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Investigan como recuperar suelos con la lombriz



Lombriz de tierra: una clave de la producción agrícola

Fecha de Publicación
: 07/03/2014
Fuente: Portal argentinainvestiga.edu.ar
Provincia/Región: Nacional


Desde hace dos siglos, se conoce la importancia de la lombriz de tierra como factor que mantiene la fertilidad de los suelos. Un equipo de investigadores analiza el impacto de los manejos agropecuarios en la Región Pampeana sobre la ecología del suelo. Para ello, estudia la contribución de las lombrices de tierra a los servicios ecosistémicos, como el control de la erosión y la provisión de agua.
Las lombrices de tierra son probablemente los organismos más importantes en los ecosistemas productivos, debido a su influencia en la descomposición de la materia orgánica, desarrollo de la estructura del suelo y el ciclo de nutrientes. Es por esto que suele asociarse la presencia de lombrices con la calidad del suelo, ya que tienen un importante papel en los ecosistemas donde son consideradas especies clave. Constituyen la mayor zoomasa del suelo y contribuyen a su formación en tanto que participan en forma activa en los ciclos del carbono y del nitrógeno, promueven la actividad microbiana y mejoran las propiedades físicas y químicas del suelo, entre otras acciones beneficiosas.
En la Universidad Nacional de Río Cuarto, docentes investigadores llevan adelante estudios tendientes a evaluar el impacto de los manejos agropecuarios sobre la ecología del suelo, específicamente sobre la meso y macrofauna edáfica y sobre el proceso de descomposición de la materia orgánica.
En el Tercer Congreso Nacional de Ecología y biología del suelo que se realizó en la Universidad, los profesores Florencia Vaquero, José Bedano y Analía Becker, del departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales, presentaron dos trabajos titulados “Procesos ecosistémicos en suelos agrícolas de la Región Pampeana argentina: la contribución de las lombrices de tierra” y “Metodología para la separación de agregados biogénicos de lombriz de tierra en Molisoles templados de la Región Pampeana argentina”.
En el primero de los trabajos, los investigadores explican que los servicios ecosistémicos son las condiciones y procesos a través de los cuales los ecosistemas naturales y las especies que los mantienen saludables sustentan y satisfacen la vida humana. El recurso suelo media en numerosos servicios, entre ellos, el ciclado de nutrientes y el control de erosión y provisión de agua.
Las lombrices de tierra ingieren materia orgánica y suelo mineral, produciendo grumos y agregados biogénicos, los cuales mantienen protegida la materia orgánica de su rápida degradación o de su pérdida de erosión, pudiendo convertirse luego en elementos estables del suelo.
El objetivo de los investigadores a través de este trabajo fue analizar la contribución de las lombrices de tierra a los servicios ecosistémicos de ciclado de nutrientes, control de erosión y provisión de agua, y el efecto que tienen tres manejos agrícolas sobre esta contribución. Para ello, eligieron cuatro sistemas de manejo: siembra directa (rotación intensiva de cultivos, uso reducido de agroquímicos y fertilización de reposición) durante 30 y 12 años (SD30 y SD12, respectivamente), siembre directa con monocultivo de soja (SD-MC) y un sitio natural sin manejo por aproximadamente 100 años (NA) como sitio de referencia.
Los profesores Vaquero, Bedano y Becker precisaron a Argentina Investiga que en cada sitio se tomaron cinco muestras a tres profundidades: 0-10, 10-20 y 20-30 centímetros. Se analizó cantidad, peso y volumen de los agregados, materia orgánica particulada y estabilidad de agregados al agua, comparando agregados biogénicos con suelo circundante, y entre sistemas de manejo. Según los datos obtenidos por los investigadores, “los agregados biogénicos presentaron mayores porcentajes de materia orgánica particulada y humificada que el suelo circundante y fueron más estables”.
En tanto, “los manejos afectaron a las lombrices y, en consecuencia, a la producción de agregados, presentando valores mayores de las dos fracciones de materia orgánica los agregados encontrados en el sitio NA (sitio de referencia) que en los sitios manejados. Dentro de éstos últimos, los mayores valores de materia orgánica y de estabilidad de agregados se observaron en el sitio SD30 (siembra directa durante 30 años). “En consecuencia -indicaron los investigadores- el sistema con monocultivo de soja no recibe ninguno de los servicios ecosistémicos considerados en esta contribución”.
“Se presenta evidencia empírica de la influencia de las lombrices en procesos edáficos claves para la provisión de servicios ecosistémicos y del impacto que reciben en sitios manejados, lo que resalta su rol como organismo fundamental en el planteo de los sistemas de producción agrícola de la Región Pampeana argentina”, agregan los docentes.

Ingenieros del suelo
Las lombrices son consideradas “ingenieros del suelo” por el rol que cumplen en éste, dado que consumen materia orgánica que mezclan con suelo mineral, maceran y eliminan para producir agregados biogénicos, en los cuales la estabilidad y la concentración de la materia orgánica podrían tener un importante impacto sobre las propiedades físicas edáficas.
La agregación del suelo es una propiedad ligada directamente con su capacidad para proveer al servicio ecosistémico de retención de agua y almacenamiento de carbono, destacan los investigadores y añaden que no existen prácticamente datos para los suelos templados de Argentina sobre agregados biogénicos. Por eso, este trabajo tuvo como objetivo desarrollar una metodología para la toma de muestras a campo, su traslado a laboratorio y la posterior separación de los grumos y agregados biogénicos de lombriz de tierra del suelo circundante, en suelos templados de la Región Pampeana argentina.
A partir del estudio los investigadores lograron identificar y extraer de la muestra los grumos y agregados biogénicos y conservarlos para utilizarlos luego en determinaciones físicas y químicas. Además, se confeccionó un esquema de evolución temporal entre grumos y agregados y se realizó un registro fotográfico exhaustivo. La metodología es útil para los suelos y las especies de lombrices presentes en la Región Pampeana argentina.
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Pasivo ambiental de minera próximo a remediarse



Esperan plan para traslado del plomo

Fecha de Publicación
: 18/12/2013
Fuente: Diario Río Negro
Provincia/Región: Río Negro


El secretario de minería de la Provincia, Gustavo Ferreyra, informó que alrededor del 20 de este mes la secretaría de Ambiente tendría que estar recibiendo desde Nación la ingeniería de detalle propuesta por la consultora URS para llevar adelante el saneamiento de la escoria de fundición procedente de Mina Gonzalito.
La información aportada por Ferreyra fue recibida el viernes último por algunos de los integrantes de la multisectorial de vecinos que realiza el seguimiento del proceso. Fue en el marco de la segunda reunión de la comisión mixta que se conformó para monitorear avances. Ese grupo está integrado por los legisladores del circuito, el municipio y referentes provinciales. Pese a que el encuentro estaba previsto para el 14 a última hora la multisectorial fue informada acerca del adelanto del cónclave.
Durante esa reunión el área de minería también entregó un acotado informe que justificaría la elección del Paraje Mancha Blanca para la realización de la celda que servirá de depósito final del plomo. Por otra parte durante la visita que realizó la defensora general María Rita Custet Llambí adelantó que el STJ aceptó una serie de peticiones que ella había realizado sobre el tema.
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Mapuches remedian tierras con hidrocarburos



Mapuches remedian tierras

Fecha de Publicación
: 17/12/2013
Fuente: Diario Río Negro
Provincia/Región: Río Negro


El secretario de Medio Ambiente, Ricardo Esquivel, visitó el proyecto que lleva adelante la comunidad mapuche Gelay Ko para revegetar suelos degradados por la actividad hidrocarburífera y de sobrepastoreo. Se trata de caminos en desuso, picadas y locaciones abandonadas. El funcionario estuvo acompañado por la Lonco de la comunidad, Silvia Claleo.
Esquivel indicó que "hemos convenido con la comunidad Gelay Ko observar las tareas que están ejecutando. En este caso se trata de un adelanto de las tareas que vienen llevando a cabo con la finalidad de promover la restauración de todos los sitios que se afectan o se impactan por el ejercicio de la actividad hidrocarburífera".
El titular de Medio Ambiente explicó que "estamos promoviendo la restauración de esos sitios a través de la reimplantación de especies autóctonas. Para esto se establece, en la misma disposición, que deben implantarse 1.600 plantines de las especies de mayor referencia en el lugar". Esquivel expresó que esta actividad "promueve la conciencia ambiental, el cuidado y la conservación del ambiente, establece relaciones cordiales entre la empresa y la comunidad que coexisten en el predio y en el marco de sus concesiones y esto es lo que la provincia alienta".
La Lonco Silvia Claleo explicó que la comuna de Gelay Ko se ubica "en la zona centro de la provincia del Neuquén y es una de las comunidades que está impactada por la actividad hidrocarburífera".
Dijo que "es posible una convivencia entre la industria extractiva y la comunidad; con todo lo que implica una comunidad mapuche: con una fuerte identidad hacia un pueblo, una cultura y una forma de ver y entender el mundo que no es el de la industria extractiva, como en este caso una empresa petrolera".
La comunidad Gelay Ko tiene 16 años de vida institucional y está conformada por 28 familias que están asentadas en la zona de Ramón Castro, Charco La Guanaca, Barda Negra y Santo Domingo Centro.
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Los nutrientes del suelo en riesgo por el cambio climático



El cambio climático podría desbalancear los nutrientes del suelo

Fecha de Publicación
: 12/12/2013
Fuente: Inta Informa
Provincia/Región: Nacional


