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El cambio climático ya afecta la salud en la Argentina

 


Dos amenazas: el cambio climático ya afecta la salud en la Argentina, según un informe de expertos internacionales

Fecha de Publicación
: 16/11/2024
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


The Lancet Countdown, que reúne a 122 especialistas de 57 instituciones, expuso las devastadoras consecuencias del calentamiento global en América Latina; las variables que impactan en el país
En su edición de octubre de 2024, The Lancet Countdown, una iniciativa internacional de monitoreo del cambio climático y sus efectos en la salud, reveló que la Argentina enfrenta graves amenazas de salud pública debido a la crisis climática, con un incremento en enfermedades como el dengue y una marcada escasez de agua potable por sequías prolongadas.
En el informe, elaborado por 122 expertos de 57 instituciones y publicado antes de la COP29, se propone una reorientación de los recursos de combustibles fósiles hacia energías limpias como medida clave para mitigar el impacto de la crisis climática.
El cambio climático, provocado principalmente por actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, representa hoy una amenaza concreta y urgente para la salud humana, y la Argentina no es la excepción. En el último reporte de The Lancet Countdown, que contó con la colaboración de instituciones académicas y organismos de las Naciones Unidas, se detallan dos de los principales efectos climáticos que impactaron a la región de América Latina durante 2023: el alarmante aumento en los casos de dengue y las intensas sequías que afectaron a Brasil, Argentina y Uruguay.
Según el informe, en la Argentina la falta de agua potable y el aumento de enfermedades como el dengue son consecuencias directas de los cambios inducidos por el ser humano en el ambiente. Estas condiciones fueron exacerbadas por fenómenos climáticos extremos que están afectando la salud pública y las economías locales. Los expertos señalan que en países como el nuestro, donde el dengue ya representaba un problema de salud pública, las condiciones climáticas cada vez más calurosas y húmedas favorecieron el crecimiento de la población de mosquitos Aedes aegypti, responsables de la transmisión del virus. Durante 2024, los casos de dengue en América Latina aumentaron en un 215% en comparación con el año anterior, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud.
La incidencia del dengue en la Argentina, que en décadas anteriores era ocasional, se convirtió en una preocupación endémica en muchas provincias. A medida que la temperatura promedio sube, el ciclo de vida del mosquito se acelera, lo que incrementa las posibilidades de transmisión y brotes en las áreas urbanas, donde las condiciones de infraestructura y el acceso al agua potable son limitados. Las autoridades de salud pública, por su parte, se enfrentan al desafío de adaptar las políticas de control vectorial a una situación que evoluciona rápidamente y que está profundamente influenciada por los cambios climáticos globales.
El segundo gran impacto climático reportado en la Argentina es la sequía. Durante 2023 y 2024, el país experimentó una de las sequías más severas de las últimas décadas, con una disminución drástica en los niveles de precipitación que afectó al sector agrícola, principal motor económico del país. El informe estima que la producción de cereales cayó en un 15%, un golpe devastador para una nación que depende en gran medida de la exportación de productos agrícolas. La sequía afecta también la disponibilidad de agua potable, lo que derivó en problemas de salud relacionados con la deshidratación y la exposición a fuentes de agua contaminada. En Uruguay, una situación similar causó escasez de agua en diversas regiones, un fenómeno que también comienza a manifestarse en el noreste de nuestro país.
Los efectos sobre la salud de la población son múltiples y preocupantes. La falta de acceso a agua potable incrementa el riesgo de enfermedades gastrointestinales e infecciones relacionadas con el consumo de agua contaminada. Además, los expertos de The Lancet Countdown subrayan que la exposición prolongada a situaciones de estrés hídrico afecta también la salud mental de las personas, especialmente en poblaciones rurales y en pequeños agricultores, quienes son los más vulnerables a las fluctuaciones de los recursos naturales. Yasna Palmeiro Silva, coautora del reporte, explicó que el fenómeno de la sequía en América Latina se debe tanto al sobreuso humano del agua como a las variaciones climáticas, agravadas por la actividad humana.
En términos económicos, el impacto de la crisis climática en la salud pública también acarrea grandes costos. The Lancet Countdown estima que, para 2050, los países que experimentan fenómenos climáticos extremos podrían enfrentar una reducción significativa en su producto bruto interno debido a la pérdida de productividad laboral. En la Argentina, la sequía prolongada y las altas temperaturas ya comenzaron a afectar la capacidad de los trabajadores en sectores como la agricultura y la construcción, generando pérdidas en productividad y acentuando las desigualdades socioeconómicas en el país. La exposición a temperaturas elevadas aumenta la incidencia de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, lo que a la vez incrementa los costos en el sistema de salud, sobrecargando los recursos médicos en las áreas más afectadas.

Recomendaciones
Frente a este panorama, los expertos de The Lancet Countdown plantean una serie de recomendaciones y propuestas que buscan mitigar los efectos del cambio climático en la salud. Una de las propuestas centrales del reporte es la reorientación de los fondos actualmente destinados a la industria de los combustibles fósiles hacia el desarrollo de energías limpias y sostenibles. Los autores destacan que esta transición hacia una economía de emisiones netas cero no solo beneficiaría la salud de la población al reducir la exposición a contaminantes, sino que también impulsaría la economía global al crear empleos en el sector de energías renovables. En la COP29, que se desarrolla este mes en Bakú, se espera que los líderes internacionales discutan el destino de los fondos para combatir la crisis climática, con un enfoque en la salud y el bienestar globales.
El financiamiento de una transición justa es un punto clave en el informe, que insta a las naciones a cumplir con los compromisos asumidos en el Acuerdo de París y a acelerar la adopción de políticas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. En el caso de la Argentina, los subsidios a combustibles fósiles continúan siendo una herramienta de control de precios, pero al mismo tiempo limitan el avance hacia energías más limpias. El informe sugiere que una transición hacia energías renovables podría reducir la dependencia de combustibles fósiles, mejorar la calidad del aire y disminuir el riesgo de enfermedades respiratorias, beneficiando a la población y al sistema de salud.
La Argentina, en particular, enfrenta un verano con proyecciones de calor extremo y pocas precipitaciones, según el Servicio Meteorológico Nacional. Se espera que el impacto directo de estas condiciones se manifieste en una mayor demanda de energía y agua, y en un aumento en los casos de enfermedades relacionadas con el calor y la deshidratación. Expertos en salud ambiental señalan que estos eventos se volverán más frecuentes y severos si no se toman medidas urgentes para mitigar los efectos del cambio climático. Las altas temperaturas no solo elevan el riesgo de enfermedades infecciosas como el dengue, sino que también pueden agravar problemas de salud mental, como el estrés y la ansiedad, en una población cada vez más expuesta a condiciones extremas.
El informe concluye que el cambio climático y la salud pública son temas interrelacionados y que la inacción en la primera área tendrá repercusiones devastadoras en la segunda. La directora ejecutiva de The Lancet Countdown, Marina Romanello, afirmó que la falta de acción climática ya está causando impactos visibles y que los recursos financieros que continúan fluyendo hacia la industria de los combustibles fósiles son una oportunidad desperdiciada. “La inversión en energía limpia y en medidas de eficiencia energética no solo protegería la salud de millones, sino que contribuiría a construir un futuro más equitativo y sostenible”, señaló Romanello.
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Aire puro era el de antes

 


Aire puro era el de antes: causas y consecuencias de un modelo que enferma

Fecha de Publicación: 02/11/2024
Fuente: Agencia Tierra Viva
Provincia/Región: Nacional


Crisis climática y negocios de unos pocos, incendios de bosques y humedales, contaminación del aire y enfermedades. Un combo de causas y consecuencias para un presente distópico que impacta en cuerpos y vidas. De Córdoba en llamas a Rosario inundada de humo, la Organización Mundial de la Salud confirma que el 99% de la población global respira aire contaminado.
El humo cubrió distintas regiones del país durante casi dos meses en este segundo semestre del año. En Córdoba se respiró el monte calcinado. Sobre el Litoral y hasta el Conurbano Bonaerense llegó el aire contaminado del Amazonas en llamas. Ese aire viciado cambia los paisajes, reduce la luz en el ambiente y la vitalidad de las plantas que están brotando con la primavera. No hay vecino ni vecina que no lo sienta en el cuerpo: los ojos y la nariz irritados, dolor de garganta, náuseas, migrañas, y la exacerbación de cualquier enfermedad crónica.
Los estudios hablan en general de la contaminación del aire por causas relacionadas a la quema de combustibles fósiles: el humo que sale de un caño de escape o la chimenea de una fábrica, por resumirlo de manera simbólica. Son menos frecuentes los registros donde los especialistas hacen foco en la quema del ecosistema, aunque la causas y sus consecuencias son cada vez más evidentes.
El Colegio de Médicos de Rosario publicó un informe con datos y análisis de los efectos en la salud de la quema de humedales durante el período 2020-2022. Las consecuencias son tan contundentes como obvias: a más humo, más consultas, incluso en medio de una pandemia.
Pasaron dos años de los registros estudiados, pero la vigencia es total. Además, ante el incremento de las temperaturas por la temporada de verano y la sequía que afecta al Litoral, vuelven a encenderse las alarmas sobre la cuenca del Paraná.
El informe se publicó bajo el nombre Aire puro es salud y es de descarga gratuita. A lo largo de 50 páginas, especialistas rosarinos reflexionan y cuentan su experiencia, evidenciando los efectos agudos del humo proveniente de los incendios. Las conclusiones, sin embargo, están abiertas: quedan por conocerse los efectos a mediano y largo plazo en la población.
“Consideramos que la problemática de las quemas en la región del Delta del Paraná y el consecuente impacto del humo sobre la salud de la población requiere de acciones conjuntas e inmediatas por parte de los profesionales, las asociaciones y las instituciones del Estado generando los mecanismos necesarios para el monitoreo de la calidad del aire y fortaleciendo las medidas de prevención y control de los incendios”, señalan los autores.
Además, consideran que “la producción de conocimiento local es indispensable” para poder identificar “las problemáticas socioambientales de la región y diseñar estrategias de promoción de la salud y prevención de la enfermedad de acuerdo a las necesidades de la comunidad y los profesionales en el territorio”.

