Contabilizar el carbono pasará a ser a obligatorio

La huella de carbono

Fecha de Publicación
: 07/09/2012
Fuente: El Cronista
Provincia/Región: Nacional


La contabilización de las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de una cadena productiva, conocida como 'huella de carbono', pasará de ser voluntaria a obligatoria. Cómo medirla, reducirla y por qué el no hacerlo podría transformarse en una barrera para exportar y acceder al crédito.
Todos los pasos que van desde la extracción de materias primas, a la elaboración de un producto, la llegada a los consumidores y su disposición final, dejan una huella en términos de emisiones de gases de invernadero al ambiente. Se la conoce como huella de carbono, y los países y empresas han comenzado a medirla.
Lo que empezó como un ejercicio académico, se trasladó a los mercados como parte de una tendencia hacia el consumo de productos ecológicos, y por la necesidad de mitigar el cambio climático. Los esquemas voluntarios de medición y reducción de la huella de carbono se vuelven obligatorios. Y podrían transformarse en una barrera a las exportaciones.
Este concepto es parte de la llamada huella ecológica, que contrasta la demanda de recursos naturales con la capacidad de la naturaleza para proveerlos (biocapacidad). En 2007, la huella ecológica de la humanidad era 1,5. Dicho de otro modo, se necesitaría un planeta y medio para regenerar los recursos y absorber las emisiones y desechos producidos por la humanidad cada año.
La huella de carbono, en cambio, se limita a un aspecto de la huella ecológica: el de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a lo largo del ciclo de vida de los productos, medidas en unidades de dióxido de carbono equivalente (CO2e), dado que este gas se ha tomado como referencia, pero existen otros cinco gases de efecto invernadero.
"Cada sector debe realizar un estudio sobre la cadena productiva para determinar dónde hay emisiones significativas", recomienda Soledad Aguilar, directora del Foro de Cambio Climático y Comercio, y profesora de Posgrado en Flacso.
En Unilever, "el 90% de las emisiones corresponden a la materia prima y el consumo, mientras que la manufactura y transporte son sólo el 5% del impacto ambiental", señala Tarcisio Mülek, responsable de Sustentabilidad de la multinacional. La compañía midió la huella de 1.600 de sus productos para obtener estas conclusiones. Para el 2020 la meta es reducir las emisiones de CO2 por debajo de su registro de 2008, sin afectar la producción.
El Banco de Galicia comenzó hace dos años a calcular las emisiones de CO2 equivalente de sus oficinas. "Reportamos tanto las emisiones directas sobre las que el banco tiene control, como indirectas, incluyendo las de servicios contratados y viajes en avión", explica María Alejandra González, responsable de RSE de la entidad. El banco lanzó el sitio medituhuella.com, donde empleados y usuarios pueden calcularla.
"Medir la huella de carbono nos permite analizar la eficiencia operativa, reducir costos, mejorar la reputación y acceder a líneas de crédito internacionales", destaca González.

Eficiencia y ahorro
Hoy conviven varios sistemas de medición, pero "los más utilizados son la PAS 2050 del Carbon Trust, y el GHG Protocol desarrollado por el World Resources Institute (WRI) y el World Business Council for Sustainable Development (WBSCD)", explica Aguilar.
"La reducción de la huella de carbono y el ahorro energético nos hacen más eficientes y presentan oportunidades en el desarrollo de redes inteligentes (smart grid) y sistemas de gestión de energía", afirma Rosangela Melatto, gerente de Responsabilidad Social de Intel para América. En 2010, el fabricante de chips redujo sus emisiones en un 80% frente a las de 1995. Para esto invirtió u$s 45 millones en proyectos de eficiencia energética en sus instalaciones .
Con paneles solares en los techos de su casa matriz, sistemas de eficiencia energética e incentivos para ir a trabajar en bicicleta en sus filiales, Google elimina 10 mil toneladas de CO2 equivalentes al año. "Medimos nuestra huella a nivel global, y desde hace cinco años esa medición da cero" afirma Kate Hurowitz, gerente de Comunicaciones de Google Green. La estrategia de sustentabilidad del buscador se basa en la "nube verde": los servicios para trabajar colaborativamente y a distancia permiten a empresas y consumidores un ahorro en traslados y energía del 85%.
En tanto, el grupo Telefónica mide sus emisiones globales de CO2 desde 2007, y se propuso una reducción del 30% de aquí a 2015. "Ya logramos una disminución del 20%", apunta Daniela Torres Espinosa, gerenta de Green TIC y Medio Ambiente. La compañía trabaja tanto en la eficiencia energética dentro de la organización, como en soluciones de "green IT" para clientes.

