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2,8 millones de hectáreas de bosques perdidos en 12 años



Deforestación: se perdieron 2,8 millones de hectáreas de bosques nativos en 12 años

Fecha de Publicación
: 30/01/2020
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


La Argentina perdió 2,8 millones de hectáreas de bosques nativos en los últimos 12 años debido a los desmontes, de acuerdo con un nuevo informe de Greenpeace. Un millón de esas hectáreas estaban en zonas protegidas por la ley de bosques de 2007 en cuatro provincias: Formosa, Chaco, Salta y Santiago del Estero.
"Los ambiciosos planes de expansión de la ganadería intensiva en el norte del país van a contramano de la actual crisis climática y de biodiversidad, y ponen en riesgo a nuestros últimos bosques nativos. Es urgente que se implementen políticas, leyes y acuerdos más fuertes y ambiciosos en defensa de los bosques y sus históricos habitantes", señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace.


Los datos indican que la pérdida forestal el año pasado fue un 28% menor que en 2018, una tendencia en descenso que se mantiene desde 2014, de acuerdo con la organización ambientalista. Giardini lo atribuye a varios factores, que van desde un avance con la aplicación de la ley de bosques hasta una mayor conciencia en la población de la importancia del cuidado del ambiente y sus recursos. Cita, por ejemplo, las movilizaciones de la comunidad en El Bolsón, Chaco y Córdoba en defensa de estas áreas verdes. "Hay un aumento de la participación social", indica.
La superficie desmontada el año pasado en las provincias monitoreadas fue de 80.938 hectáreas, de acuerdo con los resultados difundidos este mes. Son 25.513 hectáreas en Santiago del Estero, 23.521 hectáreas en Formosa, 14.664 hectáreas en Salta y 17.240 hectáreas en Chaco.
En la misma región, se habían perdido 112.766 hectáreas en 2018 y 172.639 hectáreas en 2017. Poco más de un tercio de la zona deforestada el año pasado (27.704 hectáreas) corresponde a áreas protegidas con las categorías rojo y amarillo (junto con el verde, estos tres colores indican dónde los gobiernos provinciales pueden o no autorizar el desmonte). La rezonificación de las áreas con máxima protección suele ser una estrategia en las provincias para autorizar los desmontes.
Greenpeace difunde anualmente los resultados de un monitoreo del estado de esos ecosistemas en el norte de la Argentina, donde se concentra el 80% de la deforestación. Esas áreas verdes conservan la riqueza de especies del Gran Chaco argentino y su protección es importante para mitigar el cambio climático y proteger a las poblaciones de catástrofes naturales, como las inundaciones.
En este nuevo informe de ese relevamiento, que incluye el análisis de imágenes satelitales, Greenpeace advierte que "Chaco y Santiago del Estero son las provincias con más pérdida de bosques nativos en los últimos cuatro años". Son 130.177 hectáreas en suelo chaqueño y 127.527 en territorio santiagueño.
"Lo que más nos preocupa es la crisis climática. Frente a eso, ya ni la ley de bosques [sancionada en 2007] es suficiente. No habría que deforestar más en la Argentina -afirma Giardini-. La norma es restrictiva, pero a medias. Logró avances en los últimos tiempos, pero la cantidad de especies en peligro de extinción debido a la deforestación es enorme. Se estima que quedan unos 20 ejemplares de yaguareté en el Chaco argentino. La forma en que se emplea la agricultura, la ganadería y la deforestación es responsable del 40% de las emisiones de efecto invernadero del país."
Como para sus análisis anteriores, Greenpeace superpuso capas de datos de 2019 generados por el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) y el Instituto Geográfico Nacional, además de imágenes satelitales mensuales del Servicio Geológico de los Estados Unidos.
Para Greenpeace, es "evidente que las multas no son suficientes para desalentar la deforestación en zonas protegidas y, salvo unas pocas excepciones, no se reforestaron los bosques desmontados ilegalmente". La organización denuncia, además, que "en muchos casos, es clara la complicidad de los funcionarios en la violación de las normas".

Ganado por soja
Giardini explicó que, actualmente, en el norte se está deforestando más del doble por la ganadería que por el cultivo de soja. La pastura reemplaza el bosque bajo, los arbustos y su biodiversidad. "A veces, dejan 20 o 30 árboles por hectárea para decir que no se perdió el bosque. Pero esos árboles no se renuevan y desaparecen", comentó.
El valor de la hectárea en el norte, que es más bajo que en la región pampeana, es un atractivo para la expansión de la frontera agropecuaria. Aun cuando degradar esos ecosistemas que mantienen las cuencas de agua y protegen el suelo aumenta el riesgo de inundaciones.
"Las cuatro provincias que concentran el 80% de la deforestación del país siguen siendo las más pobres. Esto demuestra que el famoso proyecto de sacar los bosques para promover el cultivo de soja o la ganadería no se tradujo en progreso", sostiene Giardini en diálogo con LA NACION.
A través del informe, la organización reclama la implementación de normas y acuerdos "más fuertes y ambiciosos en defensa de los bosques y sus habitantes".
Y Giardini finaliza: "Hemos avanzado, pero aún no podemos seguir perdiendo alrededor de 100.000 hectáreas por año. La crisis climática está obligando a los gobiernos y las empresas a no transformar los ecosistemas de manera innecesaria y avanzar sobre áreas que no vamos a poder recuperar. Es necesario que el gobierno nacional, a través del Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema), en el que están representadas todas las provincias, aumente las exigencias para el cumplimiento efectivo de la ley de bosques y no que cada provincia pueda hacer lo que quiera".
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Extinction Rebellion comienza a formarse en Argentina



Extinction Rebellion: el movimiento ecológico que crece en Argentina

Fecha de Publicación
: 29/01/2020
Fuente: Agencia Telam
Provincia/Región: Nacional


