Tratado de los Océanos y las implicancias para Argentina

 


Qué dice el Tratado Global de los Océanos y cómo influye en el Mar Argentino

Fecha de Publicación
: 14/03/2023
Fuente: Portal chequeado.com
Provincia/Región: Nacional


El 5 de marzo último, después de casi 2 décadas de negociaciones, los estados miembros de la de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llegaron a un acuerdo para proteger el 30% de las aguas internacionales, que hasta ahora no se encontraban bajo ninguna normativa, para 2030.
El llamado Tratado Global de los Océanos tiene como objetivo proporcionar un marco legal para establecer amplias áreas marinas protegidas y así conservar  la vida marina, amenazada por el cambio climático, la sobrepesca y el tráfico marítimo. .
En esta nota, desde Chequeado, te contamos los principales puntos del acuerdo “histórico” y cómo este Tratado influye en el Mar Argentino.

Qué dice el Tratado Global de los Océanos
El marco legal acuerda proteger el 30% de las aguas que se encuentran fuera de la jurisdicción nacional, que hasta ahora no se encontraban bajo ninguna normativa, para 2030. Es decir, crear áreas de protección para la biodiversidad que hasta el momento estaban expuestas a la sobreexplotación y la degradación.
Actualmente apenas el 1% de las aguas internacionales, una extensión gigantesca que representa cerca de la mitad del planeta y más del 60% de los océanos, está protegida.
“Este acuerdo es histórico porque se refiere exclusivamente a aguas internacionales donde hasta este momento cada país hacía lo que se le diera la gana, las reglas las ponían ellos”, explicó Luis Capozzo, Doctor en Biología e investigador principal del Conicet, a Chequeado.
En la misma línea, Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace Argentina, señaló: “Este es un hecho histórico para la conservación. Los gobiernos han dado un paso importante que fortalece la protección legal de dos terceras partes del océano y con ello de la biodiversidad marina. El acuerdo marca una ruta para establecer áreas de gran y plena protección en alta mar, aumentar nuestra resistencia al cambio climático y salvaguardar las vidas y los medios de subsistencia de miles de millones de personas”.
El tratado dispone que previo a cualquier uso de los recursos del fondo marino, por ejemplo la instalación de energías renovables o cables submarinos y explotaciones mineras en profundidad, se debe realizar un estudio de impacto ambiental. También la creación y transferencia de tecnologías, promoviendo la cooperación entre países para llegar a conocer nuestros mares (apenas el 20% de los fondos marinos están cartografiados).
Con respecto a la regulación de la explotación de los recursos genéticos presentes en aguas internacionales, Capozzo explicó que los recursos genéticos marinos “son aquellos que contienen información genética y pueden ser utilizados con fines científicos o comerciales”.
Al tratarse de aguas internacionales, ninguna normativa regulaba su explotación. Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España expuso que sólo los países con más recursos podían hacerse con ellos. Según este informe, en 2011, el 90% de las patentes de estos recursos genéticos se concentraban en 10 países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Alemania y Japón.
Tras la aprobación del Tratado, “la información genética ya no quedará en mano de algunos países, sino que deberá compartirse”, señaló Capozzo.

Cómo influye en el Mar Argentino
En nuestro país, el Agujero Azul es una zona de aguas internacionales que se ubica aproximadamente a 500 kilómetros al este del Golfo de San Jorge, en la Patagonia argentina. Allí, la plataforma continental argentina se extiende más allá de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), que se expande hasta las 200 millas náuticas de la costa.
El Agujero Azul se caracteriza por ser una región de alta producción de fitoplancton que son microalgas que hacen fotosíntesis, son productores de materia orgánica y abastecen toda la cadena alimenticia del océano. Su productividad luego se esparce hacia otros organismos de mayor tamaño, incluyendo a aquellas especies comerciales como el calamar, la merluza o las vieiras, y también a las especies de interés para la conservación, como son las aves y mamíferos marinos.
Greenpeace Argentina advirtió que el Agujero Azul hoy está siendo explotado por industrias destructivas, como la pesca indiscriminada. Según la organización ambientalista, los barcos pesqueros cuyos principales objetivos son el calamar, la merluza y la merluza negra aprovechan la falta de regulación en aguas internacionales para saquear esta zona.
“A partir de la milla 201, en las áreas que bordean la zona económica exclusiva, los barcos piratas pescan en esa región los mismos recursos que luego ingresan en nuestras aguas y son explotados por la flota nacional. Es decir, se sirven con los recursos de la Argentina”, sostuvo Capozzo.
Con respecto a cómo influye el Tratado en el Mar Argentino, Vueso señaló: “Este tratado permitiría que esta zona pueda ser potencialmente protegida y ya no esté desregulada. Parte de la depredación que se ve hoy específicamente allí, en el límite de la zona económica exclusiva argentina, requiere de soluciones que involucren la gobernanza internacional en aquellas zonas fuera de jurisdicción nacional”.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, señalaron a través de un comunicado de prensa que “la Argentina se congratula por la finalización de las negociaciones del tratado sobre conservación y uso sostenible de la diversidad biológica marina en espacios fuera de la jurisdicción nacional”.
Y agregaron que “este avance constituye un enorme logro (…)  para enfrentar los desafíos que representa la preservación de la salud de los océanos para las generaciones presentes y futuras”.
Ahora, tras el acuerdo, los países miembro deben adoptar y ratificar formalmente el tratado para que entre en vigor.
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