Nuevamente marchó Gualeguaychú

Masivo rechazo a la presencia de Botnia y a la ausencia del Estado

Fecha de Publicación
: 01/05/2013
Fuente: Diario El Argentino
Provincia/Región: Entre Ríos


“Seamos custodios de la naturaleza”. Con esa frase del Papa Francisco fueron recibidos ayer las miles y miles de personas que se acercaron al puente internacional “General San Martín” para reclamar la erradicación de la pastera Botnia (UPM) y proclamar la necesidad de reivindicar la vida.
La novena marcha al puente, el noveno abrazo al Río de los Pájaros, se realizó ayer luego de suspenderse el domingo por razones climáticas. El tiempo no fue un aliado esta vez de la manifestación o al revés: a pesar de la lluvia y de los numerosos inconvenientes de última hora, nada impidió que el pueblo –una vez más- exprese su innegociable alianza con la salud del río y la defensa de la vida.
Este año –como los anteriores- se convocó con un lema fraterno a todos: “Unidos por el agua, por el aire, por la vida” y nadie faltó a la cita.
Por otro lado, fue una jornada especial, cargada de significación: fue el Día de los Trabajadores. Fue también otro aniversario del Pronunciamiento de Urquiza realizado en 1951 en Concepción del Uruguay contra el gobierno centralista de Buenos Aires. Fue también el día de la Constitución Nacional, cuando en 1853 se aprobó la Carta Magna. No fue casualidad que se aprobara con la ausencia de los legisladores de Buenos Aires.
Y el de ayer, fue otro pronunciamiento claro contra el gobierno nacional (tanto de Argentina como del Uruguay), justamente para que la República no siga de rodillas frente a emprendimientos colonialistas como el de Botnia.
La gente comenzó a llegar al mediodía, principalmente en sus propios vehículos. Como ocurre siempre ante una convocatoria de la Asamblea, familias enteras desafiaron a la jornada para estar juntas y marchar en defensa de la vida.
Para aquellos que gustan de las comparaciones, fue sí la menos numerosa de todas; pero ganó en intensidad y compromiso. Porque una vez más el pueblo sigue reclamando como el primer día el NO a las papeleras y el SI a la vida.
No es una obsesión, sino una persistencia. Es la constancia y coherencia de una comunidad que sigue las enseñanzas de José Gervasio Artigas: “No vender el rico patrimonio de los orientales al vil precio de la necesidad”.
Al igual que el primer día, la Asamblea y los vecinos cumplieron con su compromiso de honor: “luchar por todos los medios pacíficos posibles y defender un medio ambiente sano para nosotros, para nuestros hijos y para las futuras generaciones”, tal como se rezó en la proclama de ayer.
Un párrafo especial merece el esfuerzo de las comunidades educativas. Por ejemplo, el Nivel Inicial se hizo presente a través de unas banderolas amarillas que tenían el nombre y las dos manos de un alumno, que fue tomado por un adulto para que nadie quedara sin participar.
Las remeras con el NO a Botnia también fueron parte de ese peregrinaje hacia el puente, que si bien no tuvo la convocatoria de otros años, fue emocionante ver a miles y miles caminando bajo la lluvia, buscando consolidar ese destino de río, de abrazos… justamente para que no se pierda la soberanía frente a la pastera y todas las formas de contaminación.
Mientras una comunidad sigue movilizada, los gobiernos y especialmente ambas delegaciones de la Comisión Administradora del Río Uruguay (Caru) se encuentran en actitud pasiva, embargadas en un silencio cómplice con los males que le ocurren a la naturaleza.
Hace cuarenta meses que se viene desarrollando el monitoreo continúo a la planta y a la desembocadura del río Gualeguaychú en el Uruguay… Cuarenta meses de silencio que no hace otra cosa que confirmar que se está frente a uno de los mayores econocidios en la región junto con el desmonte nativo, los agrotóxicos, los efluentes industriales y urbanos… y la pastera de la muerte. Nadie puede entender por qué ambos gobiernos guardan un silencio bastante parecido a la estupidez cuando se trata de una información vital para saber acerca de la salud y el ambiente. El Estado pierde la razón cuando en materia de salud no dice nada. ¿Hasta cuándo especularán con la paz social?

Perspectivas y contexto
Es mediodía en el óvalo del puente internacional. Un cielo plomizo amenaza la marcha. Los pastores aportan su Verbo (sentimiento, palabra y acción) y se comparte las enseñanzas del Libro de los Libros. Todos los pastores coinciden en reflexionar que hay que cuidar este Don de Dios que se llama naturaleza… vida. En el día de los trabajadores, ellos rompen el mito que dice que para producir hay que dañar el ambiente. La gente escucha… reflexiona… coincide… persiste a pesar de tanto desencanto.
La esperanza de un pueblo movilizado se hace intensa.
A las 14 comenzó la cuenta regresiva de diez para completar el abrazo al río. Esta vez no se cortó el tránsito y las miles y miles de personas volvieron a peregrinar hacia ese puente, que ha sido testigo de esta larga y heroica lucha.
Mate y termo en brazo, banderas argentinas y uruguayas flameando, las cintas amarillas del Nivel Inicial… y la convicción de que la única lucha que se pierde es la que se abandona.
El silencio de las autoridades nacionales y de la Caru contrasta con esta interpelación. El pueblo marcha y espera las prometidas respuesta. Se sabe que Botnia contamina… pero son los gobiernos quienes deben decirlo; porque para el pueblo no habrá monitoreo que pueda contradecir esta convicción.
En el noveno abrazo al río Uruguay, se observa que el torrente de agua está más contaminado que antes. Que siempre es mejor prevenir que remediar. Que hay que estar más unidos que nunca, justamente para que los gobiernos dejen de evadir sus responsabilidades.
La historia se está escribiendo. Y ayer se sumó un nuevo capítulo. Frente a los vendepatrias están los que marchan “unidos por el agua, por el aire, por la vida”. Y son cada vez más.
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