El movimiento internacional de desobediencia civil no violenta, que nació en 2018 en Reino Unido, se organizó en el país para "persuadir a los gobernantes y las corporaciones de actuar ante la emergencia climática y ecológica".
El movimiento internacional de desobediencia civil no violenta, Extinction Rebellion (XR), que nació en 2018 en Reino Unido para alertar sobre "la inminencia de un colapso ecosistémico global" y ya está activo en más de 60 países, se organizó en mayo pasado en Argentina para "persuadir a los gobernantes y las corporaciones de actuar ante la emergencia climática y ecológica" y pide "decir la verdad, actuar ahora y abrir la democracia".
Esas son las demandas del movimiento cuyo origen "coincidió con el emergente en 2018 de movimientos en rebeldía de base bastante urbana", explicó a Télam Flavia Broffoni, politóloga y co-fundadora de XR en Argentina.
Ese año, luego de que el reporte 1.5° de Calentamiento Global del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) advirtiera que quedaban 0.57° para alcanzar el punto de no retorno en el cual algunos impactos serán irreversibles, el activismo ambiental que inundó las calles (con Greta Thunberg a la cabeza) fue noticia en el mundo.
"Ya se desató el colapso ecosistémico a escala global y la única esperanza que tenemos es que se levante la vara respecto a la injusticia y al genocidio que va a ocurrir en las poblaciones más vulnerables", advirtió Broffoni.

Demandas de XR
Para eso, desde XR enarbolan tres demandas: "Que el Gobierno diga la verdad y declaren la emergencia ecológica y climática, porque lo que tenemos hasta ahora es una declaración de preocupación del Senado pero una emergencia real es como la que declaró el Gobierno al asumir, que frenó el funcionamiento del sistema para que se pudieran tomar las decisiones necesarias para contrarrestar lo que sucede".
El segundo pedido es "detener la pérdida de diversidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero" que, en Argentina, significa "iniciar ya una transición agroecológica porque el principal impulsor del avance de la deforestación y de la frontera agropecuaria es el modelo del paquete tecnológico de Monsanto".
Por último, XR propone "abrir la democracia" y "generar nuevos mecanismos de participación para que esta transición que ya es inevitable a un nuevo modelo de producción y consumo no tenga los vicios del sistema de representación actual".
"Había algo que los activismos tradicionales todavía no estaban haciendo y que las asambleas y movimientos de defensa territorial venían llevando adelante desde que nacen", destacó Broffoni sobre la iniciativa a la que se acercaron más de 3000 personas en menos de un año.
 Entre sus acciones locales, que incluyeron movilizaciones a la embajada de Australia por los incendios y la Casa de Mendoza por la "ley del Agua" tal vez la más llamativa fue cuando ingresaron con música fúnebre y gigantografías de las fotos del reportero gráfico Pablo Piovano sobre las consecuencias en el cuerpo del glifosato en los pueblos fumigados al hall del edificio que Bayer (Monsanto) tiene en el barrio porteño de Retiro.

Algo sobre el origen del movimiento
El origen del movimiento en Inglaterra surgió de la confluencia de dos grandes movimientos: Rising Up, una organización que promueve la desobediencia civil como motor de cambios sociales y una corriente científica que tomó la declaración de emergencia por parte de la ciencia como sustento de la rebelión no violenta.
"Cuando el contrato social que debería protegernos y crear instituciones y leyes que aseguren nuestro bienestar está haciendo todo lo contrario, ¿cuál es la justificación de cumplir con la ley?", preguntó Broffoni quien dio una charla TEDx Río de la Plata al respecto en octubre pasado.
La primera iniciativa de XR en aquel entonces fue cortar los accesos a la ciudad de Londres con el objetivo de "colapsar las cárceles": aquella vez más de 1700 activistas fueron presos en Reino Unido y en octubre de 2019 llegaron a casi 3000 personas detenidas en Europa.
"No se trata de algo circense -advirtió- quienes están activando en el norte global están decidiendo hacer uso de su situación de privilegios, de tener una policía que no los va a maltratar, de ser personas racialmente aceptadas por el sistema para llamar la atención sobre algo que los gobiernos no dicen".
La estrategia aparentemente funcionó: "Después de los cortes en Londres el Reino Unido inició una apertura democrática donde, en este momento, están decidiendo a través de asambleas ciudadanas la velocidad de las metas climáticas previstas para 2050", resaltó Broffoni quien explicó que la desobediencia civil se basa en que basta "movilizar al 3.5 por ciento de la población para conseguir un cambio de sistema".
En una de las paredes del PH donde funciona XR Argentina hay una foto de la película Matrix de las hermanas Wachowski del momento en que Morfeo le pregunta a Neo qué pastilla prefiere tomar: "Con la azul vas a conocer la realidad y con la roja te volvés a dormir. Desde el informe 1.5 yo creo que no tenemos más alternativa de seguir negando lo que pasa", concluyó Broffoni.
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En el 2019 perdimos 80 mil hectáreas de bosques



Deforestación: aseguran que se perdieron más de 80 mil hectáreas en el norte del país en 2019

Fecha de Publicación
: 27/01/2020
Fuente: InfoCampo
Provincia/Región: Nacional


Un informe de Greenpeace reveló los números de deforestación. Chaco y Santiago del Estero, las provincias con más pérdida de bosques nativos de los últimos cuatro años.
Greenpeace difundió su informe anual de deforestación en el norte argentino, el cual reveló que, durante 2019, se perdieron 80.938 hectáreas de bosques en las cuatro provincias con más desmontes del país: Chaco, Santiago del Estero, Formosa y Salta.
La organización ambientalista destaca que, si bien desde 2014 se registró una importante disminución de la deforestación, en 2019 un tercio de los desmontes se produjeron en bosques protegidos por la normativa nacional de bosques y alcanzaron las 27.704 hectáreas (Santiago del Estero 18.679 ha, Chaco 7.683 ha, Salta 1.326 ha, Formosa 16 ha).
Es importante destacar que todas las provincias realizaron el Ordenamiento Territorial de sus Bosques Nativos (OTBN), los cuales prohíben los desmontes en casi el 80% de las zonas forestales: Categorías I – Rojo y II – Amarillo.
Desde la sanción de la Ley de Bosques (2007) ya se desmontaron casi 1 millón de hectáreas de bosques protegidos.
“Resulta evidente que las multas no son suficientes para desalentar la deforestación en zonas protegidas y que, salvo unas pocas excepciones, no se reforestaron los bosques desmontados ilegalmente”, advierten desde la organización y por otra parte agregaron que “en muchos casos, es clara la complicidad de los funcionarios en la violación de la normativa”.