El aire que respiramos
"Aire puro es salud" se presentó en noviembre pasado y analiza los efectos en la salud de los incendios ocurridos en las islas del Delta del Paraná entre 2020 y 2022. Durante esos dos años, los incendios forestales en Argentina arrasaron con dos millones de hectáreas. La mitad pertenecen al Delta del Paraná. La mayor parte del fuego se registró en las islas que están en el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires. Hubo importantes focos frente a Rosario. Lo que, sumado a la dirección del viento, dejó a la ciudad cubierta de humo.
El aire que respiraron esos días los rosarinos y rosarinas estuvo cargado de gases producidos por la combustión de materia orgánica (los restos de la flora y fauna calcinada) y material particulado (conocidos por sus siglas en inglés como PM10 y PM25) como hollín y cenizas. El humo proveniente de los incendios forestales se destaca por la presencia de monóxido de carbono (CO), hidrocarburos aromáticos policíclicos, dióxido de nitrógeno (NO), dióxido de azufre (SO₂), entre otros.
La mayoría de estos componentes son señalados, desde hace décadas, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como los principales contaminantes ambientales. Siguiendo las cifras de la misma organización internacional, prácticamente toda la población mundial (el 99 por ciento) respira aire contaminado, trayendo importantes consecuencias en la salud: enfermedades cardiovasculares, pulmonares y muertes prematuras, entre otras. Esa contaminación viene de vehículos, industrias, aparatos domésticos de combustión como las estufas y los incendios forestales.
A mediados del 2023, la Comisión de Salud Socioambiental del Colegio de Médicos de Rosario hizo un relevamiento sobre el impacto del humo a causa de las quemas en las islas. Hasta el momento, no existían datos del estado de situación sobre las consultas ocurridas durante el periodo 2020-2022 y no había forma de desglosar cuáles eran los cuadros abordados en las consultas: ¿eran por Covid-19 o por la mala calidad del aire? La solución fue ir y entrevistar a los colegas.
Facundo Fernández, integrante del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario y parte de la comisión que realizó el informe Aire puro es salud, explica que, en las entrevistas, los médicos indicaron que los días de incendios ingresaban consultas relacionadas a la mala calidad del aire, que “los pacientes se daban cuenta de que el problema respiratorio que tenían era porque estaban respirando el aire con humo”. En el consultorio los síntomas agudos eran irritación ocular o respiratoria, dolor de cabeza, mareos y dificultad para respirar.
“Como el sistema de registro es tan endeble y no hubo un estudio de seguimiento paciente por paciente, no hay manera de saber, al menos en esta región, cuáles son las secuelas o los problemas de salud que están directamente vinculados a las quemas. Básicamente no hay registros”, problematiza Fernández.
Lo que sí surgió de las entrevistas fue que los pacientes con enfermedades respiratorias, como EPOC o asma, relataban que sus problemas de salud empeoraron: tenían más episodios de broncoespasmo y necesitaban más medicación. “No sabemos aún, sin embargo, cuál es el impacto que tuvo en términos de nuevos problemas de salud o complicaciones de los problemas de salud haber respirado ese humo durante dos o tres años en esta región”, describe el integrante del Colegio de Médicos de Rosario.
El estudio se apoyó en bibliografía científica, en estudios sobre contaminación ambiental, que son abundantes pero no específicos en relación a los efectos de la quema de humedales, pastizales o bosques. Lo que respaldaron con la bibliografía fue lo que decían los pacientes: que a pesar de que afectaba a toda la población o mayormente a todas las edades, existen poblaciones más vulnerable: niños y niñas, adultos mayores y personas que tienen problemas de salud, que se ven fácilmente afectados por la exposición a una mala calidad del aire, principalmente problemas respiratorios.
“En la bibliografía científica lo que está muy estudiado son las personas gestantes cursando un embarazo. ¿Por qué? Porque la contaminación ambiental tiene efecto directo sobre la madre y, a través de la placenta, los contaminantes pueden llegar al feto, perjudicando su desarrollo”, señala el médico.
Los datos se condicen con un estudio previo de la misma problemática. En 2022, el Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) presentó un informe sobre las consultas hechas durante los incendios de 2008 y 2020. Las conclusiones son similares: el aumento de la contaminación en el aire por humo produce múltiples eventos patológicos agudos, sean efectos respiratorios, oftalmológicos o más bien generales como el dolor de cabeza, el cansancio y los mareos. Ambos estudios coinciden también mayor susceptibilidad en grupos de riesgo como niños, niñas y ancianos y personas con enfermedades crónicas.

Sin límites, el fuego sobre los humedales
Los incendios en los humedales frente a Rosario son una constante en los últimos años. La quema de pastizales para la renovación de pasturas es histórica y, cada tanto, las condiciones meteorológicas como el viento, el desmanejo del fuego por parte de los productores y la falta de control del Estado se unieron para tapar de humo la ciudad. Lo que agravó la situación en los últimos años fue la bajante profunda que atraviesa la cuenca del Paraná.
“Es un panorama nuevo, un escenario que no habíamos visto en las últimas décadas”, explica Jorge Bártoli, integrante de la organización El Paraná No Se Toca. La bajante comenzó a fines de 2019 y tuvo su máxima expresión en 2020 y 2021. Si bien en los años siguientes el río recuperó su caudal, en 2024 volvió a marcar una bajante histórica.
El nivel promedio del Paraná en la primera semana de septiembre fue el segundo más bajo desde 1970, según datos del Instituto Nacional del Agua y de Prefectura Naval, analizados por la Bolsa de Comercio de Rosario; siempre atenta al nivel del río como vía de exportación de commodities.
“Es un ciclo que viene asociado a una muy extensa sequía y falta de lluvias extremas”, suma Bártoli y explica: “Esto generó, por la misma dinámica de masa vegetal de los humedales, una enorme cantidad de biomasa seca de muy fácil combustión. Esto no es nuevo, pasa en todos los inviernos. Lo que es nuevo es que el principal actor del humedal, que es el agua, está prácticamente desaparecido”.
El uso del fuego en territorio de humedales es frecuente también entre cazadores para atraer presas y entre los turistas para hacer un asado o calentar agua para el mate. Pero la génesis del problema de los incendios, dice Bártoli, está en la matriz productiva ganadera: que ocupa cada vez más lugar en los humedales y apela al uso del fuego para la renovación de pasturas.
“En medio de esta enorme bajante y gran sequía, los fuegos no encontraron límites. Al no haber lagunas ni arroyos en el interior de las islas, que actúan como cortafuegos naturales, las llamas se expandieron sin ningún tipo de límite y causaron una verdadera catástrofe ambiental, que trae una seria afectación a la salud humana”, cierra el círculo entre incendios y salud.
Los registros del Instituto Nacional del Agua indican que la última bajante del río Paraná de esta magnitud fue en 1944. En los últimos 80 años, la cuenca del Paraná pasó a estar intervenida por represas, a sufrir una deforestación monumental y, sobre todo, a padecer un fenomenal cambio de uso del suelo.
En las islas, frente a Rosario, la oferta va del el turismo a las fiestas electrónicas, que quiebran la calma natural. A estas modificaciones de intervención directa se le suma el cambio climático. “Creíamos que era un río poderoso y un bien natural infinito, hoy nos está demostrando que es un gigante vulnerado, que no deja de darnos señales de alerta”, apunta Bártoli.
“La gran pregunta es si vamos a una 'nueva normalidad' del río que tenga que ver con ciclos extremos, como dicen y proyectan los meteorólogos. Es decir, así como hoy nos estamos encontrando con ciclos de bajante extremas muy prolongadas en el tiempo, quizá también el año que viene nos encontremos con ciclos de crecientes extremas”, advierte Bártoli.

El impacto del negacionismo en la salud
El accionar de los últimos gobiernos nacionales y provinciales frente a los incendios sobre áreas naturales no fue positivo, pero la gestión de Javier Milei trae una decisión firme de negar la existencia de los problemas ambientales y sus consecuencias. Y no duda en desfinanciar proyectos, programas o leyes, que se ocupen de cuidar, con presupuestos mínimos, la biodiversidad.
“Nosotros como individuos tenemos siempre una posibilidad de ayudar a cambiar nuestro entorno. Todo suma”, propone Bártoli para hacer frente a estos tiempos. Fernández confirma el impacto que tendrá la falta de políticas públicas: “La promoción del cuidado del ambiente y de un ambiente saludable impacta positivamente en la salud. Mientras menos resguardos se tomen, principalmente a partir de las políticas negacionistas que está llevando adelante este Gobierno, va a terminar repercutiendo de manera aguda en el mediano y en el largo plazo sobre la salud de la gente”.
El integrante del equipo médico que elaboró Aire puro es salud describe que el modelo de La Libertad Avanza “considera al ambiente como una instancia o un espacio sacrificable en pos de de la acumulación de riqueza en algunos sectores” e indica que los problemas de salud descritos en el informe son considerados “externalidades, los costos que estas prácticas productivas no pagan y de los que tienen que hacerse cargo el Estado o, en la mayoría de los casos, la gente”. “Estas externalidades son invisibilizadas por estos modelos productivos y tienen impactos sumamente negativos sobre la salud de las personas”, afirma.
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Demuestran la sinergia toxicológica de los agrotóxicos

 


Prueban que la mezcla de agroquímicos produce un nuevo compuesto más tóxico que la suma de las sustancias individuales

Fecha de Publicación
: 29/10/2024
Fuente: Tiempo Argentino
Provincia/Región: Nacional


