El Riachuelo quiere cambiar su imagen negativa

El Riachuelo se esfuerza por cambiar su imagen y dejar atrás décadas de abandono y contaminación

Fecha de Publicación
: 18/08/2013
Fuente: Terra
Provincia/Región: Riachuelo


Lo que más llama la atención al acercarse a las barandas del paseo de la Vuelta de Rocha en La Boca, con el imponente Puente Transbordador de comienzos del siglo XX de fondo, es el color del agua y especialmente el aroma en el aire.
Los tiempos han cambiado y aquella negrura espesa y hedionda que flotaba en medio de barcos hundidos allí, a metros de Caminito y de las turísticas cantinas cercanas a la cancha de Boca, como legado insoslayable de años de abandono y severa contaminación, están dejando lugar a una imagen mucho más amistosa del Riachuelo.
Se trata de un trabajo de transformación lenta, pero que se viene desarrollando en forma sostenida en los últimos tiempos en toda la Cuenca Matanza-Riachuelo, con resultados que saltan a la vista por estos días especialmente en La Boca, donde acercarse al agua para tomarse una foto de recuerdo lejos está de generar aquella repulsiva sensación de años atrás.
"El Riachuelo está dejando de ser un lugar oscuro", afirmó el vicepresidente ejecutivo de ACUMAR, Antolín Magallanes, tras una recorrida fluvial de más de dos horas de duración, junto con un grupo de periodistas, por el emblemático curso de agua que marca el límite entre la Capital Federal y distritos del sur del Conurbano bonaerense.
Líder de la Fundación por La Boca y eterno enamorado del Riachuelo, Magallanes está convencido de que la recuperación del río es posible e incluso su navegabilidad, aunque sabe que es necesario mantener un trabajo de cooperación aceitado entre la Nación, la Ciudad y la provincia de Buenos Aires para lograrlo (con millones de pesos de por medio) y, en especial, fomentar un cambio de hábitos en la sociedad, para que contaminar deje de ser una -ingrata- costumbre.
"Estamos hablando de un patrón cultural que ha dominado la zona desde hace 200 años", sostuvo Magallanes, al referirse a un accionar -promovido especialmente por sector industriales- que ha convertido a la Cuenca en el principal foco infeccioso y de contaminación ambiental de la región metropolitana de Buenos Aires, a lo largo de 65 kilómetros a la redonda.
"Si la comunidad no se apropia del río, todo lo demás es imposible", remarcó, en declaraciones a Noticias Argentinas y otros medios de prensa, y destacó la importancia de que "avanzar en conjunto" con la sociedad en la recuperación del Riachuelo, adoptando una postura de fiscalización que sirva para dejar en claro que "el que contamina está amenazado". .

De olores y colores.
La remoción de residuos, desechos tóxicos, hidrocarburos, barcos hundidos y toneladas chatarra en general por parte de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) ha permitido que las aguas que bañan la Vuelta de Rocha, e incluso las costas de Barracas, Avellaneda y hasta Nueva Pompeya y Lanús, empiecen a redefinir su propia nómina de sinónimos.
El Riachuelo comenzó a retomar por estos días ese tradicional color café con leche del Río de la Plata y aquella confluencia portuaria lúgubre y pestilente de La Boca hoy huele a comidas criollas, gracias a la brisa que desparrama el olor que escapa de las cocinas de las cantinas y parrillas de la zona, a unas pocas cuadras de La Bombonera.
De todos modos, aún es largo el camino que ACUMAR tiene por delante para cumplir una primera y cardinal etapa de su misión: evitar que los ríos y arroyos que conforman la Cuenca se sigan contaminando, poniendo de ese modo en riesgo la salud de las 5 millones de personas que viven en la región.
"Estamos entrando en una etapa de definiciones", remarcó Magallanes, quien precisó que obtener un diagnóstico -para su posterior limpieza- de los barros contaminados alojados en el lecho de arroyos y ríos, y lograr que el Mercado de Hacienda de Liniers deje de verter desechos y restos orgánicos en la Cuenca figuran al tope de la lista de prioridades a corto plazo, para seguir avanzando con el saneamiento.
Un fallo de la Corte Suprema de Justicia de 2008 aceleró los trabajos que, de acuerdo con Magallanes, tienen por objetivo "recuperar la historia y el valor patrimonial del Riachuelo", además de erradicar uno de las mayores usinas de contaminación a cielo abierto de la Argentina y mejorar la calidad de vida de millones de personas.
"Tenemos que crear una identidad de cuenca", enfatizó, al término de la recorrida, generando concientización sobre la necesidad e importancia de mantener los espejos de agua limpios y ejerciendo un fuerte control sobre los más de 23.500 establecimientos industriales empadronados en la región.
Poner en valor toda esta zona del área metropolitana para que los vecinos puedan disfrutarla: de eso se trata en definitiva la tarea que lleva adelante ACUMAR, afirmó Magallanes, quien precisó que en la actualidad entre 10 y 15 industrias de la Cuenca logran reconvertirse por mes, aunque las autoridades pretenden llevar esa cifra a 20 o incluso 30.
Para cumplir con estos trabajos, que incluyen también la relocalización de familias que aún viven en condiciones miserables en las márgenes del Riachuelo, por ejemplo, se necesita un amplio respaldo financiero.
Y en este sentido, Magallanes lamentó que -hasta el momento- solo sea el Gobierno nacional el que parece realmente interesado en motorizar el saneamiento (al aportar el 80 por ciento de la inversión presupuestada), a diferencia de lo que ocurre, según manifestó, con la Ciudad y la Provincia.
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