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Represas generan tensiones en originarios de Santa Cruz

 


Pueblos originarios piden transición justa para último río glaciar de Argentina

Fecha de Publicación
: 08/09/2023
Fuente: Agencia IPS
Provincia/Región: Agencia IPS


La construcción de las represas hidroeléctricas Cóndor Cliff y La Barrancosa, en el sur de Argentina, interrumpe el cauce del río Santa Cruz desde el glaciar hasta el océano y mutila la espiritualidad de 15 comunidades mapuche, al tiempo que extreman aún más la presencia del ave macá tobiano.
Imagínese sí, de repente, dos megaobras arrasan con un cementerio en el que estaban sus abuelos o padres. Imagínese, además, que el último de los ríos glaciares, que conecta hielos eternos con olas urgentes, se ve mutilado por dos moles que prometen generar energía limpia en un país de raigambre en hidrocarburos.
Por último, imagine que todo eso fue en vano, que las lluvias se retiran, y que el potencial hidroeléctrico imaginado al principio, quede reducido a unas gotas, en gran medida por acción del cambio climático.
Eso es lo que puede ocurrir en el sur de la Patagonia argentina con el río Santa Cruz, el último de los canales glaciares, distinguido por un caudal turquesa que es identidad y fuente de recursos para muchas personas, en particular, 15 comunidades originarias que desde 2017 reclaman la interrupción de las represas Cóndor Cliff y La Barrancosa.
Argentina las levanta con una inversión de 4700 millones de dólares aportados por la empresa china Gezhouba Group, sancionada por el Banco Mundial en 2015 por mala praxis en proyectos de infraestructura sobre agua.
“Hay toda una publicidad acerca del cambio climático. Por un lado, se habla de eso y, por el otro, las políticas que se desarrollan están totalmente de desacuerdo con esa preocupación que tienen todas las personas, incluso también nosotros como pueblos originarios. Y tiene que ver con esta cuestión del extractivismo”.
La que habla es Silvia Saldivia, una de las mapuches que integran la mesa coordinadora conformada tras una demanda ganada por los indígenas en 2017 y que, en teoría, busca que la transición energética no atropelle sus costumbres, economías, formas de vida y espiritualidad. Aunque, de momento, sin resultados.

Transición justa
Comunidades mapuches y tehuelches, junto con otros integrantes de la sociedad civil, demandaron al Estado en 2017 por la ausencia de una consulta previa a la proyección e inicio de las obras, tal como rige en el convenio 169 de la OIT y la Constitución argentina por la construcción de las presas que, en un principio, iban a llamarse Néstor Kirchner y Jorge Cepernik.
El informe Derechos Humanos y actividades empresariales chinas en Latinoamérica advierte que “el proyecto compromete un ecosistema natural de alto valor de preservación, tendrá varios impactos en la vida y cultura de pueblos indígenas tehuelches- mapuches y constituye una amenaza para el acceso al agua de generaciones futuras, además de poner en peligro de extinción a un ave endémica, el macá tobiano”.
También afirma que se vulneró el derecho a la consulta previa de los pueblos indígenas afectados y señala que «aunque la etapa de ejecución de sentencia está vigente la consulta no se ha realizado”.
En la mesa de diálogo “se pensó y se habló de proyectos de desarrollo para las comunidades, en resarcimiento por no haber hecho la consulta previa. Estuvimos como cuatro años escribiendo estos proyectos de desarrollo para cada una de las comunidades y la última respuesta que tuvimos de una autoridad de energía del gobierno nacional fue que lo que nos podían dar eran planes sociales”, relata Silvia.
Y añade: “Deja mucho que desear esta cuestión y no estaba pautada esta forma de trabajo, porque el plan social o el plan que da la nación es insuficiente y es limitado con respecto a lo que piden las comunidades originarias”.
Las consultas a la Secretaría de Estado de Cultura de Santa Cruz, que representa a la provincia en la mesa de diálogo, no pudieron ser resueltas.
Los indígenas reclaman, en primer lugar, acceso a las tierras que ocupan desde tiempos ancestrales, mucho antes del genocidio conocido como “Campaña del Desierto”, que entre 1878 y 1885 anexionó a la República Argentina la extensa Patagonia, cuna productiva de yacimientos hidrocarburíferos, pesca industrial y ganado ovino y caprino.
Poder tener su propio territorio, desarrollar turismo sostenible y producir alimentos sin agroquímicos en sus huertas, son las actividades que las comunidades mapuche y tehuelche quieren realizar en su lugar de pertenencia. Actividades que han ido a contramano de los intereses extractivistas de autoridades y empresas.
En marzo de 2020, la Unión de Asambleas Patagónicas (UAP) y representantes  originarios presentaron una denuncia y solicitaron medidas cautelares a la Convención Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la que consideran al sistema de cuencas de ríos patagónicos como sujeto de derechos ambientales y humanos.
“La realidad es que siempre la visión que se tiene de pueblos originarios o de la gente indígena es que estamos sumidos en la pobreza. En realidad muchos de nosotros estamos empobrecidos, pero no porque seamos pobres intelectualmente, sino que ha habido un plan sistemático para despojarnos de nuestros lugares, para despojarnos de lo que se llaman ‘recursos naturales’, que para nosotros no solamente son recursos naturales, sino seres vivientes. El agua, el río es un ser viviente, la tierra también”, exclama Saldivia.
El pedido a la CIDH para que ordene la suspensión de las obras que levantan Cóndor Cliff y La Barrancosa solo fue cumplido por una interrupción en los pagos por parte de China, que ya se restablecieron, al punto que en estos días llegará un nuevo desembolso.

Proyecciones climáticas
El río Santa Cruz conforma la tercera cuenca más importante de Argentina, detrás de la cuenca Del Plata y la del Río Negro. Tiene una longitud de 385 kilómetros, aunque sumando a sus afluentes alcanza los 543.
Nace en el desagüe de los lagos Viedma y Argentino y sus aguas son de origen glacial, del deshielo de los ventisqueros del parque nacional Los Glaciares. Desemboca en el océano Atlántico, en un estuario que comparte con el río Chico.
Las construcciones de las represas hidroeléctricas están ubicadas a 150 kilómetros de la ciudad de El Calafate, al este de Santa Cruz. Según los planes de obra, Cóndor Cliff tendrá 68 metros de altura máxima, 1613 metros de longitud y contendrá cinco turbinas que generarán por año 3167 gigavatios- hora (Gwh).
Será una represa de concreto, con materiales sueltos presentes en el entorno del lugar y con pantalla de hormigón.
La Barrancosa, en tanto, tendrá una de 41 metros en su punto máximo, una extensión de 2.445 metros y contará con tres turbinas que abastecerán 1780 Gwh por año. Se generará un lago que conecte a las estructuras cuando comiencen a funcionar.
Si todo sale tal cual la empresa china lo tiene previsto en su plan de acción, en abril de 2024, cuando se instale la última de las ocho turbinas previstas, ambas obras estarán en condiciones de comenzar a proveer energía en su máxima capacidad, equivalente al 4,5 % de la oferta de energía eléctrica nacional, lo cual alcanzaría para abastecer a unas 700 000 familias.
Todo eso, si el clima lo permite. Originalmente, el clima predominante en la región conocida como “fin del mundo” es semidesértico patagónico, con frío seco y vientos constantes procedentes del Pacífico que, en el caso de Santa Cruz, son filtrados por la majestuosa cordillera de los Andes.
Por su abundancia de ríos interiores, América del Sur -y en particular Brasil y Argentina- experimentó la tasa de crecimiento de energía hidroeléctrica más rápida y se convirtió en la región con la segunda mayor capacidad añadida en el mundo.
Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA), la energía hidroeléctrica es la principal fuente de generación de electricidad en la mayoría de los países de América Latina y representa 45 % del suministro total de electricidad de la región.
Sin embargo, los impactos del cambio climático podrían perturbar el correcto funcionamiento al aumentar la variabilidad en el caudal, cambiar los caudales estacionales e incrementar las pérdidas por evaporación de los embalses.
Asimismo, la escasez de agua proyectada debido al derretimiento de los glaciares junto con las sequías podría afectar la generación de energía hidroeléctrica en regiones donde las plantas dependen, en gran medida, del agua de los glaciares, como es el caso del río Santa Cruz.
“Los cambios en las precipitaciones también alterarán el potencial, la producción de generación, el nivel máximo y las variaciones estacionales de la energía hidroeléctrica. Los patrones de precipitación erráticos podrían provocar escasez de agua y preocupaciones sobre la interrupción de la generación de energía hidroeléctrica”, indica el informe.
Y hace dudar si la megaobra es o no una buena idea.
En su plan oficial de Transición Energética, con vistas a 2030, Argentina aspira a generar 57 % de su energía eléctrica a partir de fuentes renovables, construir 5000 kilómetros de nuevas líneas de transmisión, y reducir en 8 % la demanda total de energía, entre otras cosas.
Para lograrlo, debe reducir el empleo de combustibles fósiles 35 % antes del final de década por medio de la expansión de las energías renovables, incluida la hidroeléctrica, y en particular la eólica y la solar.
Argentina tiene más de 20 000 megas en proyectos hidroeléctricos y un plan diseñado para que parte de la renta de las hidroeléctricas vaya a un fondo que permita potenciar aún más ese desarrollo.
“Aumentar la capacidad de generación de centrales hidroeléctricas de gran escala (mayores a 50 MW) conectados a la red.
Se trabajará en diversas políticas que incluye la extensión de la vida útil de las centrales existentes, la renovación y modernización de su tecnología con acciones de repotenciación, y el diseño, proyección, construcción y puesta en marcha de nuevos complejos hidroeléctricos, como los aprovechamientos hidroeléctricos del río Santa Cruz, actualmente en construcción”, dice el plan. Y advierte: “Se incluyen proyecciones climáticas para la evaluación de nuevos proyectos hidroeléctricos”.
La disminución general en la disponibilidad de agua en todas las regiones es un impacto también identificado en el Plan de Adaptación al Cambio Climático.
“En todas las regiones se identifica también el riesgo de limitación de la generación hidroeléctrica por disminución en la disponibilidad de agua, que también está relacionado con vulnerabilidades previas existentes como la insuficiente diversificación de fuentes de generación de energía eléctrica y falta de participación provincial en las políticas energéticas nacionales”, aduce el informe.
En diálogo con Climate Tracker, la ministra de Energía de Argentina, Flavia Royon, admite que “el rol de la hidroeléctrica es prioritario y estratégico, porque más allá de la energía limpia que produce la hidroeléctrica, también hoy es fundamental por un tema de gestión del agua. Hoy la gestión del agua es un tema preponderante en la agenda y la energía hidroeléctrica también te posibilita eso”.
El gobierno argentino espera que la primera turbina inicie operaciones en el primer trimestre de 2025, al tiempo que las comunidades afectadas esperan la resolución de las obras y que se les respeten sus peticiones, consagradas en la Justicia.
Ante la consulta sobre si puede llegar a ser una complicación para el futuro del proyecto tener sequías impensadas en Patagonia, la ministra respondió que «en cambio climático, así como hay años de sequía, hay años de inundaciones, entonces lo importante acá es justamente la gestión del recurso».
Es justamente ese recurso, el agua, el que está más que nunca en discusión, a la sombra de la transición energética. Un recurso que para los indígenas es un ser viviente, al igual que la tierra.
Sea en Jujuy, donde le acecha el litio; en la Patagonia norte, con los pozos y las secas de Vaca Muerta; o cerca del fin del mundo, donde navegan los espíritus de nuestros ancestros.
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Demanda contra los estados por los incendios en el delta