Un estudio internacional liderado por investigaciones argentinos analizó el efecto de ocho pesticidas sobre el río Salado y concluyó que “las mezclas de herbicidas, insecticidas y fungicidas producen una mayor tasa de mortalidad y malformaciones genéticas que los compuestos químicos por separado”.
“En Argentina es el primer trabajo –y probablemente en el mundo también- con una explicación sobre la toxicidad de las mezclas: algo que se debate en todo el mundo. Porque todas las reglamentaciones del uso de estas sustancias están hechas en forma individual, pero no se usan en forma individual”, explica Rafael Lajmanovich, investigador principal del Conicet y profesor titular en la cátedra de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), uno de los autores de un estudio interdisciplinario internacional que muestra que “las mezclas de herbicidas, insecticidas y fungicidas producen una mayor tasa de mortalidad y malformaciones genéticas que los compuestos químicos por separado”.
El trabajo –titulado “Toxicidad de cócteles de pesticidas en larvas de anfibios: comprensión del impacto de la actividad agrícola sobre los ecosistemas acuáticos de la cuenca del río Salado”- fue publicado este martes en la revista académica británica Drug and Chemital Toxicology. Junto con Lajmanovich investigaron Ana Cuzziol Boccioni, Andrés Attademo, German Lener, Carlos Lien-Medrano, María Fernanda Simoniello, María Rosa Repetti y Paola Peltzer, de las facultades de Bioquímica y Ciencias Biológicas y de Ingeniería Química de la UNL, del Conicet, de Físico-Química de la Universidad Nacional de Córdoba y del Bremen Center for Computational Materials Science de Alemania.
“Esta novedosa evaluación resalta el riesgo ecotoxicológico para los organismos acuáticos expuestos a mezclas complejas y subraya la necesidad de considerar los efectos del cóctel en los estudios sobre la salud de los ecosistemas”, alerta el documento.

Cóctel de pesticidas y agroquímicos
El artículo se basa en una experimentación de laboratorio, pero sobre elementos tomados de un escenario real. Una mezcla de insecticidas (cipermetrina, clorpirifos y lambda-cialotrina), herbicidas (glifosato, glufosinato de amonio, prometrina y metolaclor) y un fungicida (piraclostrobina) que ya se encontraban en organismos acuáticos de la cuenca del río Salado, un área con fuerte presión agrícola. En esa zona este mismo equipo de investigación ya había probado –y publicado en la prestigiosa revista Science of the Total Environment- que los sábalos de esta cuenca santafesina son los más contaminados del planeta en su tipo, con nueve biocidas.
“Las simulaciones computacionales a través del método de enlace densitario funcional indicaron una fuerte tendencia espontánea hacia la formación del cóctel, lo que sugiere que puede actuar como una nueva entidad xenobiótica en el medio ambiente”, advierten los investigadores. “El hecho de que el cóctel tienda a formar una nueva entidad molecular justifica evaluar su efecto tóxico en su conjunto, y no como la suma de los compuestos individuales con los que se compara”.
La toxicidad del cóctel de ocho pesticidas se evaluó sobre larvas del sapo común sudamericano. “La mezcla provocó una alta mortalidad y teratogenicidad en larvas de desarrollo temprano. Las larvas premetamórficas mostraron disrupción endocrina, estrés oxidativo y alteraciones en la desintoxicación y el funcionamiento hepático. También se observó neurotoxicidad, genotoxicidad, cardiotoxicidad y alta mortalidad en condiciones de estrés en las larvas expuestas”, enumeran las y los autores.

Contaminación y crisis climática
“Los límites se manejan sobre sustancias individuales, pero la fauna está expuesta a múltiples residuos. Esto viene a echar un poco de luz sobre esto”, remarca Lajmanovich. Uno de los aspectos novedosos del trabajo es que a través de la química computacional se comprobó que esas moléculas tienden a juntarse y formar otro compuesto desconocido. “Tienden a aglomerarse y formar una especie de nuevo tóxico más poderosos que cada uno de esos productos individualmente”, detalló el investigador.
“Ante la mortandad de fauna y peces que ocurren seguido, desde el Estado se habla de causas naturales. Se trata de minimizar los más que conocidos problemas de contaminación. Este trabajo tiene un componente que simula el estrés ambiental. El clima en el planeta está cambiando: hay una sinergia entre lo que se contamina y las crisis climáticas. Es el mensaje de este trabajo: se abordó también someter a esos organismos, que a su vez están expuestos a plaguicidas, a estrés ambiental. Demuestra que el efecto es catastrófico”, alerta.
El estudio se realizó sobre larvas de sapos que comparten el hábitat con peces y otros organismos acuáticos, cuya muerte masiva “se está convirtiendo en un fenómeno común en las zonas central y norte del territorio argentino donde se desarrolla la agroindustria”. En un entorno cada vez más sometido al ‘estrés ambiental’ que aumenta, “la presencia de factores adicionales como la exposición a la mezcla de pesticidas podría perjudicar los mecanismos relacionados con el estrés y resultaría en un mayor impacto respecto a los factores de estrés comunes a los que se enfrenta la fauna acuática como la sequía”.
“Esta evaluación inédita, que combina métodos biológicos y de simulación computacional, resalta el riesgo ecotoxicológico para los organismos acuáticos expuestos a mezclas reales de pesticidas y subraya la necesidad de no relativizar sus efectos en la mortalidad masiva de la fauna acuática, como ocurre frecuentemente en los peces del río Salado y en varias regiones agrícolas”, instan los autores, en un trabajo que es sólo el primer paso.
Como plantean en el artículo, se necesita conocer y regular más: “Se requieren más estudios para comprender mejor los efectos de los cócteles y sus implicaciones ecológicas, así como para discernir la variabilidad de la respuesta en otras condiciones de exposición, proporciones de pesticidas y formulaciones comerciales, y el impacto de las mezclas de pesticidas en niveles ecológicos más altos. Esto debería ir acompañado de medidas precautorias regulatorias para proteger el medio ambiente y sus poblaciones”.
La investigación, que busca visibilizar y advertir, está dedicada a Damián Marino, científico y químico ambiental “pionero en el estudio de plaguicidas en ambientes y luchador incansable en las causas socioambientales de protección de pobladores y escuelas rurales afectadas por fumigaciones indiscriminadas”. Marino falleció en diciembre pasado, a los 46 años.
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No era vinaza, eran pesticidas (total tranquilidad)

 


El Palomar: la lluvia habría causado la “contaminación difusa”

Fecha de Publicación
: 29/10/2024
Fuente: La Gaceta
Provincia/Región: Tucumán - Santiago del Estero


Las autoridades descartaron vinaza o cachaza y consideran que podría haberse tratado de arrastre de fertilizantes o pesticidas
La contaminación de las aguas que afectaron a la localidad santiagueña de El Palomar se habría debido a compuestos fenólicos en el canal del este, originados en arrastre de productos pesticidas causado por las intensas lluvias de comienzos de mes. Las autoridades ambientales de Tucumán se reunieron el miércoles pasado con el defensor del Pueblo de Santiago del Estero en el marco del Comité de Cuenca, y entregaron los informes de las áreas técnicas tucumanas, mientras se espera que las de Santiago tengan listas las suyas.
Según informó el diario “El Liberal”, participaron de la reunión el Defensor del Pueblo, Lionel Enrique Suárez, el secretario del Agua, Sergio Saltz y por Tucumán, el secretario de la Producción, Eduardo Castro, y el subsecretario de Medio Ambiente, Facundo Moreno Majnach. En conferencia de prensa, Suárez enfatizó el valor del espacio de diálogo en el marco del Comité Interjurisdiccional de la Cuenca Sali-Dulce e informó que ambas partes actuaron con el programa de Monitoreo Permanente y Alerta Temprana, y que en su caso los informes han sido puestos a consideración de la Justicia Federal, que investiga esta supuesta contaminación.
El secretario Eduardo Castro señaló que apenas se supo lo que había ocurrido en El Palomar, llevaron los equipos de monitoreo de calidad de agua “a los distintos lugares donde venía agua rojiza y nauseabunda. Pudimos comprobar que no era vinaza. Fue una contaminación difusa; los análisis detectaron la presencia de compuestos fenólicos”. El subsecretario de medio Ambiente, Moreno Majnach, añadió que también se descartó que fuese vinaza y que las áreas técnicas están analizando los compuestos fenólicos. “Pueden ser de la naturaleza, un fertilizante, un pesticida. En este caso, por las precipitaciones de la provincia podríamos hablar de contaminación difusa”.
Por su parte, Sergio Saltz, el secretario del Agua de Santiago, recordó que hace 10 años se tuvo la misma situación en El Palomar, con lo cual la gente quedó bastante sensible por lo que “se activaron todos los mecanismos”. Indicó que en Tucumán llovieron 150 milímetros en lugares puntuales. “Esto último es importante tener claro porque eso genera escurrimientos”. “Cuando hay precipitaciones importantes genera escurrimientos en los canales y puede tener y tiene de hecho arrastres. Los niveles de concentración que hemos encontrado no nos daban vinaza específicamente, pero sí avanzamos con algunos compuestos que nos pueden indicar presencia de algún otro tipo de contaminantes, fertilizantes, pesticidas, como son compuestos fenólicos”.
Añadió Saltz que “lo que tenemos que tener claro es que no hubo ruptura de los almacenamientos de vinaza y creemos la hipótesis más probable es que hubo un escurrimiento de los campos y por la cantidad de precipitaciones. Obviamente, por una cuestión de pendientes naturales de escurrimiento, van hacia El Arenal”.

