Argentina sin estrategia contra el cambio climático

El país no tiene estrategia contra el cambio climático

Fecha de Publicación: 23/04/2011
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Nacional



Lo asegura un estudio realizado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, la UBA y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires. Faltan leyes y las que existen no se aplican.
El cambio climático ya está afectando a la población y a los ecosistemas, con el retroceso de los glaciares, la reemergencia de enfermedades como el dengue o la mayor frecuencia de inundaciones, pero la Argentina sigue sin estar bien preparada para enfrentarlo o para al menos minimizar el impacto que se sufrirá. Lo asegura un estudio realizado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), que contó con apoyo para su elaboración de instituciones académicas: el Instituto Tecnológico de Buenos Aires, las facultades de Derecho, de Arquitectura y Urbanismo, y la Maestría de Gestión Ambiental Metropolitana, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
En el informe, que puede leerse en Internet ( www.farn.org.ar ) se advierte el estado de situación de los principales problemas ambientales relacionados con el cambio climático. “Lo que tenemos es un diagnóstico de la situación, pero no queremos quedarnos en la queja, sino que presentamos propuestas concretas para movilizar estos problemas que nos afectan a todos y a las futuras generaciones de argentinos”, dijo a Clarín María Eugenia Di Paola, directora ejecutiva de la FARN y especialista en derecho ambiental.
En el trabajo, se subraya que si bien el Congreso sancionó las leyes como las de preservación de los glaciares y sus áreas cercanas y la ley de bosques, aún no se están implementando en todo el territorio nacional.
En el caso de los glaciares, que en su mayoría están en retroceso según múltiples estudios científicos, hubo demoras en la reglamentación de la norma que fue sancionada en setiembre del año pasado. Recién en marzo, el Gobierno dispuso que el Conicet inicie el relevamiento de las zonas de glaciares y periglaciares. “Pero aún no definió las zonas prioritarias donde hay actividades humanas que pueden estar afectando a los glaciares, como la minería, ni tampoco empezó con las auditorías”, comentó Di Paola. Desde Greenpeace Argentina y más de 40 organizaciones ambientalistas se alertó el martes pasado que la empresa multinacional Barrick Gold y el gobierno de San Juan han presentado amparos judiciales para que no se aplique la ley de glaciares en esa provincia. “Se oponen a la ley para que no los auditen y no se evalúe si están dañando a los glaciares cercanos. La misma empresa ya afectó glaciares del lado chileno y fue multada”, recordó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace Argentina.
En cuanto a la ley de bosques, el informe de FARN advierte que aún continúan los desmontes ilegales. La Secretaría de Ambiente de la Nación acordó días atrás con las provincias la distribución de los fondos para controlar mejor los desmontes y compensar a los titulares de bosques nativos que realicen tareas de conservación. Sin embargo, “los fondos asignados para poner en marcha la ley de bosques son menores a la cantidad que fijó la norma”, resaltó Diego Moreno, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina. “El cumplimiento de la ley de bosques es crucial porque reducirá la deforestación, que es una de las fuentes de emisión de gases de invernadero, que conducen al cambio climático”, agregó.
Hay otros obstáculos en el cumplimiento de normas. Leyes como la de residuos industriales, la de gestión de aguas, la de residuos domiciliares y la de quema de pastizales no han sido reglamentadas, según se indica en el informe de FARN. Faltan también crear más áreas protegidas para preservar la diversidad de especies y ecosistemas y fortalecer las existentes.
Con respecto a la energía –que se usa en viviendas, industrias, y transporte, entre otros rubros– aún no se vislumbra un cambio que abandone la dependencia de la quema de combustible fósil (carbón, petróleo y gas natural). “Sabemos que el Gobierno elaboró un plan energético que llega hasta el 2030 e incluye decisiones sobre la controvertida energía nuclear, pero lo mantiene oculto. No brinda acceso a la información ni da participación a la ciudadanía en el plan”, sostuvo Di Paola. El informe revela también que falta una mayor planificación de la gestión de los ríos y sus cuencas, y que para enfrentar el colapso de la merluza en el mar argentino, se necesita planificación y transparencia del Gobierno y del sector privado.