En los ecosistemas terrestres, la interrelación entre diferentes procesos es clave para que no se degraden y la producción se mantenga. Investigadores del INTA y del Conicet participaron de un estudio publicado en la revista Nature que demuestra que las variaciones en las temperaturas del planeta afectan el acoplamiento de los ciclos de tres nutrientes –carbono, fósforo y nitrógeno–, fundamentales para las plantas y los organismos que los habitan.
Para Mario Gabriel Gatica, becario doctoral del Conicet en la Universidad Nacional de San Juan y uno de los autores del artículo, hacia el final del siglo XXI se incrementarán las zonas áridas y semiáridas, que ocupan un 40% de la superficie terrestre y proveen alimentos, madera, biocombustibles y almacenamiento de carbono, entre otros productos y servicios, al 38% de la población mundial. Ese aumento provocaría un desbalance de los ciclos de carbono, nitrógeno y fósforo, con un “efecto alarmante” en los servicios ecosistémicos a mayor escala.
“Al incrementar la aridez, se reduce la cobertura vegetal y la riqueza de especies como consecuencia de que el sistema no soporta mayores organismos en ese sitio. Los procesos biológicos merman y por lo tanto aumentan los físicos, que lleva a un aumento de los niveles de fósforo, mientras que se reducen los de carbono y nitrógeno en el sistema. Y ese fósforo extra se pierde al no ser capturado por las plantas”, explicó Gatica.
Durante el estudio se analizaron 224 ecosistemas naturales áridos y semiáridos en todo el mundo, donde se midieron diferentes variables del suelo relacionadas con los ciclos de nutrientes, encargados de aportar fertilidad a la tierra.
Según los autores, los resultados preocupan puesto que entre los cambios que se prevén se encuentra la degradación del suelo y la desertificación lo cual representa una amenaza para los medios de vida de más de 250 millones de personas que viven en las tierras áridas.
Para David Wardle, profesor de Suelos y Ecología de Plantas en la Universidad de Umeå, en Suecia, “con el aumento el desacoplamiento de los ciclos de estos nutrientes, disminuyen los niveles de materia orgánica del suelo y la disponibilidad de nitrógeno, que llevan a su vez a una menor fertilidad del suelo y la capacidad del suelo de proveer nutrientes para las plantas”.
Wardle, quien no participó del estudio, agrega además que esta situación es particularmente importante para las poblaciones que habitan tierras áridas y dependen de los cultivos y ganados de la zona para subsistir.

El fenómeno en la Argentina
En nuestro país el 51% del territorio corresponde a regiones áridas y semiáridas y un 27% a regiones subhúmedas secas en el NOA, Cuyo, la región chaqueña y la Patagonia.
Donaldo Bran y Juan Gaitán, investigadores del INTA Bariloche y coautores del estudio, advierten sobre los efectos que puede generar el desbalance de nutrientes. “En ese tipo de ambientes de nuestro país la actividad humana más extendida es la ganadería extensiva sobre pastizales naturales. El aumento de las condiciones de aridez y el desbalance de nutrientes llevaría a una disminución de la fertilidad de los suelos, provocaría una menor productividad de los pastizales y, en consecuencia, una menor producción ganadera.”
Los científicos resaltan que según los resultados del trabajo publicado en la revista Nature, el desbalance se produce de manera abrupta al pasar de ambientes semiáridos a áridos. Por lo tanto las regiones más afectadas serían las semiáridas en las que el cambio climático aumente las condiciones de aridez.
Sin embargo aclaran que los estudios sobre cambio climático muestran que el aumento de la aridez no sería uniforme para todas las regiones sino que habría áreas más afectadas, otras menos, e incluso algunas se podrían volver más húmedas. Por ejemplo, para Patagonia Norte algunos modelos muestran escenarios donde podría darse un ligero aumento de las precipitaciones, especialmente en las lluvias de verano y otoño.
De todas maneras esos modelos señalan una aumento de las temperaturas, con mayores incrementos en el NOA, Cuyo y, en menor medida, en Patagonia, y esas mayores temperaturas implican mayores tasas de evaporación potencial y por lo tanto mayor aridez.

Proyecciones a futuro
Wardle analiza la importancia de los resultados del estudio publicado en Nature. “Las consecuencias pueden ser a corto plazo, pero se agravarán con el tiempo, y darán lugar a una reducción de la fertilidad del suelo y la productividad de los ecosistemas, afectando la capacidad del suelo para soportar muchos de los 2 mil millones de personas que viven en estos lugares. A largo plazo, si estos efectos continúan sin cesar, podrían ser efectivamente irreversibles”.
Si bien el estudio revela la importancia de atender los efectos del cambio climático dado que estos afectan directamente a los servicios ecosistémicos, para Bran y Gaitán se pueden adoptar diferentes medidas para disminuir el impacto sobre los recursos.
“Hay dos elementos claves en estos procesos, que son la cobertura vegetal y la generación de mantillo, que actuarían como mediadoras en los ciclos y balances de carbono, nitrógeno y fósforo. Por lo tanto en las regiones más amenazadas habría que evitar el sobrepastoreo, incendios y desmontes, que reducen la cobertura vegetal”.
Asimismo destacan la importancia de contar con un sistema de monitoreo que permita formular alertas tempranas y recomendaciones para la adaptación y mitigación frente a amenazas globales como son la desertificación y el cambio climático, como el Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación, una iniciativa del CONICET junto a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, el INTA y la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires; o el sistema Monitoreo Ambiental para Regiones Áridas y Semiáridas (MARAS), desarrollado por INTA.
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Problemas de erosión en el sur de Córdoba



Por la erosión, se vuelan los campos en el departamento Roca

Fecha de Publicación
: 10/11/2013
Fuente: El Puntal de Río Cuarto
Provincia/Región: Córdoba


Productores advierten que el agotamiento de la capa fértil de los suelos es una problemática instalada. Y sostienen que las pérdidas son irreparables. Reclaman un debate serio entre vecinos y el Estado
La erosión eólica y la consecuente "voladura" de campos en la región ya es una problemática instalada en el departamento General Roca, y este problema se hizo evidente en los últimos días con los fuertes vientos que cubrieron de una capa espesa de tierra reduciendo a cero la visibilidad en rutas y caminos de la zona.
La problemática, que viene evidenciándose en distintas zonas y que parece ir de la mano del corrimiento de la frontera agrícola, preocupa a productores y especialistas, quienes ya advierten que las pérdidas de fertilidad en los suelos son irreparables.
Así lo señalaron en diálogo con este medio el productor rural Horacio Irizarri y el ingeniero agrónomo Guillermo Ribetti, nucleados en la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
La nota se realizó en consonancia con los informes emitidos por este medio donde se muestra lo que sucede en zona rural y en las mismas localidades cuando hay vientos sobre superficie. En más de una ocasión se generan tormentas de tierra que vuela de los campos. "No es igual en todos los campos, pero sí vemos una situación preocupante donde no se implementan técnicas de conservación y producción sustentable", señaló Ribetti.
Gran parte de la superficie cultivable del departamento Roca muestra este paisaje desalentador.
Por su parte Irizarri, productor rural de la localidad, manifestó su preocupación por esta intervención en el medio ambiente que podría dejar un saldo de tierras improductivas en un plazo no tan lejano. "Lamentablemente, nos hemos acostumbrado a que eso es algo habitual, y un poco es lo que intentamos llevar el mensaje.?Es que esto no debería ser algo normal, hay que tomar conciencia de que se está generando un impacto ambiental importante que va a tardar años en recuperarse", señaló.
Al tiempo, indicó que desde Aapresid y con respecto al sistema de siembra directa, se pregona que la voladura de campos no es algo habitual, que no debería ocurrir. “De pensar que es algo normal y que no ocurre nada, debemos cambiar esa mentalidad, tomar conciencia de que se está generando un impacto ambiental que va atardar años en recuperarse", manifestó el productor huinquense.
Ya en el año 2006, se advertía en el límite entre San Luis y Córdoba el avance de los médanos, producto de la expansión de la frontera manisera que agotó en pocos años los suelos.
En la charla se puso como ejemplo lo sucedido en Carmen de Patagones, donde la erosión y la falta de técnicas de cuidado del recurso suelo generaron una zona desértica con pérdidas irreparables. Lo mismo está sucediendo también en zonas de Córdoba donde la siembra del maní sin rotaciones y el monocultivo de soja hacen estragos.
"Asistimos con tristeza a situaciones donde vemos que el recurso suelo que a la naturaleza le costó millones de años generarlo, se está perdiendo en cuestión de horas, y lo que se está volando no es tierra, es suelo que es la capa pequeña que tiene toda la fertilidad con la cual producimos alimentos y energía", señaló el profesional.
"Es un recurso que se puede mejorar o deteriorar, pero que no lo podemos expandir, sino tendríamos que entrar en zona donde no hay cultivos. Por eso tenemos que ser capaces de cuidar el recurso. Lo que más duele es que en la Argentina pionera en la siembra directa basado fundamentalmente en la producción de alimentos y energía con la no remoción de suelos y con cobertura vegetal permanente y, en donde tienen que intervenir la rotación de cultivos, eso está disponible desde hace más de 30 años", remarcó Ribetti.
El profesional indicó que solo con recorrer los caminos se observa cómo en sus márgenes hay tierra acumulada que es arrastrada por el viento, y forma pequeños montículos desérticos.
"Creo que estamos mirando para otro lado y sentimos el deber, en lo particular como ciudadano y como profesional, de mostrar los riesgos que generan ciertas producciones cuando no se hacen debidamente en suelos frágiles como los que tenemos en la zona".