 


Para recomponer el daño ambiental

Fecha de Publicación
: 30/08/2023
Fuente: Página 12
Provincia/Región: Santa Fe


Una  ONG local reclamó ante la Corte Suprema remediar el daño causado en el humedal por el fuego en el delta del Paraná.
Reparar el daño ambiental causado por los incendios en los humedales. Esa es la demanda impulsada ante la Corte Suprema de Justicia por Equística Defensa del Medio Ambiente, una organización ambiental de Rosario que reclama al Estado la restauración de la flora y la fauna arrasada por el fuego durante tres años. Desde la entidad señalaron que existen antecedentes en la materia y también recordaron que vienen pidiendo la creación de la figura del “interventor” para proteger a los humedales. “La idea es que las jurisdicciones correspondientes se vean obligadas a remediar el daño causado en el humedal, que haya una reparación”, explicó Pablo Arino, uno de los integrantes de la organización en declaraciones a Rosario/12.
La demanda está dirigida contra el Estado Nacional, las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, y los municipios de Rosario y Victoria, por su “inacción” ante los incendios que generaron repercusiones ambientales en la zona del humedal. En el documento, la organización de cuenta que desde junio de 2020 se viene produciendo “una quema indiscriminada” en todo ese territorio, que impulsó a la organización a presentar un primer amparo solicitando el cese del fuego.
Esa solicitud fue aceptada por la Corte, que dispuso la creación de un comité integrado por los poderes ejecutivos de las distintas jurisdicciones afectadas, para que “adopte medidas eficaces para la prevención, control, y cesación de los incendios irregulares”, tomando como base el Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible (PIECAS) en el Delta del Paraná. Sin embargo, desde Equística denuncian que el comité no solo que no funcionó, sino que rara vez llegó a reunirse con todos sus integrantes. “Se constituyó el comité, pero no pasó nada. Y en estos tres años que transcurrieron el humedal se devastó. Entonces consideramos que era momento de empezar a remediar esto de alguna manera. Creemos que el Estado tiene que tomar cartas en el asunto y empezar a hacer todas las tareas y obras necesarias para remediar el daño causado en el humedal lo más rápido posible”, sostuvo Arino, abogado especializado en temas ambientales.
Para el integrante de Equística, el comité no funcionó porque los demandados “siempre buscaron excusas” para terminar de darle forma a la iniciativa: “Nunca hubo un representante de cada una de las provincias y de los municipios sentados en una mesa discutiendo un plan de trabajo, a pesar de que estaba la orden de la Corte Suprema para que se hiciera. Jurídicamente hay un incumplimiento a esa orden”.
Desde la organización detallaron que los incendios en el humedal tienen consecuencias que van desde la extinción de especies, hasta la pérdida de fertilidad de los suelos y las alteraciones del clima. Y, en base a evaluaciones realizadas por especialistas en ecología, estiman que se necesitarían entre 300 y 400 años para recuperar las 20 mil hectáreas de humedal que se incendiaron.
Ante ese escenario, consideraron que la regeneración debe pensarse de manera “interdisciplinaria”, con el aporte de distintos especialistas y de diversos sectores de la sociedad. “Tiene que ser sometido a una consulta pública, como establece la Ley General del Ambiente. Eso tiene que ser aprobado y después avanzar operativamente en la remediación”, explicó Arino.

Antecedentes
La demanda cuenta con un antecedente directo en 2008, cuando la Corte Suprema de Justicia ordenó al Estado nacional, la provincia de Buenos Aires y el gobierno porteño a sanear la cuenca del Riachuelo. En aquella sentencia, además, se establecieron plazos para llevar a cabo las obras correspondientes y multas ante posibles incumplimientos en los tiempos previstos. “La idea es emular esa experiencia -comentó Arino- que las jurisdicciones correspondientes se vean obligadas a remediar el daño tanto en la salud de los vecinos como en el medio ambiente, en este caso toda la zona del humedal”.
Por su parte, Sebastián Farina, vocal y representante legal de la organización ambiental, recordó que en la demanda también se solicita una multa a los Estados demandados de forma diaria, hasta que se ponga en marcha un plan de reparación. “Desgraciadamente si vos no hacés un seguimiento cotidiano a esto, no termina pasando nada”, comentó a este medio. “Yo sé que hay un montón de problemas cotidianos que quizás son más urgentes, pero no por eso son más importantes”, agregó.
En ese marco, recordó que otro de los reclamos que vienen sosteniendo desde Equística es la creación de la figura del interventor. Para Farina se trata de una “decisión política” que podría ayudar como medida precautoria para que los incendios ocurridos en toda la franja del Delta del Paraná no se repitan. Lo que pedimos en su momento fue la designación de un interventor del humedal, que cuente con una serie de atribuciones que le permitan exigir que se cumplan y se hagan determinadas tareas para preservar toda la zona”. Según indicó el abogado, el pedido fue realizado tanto ante la Corte Suprema de Justicia, como ante las diversas provincias afectadas por la problemática ambiental.
En ese sentido, Farina dejó en claro que se trata de una medida que está al alcance del gobierno nacional y que podría resultar sumamente beneficiosa. “Esta es una decisión política que hay que tomar, pero lamentablemente no se avanza en nada”, cuestionó.  
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Preocupa el oleoducto para Vaca Muerta en zona crítica

 


Denuncian que un nuevo oleoducto para Vaca Muerta pone en riesgo al golfo San Matías y Península Valdés

Fecha de Publicación
: 19/08/2023
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Nacional


