Desmonte en tierras mbya de San Ignacio



Crece el conflicto por desmonte y loteo en tierras mbya de San Ignacio

Fecha de Publicación
: 04/08/2017
Fuente: Primera Edición
Provincia/Región: Nacional


Una integrante de la comunidad Chapa'í denunció que ingresaron máquinas y tumbaron monte nativo. Hay polémica por una presunta cesión de tierras por parte del cacique. Intervino el Estado.
Esto ocurre pocos días después de que se conociera un caso similar en la aldea Tekoa Kokuereí, en el mismo municipio, donde "tumbaron" varias viviendas aborígenes, aunque el intendente Esteban Romero desmintió la denuncia y aseguró que la actuación se realizó por acuerdo entre privados y los aldeanos.
Ahora el pedido de ayuda para chapa'í salió de la misma comunidad, en la voz de Itatí Brizuela, la hija del cacique, que se viralizó a través de redes sociales.
“Estoy destrozada y muy preocupada por la comunidad. Desde el viernes estuvo trabajando gente de la Municipalidad, abrieron caminos, echaron árboles nativos, árboles frutales, nuestra medicina natural. Los chicos estaban tristes al ver como tiraban plantas de naranja, limones y palta. Estoy en un lugar donde no sé si mañana me van a venir a sacar con máquinas” dijo la integrante de la comunidad.
“Ya nos avisaron que van a sacar la iglesia, el salón y las casas donde viven mis hermanas. Les pido a mis hermanos de toda la provincia que vengan a ayudarnos, nos sentimos solos”, se lamentó Itatí. 
El video motivó una convocatoria  en Posadas para juntar firmas y presentar un petitorio al Gobierno, en particular, al Ministerio de Ecología.

A cambio de luz eléctrica y agua
Berenice Villalba Texeira, una de las personas autoconvocadas  frente a la Casa de Gobierno, comentó a este Diario que el vienes ingresaron a la aldea Chapa’í con máquinas, para sacar árboles nativos y abrir caminos, para comenzar con un loteo de las tierras.
“Esto se debe a que años atrás el intendente firmó papeles con el cacique de ese momento, dando el aval para que ocupen las tierras a cambio de agua y luz eléctrica, cuando en realidad estos son derechos adquiridos. A raíz de aquello hoy sucede esto. Nos hemos autoconvocado para ayudar a los hermanos guaraníes. Realizamos una juntada de firmas para entregar el petitorio al Ministerio de Ecología, para exigir que se detengan las acciones sobre este territorio”, explicó.
Por su parte, Mariana Pizarro, artista y activista por los derechos de las mujeres, comentó a PRIMERA EDICIÓN que las 180 hectáreas donde se volvió a desatar el problema de tierras, son propiedad comunal y no debería haber ningún cambio en ese predio.
Pizarro hizo referencia a una versión que circuló por las redes sociales en la que se comenta que la cesión de tierras a la Municipalidad la hizo el propio cacique y padre de Itatí Brizuela, luego de un partido de fútbol.
“En caso que así haya sucedido, la firma que efectuó el padre de la denunciante es absolutamente irregular, por las circunstancias en las que se llevó a cabo”, opinó.
“La situación es muy compleja porque se aglutinan varios tipos de violencia: violencia política, económica, institucional y de género, porque es esta mujer la que denuncia que dentro de su propia familia surgió el problema. Las versiones que nosotros manejamos es que las 180 hectáreas fueron vendidas y loteadas. Queremos que se garantice la integridad de todos los miembros de la comunidad, el efectivo cumplimiento de la Ley 26.160 y que se resuelva la problemática de los títulos de propiedad. Ellos necesitan del monte de la misma forma que nosotros”, remarcó. 
La activista entendió que “la lucha va a ser muy solitaria mientras el resto de la comunidad no entienda que los derechos ciudadanos implican responsabilidades ciudadanas, la cual es vigilar a los gobernantes elegidos para que cumplan las leyes y garanticen el bienestar de todos por igual”.