Beneficios a corto plazo, daños a largo plazo
También se mencionó los beneficios económicos a corto plazo que dan algunas producciones, pero no se miden allí los perjuicios que acarrea para los suelos.
"Alambre de por medio uno puede ver situaciones contrapuestas. Uno ve dos agriculturas, una que genera un deterioro del recurso suelo y otra que se preocupa por mantener y mejorar el suelo", indicaron.
Tanto el productor huinquense como el ingeniero agrónomo indicaron que no es su idea limitar nada sino poner sobre la mesa un debate serio entre las partes involucradas y el Estado para cuidar un recurso tan sustancial como lo es el suelo.
“Debe hacerse un debate serio entre productores, cuidadanía y Estado y preguntarnos qué estamos haciendo con este recurso y, por otro lado, no tiene que ver con una actividad puntual, hablamos de sistemas. La siembra directa reduce en un 90% la erosión" .
Los entrevistados acompañaron su declaraciones con imágenes tomadas en la zona rural de la región del pasado lunes de un día de viento, donde se nota claramente al erosión de un campo a otro, incluso en algunas de las fotos se puede ver cómo en dos campos separados por un alambrado, donde hubo distintas formas de producción, son afectados de diferente forma.
El deterioro ambiental en los campos se hace presente también en las localidades donde abundan nubes de tierra que se hacen por momentos insoportables para los vecinos con el riesgo de traer aparejados afecciones respiratorias. A esto se suma la constante deforestación de especies nativas que ha dejado una zona literalmente "pelada" de árboles y despojada de barreras ambientales.

San Luis busca preservar el suelo de la erosión

Preservar el suelo de las pendientes

Fecha de Publicación
: 09/09/2013
Fuente: ANSL
Provincia/Región: San Luis


Con el objeto de combatir la erosión del suelo entorno a las autopistas provinciales,  los ministerios de medio ambiente e inclusión desarrollan un sistema que permita la estabilización de estas superficies.
“Buscamos preservar el suelo de estos taludes, es decir de estas pendientes que tenemos en torno a los puentes de las autopistas. Estas superficies están muy expuestas a la erosión, sobre todo en esta época cuando ya están por comenzar las lluvias estivales”, explicó el responsable de Protocolo de Forestación de Medio Ambiente, Lucas Dupuy Acosta.
El sistema se trata de una plantación, en el que se comenzó utilizando carpobrotusedulis, especie que posee gran capacidad de cobertura de suelo, explicó el técnico. Esta característica impide el contacto directo del agua con la superficie, evitando el impacto directo de las gotas, formando tupidas alfombras, adecuadas para pequeñas y grandes áreas.
“Esta planta también aportará color y belleza  a la zona, ya que se trata de una especie ornamental con una gran floración, de distintos colores, naranja, rojas, púrpuras o crema. Es muy adaptable a los diferentes tramos de las Autopistas ya que crece en suelos pobres y secos. Es ultrarresistente a la sequía”, remarcó Dupuy Acosta.
“Trabajamos constantemente en mejorar las especies, adaptarlas a nuestro clima para hacerlas más resistentes y seguir generando aire puro. Estamos trabajando en el desarrollo de un Centro de Investigación Forestal donde avanzaremos aún más en este sentido”, adelantó la ministra, Daiana Hissa.
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Otra muestra de la insustentabilidad del modelo agrícula

Se reponen menos nutrientes y hay más erosión

Fecha de Publicación
: 30/06/2013
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


Según el INTA, las pérdidas de los últimos veinte años ya son evidentes.
"El subsidio que la riqueza natural de los suelos otorga al usuario de la tierra no es otra cosa que una pérdida paulatina del capital del recurso", expresó Roberto Casas, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA.
Cada año, los principales cultivos consumen unos 4 millones de toneladas de nutrientes. Sin embargo, con fertilización, sólo se reponen 1,4 millones de toneladas. Este índice de reposición, alrededor del 35 por ciento, arroja un balance negativo que condiciona la competitividad argentina.
Un relevamiento realizado en la Argentina concluyó que unas 60 millones de hectáreas, que representan el 20 por ciento del territorio nacional, están afectadas por procesos de erosión hídrica y eólica. Además, las regiones áridas y semiáridas cubren el 75 por ciento del país y poseen ecosistemas frágiles con grados de desertificación entre moderados y graves.
De acuerdo con Casas, las pérdidas registradas en los últimos 20 años ya son evidentes: "El fósforo asimilable por los cultivos decreció a un ritmo anual de dos partes por millón, la materia orgánica se redujo en promedio un 0,5 por ciento, el calcio intercambiable un 50 por ciento y el pH del suelo se redujo en alrededor de una unidad".
"Sin las rotaciones adecuadas ni los niveles de reposición de nutrientes necesarios, la intensificación productiva registrada en la región pampeana y extrapampeana, determina la disminución paulatina de la calidad de los suelos. Los procesos erosivos generan al país una pérdida anual de producción superior a los 2000 millones de dólares", afirmó Casas, para quien esa cifra puede triplicarse si también se consideran daños provocados por inundaciones y sedimentación en rutas, caminos, embalses, puentes, alcantarillas y dragado de canales de navegación.
Asimismo, añadió, "por cada centímetro de suelo perdido, el rendimiento de maíz disminuye alrededor de 250 kilogramos por hectárea; el trigo, 150 kg/ha y la soja 100 kg/ha".
El técnico se refirió al trabajo del INTA para prevenir y combatir la desertificación y degradación de los suelos, enfocado en "tecnología para el uso sustentable de los recursos naturales, recuperación de áreas degradadas, generación de información estratégica para el ordenamiento territorial, diversificación productiva, promoción de emprendimientos asociativos, educación y concientización de la sociedad sobre la conservación de suelos", enumeró Casas.
En ese sentido, el director destacó la necesidad de que la sociedad pueda valorar y defender al recurso, ya que "es el pilar de la economía nacional, la base de una agricultura que motoriza el desarrollo y nos proyecta al mundo en un rol cada vez más estratégico como productores de alimentos y energía".
Para atenuar la degradación de los suelos se desarrollaron programas de transferencia y adopción de sistemas de labranza conservacionistas, como la siembra directa que permitió mejorar la calidad de los suelos.
Sin embargo, en los últimos años se produjo un desbalance en la rotación de cultivos y "se disminuyó la superficie con cultivos de invierno, se produjo el desplazamiento de pasturas hacia zonas marginales para la producción agrícola y se generalizó el monocultivo de soja", dijo la investigadora Carolina Sasal, investigadora del INTA Paraná (Entre Ríos).
Además aseguró: "La sustentabilidad de sistemas bajo siembra directa depende del tipo de rotación y/o secuencia de cultivos implementada".
De acuerdo con Casas, en sistemas de siembra directa con rotación, "las pérdidas de suelo por erosión son inferiores a 2 toneladas por hectárea y por año, muy por debajo del máximo tolerable, que ronda las 10 toneladas por hectárea".
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La otra cara de la soja, la desertificación

Argentina: desertificación, lado escondido del boom granario

Fecha de Publicación
: 22/06/2013
Fuente: Comunicación Ambiental
Provincia/Región: Nacional


"En forma simultánea al incremento de los rendimientos, la frontera agrícola se ha desplazado hacia zonas más frágiles, tradicionalmente mixtas o ganaderas, en muchos casos ocupadas por montes nativos. Es por ello que las más de 200 mil hectáreas por año que se quedan sin su cobertura natural de bosques donde sufren grave riesgo de desertificación."
 Hoy 17 de junio se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación, un problema del que poco se habla, a pesar de que amenaza la sustentabilidad en la producción de alimentos. En Argentina, por el imaginario del país "granero del mundo", se trata también de un tema oculto, subordinado al éxito del modelo agroexportador. Asimismo, un problema relacionado es la degradación de los suelos fértiles, porque también afecta la capacidad de producir. En tal sentido, un reciente estudio del INTA, difundido por la Secretaría de Ambiente de la Nación, concluye que el suelo pierde nutrientes. Incluso contabiliza esta pérdida en casi 4 mil millones de dólares, para la campaña 2010- 2011.
El trabajo "Extracción y balance de nutrientes en los suelos agrícolas de la Argentina", elaborado por Gustavo Cruzate y Roberto Casas del Instituto de Suelos del INTA fue publicado por el Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación, una iniciativa de la Secretaría de Ambiente de la Nación. Allí se alerta: "Se registra una elevada extracción de nutrientes no repuestos en igual magnitud, que provoca un deterioro progresivo en la fertilidad de los suelos poniendo en peligro la sustentabilidad de los sistemas productivos".
Desde la visión de la Economía Ecológica, siempre se cuestionó la rentabilidad del modelo agroexportador. Incluso el biólogo Raúl Montenegro de FUNAM, lo llama una "agricultura minera" puesto que extrae minerales sin reponerlos. Por lo cual, un recurso renovable como el suelo, se está convirtiendo en no renovable. De esto se trata el proceso de desertificación, el fenómeno por lo cual los suelos no pueden volver a ser fértiles que sucede en tierras áridas, semiáridas o subhúmedas secas. Sin embargo, en las zonas húmedas, la degradación también es un problema grave.
"Las cifras correspondientes al balance entre la extracción de nutrientes por los principales cultivos y los aportes por fertilización, continúan siendo deficitarias en los suelos agrícolas de la Argentina", así describe la situación el trabajo. En tal sentido, detalla que para la campaña 2010/11 se extrajeron 3.93 millones de toneladas de nitrógeno, fósforo, potasio, sodio y calcio, de los cuales sólo se repusieron 1.26 millones de toneladas. Esto representa un 34.6 por ciento de reposición, es decir, un déficit de casi el 65 por ciento.
 El informe detalla además que el fósforo disminuye a razón de 1 a 2 partes por millón por año. Del mismo modo, la materia orgánica del área núcleo (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) sufrió un descenso de 0,5 por ciento en las últimas tres décadas. Y destaca: "Esta especie de “subsidio” que la riqueza natural de nuestros suelos otorga al usuario de la tierra y al estado, en realidad no es otra cosa que una pérdida paulatina del capital suelo".
Así entonces, haciendo bien las cuentas, el negocio no es tan negocio. "En términos económicos, se observa que la exportación neta de nutrientes en grano, correspondiente a la campaña agrícola 2010/11, fue de alrededor de 2.57 millones de toneladas, lo que representa una cifra de U$S 3.63 mil millones", cuantifican los investigadores del INTA. No estaban tan equivocados entonces los movimientos sociales que plantean de la soja: "Pan para hoy, hambre para mañana".
Es decir, como bien analizan los autores: "Si en los márgenes brutos de las explotaciones agropecuarias se incluyeran los costos de reposición de nutrientes extraídos por las cosechas, la rentabilidad de los cultivos sufriría variaciones en función del sistema de rotación elegido. Serviría además para demostrar la dificultad de obtener planteos sustentables tanto desde el punto de vista físico como económico, cuando la visión es estrictamente cortoplacista".
La problemática de la pérdida de fertilidad es más aguda con el avance de la deforestación. Según aclaran los investigadores: "En forma simultánea al incremento de los rendimientos, la frontera agrícola se ha desplazado hacia zonas más frágiles, tradicionalmente mixtas o ganaderas, en muchos casos ocupadas por montes nativos". Es por ello que las más de 200 mil hectáreas por año que se quedan sin su cobertura natural de bosques donde sufren grave riesgo de desertificación. Y la gran responsable allí es la sojización, que cuadriplicó la superficie en las últimas dos décadas.
Según los investigadores del INTI: “La situación descripta indica la existencia de sistemas productivos que no son sostenibles, afectando negativamente los niveles de fertilidad e incrementado los procesos de degradación de los suelos y, por ende, limitando el crecimiento de la producción agrícola nacional".
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El 30 % de carbono se pierde con el monocultivo

