Para salvar a los yaguaretés hay que "conectar"



Las conexiones que pueden salvar a los yaguaretés  

Fecha de Publicación
: 18/05/2017
Fuente: Conicet
Provincia/Región: Nacional


Aislados y con poco espacio. Así viven los pocos yaguaretés que resisten en la selva misionera ante el deterioro de su hábitat por el avance de las actividades agropecuarias y las plantaciones agroindustriales. De acuerdo a las estimaciones de relevamientos de científicos realizados en la zona, apenas quedan 65 ejemplares en toda la provincia y en las áreas vecinas de Brasil.
Para poder garantizar su supervivencia, un grupo de investigadores del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM) analizó cuáles son las mejores zonas para conectar las áreas donde aún quedan yaguaretés y elaboró un plan para conservarlas. Estas acciones, explicadas en un trabajo publicado recientemente en la revista Animal Conservation, permitirían no solo recuperar y mantener el entorno natural para esta especie, sino también para otros animales nativos.
La investigación que se llevó adelante en Misiones –en la que trabajaron en conjunto científicos de Argentina, Italia y España-, se centró en cinco áreas del territorio provincial ubicadas dentro del Corredor Verde, una región de casi un millón de hectáreas que forma parte del Bosque Atlántico y que se extiende por parte de Argentina, Brasil y Paraguay.
“Evaluamos las áreas que aún conservan bosque nativo y pueden servir de corredores, las dividimos en parches de distinto tamaño de acuerdo a los lotes o propiedades en las que se encuentran. Fuimos analizando la situación de cada área a través de distintas variables: si están o no en una zona protegida, si están atravesadas por rutas, cuál es el estado de conservación del hábitat y cómo es la conectividad con otras zonas”, explica una de las autoras del proyecto, la becaria doctoral del CONICET en el IBS, Julia Martínez Pardo.
El relevamiento de datos incluyó imágenes satelitales y registros de GPS de animales que están bajo seguimiento. Con un método informático basado en el enfoque de la teoría de grafos –una técnica matemática que permite explicar cómo funcionan las conexiones-, se realizaron mediciones que determinaron el valor de cada área, aplicando una serie de índices que combinan las distintas variables analizadas y ayudan a establecer cuáles son los parches más importantes dentro de cada zona. “Es un método muy completo que da información no solo del ranking de importancia de los parches sino también del por qué son importantes. Eso también ayuda a direccionar las medidas de manejo y permite adaptar el análisis a distintas escalas”, detalla la bióloga, que nació y se formó en España, realizó una Maestría en la Universidad Nacional de Córdoba y se radicó en Misiones hace 4 años para estudiar de cerca al yaguareté en su tesis de doctorado.
Con los datos analizados se elaboraron propuestas para proteger las áreas y potenciar la conectividad entre ellas, lo que permitiría que los yaguaretés puedan moverse entre los grandes remanentes de selva que aún subsisten en la región. “La aplicación de estos métodos analíticos es fundamental no sólo para resolver problemas concretos de conservación como los abordados en este trabajo, sino también para utilizarlo como ejemplo para aplicarlo en otros países y ambientes con problemáticas similares”, comenta Santiago Saura del Joint Research Centre de la Comisión Europea en Italia, co-autor del trabajo y uno de los principales especialistas de estos análisis de conectividad.
Las situaciones que ponen en riesgo a los yaguaretés en Misiones son múltiples y van desde los desplazamientos por la transformación de grandes superficies destinadas a la ganadería, hasta la muerte de individuos por cacería y atropellamientos. “Hay parches que son muy importantes y están atravesados por rutas y existe un riesgo latente de que los yaguaretés mueran atropellados. Para evitarlo, es necesario identificar estas zonas con carteles y colocar reductores de velocidad, a fin de que los conductores circulen con precaución, sumado a una infraestructura vial adecuada para áreas de protección de la fauna”, ejemplifica Martínez Pardo. Además, señala que la mayoría de las zonas que fueron determinadas como más relevantes están por fuera de áreas protegidas, por lo que la necesidad de adoptar medidas de protección es urgente.
Para la recolección y el procesamiento de datos, los científicos contaron con la colaboración y el apoyo del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones, la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA) y la Fundación Vida Silvestre Argentina. “El análisis de los registros de GPS de animales monitoreados nos sirvió para saber qué distancia son capaces de recorrer los yaguaretés: cuántos kilómetros se están moviendo y con qué dificultad lo hacen. Esto nos da una idea de cómo se desplazan a través de áreas ganaderas o de plantaciones forestales”, agrega el investigador asistente del CONICET en el IBS, Carlos De Angelo, otro de los autores de la investigación.
Este nuevo trabajo se vincula con otras investigaciones de las que participó el IBS, como un reciente estudio que determinó que en todo el Bosque Atlántico de Argentina, Brasil y Paraguay queda apenas el 3 por ciento del hábitat original del yaguareté. “Una de las principales conclusiones de ese estudio era que mantener interconectadas a las poblaciones es fundamental para lograr la preservación de la especie. Esta nueva investigación nos permite dar un paso más hacia ese objetivo”, señala el investigador asistente del CONICET en el IBS, Agustín Paviolo, quien participó de ambos.
Para los investigadores, la información obtenida a través de estos relevamientos será de gran utilidad para la implementación de medidas de protección por parte del estado provincial y nacional. “Lo ideal sería que organismos como el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales y Renovables de Misiones tengan en cuenta estos datos para el ordenamiento territorial que establece la Ley de Bosques Nativos. Esta norma contempla el otorgamiento de subsidios que se pueden utilizar, por ejemplo, para fomentar que los propietarios no conviertan el área a cultivos y protejan áreas boscosas que, según se comprobó en el estudio, son de gran importancia para la conservación”, opina Martínez Pardo.
“Nuestro objetivo principal fue generar una herramienta para que los planes de ordenamiento territorial tengan en cuenta información específica acerca del yaguareté, no solo porque está amenazado, sino porque se trata de una especie paraguas, que necesita de grandes extensiones de terreno para vivir. Cuidando al yaguareté se puede logar la conservación de un montón de otros animales nativos, posibilitando el correcto funcionamiento de todo el ecosistema y evitando la pérdida de la biodiversidad en el Bosque Atlántico”, finaliza la becaria.
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