50 millones de litros de glifosato por año solo en Córdoba

En la provincia se aplican más de 50 millones de litros de glifosato por año

Fecha de Publicación
: 01/07/2013
Fuente: El Puntal de Río Cuarto
Provincia/Región: Córdoba


En la última campaña se sembraron 6 millones de hectáreas de soja y maíz que son fumigadas con este herbicida. Un informe de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados advierte que en el país el consumo de agroquímicos aumentó un 858% en 22 años, pese a que la superficie cultivada sólo creció en un 50%
En la provincia de Córdoba se aplican más de 50 millones de litros de glifosato por año. El dato sólo incluye la cantidad de herbicida utilizado, en promedio, para fumigar las más de seis millones de hectáreas de soja y maíz sembradas en la última campaña. En base a la misma estimación, en el departamento Río Cuarto se aplican más de 6 millones de litros de este agroquímico.
Esta realidad se encuentra en consonancia con lo que ocurre a nivel nacional: “El consumo de agrotóxicos en Argentina aumenta continuamente”, advierte un informe que analiza el mercado de los pesticidas en el país elaborado por los Médicos de Pueblos Fumigados desde la Red Universitaria de Ambiente y Salud (Reduas). Con cifras alarmantes, los profesionales subrayan el impacto que esta situación provoca en la salud de la población.
En base a datos de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), el informe revela que el consumo de pesticidas a nivel nacional aumentó 858% en los últimos 22 años, la superficie cultivada lo hizo en un 50%, mientras que el rendimiento de los cultivos solo creció un 30%.
Según el documento, en la campaña 2012/2013 se aplicaron 317 millones de litros de pesticidas en los campos del país, de los cuales 200 millones corresponden a glifosato, el producto más utilizado en Argentina.
De esta manera, las ventas de agroquímicos se incrementan año a año: en el último período este rubro alcanzó una facturación de 2.381 millones de dólares.
“La pujanza del negocio no nos preocuparía tanto si no se fumigaran con esta enorme cantidad de veneno áreas de monocultivos intensivos donde viven más de 12 millones de personas. Estos mismos ciudadanos son expuestos todos los años, durante los mismos meses, a los mismos venenos, pero todos los años se aumenta la dosis de los mismos y paulatinamente se los mezcla con otros tóxicos más peligrosos aun”, expresan con preocupación desde la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.

Más dosis
La expansión de los cultivos transgénicos en las dos últimas décadas en Argentina ha provocado una creciente aplicación de agroquímicos. Pero, a su vez, los datos demuestran que el actual modelo productivo necesita aplicar cada vez más cantidad de estos productos para cultivar una misma superficie.
Mientras que en 1996 -momento en que comienza a sembrarse soja transgénica en el país- se recomendaba aplicar hasta 3 litros de glifosato por hectárea por año, según Reduas hoy en la misma hectárea se llegan a aplicar hasta 12 litros anualmente.
Este dato, afirman desde la red universitaria, “demuestra la incapacidad del modelo de agricultura tóxica para enfrentar las respuestas adaptativas de la naturaleza, como el surgimiento de resistencia en las plantas. La única respuesta refleja es aumentar la dosis de venenos”, cuestionan.
En tanto, diversos especialistas consultados por este diario indicaron que, en promedio, actualmente se aplican 8 litros de glifosato por hectárea por año. De este modo, en la provincia de Córdoba durante la última campaña se aplicaron más de 50 millones de litros de este herbicida para cubrir las 6.340.840 hectáreas de soja y maíz sembradas en 2012.
En el departamento Río Cuarto, los últimos datos disponibles indican que en la campaña 2011/2012 la superficie cultivada con soja y maíz era de 760.000 hectáreas. Es decir que, por año, en la región se aplican más de 6 millones de litros del herbicida Roundup.
Incluso, a esas cantidades se le suma la fumigación que se realiza en otros cultivos antes de la siembra, y hasta en la jardinería hogareña, aunque ambos usos representan un porcentaje mínimo en comparación con las grandes cantidades que se utilizan en los campos de soja y maíz transgénicos.
Estos dos cultivos concentran no sólo la principal demanda de glifosato sino también del resto de los agroquímicos utilizados: de los 317 millones de litros de pesticidas aplicados en la última campaña en el país, 258 millones fueron utilizados en maíz y soja.

Un aumento desproporcionado
En 2012 el consumo total de plaguicidas había llegado a 335 millones de litros y venía aumentando continuamente, en base a datos de Casafe retomados por los Médicos de Pueblos Fumigados. “En algunos años, por cuestiones más que nada climáticas, disminuyeron levemente los volúmenes fumigados, pero la serie extendida demuestra una consistente curva ascendente en el consumo de agrotóxicos”, expresan en el informe.
Además, citando a las cámaras del sector, explican que el año pasado el volumen utilizado disminuyó levemente (un 5%), debido a que se vendieron preparados con mayor concentración de los principios activos.
De cualquier manera, el crecimiento en el uso de agroquímicos durante las últimas décadas revela una gran desproporción respecto al incremento de las superficies cultivadas en Argentina.
“En 20 años, de 1991 a 2012, la superficie cultivada de cereales y oleaginosas aumentó un 50%, de 20 a 30 millones de hectáreas, y el consumo de agrotóxicos pasó de 39 millones a 335 millones de litros por año, un 858% más de volumen utilizado”, sintetizan en el documento.
Frente a estas cifras, el ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de Río Cuarto Claudio Sarmiento explicó que, aunque la superficie sembrada crece año a año, la cantidad de agroquímicos necesarios es cada vez mayor debido a las características del modelo productivo.
Por un lado, indicó, “algunas malezas están desarrollando resistencia al herbicida glifosato y se están aplicando más litros cada año”. De cualquier modo, subrayó que el consumo de fertilizantes es lo que más ha aumentado debido a la pérdida de fertilidad del suelo y a que el sistema de siembra directa no remueve el suelo como la labranza convencional, impidiendo así que entre oxígeno y se liberen nutrientes de la materia orgánica.
A todo esto, el informe de Reduas agrega: “En insecticidas la utilización de productos de reconocida toxicidad, como clorpirifós, también acompaña este proceso de aumento progresivo y sistemático a lo largo de los dos decenios”.

Por habitante
En base a las numerosas investigaciones científicas que en los últimos años han revelado efectos tóxicos de los agroquímicos en la salud, los Médicos de Pueblos Fumigados alertan en su informe las implicancias que las cifras enumeradas pueden adquirir para la población.
“Los 315 millones de litros de venenos que se vierten en el país, significan una dosis de 8 litros por habitante. Sin embargo, en las zonas agrarias estas cifras son muy superiores”, aseguran.
Para ejemplificar uno de los impactos más preocupantes de esta situación, Reduas retoma una investigación realizada por la Municipalidad de Hernando que reveló que en esa ciudad, en los últimos diez años, los casos de cáncer aumentaron un 258%. “El vínculo con la elevada y progresiva exposición a los agrotóxicos de reconocida potencialidad oncológica es muy fuerte”, reflexionan.
Frente a este panorama, el informe concluye: “Herbicidas, insecticidas, acaricidas, fungicidas, son todos venenos destinados a matar seres vivos. Claramente son productos tóxicos, de uso agrario (de allí: agrotóxicos), de distintas toxicidades, algunos más letales otros menos agresivos, pero todos son venenos con impacto sobre la salud humana”.
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