Con el monocultivo, el suelo pierde el 30 por ciento de carbono

Fecha de Publicación
: 29/04/2013
Fuente: AIM
Provincia/Región: Nacional


En un contexto mundial en el que se estima que la demanda de agroalimentos crecerá un 70 por ciento en los próximos 40 años, la producción sustentable y la conservación de los recursos naturales ocupan un rol clave. En esta línea, Eduardo Sá Pereira, jefe del Inta Coronel Suárez –Buenos Aires– destacó la importancia de cuidar el suelo para las próximas generaciones, mediante prácticas agrícolas sustentables.
Una investigación del Inta Coronel Suárez –junto a la Universidad Nacional del Sur– indicó que con el monocultivo de soja se reduce entre un 20 y 30 por ciento el carbono o materia orgánica en el suelo, lo que impacta a largo plazo en su rendimiento.
“Los monocultivos, aún bajo siembra directa, generan una importante pérdida de suelo y reducen la productividad debido a la pérdida de nutrientes y carbono”, aseguró Sá Pereira, uno de los técnicos que participó en el trabajo. Además, agregó: “la soja es una gran consumidora de nitrógeno, fósforo, potasio y azufre, que los extrae del suelo y aporta muy poco residuo a cambio”.
En esta línea, el especialista recomendó adoptar la rotación de cultivos con pasturas, ya que además de asegurar una cobertura de residuos permanente aporta un 24 por ciento de carbono orgánico en los primeros 20 centímetros del suelo.
El carbono está compuesto por residuos de cosechas, restos microbianos y micro fauna, lo que garantiza la calidad y productividad del suelo. “Las pérdidas de materia orgánica, debido al mal uso de la tierra, son difíciles de detectar ya que se producen muy lentamente con daños, a veces, irreparables”, reconoció Sá Pereira.

Un recurso prestado
El técnico de Coronel Suárez llamó a reflexionar sobre la importancia de proteger los suelos productivos, verdadera fábrica de alimentos: “Es nuestra obligación cuidar este recurso natural, que tomamos de prestado de generaciones anteriores, para devolverlo en buen estado a las futuras”.
De acuerdo con Roberto Casas, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (Cirn) del Inta, el problema radica en que “aún no se comprende que la vida sobre la tierra depende, en gran medida, de las diferentes funciones cumplidas por la delgada capa de suelos: provisión de alimentos, uso sustentable del agua, conservación de la biodiversidad y control del clima global”, señaló el especialista.
Y advirtió sobre el avance del monocultivo en reemplazo de las rotaciones tradicionales: “Esto tiene un impacto desfavorable sobre las funciones del suelo y la sustentabilidad del agroecosistema. Sólo se repone aproximadamente la tercera parte del total de los nutrientes extraídos por los granos”.

No todo está perdido
Según las estimaciones de la FAO, la tercera parte de las 2.000 millones de hectáreas de suelos productivos del mundo registran procesos degradatorios entre moderados y severos. “Cuando los suelos pasan de naturales a cultivados presentan un marcado cambio en su uso lo que altera sus propiedades y funcionamiento”, explicó Sá Pereira.
Pero, no todo está perdido. Así lo aseguran los especialistas, quienes explican que con la incorporación de la rotación, cultivos de cobertura, pasturas y fertilización se puede recuperar el carbono perdido. “Lleva mucho más tiempo reponer el daño que ocasionarlo”, reflexionó el técnico de Coronel Suárez.
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Advierten sobre la desertificación

Advierten sobre las consecuencias del proceso de desertificación

Fecha de Publicación
: 26/03/2013
Fuente: El Diario de Madryn
Provincia/Región: Patagonia


Los ecosistemas áridos y semiáridos cubren el 75 por ciento del territorio nacional y su principal uso es como tierras de pastoreo. Son ambientes frágiles y proclives a la desertificación, que implica la reducción o destrucción del potencial biológico y productivo de los suelos. Estos espacios que, abarcan el noroeste, centro–oeste y sur del país, poseen un 10 por ciento de su superficie afectada de forma grave, mientras que el 60 por ciento de su área se encuentra en un estado moderado, según datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Además, especialistas señalan a El Diario que el pastoreo ovino, introducido desde hace más de cien años en la Patagonia, ha provocado cambios en la vegetación nativa.
La desertificación es un problema ambiental y socio-económico que ocurre principalmente por variaciones climáticas y acciones antrópicas en ecosistemas áridos, semiáridos y subhúmedos. A partir de su impacto, este proceso de degradación de los suelos puede generar o intensificar condiciones similares a las de un desierto natural.
“Las superficies áridas y semiáridas tienen una importante representatividad en el país. En estos ecosistemas de limitados recursos, se desarrolla una biota de flora y fauna acorde a las condiciones del lugar”, describe Donaldo Bran, ingeniero agrónomo de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA, en Bariloche.
Asimismo, Bran asevera que “los procesos de desertificación en las superficies áridas generan principalmente pérdida del suelo y cambios en la vegetación que pueden ser irreversibles”.
“El 20 por ciento del territorio nacional está afectado por procesos de erosión hídrica y eólica, lo que equivale a cerca de 60 millones de hectáreas”, detalla el director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, Roberto Casas.
En este marco, Casas explica que las causas que incrementan el proceso de erosión y desertificación en el centro-oeste del país son producto de “los desmontes de los bosques secos, el sobrepastoreo extensivo de bovinos, ovinos y caprinos y el uso del fuego sobre las formaciones del monte y el espinal”.
“En la región chaqueña occidental –continúa Casas-, que comprende parte de las provincias de Córdoba, Santiago del Estero, Chaco, Tucumán y Salta, la expansión de la frontera agropecuaria a zonas marginales de fragilidad ecológica ha producido la degradación de los recursos naturales, con pérdidas cuantiosas de biodiversidad”. Y agrega: “El desmonte de grandes superficies y la utilización inadecuada de la tierra mediante sistemas de producción introducidos desde regiones más húmedas, conllevan a una situación de alto riesgo de erosión hídrica y eólica, como así también a una amenaza de extinción de gran cantidad de especies silvestres”. 

