Mejora en el uso de agroquímicos en Mendoza

Mejora gradual en el uso de agroquímicos

Fecha de Publicación: 19/12/2009
Fuente: Diario Los Andes
Provincia/Región: Mendoza



La tendencia actual en agroquímicos es procurar reducir los riesgos, adoptando enfoques preventivos, con una fuerte asistencia técnica a los sectores de la producción y una constante política de control.
El muestro de vegetales que viene realizando el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN) exhibe en general, indicadores que alientan a continuar las líneas de trabajo, fortaleciéndolas en segmentos del esquema productivo provincial -como el sector hortícola- que muestra desempeños mejorables.
En efecto, la serie 2006/2009 del muestreo de vegetales que lleva adelante el organismo, arroja un promedio ponderado del 89% entre muestras en las que no han sido detectados residuos de químicos (son la gran mayoría) y aquellas en las que el porcentaje detectado es inferior al límite máximo de residuos.
Sólo el 11% de la suma de las muestras tomadas durante esos cuatro años, acusa vestigios en proporciones que superan ese límite o restos de agroquímicos no autorizados para ser usados en el producto vegetal donde fueron detectados. (Ver cuadro).
La información cobra una particular relevancia, por más de una razón. En primer lugar, porque denota una mejora cualitativa en función del objetivo primordial de proteger la salud del consumidor.
Pero también porque surge oportunamente, en medio de crecientes exigencias de los mercados internacionales, en algunos casos exacerbadas por desencuentros en materia de relaciones comerciales, que terminan transformándolas en barreras paraarancelarias.

Enfoque preventivo
El hombre siempre trató de proteger sus cultivos de los ataques de plagas y enfermedades que afectan los rendimientos y la calidad de los productos vegetales. Para lograr este objetivo utilizó sustancias químicas naturales o artificiales que, básicamente, eran tóxicas. En efecto, sin tomar las precauciones necesarias éstas podían afectar la salud del aplicador, la de su familia, el consumidor y el medio ambiente.
La tendencia actual es la de procurar reducir los riesgos adoptando enfoques preventivos, con una fuerte asistencia técnica a los sectores de la producción y una constante política de control.
La inquietud por el tema de los agroquímicos llegó hasta la legislatura provincial, donde se gestó un proyecto de ley en el que se propone prohibir el uso y comercialización de esos productos, dentro de la categoría "banda roja", es decir, los de mayor toxicidad potencial en todo el territorio provincial.
Sobre este tema, el ingeniero agrónomo Walter Valverde, presidente de la Cámara de Agroquímicos de Mendoza, aclara: “No tengo toda la información pero a priori, creo que los diputados deberán informarse con los distintos sectores que están específicamente en la actividad y de ahí podrán sacar mejores opiniones”. En principio, todo lo que sea restricción de uso de productos rojos, es bueno para la comunidad. De todos modos, creo que siempre es necesario buscar consensos”.
El ingeniero agrónomo Oscar Astorga, coordinador del Programa de Agroquímicos del ISCAMEN, dice no estar enterado de la iniciativa de ley.
El funcionario advierte en cambio que “ya hay normativa sobre agroquímicos. Mendoza es una de las provincias pioneras en legislar sobre el tema, dispone de un marco legal regulatorio desde el año 1991 que es la Ley provincial de Agroquímicos Nº 5665 y su decreto reglamentario 1469/93. Esa normativa se viene aplicando en forma ininterrumpida desde 1994 y existen otras nacionales y provinciales referidas a límite máximo de residuos y a la recategorización de envases de agroquímicos”.
Sobre este punto recuerda que “el ISCAMEN también fue pionero en normar al respecto y en función de ello se desarrolla el Programa Agrolimpio, amén de las acciones de control en relación a la de extracción de muestras vegetales.
Estas normas tienen, entre otros objetivos, los de proteger la salud de la población, prevenir y disminuir los riesgos de intoxicaciones y evitar la contaminación de alimentos y del medio ambiente que nos rodea.
En virtud de este marco legal, el ISCAMEN, a través del Programa Agroquímicos, realiza muestreos sistemáticos en súper e hipermercados, acopiadores de frutas y mercados de concentración.
En función del trabajo realizado, “se puede apreciar que el comportamiento en Mendoza es bastante satisfactorio ya que un alto porcentaje de muestras no ha evidenciado presencia de residuos”, señala Astorga. “La mayor cantidad de decomisos realizados se debe a la presencia de agroquímicos no autorizados (no registrados en SENASA) para las especies vegetales muestreadas”, indica.
Para ratificar el rumbo, adelanta que durante 2010 se continuará con las acciones de control, fundamentalmente de capacitación en el sector de la producción primaria, haciendo hincapié en la actividad hortícola. “Vamos a incorporar un proyecto del sector vitícola en relación al manejo de agroquímicos”, destaca.