Sospechas descartadas
Cabe recordar que en el primer momento, las autoridades santiagueñas expresaron sospechas de que podía tratarse de contaminación producida por un ingenio y observaron que el único que estaba cerca es La Florida. Pero no hubo acusación y el abogado de la firma Los Balcanes, Eduardo Rothe, dijo el 17 de octubre a LA GACETA que “el fenómeno materia de investigación no tuvo su origen en una disposición de los efluentes que se generan en la actividad industrial del Ingenio Florida”. Añadió que “esto es algo muy fácil de constatar, recorriendo aguas arriba los canales desde El Palomar hasta el ingenio. La tranquilidad y certeza de la empresa al respecto se fundamenta en que desde septiembre de 2012 el 100% de la vinaza que genera su destilería se transporta entubada por un vinazoducto a una planta de elaboración de fertilizantes, emplazada en un lugar que no tiene comunicación alguna con el Canal del Este”. Dijo, además, que no se arroja ningún otro efluente al canal. “Lo que ratifico es que bajo ningún punto de vista se trató de efluentes ilícitamente dispuestos por el ingenio La Florida”.
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Preocupante deterioro en la calidad del aire

 


Contaminación en Argentina: cuáles fueron las 10 ciudades con peor calidad de aire a principios de octubre

Fecha de Publicación
: 17/10/2024
Fuente: Canal 26
Provincia/Región: Nacional


Según especialistas, la tendencia al aire contaminado podría seguir empeorando con el paso de los años, afectando a más ciudades y exponiendo a la población a riesgos sanitarios cada vez mayores.
Durante el vigente año 2024, Argentina experimentó un preocupante deterioro en la calidad del aire en varias de sus ciudades, afectadas tanto por los incendios forestales como por la insuficiencia en la regulación de los niveles de polución.
Según el Índice de Calidad del Aire (IQ Air), las ciudades más contaminadas del país fueron cambiando a lo largo del año, especialmente en los últimos meses, debido al impacto del humo generado por incendios que afectaron grandes áreas del territorio nacional y también de países vecinos como Bolivia y Brasil.
En la actualidad, Argentina ocupa el puesto 101 de 134 países en el ranking global de contaminación, un indicador que pone en evidencia la magnitud de un problema que incluso puede comprometer la salud de sus habitantes. A comienzos de octubre de 2024, las 10 ciudades con los peores índices de calidad del aire fueron:
    Córdoba.
    La Rioja.
    San Juan.
    San Luis.
    Mendoza.
    San Rafael.
    Santiago del Estero.
    San Miguel de Tucumán.
    Salta.
    Jujuy.

Las ciudades más afectadas por la contaminación
La contaminación del aire en Argentina supera en 1.8 veces los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mantener un entorno saludable. Este nivel de polución tiene consecuencias directas en la salud de la población, con efectos que se agravan en las ciudades más comprometidas.  
El norte y el centro del país fueron los más afectados por el humo que se extendió desde los focos de incendios en la región central y el extranjero, sumado a la falta de medidas gubernamentales contundentes para reducir las emisiones contaminantes.
A pesar de estos desafíos, la situación es distinta en el sur, donde ciudades como Comodoro Rivadavia, Tierra del Fuego y Rawson mantienen buenos índices de calidad del aire, con niveles inferiores a 50 en el índice de calidad del aire.
El humo proveniente de incendios forestales fue uno de los principales factores que modificó el panorama de la calidad del aire en el país. En 2023, Córdoba se destacó como una de las ciudades con mejor calidad ambiental del país. No obstante, la situación cambió dramáticamente en 2024, con esta misma ciudad liderando el ranking de las más contaminadas debido a los incendios que afectaron tanto a la provincia como a otras áreas cercanas.

El impacto de la calidad del aire para la salud
La contaminación del aire no solo es un problema ambiental, sino también una crisis de salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud, la polución atmosférica es responsable de millones de muertes prematuras en todo el mundo.
En el año 2019, se estimó que más de 4 millones de personas fallecieron debido a enfermedades relacionadas con la exposición prolongada a partículas contaminantes. En este sentido, la exposición constante a un aire de mala calidad puede derivar en enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Teniendo en cuenta las estadísticas de años anteriores, la mala calidad del aire puede derivar en un aumento en las tasas de mortalidad prematura. Los grupos más vulnerables, como niños, ancianos y personas con problemas de salud preexistentes son los más afectados.
Frente a este escenario, los especialistas y organismos internacionales ven sumamente importante tomar medidas inmediatas. Entre las principales recomendaciones están la transición hacia sistemas de movilidad sostenibles, como el uso de transporte público y vehículos eléctricos, la mejora en la eficiencia energética de las industrias y viviendas, y una gestión más eficiente de los residuos municipales.
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Los argentinos si ven el cambio climático como un problema

 


9 de cada 10 argentinos perciben el impacto del cambio climático, desde los riesgos en la salud a más mosquitos

Fecha de Publicación
: 07/10/2024
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Nacional


El aumento de las temperaturas y la mayor presencia de vectores transmisores de patologías, como el dengue, son algunos de los factores que afectan a la mayoría de los ciudadanos. Cuáles son los efectos en la vida diaria, según un estudio del Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina
El cambio climático dejó de ser un concepto abstracto, y se convirtió en un fenómeno ineludible para muchas personas en Argentina, que sienten que afecta tanto sus entornos inmediatos como sus condiciones de vida.
Un reciente estudio realizado por el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina, en colaboración con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y Media Luna Roja (IFRC), reveló que 7 de cada 10 personas han percibido un aumento de las temperaturas en sus zonas de residencia.
Este cambio no es solo una alteración en el clima, sino un factor que afecta la salud pública, el medio ambiente y las dinámicas de vida locales, según manifestaron.
El estudio también muestra que el 91% de los encuestados reporta un incremento en la cantidad de insectos transmisores de patologías, como los mosquitos Aedes aegypti, conocidos por propagar enfermedades como el dengue, zika y chikungunya. Este fenómeno, ligado directamente al cambio climático, está generando preocupaciones de salud entre la población.
Sin embargo, a pesar de estos efectos tangibles, el 55% de las personas encuestadas afirma estar poco o nada informada sobre el cambio climático y sus consecuencias, lo que resalta la necesidad urgente de campañas de sensibilización y educación sobre el tema.
El 76% de los encuestados indicó que se sienten muy o bastante preocupados por el cambio climático, pero esta emoción contrasta con el bajo nivel de información disponible para la mayoría. Esta paradoja entre preocupación y falta de conocimiento plantea un desafío importante para las políticas públicas y las acciones a nivel comunitario.
“Es evidente que la información y la educación sobre el cambio climático deben ser fortalecidas para fomentar una comprensión más profunda y una acción más efectiva”, indicaron desde el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina y resaltaron que “abordar el cambio climático en Argentina requiere un enfoque multifacético que combine la educación, la acción comunitaria, la formulación de políticas ambientales y la colaboración entre diferentes sectores”
El estudio, llevado a cabo entre el 27 de mayo y el 1 de julio de 2024, recopiló información de 4.127 sondeos realizados en todo el territorio argentino; que incluyó las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Las encuestas, tanto presenciales como en línea, estaban dirigidas a personas de entre 18 y 70 años, y el análisis de los datos se realizó utilizando el software SPSS. La privacidad de los participantes estuvo garantizada mediante la aplicación de las políticas de protección de datos de la IFRC, y no se recolectó información de identificación personal.

El impacto del cambio climático
Los resultados del estudio dejan claro que el impacto y los efectos del cambio climático en Argentina se sienten de manera inmediata y significativa.
El 72% de los encuestados ha notado un aumento en las temperaturas en sus regiones, lo que está modificando los patrones climáticos tradicionales y afectando la vida diaria de las personas. Este calentamiento se manifiesta en olas de calor más frecuentes, mayor sequedad del suelo y alteraciones en los ciclos agrícolas, lo que podría tener consecuencias para la seguridad alimentaria a largo plazo.
Otro efecto preocupante relacionado con el cambio climático es el aumento en la cantidad de mosquitos e insectos transmisores de enfermedades. El 91% de los encuestados, es decir 9 de cada 10, afirmó haber notado un incremento en la presencia de estos insectos en sus zonas, situación que genera un repunte en los casos de enfermedades transmitidas por vector.
Según el director del Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina, José Scioli, “el cambio climático representa uno de los desafíos más urgentes para la sociedad. Si bien se trata de un fenómeno global, sus impactos se manifiestan de manera específica en cada región, dependiendo de factores geográficos, sociales y económicos. Por lo tanto, la comprensión y la adaptación a estos cambios son fundamentales para la gestión de los riesgos climáticos en Argentina”.
Este fenómeno ha incrementado la preocupación de la población por la salud, ya que 8 de cada 10 personas creen que existe una relación directa entre el cambio climático y el aumento de enfermedades transmitidas por picaduras de insectos.
Sin embargo, a pesar de la creciente preocupación, más de la mitad de los encuestados indicó que tiene poco o ningún conocimiento sobre conceptos clave del cambio climático, como la mitigación y la adaptación.
Este vacío informativo resalta la urgencia de generar conciencia pública y educar a la población sobre cómo el cambio climático afecta su vida diaria y qué acciones pueden tomar para protegerse.

