Alertan sobre daños a estuario por obra de infraestructura

 


Especialistas advierten que el acueducto a Médanos podría causar daño ambiental y en el estuario

Fecha de Publicación
: 24/11/2021
Fuente: La Nueva
Provincia/Región: Buenos Aires


La geóloga Eliana Pereyra Fernández (IADO, UNLPam) y el investigador Pablo Petracci (Gekko, UNS) señalaron “serias irregularidades” en el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto que propone captar agua del río Sauce Chico para abastecer a la ciudad. Alentaron la participación ciudadana.
Según los especialistas Pablo Petracci (Gekko, UNS) y la geóloga Eliana Pereyra Fernández (IADO, UNLPam), el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que se presentó ante la OPDS sobre el proyecto “Planta Potabilizadora y Acueducto Sauce Chico Médanos” (Villarino) presenta “numerosas y serias” irregularidades.
Por lo tanto, de concretarse la obra, no solo podría causar daño ambiental en el estuario de Bahía Blanca sino repercutir negativamente en la comunidad, por ejemplo, en épocas de sequía en la cuenca.
La obra a desarrollar prevé la captación de agua del río Sauce Chico (que desemboca en el estuario de la bahía Blanca) y la construcción de una planta potabilizadora para darle tratamiento.
Ambos profesionales señalaron la existencia de preocupación en la comunidad científica por la manera en que se abordó este proyecto cuya unidad ejecutora es la Dirección Provincial de Agua y Cloaca (DIPAC).
El investigador Pablo Petracci consideró que, dadas sus características, el EIA no puede ser considerado idóneo para avanzar en el proceso administrativo del proyecto y alentó a los ciudadanos a informarse y expresarse ante la OPDS.
“En principio, el Estudio de Impacto Ambiental no presenta una lista de los profesionales responsables de su elaboración. En segundo lugar, se utiliza información desactualizada y parcializada y, además, no propone alternativas al proyecto”, destacó.
Por otra parte, señaló que no establece correctamente el área de influencia directa e indirecta, ni considera el impacto aguas abajo sobre el ecosistema del estuario de la bahía Blanca ni en las áreas de reservas naturales más cercanas como la zona de los Humedales de la desembocadura del río Sauce Chico. Estos humedales son una reserva internacionalmente reconocida por la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, de la cual Petracci es consejero.
Además, hay que tener en cuenta que el río Sauce Chico es uno de los más importantes para el estuario en cuanto al aporte de volumen de agua dulce.
“Una mezcla progresiva de agua dulce en el agua salada del mar, genera características ecológicas muy importantes para el desarrollo de una abundante y variada biodiversidad marina, entre estas, muchas especies de peces que forman parte de los recursos de la pesca artesanal y deportiva local que se desarrollan en el sector”, advirtió.
Esta situación -explicó- se desarrolla principalmente en la zona interna del estuario, uno de los sectores más vulnerables de todo el sistema.
“Es llamativo que el estudio presentado no aborde un tema tan importante”, dijo.
Por último señaló la existencia de estudios de impacto ambiental muy cuestionados en el pasado, con aristas similares a las del presente proyecto.
“En el año 2009, el de la Planta de tratamientos cloacales de la Tercera Cuenca de ABSA y, en 2010, el Megaproyecto de Dragado hasta Cerri para la instalación de un nuevo Polo Petroquímico por YPF”, rememoró.
“Es grave que nadie esté informado al respecto, en una obra que afectaría al propio estuario, como a los futuros ciudadanos de la localidad ante eventuales sequías desarrolladas en la cuenca”, manifestó.

El aporte y la mirada de una investigadora y licenciada en Geología
Por su parte, Eliana Pereyra Fernández, quien se encuentra cursando un posgrado con especialidad en geología marina en el estuario de Bahía Blanca y es ayudante docente en la Universidad Nacional de La Pampa puntualizó otras irregularidades en el EIA.
En primer lugar, señaló que el caudal de agua del río Sauce Chico presenta un régimen hidrológico pluvial con solo dos crecidas anuales, por lo cual, depende de las precipitaciones.
En épocas de sequía su caudal se vería afectado seriamente y aumentaría el contenido salino, conformando un agua no apta para el consumo humano.
En segundo lugar,  planteó (en coincidencia con Petracci) que dado que este río vierte sus aguas en el estuario de Bahía Blanca, la captación de agua por parte del acueducto, al reducir su caudal, impactaría negativamente en la flora y fauna única de los humedales presentes en la desembocadura del estuario.
“En tercer lugar, cualquier modificación para la captación de aguas en un sector de la cuenca, repercute indefectiblemente en el sistema natural de los sectores de la cuenca, aguas arriba y aguas abajo y puede producir cambios en los procesos de erosión y sedimentación natural de este río”, indicó.
En cuarto lugar, sostuvo que el Estudio de Impacto ambiental (EIA), no tuvo en cuenta el estudio y evaluación ambiental integral de la cuenca y lo cuestionó por no remitir valores más nuevos de caudales (hay datos entre 1955-1988).
Aseguró, en quinto lugar, que no remite estudios físico-químicos del agua y que sólo menciona que es de excelente calidad en el capítulo 4 (p. 33) pero no se indica cómo es esa calidad en varios sectores de la cuenca, ni en el sector de captación.
En sexto lugar, el estudio no indicó ningún impacto en el ambiente (ecosistemas flora, fauna) de interacción río-mar en la desembocadura del estuario y áreas aledañas.
En séptimo lugar, no se contemplan pronósticos de disminución de caudales del río por eventos climáticos extremos, como las sequías.
Ambos especialistas motivaron a la ciudadanía a hacer valer sus derechos y a ejercer presión para echar luz sobre estos puntos ciegos del estudio.
“La participación y la presión ciudadana son de suma importancia para frenar este tipo de obras que implicaría un daño ambiental”, dijo.
La geóloga remarcó el escaso tiempo que se le dio a la gente para informarse acerca de una problemática de estas características.
“El EIA se presentó en junio pasado, pero no se le dio difusión. La participación ciudadana que brinda OPDS se abrió solo entre el 27/10 al 16/11 lo cual no dio tiempo a los ciudadanos a interiorizarse del tema”, dijo.
Petracci por su parte subrayó que la convocatoria a la participación ciudadana es un paso obligado que exige la normativa provincial vinculada a los procesos de Evaluación de Impacto Ambiental.
“En el pasado, gracias a la participación de las personas, se han modificado e incluso frenado proyectos que atentaban contra la salud y bienestar de las personas y el ambiente”, dijo.
Sugirió, en vistas de los avances en términos sanitarios con la pandemia de Covid, convocar a una audiencia pública presencial y extender el plazo de revisión del documento para que más especialistas puedan opinar al respecto.
Los especialistas compartieron la página de la OPDS dónde la gente puede participar con opiniones fundadas acerca de este proyecto: https://www.opds.gba.gov.ar/contenido/ParticipacionCiudadanaHome
Obra. La obra del acueducto se planteó como una solución a la falta de agua constante en la localidad de Médanos. “Hay declaraciones de concejales que explican que esta falta de agua es porque 20 bombas están averiadas fuera de servicio y por falta de arreglo por la empresa prestataria del servicio (ABSA). El problema viene desde el 2013”, dijo Eliana Pereyra Fernández.
Carencia. El abastecimiento actual de la localidad es mediante pozos (los pocos que funcionan) y antes del 2021 se proveía al pueblo con camiones cisternas que vienen de Bahía Blanca. Hace un par de semanas varias bombas estaban averiadas y muchos vecinos de la localidad estaban sin agua.
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