Tiburones cuidados por investigadores



Tiburones cuidados  

Fecha de Publicación
: 03/10/2015
Fuente: CONICET
Provincia/Región: Nacional


Dos investigadores del CONICET estudian a estos peces para ayudar a proteger a las poblaciones que a lo largo de la historia han sido seriamente diezmadas.
Hasta que la vitamina A pudo ser sintetizada de forma artificial, era extraída del aceite de hígado del tiburón en general y del cazón en particular ya que la contenía en abundancia. Hubo una gran demanda que incrementó la pesca y llevó a estos animales al borde de la extinción.
“Comparado con otras especies de peces, estos tienen ritmos de crecimiento muy lentos y tasas reproductivas muy bajas. Entonces aunque la explotación sea pequeña, se ven muy afectados” explican el investigador asistente Alejo Irigoyen y el becario doctoral Gastón Trobbiani, que trabajan en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET) estudiando el comportamiento de diferentes poblaciones de tiburones como cazones y gatopardos.
Los científicos comentan que para poder obtener información que capitalice la investigación realizada, capturan a los animales para colocarles una marca externa sobre una aleta. La señalización está identificada con un número. Al ser recapturados y teniendo en cuenta el destino y la distancia recorrida por el ejemplar, pueden reconstruirse patrones migratorios de las especies. La obtención de estos datos, permite conocer patrones de comportamiento y así pensar acciones tendientes a la conservación.
“El proceso de pesca y marcado del animal está pensado para que el tiburón no sufra ni tenga mucho agotamiento”, explica Trobbiani.
El pasado 17 de agosto, un observador científico capturó en Uruguay, un ejemplar de cazón que había sido marcado por Irigoyen y Trobbiani en la costa de Puerto Madryn. El tiburón había recorrido más de 1500 km.
“Haber identificado a este animal, nos permitió corroborar una hipótesis que indica que en todo el Atlántico sur existe una única población de cazones y que al llegar la primavera, migran desde las aguas del sur de Brasil y Uruguay, donde pasan los meses más fríos del año, hasta la Patagonia Argentina. Por eso para cuidarlos, debemos elaborar estrategias conjuntas entre los tres países”, afirma Irigoyen.
Para los investigadores la información obtenida a partir de este espécimen es muy importante para la protección de los tiburones. Se debe tener en cuenta que las posibilidades de volver a capturar un animal marcado son bajas: de un centenar de ejemplares señalizados, este es uno de los primeros que ha sido localizado por los científicos.
El cazón aparece en la lista roja que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), clasificado como especie vulnerable a nivel mundial y en peligro crítico en el Atlántico. Sin embargo son muy pocos los estudios que se han elaborado en la región sobre estos peces.
“La colaboración de pescadores artesanales, industriales y deportivos que reportan las recapturas de cazones marcados por científicos, resultan piezas claves del rompecabezas para conocer, estudiar y poder cuidar de manera eficiente nuestro patrimonio natural”, concluye Irigoyen.
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