¿Nueva estrategia para limpiar el Riachuelo?

 


Cambió la fuente de contaminación del Riachuelo y la nueva estrategia para limpiarlo más rápido

Fecha de Publicación
: 18/08/2025
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Riachuelo


"En mil días vamos a poder tomar agua del Riachuelo”, prometía María Julia Alsogaray en 1993 al frente de la Secretaría de Recursos Naturales. Más de tres décadas después, esa meta parece tan lejana como entonces, pero se hicieron y avanzan acciones concretas para continuar recuperando el río y devolverlo a los vecinos. Sin embargo, el problema más profundo no flota en la superficie: hoy el 80 % de la contaminación del Riachuelo proviene de los efluentes cloacales.
Durante años, la imagen del Riachuelo estuvo ligada casi exclusivamente a los desechos industriales, aunque ese tipo de contaminación representa apenas el 20 % del total. El foco principal está en otra parte: la falta histórica de infraestructura cloacal, los pozos ciegos mal gestionados y los sistemas colapsados que siguen arrojando residuos directamente al río, sobre todo en municipios del Gran Buenos Aires.
Para revertir esto, el Gobierno nacional anunció la finalización del Sistema Riachuelo, una obra monumental que no se hacía desde hace más de 70 años y que incluye un gran colector paralelo al cauce y una planta de tratamiento sobre el Río de la Plata, que permite mejorar el servicio a 4,5 millones de personas y sumar a 1,5 millones más a la red.
El anuncio generó cruces políticos: mientras desde Nación se adjudican haberla terminado, referentes de la gestión anterior aseguraron que la obra ya estaba finalizada y solo restaban detalles para ponerla en marcha.
Más allá de las disputas, lo cierto es que esta infraestructura busca atacar el principal foco actual de contaminación del Riachuelo; los efluentes cloacales.
Desde que en 2010 la Ciudad puso en marcha el plan de saneamiento del Riachuelo como parte de la Autoridad de la cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR), se retiraron 5.000 mil toneladas de basura.
A 16 años del fallo histórico que ordenó (al Gobierno Nacional, la provincia de Buenos Aires y a la Ciudad de Buenos Aires) a restablecer el daño ambiental producido en la Cuenca Matanza-Riachuelo, como también su saneamiento, hace unos meses la Corte Suprema de la Nación puso fin a la supervisión del cumplimiento del Plan Integral de Saneamiento Ambiental del Riachuelo. Aunque la limpieza debe continuar.
"El espejo de agua volvió a tener flora y fauna. La idea fue que el vecino pueda acercarse al Riachuelo, a Caminito, a La Boca, y revalorizar toda esa zona. Hoy se puede estar: no hay más ese olor nauseabundo”, explicó a Clarín Ignacio Baistrocchi, Ministro de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires.
El Riachuelo atraviesa nueve comunas porteñas y, en su tramo dentro de la Ciudad, bordea espacios icónicos como la Vuelta de Rocha, a metros de Caminito, donde miles de vecinos y turistas circulan cada semana.
Mientras tanto, el desafío no es solo limpiar, sino evitar que se siga ensuciando. “Lamentablemente va a seguir… El problema no es lo que sacamos, sino que la gente siga tirando”, dijo Baistrocchi.
Pese a eso, el avance es visible: hace un año se recuperó una parte de la navegabilidad. “No podías entrar, hoy podés. De hecho, hay una empresa que llega hasta Caminito, viene de Puerto Madero y conecta los dos puntos. Si no hubiéramos hecho ese saneamiento, eso no podría haber ocurrido”, explicó el funcionario.

"Lamentablemente, compartimos este cauce con la provincia de Buenos Aires"
La limpieza del Riachuelo es una deuda histórica. En La Boca, el gobierno asegura que las reuniones con los vecinos son frecuentes y que el reclamo por mejorar la zona de Caminito y su entorno fluvial lleva años. “El pedido del Riachuelo, más allá del fallo que nos obligó a ponerlo en agenda, era un reclamo que nos sostenía como gobierno”, explicó.
Sin embargo, el trabajo diario convive con una dificultad: la tensa relación con la Provincia de Buenos Aires, con quien la Ciudad comparte el cauce del río. “Lamentablemente, compartimos con la Provincia de Buenos Aires este cauce, donde no se realiza este trabajo tan ferviente”, dijo Baistrocchi.
La Ciudad insiste en que realiza campañas de educación ambiental, refuerza la infraestructura con contenedores diferenciados y se enfoca en el manejo de los residuos. Pero, admiten, que no pueden controlar lo que pasa del otro lado.

Para limpiar más rápido
Hasta hace poco, la limpieza del Riachuelo en Vuelta de Rocha se hacía con dos catamaranes chicos, que podían cargar hasta 500 kilos de residuos por vez y tenían que frenar para descargarlos. Pero ahora, la Ciudad sumó una nueva embarcación mucho más potente, fabricada enteramente en Argentina, que puede cargar hasta 2.000 kilos sin parar y acelera el ritmo de limpieza en una de las zonas más visibles del sur porteño.
Este nuevo catamarán ya reemplazó a uno de los viejos, y hay planes para sumar otro más en un futuro. “En realidad, ya tenemos una, estamos agregando una segunda y la chica estamos pensando en reflotarla", detallo Baistrocchi.
"La primer ventaja es la eficiencia porque usa menos combustible para ir y venir y nos permite clasificar más rápido la basura que va al CEAMSE y la basura que se recicla", explicó el funcionario.
El dato no es menor: cada mes se retiran del Riachuelo entre 60 y 120 toneladas de basura. Y todo esto, según explicaron desde el Gobierno porteño, se hizo dentro de la licitación ya vigente. “No le costó a la Ciudad más plata, porque lo que se hizo fue optimizar dentro de la licitación”, aseguraron.
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