Desertificación en la Patagonia
 “En el sur del país, el pastoreo de ovinos implicó cambios en la vegetación nativa, como ser en la reducción de la cubierta vegetal, en el reemplazo de especies de plantas y en la disminución de la fertilidad de los suelos”, aseguran investigadores del Laboratorio de Ecología de Pastizales del Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET), que se encarga de analizar los procesos que conducen a la desertificación en ecosistemas áridos y semiáridos, principalmente de la provincia del Chubut.
Las ovejas ejercen un efecto directo sobre la vegetación autóctona, a través del consumo de pastos y algunos arbustos con hojas blandas. Incluso algunas de las plantas mueren.
La investigadora principal del CONICET en el CENPAT, Mónica Bertiller, explica que “al desaparecer las plantas preferidas por los ovinos se generan espacios claros, donde las condiciones ambientales son más adversas y el suelo está expuesto a la erosión producida por la lluvia y el viento”.
“Estos espacios –sigue Bertiller- son generalmente ocupados en la Patagonia por especies de arbustos verdes que tienen sus hojas duras, con defensas químicas y físicas en sus espinas que las protegen del estrés ambiental y de ser comidas por los ovinos”.
Investigadores del Laboratorio de Ecología de Pastizales realizaron un trabajo de campo en diferentes zonas chubutenses –principalmente en el sudoeste y noroeste- que consistió en colocar collares con GPS en las ovejas para identificar sus recorridos y la forma en que estos animales seleccionan los sitios de pastoreo.
Al referirse a los resultados obtenidos, Bertiller relata: “Una observación importante ha sido que los ovinos generalmente regresan a los mismos sitios de pastoreo, intensificando de esta forma el impacto sobre algunos grupos de plantas”.
También, según la especialista, “en la provincia del Chubut el deterioro del ambiente es visible tanto en los ecosistemas más húmedos como en los secos”.
Los mayores efectos negativos en los ambientes semiáridos del oeste del Chubut se registran en la cobertura vegetal, con reducciones cercanas al 90 por ciento, según especifica Bertiller.
En cambio, “en los ecosistemas más áridos del noreste de la provincia las principales consecuencias se observan en la disminución de la fertilidad del suelo, que puede reducirse en un 50 por ciento”. En ese sentido, desde el CENPAT explican que esto afecta no sólo la provisión de nutrientes para las plantas y los microorganismos que habitan en el suelo sino también el balance de agua, la productividad de la vegetación y la disponibilidad de forraje.
Los trabajos que se están desarrollando actualmente desde el Laboratorio de Ecología de Pastizales están enfocados a identificar indicadores de umbrales de deterioro para los ecosistemas áridos y semiáridos sometidos a pastoreo en la región patagónica, como así también a estudiar los factores que condicionan los procesos de revegetación y restauración de la fertilidad del suelo con el fin de trazar estrategias de remediación acordes a las particularidades de cada ambiente.
En tanto, el investigador independiente del CONICET en el CENPAT, Jorge Ares, subraya la importancia de “poder detectar de forma temprana los procesos de desertificación para tomar decisiones adecuadas y prevenir su avance”.
Ares cuenta que desde el Laboratorio de Ecología de Pastizales se han desarrollado indicadores de inicio de desertificación basados en el análisis de imágenes aéreas de alta resolución para identificar cambios en el ordenamiento espacial de pastos y arbustos, como consecuencia de la creciente influencia de la erosión eólica.
Los cambios que han sido observados son los primeros indicios de profundas alteraciones ecológicas en el uso del agua y los recursos del suelo por parte de la vegetación sometida al pastoreo.
Al mismo tiempo, en el CENPAT se están evaluando las modificaciones producidas en las reservas de carbono orgánico en el suelo, inducidas por distintas alternativas de manejo del pastoreo, según explica la bióloga Analía Carrera. Estas investigaciones pueden revelar información para detectar los procesos que conducen a la desertificación.
“Parte de los resultados obtenidos hasta el momento indican que algunos atributos de la vegetación, como la cobertura total y la de pastos perennes, podrían identificarse como indicadores tempranos de degradación. Mientras que el tamaño y la composición química del reservorio de carbono orgánico en el suelo sería de utilidad para determinar los estados intermedios y avanzados de deterioro del ambiente”, detalla Carrera, investigadora adjunta del CONICET en el CENPAT.

Consecuencias socio-económicas
 El responsable del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA indica que “la erosión del suelo y las alteraciones del tapiz herbáceo y del ciclo del agua en la Patagonia, forman parte de un proceso amplio de desertificación progresiva”. Y señala: “El pastoreo extensivo de lanares ha sido el principal desencadenante, asociado a las condiciones climáticas restrictivas de la zona”.
También, Casas señala que “actividades antrópicas como el petróleo y la minería han contribuido negativamente a incrementar los procesos de erosión y contaminación en la región patagónica”.
El ingeniero agrónomo además explica las consecuencias sociales y económicas que implica el proceso de desertificación. “Un ambiente que se degrada deja de ser productivo. En muchos casos las tierras son abandonadas, ya que se vuelven inertes. Este nuevo escenario intensifica los procesos de pobreza, y en última instancia de migración”.
“Principalmente, en la Patagonia las escasas alternativas productivas, el ausentismo, los problemas de comercialización y el aislamiento aceleran el proceso de desertificación de los suelos, y al mismo tiempo generan pobreza y migración”, agrega Casas.  

Monitoreos en el país
Bran subraya la importancia de contar con una base de información amplia sobre la desertificación en diferentes zonas del país. En esta línea, Bran resalta el proyecto de Monitoreo Ambiental para Regiones Áridas y Semiáridas (MARAS), del cual forma parte.
El proyecto MARAS, del cual participan la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, el INTA y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, tiene como meta “avanzar en el monitoreo y verificación del estado de la desertificación y de su reversión, no sólo en el territorio patagónico, sino que también a escala nacional y global”. Hasta el momento en la Patagonia se han instalado más de 300 monitores de este sistema, cubriendo distintas zonas de la región.
En tanto, se espera que en los próximos meses el INTA y la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura (FECIC) lleven adelante una nueva recopilación nacional de datos sobre el estado de degradación de los suelos.
Casas recalca que es prioritaria la generación de información sobre el proceso de desertificación en el país, para que se puedan aplicar políticas acordes y de forma conjunta entre la Nación y las provincias. Y concluye: “Es indispensable que se eduque sobre la degradación de los suelos, para que la sociedad en su conjunto conozca las implicancias y valorice los recursos naturales”.
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Lo que queda luego del desmonte

Hacha y sierra

Fecha de Publicación
: 27/01/2013
Fuente: Revista Veintitres
Provincia/Región: Nacional


* Publicado el día 23/01

Un informe de la UBA y de la Redaf pone al descubierto los desmontes ilegales que salinizan la tierra y la vuelven improductiva. La lucha de las comunidades campesinas.
Durante años, las comunidades campesinas e indígenas denunciaron que los montes del la región del chaco salteño de nuestro país estaban siendo destruidos a una velocidad inusitada, al ritmo de la expansión sojera y ganadera. A la voracidad de empresarios agroforestales poco preocupados por la preservación del medio ambiente se le sumaba la complicidad de un Estado poco dispuesto a controlar. Ahora, el reclamo de los pobladores rurales tiene una base científica contundente. Un reciente estudio del Observatorio de Tierras, Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf), realizado en colaboración técnica con la Universidad de Buenos Aires y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, demostró que “a cinco años de la promulgación de la Ley de Bosques, Salta registra más de 330 mil hectáreas deforestadas: 98.894 en zonas prohibidas por su ordenamiento territorial de bosques nativos (OTBN) y 53.202 violando la restricción dictada por la Corte Suprema de Justicia entre 2009 y 2011”.
“Las comunidades indígenas y las familias campesinas vienen denunciando desde hace años los desmontes en su territorio, pero muchas veces no acceden a brindar información exacta para que sea tomada en cuenta por los funcionarios”, explicó Ana Laura Álvarez, ingeniera agrónoma, integrante de la organización no gubernamental Asociana. “Esto es aprovechado al máximo por empresarios dedicados a los agronegocios”, se quejó, en diálogo con Veintitrés. En esa sintonía, María Vallejos, del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección de la Facultad de Agronomía de la UBA, remarcó la importancia de “cuantificar” lo que está sucediendo: “No es lo mismo que sea la Universidad la que esté dando cuenta de esta situación de desmontes ilegales a que lo hagan solamente las familias campesinas afectadas directamente”.
Por su parte, Juan Luis Díaz, director ejecutivo de la Fundación por el Desarrollo en Justicia y Paz (Fundapaz), puntualizó a esta revista que “el desmonte también ocurre en otras provincias, la particularidad de Salta es que hay una medida cautelar dictada por la Justicia, y aun así siguieron porque falta decisión política para controlar; los funcionarios provinciales nos dicen que no tienen recursos para hacer un monitoreo, lo cual no es cierto. Desde que se emitió el informe no nos recibió ningún funcionario”.
Tanto Fundapaz como Asociana trabajan con organizaciones y comunidades indígenas en el Chaco salteño, participan de la Redaf, así como de la Mesa de Tierras de Salta, desde donde se presentó el recurso de amparo que derivó en la resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Lo que sucede con los desmontes en el norte del país es grave. Los gobiernos provinciales tienen que ser muy cuidadosos para evitar la tala ilegal –pidió Díaz–; el gobierno de la provincia de Salta fue muy permisivo en estos últimos años, tanto con los desmontes como con el monitoreo”.
Vallejos señaló que “la idea del trabajo es ponerlo a disposición del público, que no quede en el mundo académico”, y contó que en los últimos años, a partir del informe que realizó la Facultad de Agronomía de la UBA en ocasión del recurso de amparo, fueron varias las instancias judiciales que requirieron de la información que produce la Universidad. “Aportamos evidencias de la ubicación y la superficie de los desmontes ilegales producidos en distintas zonas de la región chaqueña”, graficó Vallejos y destacó que gracias al agrónomo del INTA José Volante, hay registro de los desmontes producidos desde 1976 hasta la actualidad. “Tenemos imágenes satelitales de 30 x 30 metros que permiten hacer una evolución histórica. También tenemos imágenes que nos permiten detectar los incendios intencionales que se generan para desmontar”, describió la especialista. Su tarea es “digitalizar la información, como parte de un estudio más grande, que permitirá superponer los datos de los bosques desmontados con información socioeconómica, como la de los censos”.
De acuerdo con Álvarez “es importante el aporte en lo que hace a análisis y acceso a la información satelital que brinda en este caso la Facultad de Agronomía”, ya que “tiene un peso diferente a la generada a nivel local, a la vez que la vinculación entre la academia y las poblaciones locales trae otros aportes, como la formación de estudiantes en la realidad local y otra visión de los llamados proyectos de desarrollo”.
El estudio también permite dar cuenta del proceso de salinización que se da en las tierras desmontadas. “Hay cambios en la composición de los nutrientes, el cloruro sale a la superficie. Es el principio de la desertificación”, advirtió Vallejos, para luego ilustrar que éste “es un proceso que ya sucedió en otros lugares del mundo. Al talar, se remueve la cobertura vegetal y se rompe el equilibrio hídrico. Cuando llueve, quedan las sales en el suelo”. Por este motivo, están estudiando los rendimientos de la soja, tanto en los primeros años como al cabo de seis o siete años.
“Se desmonta, se siembra soja y después queda el suelo salinizado, inutilizable. No son zonas agropecuarias, antes era impensable sembrar soja en estos lugares, pero el precio en aumento además de que ahora llueve un poco más favoreció que crezcan los desmontes. Esto está directamente asociado con desalojos de comunidades que ya habían sido arrinconadas. Es preocupante, dividen a las comunidades ofreciéndoles plata”, describió Vallejos, quien informó que de la zona chaqueña, donde más superficie se desmontó es Santiago del Estero, aunque la mayor tasa –relación con la superficie de monte original– se registra en Salta.
En ese difuso límite provincial fue asesinado el campesino Miguel Galván por personas vinculadas a empresarios sojeros que buscaban quedarse con las tierras ancestrales de su familia para desmontarlas, según constató un equipo de esta revista en octubre.
“Las inundaciones en Tartagal de 2009 y las de Santa Fe en 2004  tienen que ver con que el suelo pierde la capacidad de filtrar el agua”, recordó Díaz y alertó que “la producción maderera en Salta se hace en forma ilegal, no hay control de los organismos competentes”, pese a que con Ley de Bosques Nativos –impulsada por el ex diputado Miguel Bonasso–, la provincia hizo su mapa de ordenamiento territorial. “Es una guía para que se pueda monitorear que no se desmonte en las zonas donde está prohibido. Sin embargo, se avanzó por territorios destinados a ser conservados”, denunció Díaz. Para el director de Fundapaz la situación obedece al “corrimiento de la frontera agropecuaria por las plantaciones de soja y la ganadería extensiva, lo que provoca el corrimiento de la población a causa del negocio inmobiliario”.