Pérdidas de bosques nativos
Chaco, la provincia con más deforestación de los últimos cuatro años (130.000 hectáreas), ya perdió cerca de 2 millones de hectáreas. Le sigue Santiago del Estero con 127.527 hectáreas en los últimos cuatro años y junto a Chaco, son las que mayores perdidas tuvieron.
“Los ambiciosos planes de expansión de la ganadería intensiva en el norte del país van a contramano de la actual crisis climática y de biodiversidad, y ponen en riesgo a nuestros últimos bosques nativos. Resulta urgente la implementación de políticas, leyes y acuerdos más fuertes y ambiciosos en defensa de los bosques y sus históricos habitantes”,  sostuvo Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace.
desmonte bosques inundacionesLa conservación de bosques juega un rol clave en la mitigación del cambio climático. “Sólo los sectores Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Otros Usos de la Tierra representan el 39% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del país”, destacaron los activistas.
“La deforestación acelera el cambio climático y nos vuelve más vulnerables al aumento e intensidad de las precipitaciones, lo que provoca cada vez más inundaciones”, agregó Giardini.
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Afirman que ganadería no tiene balance negativo de carbono



Afirman que la ganadería pastoril secuestra 12 veces más carbono que el que emite

Fecha de Publicación
: 24/01/2020
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Nacional


Desde el Rosgan afirman que en la medición se debe incluir el carbono secuestrado por las pasturas.
Un mensaje publicado en las redes sociales por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) volvió a reavivar la discusión en torno al rol de la ganadería en el incremento del calentamiento global. "Comer menos carne ayuda a ahorrar agua y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global", publicó el organismo en Twitter.
En la misma jornada, el mercado ganadero de Rosario (Rosgan) dio a conocer un informe en el que cuestiona esta visión del sector e insiste con la mirada que se está impulsando desde Argentina sobre que hay que cambiar la forma en que se miden las emisiones de carbono, computando también la captura o secuestro de este gas que pueden realizar los pastizales.
El Rosgan reconoce en su reporte que, de acuerdo al último inventario oficial realizado en base a los parámetros establecidos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), correspondiente al bienio 2014, el sector ganadero nacional contribuye en un 20,7 por ciento a la generación total de gases de efecto invernadero, en su mayor parte provocados por las emisiones de metano provenientes de la fermentación entérica de bovinos.
Sin embargo, el Rosgan también menciona un trabajo científico realizado por un grupo de investigadores del Conicet (Ernesto Viglizzo, María Florencia Ricard, Miguel Taboada y Gabriel Vázquez Amabile) quienes analizaron el rol de las tierras de pastoreo en el balance regional de carbono, y proponen una metodología más “completa” para medir el impacto de la ganadería que la elaborada por el IPCC.
En dicha investigación, se evalúa el balance de carbono en tierras de pastoreo, integrando el secuestro de carbono que realizan las pasturas con las emisiones que genera el ganado bovino, planteando así una medición alternativa al método simplificado del IPCC que siguen las estimaciones de inventarios nacionales.
Para estimar este secuestro de carbono, el estudio se enfocó en el almacenamiento de carbono orgánico en suelo, para los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Los resultados muestran que las tierras de pastoreo estarían generando un excedente de carbono; es decir, que las emisiones que producen los animales resultan más que compensadas por el secuestro de carbono que generan estos lotes ganaderos.
“De acuerdo este enfoque, Argentina es el país que –en términos relativos- presentaría la mayor tasa de secuestro de carbono en relación a lo que emite la ganadería. Es decir, el país que mostraría el balance de carbono con mayores excedentes en toda la región, secuestrando 12 veces más de lo que emite, comparado con una relación de 3,5 promedio para la región”, indica el Rosgan.
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Reciclaje con inclusión



Reciclaje inclusivo: la propuesta para cambiar el tratamiento de los residuos

Fecha de Publicación
: 23/01/2020
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Nacional