Más controles
Desde el Centro Regional Cuyo del SENASA se indica que en el marco del programa SICOFHOR (Sistema de Control de Frutas y Hortalizas en Fresco), desde 2007 se desarrolla un programa de monitoreo de residuos de plaguicidas en frutas y hortalizas, con toma de muestras periódicas de algunas especies de frutas y hortalizas.
El objetivo de este programa es detectar que en las especies muestreadas se utilicen agroquímicos registrados para esa especie y no se supere el límite máximo de residuos para la misma.
Este tipo de muestras se toma en mercados concentradores de frutas y hortalizas en fresco y en centros de distribución de cadenas de supermercados.
Las especies muestreadas primeramente fueron acelga, lechuga y tomate. El segundo año se incorporaron algunas frutas, como manzana, uva, durazno y apio. Esta temporada se continuará con ellas y se irán sumando progresivamente, distintas especies.
Las muestras tomadas se envían para ser analizadas al Laboratorio de Pesticidas de INTA Estación Experimental Mendoza. Aún no se han difundido los resultados del muestreo.

La banda roja
Desde el sector privado, el ingeniero Valverde advierte: “Tratamos de aconsejar al productor para usar el producto menos tóxico posible aunque hay circunstancias en las que no tenemos soluciones alternativas a esa toxicidad”.
De todas maneras, aclara que hay herramientas para minimizar riesgos, como los límites de tolerancia (de residuos de agroquímicos), los tiempos de carencias y productos alternativos en ciertos casos. “No vendemos agroquímicos alegremente” apunta.
“A diferencia de lo que pasaba hace 30 años, en cada negocio hay un responsable técnico que interviene para dar la solución menos tóxica, mientras que las compañías (nuestros proveedores) están trabajando siempre en el desarrollo de nuevas moléculas a medida que los países centrales prohíben su aplicación”.
Valverde asegura que “nos encaminamos rápidamente hacia productos más seguros, más eficaces y más específicos”. De todos modos, remarca que algunos todavía no tienen reemplazo.
“Ciertos principios activos de alta toxicidad van siendo reemplazados, pero otros no, como los nematicidas, el aldicab, un producto inscripto en ajo, que no se puede usar en otros cultivos o el carbofuram, utilizado también para combatir nemátodos en ajo que se puede usar además en tomate porque tiene un poder residual menor. Para otros van apareciendo reemplazos, como para el metil azinfos, que sigue siendo el más usado en el mundo para combatir carpocapsa en peras y manzanas y grafolita en frutas de carozo.
Otro producto importante y problemático es el bromuro de metilo (aunque esto no pasa por las casas de agroquímicos) usado para esterilizar suelos. Éste se aplica en la mayoría de los invernáculos en el mundo. También hay productos para saneamiento ambiental, que son rojos, como el DDVP, que no tiene ningún poder residual.
Si bien los nuevos productos no siempre brindan la misma efectividad, “dentro de las posibilidades se va avanzando”, dice el empresario, “con productos obtenidos a partir de desarrollos tecnológicos más complejos, que por supuesto son más caros. En un momento fueron reemplazados los clorados, más tarde los fosforados y así seguirán reemplazándose otros productos”.
En relación a los agroquímicos “de banda roja”, el ingeniero Astorga del ISCAMEN, manifiesta que “es obligatorio el registro de compra- venta. Antiguamente se hacía en un libro foliado y hoy, los comercios lo registran mediante soporte informático, según lo establecido en la Resolución 142 - I 2009, de ISCAMEN. Con este registro podemos saber cuánto es lo comercializado, quién y dónde se utiliza”, aclara.
No obstante, considera que “siempre es positiva y necesaria una revisión de las normas, ya que hay que ajustarse a los tiempos, porque de esa revisión pueden surgir modificaciones a la ley actual que den un mayor sustento a estas acciones”.

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