Qué acciones podrían mitigar el cambio climático
El estudio también exploró qué acciones consideran necesarias los encuestados para mitigar el impacto del cambio climático. Un aspecto positivo que se destaca es que, a pesar de la falta de información, la mayoría de las personas ya está tomando medidas a nivel personal y comunitario para enfrentar este desafío.
El 73% de los encuestados señaló que promover el reciclaje y la reutilización es una de las principales acciones que las comunidades deben implementar para mitigar el cambio climático. Estas prácticas no solo ayudan a reducir los residuos, sino que también contribuyen a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, un 62% de las personas considera que es fundamental fomentar el uso de energías renovables, como la solar o la eólica, para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Estas medidas, combinadas con la promoción del uso de transporte público o bicicletas, pueden reducir significativamente la huella de carbono de las comunidades.
A nivel global, el 66% de los encuestados cree que deberían implementarse políticas ambientales más estrictas para regular las emisiones y promover el desarrollo sostenible.
Esta visión está en línea con los esfuerzos internacionales por cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados Celsius. Sin embargo, alcanzar estos objetivos dependerá no solo de las políticas gubernamentales, sino también de la cooperación entre los sectores privado y público, y de la concientización a nivel ciudadano.
Recomendaciones para enfrentar el cambio climático
El estudio ofrece una serie de recomendaciones clave para mejorar la preparación de las comunidades frente al cambio climático. Una de las principales conclusiones es la necesidad de aumentar la educación y la sensibilización sobre los efectos del calentamiento global y las medidas que se pueden tomar para mitigarlo.
Esto incluye campañas de concientización dirigidas a todos los grupos etarios, con materiales accesibles y comprensibles que expliquen los conceptos de mitigación, adaptación y sostenibilidad.
Además, el estudio resalta la importancia de fortalecer el rol de las organizaciones humanitarias en la adaptación al cambio climático. Según el trabajo, “no solo deben brindar asistencia en emergencias climáticas, sino que también deben desempeñar un papel clave en la educación y preparación de las comunidades para que puedan anticiparse a los eventos extremos y recuperarse de ellos de manera más efectiva”. Este enfoque preventivo es fundamental para mejorar la resiliencia de las comunidades y reducir la vulnerabilidad ante futuros desastres climáticos.
Entre las recomendaciones también se encuentra la implementación de sistemas de alerta temprana que permitan a las comunidades recibir información sobre posibles eventos climáticos extremos y prepararse adecuadamente.
Estos sistemas, combinados con programas de capacitación y planes de contingencia a nivel local, pueden salvar vidas y reducir el impacto de los desastres.
El cambio climático no es una amenaza distante; sus efectos ya se sienten en Argentina, alterando los patrones climáticos, aumentando la propagación de enfermedades y poniendo en riesgo la salud de las personas. Aunque la mayoría de la población está preocupada por estos efectos, cuando fueron consultados sobre “su percepción sobre el futuro en relación con el cambio climático, el 65% de los encuestados muestra una postura optimista. No obstante, 3 de cada 10 personas afirman tener una percepción ‘moderadamente optimista’”
De todas maneras, hay una gran brecha en cuanto a la información disponible y las acciones concretas que las personas pueden tomar. Es crucial que tanto los gobiernos como las organizaciones humanitarias trabajen en conjunto para educar, preparar y empoderar a las comunidades, no solo para enfrentar los efectos del cambio climático, sino también para mitigar su impacto y garantizar un futuro más seguro y saludable.
En ese sentido, la Cruz Roja Argentina, en su rol como organización humanitaria, tiene la capacidad de liderar estos esfuerzos y de trabajar con las comunidades más vulnerables para mejorar su capacidad de respuesta ante el cambio climático. Solo a través de la colaboración y la acción colectiva será posible enfrentar este desafío global y proteger a las generaciones futuras.
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Otra fumigación ilegal e inhumana puede llegar a juicio

 


Piden elevar a juicio a cuatro acusados por utilizar agroquímicos cerca de viviendas y escuelas

Fecha de Publicación
: 05/10/2024
Fuente: Portal CodigoBaires
Provincia/Región: Buenos Aires


Cuatro personas fueron procesadas por fumigar zonas semiurbanas con herbicidas peligrosos para la salud y el ambiente, desobediendo una ordenanza municipal y una medida cautelar que delimita zonas de exclusión.
La Fiscalía Federal de San Nicolás, a cargo de Matías Felipe Di Lello, solicitó elevar a juicio a cuatro personas procesadas por el delito de contaminación ambiental con agroquímicos con residuos calificados como peligrosos.
Los acusados fueron implicados por fumigar con herbicidas peligrosos para la salud zonas semiurbanas de Pergamino cercanas a viviendas, una escuela y un jardín de infantes, desacatando una ordenanza municipal y una medida cautelar que delimita áreas de exclusión.
Uno de los hechos investigados ocurrió en un campo ubicado a diez kilómetros de la localidad. Un camión fumigador esparció los agroquímicos desobediendo la prohibición de dicha actividad establecida por la ordenanza N° 8126, sancionada tres años atrás por el Concejo Deliberante local. Un vecino grabó el suceso y advirtió a las autoridades, ya que la aplicación de las sustancias se llevó a cabo a metros de la Escuela N°19 y del Jardín de Infantes N° 920, mientras sus estudiantes estaban dentro del establecimiento.
Los estudios de laboratorio y análisis del suelo arrojaron que las sustancias utilizadas eran enumeradas en la Ley de Residuos Peligrosos N° 24.051, como el glifosato, que fue categorizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como probablemente carcinógeno para humanos. También se descubrieron herbicidas cuyo uso podría envenenar, adulterar o contaminar la salud y el ambiente.
El otro caso tuvo lugar en Juan Manuel de Rosario 3500 de la localidad de Francisco Ayersa y fue denunciado telefónicamente por un vecino. En esa ocasión, se detectó la aplicación de agroquímicos tóxicos en un campo donde se cultivaba soja, en un área lindera a la Cooperativa Eléctrica de Pergamino. Tras la investigación, se determinó que no hubo aviso previo a la Municipalidad.
El juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, indagó a los acusados y ordenó su procesamiento al considerarlos responsables, unificando las causas por su cercanía temporal.
"Si bien no existen dudas de que el delito en cuestión es de peligro, se consuma cuando la acción entraña un peligro para la salud de las personas; circunstancias que se pudieron determinar en esta investigación en virtud de los residuos peligrosos arrojados por los imputados en los campos señalados dentro de las zonas prohibidas, por existir poblados y establecimientos educativos" señaló Di Lello.
El magistrado también señaló que los hechos fueron constatados con evidencia documental y pericial así como con los testimonios de profesionales y especialistas en la materia, "lo que determina que todos los extremos se ven confirmados".
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Creciente contaminación en la cuenca del río Colorado

 


Alerta por la contaminación por microplásticos en el Río Colorado

Fecha de Publicación
: 03/10/2024
Fuente: Cadena 3 Patagonia
Provincia/Región: Patagonia


Científicos del CONICET monitorean la creciente contaminación por microplásticos en la cuenca del río Colorado, alertando sobre los peligros para la biodiversidad y la salud humana.
Los microplásticos, partículas de plástico casi invisibles a simple vista, están causando una silenciosa crisis en los ecosistemas de agua dulce. En Argentina, la cuenca del río Colorado se ha convertido en el foco de un estudio que monitorea la creciente presencia de estos contaminantes. Guillermo Mora, becario doctoral del CONICET, trabaja junto al equipo del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG) en General Roca, Río Negro, para evaluar el impacto de los microplásticos en este importante sistema fluvial.
Mora explica que los microplásticos ingresan al agua a través de varias fuentes, como aguas residuales, erosión del suelo y residuos industriales. Estos contaminantes pueden ser ingeridos por una amplia variedad de organismos acuáticos, lo que no solo afecta su salud, sino que altera toda la cadena trófica. «El problema es irreversible y afecta tanto a los ecosistemas como a la salud humana», comenta el especialista, quien destaca que los microplásticos pueden transportar sustancias tóxicas que agravan su peligrosidad.
El equipo de investigación emplea técnicas avanzadas para identificar y medir los microplásticos en muestras de agua, sedimentos y peces. Además, la investigación es crucial para la gestión sostenible del agua, especialmente en un país con grandes reservas de agua dulce como Argentina. «Proteger la calidad de estos recursos es vital para las generaciones futuras», afirma Mora, subrayando la importancia de las iniciativas científicas en el contexto de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
La contaminación por microplásticos es un problema complejo que requiere soluciones integrales. Desde la regulación de las actividades que generan microplásticos hasta el desarrollo de tecnologías para eliminarlos del agua, los científicos buscan mitigar los impactos de este contaminante en la cuenca del río Colorado y otros cuerpos de agua en Argentina.
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Informe alerta del impacto de la crisis climática en el país

 


Qué alertas despierta sobre el cambio climático en la Argentina un informe internacional

Fecha de Publicación
: 30/04/2024
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


Dengue, trastornos neurológicos, diabetes, daño pulmonar, mortalidad por olas de calor, disminución de la mano de obra y pérdida de horas de trabajo, algunas de las incidencias negativas según Lancet Countdown Latinoamérica
Según el informe 2023 de Lancet Countdown Latinoamérica, el cambio climático ha demostrado tener en la Argentina consecuencias cuantificables tanto en la salud como en la economía. La población de bajos recursos suele sufrirlas en mayor medida. Desde 2000, las temperaturas medias de verano han ido aumentando 0.04°C por año y los registros de 2022 demuestran que son 1.2°C más elevados que los que la institución utiliza como referencia (1986-2005). Las olas de calor llegaron a generar pérdidas de 300 millones de horas laborales y de US$1.300 millones. Las precipitaciones, cada vez más frecuentes, elevaron el potencial transmisor del dengue un 18% respecto del que tenían en la década ´50.
A pesar de los datos negativos, el estudio rescata a nivel local algunas mejoras: la reducción de emisiones de gases del transporte y de la industria disminuyeron la mortalidad en un 36.9% entre 2005 y 2020. Tanto la Argentina como los demás países de América Latina deberán implementar políticas multidisciplinarias si quieren reducir los efectos que el deterioro medioambiental tiene sobre la población.
Lancet Countdown Latinoamérica es un centro de colaboración independiente y multidisciplinario que realiza desde 2022 el seguimiento de los vínculos entre la salud y el cambio climático en América Latina, una de las regiones con mayores desigualdades sociales. Depende del compromiso de 23 instituciones académicas regionales, de agencias de las Naciones Unidas y de 34 investigadores de todo el mundo. Tres especialistas argentinos participan de la iniciativa; entre ellos Marina Romanell, directora ejecutiva del Lancet Countdown Global, su predecesora a escala mundial desde 2015.
El informe 2023 de Lancet Countdown Latinoamérica resalta la importancia de las políticas climáticas intersectoriales y del fortalecimiento de los sistemas de salud. La adaptabilidad al cambio climático y la necesidad inminente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son otros de los puntos destacados este año. En su segunda edición, contempla además un apartado especial con datos de la Argentina.
“Los informes de Lancet son importantes porque permiten hacer un seguimiento de como los diferentes países avanzan para enfrentar los impactos del cambio climático en la salud”, dijo a LA NACION Stella Hartinger, directora de Lancet Countdown Latinoamérica.
“El estudio destaca el desafío de abordar la planificación de la salud en relación al cambio climático en el nivel subnacional”, dijo Francisco Chesini, miembro de la Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental y coautor del informe. “La Argentina ha realizado avances en ese sentido en Neuquén, Misiones y Tucumán, gracias a un financiamiento otorgado por el Fondo Verde para el Clima. Fue la primera vez que financió un proyecto del sector salud a nivel mundial”, indicó.