Desarrollar iniciativas a nivel local, interactuando con cooperativas y municipios para promover políticas públicas que impulsen la gestión de residuos con reciclaje inclusivo. Ese es el principal objetivo de una de las propuestas que la Fundación Avina empezó a implementar en la Argentina en 2013.
"Implica trabajar por la formalización de las cooperativas, la profesionalización de los trabajadores y el acceso a derechos básicos", resume Florencia Rojas, coordinadora del Proyecto de Reciclaje Inclusivo de Avina, que tiene como socios locales a Danone y Compromiso Empresarial por el Reciclado (Cempre). Además, están aliados con la Federación de Cartoneros, Carreros y Recicladores (Faccyr).
Hoy tienen presencia en 12 ciudades del país, con 17 cooperativas asociadas que incluyen a unos 3000 trabajadores formalizados, lo que impacta en 16.000 personas si se incluye a sus grupos familiares. De esta forma, se recuperan un promedio mensual de 2400 toneladas de materiales reciclables.Una de las cooperativas con las que trabajan en la ciudad de Buenos Aires, es El Álamo.
El trabajo de El Álamo abarca los barrios de Villa Devoto, Parque Chas, Villa Pueyrredón, Agronomía y Villa del Parque. Por día, recuperan unas 12 toneladas de residuos: 400 por mes.
"El último proyecto que inauguramos fue en Guaymallén, Mendoza, donde se hizo un diseño de la política pública en articulación con el municipio", detalla Rojas. El Álamo participó de la elaboración del proyecto y puesta en marcha de una planta de clasificación de residuos urbanos, mientras que Danone, al igual que Avina, contribuyeron con fondos. "Se sacó del basural que funcionaba allí a 150 personas, de las cuales 50 trabajan hoy en la planta y otras 100 están en proceso de incorporación", dice Rojas.
 También en Mendoza, hoy hay cinco cooperativas -incluyendo a El Álamo y El Algarrobo- que están trabajando en una mesa de diálogo con el municipio de Las Heras para articular el cierre del basural de El Borbollón, con la garantía de inclusión de los trabajadores. "Se estima que para marzo estará cerrado y, por otro lado, se prevé que se desarrolle ahí un centro ambiental para el área metropolitana", cuenta Alicia Montoya, de El Álamo.
Viviana Nasiff, integrante del equipo técnico de El Algarrobo, cuenta que tienen censadas 260 personas que trabajan actualmente en el basural de El Borbollón, aunque muchas otras se suman fuera de la época de cosecha o en tiempos de crisis. "Hay tres grupos que están trabajando allí. Logramos que varios de ellos se sumen a las cooperativas, sacándolos del basural: el objetivo es incorporarlos a todos", dice Nasiff.
En la ciudad de Buenos Aires, el proyecto "Comunidades protagonistas sin basura", de la asociación civil Surcos, busca promover la separación en origen y reducir la basura que se genera en las villas.
Nació en 2018 en alianza con la Dirección General de Fortalecimiento de la Sociedad Civil del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de la Ciudad, y la Fundación Emergencias, que lo financian. Empezaron a trabajar en la villa 21-24 de Barracas, donde consiguieron que en menos de un año el 85% de los hogares que participaron de la iniciativa incorpore hábitos de separación de residuos y que se recuperen varias toneladas de material reciclable, mejorando los ingresos de las cooperativas. Luego, se extendieron a Villa Soldati.
Luciano López Santesteban es coordinador operativo del proyecto. Explica que por la alta densidad poblacional de las villas y la distribución de los pasillos, entre otros factores, la recolección de la basura se complica en esos territorios. "Eso genera un problema grave de salud ambiental, y empezamos a pensar distintas estrategias", cuenta.
Una de las cooperativas que trabajan con Surcos es Siempre Verde, en Villa Soldati. Leandro Ávila tiene 37 años y es su coordinador. Se crió en La Matanza con sus seis hermanos y a los once años se fue de su casa escapando de los golpes de un padre violento. Empezó a vivir en la calle y a comer de la basura.
En Soldati, Leandro conoció a quien había fundado la cooperativa en 2001. "Acá hice cursos de reciclado, de materiales y me fui capacitando. Somos 50 compañeros", cuenta. Hoy y gracias al trabajo en la cooperativa, tiene garantizado el sustento para las dos hijas de tres y siete años que cría solo.
Con respecto a la mirada de la sociedad, Leandro asegura que, de a poco, se va tomando conciencia del rol que cumplen las cooperativas. "Cada vez más vecinos separan los residuos y se esfuerzan. Pero también hay personas que no tienen respeto por este trabajo, no cuidan los tachos y si se les rompe una botella de vidrio la tiran así nomás en el contenedor de los reciclables, sin pensar que después alguien puede cortarse", dice.
Está orgulloso del trabajo que hacen: "Sacamos a muchos pibes de la droga y la calle. Nos gustaría que sean muchos más", asegura.

Cómo colaborar
Hace dos años, la cooperativa Siempre Verde sufrió un incendio que destruyó sus maquinarias. Realizan todo el trabajo de forma manual. "Laburamos a pulmón y soñamos con recuperar lo que perdimos", dice Leandro. Para ayudar, escribir a surcos@surcos.org
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Biocombustibles nuevamente en tensión

Pelea entre petroleras y productores de biocombustibles

Fecha de Publicación
: 23/01/2020
Fuente: Página 12
Provincia/Región: Nacional


La discusión reabre la grieta entre quienes buscan agregar valor a la cadena agroindustrial y los que pretenden que se exporte la materia prima sin procesar.
Las petroleras apuntan contra la producción de biocombustibles en la pelea por los precios en surtidor. En respuesta al pedido del Gobierno de un plan viable para actualizar los valores, las refinadoras llevarán a la próxima reunión una propuesta para reducir o eliminar los cortes en naftas y diésel con derivados de la soja y el maíz. Desde las empresas del sector petrolero aseguran que hace diez años, cuando se implementó el esquema de cortes para el biocombustible, el precio del crudo superaba los 100 dólares. Hoy, remarcan, con un barril a 60 dólares, el corte lo encarece más que si se refinara solo crudo. En este sentido prepararon un documento en el que aseguran que el Estado perdió de recaudar 6000 millones de dólares en exportaciones del grano o en aceite sin industrializar. Los productores de biocombustibles contestan que, por el contrario, el país dejó de importar 27.000 millones de dólares por el desarrollo de esta industria.
A partir de una política de quita de subsidios, que se coronó en setiembre de 2017 con una desregulación hidrocarburífera, el precio del combustible se disparó un 289,6 por ciento (según INDEC) en cuatro años. El esquema de liberalización total de precios explica que el salto se haya concentrado en la última etapa del macrismo, retroalimentando una inflación que era también fogoneada por saltos devaluatorios y ajuste de tarifas de los servicios públicos. La semana pasada el presidente Alberto Fernández les adelantó que presentará una nueva ley de hidrocarburos, pero les solicitó una propuesta de actualización de precios sobre la cual trabajar hasta que se apruebe la iniciativa. Mientras tanto regirá el congelamiento. Esto reabrió la disputa entre petrolera y productores de biocombustibles.