Hectáreas arrasadas
- Desde 1976 a septiembre de 2012, la provincia de Salta perdió 2.074.210 hectáreas de bosque nativo. El 94 por ciento en la región chaqueña.
- La tasa de desmonte creció con el fin de la convertibilidad (2001). El 45 por ciento de las hectáreas desmontadas en Salta fueron ejecutadas entre el año 2000 y 2012 (aproximadamente 942.000 hectáreas). En el mismo período, la superficie cultivada con soja se duplicó.
- Desde 2007 a la fecha, más de 330 mil hectáreas fueron taladas: 98.894 en zonas prohibidas por el ordenamiento territorial de bosques nativos y 53.202 violando la restricción dictada por la Corte Suprema de Justicia entre 2009 y 2011.
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La desertificación en el país sigue avanzando

Alertan sobre el avance de la desertificación en el país

Fecha de Publicación
: 19/11/2012
Fuente: Biodiversidad en América Latina y El Caribe / La Ciudad Avellaneda
Provincia/Región: Nacional


¿Granero del mundo? En realidad, Argentina es el país de las tierras secas. Y en esas zonas la erosión avanza 650.000 hectáreas por año.
Contrariamente a la percepción generalizada de que Argentina, por la importancia de la producción agropecuaria y al paisaje de la pampa húmeda, es un “granero del mundo”, en realidad el nuestro es el país de las tierras secas.
Así lo afirmó Elena Abraham, directora del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA), que depende del CONICET, la Universidad Nacional de Cuyo y el Gobierno de Mendoza. “Alrededor del 70 por ciento del país está constituido por tierras secas”, señaló Abraham a la Agencia CyTA. Según el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación, que coordina la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS), la erosión en esas zonas avanza a razón de 650.000 hectáreas por año.
Las tierras secas incluyen todas las regiones de la superficie terrestre donde la producción de cultivos, forraje, madera y otros servicios del ecosistema son limitados por el agua. Formalmente, la definición abarca todas las tierras donde el clima se clasifica como seco, desde el hiperárido que caracteriza a los desiertos extremos hasta el subhúmedo seco. “La desertificación implica todos los procesos de degradación de tierras en tierras secas y es el resultado de una combinación entre las actividades de sobrecarga de los seres humanos y las severas condiciones ambientales, en particular, la variabilidad climática y la sequía”, señaló Abraham.
Para mitigar y combatir este proceso, a fines de 2011 el CONICET y la SAyDS acordaron conformar el Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación. En una primera etapa, sus autoridades resolvieron fortalecer cinco sitios piloto de monitoreo en Catamarca, Jujuy, Mendoza, Chubut y Río Negro, aunque la idea es expandirlo a otras regiones del país, destacó Abraham.
“El objetivo es monitorear los cambios en el uso de la tierra y los aspectos socioeconómicos, especialmente los relacionados con la producción, erosión del suelo y la disponibilidad de agua. También estudiar los cambios en la flora y fauna, que pueden verse afectados a medida que la tierra se degrada”, indicó la investigadora.
Para Abraham, la desertificación sólo se podrá revertir alentando cambios profundos en las pautas de comportamiento de la población, que deberían conducir al uso sostenible de las tierras sin poner el riesgo la seguridad alimentaria. “En realidad, la lucha contra la desertificación es parte de un objetivo más amplio: el desarrollo sostenible de los países afectados”, añadió.
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La desertificación avanza en Argentina

La desertificación, un fantasma que avanza

Fecha de Publicación
: 07/11/2012
Fuente: Diario Hoy
Provincia/Región: Nacional


Según estudios recientes, el 70% del país está formado por tierras secas. La erosión avanza a razón de 650 mil hectáreas por año.
La mayor pare de nuestro país está constituida por tierras secas en donde no se pueden realizar cultivos, según un reciente informe realizado por el Instituto Argentino de Zonas Aridas (Iadiza). Además, esta desertificación continuaría avanzando, a menos de que se establezcan políticas de desarrollo productivo sustentable.
El Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación informó que la erosión avanza a razón de 650 mil hectáreas por año, sumado a que “alrededor del 70 por ciento del país está constituido por tierras secas”, señaló Elena Abraham, directora del Iadiza, entidad que depende del Conicet. 
Según afirmó a la Agencia CyTA  del instituto Leloir, Abraham subrayó que “la desertificación implica todos los procesos de degradación en tierras secas y es el resultado de una combinación entre las actividades de sobrecarga de los seres humanos y las severas condiciones ambientales, en particular, la variabilidad climática y la sequía”.
Para mitigar y combatir este proceso, el Conicet acordó formar el Observatorio Nacional de la Degradación de Tierras y Desertificación. En una primera etapa, se resolvió fortalecer cinco sitios pilotos de monitoreo, aunque la idea es expandirlo a otras regiones del país.
“El objetivo es monitorear los cambios en el uso de la tierra y los aspectos socioeconómicos, especialmente los relacionados con la producción, erosión del suelo y la disponibilidad de agua. También estudiar los cambios en la flora y fauna, que pueden verse afectados a medida que el suelo se degrada”, indicó la investigadora.
Para Abraham, la desertificación sólo se podrá revertir alentando cambios profundos en el comportamiento de la población, los cuales deberían conducir al uso sostenible de las tierras sin poner el riesgo la seguridad alimentaria. “La lucha contra la desertificación es parte de un objetivo más amplio: el desarrollo sostenible de los países afectados”, añadió.
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Conclusiones sobre desertificación en Río Negro

Presentaron conclusiones sobre desertificación en Río Negro

Fecha de Publicación
: 28/07/2012
Fuente: Río Negro On Line
Provincia/Región: Río Negro


En la oportunidad, Río Negro presentó las conclusiones de la jornada sobre la temática realizada en la provincia a fines de junio y en el marco del Día Internacional de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía. De ese encuentro organizado por la secretaría de Medio Ambiente participaron especialistas en la problemática y representantes de distintas instituciones públicas y privadas.
También fue presentado el anteproyecto de Ley elaborado por el diputado nacional por Río Negro Jorge Cejas junto a otros parlamentarios y que sería presentado en el Congreso en octubre próximo. Esta iniciativa de presupuestos mínimos para la desertificación se encuentra en una etapa de consultas con los sectores involucrados, razón por la cual fue presentado ante el Cofema para que la evalúe y se expida.
Entre las principales conclusiones de la jornada organizada por la secretaría de Medio Ambiente conducida por Laura Juárez se señaló que si bien existe suficiente capacidad técnica y operativa local para hacer frente a la lucha contra la desertificación -a través de las instituciones académicas existentes, equipos técnicos provinciales y nacionales, y Entes de Desarrollo regionales- se hace necesario conformar un grupo de trabajo que organice y coordine políticas y prácticas a desarrollar.
También se consideró imprescindible incluir a los productores en las discusiones y toma de decisión, cuando se adopten estrategias de lucha contra la desertificación, en particular si ello implica cambios en la matriz productiva y en las prácticas tradicionales.
No obstante en la jornada rionegrina se interpretó probable que los productores estén más ocupados en resolver la problemática que le plantea la coyuntura productiva y socioeconómica actual, que en trabajar activamente en solucionar el problema de la desertificación, que se percibe como una cuestión preocupante en plazos más largos.
Por otra parte se ponderó la labor de los investigadores y de los extensionistas como complemento de medidas de mitigación y de instalación de tecnologías y prácticas deseables, observando como fundamental que ambos grupos actúan en forma conjunta y coordinada.
En la jornada también fue analizado el aspecto tecnológico en relación al uso sustentable del suelo, estimándose "necesario comenzar a pensar en la instalación de prácticas deseables, fueren cuales fueren, en una escala que resulte superadora de las actuales experiencias piloto, a los efectos de lograr mejoras regionales realmente computables y de conseguir la atención y participación de los productores".
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Remedian los suelos empetrolados en Neuquén

