Los desafìos para Juan Cabandié



Juan Cabandié, el último aparecido en Ambiente

Fecha de Publicación
: 13/12/2019
Fuente: La Voz del Interior
Provincia/Región: Nacional


¿Podrá Cabandié guiar al país hacia una realidad más sustentable? La crisis climática no es el único desafío.
“Yo soy Juan, el último aparecido. Soy el hijo de la sangre. Me puse sólo el alma adentro mío”, dice la letra de la canción Yo soy Juan, de León Gieco. Juan es Juan Cabandié Alfonsín, el nuevo ministro de Ambiente de la Nación, un nieto apropiado en la dictadura y el 77° recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo. La canción recuerda esa gran noticia.
Una letra de una canción, un pasado tortuoso, una militancia ferviente en el kirchnerismo (era un peso pesado en La Cámpora hasta 2018) y una larga tarea legislativa para sus 41 años (fue legislador porteño y diputado nacional).
No es el primer dirigente político sin experiencia en ambiente que ocupa esta cartera. Al asumir, el rabino Sergio Bergman, su antecesor, reconoció: “No tengo demasiado conocimiento técnico en el área de medioambiente, es más sentido común”. Y qué decir de María Julia Alsogaray, la secretaria de Ambiente de Carlos Menem por ocho años.
¿Podrá el “último aparecido en Ambiente” guiar el país hacia una realidad más sustentable?
El primer desafío es global y se trata de mitigar la crisis climática y adaptarse a ella. Parte de esas decisiones se están tomando en estos días en la cumbre sobre cambio climático de la ONU (COP25), que se lleva adelante en Madrid.
Cabandié habló ayer en la cumbre a horas de haber asumido. Fue un discurso que siguió la tradición diplomática argentina y resaltó los avances de la gestión de Bergman.
El desafío es lograr una matriz energética más eficiente y sustentable. El 52,5 por ciento depende de combustible fósiles, pero tiene mucho más enterrado en el yacimiento Vaca Muerta y todo parece indicar que la gestión de Alberto Fernández está dispuesta a extraerlo, como también lo hizo Macri.
La alternativa sería realizar una apuesta fuerte por las energías renovables. La gestión de Cambiemos encendió los primeros motores y a Argentina le sobra potencial solar y eólico.

Otros desafíos
Pero el desafío ambiental no se queda allí. Hay dos sectores productivos que traen divisas, pero que están cuestionados por el ambientalismo: minería y agricultura industrial.
Una política de mínima debería ajustar al máximo los controles y prohibir estas actividades cuando está en riesgo la salud de la población (pegadas a ciudades y a reservorios de agua, como los glaciares).
Pero quizá es tiempo de que el Estado abra un debate amplio sobre estas actividades e incentive formas más sustentables de extractivismo, además de garantizar la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones.
A su vez, el Estado debería mejorar el control de la ley de bosques e inflar su presupuesto, que no llega a ser el cinco por ciento de lo que establece la normativa. Un último desafío son los residuos. Argentina está al menos una década retrasada respecto de lo que están haciendo otros países.
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