Primarización
La apuesta en los biocombustibles en la Argentina, con hincapié en el biodiesel, fue una de las actividades que mejores réditos había exhibido hasta el 2015, agregando valor a la cadena agropecuaria. También aportaba sustentabilidad a la elaboración de combustibles, porque se hacen con materia prima renovable (caña de azúcar, maíz y soja). Desde el sector petrolero advierten que cuando se potenció su desarrollo (en 2008) el precio del crudo promediaba los 94,1 dólares el barril, para luego saltar a casi 112 dólares en 2012. La incorporación de biocombustibles permitía una disminución de precios de los combustibles.
Pero la reducción del precio de los hidrocarburos (en 2016 el precio promedio del barril fue de 26 dólares y en lo que va de 2019 promedia los 64), conjuntamente con la aumento relativo en el costo de los biocombustibles, cambió esa ecuación. “La vigencia del régimen promocional a lo largo de prácticamente 15 años tuvo un costo significativo, tanto en términos fiscales como en la generación de divisas. La vigencia del régimen y el aumento progresivo en el corte con biocombustibles implicó una pérdida de recursos fiscales por unos 6000 millones de dólares”, advierte el informe de una de las refinadoras que está en la mesa de negociación.
El argumento de estas empresas es que el precio del biodiesel desde fines de 2014 es superior al de diesel a la salida de las refinadoras y mayor a la paridad de importación del gasoil. Por el contrario, el precio de exportación del aceite de soja (insumo que representa el 90,4 por ciento de la composición del biodiesel, el resto es metanol) fue en los últimos nueve años mayor al precio de importación del gasoil sustituido, por lo que la incorporación de biodiesel producido localmente no habría resultado en un ahorro de divisas.
Industrialización
Los productores de biocombustibles rechazan la idea primarizadora de las petroleras y niegan que la industrialización para el corte genere costo fiscal o esté exento de impuestos. Según un comunicado de la Liga Bioenergética, el “sector permitió evitar importaciones por más de 27.000 millones de dólares en los últimos diez años”. Actualmente, el sector opera a la mitad de su capacidad por los elevados costos que enfrenta y los combustibles actualmente se despachan con un corte mínimo –o ninguno—a la salida del surtidor.
Los cortes vigentes son de 12 por ciento para las naftas y del 10 por ciento para el diésel. La capacidad instalada de biodiesel en el país es superior a los 4,5 millones de toneladas anuales, pero el sector opera al 50 por ciento de capacidad instalada. Esta situación mantiene en riesgo a unos 10.000 puestos de trabajo en las diez provincias productoras (Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, San Luis, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán, Jujuy y Salta).
“La industria de los biocombustibles no está subsidiada, al contrario de otras industrias que necesitan que les garanticen mejores precios que los fijados internacionalmente para hacer inversiones en Argentina”, señala el documento, con un tiro por elevación a las petroleras, que también reclaman un precio sostén para el crudo que venden a las refinadoras para el mercado interno.
“Volver al sistema de exportación primaria del poroto de soja o grano de maíz, además de ser anacrónico, constituye desconocer la importancia del agregado de valor en origen, ya que el país posee el complejo agroexportador más grande y eficiente del mundo que debe ser aprovechado con un desarrollo industrial que aumente los empleos calificados y las inversiones”, concluyeron desde la Liga.
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La tierra en manos de menos propietarios



El campo cada vez está más concentrado

Fecha de Publicación
: 22/01/2020
Fuente: Página 12
Provincia/Región: Nacional


Según los últimos datos oficiales, el 1 por ciento de las explotaciones agropecuarias concentra el 36 por ciento de la tierra, una dinámica que continúa expulsando familias.
En treinta años desapareció el 41 por ciento de las explotaciones agropecuarias y se acentuó la concentración de tierras en pocas manos: el 1 por ciento de las explotaciones controla el 36 por ciento de la tierra, mientras que el 55 por ciento de las chacras (las más pequeñas) tiene solo el 2 por ciento de la tierra. Son datos del último Censo Nacional Agropecuario (CNA).
Campesinos, indígenas y académicos no tienen dudas: la desaparición de chacras y la expulsión de familias del campo tiene directa relación con el agronegocio, modelo que prioriza la exportación, dominado por grandes empresas, y deja de lado la producción de alimentos y a los productores.
El Censo Nacional Agropecuario 2018 (CNA) relevó datos sobre las características de las explotaciones agropecuarias (EAP) y del productor. Se relevaron 206 millones de hectáreas y se cesaron 250.881 explotaciones agropecuarias.
Los resultados preliminares figuran en un documento de 232 páginas presentado por el Indec. Entre 2002 y 2018 desapareció el 25,5 por ciento de las explotaciones agropecuarias. Y, si se compara con el censo de 1988, en sólo treinta años desapareció el 41,5 por ciento de la chacras.
Un hecho que ningún sector político jamás se animó a abordar en la concentración de tierras. Y eso favorece a los más grandes. El CNA confirma con datos lo que campesinos, indígenas y académicos críticos denuncian desde hace décadas: el 1,08 por ciento de las fincas (2473) concentra el 36,4 por ciento de la tierra (57 millones de hectáreas). Se trata de las propiedades de más de 10.000 hectáreas.
En el otro extremo, las chacras más pequeñas (menos de 100 hectáreas) representan el 54,6 del total de las explotaciones agropecuarias (125.023 fincas), pero tienen solo el 2,25 de la tierra (3,5 millones de hectáreas). Argentina experimenta una reforma agraria pero al revés, donde muy pocos (el 1,08 por ciento) tiene demasiado. Y donde la mayoría (el 54,6 por ciento) tiene muy poco.
Nahuel Levaggi, de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), afirma que el censo muestra “el resultado de un modelo agropecuario que atraviesa los distintos gobiernos, un modelo que concentra la tierra, dominado por multinacionales de semillas, y es la muestra del capitalismo en su máxima expresión”. Levaggi explica que a los desalojos de campesinos se suma que quienes tenían fincas comienzan a ser rentistas y dejar el campo o directamente vender sus chacras: “Hace años que alertamos que es un modelo sin agricultores, donde los más grandes se comen a medianos y pequeños”.
Jorge Frías es productor agroecológico en su chacra “La tierra sin mal”, en Puerto Tirol (Chaco). Recuerda que el modelo prioriza los cultivos extensivos (soja, maíz, girasol, caña de azúcar y, por otro lado, monocultivo de árboles), que avanzaron sobre regiones de campesinos e indígenas. “Es un modelo que no produce alimentos para nuestra población. Es un modelo que vacía el campo de gente. Hace años que alertamos de las graves consecuencias productivas, ambientales y sociales”, afirma. El censo precisó que solo en el 46 por ciento de explotaciones los productores viven en el campo. Y detalló que existen 75.193 viviendas deshabitadas.
Frías participa del Movimiento Popular la Dignidad y del espacio Somos Monte, de Chaco, que lucha por la defensa del poco bosque nativo que permanece en pie. Explica que todo el sudeste chaqueño ya fue arrasado, y que el agronegocio retomó su embestida contra El Impenetrable, de la mano de una “soja nacional” (de la empresa Bioceres) resistente a la sequía. Exige que algún Gobierno ponga en debate el modelo de agronegocio, pero no solo las retenciones, y que se discuta la tierra para qué y para quién.
Los investigadores Eduardo Azcuy Ameghino y Diego Fernández, del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (UBA), analizaron el censo. Destacan que entre 2002 y 2018 desaparecieron en Argentina 82.652 explotaciones agropecuarias, casi un 25 por ciento del total, a un promedio de 5166 chacras por mes. “Se ratifica la vigencia y eficacia del proceso de concentración económica consolidado durante los noventa y prolongado hasta la actualidad”, afirman los autores. Si se toma el censo de 1988, en 20 años se perdió el 41,5 por ciento de las chacras.
Desde el Foro Agrario, espacio de articulación de decenas de organizaciones campesinas y de la agricultura familiar, presentaron en mayo pasado un programa que propone otro modelo agropecuario, de base popular, con políticas de estado que fomenten el arraigo rural y la producción de alimentos accesibles para el pueblo. “Diversos sectores políticos se siguen refiriendo a la Mesa de Enlace como ‘el campo’. Tienen que entender que hay otro sujeto rural, con otro rol económico, otra base social, que es otro campo, con un modelo que incluye beneficios para toda la sociedad y para el ambiente”, exige Levaggi de la UTT.
Jeremías Chauque es mapuche, vive en Desvío Arijón (Santa Fe) y forma parte de la organización de productores “Desvío a la raíz, agricultura ancestral”. No lo sorprendió el dato de la concentración de tierras, afirma que es un mal que se repite en la Patagonia mapuche, pero también en el Norte wichí y en la Mesopotamia guaraní, sólo por citar tres latitudes. “El agronegocio funciona explotando hasta el último aliento de vida, con desmonte, saqueo, contaminación”, recuerda. Chauque forma parte del Colectivo Paren de Fumigar Santa Fe y resalta la necesidad de otro modelo, que tenga como prioridad lo social y los alimentos sanos (sin agrotóxicos ni transgénicos), “una agricultura sin mano de obra barata, con agricultores dueños de su destino, con tierras para trabajar, con producción de alimentos y no commodities para los chanchos de Europa y Asia”.
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Municipios frente al nuevo paradigma del cambio climático