YPF necesita empezar a construirlo ya. Es una inversión de 2 mil millones de dólares. Pero ONGs, ambientalistas y vecinos de Sierra Grande se oponen por temor a derrames en una zona de alta biodiversidad del Mar Argentino.
Como ocurrió antes con el gasoducto Néstor Kirchner, ahora la construcción de un oleoducto que atravesará la meseta de Río Negro y permitirá sacar por mar el petróleo de Vaca Muerta, está provocando una áspera controversia ambiental que amenaza con escalar a niveles de mayor conflictividad.
La obra es clave para el desarrollo económico de la Argentina y desde YPF plantean que provocará además un derrame de fuentes de trabajo en localidades olvidadas del Sur del país. Pero para un grupo nutrido de organizaciones ambientales, vecinos y activistas el costo será extremadamente alto. No hablan de valor económico, sino del riesgo que implicará para la naturaleza misma. Denuncian que se verán afectados el Golfo San Matías, la Península Valdés y una multiplicidad de especies de aves y mamíferos que habitan los ecosistemas del Mar Argentino.
Ese contrapunto de época, que enfrenta al desarrollismo con la defensa de la ecología, opera como base para la audiencia que se llevará a cabo este mismo jueves en la ciudad de Sierra Grande, extremo sur de la costa de Río Negro.
Durante el encuentro, se analizará el informe de Impacto Ambiental presentado por YPF. El proyecto, conocido como Oleoducto Vaca Muerta Sur, contempla la construcción de un puerto y necesita contar con licencia social. Pero solo pueden asistir a la reunión vecinos locales y las ONG que integran el Foro de Conservación del Mar Patagónico dicen que de este modo quedan afuera decenas de expertos en lucha contra el Cambio Climático que podrían ofrecer argumentos científicos que justifican la oposición al proyecto.
Andrea Michelson, coordinadora regional del Foro, dice: “Estamos muy preocupados por la intención de instalar una terminal portuaria para trasladar hidrocarburos provenientes de Vaca Muerta. Está en riesgo toda la biodiversidad costera del Golfo San Matías. Incluso la ballena franca austral, que es una especie protegida por ley y que habita la zona para socializar y reproducirse. También se verían afectadas especies de pingüinos Magallanes, presentes en el área, defines de todo tipo, rayas , tiburones, entre otras especies vulnerables. Los micro derrames son inevitables en experiencias industriales de este tipo, pero también aumentaría el tráfico marítimo en la zona y el riesgo de colisiones con cetáceos. El riesgo mayor es el de un derrame de gran escala”.
Michelson dice que se modificaron leyes de espaladas a la sociedad para acelerar el proyecto. “El área estaba protegida por ley, no se permitía la instalación de ductos y terminales de este tipo. El año pasado se modificó un artículo de la ley 3308 y la zona quedó habilitada, de un día para otro, sin participación de la ciudadanía”.
El golfo San Matías está localizado en la costa del océano Atlántico. Se extiende entre punta Bermeja, al norte, en Río Negro, y punta Norte, al sur, en el extremo de la península Valdés, provincia de Chubut. Desde 1999 la Ley 3308 brindó protección al Golfo San Matías y la Península de Valdés de la contaminación por hidrocarburos prohibiendo proyectos petroleros.
Esa ley fue modificada de manera exprés e inconsulta por la legislatura rionegrina en septiembre de 2022, según denuncian los ambientalistas. Mediante una nueva ley, la 5.594, se permitió la instalación de ductos para el transporte de hidrocarburos. Para quienes se oponen al proyecto, ello vulnera el principio de no regresión previsto en el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (Acuerdo de Escazú) ratificado por la Ley Nacional 27.566.
En la víspera de la audiencia en Sierra Grande hubo marchas a favor y en contra del proyecto. “La participación de la ciudadanía a esa audiencia y a la documentación que será analizada ha sido restringida exclusivamente a personas con residencia en Río negro, cuando este megaproyecto incluye y afecta también en forma directa a los territorios de las provincias de Neuquén y Chubut, ya que sus impactos repercutirían adicionalmente en esas provincias en caso de accidentes, derrames y siniestros”, dicen desde el Foro.
Para ellos el oleoducto tendrá también impactos negativos sobre los ecosistemas de varias reservas naturales como el Parque Nacional Islote Lobos, el Área Natural Protegida y Patrimonio Natural de la Humanidad Península Valdés, la Reserva de Usos Múltiples Caleta de Los Loros y el Área Natural Protegida Bahía San Antonio. Cabe resaltar que Península Valdés fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.
 Según informa el diario Río Negro, La petrolera YPF evaluó cuatro alternativas a la hora de seleccionar el mejor punto para la construcción de un nuevo puerto petrolero al cual llegarán con un oleoducto de 565 kilómetros de extensión. El objetivo de la compañía era lograr que ingresen buques de tipo Suezmax, los cargueros más grandes que eficientizan las exportaciones pero que hoy no pueden llegar a Argentina por las falencias de los puertos.
Cuando presentó el proyecto ante legisladores rionegrinos, el presidente de YPF, Pablo González, señaló que “este proyecto es para hacerlo ahora, no es a largo plazo”. A su vez, remarcó: “Lo vamos a hacer rápido para cumplir el objetivo estratégico de poder exportar para sustituir importaciones y compensar la fuga de divisas”. La obra demanda una inversión de 2.000 millones de dólares. Estaría lista en 2025 y sería una vía de salida para evitar el cuello de botella que amenaza con producir la pujanza del yacimiento neuquino. “Somos muy optimistas que para 2025 podamos tenerlo operativo”, indicó días atrás el CEO de la compañía Pablo Iuliano.
En Sierra Grande viven 8 mil personas, según datos oficiales.
Es una ciudad prácticamente paralizada desde que la minera china MCC detuvo sus operaciones de extracción de hierro. Habían adquirido en 2010 los derechos de explotación por 99 años y llegaron a tener un plantel de 400 empleados. Sin embargo, se retiraron del negocio por las condiciones económicas argentinos que hicieron imposible la viabilidad comercial del proyecto.
El desembarco del proyecto de YPF alienta las esperanzas de prosperidad de muchos vecinos de la localidad. Pero otro sector, como queda en evidencia, ve en la maniobra “un remedio peor que la enfermedad”. La audiencia de este jueves en el gimnasio municipal promete ser acalorada: hay más de 150 personas anotadas que comenzarán a expresarse a partir de las 9.30.
Entre las organizaciones que se oponen al proyecto aparecen Aves Argentinas, ProyectoSub, Wildlife Conservation Society Argentina (WCS Argentina), Global Penguin Society (GPS), Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), AquaMarina, Fundación Cambio Democrático (FCD), Fundación Patagonia Natural (FPN) y Greenpeace Argentina. “Por un golfo sin petróleo: no hay licencia social para el oleoducto”, reza la petición creada en la plataforma Change.org. Hasta este miércoles llevaba juntadas 26.500 firmas de oposición al proyecto.
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Neuquén-Río Negro: estudian espacios de conglomerado

 


Usan la ciencia de datos para crear más espacios verdes

Fecha de Publicación: 15/08/2023
Fuente: Diario Río Negro
Provincia/Región: Neuquén - Río Negro


Investigadores estudian cómo planificar mejor los espacios públicos en el conglomerado de Neuquén, Cipolletti y Plottier
Para la planificación de las ciudades es muy importante tener en cuenta el entorno en donde se encuentran. El conglomerado que forman las ciudades de Neuquén, Plottier y Cipolletti posee características propias que lo distingue de otras zonas del país. También entre las localidades también hay particularidades por su urbanización.
El conglomerado está siendo parte de la mirada de investigadores de la Universidad de Flores (UFLO). Estudian sus rasgos porque resultan relevantes ante el escenario actual en el que ya se siente los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas del planeta.
Los investigadores forman parte del laboratorio de Ecología de Bordes y se dedican a estudiar las relaciones de las ciudades con sus entornos urbanos y rurales. Actualmente llevan adelante cuatro proyectos de investigación. Abordan el estudio de humedales urbanos, el uso mixto del suelo entre zonas rurales y urbanas, la flora nativa en espacios urbanos, y las redes de biotopo, es decir, sobre áreas de condiciones ambientales uniformes que dan un espacio vital para un conjunto de flora y fauna.
Este último proyecto fue uno de los seis ganadores del concurso Datos Abiertos y Ciudades Verdes, impulsado por la Fundación Bunge & Born en Buenos Aires.
Leonardo Datri, docente y coordinador del Laboratorio de Ecología de Bordes de la UFLO, contó que consiste en conocer las infraestructuras verde-azul de las ciudades del valle. Significa que detallan todos aquellos componentes urbanos y rurales encargados de proveer de espacios verdes y de drenajes a las ciudades.
El investigador explicó que en la infraestructura urbana «se piensa no sólo las redes de agua potable, las redes viales, la provisión de energía eléctrica, gas, servicios sino también incorporar a la naturaleza que hace que las personas en las ciudades vivan mejor y que la ciudad funcione mejor. Eso tiene mucho que ver últimamente por el fenómeno del cambio climático, la necesidad de adaptar los drenajes y los espacios verdes», indicó.
Datri lo vinculó con los biotopos, que es una unidad que estudia la ecología que está compuesta por la parte física de los ecosistemas. El suelo, el relieve, los cuerpos de agua son así parte del biotopo. Todo esto llevó a que se indague sobre los biotopos que hay en las ciudades de Neuquén, Plottier y Cipolletti.
Lo primero que hicieron los investigadores fue identificar «unidades de biotopo específicas», ya que no todo es de manera homogénea.
Algunas de las que se detectaron fueron la barda (regionalismo que hace referencia al talud del valle), los humedales ribereños, pedemonte (parte inferior de barda donde se depositan sedimentos que se erosionan desde la barda), meseta (planicie de inundación de los ríos) y el valle, donde por ejemplo se encuentran las chacras.
Señaló que son unidades que hay que tener en cuenta a la hora de planificar la ciudad. Todo fue mapeado, y se marcó dónde están ubicados los espacios verdes públicos y aquellos lugares en donde no hay, pero que podrían contar con ellos.
«A cada espacio verde le hemos relevado atributos, por ejemplo, de accesibilidad, qué cantidad de servicios se le ofrece al visitante, como juegos infantiles,bancos o bicicleteros, entre otros. Hemos caracterizado la vegetación y el estado de mantenimiento de esos espacios verdes y hemos también estimado el tipo de biotopo sobre el cual está construido», agregó.
Todo esto llevó a diseñar propuestas. A partir de la información recabada, se crearon modelos de diseño de cómo esos espacios verdes podrían ser más sustentables.
«¿Cuáles son las bases para esos diseños? Por ejemplo, que no se alteren los humedales naturales. Que si hay humedales artificiales -como de hecho lo hay en las chacras- se debería sacar provecho de esa vegetación y de ese sistema artificial», expuso el biólogo.
Por otro lado, en cuanto a la distribución de espacios verdes en las tres ciudades, se calculó la distancia entre un espacio verde y las personas. Se tomó como parámetro lo que demora una persona en llegar caminando. Se puso diez minutos como umbral de tiempo.
«Todas las personas que viven a menos de diez minutos de un espacio verde estarían dentro del óptimo. Y los que están por encima de ese tiempo, marca una carencia de espacios verdes en ese sector», afirmó.
Marcó que ese criterio de diez minutos se está adoptando en muchas partes del mundo. Porque es lo que se considera que una persona, por ejemplo, con niños o una persona adulta mayor, demora en llegar si se encuentra a una distancia razonable que podría ser entre 300 y 500 metros, explicó.
Algunas de las conclusiones que se obtuvieron es que la mayor densidad de espacios verdes está en torno a los centros urbanos, y que hay más déficit hacia las periferias.
Además marcó otro punto a tener en cuenta: «Un patrón común a las tres ciudades es que el nivel de mantenimiento de los espacios verdes disminuye a partir de los 3.000 metros de los centros urbanos. Ofrecen servicios de menor calidad y presentan algún problema de mantenimiento», expuso.
Por otro lado, se detectó que Cipolletti tiene un mayor potencial «para incorporar infraestructuras verdes-azules a partir de soluciones basadas en naturaleza, en comparación de Neuquén o Plottier que han urbanizado humedales y planicies de inundación», indicó.
El experto agregó: “Las tres ciudades tienen los mismos biotopos. Pero en los biotopos de lo que llamamos el valle, el proceso urbano en Neuquén y en Plottier está avanzando justamente sobre esos sectores. Mientras que en Cipolletti todavía hay una franja bastante importante donde incluso hay actividad productiva intensa muy próxima a lo que sería la matriz urbana más densa».
Sobre las diferencias entre las ciudades sumó que en Neuquén y en Plottier el proceso de urbanización es muy disperso y en Cipolletti es más compacto.
«Estas son dos palabras muy importantes porque hoy en día en todo el mundo se está discutiendo qué conviene más, si ciudades compactas (con más densidad poblacional) o ciudades más dispersas. En términos de eficiencia energética e incluso de huella de carbono, las ciudades compactas son mucho más eficientes y sustentables que las ciudades dispersas. ¿Por qué? Porque los medios de transporte insumen más combustible y por ende aumentan la huella de carbono, el tránsito de las personas empieza a concentrarse en autopistas, en avenidas y la dependencia de los vehículos es mayor, y encima suprimen biotopos. O sea, suprimen suelo que podría producir alimentos o superficie donde el verde, fije carbono y aporte a la fijación de carbono atmosférico», describió.
De esta manera, al ser Cipolletti más compacta, «todavía existe un enorme potencial de una planificación de espacios verdes basados en la naturaleza». Esto le da mayor posibilidad de contrarrestar los efectos de cambio climático, por ejemplo, reduciendo el riesgo de inundación, mejorar lo que se llama la isla de calor urbana (en las ciudades, los materiales de construcción tienden a calentar el aire de la atmósfera urbana, y la vegetación es el gran atenuante).