Avasallamiento por abandono
Integrantes del frente medioambiental Capuera, se hicieron presentes en la plaza 9 de Julio para acompañar la convocatoria que surgió tras la denuncia.
Eric Barney, miembro del grupo, explicó que acompañaron el reclamo en contra del avasallamiento a las comunidades indígenas.
“Esperamos que a través de la Ley 26.160, podamos evitar este tipo de ‘asalto’ a las comunidades aborígenes. Mientras tanto, las máquinas están tirando abajo árboles y demarcando intereses inmobiliarios en la zona. Es por eso que estamos con la urgencia de parar este atropello de los montes que afectan las tierras originarias de los paisanos”, subrayó.
En ese sentido, la antropóloga María Rosa Fogeler, también de Capuera, detalló que iban a solicitar al gobernador Hugo Passalacqua “que se involucre” y pare el accionar en el lugar.
“Nos movilizamos porque entendemos que ellos se encuentran muy solos como para canalizar el reclamo. Nos sumamos a otros ciudadanos y grupos comunes a reclamar a las autoridades que ellos tienen la competencia y la responsabilidad sobre esta situación y que cumplan su rol. Sabemos que están negociando por agua y luz, quedarse en tres hectáreas y entregar las 180 donde se están haciendo loteos y demarcando caminos, esa es la información que nosotros manejamos. Tenemos el pedido de ayuda de algunos de sus miembros. Ellos hoy no saben sobre qué partes van a avanzar las máquinas. Ya habían derribado árboles frutales y especies nativas. Se estarían violando leyes ambientales y de protección a las comunidades originarias”, opinó. 
Ante la consulta de por qué con tanta legislación que protege a los aborígenes siempre sufren de los mismos problemas, Fogeler explicó: “Ocurre porque las comunidades están muy abandonadas, porque las instituciones que se tienen que ocupar no trabajan para fortalecerlas. Sin subestimarlos, creo que están en una situación de vulnerabilidad y no están en condiciones de negociar con nadie”, remarcó.

“Deben hacer acatar la ley”
Diego Ciarmiello, referente de los guardaparques provinciales, dijo que  la Ley 26.160 es una ley de emergencia que fue sancionada hace más de una década y fue postergada hasta el 2013.
“Esta legislación establecía que debían demarcarse los sitios de ocupación, uso y valoración de cada comunidad aborigen. En esos territorios la ley prohíbe la expulsión o cualquier tipo de intervención sobre la comunidad hasta tanto no se les entreguen títulos de propiedad a los integrantes. Esto no se ha cumplido, es la cuestión profunda del problema, el Gobierno debe hacer acatar la ley”, subrayó. 
“Los fondos de la Nación llegaron pero se demarcaron muy pocas aldeas. Esto lo denunció el Equipo Misiones de Pastoral Aborigen (Emipa) en 2013. El Estado debe ordenar parar las máquinas y resolver la situación de las comunidades guaraníes”.
Ciarmiello estimó que donde está ocurriendo el problema es un territorio que no está demarcado como dice la ley, y que pertenecerían al municipio. “Pero esto tampoco habilita que puedan ingresar a derribar monte nativo porque para ello previamente debería haber acciones administrativas ante el Ministerio de Ecología”.

La versión del cacique
En búsqueda de una voz oficial, este Diario pudo dialogar con Emanuel Torras, co-coordinador del Programa de Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas.
Comentó que tomaron conocimiento del caso y se comunicaron con el cacique. “Nos dijo que no pensó que iban tener tanta difusión las declaraciones de su hija y nos indicó que este miércoles se presentará en el Ministerio de DDHH junto a otros trece miembros del Consejo de Participación Indígena de la provincia (CPI), para explicar que la situación no es tan así como ella denunció”, indicó el funcionario.

La ley
Sancionada y promulgada en 2006, en su artículo 1º, la ley 26.160 establece: “Declárase la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias del país, cuya personería jurídica haya sido inscripta en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas u organismo provincial competente o aquellas preexistentes, por el término de 4 años”.
ARTÍCULO 2º. “Suspéndase por el plazo de la emergencia declarada, la ejecución de sentencias, actos procesales o administrativos, cuyo objeto sea el desalojo o desocupación de las tierras contempladas en el artículo 1”.
El 21-10-2013 se prorrogó el plazo establecido hasta el 23 de noviembre de 2017.
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