Humedales sin protección



Humedales: pese a que previenen inundaciones, están poco protegidos

Fecha de Publicación
: 01/02/2019
Fuente: La Nacion
Provincia/Región: Nacional


Los humedales son considerados verdaderas fábricas de vida para el planeta. Son ecosistemas claves para mitigar el cambio climático, frenar los gases de efecto invernadero y prevenir inundaciones , ya que ayudan a absorber las lluvias, que son cada vez más frecuentes y fuertes. No hace falta ir hasta el Bañado de la Estrella, en Formosa, las turberas de Tierra del Fuego o los Esteros del Iberá, en Corrientes, para estar cerca de un humedal. Hay algunos en medio de las ciudades, como la Reserva Ecológica Costanera Sur, en CABA, o la Reserva Natural Provincial Santa Catalina, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora. Pero, a pesar de su enorme utilidad y sus muchos aportes, se están perdiendo.
Frente a esta realidad, y a la espera de una ley que implemente una política nacional de conservación, presupuesto mínimo y manejo sustentable, hay organizaciones ambientales que trabajan con las comunidades para evitar que los humedales se sigan degradando. Según los especialistas, es una de las deudas ambientales más urgentes del país.
En el monumento natural Laguna de los Pozuelos, en Jujuy, la laguna se estaba secando y escaseaban los pastos para alimentar a los animales. Hace dos años, la Fundación Humedales comenzó a trabajar junto con las poblaciones locales a partir de diferentes acciones, como el manejo sustentable del pastoreo.
Se trata de áreas sumamente diversas, con particularidades únicas. Además de su biodiversidad y aporte medioambiental, suministran alimento y medios de vida a millones de personas que desarrollan actividades productivas, como agricultura, ganadería, pesca, forestación y turismo.
La Argentina tiene declarados 23 humedales de relevancia internacional, pero son muchos más los que forman parte del territorio nacional. Se estima que ocupan 600.000 km2, es decir, el 21,5% del país.
Hace cuatro años, después de una intensa campaña comunitaria y más de 55.000 firmas de los vecinos, Santa Catalina fue declarada reserva. Casi la mitad de sus hectáreas pertenecen a un humedal, uno de los últimos de la ribera sur de la cuenca Matanza-Riachuelo. "Sirve de esponja para que Lomas de Zamora no se inunde", grafica Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). "Es uno de los humedales que pusimos en valor para decir que no todo en el Riachuelo está podrido y contaminado, sino que hay sitios naturales que aún se preservan muy bien, básicamente, gracias a los vecinos", agrega.

Choque de intereses
Uno de los obstáculos para conservar estos ecosistemas es su desconocimiento. "El concepto de humedal aparece concretamente en las agendas de los medios de comunicación y en la boca de la gente cuando empiezan las inundaciones. Hasta ese momento, no había una valorización", afirma Marta Andelman, coordinadora de Comunicaciones de la Fundación Humedales, parte de la red global de Wetlands International.
Diego Moreno, secretario de Política Ambiental en Recursos Naturales, explica que hoy el foco está puesto en lograr una base de información sólida. "Hasta ahora no existía y nos va a dar muchas más certidumbres para el debate y el consenso. Esta ha sido, en buena medida, la causa por lo cual los proyectos de ley no prosperaron", sostiene.
Desde 2011 se lleva a cabo un inventario coordinado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en el que participan más de 60 expertos, ONG y universidades, quienes acordaron una definición teórica, llevada a terreno y consensuada con el Consejo Federal de Medio Ambiente (Confema). Allí están involucradas las provincias, que son en definitiva las que decidirán cómo manejar cada humedal en sus territorios.
Ya se concluyó el primer nivel del inventario, que es un mapa muy macro de cuáles son las distintas regiones y qué tipo de estos ecosistemas contienen. Para Ana Di Pangracio, también permitirá tener una foto del momento presente para después ir evaluando los cambios y contar con números certeros sobre cuánto retroceden estos espacios en nuestro país.
Desde la Fundación Humedales, una de las ONG que participan, Marco Vermaasen, coordinador de Políticas del Programa Corredor Azul, enfatiza que es necesario que haya una ley que brinde un marco institucional.
En dos oportunidades, los proyectos de ley presentados en el Congreso de la Nación obtuvieron media sanción y luego fueron rechazados, y no solo por la falta de precisión para definir estos ecosistemas, sino también porque existen intereses encontrados.
"La ley prosperó en el Senado, pero se trabó dos veces en Diputados. Hay que acercarse a los sectores que se oponen, sobre todo al agropecuario y al inmobiliario, según la zona del país, para que entiendan que no es una cuestión de humedales versus desarrollo, sino que se puede hacer un trabajo en armonía y sostenible", explica Di Pangracio.
Desde la Fundación Vida Silvestre Argentina, Fernando Miñarro considera que una ley es urgente, necesaria y posible, especialmente ante el avance de la conversión de los humedales en las últimas décadas.
Las ONG que están trabajando en la norma entienden que hay intereses agroindustriales e inmobiliarios, pero también preconceptos erróneos. "El problema -describe Vermaasen- es que muchos que ya desarrollan actividades económicas dentro de los humedales, como agricultura, urbanismo o ganadería, consideran que si algo se define como un humedal puede ser una interferencia para su desarrollo económico".
Otro gran debate es qué restricciones habrá en cada uno de esos sitios. "Es una condición sine qua non que lo que se presume un humedal se proteja hasta que esté hecho el inventario. Necesitamos la atención del público, que la gente sepa qué son estos espacios y presione para que se apruebe algo que es para el bien de todos", concluye Vermaasen.
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