El escenario ante el cambio climático
El profesional de la Universidad de Flores explicó que hay modelos de cambio climático sobre cómo van a ser las próximas décadas, no sólo en términos de la temperatura, sino también de cómo se van a comportar los ríos, por ejemplo, y cómo se van a comportar los drenajes naturales de la ciudad en función de cómo cambia el régimen de precipitaciones.
Indicó que ellos trabajan sobre el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Dijo que lo se espera para las próximas décadas en la región Confluencia, es que «aumente la intensidad de las precipitaciones mientras que los ríos que nacen en la cordillera van a tender a reducir el caudal» y sumó que para el conglomerado urbano de Neuquén, Plottier, Cipolletti «van a empezar a tener mucha más trascendencia para nosotros los brazos secundarios de los ríos, como el que se encuentra en la Isla Jordán».
Ante esto, sostuvo que todo lo que se pueda hacer «sobre esos brazos del río, va a ser muy importante para la eficiencia y la gestión del riesgo de las ciudades. Y siempre que tendamos a aumentar la infraestructura verde-azul sobre las riberas y sobre los cauces naturales del río de descarga de la barda, vamos a estar más seguros en el futuro escenario del cambio climático”, señaló.
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El cambio climático devoró un glaciar y ahora es lago

 



Cambio climático en Argentina: la historia del lago que nació porque se derritió un glaciar

Fecha de Publicación
: 01/08/2023
Fuente: Clarin
Provincia/Región: Río Negro


En esta historia todo es evidencia y nada es hipótesis. Es pura consecuencia. Donde ahora se ve la superficie espejada de un lago, había antes un glaciar. Un glaciar cubierto por sedimento, que tenía la forma de una escarpada cordillera terrosa. Se llamaba Ventisquero Negro justamente por esa tonalidad. Los turistas que viajaban al Parque Nacional Nahuel Huapi se desplazaban 90 kilómetros para visitarlo. Les parecía asombroso que un glaciar fuera de color negro. Pero no está más. Desapareció. El cambio climático lo devoró.
Es un hallazgo notable de científicos del CONICET, pero sobre todo un elemento que muestra la velocidad con que los ecosistemas están viéndose afectados por el calentamiento global. En un escenario dramático de olas de calor y sequías, en el mes de los récords de temperatura planetarios, la historia del ventisquero negro habla acerca de cómo ningún país puede mantenerse a salvo en la llamada “era de la ebullición”, según definió esta semana el secretario general de la ONU, Antoni Gutiérrez.
Nadie permanece al margen de ese nuevo enemigo global concebido por el afán de progreso de la humanidad, un “Frankenstein” que jaquea de fuego a los europeos y que derrite al mismo tiempo el hielo de la Antártida y los glaciares de Bariloche. La primera fotografía que ilustra este artículo es del verano de 1942. En un playón de estacionamiento se ven varios colectivos que han trasladado viajeros hasta la base misma de la lengua de hielo del Ventisquero Negro. Son los pies del Cerro Tronador, en la zona de Pampa Linda, corazón del Parque Nacional. Es muy nítido que las llamadas “morenas glaciarias” (especie de lomadas) llegan hasta los choferes que posan para la toma.
Para 2009, las formaciones ya no están. En junio de ese año, las lluvias incesantes y la dinámica propia del glaciar provocaron un aluvión descomunal. El casquete de hielo se fracturó, hubo una avalancha que alcanzó zonas pobladas, el lago experimentó primero un vaciamiento y el frente del glaciar se “reacomodó en retroceso”: comenzó una suerte de repliegue. Lo que se ve, entonces, es una fragmentación de pequeños témpanos esparcidos. Pero ya no las inolvidables morenas glaciarias que hasta la década del ’90 los viajeros podían apreciar de cerca.
“El retroceso es muy claro”, dice Beatriz Modenuti, investigadora superior del Conicet. Lidera uno de los equipos de biólogos que lleva adelante investigaciones en la zona. “Las condiciones climáticas fueron cambiando a través de los años. Menos cantidad de precipitaciones y mayor temperatura, en primer lugar. La isoterma del Monte Tronador dejó de estar en 0°, que es el indicador de nieve, y al estar más elevada el ventisquero fue perdiendo capacidad de acumulación de nieve”.
Modenutti es miembro del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma) de la Universidad Nacional del Comahue: "En las regiones montañosas, el signo más evidente del acelere que tiene el cambio climático es la pérdida alarmante de glaciares, que lleva a la pérdida de un ecosistema particular, con un trastorno enorme para la biodiversidad. Los cambios en el glaciar impactan directamente en las condiciones de luz y nutrientes para los organismos biológicos que investigamos", dice.
“Lo que sucede en este momento es que, por efecto del hombre y de países como Estados Unidos y China, se emiten gases de tipo invernadero que provocan este calentamiento que actualmente sufre el planeta. Estamos en un período donde el cambio se ha acelerado y realmente es muy alarmante”, avisa Modenutti. “Sin duda son los gobiernos los que tienen que tomar las medidas más importantes a nivel global”, cierra la experta.
El Instituto Argentino de Nivoligía y Glaciares estudia lo que ocurre en Ventisquero Negro desde 2013. “Hoy en día es un glaciar muy grande en volumen. Tiene todavía mucha reserva de hielo. Pero también es uno de los que más masa está perdiendo”, dice Lucas Ruiz, glaciólogo del Conicet y miembro del IANIGLA.
“Los glaciares son muy sensibles al clima. Dependen del clima. El hielo, el agua, la nieve. Cuanto se derrite un glaciar tiene que ver con la temperatura. Cuánta nieve acumula un glaciar tiene que ver con las lluvias. Es así cómo va modificando su volumen. Uno puede explicar lo que está pasando con los glaciares del Monte Tronador a partir de lo que pasa con el clima en la zona. En los últimos diez años, la pérdida de masa aumentó por veranos muy calurosos. El último verano, de 2022/2023 fue de los más calurosos de la historia en la Patagonia”, revela.
Los científicos explican que para que haya un cambio en los glaciares, tiene que haber siempre un indicio climático. Un disparador. Si eso no pasa, el glaciar no avanza ni retrocede. Ruiz estudió el caso del Perito Moreno, en Santa Cruz. En 2015, el glaciar más famoso de la Argentina, empezó un período de pérdida de masa. “Producto de eso, varios años después el glaciar respondió generando un retroceso de casi 700 metros”, explica Ruiz.
Pero en el caso del Tronador, por las elevadas temperaturas, todo puede tornarse más dramático. Además de ser un sitio bellísimo, el Tronador es una de las montañas más altas de la región. Sus picos son una tentación para los andinistas. Es el lugar de la Patagonia Norte donde pueden encontrarse más cantidad de glaciares. La montaña condensa una superficie de 60 kilómetros de hielo, con glaciares de todo tipo en diferentes orientaciones. Sus nombres son célebres: Manso, Castaño Overo, Frías, Alerce, Ventisquero Negro.
“Ha estado sin cambios durante mucho tiempo -explica Ruiz-. Entre los años 1600 y 1850 tuvo lugar el último gran avance de los glaciares en el planeta. Es una era conocida como la pequeña edad de hielo. Desde entonces, el Ventisquero Negro prácticamente no acusó cambios. Donde está el mirador y paran los turistas, hasta el año 2000 se mantuvo igual. Pero a partir de ahí, todo comienza a cambiar”.
Ruiz enumera hitos. En 2005 se empieza a formar el lago. Primero fueron dos laguitos. Luego uno más grande. Cada vez más profundo. En junio de 2009 ocurre el gran alud, que modifica las condiciones de la zona. “Subió el nivel del lago y los témpanos fueron desplazados en avalancha hacia la embocadura del río. Diez millones de metros cúbicos. A los pocos días, el lago parecía como vacío. Pero el glaciar volvió a generar témpanos y en simultáneo aceleró el retroceso, creció la superficie del lago. Hoy el glaciar es mucho más chico. Está perdiendo masa”, dice Ruiz y advierte: “El peligro de que haya un nuevo aluvión es algo que hay que tener en cuenta. Las autoridades de Parques y los guías deben saber que esto puede volver a pasar”.
Mientras tanto, el turismo sigue. Los viajeros se contentan con el espejo de agua de 70 metros de profundidad atravesado por vientos todavía fríos. Toman fotografías ajenos al drama ambiental y regresan, muchos de ellos, sin advertir que la naturaleza se está modificando, peligrosamente, a pasos agigantados.  
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Santa Fe hace punta en certificación de agro sin deforestación

