Misiones logra reducir la deforestación

Destacan que en Misiones se redujo en forma drástica la tasa anual de deforestación

Fecha de Publicación
: 29/07/2013
Fuente: Misiones On Line
Provincia/Región: Misiones

En Sudamérica, la denominada Selva Misionera, Selva Paranaense o Bosque Atlántico del Alto Paraná -compartida con Paraguay y Brasil, con mayor proporción en Misiones, Argentina- ocupa desde el 2011 un lugar de alto riesgo en el ranking de las organizaciones internacionales de conservación, ya que figura en el quinto lugar entre los diez hotspots forestales más amenazados del mundo, entre Indo-Birmania, Nueva Zelanda, La Sonda, Las Filipinas y Las Montañas del Suroccidente de China, en Asia (Pacífico); la Provincia Florística de California en Estados Unidos; y Bosques Costeros de África Oriental, Madagascar y las Islas del Océano Indico, Afromontañas Orientales, en África. Así se publicó en el libro sobre Hotspots de Biodiversidad (Distribución y Protección de Áreas Prioritarias de Conservación).
La importancia global de estos ecosistemas radica en que son los 10 tipos de bosques que se consideranhotspots (puntos calientes) por su alto valor ambiental ante la biodiversidad única que poseen para el planeta. Se trata de sitios naturales que perdieron más del 90% de su hábitat original y cada uno alberga -como mínimo- a 1.500 especies de plantas endémicas (que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra).
Si estos bosques se pierden, tales especies endémicas se extinguirán. De igual manera, estos bosques constituyen potencialmente el sustento vital de cerca de 1.000 millones de personas, que viven con o de estos ecosistemas selvátivos, dependiendo en forma directa o indirecta de lo que estos recursos naturales proporcionan.
ArgentinaForestal.com dialogó con Manuel Jaramillo, coordinador del Programa Selva Paranense de la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) en Puerto Iguazú, sobre esta situación y la importancia ambiental del sitio que, en gran porcentaje, se conserva en manos de los misioneros y que, además, ocupa un lugar vital a nivel mundial. “El Bosque Atlántico del Alto Paraná alberga al menos a 20 mil especies de plantas, de las cuales el 40% son endémicas. Más de dos docenas de especies de vertebrados se encuentran en peligro crítico de extinción como también seis especies de aves (que están restringidas a una pequeña porción del bosque en la región nororiental de Brasil)”, detalló y remarcó a su vez que “hay cerca de 100 millones de habitantes de Brasil, Argentina y Paraguay que dependen, en gran medida, de esta parte del bosque que se conserva para el suministro de agua dulce para su consumo y actividades productivas o industriales. No obstante, lo que no se pone en este ranking es su estado de amenaza, ya que sólo se mantiene el 8% -según el análisis global- de su superficie original”, advirtió Jaramillo.
En Misiones, única provincia argentina donde está presente la Selva Paranaense, existían originalmente unos 2,57 millones de hectáreas de estos bosques. Pero recientes estudios desarrollados por la FVSA sobre imágenes del año 2010 indican que la superficie remanente en la actualidad es de aproximadamente 1,49 millones de hectáreas, lo que implica un 58% de la superficie original. “Esta situación hace a la provincia de Misiones la responsable de la conservación de más del 50% de la superficie remanente de estos bosques globalmente amenazados”, expresó Jaramillo. “Afortunadamente, la superficie deforestada anualmente logró disminuirse desde 18.800 hectáreas por año en el período 1989-2004 (datos de Guerrero Borges 2007), a 6.700 ha/año para el período 2004-2010 (Milkovic 2012)”, citó el coordinador de Vida Silvestre.
Diferentes factores aportaron a este escenario. Según Jaramillo, entre ellos se encuentra “la sanción de la Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos, la crisis económica internacional o el propio efecto de la menor disponibilidad de tierras aptas para el desmonte y el cultivo pueden haber influido en la disminución de la deforestación en este período”, dijo.

Factores de presión
Las amenazas para la conservación del Bosque Atlántico son muchas y diferentes según los países y el estado de conservación en los mismos. En el caso de Brasil, donde los remanentes de la Selva Misionera están principalmente relacionados a las áreas protegidas o a las zonas no aptas para el cultivo, la principal amenaza se da en la ecorregión de Serra do Mar, próxima a la ciudad de San Pablo, por el avance de la infraestructura y el urbanismo. En Paraguay, a pesar de las leyes que lo restringen, el principal factor de riesgo se presenta ante la habilitación de nuevas áreas para el cultivo agrícola (principalmente plantaciones de soja).
En tanto, en Misiones serían múltiples las actividades productivas que ejercen presión sobre la conversión de los bosques nativos, dijo Jaramillo. “A mayor escala, la ganadería se transforma hoy en un factor importante de presión sobre el bosque nativo. A menor escala, los cultivos anuales -muchas veces realizados sobre tierras fiscales o privadas ocupadas ilegalmente- producen cambios rápidos y drásticos sobre la cobertura forestal nativa. Y, con alrededor de 400 mil hectáreas de plantaciones forestales de especies exóticas, la actividad forestal ocupa en la actualidad aproximadamente el 15% de la superficie total originalmente cubierta por la Selva Paranaense. En muchos casos, estas plantaciones fueron instaladas en áreas previamente desmontadas y utilizadas para otras actividades agrícolas o ganaderas”, puntualizó.

Crear conciencia ambiental
Para lograr avanzar en conservación y proteger los recursos naturales se necesitan fondos económicos, tanto de origen público como privado, pero aún es necesario despertar la conciencia y el compromiso de la clase política tanto provincial, nacional como internacional sobre la necesidad de invertir en este “capital natural”.
Jaramillo reflexionó al respecto en la entrevista que “lamentablemente se suele considerar a la conservación como la antípoda de la producción. Este discurso, frecuente en los ámbitos políticos y empresariales -que a mi juicio muchas veces sólo tiene la intención de confundir a un sector de la sociedad no muy informado en la temática-, carece totalmente de lógica en los tiempos actuales. La conservación es parte fundamental del desarrollo sustentable, si no se conservan los bosques que protegen las cuencas hídricas no habrá agua en las napas disponible para dar de beber al ganado o cultivar el tabaco; por otra parte, si no hay suficientes áreas con bosque nativo no habrá aves en abundancia para mantener controladas muchas plagas que atacan a los cultivos. Tampoco habrá insectos que realicen la polinización de nuestros frutales o de las flores de los jardines de las chacras. En resumen, perderemos muchos de los Servicios Ambientales que día a día usufructuamos sin retribuir de manera alguna”, señaló el especialista.
Asimismo, indicó que “es necesario concienciar a la opinión pública y a través de ella a la clase política sobre la importancia de invertir en la conservación y recuperación de este “capital natural”, dijo.

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