El drama sanitario de los agroquímicos en el país



El desproporcionado aumento del cáncer y su naturalización

Fecha de Publicación
: 07/06/2016
Fuente: Diario Uno de Entre Ríos
Provincia/Región: Entre Ríos


Salud. Según la OMS es la enfermedad que más fallecimientos causa en el mundo. En Entre Ríos la cifra anual que se maneja es de entre 3.000 y 4.000 casos. Relato de un extrabajador rural acerca del uso indebido de los agroquímicos
"Nos están matando”. Tres palabras, quince letras y un mensaje cargado de significado. La afirmación pertenece a Fabián Tomasi, extrabajador rural de 50 años que vive en la localidad entrerriana de Basavilbaso. Él es un testimonio viviente y permanente de lo que pueden hacer los agroquímicos mal usados en un organismo, ya que padece polineuropatía tóxica severa a raíz del contacto con el glifosato y otras sustancias.
En diálogo con UNO, Tomasi afirmó: “El avance del cáncer en Entre Ríos es descomunal, la población muere por enfermedades generadas presumiblemente por los agroquímicos y se les está yendo de las mano su uso”. Lo que dice el hombre de 50 años no es absurdo, sino que fue confirmado el 20 marzo de 2015 por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando declaró a cinco pesticidas como “probablemente cancerígenos para los seres humanos”. Se trata del glifosato (sustancia activa del Roundup, de Monsanto uno de los herbicidas más vendidos) y los insecticidas diazinón, malatión, tetraclorvinfos y paratión.
En la Argentina se usan unos 300 millones de litros de glifosato en 28 millones de hectáreas, especialmente en las que se produce soja. Sobre este herbicida, el comunicado del IARC  señala que hay “evidencia limitada” de que puede producir linfoma no-Hodgkin en seres humanos y hay pruebas “convincentes” de que puede causar cáncer en animales de laboratorio. Su uso se disparó a partir del desarrollo de cosechas modificadas genéticamente para hacerlas precisamente resistentes al uso de este agente. Cabe recordar la descalificación por parte de las autoridades nacionales de los estudios realizados por el científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Andrés Carrasco que habían confirmado lo que hace más de un año asegura el organismo internacional.
“Carrasco tenía razón y nadie le dio importancia a sus dichos. Hoy en día el uso indiscriminado de herbicidas e insecticidas está matando a quienes trabajan en el campo y a los pueblos que están cerca de lugares donde se hacen fumigaciones. Es tremendo, no sé cuándo van a parar”, manifestó Tomasi al tiempo que agregó indignado y tajante: “Se trata de un gran negocio mantenido por muchos factores que van desde la medicina, el campo, la industria farmacéutica y demás. Hay cada vez más casos de cáncer que van desde niños hasta adultos sin evitar mencionar los abortos espontáneos. Esta situación crece año tras año y vivimos bajo un tremendo y engañoso plan agroalimentario del cual mientras algunos se llenan los bolsillos de dinero, otros mueren. Tienen que dejar de currar con que somos el granero del mundo porque se trata de un gran negocio que está matando personas”.

Intoxicado
Contrario a lo que aparenta su estado físico, Tomasi es valiente y fuerte. En Basavilbaso vive con su madre y su hija. Es conocido por su lucha constante y comprometida acerca de los graves problemas de salud que ocasionan a las personas el mal uso de los agroquímicos. Luego de varias llamadas fallidas, UNO logró contactarse con él para que contara su historia: “Lo que me mantiene vivo varios años después de que me diagnosticaran seis meses de vida es la obsesión en la que se convirtió para mí la pelea contra los agrotóxicos y la defensa de la vida”.
Tomasi se enfermó al poco tiempo de comenzar a trabajar en la carga de aviones fumigadores sin la protección adecuada. De esta manera contrajo una polineuropatía tóxica metabólica severa y es lo que lo mantiene “cada vez peor”. Él ahora está jubilado por discapacidad. “La Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) fue la que me dio la jubilación y cobro lo mínimo que son 4.950 pesos al mes. Me encasillaron para siempre en un sueldo tristísimo que no me alcanza para nada y encima por mi enfermedad no puedo trabajar de nada para generar otro ingreso en mi casa”, explicó el hombre que es piel y huesos y que no puede caminar con soltura y utilizar normalmente sus manos porque, tal como indica su historia clínica, “tiene funciones severamente disminuidas en ambas manos, piel a tensión sin huellas digitales, disfagia a sólidos (dificultad para deglutir), múltiples nódulos de calcio (reacción del cuerpo para encapsular y eliminar el veneno), disminución de fuerza muscular generalizada, alteraciones sensitivas, adelgazamiento y dermatomiositis”.
“Todo comenzó en 2005 cuando decidí probar suerte como apoyo terrestre en la fumigación área. Antes había trabajado de peón de campo, carpintero y obrero de la construcción”, relató Tomasi y prosiguió: “Trabajaba en negro y mis patrones nunca me dieron la vestimenta adecuada para protegerme de los vapores tóxicos o salpicaduras de productos como el glifosato. Nunca pensé que me iban a descuidar tanto. Tenía que abrir los envases de agrotóxicos que dejaban al costado del avión, volcarlos en un tarro de 200 litros para mezclarlo con agua y enviarlo al avión a través de una manguera”.
Fabián contó que cuando realizaba esos trabajos, lo hacía en verano y lo hacía “en patas y sin remera. Comía debajo de la sombra del avión que era la única sombra que había en las pistas improvisadas en el medio del campo. La única instrucción que  recibí fue hacerlo siempre en contra del viento, así los gases no me afectaban”, apuntó y destacó que “el agricultor me decía que eche todo que no deje nada porque había salido muy caro el líquido. Entonces, en vez de echar 600 mililitros que es lo que se debería, echaba un litro o un litro y medio por hectárea, y yo y mis compañeros nos tragábamos todo esto”.
El extrabajador rural señaló que con el tiempo las cosas empezaron a empeorar, fue a distintos consultorios y así fue que le terminaron diagnosticando polineuropatía tóxica -un síndrome neurológico que incluye un conjunto de enfermedades inflamatorias y degenerativas que afectan al sistema nervioso periférico- y es lo que le viene quitando la vida. Aunque Tomasi asegura que la medicina alternativa es la que lo mantiene vivo. “Se trata de una terapia neural que consistente en la aplicación en el cuerpo de inyecciones que funcionan como anestesia y tiene fines  terapéuticos. Dentro de todo me funciona bien ya que la medicina tradicional no sabe cómo actuar ante casos de intoxicación. Pero esto no quiere decir que no reconozcan que mi cuerpo está intoxicado por los químicos sino que por el contrario, los profesionales me lo confirman aunque pocos se animan a decir que nos están intoxicando, evenenando”.