 


Santa Fe, la primera provincia en verificar producción agropecuaria libre de deforestación

Fecha de Publicación
: 29/07/2023
Fuente: Comercio y Justicia
Provincia/Región: Santa Fe


La provincia de Santa Fe se convirtió en el primer distrito del país en impulsar la verificación de la producción agropecuaria libre de deforestación mediante un sistema de trazabilidad en los establecimientos, con el objetivo de “frenar los impactos ambientales dañinos y transformar el sistema agroalimentario”, informó este miércoles la Fundación Vida Silvestre.
“Existe la necesidad de redefinir los modos de producción para adaptarse a las nuevas exigencias y poder mantener las exportaciones, a la vez de llevar a cabo prácticas compatibles con la conservación de los ambientes naturales y su biodiversidad”, afirmó Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
Con el asesoramiento técnico de la Fundación, a través de los consultores Víctor Tonelli y Mauricio Herzovich, Santa Fe avanzó en los dos últimos años en cruzar información provista por herramientas existentes que monitorean la trazabilidad animal y ambiental en la provincia.
Merced a la Ley de Bosques, el Gobierno federal monitorea los bosques y a través del Sistema de Alerta Temprana, envía información a las provincias sobre la ocurrencia de deforestación cada dos semanas.
Mientras que por otro lado, debido a la trazabilidad animal ya existente en Argentina, el Senasa dispone de información precisa sobre la producción ganadera, incluyendo los movimientos de animales entre establecimientos, destacó la Fundación Vida Silvestre.
A través de un comunicado, indicó que “contar con estos dos sistemas, y que dialoguen entre sí, resulta un gran potencial para la economía del país y un avance en la trazabilidad de la producción en relación a su impacto en la deforestación”.
La coordinadora de Manejo y Producción Sustentable de la Fundación, María Eugenia Periago, destacó “la articulación entre diversos ministerios de la provincia y nuestra organización para lograr la trazabilidad que facilite el cumplimiento de las demandas ambientales vigentes por los mercados internacionales, y poder llevar la teoría a la práctica”.
“Es un resultado alentador para que otras provincias sigan los pasos allanados por Santa Fe”, añadió.
La provincia cuenta hoy con el programa “Santa Fe Proceso Verificado”, implementado a través de dos resoluciones del Ministerio de Producción, Ciencia y Técnica, y el trabajo junto con los productores y la industria.
Según se informó, los requisitos que un establecimiento agropecuario debe cumplir para recibir el certificado de la provincia son la libre de deforestación ilegal (Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo provincial); cumplimiento regulación de fuego provincial; y cero deforestación a partir de diciembre 2020.
El plan combina dos objetivos, que son el cuidado del medioambiente a través de la transición hacia una economía baja en carbono, eficiente en recursos y más circular, y el surgimiento de exigencias ambientales de los mercados internacionales, fundamentalmente en países de Europa.
La secretaria de Agroalimentos de Santa Fe, María Eugenia Carrizo, señaló que “desde la provincia este proceso ha sido exitoso y pionero en el sentido de articulación ministerial con el sector privado y la sociedad civil para demostrar que Santa Fe está a la altura de las exigencias del mercado”.
En esa línea, añadió que “esperamos seguir avanzando en el desarrollo de la plataforma digital, y que la misma sea confiable y transparente para poder cumplir con la exigencias del mercado”.
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Argentina en llamas

 


“Argentina en llamas. Voces urgentes para una ecología política del fuego”

Fecha de Publicación
: 26/07/2023
Fuente: La Tinta - Por Soledad Sgarella
Provincia/Región: Nacional


En medio de un fin de semana de incendios, el sábado en La Granja, se presentó una publicación que reúne casi 300 páginas de investigaciones, imágenes y relatos en torno a uno de los temas que más en vilo nos tiene en los últimos años: el fuego. ¿Qué es la ecología política? ¿Por qué escribir sobre esto? ¿Qué se pierde con los incendios, además de todo? El ecocidio, el eco-etnocidio, el despojo y las razones por las cuales seguimos afirmando que “todo fuego es político” en esta charla con una de las coordinadoras del libro, la doctora en Ciencias Sociales, Marina Wertheimer.
Parece mentira: mientras se presentaba “Argentina en llamas. Voces urgentes para una ecología política del fuego”, ardía el cerro Uritorco. Desde el sábado, bomberos, brigadas forestales y habitantes de la zona buscan contener un incendio complicado, no solo por la ladera con una pronunciada pendiente, sino por un intenso viento que vuelve aún más adversas las condiciones.
En los últimos años, no solamente Córdoba se incendia.  El mapa pintado de naranjas y rojos se extiende por todo el país.  Marina Wertheimer y Soledad Fernández Bouzo son las coordinadoras de un libro que reúne más de 20 miradas sobre el significado del fuego, de los incendios, el humo y las estrategias de resistencia ante un contexto que parece empeorar. ¿Por qué Argentina arde, a lo largo y ancho de su territorio, desde los bosques patagónicos al monte cordobés, pasando por los humedales rosarinos? ¿Cómo podemos apagar el fuego, defendernos de este humo que no nos deja respirar?
El sábado, organizada por la Brigada Forestal Colibrí y La Granja Pueblo Monte, la presentación del libro de la Editorial -independiente y autogestiva- El Colectivo colmó el Salón “Iria Berutto” sobre la E53 y contó con muestras de artistas locales que compartieron dibujos, pinturas, bordados, esculturas, fotografías y poesía.
Marina Wertheimer es doctora en Ciencias Sociales (UBA), investigadora del CONICET y docente. Investiga conflictos ambientales y procesos extractivistas en áreas protegidas por la Ley de Bosques, tanto en áreas urbanas como rurales de Argentina. “Argentina está incendiada en todo su territorio”, dice en diálogo con La tinta.
En nuestro país, informan en la publicación, el fuego alcanzó cifras récord en los últimos meses. En 2022, se contabilizaron más de 700 mil hectáreas (ha) afectadas por el fuego, más del doble que en 2021, pero considerablemente menos que en 2020, cuando la superficie alcanzada fue mayor a un millón de ha. El año pasado, la provincia con mayor superficie incendiada fue Salta, con 126 mil ha quemadas, seguida por San Luis, con 121 mil ha, y Corrientes, con 89 mil. Durante 2021, la provincia más afectada fue Córdoba, con más de 300 mil ha prendidas fuego.
“Otro dato que ilustra la gravedad de esta oleada de incendios es que se vieron afectadas áreas tradicionalmente ‘húmedas’ de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, particularmente en la zona de humedales”, enfatiza la coordinadora.
Lo que se llama  “ecología política”  es, como conceptualiza Wertheimer, un movimiento teórico, político y social que busca mostrar los problemas ecológicos no como cuestiones naturales, meramente biológicas o que pasan por actos divinos, sino que los problemas ecológicos y las distintas situaciones ambientales tienen que ver con cuestiones sociales y políticas. “Hay muchos autores que teorizaron sobre esto, pero principalmente lo tomamos también de los distintos colectivos y movimientos territoriales, como, por ejemplo, Arde Córdoba que popularizó la frase  ‘Todo fuego es político’,  mostrando la responsabilidad política, productiva, empresarial en la producción de los incendios. Quisimos recoger un poco esa denuncia también y así completamos el título”.
Explica la investigadora que los ejes para compilar el libro fueron, primero, pensar en la cobertura territorial de los incendios y que estuvieran representadas el área norte, centro y sur del país. Después queríamos que los distintos autores que fuimos convocando (académicos o no, pero con trabajo territorial) escribieran específicamente sobre incendios allí donde trabajaban. Son autores que tienen una perspectiva crítica, que articulan mucho con movimientos sociales, con colectivos. Entonces un requisito era ese, que tuvieran esta mirada crítica. También buscamos abordar los distintos ecofeminismos, cómo es el rol de las mujeres en la prevención de los incendios, en el combate, en el cuidado del territorio y un poco también la particularidad que termina teniendo este libro es que, en su gran mayoría, somos mujeres las autoras. Por último, otro de los ejes que quisimos que incluyera el libro es que no fueran solo autores y autoras académicos, sino incluir escritores, fotógrafos, artistas… Quisimos que el libro incluyera una amplia variedad de lenguajes para llegar a un público más amplio y para apelar a distintas subjetividades”.
Aunque el título puntualice en Argentina en llamas, la doctora en Ciencias Sociales aclara que también busca dar una mirada regional: “Por eso, uno de los capítulos transcurre en Bolivia. Queremos mostrar que el problema no es solo de la frontera nacional, sino que es regional. Lo que nos mostraron también los últimos incendios que hubo hace dos meses en Canadá, que se popularizaron y viralizaron las imágenes de Nueva York cubierta en humo y cenizas, es que los incendios se están dando con mayor intensidad y gravedad en todo el mundo.  En Latinoamérica, tienen una dinámica particular que se vincula con pocos presupuestos para el combate del fuego y con el extractivismo, básicamente, con una connivencia política y de distintos tipos de grupos empresarios de usar el fuego a gran escala para distintos proyectos de expansión de la frontera ganadera o de la frontera agrícola, después para usos inmobiliarios en áreas urbanas y periurbanas, y también para fines turísticos”.  

