio Climate Meter anticipó una primera lectura sobre las causas del fenómeno que devastó Bahía Blanca el viernes pasado.
En Climate Meter participan investigadores las universidades de Columbia, Uppsala, Leipzig, Leicester🇺🇸, Bernach, entre otras. Firman el informe preliminar la italiana Erika Coppola, los franceses Nicolás Bodnariuk y Davide Faranca y las argentinas Marisol Osman, Silvina Solmon, ambas investigadoras de Conicet.
“Las catastróficas inundaciones que se produjeron en Bahía Blanca el 7 de marzo de 2025 fueron causadas principalmente por un fenómeno de lluvias intensas y sin precedentes. En un lapso de aproximadamente ocho horas, la ciudad recibió más de 400 milímetros (15,7 pulgadas) de lluvia, lo que equivale a su precipitación media anual. Este diluvio provocó graves inundaciones repentinas, que provocaron pérdidas de vidas, importantes daños a la infraestructura, incluida la destrucción de puentes y el colapso de carreteras asfaltadas. La rápida acumulación de agua desbordó los sistemas de drenaje de la ciudad, lo que provocó la inundación generalizada de viviendas, hospitales y calles. Además de esto, según los expertos médicos, se podría esperar la propagación de enfermedades como consecuencia próxima”, reseñan los investigadores.
“El evento -analizan desde el punto de vista metereológico- se produjo en el contexto de un frente frío que, en el momento del evento, se mantuvo bastante estacionario a lo largo de un eje noroeste-sudeste. Las anomalías de presión superficial muestran dos áreas de anomalías de presión negativas al norte y al sur de Bahía Blanca. Las anomalías de temperatura muestran una estructura compleja con áreas terrestres de anomalías positivas (+5°C) y negativas (-2°C), con un componente frío en el área de máxima precipitación. Los datos de precipitación indican cantidades diarias extremadamente altas que superan los 100 mm/día sobre la parte superior de la cuenca de Bahía Blanca. Los datos de velocidad del viento indican vientos moderados sostenidos (hasta 100 km/h) hacia la costa y sin vientos en el área más afectada por la precipitación”.
“Analizamos cómo eventos similares a las condiciones meteorológicas que llevaron a las inundaciones de Argentina han cambiado en el presente en comparación con cómo habrían sido si hubieran ocurrido en el pasado en la región de Bahía Blanca [66°O 58°O 36°S 42°S]. Los cambios de presión superficial no muestran cambios significativos (<1 hPa). Los cambios de temperatura muestran que eventos similares producen temperaturas similares a las del pasado. Los cambios de precipitación muestran que hay hasta 4 mm/día (hasta 7%) condiciones más húmedas en áreas localizadas de la región analizada. Los cambios de velocidad del viento han mostrado condiciones más ventosas reducidas, con disminuciones de hasta 4 km/h (hasta -10%) alrededor del área de Bahía Blanca y vientos más fuertes de hasta 4 km/h (hasta 10%) en el área costera al sur de Pedro Luro . También notamos que eventos pasados similares ocurren con estacionalidad similar en los períodos pasado y presente. Los cambios en las áreas urbanas revelan que Bahía Blanca, Villa Longa y Pedro Luro experimentan en el presente lluvias más intensas que en el pasado (+1,5 mm/día, es decir, hasta un 3% más de lluvia que en el pasado). La ciudad de Bahía Blanca y Pedro Luro también experimentan condiciones menos ventosas. Por último, descubrimos que las fuentes de variabilidad climática natural, en particular la Oscilación Multidecadal Atlántica, pueden haber influido solo parcialmente en el fenómeno. Esto significa que los cambios que observamos en el fenómeno en comparación con el pasado pueden deberse principalmente al cambio climático provocado por el hombre”, explican los expertos.
En otras palabras, lo dicen más simple de este modo: “concluimos que las condiciones meteorológicas que conducen a las inundaciones de marzo de 2025 en Argentina son localmente más húmedas en hasta 4 mm/día (7 %), en comparación con el pasado. Interpretamos las inundaciones de marzo de 2025 en Argentina como un evento impulsado por condiciones meteorológicas excepcionales cuyas características pueden atribuirse principalmente al cambio climático provocado por el hombre”.
Esto, recuerdan los investigadores, no surge de la nada. El Sexto Informe de Evaluación (AR6) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) destaca que el cambio climático está influyendo en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, incluidas las inundaciones, a nivel mundial. “Si bien el informe no proporciona detalles específicos de cada país en el caso de Argentina, ofrece información regional para América del Sur, que es relevante para este país. En particular, en el sudeste de América del Sur se han observado tendencias crecientes en la magnitud y frecuencia de los fenómenos de precipitación extrema con un nivel de confianza alto. Para el período 1950-2014, se ha detectado una tendencia positiva en las precipitaciones de verano en toda la región, que van desde 2,8 a 3,5 mm por mes y década. Esta tendencia también es evidente en los fenómenos de precipitación extrema tanto mensuales como diarios. El informe enfatiza que se espera que estos cambios empeoren con un mayor calentamiento global, en particular si las temperaturas globales aumentan más allá de los 2 °C. Para las proyecciones futuras, existe un consenso entre los modelos disponibles en cuanto a un mayor aumento para esta región, tanto para los fenómenos de precipitación extrema como para las inundaciones fluviales”, recuperan los investigadores.
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