El cambio de paradigma de gobiernos municipales e instituciones ante el cambio climático

Fecha de Publicación
: 22/01/2020
Fuente: Diario Norte
Provincia/Región: Nacional


El pasado jueves, el Municipio de Charata, junto a la Cámara de Comercio, abrieron el primer espacio de debate y reflexión sobre el medioambiente. Los desastres a nivel internacional, y la problemática de la basura, principalmente la contaminación plástica, apresuraron los tiempos. De hecho, el último informe de Naciones Unidas sobre el cambio climático, le da al mundo apenas 10 años para intentar minimizar el gran impacto que ya existe en la biodiversidad.
Con la presencia de Danta Frank, como disertante para dar a conocer las propuestas que un grupo de empresarios tiene para financiar, a través de criptomonedas, proyectos enfocados al medioambiente, el Municipio de Charata, a través de la Secretaría de Gobierno, que encabeza Pedro Llanos, junto a la Cámara de Comercio de Charata llevaron adelante una charla para hablar del impacto de la contaminación del plástico y su impacto.
Contexto mundial
Naciones Unidas, emitió un informe donde destacó que “el 2019 fue el segundo año más cálido registrado después de 2016, según el análisis de los principales datos internacionales recopilados por la Organización Meteorológica Mundial.
Promediada, la temperatura global anual en 2019 fue de 1,1 grados centígrados más que el promedio de 1850-1900, utilizado para representar las condiciones preindustriales. De esta forma, 2016 sigue siendo el año más cálido registrado debido a un evento de El Niño muy fuerte, que provocó una subida de las temperaturas inusual, y al cambio climático a largo plazo”.
La ONU manifestó en este mismo comunicado que, “la noticia más preocupante es que la tendencia continuará debido a los niveles récord de gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera poniendo en peligro la vida en el planeta”.
"En el camino actual de las emisiones de dióxido de carbono, nos dirigimos hacia un aumento de la temperatura de 3 a 5 grados centígrados para finales de siglo", aseguró el secretario general de la Organización Meteorológica, Petteri Taalas.
Con una mirada más local, Pedro Llanos, secretario de Gobierno Municipal de Charata, explicó que están buscando generar lazos con otras instituciones, como una primera parte de una estrategia mayor que involucre a todos y cada uno de los vecinos de Charata. “El cambio climático es una realidad, y sabemos por experiencia propia las consecuencias que tiene: tuvimos dengue, inundaciones, la acumulación de basura es importante, y necesitamos hacer algo ya”, destacó. Al tiempo que recordó que hace un tiempo que se comenzó con una especie de recolección diferenciada, que deberán trabajar para mejorar. Además, la planta está reciclando solo entre el 10 por ciento de la basura, y buscarán ampliar esa capacidad, por lo cual la separación en origen y la recolección diferenciada serán clave.