Lo que se pierde, además de todo
Como muestran los distintos autores, explica la coordinadora, cuando arrasa el fuego, las comunidades afectadas también pierden hogares, pertenencias, cultivos, ganado y mascotas. “A veces, a sus seres queridos (humanos y no humanos). Con ello, parte de su presente, de su historia y de su identidad.  Con los incendios no sólo se pierde biodiversidad, sino que se pierden aspectos culturales y estándares de nivel de vida”.
En este sentido, Wertheimer hace foco en el capítulo de Julieta Quirós, de Traslasierra. “Allí los incendios no solo producen la pérdida de biodiversidad, que es lo que suelen salir a demandar las voces del ambientalismo más mainstream, sino que lo que se produce es el despojo: son los pequeños productores a quienes se les queman sus tierras, se desvalorizan, tienen que venderlas a precios viles y muchos de ellos migrar a la ciudad, lo que empeora el signo expulsivo del campo hacia la ciudad”, detalla y agrega: “Entonces lo que dice Julieta Quirós es que lo que se produce no es sólo un ecocidio, sino un eco-etnocidio, porque no se pierde solo biodiversidad, sino calidad de vida”.
La investigadora cierra la conversación con una síntesis:  los incendios, sean en la parte del país y de la región que sean, se relacionan todos con un patrón extractivista,  que tiene que ver con usar el fuego -aprovechando una circunstancia ecológica y ecosocial particular, como son los años de sequía, la bajante del río Paraná, el cambio climático- para provocar grandes incendios y extender la frontera agropecuaria o usar las tierras para el cultivo o para desarrollar proyectos inmobiliarios.
Argentina en llamas no tiene desperdicios, aborda casi todas las aristas de este panorama que nos afecta a todxs. Es un complejo y necesario compilado para no dejar ningún cabo suelto, y con esto, no fingir demencia a la hora de leer la coyuntura y revisar las responsabilidades. Como escribe en el prólogo el médico Damián Verzeñassi, director del Instituto de Salud Socioambiental Facultad de Ciencias Médicas de la UNRosario: “Para comprender cómo los incendios de los montes nativos, bosques y humedales impactan sobre las poblaciones humanas, debemos analizar también los efectos sobre las demás formas de vida y elementos que coexisten en el territorio”.
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Misiones: faros de conservación y equipamiento para incendios

 


Misiones incorpora tecnología de punta para el monitoreo de focos de incendio: sumará ocho faros de conservación para prevenir las contingencias ígneas

Fecha de Publicación
: 29/06/2023
Fuente: Misiones On Line
Provincia/Región: Misiones


El Gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, junto al ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, rubricaron un nuevo convenio para fortalecer la base provincial de Manejo del Fuego de Apóstoles, que sumó tecnología de punta para el monitoreo de puntos de calor durante las 24 horas, los 365 días del año.
El gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, junto con el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, anunciaron este martes el inicio de la licitación para la construcción, en ubicaciones estratégicas de la provincia, de ocho faros de conservación para prevenir las contingencias ígneas.
Estos faros estarán equipados con cámaras lectoras de humo y focos de calor, con el objetivo de contribuir a la prevención de incendios forestales. El gobernador destacó que tales dispositivos complementarán el sistema de detección temprana de incendios existente. «Con los recursos tecnológicos, el apoyo aéreo y las brigadas terrestres, contamos con la estructura necesaria para proteger nuestra tierra», afirmó Herrera Ahuad.
El gobernador también resaltó la importancia de estas herramientas para detectar los focos de incendio con anticipación y optimizar las labores de cada una de las áreas involucradas. «Estos faros estarán estratégicamente ubicados en áreas críticas con alta incidencia de calor en toda la provincia», adelantó.
Estos modernos equipos se sumarán a los aviones vigías que actualmente se utilizan para monitorear la situación. «Lograremos tener una vigilancia integral en los 78 municipios», aseguró el mandatario.
Por su parte, el ministro Cabandié destacó la labor de conservación e innovación en la gestión ambiental de Misiones, que se ha convertido en un referente a nivel nacional. Con la implementación de estos faros de conservación, Misiones da un paso importante en la protección de su biodiversidad y los ecosistemas naturales.
A su vez, Herrera Ahuad elogió el compromiso del Ministerio de Ambiente de la Nación en el impulso de políticas públicas sostenibles y el cuidado del medio ambiente en la provincia, y destacó varios logros alcanzados gracias a la colaboración con el Ministerio, incluyendo el Campo San Juan, la adquisición de equipamiento para parques nacionales y el tratamiento de residuos urbanos sólidos en varios municipios.
El gobernador expresó su gratitud por el apoyo financiero brindado para diferentes programas y resaltó la importancia de fortalecer el área de la Brigada de Incendios Forestales. Valoró la recuperación del manejo del fuego en la Base Apóstoles, la cual fue desmantelada en el gobierno nacional anterior, y resaltó la optimización del trabajo gracias a la incorporación de tecnología y recursos humanos.
Oscar Herrera Ahuad resaltó la importancia de la puesta en valor de la Base Apóstoles, la cual ha sido equipada y cuenta con recursos logísticos. Destacó que esta base operativa brinda tranquilidad para enfrentar incendios forestales y permite que las políticas públicas en materia ambiental continúen avanzando en la dirección adecuada.
Además, el gobernador se refirió a la finalización de una obra en Puerto Iguazú, la cual incluye una peatonal de casi mil metros de longitud y un monumento de la biodiversidad, junto con el inicio de una bicisenda.
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Reservas y Áreas Protegidas del delta en Red

 


Se presentó la Red de Reservas y Áreas Protegidas del Biocorredor del Delta del Paraná

Fecha de Publicación
: 25/05/2023
Fuente: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible
Provincia/Región: Nacional - Litoral Argentino


El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través de la Administración de Parques Nacionales, llevó adelante el encuentro.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, que conduce por Juan Cabandié, presentó la Red de Reservas y Áreas Protegidas del Biocorredor del Delta del Paraná, que busca desarrollar nuevas áreas protegidas con base en el patrimonio natural y cultural del Delta de Paraná. El programa cuenta con la adhesión de los municipios de San Pedro, Escobar, San Fernando, Luján, Campana y Malvinas Argentinas.
El acto, organizado en el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos, estuvo encabezado por el presidente de la Administración de Parques Nacionales, Federico Granato, quien dijo: "Compartimos una jornada para crear y fortalecer reservas que contribuyan a proteger este importante humedal". "El objetivo es crear nuevas áreas protegidas en la zona, fortalecer las existentes y favorecer el desarrollo sostenible de todo el Delta del Paraná. Esto sirve para trabajar no solo de forma preventiva, sino también activa para defender este particular ecosistema", resumió.
Por su parte, el director nacional de Planificación y Ordenamiento Ambiental del Territorio de la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales, Guido Veneziale, aseguró: "Este es parte de un trabajo que estamos haciendo junto al GEF y organizaciones de la sociedad civil como la Fundación Humedales, promoviendo las áreas protegidas municipales para fortalecer el Delta del Paraná en su conjunto luego de la sequía y de los momentos críticos atravesados durante los últimos años, estamos proponiendo estas políticas públicas".
La Red de Reservas y Áreas Protegidas del Biocorredor del Delta del Paraná tiene por objetivo contribuir a la consolidación de estrategias que fomenten el desarrollo sostenible y la creación de nuevas áreas protegidas en los municipios de la provincia de Buenos Aires, tomando como premisa el Delta del Paraná como patrimonio natural y cultural clave para el desarrollo sostenible de la región y fuente de sustento y medios de vida para las personas que allí lo habitan.
Durante la jornada de trabajo se realizó un espacio de intercambio y reflexión de experiencias, proyectos y políticas públicas orientadas a la creación de una Red de Reservas y Áreas Protegidas del Biocorredor del Delta del Paraná Bonaerense. También se recorrió el vivero de especies nativas Don Juan, que tiene una superficie de 3.000 m², a las que se suman otras 2 hectáreas del jardín botánico anexo.
De la presentación también participaron la directora de Innovación para el Desarrollo Sostenible del Ministerio, María Victoria Bandín; el coordinador de Relaciones Institucionales de la Administración de Parques Nacionales, Flavio Turné; la coordinadora de la regional pampeana del Servicio de Manejo del Fuego, Florencia Tuñón; el intendente del Parque Nacional Ciervo de los Pantanos, Sebastián Coll; y la coordinadora del programa Hombre y la Biosfera (MaB) de la Unesco, Graciela Pien.
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Bajo potestad de las Fuerzas Armadas hay 18 reservas

 


Las Reservas Naturales de la Defensa protegen más de 400 mil hectáreas de ecosistemas argentinos

Fecha de Publicación
: 18/05/2023
Fuente: Télam
Provincia/Región: Nacional


Desde las selvas paranaenses en Misiones hasta la estepa patagónica en Chubut, la red de Reservas Naturales de la Defensa, integrada por 18 predios de las Fuerzas Armadas y organismos del Ministerio de Defensa protege la biodiversidad en más de 400 mil hectáreas en 13 provincias argentinas.
Muchos de estos predios presentan un alto grado de conservación de sus características naturales debido a que la presencia y uso militares permitieron que estos sitios mantuvieran su flora y fauna original.

