Once genios contra la contaminación

Once genios argentinos contra la contaminación

Fecha de Publicación: 22/08/2009
Fuente: Crítica Digital
Provincia/Región: Buenos Aires - Nacional



Son estudiantes de Ingeniería Química, resultaron finalistas de un concurso internacional y competirán en Alemania contra equipos de todo el mundo. Si ganan, prometen aplicar su innovación en las zonas más pobres del país.
“Es nuestra oportunidad para solucionar un gran problema de contaminación”, dice Augusto García que tiene 21 años y estudia ingeniería química en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires. Él, junto a diez chicos de entre 20 y 26 años, todos estudiantes del ITBA, son finalistas del concurso Mondialogo Engineering Award, organizado por Daimler AG –propietaria de la marca Mercedes-Benz en la Argentina– y Unesco. La final se realizará del 6 al 9 de noviembre en la ciudad de Stuttgart, Alemania. Treinta grupos de estudiantes presentarán distintos trabajos que colaboran con el cuidado del medio ambiente. El del participante argentino consiste en un pequeño artefacto que elimina el arsénico de las aguas subterráneas. El aparatito se anexa a las canillas y hace que el agua no dañe a la salud.
“El concurso busca promover el diálogo intercultural, el entendimiento y el intercambio entre personas jóvenes”, asegura Eugenia Guerra, una de las representantes de Mercedes-Benz. Quien resulte ganador se llevará 300 mil euros con los que se financiará la puesta en marcha de la iniciativa.

EXPERIMENTOS. La potabilización del agua y el descarte de arsénico son investigados por el laboratorio desde hace dos años. Sin embargo, el grupo de trabajo se formó en octubre del año pasado, “cuando se presentó la posibilidad económica a través del concurso”, explica María Marta Fidalgo, profesora asociada del Departamento de Ingeniería Química del ITBA. “Existen otras opciones tecnológicas para remover el arsénico, pero nosotros pensamos una solución para zonas de muy bajos recursos. Además de ser una opción económica es muy fácil de usar”, cuenta.
Las zonas del país elegidas para poner en marcha la prueba piloto son el norte de Mendoza y Santiago del Estero, porque “son las más necesitadas, tienen muchos problemas de contaminación y muy bajos recursos”, explica Javier Figueyra, estudiante de tercer año de ingeniería química. Pero los especialistas explican que la contaminación de aguas con arsénico también puede observarse en algunas zonas del Gran Buenos Aires, como sucede en Junín, Benavídez o en General Pacheco, donde los vecinos acuden a las municipalidades con estudios médicos que confirman el daño producido por la ingesta de aguas contaminadas con arsénico.
Los jóvenes innovadores saben que son muchos los lugares que padecen de la presencia de esa sustancia y por eso coinciden en que su mayor deseo es poder hacer realidad el proyecto “en aquellos lugares en donde se necesite”. Si resultan ganadores, piensan aplicar la técnica no sólo en casas particulares, sino también en clínicas y escuelas. “Es elemental que la gente se sienta involucrada con este trabajo y sea consciente de lo mal que hace tomar agua con arsénico”, dice García, estudiante de cuarto año de ingeniería química. Florencia Tassano Viaña también cursa el cuarto año de la misma carrera y está emocionada por ser parte del proyecto: “Lo primero que escuché es que unos profesores estaban haciendo una convocatoria para saber qué alumnos estaban interesados. Cuando me enteré de que se trataba de remoción de arsénico en agua me entusiasmó mucho más porque tengo familiares en el interior y sufren ese problema”.

UN VENENO INVISIBLE. El arsénico es una sustancia química que se encuentra naturalmente en el subsuelo en diversas regiones del mundo. El país asiático de Bangladesh es, hasta ahora, el más afectado en todo el planeta. El consumo reiterativo y prolongado de agua contaminada con este componente químico es extremadamente nocivo para la salud. La mayoría de las personas enferma sin darse cuenta, porque el agua no tiene ningún olor o sabor extraños. Pero con el tiempo, empiezan a aparecer manchas en la piel, sensación de ardor, cansancio crónico, pérdida de la sensibilidad en las extremidades o gangrena, entre otros síntomas.

Orden judicial para Junín
La Suprema Corte de Justicia bonaerense condenó al municipio de Junín por suministrar agua con alto contenido de arsénico. Sostuvo que esa sustancia “entraña un peligro cierto a la salud de los habitantes de la zona” y lo instó a comenzar en menos de 90 días acciones contundentes para limpiar el agua. El fallo sienta jurisprudencia. El amparo fue presentado por un grupo de vecinos contra la Municipalidad de Junín. La Corte instó a intervenir en forma “formal y expresa” al ente público de contralor –Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires (OCABA)– “en aras de establecer un programa que fije un comportamiento definido con adecuada precisión técnica”.

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