Más casos
En diálogo con UNO, el médico Darío Gianfelici de Cerrito, alertó sobre la cantidad de casos de cáncer en numerosas localidades de la provincia. Sin dar muchos rodeos y tajante, el profesional de la salud aseguró: “La edad de los afectados es muy corta, va desde los 15 años en adelante y cada vez veo más casos. Si bien no hay estadísticas oficiales, sí puedo decir que hay un incremento de estas enfermedades en la región y se puede dar como ejemplo localidades como San Salvador en donde se hicieron estudios y se demostró una altísima incidencia de cáncer”.
Gianfelici, que participó en 2015 del Tercer Congreso Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados y que hace años se dedica a investigar las consecuencias en el ser humano del uso de agroquímicos, manifestó que el problema que hay en la provincia con el mal uso de agroquímicos es “un tema que preocupa mucho por el incremento en su utilización”. “Se está usando en grandes cantidades el glifosato y este está perdiendo efectividad porque las hierbas no deseadas son cada vez más resistentes, y como alternativa está por venir el glifosinato que es un herbicida similar pero más tóxico, por lo que el riesgo aumenta y lo hace mucho más severo”, alertó el médico.
Si bien el profesional de la salud no confirmó que haya una relación directa entre la mayor cantidad de casos de cáncer con el uso indiscriminado de  herbicidas, no descartó la posibilidad a raíz de lo anunciado en marzo de 2015 por la OMS. “Que aparezcan dos o tres casos por año de personas jóvenes en localidades como Cerrito, es para preocuparse. El cáncer tiene un alto riesgo de terminar con la vida, pero también lo que tiene que ver con malformaciones en personas por nacer, las cuales siguen estando”, apuntó y agregó: “Hace tiempo que están apareciendo muchos casos de enfermedades que están relacionadas con los agroquímicos o alimentos transgénicos. Creo que hay que tomar consciencia y reaccionar porque cuando se celebra que abran un servicio de oncohematología en el hospital materno infantil San Roque, en realidad quiere decir que hay más casos, más demanda por lo tanto no podemos ponernos contento sino que hay que ver por qué hay más casos de niños con cáncer, con leucemia”.

Comprometidos
Tanto Tomasi como Gianfelici son dos personas comprometidas por el excesivo uso de agroquímicos. Y así lo plasmó el médico de Cerrito: “Es necesario que las autoridades analicen este tema que debería preocuparnos a todos por igual, porque es la salud de la población. Se debería proteger a la ciudadanía del uso de estos productos cancerígenos como el glifosato”.
A los dichos de el profesional de la salud, el extrabajador rural de Basavilbaso agregó: “Hay que reaccionar y frenar de una vez por toda esta situación. En la provincia cada día hay más personas con cáncer, he visto desde niños hasta jóvenes derrumbarse por esta enfermedad que a mí todavía no me ganó”.
Fabián se negó a hacerle un juicio a la empresa en la que trabajaba, la cual es culpable de su estado de salud en la actualidad y prefirió focalizar sus energías en la lucha contra los agrotóxicos. “Aunque hasta ahora no he conseguido nada, simplemente que me escuchen y por ahí dos o tres reaccionen. Siempre digo que soy la sombra del éxito, un éxito inexistente porque es un castillo de arena. Esto está dando plata ahora, pero somos 12 millones los afectados por el agronegocio pero espero que pronto se revierta. Si bien no sé qué hay que hacer, por ahora marco lo que se está haciendo mal y que no hay manera de tirar este producto que nos afecta a todos”, afirmó Tomasi.
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