El procedimiento
A partir de la identificación de un área de interés por parte del Comité Ejecutivo integrado por representantes de la cartera de Defensa, del Estado Mayor Conjunto, de cada una de las Fuerzas Armadas y de la Administración de Parques Nacionales, se inicia una etapa de investigación y análisis realizada por representantes de la Administración de Parques Nacionales y la Fuerza Armada responsable de la administración del predio.
Durante esta etapa se procede a la identificación de los valores naturales y culturales que pudieran ser objeto de conservación y al análisis del tipo de acciones militares a las que el predio se encuentra sometido, tales como prácticas de supervivencia, prácticas de tiro o maniobras de desembarco.
En caso de corresponder, se señala la importancia de la creación de una Reserva Natural de la Defensa y la declaración del predio como parte del Sistema de Reservas Naturales de la Defensa se realiza a través de la suscripción de un protocolo adicional al convenio con Parques Nacionales.
 Una vez creada la Reserva Natural de la Defensa, se conforma un Comité Local con participación del personal de la Administración de Parques Nacionales y la Fuerza Armada correspondiente, el que es el responsable de ordenar las actividades de la Reserva y asegurar su adecuado manejo sin afectar su función militar primaria y específica.
En diálogo con Télam, el director de Inmuebles, Reservas e Infraestructura del Ministerio de Defensa, Pablo Serenelli, afirmó que "una de las primeras cosas que se detectó cuando se comenzó a trabajar sobre la idea de crear Reservas Naturales de la Defensa es que los predios de las Fuerzas Armadas mantienen altos niveles de conservación de la biodiversidad y que tienen la potencialidad de restaurar los ecosistemas en ámbitos en donde las tierras que los rodean fueron transformadas por distintas actividades económicas".
"No se trata sólo de predios de las Fuerzas Armadas, hablamos de Reservas Naturales de la Defensa porque algunas de ellas están en predios costeros del Servicio de Hidrografía Naval (SHN) o como en el caso de Ascochinga en donde la obra social de las Fuerzas Armadas (IOSFA) tenía una finalidad recreativa o turística; lo que se busca es dotar del máximo nivel de protección a la biodiversidad de esos ambientes sin condicionar las actividades propias de la Defensa", indicó.
El funcionario explicó que "hay veces que lo que podemos hacer cuando detectamos un punto de interés de conservación es trasladar actividades a otro punto del mismo predio, o podemos organizarlas en el momento en el que generen menor impacto posible, de todos modos, lo que la evidencia viene demostrando es que la actividad militar genera un impacto muy reducido en esos predios y por eso se volvieron tan importantes en términos de conservación".
"Si bien parte de las Reservas Naturales de la Defensa son producto del inventario que se impulsó en 2007, muchas de las que se fueron creando no estaban contempladas en ese proceso, sino que fueron surgiendo en el trabajo en conjunto con organizaciones conservacionistas y actores locales que fueron sumando propuestas que luego analizamos con la Administración de Parques Nacionales; no se trata de una discusión por proteger una hectárea más o una hectárea menos, sino de identificar cuál es el interés de conservación y darle la máxima prioridad posible sin afectar las necesidades propias de la Defensa en ese lugar", comentó.
Serenelli destacó que "así como estamos trabajando en la posibilidad de establecer nuevas Reservas Naturales de la Defensa, también trabajamos desde finales de 2020 en lo que se conocen como 'Reservas Naturales Urbanas de la Defensa' que desarrollamos en acuerdo con gobiernos locales en predios militares que se convirtieron en pulmones rodeados por el desarrollo urbano".
En este sentido ya se avanzó en las reservas urbanas de El Palomar y Castelar junto al municipio bonaerense de Morón y la reserva Campo de Mayo a través de un decreto presidencial.
"Son áreas verdes que es importante conservar en tejidos urbanos muy densos y que además juegan un indispensable rol de amortiguación entre ese tejido urbano y las actividades militares", completó.

Un uso que no es incompatible con el ambiente
En tanto Federico Granato, presidente de la Administración de Parques Nacionales, afirmó a Télam que "las Reservas Naturales de la Defensa son una buena estrategia para entender que el uso que se le da a estos predios no es incompatible con la protección del medio ambiente, y que esa estrategia incluya a Parques Nacionales en el diseño de políticas de conservación lo hace aún más valioso".
 "Un Parque Nacional es la máxima categoría de conservación, pero eso también reduce o le pone restricciones a las actividades que se podrían desarrollar, por eso es importante la búsqueda de consensos que permite establecer distintos niveles de protección para ir construyendo un mosaico cada vez más grande de áreas protegidas", finalizó.

Las reservas, una por una
En septiembre de 2008 se estableció la reserva "Punta Buenos Aires" en un predio de 7.000 hectáreas de estepa patagónica en la provincia de Chubut, en noviembre de ese mismo año fue el turno de la reserva "Puerto Península" sobre 8.800 hectáreas de selva paranaense; en julio de 2009 se constituyó la reserva "La Calera" en 13.628 hectáreas de espinal en la provincia de Córdoba, mientras que en noviembre de 2012 se consolidaron en la provincia de Santa Fe la reserva "Campo Garabato-Álferez Arillo" en 2.654 hectáreas de Chaco Húmedo y la reserva "Isla El Tala" en 2.000 hectáreas de Delta e Islas del Paraná.
Luego, en septiembre de 2013 se estableció la reserva "Baterías-Charles Darwin" en 1.000 hectáreas de pampa austral en la provincia de Buenos Aires, en diciembre de 2014 fue el turno de la reserva "Quebrada del Portugués" en 5.000 hectáreas de yungas en Tucumán y de la reserva "Ascochinga" en 3.389 hectáreas de espinal en Córdoba.
Mientras que en febrero de 2021 se consolidaron la reserva "Uspallata" en 215.375 hectáreas de monte de sierras y altos andes en Mendoza, la reserva "Isla Martín Fierro" en 211 hectáreas de delta e islas del Paraná en Entre Ríos, la reserva "Faro Querandí" en 44 hectáreas de dunas costeras bonaerenses, la reserva "Faro Punta Delgada" en 550 hectáreas de estepa patagónica en Chubut y la reserva "Estancia Los Manantiales" en 121.400 hectáreas de monte de sierras y altos andes en San Juan.
En mayo de 2023 se presentaron la reserva "Primeros Pinos" en 956 hectáreas de estepa patagónica en Neuquén; la reserva "Cerro Largo" en 60 hectáreas de sierras septentrionales en Buenos Aires, la reserva "Campo General Ávalos" en 7.620 hectáreas de espinal en Corrientes, y la reserva "Faro San Antonio" en 550 hectáreas de pampa en Buenos Aires.
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Evaluaron el estado Delta del Paraná tras el fuego

 


Degradación de los suelos y menos biodiversidad: así quedó el Delta del Paraná tras el fuego

Fecha de Publicación
: 13/05/2023
Fuente: Aire de Santa Fe
Provincia/Región: Litoral Argentino


Investigadores de la UNL y de la UNR ya estudian los impactos de los incendios en las islas del humedal del río Paraná, que estuvieron bajo fuego casi tres años.
Investigadores de las universidades públicas de Rosario y de Santa Fe avanzan en el estudio de los efectos sobre el humedal del Delta del Paraná de los incendios que, entre principios de 2020 hasta entrado este año, devoraron centenares de miles de hectáreas de este delicado ecosistema. Cambios en la identidad natural del territorio, menor biodiversidad y alteraciones en las propiedades naturales de los suelos son algunas de las primeras marcas en el territorio de los focos que de forma intencionada arrasaron buena parte del Delta medio del gran río marrón.
Desde la UNL se realizó un relevamiento para evaluar la pérdida de biodiversidad y describir el estado del suelo tras las quemas en la zona, tanto para proveer información sobre la pérdida de biodiversidad, como para poder generar un modelo predictivo a futuro. En tanto que en la UNR desde hace tres años un grupo de profesionales de Ciencias Agrarias viene trabajando en torno a las consecuencias del fuego en cinco vectores: suelo, insectos, agua, aves y flora.
Los humedales como los que conforman el delta del Paraná tienen importantes funciones ecosistémicas: al ser sumideros de carbono ayudan a mitigar el cambio climático, regulan la retención de agua en caso de inundaciones o sequías, filtran nutrientes y retienen elementos que de otra forma se liberan y contribuyen al efecto invernadero. El fuego a gran escala alteró esa capacidad natural del ecosistema de proveer servicios ambientales.

Cronología negra
A pesar de la enorme variedad de beneficios que los humedales aportan al conjunto de la vida en sociedad, desde principios de 2020 hasta ahora se calcula que se quemaron alrededor de un millón de hectáreas solo en el territorio llamado Piecas Delta del Paraná, que va desde la ciudad de Santa Fe al norte hasta Campana (provincia de Buenos Aires) al sur.
Según los registros que lleva el Museo de Ciencias Naturales Antonio Scasso de la ciudad de San Nicolás, desde 2020 a esta parte hubo en total alrededor de 90.000 focos de calor (40.000 en 2020, 15.000 en 2021, 26.000 en 2022 y más de 9.400 este año).
Se estima que cada foco cubre unas 14 hectáreas, lo que da un total acumulado de más de 1,3 millones de hectáreas para todo el período, unos 13.000 kilómetros cuadrados o el equivalente a 69 veces la superficie de la ciudad de Rosario. Más de la mitad de la superficie del delta, que tiene 2,3 millones de hectáreas, se quemó una o varias veces en ese lapso.

¿Es posible la restauración del Delta del Paraná?
Una de las preguntas que se hicieron los investigadores de la UNL (autores del trabajo “Efectos de los incendios intencionales en los humedales del río Paraná en Argentina: perspectivas de la restauración ecológica”) fue saber si es posible la restauración de los territorios después de un episodio prolongado e intenso de quema, de qué manera podría ocurrir esto y cuánto tiempo demandaría. “El avance del fuego sobre diversos ecosistemas va destruyendo la biodiversidad y desplazando comunidades. Esto viene asociado a la expansión de la frontera agropecuaria, pudiendo identificar como actividades principales la siembra de granos y el desarrollo de la ganadería”, dijo la investigadora Paola Peltzer, del Laboratorio de Ecotoxicología de la FBCB-UNL y del Conicet.
El grupo del que forma parte relevó 17 sectores de islas y humedales en la confluencia que se extiende desde Resistencia (Chaco) hasta Diamante (Entre Ríos). Según los datos que los investigadores presentaron en el Segundo Encuentro Nacional de Restauración Ecológica de la Argentina, sólo un escaso número de especies se regeneran naturalmente a mediano plazo, mientras que la recuperación de especies leñosas requiere de un plazo mayor a un año y depende del cese de las actividades tensionantes (como la ganadería) y/o incendios reiterados, como también de las precipitaciones.
También estimaron que la recuperación de los depósitos de carbono quemados llevará decenas de años, dependiendo de los ciclos de bajantes y crecientes en parte alterados por la crisis climática planetaria.