La olas de calor en la economía
Según Lancet Countdown Latinoamérica, en la Argentina las altas temperaturas son uno de los mayores problemas para la salud. Las desigualdades latentes agravan aún más su impacto.
“Cuando las temperaturas son altas, el cuerpo no puede regular bien la pérdida de calor”, dijo a LA NACION Yasna Palmeiro Silva, investigadora y coautora del informe. “Esto deriva en diversos síntomas: dolor de cabeza, desmayos, palpitaciones y calambres. Puede causar daños en los riñones y de otros órganos e incluso la muerte”, sostuvo.
Según el informe, entre 2000 y 2022, las temperaturas medias de verano aumentaron en 0.04°C cada año en la Argentina. Los registros de 2022 superaron en 1.2°C al período de referencia de la institución (1986-2005).
Los adultos mayores de 65 años experimentaron, entre 2013-2022, un 220% más de días de olas de calor que en el período de referencia, según una estimación ponderada de Lancet. En el caso de los menores de un año el aumento es de 187%.
“En el caso de la Argentina, como la población está envejeciendo rápidamente, el riesgo es mayor. La implementación de alertas tempranas por parte de los organismos oficiales y la adecuada preparación puede ayudar a reducir los daños”, sostuvo Palmeiro Silva.
La exposición al calor afecta también a la actividad económica, en la medida que perjudica la salud de los trabajadores, sus empleos y la productividad laboral. Tal como expone Lancet, entre 2013 y 2022, se perdieron en la Argentina 300 millones de horas laborales por la acción de las altas temperaturas, lo que significa un aumento del 116% en comparación con el decenio 1991-2000. Equivale a una merma potencial de ingresos de US$1.300 millones al año, concentrados principalmente en los sectores de construcción y servicios.
El potencial transmisor del dengue es también consecuencia del cambio climático. El aumento del calor provoca mayores precipitaciones y favorece la proliferación de esa infección ocasionada por el mosquito vector aún en áreas nuevas. Entre 2013 y 2022, la capacidad de transmisión de Aedes aegypti en la Argentina aumentó un 18% en comparación con el período 1951-1960.

La presión de los combustibles fósiles
Todo subsidio destinado a los combustibles fósiles implica, para Lacent Latinoamérica, utilizar fondos públicos para financiar emisiones que perjudican la salud. Tal como lo expone en su último informe, la Argentina en 2020 destinó a ese tipo de subsidios US$4.600 millones, monto que equivale a un 10.5% del gasto en salud. “Está por debajo del promedio regional (17%) y por encima de países como Ecuador (8.3%) y Chile (5,6%)”, dijo a LA NACION Oscar Melo, académico del Centro de Cambio Global de Chile y coautor del informe.
“Para lograr una transición rápida y efectiva hacia fuentes de energía más limpias, es crucial que los gobiernos cesen la promoción de la quema de combustibles fósiles a través de subsidios y, en su lugar, redirijan recursos para facilitar una transición saludable hacia la neutralidad de emisiones”, sostiene en el estudio Lancet Latinoamérica.
La baja adopción de energías renovables limpias eleva el riesgo de enfermedades y la mortalidad, y sobrecarga el sistema de salud. Afecciones respiratorias y cardiovasculares, cáncer de pulmón, diabetes, trastornos neurológicos, problemas de gestación son, según el informe, algunas de las principales dolencias que recaen luego sobre los sistemas sanitarios.
En América Latina, el uso de combustibles sólidos contaminantes para cocinar y calentar es elevado. Además, millones de personas están expuestas a niveles altos de contaminación por PM2.5 (partículas finas menores a 2.5 micrómetros que pueden penetrar los pulmones y afectar la salud).
“Si bajamos las emisiones de gases de efecto invernadero de los diferentes sectores, baja el material particulado PM2.2″, dijo Hartinger, directora de Lancet Countdown Latinoamérica.
Como dato positivo, el informe destaca que en la Argentina en 2022 el 99.9% de la población urbana y el 97.8% de la población rural dependía de combustibles limpios para cocinar. Además, la tasa de mortalidad prematura atribuible a PM2.5 derivado de combustibles fósiles disminuyó en un 36.9% entre 2005 y 2020, principalmente por reducción de emisiones del transporte y la industria.
Las políticas públicas desempeñan, según Lancet Latinoamérica, un papel crucial en la construcción de resiliencia frente a las múltiples amenazas climáticas; no solo a nivel nacional, sino también municipal. En ese sentido, el respaldo financiero, es vital para que las ciudades y poblaciones logren una buena adaptación, pero también para que puedan implementar medidas que mitiguen el cambio climático.
Según la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), la Argentina cuenta con planes y estrategias. “El Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático, publicado en el Boletín Oficial mediante la Resolución Nº 146/2023, posee como enfoque transversal la salud”, dijo Camila Mercure responsable del área de política climática de FARN. “También contamos con la Estrategia Nacional de Salud y Cambio Climático, aprobada en 2023 bajo la Resolución conjunta Nº 2/2023″. El problema, tal como asegura Mercure, es que si bien varias políticas están definidas, no cuentan todavía con financiamiento.
En América Latina la interrelación de políticas públicas ambientales y sanitarias son fundamentales para lograr progresos interdisciplinarios más contundentes. Dependerán, sin embargo, de que los fondos destinados sean acordes a las necesidades.
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Estudiarán la contaminación de importante arroyo santafesino

 


Enfermedades y contaminación: por qué piden ampliar los criterios de análisis en el arroyo Ludueña

Fecha de Publicación
: 19/04/2024
Fuente: La Capital
Provincia/Región: Santa Fe


El Concejo aprobó un proyecto para sumar a los metales pesados entre los elementos a tener en cuenta a la hora de estudiar las muestras que toma el municipio. Advierten por vertidos industriales y líquidos sin tratar
Hace años que el arroyo Ludueña se encuentra en el centro del debate por la contaminación que se hace visible especialmente en períodos lluviosos, ya que la corriente arrastra una gran cantidad de residuos que terminan en la desembocadura enredados con camalotes y embarcaciones usadas por pescadores. Sin embargo, lo que no se ve, lo más pequeño, también incide en la polución de un curso de agua que tiene 19 kilómetros de extensión, atraviesa 11 localidades, nace del desagüe de campos y atraviesa sectores donde hay industrias y recientes urbanizaciones. Es por esto que en el Concejo se aprobó un decreto que pide ampliar los criterios de análisis del arroyo para que se contemplen metales pesados, que causan diversas enfermedades en las personas y los animales ante exposiciones crónicas, y de hidrocarburos.
El proyecto, aprobado en la sesión del jueves pasado en el Concejo, encomienda a la Municipalidad que incluya dentro de los parámetros analizados en los puntos de muestreo sobre el agua, el análisis de metales pesados (níquel, plomo, cromo, arsénico, cadmio y mercurio), de hidrocarburos totales y de hidrocarburos aromáticos para detectar indicadores de contaminación industrial. Por una iniciativa aprobada el año pasado, el municipio tuvo que empezar a elaborar informes trimestrales que dieran cuenta de la situación del arroyo.
En sus considerandos, la normativa expone que los metales pesados "pueden encontrarse en el curso del agua y causar efectos sistémicos en humanos y animales", precisamente en "riñones, hígado, estómago, intestinos, pulmones y cerebro, afectando el sistema nervioso". Y remarca la importancia de tener en cuenta a estos elementos por sus efectos "sobre organismos vivos", que generan "daños al resto de los animales que se alimentan de ellos".

Afectaciones a la salud por metales pesados
Los xenobióticos son sustancias que se encuentran dentro un organismo pero que no son generadas por el mismo. Entre este tipo de elementos hay metales pesados y, según el cardiólogo Carlos Vozzi, “el organismo no los necesita, no deberían estar, pero están fruto de la contaminación ambiental”.
 En reiteradas ocasiones, los análisis de las muestras del arroyo Ludueña mostraron presencia de materia fecal.
“Los xenobióticos tienen distintos efectos, pero los que más se han estudiado son mercurio, arsénico, cadmio y plomo. Sobre estos dos últimos, se estudió mucho la relación que tienen con enfermedades cardiovasculares”, explicó Vozzi a La Capital. Los cuatro metales mencionados figuran entre los elementos a tener en cuenta a la hora de analizar las aguas del arroyo Ludueña. Y agregó: “Cadmio, plomo, arsénico y mercurio han sido investigados y disponemos de evidencia toxicológica y epidemiológica para atribuir causalidad a estos metales en la generación de enfermedad arterioesclerótica”.
Algunos, como el plomo y el cadmio, pueden quedar depositados en el organismo por hasta 30 años. La mayoría de las patologías, según explicó Vozzi, giran en torno a afecciones cardiovasculares.
A ello, el cardiólogo sumó: “En la Ciudad de Buenos Aires, el Ministerio de Salud trabajó sobre la cuenca Matanza-Riachuelo y notaron afectaciones en la salud infantil con niveles elevados de plomo en sangre. Esto afecta el desarrollo cognitivo y neuronal de los niños, además de provocar hipertensión arterial tanto en la niñez como en la adultez”.