Una bomba de tiempo
Dentro de los documentos y publicaciones de Naciones Unidas, la más impactante, se asemeja al reloj de una bomba de tiempo: 10 años para salvar el planeta.
El convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) es un tratado internacional jurídicamente vinculante con tres objetivos principales: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos. Su objetivo general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible. Están trabajando desde 1992, con 193 partes (gobiernos que se suman al mismo), Argentina se adhirió en el año 1995, 2002 y 2020, pero no suscribió a todos los convenios y protocolos,
El pasado 13 de enero, se volvieron a reunir, y la advertencia fue severa: a la humanidad le quedan 10 años para salvar lo que queda de la biodiversidad. Y no queda allí, ya que asegura que la tierra está cerca de su sexta extinción masiva, provocada por los humanos, lo cual implica que las tres cuartas partes de todas las especies desaparecen, para siempre.
Para hacer cambiar este rumbo, cual Titanic hacia el iceberg, el documento señala que “el mundo necesita estar fuera de los combustibles fósiles este siglo, con suerte más cerca de 2030 que de 2100”. La tecnología existente como la eólica, solar y nuclear, son una de las herramientas más importantes.
Además, las políticas que promueven una energía más limpia incluyen los impuestos al carbono, los sistemas de fijación de precios de contaminación máxima y comercial y los créditos fiscales a las energías renovables.
En este sentido, Dante Frank, como integrante de un grupo de empresarios que promueven las criptomonedas, contó en la charla cuál es el plan para apoyar proyectos que permitan dar este salto a la salvación del planeta, teniendo una nueva herramienta financiera tecnológica para financiar estos proyectos.
Las criptomoneda es un divisa digital cuyo control funciona a través de una base de datos descentralizada que sirve como una base de datos de transacciones financieras pública.
Para Juan Diego Zabala, presidente de la Cámara de Comercio de Charata, es solo inicio de lo que puede aportar el comercio, y destacó que “es necesario realizar convenios para hacer un real y necesario cambio en el uso de bolsas plásticas. Que los comerciantes puedan acceder a precios o programas para comenzar a hacer el cambio, como ya lo hicieron algunas ciudades en nuestra provincia, y algunos locales aquí que utilizan bolsas biodegradables. Es importante que tomemos esto en serio, porque el impacto económico y social del cambio climático es  muy grande”.

Educación ambiental
De la charla formaron parte integrantes de INTA Las Breñas, y trabajadores de la planta de Residuos de Charata, algunos comerciantes, e integrantes de ONGs, pero la clave debe estar en un cambio de paradigma en la educación. La educación medioambiental dejó ser la “clase de biología”, o ecología. Para algunos países ya existe una emergencia económica y social por el cambio climático, y es precisamente en las nuevas generaciones donde la esperanza de insertar el cambio en las formas de consumo y el cuidado del ambiente, están puestas para replicarlas en cada familia, el club, o donde sea.
Tic-tac, el reloj está en marcha, de aquí al 2030, no alcanzará con compartir el apoyo por sufrimiento de pérdidas de especies animales o vegetales, por redes sociales, es tiempo de entender que todos y cada uno somos parte activa del cambio.
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Cardenal Amarillo, bella ave y en peligro de extinción



Cardenal Amarillo: su belleza y canto lo han puesto en jaque y es considerada un ave en peligro de extinción a nivel global

Fecha de Publicación
: 22/01/2020
Fuente: Misiones On Line
Provincia/Región: Nacional


“Más vale volando que en mano”, sería en este caso el refrán para esta especie, infrecuente en Misiones salvo por aves escapadas. Pero es una de las especies preferidas para tenerlo como ave de jaula, lo que generó que sea una de las aves más amenazadas.
A través de una alianza con Aves Argentinas, la centenaria organización ambientalista que impulsa su Programa Bosque Atlántico, compartimos en forma semanal algunos de los secretos sobre la biodiversidad de las especies de aves del país, y de nuestra Maravilla Natural Argentina, la Selva Misionera. Exclusivo de Misiones On Line.
Hoy presentamos al Cardenal amarillo, sobre el cual por su belleza y canto, es una de las aves que se encuentra “en jaque” al punto tal que es considerada una de las especies en peligro de extinción a nivel global.
“…Y acá antes había muchos cardenales amarillos, bandadas que andaban volando todo el tiempo. Después vino un señor de Buenos Aires, puso unas jaulas y empezaron a desaparecer. Ahora solo hay unas pocas parejas; una de ellas anida en el patio de mi casa. Siempre los miramos, de lejos nomás, para que puedan sobrevivir los pichones y ayudar a conservar la especie”, cuenta un poblador del Paraje Uguay, ubicado en el interior de la provincia de Corrientes; donde hoy todavía se pueden ver ejemplares de esta especie de ave en total libertad.
Es una realidad que esta especie está en peligro de extinción a nivel mundial. El Cardenal Amarillo (Gubernatrix cristata) es un ave exclusiva de América del Sur, vive en los bosques de Espinal, del Monte y del Chaco Seco de la Argentina.
Es capturado ilegalmente para ser vendido como mascota y en las últimas décadas, sus números poblacionales están decreciendo a un ritmo preocupante. Se cree que sobreviven entre 1.500-3.000 individuos en el mundo, por lo cual está considerada en peligro de extinción”.
Si bien también la especie está presente en la República Oriental del Uruguay y la República Federativa de Brasil, la mayor parte de su distribución ocurre en Argentina, lo cual nos da una gran responsabilidad en su protección.
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Incendios: ¿Es Argentina tan vulnerable como Australia?



Los incendios están "mutando" y Argentina tiene zonas "vulnerables"