Pérdida de identidad
Por su parte, los científicos que desde hace casi tres años trabajan desde la Plataforma Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario en un monitoreo del impacto y la recuperación del humedal tras las quemas destacaron que –a modo de primeras conclusiones– los incendios provocaron una marcada disminución en la biodiversidad y un cambio en la composición específica de las comunidades de insectos, aves y plantas.
“En una medida aún difícil de estimar, se han generado cambios en la identidad del ecosistema, que perdió su singularidad y empieza a mostrar algunos indicios de “pampeanización”, por ejemplo, respecto a su flora” explican en el documental "Las huellas del fuego", realizado por Unicanal Rosario y estrenado hace pocas semanas atrás.
Las opiniones de los académicos son unánimes: las quemas atentaron y modificaron la identidad de este ecosistema. “El modelo productivo desplegado en el humedal del valle de inundación del río Paraná genera amenazas al ecosistema, que se potencian y multiplican por el cambio climático. La trilogía bajante extrema, sequía generalizada y quemas por acción humana terminó generando severos impactos en la salud de las personas y de la naturaleza” destacó Guillermo Montero, ingeniero agrónomo y coordinador del trabajo.
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El glaciar Perito Moreno comienza a tener retroseso marcado

 


Señal de alarma por brusco retroceso del glaciar Perito Moreno

Fecha de Publicación
: 10/04/2023
Fuente: Diario El Nuevo Día
Provincia/Región: Santa Cruz


Por su ubicación y su comportamiento de endicamiento y posterior ruptura, el glaciar Perito Moreno es atractivo turístico mundial, y el de mayor conocimiento de los existentes en el parque nacional Los Glaciares.
En los últimos años el glaciar viene mostrando mayor cantidad de desprendimientos en sus laterales, además de los conocidos de su frente.
La idea que era el único glaciar que se mantenía en equilibrio, mientras los demás retrocedían, comenzó a desvanecerse como las toneladas de hielo que caen en el lago Argentino.
Un informe en base a comparaciones de imágenes satelitales de los especialistas Guillermo Tamburini Beliveau y Agustina Reato, muestran la pérdida significativa del cuerpo del glaciar en los últimos años.
Tamburini Beliveau es doctor en Ingeniería e investigador independiente en ambiente y sensores remotos de CONICET - CIT Santa Cruz.
Reato es doctora en Geología, investigadora del Centro de Investigación Esquel de Montaña y Estepa Patagónica de la Universidad Nacional San Juan Bosco - CONICET.
Llamado "Comunicado: Brusco retroceso del glaciar Perito Moreno en el periodo 2018 (2022) - 2023", el informe publicado días atrás indica que el glaciar fue identificado tras múltiples visitas realizadas en la zona en los últimos meses y tras compartir impresiones con trabajadores en la zona y población local que conocen el ambiente afectado desde hace décadas.
Los profesionales realizaron un seguimiento sistemático con imágenes satelitales para la observación de la evolución cronológica del frente del glaciar, delimitando con precisión su posición geográfica en distintos años.
Se usaron alrededor de veinte imágenes de diversos satélites: históricos Corona y KH9 de las décadas de los sesenta y setenta, Landsat y Aster para las décadas entre los ochenta y la primera década del dos mil, una imagen de radar Sentinel 1 para 2015, e imágenes de Google Earth y Planet para la segunda década del dos mil e inicios de la tercera.
Para complementar el estudio se estableció también una comparación con un trabajo científico clásico y de referencia de la disciplina y para la misma zona publicado en 1992 (M.Aniya y P. Skvarca). Dicho trabajo aplicó rigurosamente sobre el GPM la metodología que en este caso ha sido aplicada de modo preliminar y con fines divulgativos. Su consulta ha servido para contar con otros referentes históricos.
La conclusión es que la tendencia histórica del glaciar a mantener un frente estable (como muestra el trabajo de Aniya y Skvarca) salvo en los últimos tres años.
No fue posible identificar ningún otro periodo histórico en los últimos 57 años en los que el frente del glaciar haya presentado un estado de retroceso como el actual.
Hay que considerar que la disponibilidad de imágenes entre los años sesenta y noventa es limitada.
A pesar de lo anterior y a la muy escasa existencia de imágenes para periodos previos, no se han encontrado tampoco testimonios oculares que describan una situación similar a la actual en ningún periodo histórico. La única constancia de una situación semejante se da en el año 1947 como presenta el trabajo de Aniya y Skvarca.
Tres imágenes satelitales de tres periodos diferentes del GPM y las líneas del frente en distintos años. En amarillo, la línea promedio. La gran mayoría de imágenes estudiadas se sitúan cerca de la línea amarilla. Solo los años 2022 y 2023 muestran una divergencia clara respecto a esta que no afecta solo a la cara norte, sino que también afecta a la cara sur y a los laterales del glaciar.
El proceso de deterioro actual, iniciado en 2019, momento en que el frente empieza a retroceder sin que hasta el momento haya cambiado de tendencia, parece presentar un retroceso constante de tipo exponencial, apenas perceptible entre 2018 y 2020, siendo catastrófico entre 2021 y 2023. En éstos últimos dos años, el glaciar empieza a mostrar importantes melladuras en su línea de frente (fenómeno muy inusual), y desarrolla una
forma más aguda, cambiando de una estructura curva cóncava a una de punta de flecha como puede verse en las figuras. Los laterales del glaciar se estrechan con el transcurrir del tiempo pero de modo evidente en los últimos años (lo que indica una importante pérdida de volumen). Por primera vez se observa un retroceso claro de la cara sur en su contacto con  el agua, que (posiblemente debido a su orientación en umbría) mantuvo históricamente una posición más estable.
Entre 2020 y 2023 el glaciar llega a retroceder más de 500 m en algunos puntos de la cara norte y cerca de 200 en la cara sur. La línea de contacto del hielo con el lecho rocoso en superficie en los márgenes del glaciar se desplaza decenas de metros en dirección al eje central de flujo, es decir, el glaciar se estrecha notablemente en este periodo. El frente en su extremo más oriental, en el punto más cercano a las pasarelas desde donde lo observan cientos de miles de visitantes al año, se encuentra cada vez más lejos de las mismas.  
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Catamarca: señalan la necesidad de cobertura vegetal

 


La pérdida de cobertura vegetal potenció la creciente de los ríos en Catamarca

Fecha de Publicación
: 29/03/2023
Fuente: Página 12
Provincia/Región: Catamarca


Las precipitaciones dejaron rutas cortadas por sedimentos o desbordes e inundaciones.  
Las precipitaciones sucedidas en diferentes localidades y departamentos de Catamarca desde el lunes, trajeron diversas consecuencias. Si bien, es esperable que llueva copiosamente en esta época del año, la pérdida de cobertura vegetal por los incendios sucedidos y el desmonte para agricultura potenciaron que los ríos crezcan y desborden.
Los resultados de las lluvias torrenciales y la consecuente crecida de ríos trajeron innumerables inconvenientes en los departamentos Fiambalá, Tinogasta, Hualfín, Saujil, Belén, Fray Mamerto Esquiú, Valle Viejo, Ambato y la misma Capital provincial en donde hubo que evacuar personas y reforzar las márgenes de los ríos.
Sólo la creciente en el Río del Valle rompió cañerías de impulsión que afectaron el servicio de agua potable de diversas localidades y de la zona sur de la ciudad capital.
Respecto a los caminos, Defensa Civil, Bomberos Voluntarios, Vialidad Provincial y Nacional debieron trabajar a destajo para evitar accidentes. Las lluvias afectaron Ruta Nacional 60 en el tramo de la Quebrada de La Cébila, por presencia de derrumbes o desprendimientos en borde de calzada y RN 40 por la presencia de agua y material de arrastre en badenes. También rutas provinciales y caminos.
En diálogo con Catamarca/12, el biólogo Roberto Salinas señaló que se trató de un fenómeno predecible, teniendo en cuenta que las estadísticas demuestran que los 24 de marzo de diferentes años se han registrado lluvias copiosas.
“Puedo mencionar que desde el 2002 hasta ahora, sólo tomando los marzos, los días 24 de ese mes es cuando se ha registrado la mayor cantidad de lluvia. El análisis señala que son bastantes regularles los periodos de lluvia y que también se dan los 12, 13 y 14 como patrón después de una ola de calor. Con estos datos podríamos pronosticar también que a mediados de abril, podría volver llover o es esperable que así suceda”, contó Salinas.
“También podemos analizar que este año las lluvias fueron más copiosas y que hubo un evento similar en 2017. Las lluvias se dan torrencialmente en nacientes de cuencas y de esta manera ríos como El Nogal, Las Juntas, Los Puestos, y se arrastra más sedimento que, por ejemplo, hace que el dique Las Pirquitas se llene más rápido”, explicó.
La Organización Meteorológica Mundial define a las lluvias intensas o torrenciales como un fenómeno meteorológico en el cual la caída de agua es superior a los 60 mm en el transcurso de una hora.
El biólogo detalló también que al ser más intensas las lluvias “parece que lloviera más”, pero por ahí es la misma cantidad, nada más que la diferencia es que ahora las precipitaciones son más torrenciales y no como antes que llovía lo mismo pero en un lapso más largo de tiempo.
Al llover torrencialmente es más difícil que el agua se filtre o absorba. “Por otro lado hay que tener en cuenta que la pérdida de cobertura vegetal que causaron los incendios en las zonas donde llovió o el desmonte para agricultura generan mayores crecientes con más material de arrastre”, dijo.
Por último, explicó que en la provincia existen diferentes pisos bioclimáticos, diferente geografía y altitudes, no llueve igual ni hay la misma temperatura en toda la provincia.
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