Desde el cordón industrial
“La importancia del arroyo Ludueña tiene que ver con que atraviesa once localidades. Es una cuenca bastante extensa con actividades productivas de las más diversas. Hay mucha actividad agrícola e industrial”, manifestó a este medio el concejal Julián Ferrero (Ciudad Futura), uno de los autores del proyecto aprobado.
Señaló que es necesario el estudio de posibles nuevos agentes contaminantes por los aportes que llegan al arroyo desde el canal Ybarlucea, el cual proviene del cordón industrial atravesando Nuevo Alberdi.
Los autores de la normativa señalaron que las principales fuentes de contaminación del arroyo Ludueña son las descargas de líquidos cloacales procedentes de vertidos ilegales en el canal Ybarlucea, los efluentes industriales sin tratamiento previo y los residuos sólidos arrojados en el arroyo o en sus bordes.
Desde el punto de vista hidráulico, mencionaron que otros de los problemas son la proliferación de las canalizaciones clandestinas y la pérdida de infiltración de los suelos por el crecimiento de urbanizaciones.

Abordaje metropolitano
“La complejidad de este tema es que es un problema que termina en Rosario pero que involucra a otras diez localidades y a la provincia. Hasta que se entienda que el abordaje tiene que ser una cuestión metropolitana, todas van a ser acciones dispersas y desarticuladas”, explicó Ferrero.
Actualmente hay doce puntos de muestreo en los que los equipos técnicos del municipio toman muestras para evaluar las condiciones ambientales del arroyo Ludueña.
En la normativa, también se solicita la inclusión de una nueva ubicación para examinar en qué condiciones baja el agua de aporte proveniente del canal Ybarlucea. Las muestras, según el decreto, se deberán tomar mensualmente y se analizarán tanto con los parámetros con los que ya se venía midiendo la calidad del agua del arroyo como con los nuevos, impulsados en la iniciativa aprobada.
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Más 'angustia ambiental' por el dengue

 


El brote de dengue generó una "angustia ambiental" en los argentinos: de qué se trata

Fecha de Publicación
: 13/04/2024
Fuente: La Mañana de Cipolletti
Provincia/Región: Nacional


Más del 90% de la población cree que nos acercamos a un “colapso ambiental”. Esta inquietud es mayor en sectores medios y bajos.
El brote de dengue que está sufriendo argentina preocupa y angustia a una población que ya carga con la tensión e incertidumbre de la crisis económica y la inflación. Según un informe de la consultora “Sentimientos Públicos”, más del 90% de la población argentina considera a la problemática ambiental como “importante” o “muy importante”, generando una “angustia ambiental”.
El informe arrojó que esta inquietud es mayor en sectores medios y bajos que en los de nivel socioeconómico alto. En el mismo sentido, la preocupación por el futuro de las nuevas generaciones ante la cuestión medioambiental supera al 86%. Esta respuesta se acentúa en jóvenes menores a 29 años y en adultos mayores a 59 años, es decir, quienes están preocupados por el futuro propio o el de sus nietos.

La angustia ambiental por el dengue en números
El consenso sobre la “angustia ambiental” (91%) supera a otras reflexiones analizadas previamente por la consultora, como que Argentina es “el mejor país del mundo” (83,8% de acuerdo) o que el Estado “debe ser lo más pequeño y lo más eficiente posible” (68,5% de acuerdo).
Según revela el informe, más del 90% cree que nos acercamos a un colapso ambiental y casi el 75% de los centennials (jóvenes entre 16 y 28 años) siente que vivirá este colapso. Las mujeres lo perciben más cercano que los hombres. De hecho, más del 50% de las encuestadas cree que sucederá en diez años como máximo. En consecuencia, el 85% de la población considera “urgente” tomar medidas.
 “La sociedad argentina tiene una notable ‘angustia ambiental’, que no logra articularse del todo en el debate público, pero se alimenta ante conmociones como la expansión del dengue”, plantea el investigador Hernán Vanoli. Y agrega: “la sociedad reclama imaginación política para conjugar bienestar generalizado y eficiencia ambiental, reduciendo los daños al mínimo posible. Y se hace cargo de estos anhelos: sus prácticas privadas de reducción del daño son frecuentes y masivas”.
Sin embargo, esta “angustia ambiental” no implica necesariamente una postura crítica del desarrollismo. Mientras que el 43,7% de la población considera que “existe una contradicción entre cuidado del medioambiente y desarrollo industrial”, el 38,6% no acuerda con esa reflexión. Sí es mayoritaria la preocupación por otras problemáticas, como la quema de humedales (56%).
Finalmente, la encuesta revela que más del 73% de las argentinas y argentinos asegura que separa los materiales reciclables de los desperdicios dentro de su hogar, tendencia que se profundiza entre adultos y adultos mayores.
Este nuevo análisis cuantitativo de las transformaciones subjetivas argentinas está basado en una muestra representativa, acorde a los datos del INDEC a nivel nacional, de 5200 casos, con un margen de error de un 3,5%.

Dengue: llegaron al país 22 mil repelentes donados por México
Este lunes llegó al Aeropuerto de Ezeiza la primera carga de repelentes desde el exterior, luego de que el Gobierno anunciara la quita de trabas a la importación de este tipo de productos debido a la falta de stock en el país y al aumneto de casos de dengue. Se trata de 22.320 unidades de la marca comercial "Off Family", del Laboratorio SC Johnson, que, en carácter de donación, arribaron en varios lotes desde México.
La carga, que ingresó en las últimas horas al país, no estará a la venta porque es una donación de SC Johnson, por lo que será entregada a la organización Cáritas, que será la encargada de hacer llegar los repelentes a distintos barrios vulnerables.
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Los factores que explican la epidemia de dengue en Argentina

 


Cambio climático y otras dos razones que explican la epidemia de dengue en Argentina

Fecha de Publicación
: 01/04/2024
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Nacional


El país sufre la quinta epidemia nacional por la infección transmitida por mosquitos. Cuáles fueron los factores que influyeron para que el virus se expanda en 19 de las 24 jurisdicciones, según los expertos
“Sin mosquito no hay dengue” se suele afirmar al hablar de la prevención de la infección desde hace años. Pero hoy habitan muchos mosquitos de la especie Aedes aegypti desde provincias como Jujuy y Salta hasta la zona de la Patagonia Norte, en la Argentina, y está en curso la peor epidemia de dengue en la historia del país, tras registrarse 151.310 casos de dengue y 106 fallecidos, según la última actualización del boletín del Ministerio de Salud de la Nación.
Nunca antes en el país, desde la reemergencia de la infección en 1997, hubo tantos casos confirmados, tantos casos graves reportados (325), ni tantas muertes. En la temporada anterior (2022/2023) solo se habían registrado 65 fallecidos.
La epidemia ha llevado a desbordar la atención en centros de salud y hospitales de grandes ciudades por el aumento de las consultas de personas con síntomas y a dificultar el acceso al uso de los repelentes por falta de stock o debido a su alto precio.
Las autoridades sanitarias hicieron llamados a que se colabore más en la eliminación de criaderos de huevos y larvas de mosquitos que pueden estar en recipientes con agua tanto limpia o sucia dentro o en los alrededores de los edificios en las ciudades.

Qué pasa con la vacuna para el dengue
También surgió el debate sobre la posibilidad de incorporación de la vacuna contra el dengue en el sector público a raíz de que la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn) recomendó al Gobierno avanzar en la implementación de una “estrategia focalizada de vacunación”.
Por el momento, la vacuna está disponible en el sector privado. Las provincias Misiones y Salta comenzaron con la aplicación en grupos poblacionales específicos en vacunatorios públicos, tal como informó Infobae el 26 de marzo.
En Brasil -donde ya murieron 897 personas en 2024- se empezó a vacunar en febrero pasado dentro del sistema de salud público a personas de 10 a 14 años, que residen en municipios con tasas de incidencia alta.

Cómo comienza el dengue
Los síntomas del dengue son fiebre alta acompañada de uno o más síntomas como dolor de cabeza, detrás de los ojos, muscular o de las articulaciones, náuseas, vómitos, cansancio intenso, aparición de manchas en la piel, picazón, y sangrado de nariz o encías.
Cuando una persona contrae el dengue, significa que fue picada por una hembra del mosquito Aedes aegypti que estaba infectada. Ese insecto a su vez había adquirido el virus al picar a otra persona que estaba infectada en una zona cercana, otra ciudad o país.
Desde 2009 en adelante la Argentina ha sufrido otras 4 epidemias nacionales de dengue. Pero la actual es la peor por su magnitud. De las 24 jurisdicciones que conforman el país, 19 tienen circulación autóctona (es decir, las personas se contagian en sus casas o en la localidad donde viven).
Se registró una incidencia acumulada de 321 casos por cada cien mil habitantes en esta temporada, y el virus amplió también su área de circulación. Por primera vez, se notificaron casos autóctonos de dengue en Olavarría, Azul y Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, a más de 600 kilómetros al sur de la Capital.

