Otro foco de contaminación del Salí-Dulce

La Justicia Federal investiga otro posible foco de contaminación de la Cuenca Salí-Dulce

Fecha de Publicación: 04/10/2008
Fuente: Primera Fuente
Provincia/Región: Tucumán


Se trata de efluentes provenientes de lagunas de sacrificio destinadas al tratamiento de desechos que serían originados por el ingenio Marapa y el sistema cloacal de Juan Bautista Alberdi.
Los piletones se hallan en la localidad de Los Guayacanes y, según la denuncia, carecen de tratamiento e impermeabilización alguna. Se estaría afectando al arroyo Matazambi, afluente de la cuenca Salí-Dulce y se teme por el estado de las napas freáticas de la zona. Temen por el estado sanitario de una comunidad cuya supervivencia económica está ligada a este curso de agua.
El fiscal federal Nº 2, Carlos Brito, tiene en sus manos una nueva causa vinculada a otro posible foco de contaminación de la Cuenca Salí-Dulce. El miércoles, se ratificó una denuncia por parte de las ONGs Pacto Verde (Monteros) y Unión de Vecinos del Sur (Univec, Concepción) a través de la cual se solicita que se investigue el posible daño ambiental que causarían los líquidos provenientes de diez piletones destinados al tratamiento de efluentes, en la localidad de Los Guayacanes (a seis kilómetros al este de la ciudad de Juan Bautista Alberdi).
Se trata de diez piletas de tierra las cuales, según se manifiesta en la denuncia, no constan “de ningún tipo de dispositivo de seguridad y monitoreo sobre las sustancias y no están de manera alguna impermeabilizadas”. “El líquido tiene contacto directo con el suelo de estos receptores artificiales”, agregaron.
Si bien en la presentación judicial se requirió a la Justicia indagar el origen de estos efluentes, en diálogo con primerafuente, Gustavo Masmud (referente de Univec), estimó que provendrían del ingenio Marapa -se trataría de vinaza- y del sistema cloacal de Alberdi (en la presentación se solicitó que se investigue a los generadores de estos líquidos). Los desechos llegan a los piletones luego de recorrer campos y localidades pobladas a través de un canal a cielo abierto. Se presume, de esta forma, la aparente violación de la ley nacional 24.051 (sobre residuos peligrosos).
“La atmósfera circundante al lugar de emplazamiento de los cuerpos receptores de los líquidos, es infernal, pues no se puede respirar ni permanecer mucho tiempo cerca. No es posible imaginar, como las familias que habitan la localidad desarrollan su vida en esas condiciones, tremendamente hostiles para el ser humano. Esta situación es inconcebible. Lo único que se sacrifica, es el derecho a un ambiente sano”, sostiene la denuncia.
Estas lagunas de sacrificio, para los ambientalistas, representan un serio riesgo de contaminación de las napas freáticas por escurrimientos descontrolados así como la proliferación de moscas y otros insectos. “Todo esto causa un grave daño a la salud de la población aledaña, ya que consumen agua de extracción de pozos construidos en cada una de sus casa-habitación”, se advirtió.
Una vez que los efluentes industriales, son recepcionados en estos piletones, tienen un tiempo de residencia que apunta a la decantación de los sólidos. Para los ecologistas, el problema se suscita debido a la aparente ineficacia de este proceso de tratamiento, ya que, según sostienen, los efluentes terminan desembocando a través de una acequia en el arroyo Matazambi, afluente del río Salí.
“Este líquido (…) es de un color marrón, con un fuerte olor y a una elevada temperatura. Se advierte, que el efluente es altamente peligroso puesto que a los lados del canal se puede ver que no hay organismos vivos”.

Habitantes del la zona, bajo el riesgo y la miseria
La causa, además, también describe el posible daño humanitario que sufriría una comunidad de alrededor 30 personas de la localidad de Las Lomitas, en la rivera del Matazambi (sobre el kilómetro 1.168 de la ruta 157).
Este arroyo proveía de agua para consumo doméstico, riego y la cría de ganado a estas familias. Sin embargo, se advirtió que tras la instalación de estos piletones, el agua se transformó en un riesgo para la supervivencia de estas personas.
“Los animales mueren sin causa aparente, las hembras preñadas paren sus crías y estas nos sobreviven, lo que se traduce en un daño profundo a la economía básica de los habitantes. Los lugareños carecen de agua potable y se ven obligados a consumir directamente o indirectamente el líquido del curso del Matazambi”, sostiene en forma textual la presentación judicial a la que tuco acceso primerafuente.

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