Más tormentas, calor y enfermedades

Las evidencias del cambio climático se observan en la Argentina y han sido objeto de comentarios en el último informe de la CEPAL, que es el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas responsable de promover el desarrollo económico y social en América latina y el Caribe.
Según el organismo, el número, la intensidad y la frecuencia de las lluvias se modificaron entre 1900 y 2005, y eso se tradujo en un aumento de la frecuencia e intensidad de las inundaciones en la región pampeana. Situaciones similares se han registrado en Paraguay, Uruguay y algunas zonas de Bolivia. A causa de la pérdida del ozono y del aumento del índice de radiación ultravioleta, aumentaron los casos de cáncer de piel no melanoma en nuestro país y en Chile. También se afirma que enfermedades como el dengue pueden subir en la incidencia. En 2009, la Argentina sufrió la epidemia más grande del dengue en la historia.
En el informe de la CEPAL, también se advierte que hay playas argentinas con riesgo elevado de ser afectadas por la erosión de las costas causada por el cambio climático.


La pasividad de Argentina en la discusión ambiental

Las negociaciones internacionales por el cambio climático del planeta aún no están terminadas. Una de las trabas principales es que todavía los países no toman compromisos ni acciones firmes para reducir los niveles de emisión de gases invernadero. En esas discusiones, la Argentina tiene una posición pasiva, a pesar de que su población y su ambiente serán afectados por el impacto del cambio climático.
“Nuestro país ahora no tiene una posición propia ni definida”, afirmó Pablo Canziani, investigador en cambio climático del Conicet y de la Universidad Católica Argentina. Señaló varias diferencias con el pasado: “En 1997 cuando se acordó el Protocolo de Kioto, la Argentina tuvo un rol de liderazgo en las negociaciones. Después, pasaron varios gobiernos y no hubo continuidad con la posición”.
El protocolo, que forma parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, estipuló que los países más contaminantes debían reducir sus emisiones en un porcentaje de al menos un 5%, dentro del período que va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990.
La Argentina, como país en vías de desarrollo y con aproximadamente el 0,6 por ciento del total de las emisiones mundiales, no estaba obligada a cumplir las metas cuantitativas fijadas por el Protocolo de Kioto. Pero sí ratificó el acuerdo en 2001, a través de la ley del Congreso, y tiene al menos que no seguir aumentando sus emisiones.
En abril del año pasado, se destacó el Acuerdo de los Pueblos, convocado por Bolivia, por el cual se advirtió que “los países desarrollados tienen una deuda climática con los países en vías de desarrollo, la madre tierra y las futuras generaciones”.
La discusión mundial aún continúa: se prepara un acuerdo nuevo que formará parte de las conversaciones de las Conferencias de las Partes en Durban, Sudáfrica, el 28 de noviembre, y en Rusia en 2012.
En el debate, están el grupo de los países europeos, con Inglaterra a la cabeza, que quiere reducir las emisiones de manera tal que el aumento de temperatura media global no supere los 2 grados centígrados para el año 2050. “Estados Unidos hoy no tiene una postura definida. China hace promesas”, comentó Canziani. “Y Argentina aún no asume su liderazgo, como sí lo están haciendo Brasil y México. El problema es que si no se logra un acuerdo global pronto, todo se hará de manera desordenada y puede perjudicarnos”, opinó.
Por ejemplo, Francia ya quiere poner aranceles impositivos a sus importaciones por la emisión de gases de invernadero que se produce durante el transporte de mercaderías y materias primas. “Esto perjudica a la Argentina que está lejos de Europa”.
Por su parte, Raúl Estrada Oyuela, embajador y ex negociador en temas ambientales en las negociaciones internacionales, también expresó que “la posición de la Argentina está muy desdibujada. Debería ayudar a que los países se pongan de acuerdo para reducir las emisiones. La política energética que tenemos aumenta las emisiones. Y también faltan medidas de adaptación al cambio climático. Por ejemplo: ¿cómo se adaptarán las ciudades costeras al avance del nivel del mar? ¿Qué se hace para que los edificios sean eficientes?”.

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