Cuáles son los factores ambientales y sociales del dengue
“La epidemia del dengue es una problemática socio-ambiental”, dijo a Infobae la científica Elizabet Estallo, investigadora en el Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas, que depende del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba.
Lo afirmó porque hay factores ambientales que favorecieron que los mosquitos y el virus del dengue impacten más hoy y cuestiones de la sociedad humana que contribuyen al desarrollo de la epidemia. “Estamos criando a los mosquitos”, resaltó.
Desde el Conicet, la doctora Estallo ha realizado estudios desde 2005 que demuestran una asociación entre la cantidad de huevos que ponen las hembras de mosquitos y las condiciones ambientales.
Como consecuencia del cambio climático que se ha producido en el planeta inducido por la emisión de gases de efecto invernadero, se han registrado aumentos en la temperatura mínima promedio en el país. Esos incrementos ayudaron a prolongar los meses en que los mosquitos y el virus del dengue encuentran las condiciones adecuadas para vivir.
Por otra parte, las poblaciones de mosquitos Aedes aegypti habitan principalmente en las ciudades o áreas suburbanas. “En las ciudades, se generan lugares que resultan adecuados para que los insectos se críen. Por ejemplo, se acumulan residuos y hay basurales a cielo abierto, que pueden incluir criaderos de mosquitos”, comentó la investigadora del Conicet, quien impulsa un proyecto de ciencia ciudadana, con 6 escuelas secundarias de Córdoba.
“En algunos municipios se fumiga cuando es el momento de hacer campaña para eliminar recipientes en desuso con agua o descacharrar. Eso confunde a la gente porque sale a reclamar fumigación cuando se requiere un control integrado de la problemática, que implica una política pública orientada también a la prevención”.
Además, otro factor es que por el fenómeno de El Niño, llovió más que lo normal en algunas zonas del país.
En tanto, el doctor Ricardo Gurtler, investigador del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires, que depende del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, comentó a Infobae: “Hubo un derrame desde Brasil, que tiene una alta incidencia de casos de dengue, hacia otros países del Cono Sur y hacia otras regiones de América. Pero también hay que considerar que la Argentina tiene un intercambio muy fuerte con Paraguay y Bolivia. Allí hubo brotes epidémicos este año y eso también impacta en nuestro país”.
Otro factor -indicó Gurtler- es el aumento de la temperatura y el cambio del régimen de las lluvias que puede influir en la problemática del dengue. “Pero también puede haber años con sequías, que también influyen. Porque se almacena agua de manera inadecuada y así se favorece la creación de criaderos gigantescos de mosquitos”, dijo. También el científico apuntó al comportamiento social.
“Una cuestión clave es que, desde la primera epidemia de 2009, los diferentes gobiernos nacionales han descargado su responsabilidad a los individuos o a los hogares. El Estado (tanto a nivel municipal, provincial como nacional) se fue retirando de realizar acciones de promoción y prevención del dengue. También ocurrió en otros estados de América Latina. Ahora, se habla de la vacuna como si fuera la única medida pero debería ser considerada como parte de un control integrado”, afirmó Gurtler.
“Es importante que se establezcan políticas públicas para el manejo del dengue y que se desarrollen todo el año -afirmó Gurtler-. Es un problema muy complejo que se debería trabajar de manera estratégica como lo está haciendo Brasil ahora. Hay que mirar que Uruguay, que es un país limítrofe, tiene un brote mucho menor que el de Argentina”.
Carolina Ocampo Mallou, investigadora del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín y el Conicet, y del Grupo de Filosofía de la Biología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, había comentado a Infobae en un artículo publicado el 11 de febrero que solo “se ha puesto el eje en el criadero de mosquito del domicilio, pero debería haber más trabajo del Estado en los espacios públicos para que se mejoren las condiciones ambientales de los barrios. Se debería salir de la lógica individual”.
El jueves pasado, la OPS informó que si bien el dengue está en aumento en toda América Latina y el Caribe, los países más afectados son Brasil (83%), Paraguay (5,3%) y Argentina (3,7%), que concentran el 92% de los casos y el 87% de las muertes.
También se registró un aumento de casos en países como Barbados, Costa Rica, Guadalupe, Guatemala, Martinica y México, donde la transmisión suele ser más alta en la segunda mitad del año. Durante los últimos 12 meses, la agencia sanitaria emitió 9 alertas epidemiológicas para que los gobiernos adopten a tiempo medidas de prevención y control para dengue.
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Desde la salud ya se advierte sobre la crisis climática futura

 


El fenómeno climático que, según un experto, será un “problema gravísimo” en la Argentina la próxima década

Fecha de Publicación
: 07/03/2024
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


Carlos Ferreyra, médico especializado en epidemiología ambiental y exconsultor de la OMS en clima, salud y ambiente, sostiene que el calor extremo demanda una estrategia clara
A dos semanas de que el termómetro marcara el final de la primera ola de calor de la temporada, con temperaturas consideradas “muy peligrosas” para la salud, se desconoce qué impacto tuvieron esos 23 días de enero y febrero en la población valores térmicos agobiantes. Y lo fue hasta el punto de de no poder responder en distritos consultados sobre la demanda de asistencia o consultas por golpe de calor o siquiera considerar, como ocurrió en una de las provincias, que el calor extremo sea un problema de salud pública.
“En la Argentina, hay cero enfermos o muertos por el calor”, señala Carlos Ferreyra, médico especializado en epidemiología ambiental y exconsultor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en clima, salud y ambiente. Sostiene que “ningún sanitarista serio diría que el calor extremo no es un problema de salud pública” tras el Acuerdo de París de 2015 contra el cambio climático y la adaptación a sus efectos, lo que incluye la salud humana, animal y vegetal.
Con experiencia en la gestión pública, ya que trabajó en los ministerios de Salud de la Nación y de Córdoba, de donde es oriundo, asegura que el país carece de una estrategia frente a lo que anticipa que será “un problema gravísimo” en la próxima década. “Pasaron los años y no hay ninguna provincia, excepto la ciudad de Buenos Aires [por la red de refugios climáticos], con una estrategia y un plan ante el calor extremo”, dice en diálogo con LA NACIÓN. Al diferenciar por localidades, también menciona a Rosario, en Santa Fe, donde hay unos 20 puntos para buscar alivio del calor.
En el Consejo de Médicos de Córdoba, la Alianza Clima, Vida y Salud Argentina –Ferreyra preside la alianza internacional/España– organiza anualmente un curso internacional no arancelado sobre prevención y reducción de daños y pérdidas asociadas con las temperaturas altas extremas, incluida la formación en cuidados para grupos vulnerables (adultos mayores, embarazadas de alto riesgo, pacientes oncológicos o personas con enfermedades crónicas, entre otros) y, también, en información estratégica. La próxima edición es el mes que viene (Informes: escueladelcalorextremo@gmail.com).
“No tener un sistema de información epidemiológica robusto hace que el país gaste una enorme cantidad de dinero en atender pacientes que llegan tarde a la consulta. Hace que los argentinos seamos totalmente ineficientes en la actuación ante el calor extremo –dice–. Por esto es que tenemos que aplicar el principio precautorio: aun no habiendo datos sobre los diferentes impactos del calor en la población y para no dejar desamparados a los mayores, las embarazadas o las personas que utilizan terapias que pueden generar alguna vulnerabilidad con calor extremo, hay que actuar a pesar de no tener la información necesaria para gestionar.”
Otro tema que no escapa a ese programa de formación, que se extenderá hasta 2027, es la relación entre las epidemias de dengue y otras enfermedades vectoriales y la emergencia climática. “Cada vez que hay calor, se presenta con mucha eficacia porque el mosquito se reproduce más eficientemente y la población no está bien informada por lo que no puede dar una respuesta adecuada y hay incapacidad de actuar”, opina el médico, que en 2009 fue coautor del Plan Director de Prevención del Dengue de Córdoba (Ley N° 9666).
De acuerdo con un informe del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la primera ola de calor de la temporada 2023/2024 fue “extraordinaria” en duración y extensión geográfica. Se prolongó por 23 días (comenzó el 21 de enero y finalizó el 12 de febrero) y alcanzó a todas las provincias. Avanzó lentamente de sur a norte y, luego, al noreste del país, con valores extremos tanto para las temperaturas máximas como las mínimas diarias. El SMN cuenta con una app que emite alertas por temperaturas extremas (frío o calor).
“Este evento se caracterizó por su gran extensión territorial y duración, ya que afectó a un total de 80 localidades que cuentan con estación meteorológica oficial –detalla el texto del SMN–. Tuvo dos momentos en los que se intensificó y extendió afectando a la mayor cantidad de territorio: el primero fue entre el 31 de enero y el 3 de febrero, y el segundo entre el 5 y el 7 de febrero. En ambas situaciones, la ola de calor estaba presente en más de 55 estaciones meteorológicas.”

Consecuencias económicas
Dado que se prevé que pueda repetirse, para la Argentina eso implica, además, consecuencias económicas. “Al calor en la Argentina siempre se lo tomó como una cuestión individual, de percepción personal. Sin embargo, hoy, es el problema de salud pública más importante en términos de sus daños a la sociedad y la salud. Más en los países del hemisferio sur, donde es generador de otros muchos problemas, como incendios, sequías, disminución de la producción de alimentos e impacto directo en la capacidad productiva”, menciona Ferreyra.
Lo define, además, como un problema territorial porque afecta más donde hay condiciones que favorecen valores más altos: lugares con concentración de cemento, metal, vidrio y hormigón, sin árboles y vegetación, ríos, lagos o agua en fuentes como elementos de enfriamiento natural. “Hay argentinos que van a sufrir más el calor que otros donde se dan esas condiciones”, señala el epidemiólogo. “De los 800 municipios más afectados por el efecto de isla de calor urbano, solo dos cuentan con un plan de actuación ante el calor. Son la ciudad de Buenos Aires y Rosario. Esto genera una gran desigualdad en la Argentina”, agrega.
La preparación local que describe también alcanza a la información oportuna a la sociedad, no solo con recomendaciones de cómo prevenir un golpe de calor, sino también de cómo está afectando a la población, junto con la formación del personal en los centros de atención y los cuidados a adoptar en más de 20 profesiones con alto riesgo de sufrir estrés térmico.
“La mayor parte de los hospitales que reciben los casos complicados no tienen un plan con las guías clínicas necesarias para que los distintos servicios enfrenten los efectos del calor, a diferencia de lo que pasa con los efectos del frío –detalla Ferreyra–. Tampoco la salud ocupacional cuenta con protocolos sobre cómo el calor extremo afecta a los trabajadores ni en los sindicatos se discuten las medidas de cuidado y protección personal que deberían promover.”
Cita que, en Europa, donde trabaja a través de la alianza, hay protocolos que indican que, al superar los 32°C, los trabajadores expuestos al calor se van rotando en el descanso en un centro de enfriamiento, donde se hidratan y personal de enfermería les controla parámetros básicos para seguir con las tareas.
“Si no existen esas precauciones, el estrés térmico altera la capacidad de trabajo y los países sin estas protecciones empiezan a tener graves problemas de producción –agrega–. Todo esto demuestra que la Argentina tiene que actualizar su respuesta al calor extremo. Solo en lo laboral, tiene impacto en más de 20 profesiones u ocupaciones, como la policía, el transporte, la construcción, el trabajo en el campo o los trabajadores informales en la calle, entre otros más.”
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