Remedian los suelos empetrolados

Fecha de Publicación
: 26/07/2012
Fuente: La Mañana de Neuquén
Provincia/Región: Neuquén


El subsecretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo Esquivel, señaló que ya se saneó más de la mitad de los suelos contaminados por la actividad petrolera en la provincia.
El funcionario recordó que junto con la prórroga por 10 años de las áreas, las empresas “realizaron declaraciones juradas de cada uno de los impactos ambientales existentes en cada una de sus concesiones” y se estableció un cronograma de saneamiento.
“De aproximadamente 400 mil metros cúbicos de material acumulado se llevan 230 mil metros cúbicos tratados desde la renegociación de los contratos, desde octubre de 2009 hasta la fecha”, indicó Esquivel.
Además explicó las dos técnicas de saneamiento ambiental que se aplican bajo la mirada de la Subsecretaría. Una es la biorremediación, que se aplica cuando los hidrocarburos totales de petróleo son inferiores al 7 por ciento. “Se lleva  acabo a través de la estimulación de las bacterias autóctonas del lugar mediante sustancias como fósforo y nitrógeno. El desarrollo bacteriano degrada los hidrocarburos”, explicó Esquivel.
Una vez tratados, los suelos se disponen sobre locaciones abandonadas y se revegetan con plantines de especies autóctonas. Según el titular de Ambiente, la técnica tiene el respaldo de la Universidad del Comahue y del INTA. Indicó que ya se revegetaron cuatro hectáreas en Loma La Lata y que se hace lo propio en la zona de Auca Mahuida.
La segunda técnica de recuperación de suelo empetrolado es la deserción térmica, por la cual se somete el material contaminado al calor para evaporar los hidrocarburos. Los gases emitidos se recogen y son tratados.
“El material limpio y recuperado es usado para restaurar las canteras donde hubo extracción de áridos. La última capa es suelo que hace de sustrato para que pueda ser revegetado el lugar”, explicó el funcionario.
En cuanto a la afectación de las napas de agua subterráneas, Esquivel señaló que los casos son mínimos y que están en proceso de remediación.
“Tratamos de poder sanear toda la superficie que está dentro de las declaraciones juradas. Estamos trabajando también con las cañerías de conducción, el recambio preventivo de instalaciones antiguas para evitar pérdidas, roturas y corrosión”, indicó.
Y señaló que ya se avanzó en yacimientos como Chihuido de la Sierra Negra de YPF, y Puesto Hernández, operado por Petrobras.
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La costa argentina en proceso erosivo

Especialistas alertan sobre la avanzada erosión de la costa Atlántica

Fecha de Publicación
: 23/07/2012
Fuente: Tres Lineas
Provincia/Región: Nacional


Gran parte de las costas argentinas sufre un proceso erosivo, producto de una combinación de la actividad humana y cambios naturales. “Cuando se dan ambas situaciones, el fenómeno es altamente destructivo”, señaló a El Diario, Jorge Codignotto, geólogo e investigador de la Universidad de Buenos Aires y del CONICET.
En algunas playas bonaerenses hay construcciones en situaciones críticas por la erosión del mar, mientras que en el sector costero santacruceño correspondiente al Parque Nacional Monte León se verifica un retroceso cercano a un metro por año. La erosión costera es un fenómeno natural, global y puede ser atribuida al aumento del nivel del mar, a un ligero incremento de la altura del oleaje y a una mayor intensidad del viento. Pero, esta situación en algunos sitios se ve agravada por el mal manejo urbanístico.

Urbanismo al revés
En este sentido, Codignotto explicó que uno de los errores más frecuentes es la construcción de calles perpendiculares al mar, ya que esto produce que cuando llueve “el agua va como un torrente hacia la costa, formando una canaleta que se lleva hasta cerca de 10 toneladas de arena al mar”.
Lo mismo entiende Walter Dragani, director del Grupo de Dinámica Costera, que pertenece al Servicio de Hidrografía Naval, al afirmar que como “el terreno tiene pendiente hacia el mar, cuando uno corta el médano con una calle transversal, lo que hace es entubar el agua hacia el mar”. Por ende, el investigador explica que si “hay una lluvia torrencial, como suele suceder en las playas de la provincia de Buenos Aires durante el verano, se pierde un volumen importante de arena en cuestión de horas”.
Otro de los inconvenientes es la edificación de casas cercanas a las playas. “Al existir una erosión, la costa empieza a retroceder y las olas del mar al llegar rompen contra las casas, movilizando el sedimento que está debajo de las construcciones”, relata Codignotto. En esta misma línea, uno de los ejemplos más notorios puede observarse -agrega el geólogo- en Mar del Tuyú (Buenos Aires), ya que en este balneario hay varias viviendas cercanas a la costa que están totalmente desocupadas por peligro de derrumbe.

Patagonia en peligro
Una de las zonas más afectadas de la Patagonia es el sector costero perteneciente al Parque Nacional Monte León, donde se verifica un retroceso cercano a un metro por año, según relata Codignotto.
Por su parte, Dragani hace referencia al desmoronamiento de un importante tramo de la antigua traza de la Ruta 3, camino a Caleta Olivia, como consecuencia del avance costero, por la extracción de canto rodado en el sitio.
Además, ambos especialistas coinciden en que se extrae arena de la costa para construir desde casas hasta carreteras, lo cual agrava aún más la situación.
“En Puerto Madryn no hay una importante erosión porque está dentro del Golfo Nuevo y por ende protegida de las tormentas oceánicas”, dice Codignotto. En la provincia del Chubut, el investigador comenta que puede observarse una mayor erosión costera en cercanías a Punta Norte, como así también en las proximidades a Bahía Cracker.
“Hay sectores costeros cercanos a Comodoro Rivadavia donde se verifica una importante erosión, pero no afectan a un gran número de personas, por la baja densidad en el área”, agrega el geólogo.

Sube el nivel del mar
El proceso del calentamiento global conlleva a un aumento del nivel del mar, además de un cambio de la posición de los anticiclones. “Hace años que los meteorólogos observaron que el sistema de gran presión atmosférica como lo es el anticiclón semipermanente del Atlántico Sur se desplazó ligeramente hacia el sur. Como consecuencia se percibe en el Río de la Plata y las costas bonaerenses viento del este más intenso y con mayor”, cuenta Dragani.
“Los anticiclones (zona atmosférica de alta presión) que se ubicaban a la altura de Río Grande, Brasil, están ya cerca del Río de la Plata, y esto significa a su vez que hay tormentas más fuertes, y además generan cambios de vientos y erosión en de áreas costeras”, detalla Codignotto. “El aumento del nivel del mar tiene varios componentes: el derretimiento de los cascos polares, la expansión térmica del agua como producto del calentamiento global y, si hay cambios en la circulación del viento, el apilamiento de agua en algunos sitios”, sintetiza Dragani.
En tanto, Dragani agrega que el nivel del mar ha subido en los últimos años aproximadamente 2,7 milímetros por año, que implica un mayor riesgo para las zonas costeras bajas, como es el caso de la bahía de Samborombón, provincia de Buenos Aires.
“Son cerca de 150 kilómetros de costa baja, con una erosión importante, ya que en los últimos 40 años la costa ha retrocedido cerca de 40 metros”, sostiene Codignotto con respecto a la bahía de Samborombón.
Cuando hay sudestada, estos lugares sufren inundaciones que producen daños materiales. “Un lugar crítico es la ciudad bonaerense de General Lavalle, porque la máxima altura que tiene sobre el nivel del mar es de 2,50 metros, y cuando hay sudestada el agua llega hasta la plaza del lugar”, ejemplifica Codignotto.

Manejo racional
“Lo que habría que hacer es tocar lo menos posible las playas. Hay que evitar el hormigón”, expresa Dragani, quien detalla que de construirse balnearios en la costa, lo recomendable sería que sean de madera, ya que este material puede ser removido sin ningún tipo de inconvenientes.
Ambos especialistas coinciden que evitar la construcción de calles transversales y no extraer arena de las costas para llevar adelante emprendimientos, serían acciones proteccionistas y sustentables.
Además, Dragani explica que hoy en día, a partir del avance tecnológico, se puede conocer de antemano el impacto que podría producir una obra cercana a la costa. En este sentido, el oceanógrafo concluye que es importante que se impida la urbanización al menos hasta 100 metros desde la línea de médanos.

