Collar satelital para la reinserción del ciervo del Delta



Para estudiar y proteger al ciervo del Delta, siguen sus pasos con un collar satelital

Fecha de Publicación
: 08/01/2016
Fuente: InfoNews
Provincia/Región: Nacional


Por las noches, entre la vegetación del Bajo Delta, se mueve con sigilo el cérvido más grande del continente americano. El ciervo de los pantanos, cuyo nombre científico es Blastocerus dichotomus, supera los 100 kilos de peso y alcanza el metro veinte de altura, con más de 60 centímetros de astas en los machos. Enormes pero invisibles a la mayor parte de la población, corren peligro de extinción por obra de la caza furtiva y la pérdida de su hábitat. Para estudiarlo y protegerlo, investigadores nucleados en Proyecto Pantano lograron colocar el primer collar satelital a uno de estos ejemplares, en lo que ya es un hito en toda Sudamérica. A través de un dispositivo con GPS y sensores, siguen sus movimientos y buscan obtener información clave para la conservación de la especie.
"Es un proyecto de conservación apuntado a compatibilizar la actividad productiva forestal del Delta del Paraná, que es la que motoriza el crecimiento de los isleños, con la conservación de la biodiversidad. Para hacerlo tomamos una especie que por su carisma puede motivar el interés de la gente por la conservación. El ciervo de los pantanos genera un cierto enamoramiento y uno puede armar actividades de conservación con esta bandera, y detrás de eso conservar también otras especies", explica el biólogo Javier Pereira, investigador adjunto del Conicet y director de Proyecto Pantano. La iniciativa cuenta con el financiamiento de un Fondo para la Conservación Global (GEF), que administra el Banco Mundial y ejecuta en la Argentina la Unidad para el Cambio Rural del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
En un trabajo codo a codo con los productores del Delta, junto a veterinarios, investigadores del INTA y de ONGs, entre otros, desde Proyecto Pantano persiguen cuatro objetivos a nivel científico: determinar la distribución específica del ciervo dentro del Bajo Delta; conocer las problemáticas vinculadas al ciervo que afectan a los productores, como su consumo de brotes de sauces y álamos o el daño que causan a las plantas cuando están en celo; estudiar su genética y evaluar a escala detallada cómo usa su hábitat natural. Para eso, disponen de diez collares satelitales. En los últimos días, lograron colocar el primero.
"Es algo que se hace con muy pocas especies en Argentina y con este ciervo es la primera vez en Sudamérica", destaca Pereira. "Estuvimos tres días completos saliendo muy temprano al campo. Al tercero, cerca de las diez de la mañana, logramos capturar al animal dentro de un predio forestal frente a Campana. Lo dormimos, con asistencia de veterinarios, y le ponemos el collar, que tiene un transmisor con GPS y varios sensores. Al igual que el de un auto, va tomando localizaciones y al llegar la noche las manda al satélite y llegan a la computadora. Así hacemos un mapa de todo lo que hizo", explica el biólogo. El plan es estudiar los movimientos del ciervo de los pantanos durante más de un año.
Además de los objetivos científicos, existen otros que apuntan a que se llegue a conocer, querer y cuidar más al ciervo de los pantanos. "Hay tres patas sociales del Proyecto: el trabajo con los productores, la concientización de la gente local y la difusión en los medios", enumera el investigador, en diálogo con este diario. La información circula a través de charlas en los colegios y hasta en los barrios privados, como uno de Escobar, donde la aparición de ciervos sorprendió a los vecinos tras una inundación. "Fuimos a explicar que es una especie amenazada, y para que se sientan orgullosos de tenerla en su entorno. Tratamos de salir en todos los medios de comunicación, para que todo argentino que esté interesado conozca al ciervo que vive a 40 km de Capital Federal, que está desapareciendo", concluye el director de Proyecto Pantano.
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