La otra cara de la soja, la desertificación

Argentina: desertificación, lado escondido del boom granario

Fecha de Publicación
: 22/06/2013
Fuente: Comunicación Ambiental
Provincia/Región: Nacional


"En forma simultánea al incremento de los rendimientos, la frontera agrícola se ha desplazado hacia zonas más frágiles, tradicionalmente mixtas o ganaderas, en muchos casos ocupadas por montes nativos. Es por ello que las más de 200 mil hectáreas por año que se quedan sin su cobertura natural de bosques donde sufren grave riesgo de desertificación."
 Hoy 17 de junio se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación, un problema del que poco se habla, a pesar de que amenaza la sustentabilidad en la producción de alimentos. En Argentina, por el imaginario del país "granero del mundo", se trata también de un tema oculto, subordinado al éxito del modelo agroexportador. Asimismo, un problema relacionado es la degradación de los suelos fértiles, porque también afecta la capacidad de producir. En tal sentido, un reciente estudio del INTA, difundido por la Secretaría de Ambiente de la Nación, concluye que el suelo pierde nutrientes. Incluso contabiliza esta pérdida en casi 4 mil millones de dólares, para la campaña 2010- 2011.
El trabajo "Extracción y balance de nutrientes en los suelos agrícolas de la Argentina", elaborado por Gustavo Cruzate y Roberto Casas del Instituto de Suelos del INTA fue publicado por el Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación, una iniciativa de la Secretaría de Ambiente de la Nación. Allí se alerta: "Se registra una elevada extracción de nutrientes no repuestos en igual magnitud, que provoca un deterioro progresivo en la fertilidad de los suelos poniendo en peligro la sustentabilidad de los sistemas productivos".
Desde la visión de la Economía Ecológica, siempre se cuestionó la rentabilidad del modelo agroexportador. Incluso el biólogo Raúl Montenegro de FUNAM, lo llama una "agricultura minera" puesto que extrae minerales sin reponerlos. Por lo cual, un recurso renovable como el suelo, se está convirtiendo en no renovable. De esto se trata el proceso de desertificación, el fenómeno por lo cual los suelos no pueden volver a ser fértiles que sucede en tierras áridas, semiáridas o subhúmedas secas. Sin embargo, en las zonas húmedas, la degradación también es un problema grave.
"Las cifras correspondientes al balance entre la extracción de nutrientes por los principales cultivos y los aportes por fertilización, continúan siendo deficitarias en los suelos agrícolas de la Argentina", así describe la situación el trabajo. En tal sentido, detalla que para la campaña 2010/11 se extrajeron 3.93 millones de toneladas de nitrógeno, fósforo, potasio, sodio y calcio, de los cuales sólo se repusieron 1.26 millones de toneladas. Esto representa un 34.6 por ciento de reposición, es decir, un déficit de casi el 65 por ciento.
 El informe detalla además que el fósforo disminuye a razón de 1 a 2 partes por millón por año. Del mismo modo, la materia orgánica del área núcleo (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) sufrió un descenso de 0,5 por ciento en las últimas tres décadas. Y destaca: "Esta especie de “subsidio” que la riqueza natural de nuestros suelos otorga al usuario de la tierra y al estado, en realidad no es otra cosa que una pérdida paulatina del capital suelo".
Así entonces, haciendo bien las cuentas, el negocio no es tan negocio. "En términos económicos, se observa que la exportación neta de nutrientes en grano, correspondiente a la campaña agrícola 2010/11, fue de alrededor de 2.57 millones de toneladas, lo que representa una cifra de U$S 3.63 mil millones", cuantifican los investigadores del INTA. No estaban tan equivocados entonces los movimientos sociales que plantean de la soja: "Pan para hoy, hambre para mañana".
Es decir, como bien analizan los autores: "Si en los márgenes brutos de las explotaciones agropecuarias se incluyeran los costos de reposición de nutrientes extraídos por las cosechas, la rentabilidad de los cultivos sufriría variaciones en función del sistema de rotación elegido. Serviría además para demostrar la dificultad de obtener planteos sustentables tanto desde el punto de vista físico como económico, cuando la visión es estrictamente cortoplacista".
La problemática de la pérdida de fertilidad es más aguda con el avance de la deforestación. Según aclaran los investigadores: "En forma simultánea al incremento de los rendimientos, la frontera agrícola se ha desplazado hacia zonas más frágiles, tradicionalmente mixtas o ganaderas, en muchos casos ocupadas por montes nativos". Es por ello que las más de 200 mil hectáreas por año que se quedan sin su cobertura natural de bosques donde sufren grave riesgo de desertificación. Y la gran responsable allí es la sojización, que cuadriplicó la superficie en las últimas dos décadas.
Según los investigadores del INTI: “La situación descripta indica la existencia de sistemas productivos que no son sostenibles, afectando negativamente los niveles de fertilidad e incrementado los procesos de degradación de los suelos y, por ende, limitando el crecimiento de la producción agrícola nacional".
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