La eficiencia energética, materia pendiente



“En eficiencia energética no llegamos ni siquiera al 4”

Fecha de Publicación
: 19/09/2017
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Nacional


Está a cargo de la Subsecretaría creada para lograr que ahorremos gas, luz y combustibles. Asegura que aumentar las tarifas es condición necesaria, pero no suficiente para que particulares, comercio e industrias gasten menos.
A Andrea Heins le toca hacer escuela en una materia que para Argentina es casi desconocida: ahorrar energía. Con tarifas en alza, la subsecretaria de Ahorro y Eficiencia Energética del Ministerio de Energía de la Nación cree que está dado el primer paso para lograr lo que se pretende: bajar el consumo de gas, de luz y de combustibles sin resignar confort o crecimiento. La meta es, como mínimo, reducir seis por ciento el consumo para 2025.
Para eso hay que mejorar conductas, pero sobre todo incorporar nuevas tecnologías y otros modos de hacer las cosas. Anticipó que se impondrán también etiquetas de eficiencia en los calefactores y promociona el uso de calefón sin piloto. De paso por Córdoba, donde disertó en la Universidad Blas Pascal y en la MetalExpo, dialogó con La Voz.

–¿Cuál de todos los sectores es hoy en Argentina el más ineficiente?
–No hay un sector más ineficiente que otro. Si separamos sector industrial, transporte y un tercer sector que es residencial, comercial y público, cada uno consume un tercio de la matriz energética del país. No hay uno que sea más que otro, quizá el sector residencial en términos generales está más relegado porque ha tenido más subsidio en tarifa.

–No es la realidad de Córdoba.
–No, no lo es, hace varios años que tiene tarifas diferentes y se ve la diferencia.

–¿Hace falta una boleta cara para ser eficiente?
–Para un uso responsable, es una condición necesaria. No tiene sentido que hablemos de eficiencia si las tarifas no reflejan el costo real de la energía. Pero no es suficiente: no es que subiendo las tarifas todos los sectores serán más eficientes. Adecuarlas al costo real es el primer paso, después hay que implementar distintas políticas según marcos regulatorios, capacitación, financiamiento.

–La urgencia de ser eficientes, ¿es porque todavía hay aumentos de tarifa pendientes o porque a la Argentina la energía no le alcanza?
–Urgen las dos cosas. Depende de dónde pongamos el foco, si lo vemos en términos individuales, como los hogares o incluso la industria, la urgencia inmediata es la tarifa, y a nivel país tenemos un desbalance energético. Además, hay un impacto global que tiene que ver con la emisión de gases de efecto invernadero, quizá es menos tangible pero también impacta. Cada vez que consumimos energía en un algún lado de la cadena emitimos gases y estamos contribuyendo al calentamiento global.

–¿Cómo se compatibiliza el objetivo de crecimiento con menos consumo energético?
–Con eficiencia energética. Hay muestras concretas de países que en los últimos 30 años han crecido de manera sostenida y cuando uno ve el consumo de energía, se ha planchado o lo han reducido. Hay países que consumen menos que en 2000 y no han dejado de crecer. Sabemos que es posible. La tecnología existe, los mecanismos existen, estamos viendo cómo lo instrumentamos. Hay que desacoplar el consumo al crecimiento.

–Los hogares tienen que dejar de derrochar, ¿y después?
–Hay dos componentes, uno es reducción de consumo, que tiene que ver con lo conductual: apagar la luz si no estoy en un ambiente, setear el aire acondicionado en 24 grados, los 20-21 que recomendamos para el invierno. La otra parte tiene que ver con el equipamiento eficiente de las viviendas, qué tipo de luminaria compro o qué tipo de artefactos cuando tengo que cambiar la heladera, el aire acondicionado, el lavarropas. Estamos tratando de difundir el uso de etiqueta de eficiencia energética. Pero los dos componentes tienen que estar complementados.

–Pero así como se abarata la tecnología led, en equipamiento, lo más eficiente es mucho más caro.
–La tecnología es más cara que el estándar, pero la verdad es que es mucho más eficiente, consume de un 30 a 40 por ciento menos para el mismo servicio. Cuando uno hace la cuenta, se recupera en los dos o tres primeros años de uso.

–Aranguren dice que importamos 30 por ciento del gas y 15 de la energía. ¿Es factible cubrir el faltante sólo con eficiencia?
–En el corto plazo, hace falta ampliar generación, mantener importaciones o profundizar la generación de gas, pero no tengo dudas de que en el largo plazo podríamos trabajar sólo con eficiencia energética.

–Del 1 al 10, ¿cómo califica a la Argentina en la materia?
–No aprobamos. Ni con 4. Llevamos muchos años en que la energía era un recurso que no se valoraba. La energía estaba ahí, apretabas la tecla y estaba. No hay valoración del recurso como tal, y en la medida en que eso no ocurra, es difícil empezar a cuidarlo. Hace un año y medio hemos arrancado con cosas que el resto del mundo arrancó hace 30 años en Europa, 15 en Chile. La ventaja de empezar tarde es que conocemos la experiencia.
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