Borrando huellas
Al medir su huella de carbono, las empresas generan información que les permite optimizar el uso de los recursos y mejorar los procesos productivos, lo que implica también una reducción de costos. Por el lado de los consumidores, el etiquetado de huella de carbono aporta datos relevantes para decidir su compra.
En Danone, los objetivos de reducción de la huella de carbono global son ambiciosos: 30% de 2008 a 2012. Para ello, desarrollaron junto a SAP un sistema que recolecta automáticamente los datos de 35.000 productos a lo largo de su ciclo de vida.
"La sustentabilidad es un eje central del negocio. Esto hace que prioricemos a los proveedores locales para reducir emisiones provenientes del transporte", dice Ignacio Sabino, responsable de Comunicación Corporativa de la fabricante de adhesivos Henkel.
En la química Dow, una inversión de u$s 15 millones permitió reanudar, luego de 20 años, el transporte de cargas entre el polo industrial de Bahía Blanca y el puerto de Buenos Aires.
Con esta obra, "se redujo la emisión de 6.000 toneladas de CO2, equivalentes al consumo de 260.000 árboles", destaca Soledad Echagüe, directora de Asuntos Públicos de Dow. Además, se crearon 200 nuevos empleos en el puerto porteño, adonde ingresan 20.000 contenedores anuales adicionales sin incrementar el tránsito.

Empezar a reducir
La eficiencia energética y el uso de energías limpias son claves a la hora de reducir la huella de carbono. El primer paso es conocer el consumo energético y evaluar su eficiencia mediante una auditoría energética. Luego hay que tomar medidas. Algunas requieren una inversión programada, como el cambio o acondicionamiento de maquinarias y equipos por otros de tecnologías más eficientes. O la construccion o refacción de edificios según lineamientos de arquitectura sustentable como el LEED (Leadership in Energy and Environmental Design).
Entre las medidas menos costosas se cuentan: el aprovechamiento de la luz natural y el uso de lamparitas de bajo consumo; los sistemas automáticos que regulan la iluminación y temperatura ambiente según horarios o cantidad de personas.
También es fundamental el mantenimiento de máquinas, artefactos eléctricos y calderas, y utilizar filtros de aislación para evitar fugas y pérdidas de energía, coinciden Gerardo Kocsis y Juan Pablo Riquel, de Nabla Energía, que dictan talleres sobre Reducción de la huella de carbono en la Fundación Nuevos Aires.
El viaje cotidiano a la empresa es una oportunidad de reducción de emisiones. Evitarlo con teletrabajo tiene sus ventajas: se ahorra tiempo y dinero en viáticos y comidas, lo que implica hasta un 20% de aumento relativo del salario, según datos de la consultora Jobing. Las empresas también se benefician, ya que incrementa la motivación y la productividad. Y reduce hasta el 64% sobre el costo anual de cada empleado por menor necesidad de metros cuadrados de oficinas, mantenimiento e impuestos y gastos de energía, librería, café y comunicaciones.
Y cuando no queda otra que trasladarse, la bicicleta y el carpooling son alternativas sustentables. "Al compartir el auto para ir a la oficina se reduce el uso de combustible, estacionamiento, peajes, y se genera networking", dice Lucas Todres, fundador de Encamello.com, una plataforma para organizar carpooling. Por día entran a la ciudad de Buenos Aires 1,3 millones de autos, generando 5,7 millones de Toneladas de CO2 al año, según datos del gobierno porteño. El 70% de esos vehículos tiene un solo pasajero, con lo que la posibilidad de reducir emisiones vía carpooling es enorme. Hoy puede ser un buen momento para empezar.
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