Materias pendientes
Pese a las múltiples observaciones respecto al impacto de la urbanización en zonas costeras, poco o nada se está controlando en Chubut. Hoy cualquier vecino que desee incursionar con una obra en un terreno privado se encuentra con mínimas solicitudes vinculadas al impacto global que pueda tener su proyecto. En Puerto Madryn sin más, las excepciones al Código de Planeamiento son un verdadero catálogo de lo que no se debe hacer en una ciudad costera. La organización de los efluentes y servicios en la balnearia ciudad, completan otro dossier para coleccionar.
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El país pierde 650.000 ha de tierras

El país pierde 650.000 ha de tierras

Fecha de Publicación: 27/09/2011
Fuente: Los Andes
Provincia/Región: Nacional



Como consecuencia de la desertificación avanzan las zonas áridas. En Argentina, casi ciento por ciento de la actividad agrícola y ganadera se produce en terreno afectado por la sequía; mientras que en éste vive alrededor de 30 por ciento de la población nacional.
Nuestro país tiene 70 por ciento de tierras bajo condiciones áridas y semiáridas. Y Mendoza contribuye bastante a esa realidad, ya que 97 por ciento de su geografía está bajo esas agobiantes condiciones.
En este contexto, en la Argentina, de los 270 millones de hectáreas que componen el territorio, 60 millones están afectadas por diferentes procesos y grados de desertificación y hasta 650.000 hectáreas se pierden por año.
La magnitud de las pérdidas económicas y sociales se evidencian si se considera que las tierras secas del país producen 50 por ciento de la actividad agrícola y 47 por ciento de la ganadera. Además, en ellas viven alrededor de 9 millones de personas (30 por ciento del total nacional) que ven disminuir su calidad de existencia y sus posibilidades de progreso jornada tras jornada.
Por eso, resulta de suma importancia la realización en nuestro medio de la Tercera Conferencia Internacional "Clima, Sostenibilidad y Desarrollo en regiones semiáridas" (ICID+19), que se prolongará hasta mañana .
El encuentro es preparatorio de la próxima Río+20 Cumbre de la Tierra sobre Medio Ambiente y Desarrollo, a realizarse en 2012 en la populosa ciudad brasileña, según explicó el experto local José Pozzoli, de la Secretaría de Ambiente de Mendoza.
Indicó que el documento que se elabore en Mendoza será el aporte que se llevará a las deliberaciones del próximo año, en la segunda ciudad más poblada de Brasil.
La desertificación está presente en grandes extensiones de Sudamérica. Nuestro país tiene 70 por ciento de su territorio ganado por ese flagelo; en Brasil representa 18 por ciento de su gran territorio; Chile cuenta con 70 por ciento de suelos áridos; Colombia y Ecuador, poseen 13,6 por ciento y 20 por ciento, respectivamente, de tierras secas.

Nuestra realidad
La especialista Elena Abraham, directora del Iadiza-CCT Conicet Mendoza, comentó que el encuentro internacional interesa en el medio, porque nuestro territorio, de más de 150.000 km2, se extienden bajo condiciones de sequedad, incluidos los tres oasis, "donde hemos inyectado una dosis de energía supletoria y humedad".
Las características de desertificación se detectan en suelos bajo las características de la salinidad, el revenimiento freático, la pérdida de capacidad productiva de los suelos, el abandono de las fincas y problemas de las aguas claras.
Para la estudiosa mendocina "el tema del mal uso del agua (de riego y potable) está en la base de los problemas ambientales que tenemos".
Refirió que en Mendoza una política de Estado debe apuntar "al aprovechamiento integral de estos cauces y, por eso, los diques contribuyen con una retención de agua para todo el año, y aunque falta mucho por hacer, los ríos están regulados, salvo el Grande".
En el caso de los ríos Tunuyán y Mendoza, opinó que están aprovechados totalmente para el consumo humano y para los otros usos, fundamentalmente el riego. Advirtió que la eficiencia de estos recursos por mal uso, es muy alto, llegando a 40% en materia de riego.
Además, hay problemas en el abastecimiento para consumo, porque los ductos y cañerías son deficientes y la gente no toma conciencia que "está en un ambiente seco y se hace derroche del líquido, perjudicando a los habitantes de la parte baja de la cuenca".
Asimismo, la investigadora planteó que "nadie está en contra del desarrollo de los oasis (3% de nuestra superficie), pero hay otros modelos de desarrollo de las tierras secas, que no son sólo los de regadío, como por ejemplo las actividades vinculadas con la ganadería, el uso del suelo agrosilvopastoril (el bosque) y labores relacionadas con la diversificación productiva en las mismas tierras secas (La Paz, Santa Rosa, Lavalle y norte de Las Heras)".
Añadió que es prioritario cuidar la población que vive en esos lugares, pero con infraestructura y servicios, para que se queden en esos territorios. "Hay que afianzar un desarrollo sustentable a lo largo del tiempo y que mantenga la regeneración del sistema".
También ponderó "los esfuerzos para que en zonas de nuestro desierto haya unidades de producción de leche y carne caprina, de junquillo (escobas), de miel y todo lo que va asociado a una producción sustentable. Todo esto conduce a retener poblaciones y evitar el éxodo a los alrededores de los centros urbanos".

Debaten en Mendoza sobre desertificación

Expertos mundiales debaten en Mendoza sobre desertificación

Fecha de Publicación: 25/09/2011
Fuente: Los Andes
Provincia/Región: Mendoza - Nacional


El encuentro comienza mañana y es preparatorio de la Cumbre de la Tierra 2012.
Cómo combatir el avance de la desertificación y las zonas áridas será el eje de un debate a cargo de expertos del mundo que se congregarán en Mendoza. La discusión se dará en la III Conferencia Internacional Clima, Sostenibilidad y Desarrollo en Regiones Semiáridas, que comenzará mañana en el hotel Intercontinental, de Guaymallén.
Entre los expositores se cuentan los principales referentes de la economía sustentable y seguridad alimentaria de América Latina. El secretario de Medio Ambiente, Pablo Gudiño, dio a conocer los detalles de la conferencia.
Acompañado por José Roberto De Lima, funcionario del Centro de Gestión y Estudios Estratégicos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, Gudiño explicó los alcances del encuentro preparatorio de la Cumbre de la Tierra que se realizará el año que viene en Río de Janeiro e invitó a participar en las exposiciones y mesas redondas a todos los mendocinos interesados en esta temática.
El funcionario destacó la jerarquía de los especialistas invitados, como el inglés John Redwood, ex directivo del Banco Mundial; el economista brasileño Antonio Rocha Magalhares o el ex ministro de Economía de Ecuador Pedro Pérez Páez, entre otros.
"Esta tercer conferencia ICID busca profundizar el debate de cara a la celebración de la conferencia internacional Río 2012, señaló el responsable del área ambiental de la provincia, y explicó que este año se desarrollará también una conferencia en Francia y otra en África, para definir estrategias en común respecto a esta problemática.
También José Roberto De Lima ponderó la trascendencia de esta reunión: "Pretendemos lograr que los decisores escuchen con mayor atención a los científicos, quienes sostenemos que el avance de las tierras secas puede provocar un desastre humanitario", dijo, y estimó que en la Cumbre Río 2012 se planteará seriamente "cambiar el modelo de desarrollo de los países".

Crean un observatorio por la Desertificación

Ambiente y el Conicet avanzan en un Observatorio Nacional de la Degradación de las Tierras y Desertificación

Fecha de Publicación: 15/09/2011
Fuente: Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable
Provincia/Región: Nacional


Con el objetivo de crear un equipo interinstitucional que permita diseñar un sistema de monitoreo de la degradación de las tierras, incluyendo procesos sociales y económicos e instale prácticas de mitigación, adaptación y prevención; se llevó a cabo un taller en el que las partes acordaran los lineamientos para la creación y gestión de un Observatorio Nacional.
n representación del titular de la cartera ambiental Dr. Juan José Mussi, el subsecretario de Coordinación de Políticas Ambientales Ing. Armando Gandia, presentó, junto con la directora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Dra. Marta Rovira, el proyecto del Observatorio y contextualizó la problemática de la desertificación a nivel mundial.
“Participé recientemente en la COP de la que Argentina preside hasta octubre, donde se acordó `El llamado de Ginebra` para que en la Asamblea General de las Naciones Unidas -que se desarrollará el 20 de septiembre - se instale la desertificación en la agenda de los presidentes de todos los países del mundo como un tema prioritario, urgente e impostergable”, remarcó el subsecretario.
A su vez, Gandia destacó que se está trabajando en la concientización de afectados por la desertificación en su implicancia con la problemática de género: “en las zonas de máxima degradación de las tierras se producen migraciones forzadas, que se dan en el tercio del territorio mundial más pobre de la humanidad, y las más afectadas son las mujeres que, junto con los niños, son los últimos en abandonar esos suelos”. “Este tema es el que Argentina considera prioritario y lo vamos a instalar en la agenda para la próxima COP”, aseguró.
El Observatorio Nacional de la Degradación de las Tierras y Desertificación se propone cuantificar la naturaleza y la severidad de los impactos y construir capacidades de intervención para atenuar la degradación de las tierras secas. Asimismo, busca validar una metodología de evaluación aplicable a diferentes ecosistemas y situaciones socioeconómicas, construir una Unidad de Monitoreo Permanente a nivel nacional y difundir la experiencia y los resultados en la región de América Latina y el Caribe.
Este proyecto tiene como antecedente el de Evaluación de la Degradación de tierras en Zonas áridas (LADA por sus siglas en ingles), ejecutado entre el 2007 y 2011, que ha sido financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) y cuya agencia de implementación ha sido el PNUMA y de ejecución la FAO de la ONU.
Entre las instituciones, además de la Secretaría de Ambiente como autoridad aplicación y el Conicet, forman parte el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); secretaría de Ciencia e Innovación de Chubut y el Centro de Investigaciones y Extensión Forestal Andino Patagónica.
Con respecto al sector académico, están involucradas las siguientes universidades nacionales: de Buenos Aires, de Córdoba, de La Rioja, de Catamarca, de La Pampa, Universidad del Sur y de Cuyo (Mendoza).

La desertificación en números:
* Argentina es el país de América Latina con mayor superficie árida, semiárida y subhúmeda seca, abarcando el 75% del territorio.
* De los 276 millones de hectáreas que componen el territorio continental nacional, 60 millones están afectados por distintos procesos de degradación.
* Las tierras áridas de la Argentina contribuyen con el 50% del valor de la producción agrícola y el 47% de la ganadera, también concentran aproximadamente el 30% de la población nacional.

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