Petroquímica Mosconi y el temor de vecinos

Otra vez, temor por incendio en la Petroquímica Mosconi

Fecha de Publicación
: 07/01/2018
Fuente: Realpolitik
Provincia/Región: Buenos Aires


Volvieron a fallar los controles y una intensa llamarada ardió con insistencia en una de las torres que dan a Camino Vergara. La inseguridad y la contaminación continúan a la orden del día en el complejo industrial más importante del país.
Ya en julio del año pasado, los vecinos y transeúntes del complejo ubicado en la unión de las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada se alarmaron cuando las antorchas de la petroquímica comenzaron a arder más de lo normal. En aquel momento las autoridades de la empresa salieron rápidamente a tranquilizarlos aduciendo que la anomalía se debía a “la puesta en marcha de unidades de cracking catalítico, que hizo que emanara más gas que el habitual”.
Esto sirvió de poco, ya que en los días previos un escape de gas tóxico los había obligado a evacuar a unos 200 trabajadores, de los cuales 18 terminaron hospitalizados con graves cuadros de intoxicación.
Las anomalías no son aisladas, y lo que debería ser un orgullo de autodeterminación nacional para la región es un verdadero calvario, donde la amenaza a la salud y la integridad son una constante para todo aquel que vive cerca.
Es que, sobrepasando los escasos controles por parte del Estado, y trascendiendo a los sucesivos gobiernos, la refinería infiere riesgos de todo tipo para los barrios mal localizados en la zona que antes era un descampado. Estos son sobre todo del tipo atmosférico, a través de la generación de gases inorgánicos como azufre, dióxido y monóxido de nitrógeno y carbono. También niños y adultos están expuestos a los metales pesados y aceites que emana, sufriendo todo tipo de afecciones, encontrándose entre las más comunes las respiratorias y problemas en la piel, además del riesgo mayor a contraer algún tipo de cáncer.
Estas anomalías fueron largamente denunciadas por los ambientalistas, e incluso sufrieron la condena de la Justicia, que tardó trece años en ratificar un fallo que obliga a YPF a ejecutar un plan de obras que reduzca la contaminación que genera la refinería. En esa ocasión, seis informes de monitoreo detectaron niveles de carbono, nitrógeno, azufre y material particulado por encima de lo permitido.
Detrás de esta pelea se encontró siempre el referente radical y vecino de Ensenada Marcelo “Pulpo” Martínez a través de la ONG “Nuevo ambiente”. De hecho, fue un denunciante crónico hasta diciembre de 2015, cuando la gobernadora María Eugenia Vidal le dio un cargo ni más ni menos que en la autoridad ambiental, y el militante se llamó a silencio.
Antes de que esto ocurra, el “Pulpo” Martínez insistía que “no hacía política partidaria, sino política ambiental”, y denunciaba “una agresión sistemática” hacia su persona y la ONG por parte del gobierno de turno. También se quejaba de que las autoridades “se negaban a recibirlo”.
Hace dos años se encuentra cobijado por la autoridad ambiental que, entre otras obligaciones, debe controlar el cumplimiento de las normas por parte de las empresas industriales y fiscalizar los recursos que pueden verse afectados por dicha actividad, y simplemente no las cumple, borrando con el codo lo que ayer escribió con la mano.
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