Rafaela: modelo en el camino a la sustentabilidad

Quiero ser verde

Fecha de Publicación
: 20/08/2012
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Santa Fe


Separación de residuos, biodiésel de aceite usado en el transporte público, un árbol por persona: la ciudad santafecina de Rafaela, industrial por tradición, decidió apostar a la sustentabilidad. Y lo está logrando
Rafaela.- Cuando la hecatombe de 2001, Rafaela, en el centro oeste de la provincia de Santa Fe, fue una de las pocas ciudades que sobrevivió al caos del cierre fabril, el desempleo y el corralito. Su perfil agroindustrial, forjado desde su fundación en 1881 por once familias provenientes de Suiza, Alemania y el Piamonte italiano, le permitió resistir la crisis y salir rápidamente fortalecida, hasta tal punto de ser caso de estudio por su desarrollo económico en universidades argentinas y extranjeras.
Hoy, la ciudad va por más y está embarcada en un modelo de producción y consumo sustentable. En este camino, ya se dieron varios pasos: desde hace 10 años el municipio impulsa un plan de separación domiciliaria, que permite recuperar el 20% de los residuos. El 80% restante es procesado y convertido en materia prima. Con los restos de poda y los escombros se obtiene granza para la industria de la construcción; con los neumáticos triturados, gravilla para el asfalto, y con las botellas PET trituradas, muebles inoxidables y juegos para exteriores y plazas.
En 2003, en un predio de 33 hectáreas a pocos kilómetros del casco urbano, se inauguró el relleno sanitario. Desde 2008 funciona allí una Estación de Residuos Clasificados (ERC), donde tres cooperativas de ex cartoneros trabajan en la separación, clasificación y recuperación de la basura. Dentro del predio, 1.5 hectáreas están destinadas al Parque Tecnológico del Reciclado, donde se instalará una treintena de empresas destinadas a revalorizar los desechos. Ya hay siete emprendimientos con parcelas asignadas: un centro de acopio para aceite vegetal usado (AVU), un centro de valorización de residuos de poda y patio, un centro de tratamiento de residuos especiales, una planta procesadora de residuos de construcción, una planta de tratamiento de envases de agroquímicos (la primera en el país), una planta de tratamiento de residuos orgánicos para la fabricación de biogás y compostaje, y una planta de tratamiento de aceites minerales y neumáticos.

De basura a recursos
Hasta hace 10 años, los residuos se tiraban en un basural a cielo abierto y olor nauseabundo, en el norte de la ciudad, donde unas treinta familias se habían asentado en casillas muy precarias para vivir del cirujeo. Hoy, esas personas conforman las cooperativas de recicladores que trabajan en la ERC, y algunas retomaron la educación formal. "Tenemos dos chicas que están estudiando el profesorado de Biología", dice con orgullo Alejandro Jurado, biólogo, quien coordina el programa Rafaela más Sustentable, destinado a convertir la ciudad industrial en una urbe verde.
Porteño de nacimiento y rafaelino por adopción, Jurado hizo casi toda su carrera en Barcelona, desde donde fue convocado por el anterior intendente, Rafael Perotti, para coordinar el plan Rafaela más Sustentable, que la actual gestión de Luis Castellano continúa. El programa se enfoca en seis aspectos: gestión de los residuos sólidos urbanos, energías renovables, biodiversidad, movilidad sustentable, educación ambiental, economía verde.
Todo hogar en Rafaela tiene tres tachos de basura: uno para los residuos orgánicos o húmedos (cáscaras, ramas y hojas, papel limpio), otro para los envases plásticos y vidrios, y otro para los residuos especiales: pilas, baterías, equipos y partes electrónicas en desuso que no pueden ser tirados junto a la basura común porque son potencialmente contaminantes. A esto se sumó recientemente la recolección de aceite usado, con el que se fabrica biodiésel para el transporte público. Las fechas para la recolección de los residuos también son diferenciadas.
Lograr el compromiso de los rafaelinos con la separación domiciliaria de los residuos no fue fácil ni inmediato. "Al principio se hacía en algunos barrios, pero la mayoría seguía tirando todo en la misma bolsa", cuenta Florencia Abron, promotora ambiental. Su trabajo consiste en recorrer puerta a puerta los hogares para concientizarlos. Hasta hace un año, trabajaba en la Municipalidad cobrando estacionamiento en la vía pública. "Me ofrecieron hacer el curso de promotora ambiental y este trabajo me resulta mucho más interesante", confiesa.
La creación de empleos verdes inclusivos es otro de los pilares del programa Rafaela más Sustentable. Y así como los recolectores informales se convirtieron en trabajadores formales en la Estación de Residuos Clasificados, la recuperación de componentes electrónicos y la reparación de equipos informáticos también es una fuente de capacitación y empleo para los más jóvenes. El circuito empieza cuando se depositan las partes y losaparatos en desuso en los llamados puntos verdes móviles, que no son otra cosa que contenedores que viajan por la ciudad, con el fin de que los vecinos puedan periódicamente dejar allí sus residuos electrónicos. Otra opción es llevarlos hasta la ERC.
Una vez allí, un equipo de jóvenes que han sido capacitados en reparación de PC revisa los equipos, los arregla cuando es posible, y separa aquellos componentes que pueden ser reutilizados (cables, placas, tornillos). Los materiales y las sustancias no reutilizables y potencialmente tóxicas (mercurio y plomo, entre otras) son enviados a centros de tratamiento de residuos especiales.
Esta alternativa de capacitación laboral se propone a chicos de 15 a 17 años de barrios humildes que abandonaron el colegio. Desde 2010, unos 50 jóvenes han participado de esta iniciativa con gran compromiso, ya que más del 90% completó el curso de 6 meses, recuperando casi 100 computadoras que fueron donadas a escuelas primarias.

Todo es renovable
Los aceites vegetales usados, provenientes de los hogares y restaurantes, se convierten en un problema ambiental porque contaminan los acuíferos tanto si se los tira por la cañería como si van a parar a un basurero. Como respuesta, el municipio, junto al INTI y las cámaras industriales y empresariales de Rafaela, implementó en 2010 una campaña con grandes generadores, a la que este año se sumaron los hogares. Se diseñó un sistema para recoger el aceite usado en hogares y comercios, y almacenarlo en un depósito dentro del Parque del Reciclado. A partir de un acuerdo, la firma Bioenergy procesa el aceite usado en su planta de Roldán y lo devuelve al municipio como biodiésel. La clave está en juntar 20 mil litros de aceite cada 3 meses (equivalentes a un camión cisterna); para completar este cupo se convocó a localidades vecinas, como Ceres y Sunchales. El biogás es otro combustible renovable que se obtiene de desechos, en este caso residuos de poda. Asimismo, Rafaela implementó un sistema de semáforos e iluminación en plazas y edificios públicos con pantallas LED alimentadas por energía solar fotovoltaica.
Durante la Semana del Ambiente, que se celebra anualmente en junio, los más chicos y sus familias son protagonistas de una maratón de actividades: desde recorridos por ciclovías y edificios sustentables hasta obras de teatro y cine debate con temática ambiental. Las nuevas generaciones son las más conscientes de los peligros que amenazan la continuidad de la vida en el planeta, y suelen ser las encargadas de llevar esta preocupación y buenos hábitos a sus casas.
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