La agonía de la Ceamse

La agonía de la Ceamse y el desafío de la basura 

Fecha de Publicación
: 29/06/2012
Fuente: El Día - Por Marcelo Garriga - Vicedecano de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata
Provincia/Región: Buenos Aires - Capital


El sistema actual de disposición de residuos instaurado por el gobierno militar hace más de 30 años, a través de la empresa “Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado” (Ceamse), atraviesa hoy su fase terminal. La inexistencia de nuevos terrenos y localizaciones para la disposición final y la inminente concentración de la basura en Norte III (ubicado en la localidad de San Miguel del conurbano bonaerense) acentúan el agotamiento del modelo.
Efectivamente Norte III se convertirá en un futuro cercano en el único predio destinado al tratamiento de la basura. Cabe aclarar que opera en un predio alquilado al Ejército argentino (quién pasará a tener cierto poder de monopolio sobre el uso de la tierra); hay un único contratista responsable de las tareas vinculadas a la disposición final y tiene solo un camino de acceso al relleno.
En este escenario, la experiencia exitosa de la presión ciudadana contra los rellenos de Ensenada y González Catán, que determinó el virtual cierre de estos centros , alimenta el riesgo de protestas sociales contra el funcionamiento de Norte III. En particular considerando el aumento del impacto ambiental que cabe razonablemente esperar al ser el centro depositario de la totalidad de los residuos generados en el área metropolitana. Como lo revelan numerosos estudios especializados que evalúan los costos de las externalidades ambientales (disamenity costs), el impacto del relleno sanitario sobre los vecinos (la localidad huésped) es proporcional al tamaño del centro y a su escala de funcionamiento. Cuanto más importante es el relleno, mayores son los perjuicios en términos de ruidos, olores, enfermedades, contaminación del agua, interrupción visual, entre otras, lo que aumenta la resistencia de los vecinos a la permanencia o instalación de nuevos rellenos.

Otros Riesgos
Esta morfología del mercado de la disposición de residuos maximiza los riesgos de posibles colapsos y deja un enorme poder de mercado en manos del único contratista y del propietario de la tierra. La existencia de un solo relleno sanitario imposibilita realizar una competencia por comparación (yardstick competition) con otros rellenos del área metropolitana, de forma de controlar los costos y la calidad de prestación del servicio.
Esta forma de organización de la disposición de residuos, que ha desembocado en un solo relleno sanitario, operado exclusivamente por una empresa estatal con un esquema de incentivos mal diseñado, tiene una vida útil limitada, relacionada con el tiempo de completamiento físico del relleno Norte III. Sin la apertura de nuevos rellenos sanitarios, el modelo actual de disposición y tratamiento de residuos se encamina inexorablemente al final de sus posibilidades operativas. El problema es que los terrenos requeridos para la habilitación de nuevos rellenos, no se podrán obtener con la facilidad y premura que seguramente imperó en el esquema original, dada la lógica propia de un gobierno autoritario como el que diseñó e implantó el sistema.
Por el contrario, en un contexto democrático y con vigencia de las instituciones, la habilitación de nuevos predios destinados a la disposición de residuos requiere concebir y poner en marcha adecuadas políticas de incentivos, compensaciones a la población huésped de la basura (host fee), mecanismos de consulta y participación ciudadana, estrategias de debate y consenso con los gobiernos locales, y modalidades de control ambiental diferentes al modelo vigente. En este sentido cabe señalar que en el área metropolitana de Buenos Aires no se abrió ningún relleno sanitario desde la restauración democrática.

Cuestión de Costos
Un problema central del sistema actual es el régimen tarifario vigente en el Ceamse, donde los municipios no asumen la totalidad de los costos de disposición y transporte , con lo cual no tienen incentivos a buscar un lugar donde disponer sus residuos. Cada municipio intenta disponer la basura lo más lejos posible de su jurisdicción. De manera casi inevitable, este esquema desemboca en la concentración de la basura, con todas las resistencias sociales y ambientales ya señaladas.
Pero al mismo tiempo, es fundamental que el diseño del esquema de incentivos permita que los individuos (hogares) efectivamente perciban el costo que resulta de la generación de residuos. No existe conciencia en la población de que los residuos que se derivan del proceso de producción y consumo deben ser dispuestos en algún lugar, o, en caso contrario reciclarse o reutilizarse. La generación de basura tiene un costo para la sociedad y de alguna forma hay que pagarlo. Todos quieren tener la basura lejos, pero nadie quiere hacerse cargo de los costos de esa decisión. No hay a nivel de los consumidores ni de los productores, señales de precios que lleven a internalizar el costo de producir basura. El precio de los servicios de recolección y disposición a nivel domiciliario (que en general se cobra mediante la tasa municipal de alumbrado, barrido y limpieza) es independiente de la cantidad de basura que se produce, al tiempo que existen muy pocos planes e incentivos para separar los residuos reciclables de aquellos que no lo son.
Implementar un nuevo sistema de disposición de residuos en el área metropolitana de Buenos Aires no es una tarea sencilla, dado que se observa un alto grado de informalidad, la disposición ilegal de la basura es una práctica habitual y no hay una cultura hacia una menor generación de residuos y cuidado del medio ambiente. Pero es necesario comenzar a generar las señales de precios e incentivos que conduzcan a un nuevo modelo de recolección y tratamiento de los residuos sustentable económica y ambientalmente.
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