Fecha de Publicación
: 21/01/2020
Fuente: Télam
Provincia/Región: Nacional


Distintos investigadores y expertos en tema, indicaron a Télam sobre los procesos que afectan algunas regiones de Argentina.
Los incendios forestales están "mutando" en más frecuentes y virulentos, un proceso que se ha acelerado por el "cambio climático" que a su vez contribuyen a agravar, siendo algunas regiones de Argentina "vulnerables" a estos siniestros de "sexta generación", aunque no de la magnitud del caso australiano, según especialistas.
"Hoy hay certeza del rol central del cambio climático: no produce los megaincendios pero sí las condiciones ambientales propicias", dijo a Télam la doctora en ciencias de la atmósfera e investigadora del Conicet Inés Camilloni.
"A su vez las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el aumento de incendios pueden agravar el cambio climático", aportó el presidente de la Asociación de Amigos de Parques Nacionales y biólogo Norberto Ovando.
Para Camilloni, el caso australiano -donde ya se quemaron más de 5 millones de hectáreas- "nos muestra en una forma concreta hacia donde estamos yendo con el clima", esto es, que "no sólo la temperatura global va en aumento, sino que los eventos extremos", ya sea de calor, lluvias o sequías, "se vuelven más severos y frecuentes".
El también experto en la Comisión Mundial de Áreas Protegidas explicó que las grandes sequías "generan bosques totalmente estresados y disponibles para quemar", es decir, grandes masas de "combustible".
A su turno, el comandante general de bomberos (R) y responsable del Departamento de Incendios Forestales de la Academia Nacional de Bomberos, Edgardo Mensegue, explicó que incendios como el de Australia son clasificados como de "sexta generación", una categoría inexistente hasta hace "cuatro años" y que debió crearse a partir de eventos que superaban lo conocido hasta ahora.
Los incendios de primera generación surgieron en los años '50 con el éxodo rural que produjo la pérdida del denominado paisaje de mosaico que actuaba como cortafuego: "eran los que uno apagaba la llama y ahí quedaba".
Los de segunda generación aparecieron en los años 70-80 y "son muy rápidos porque se producen donde hay mucha continuidad de combustible, principalmente en el sotobosque", y requieren diversificación en los medios de respuesta.
Los de tercera se tipificaron en los '90 y "son generados por focos secundarios, es decir, bolas de fuego producto de material volante o rodante" que las corrientes de aire caliente generadas por el mismo fuego puede transportar a dos o tres kilómetros de distancia, "superando las barreras de defensa o cortafuego".
"La cuarta generación es un fuego de interfase, que se dan dentro de urbanizaciones con mucha o poca forestación", dijo.
En el caso de los de quinta generación, ya se trata de megafuegos que se producen sólo si se combinan "olas de calor con mucha sequía" y son "incontrolables, no importa los recursos con los que cuentes", como fue "el incendio de Chile de 2017".
Ovando explica que los de sexta generación son aún "más grandes, rápidos, intensos e incontrolables", con la particularidad de que "pueden generar las temidas 'tormentas de fuego'", es decir que "dominan la meteorología de su entorno" generando rayos en seco que "provocan más incendios" a cierta distancia.
"Se propagan a una velocidad de entre 2 y 5 kilómetros, llegando a consumir entre 4 y 13 mil hectáreas por hora", dijo Ovando.
Por su parte, Camilloni recordó que "desde el 2007 las proyecciones del cambio climático mostraban un aumento de la posibilidad de ocurrencia de estos eventos en Australia, mientras que otras regiones del mundo también aumentaban significativamente la posibilidad de incendio", entre ellas "algunas regiones de Sudamérica y todo el continente africano".
"Argentina, donde las olas de calor son más frecuentes e intensas, tiene algunas regiones vulnerables a los incendios pero no a megaincendios, aunque todo depende del manejo que se haga de la situación", dijo.
El riesgo a futuro se encuentra en la zona andino patagónica, una región de bosques donde se sabe que las lluvias van disminuir: "allí la prevención debería ser central", agregó la investigadora del Conicet.
Mensegue considera que Argentina ya experimentó incendios de sexta generación, como el de La Pampa en 2017 donde se consumieron 1,1 millones de hectáreas.
Para Ovando, los incendios de sexta generación vuelven "obsoletos" los "modelos tradicionales de gestión de incendios", que deben ser repensados al tiempo que se lleve adelante una "política de prevención" también adaptada a esta "nueva era".
Mensegue, en cambio, consideró que "los bomberos en nuestro país tienen herramientas, material y capacitación para combatir incendios", aunque gran parte del éxito depende de la prontitud del "ataque inicial" puesto que mientras más inmediato sea, "más posibilidades de controlar el fuego".
"Si no se controlan en las primeras horas, después pueden durar 5 o 10 días", dijo.
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Redes de pesca: 200 toneladas volcadas al mar argentino



El plan para reciclar 200 toneladas de redes de pesca y evitar la contaminación del mar argentino

Fecha de Publicación
: 20/01/2020
Fuente: Ambito
Provincia/Región: Nacional


Descartadas o perdidas en las aguas, ponen en marcha una peligrosa contaminación con microplásticos y generan un impacto silencioso pero letal para los mamíferos y ecosistemas marinos.
Se estima que cada año unas 200 toneladas de redes de pesca son volcadas al mar argentino o llevadas a basurales donde se queman y se entierran. Al no existir un circuito establecido para tratarlas al alcanzar el fin de su vida útil, se acumulan y abandonan en puertos y playas. En el mar, las redes se degradan y ponen en marcha una peligrosa contaminación con microplásticos que pueden ingresar a nuestra cadena alimenticia, al mismo tiempo que genera un impacto silencioso pero letal para los mamíferos y ecosistemas marinos. El tema despertó las alarmas en distintas partes del mundo y también en nuestro país, donde está dando sus primeros pasos un plan de economía circular nacido de la alianza entre conservacionistas y privados, para recuperar y reciclar las redes.
“Las redes al ser de materiales plásticos tardan 600 años en degradarse y en ese proceso se van transformando en microplásticos, que son una fuente importantísima de contaminación en todos los océanos. Hay talleres de redes que las reparan, pero al llegar al fin de su vida útil un mínimo porcentaje es reutilizado en escuelas de fútbol para poner en los arcos, como redes de vóley o para gallineros, pero en general se llevan en volquetes a los basurales. Pero lo más importante es evitar que lleguen al mar y se transformen en trampas letales para las ballenas”, señaló Roxana Schteinbarg, coordinadora ejecutiva del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), en diálogo con Ámbito.
El ICB es parte de Net Positiva, una alianza junto a la empresa chilena Bureo, impulsor de la iniciativa, y la fábrica José Moscuzza Redes, la mayor proveedora de las pesqueras argentinas y de otros países de las región. “Durante 2019 ya se enviaron 15 toneladas de redes a la planta de reciclaje en Chile, y gracias a la colaboración voluntaria de empresas pesqueras de Mar del Plata y Puerto Madryn se está completando un nuevo lote para enviar a reciclar a principios de febrero", detalló Schteinbarg.
Luego de que son recogidas, las redes se separan por tipo de material y luego pasan un proceso de limpieza, se almacenan, organizan y preparan para el transporte, una vez clasificadas se trituran y se funden en pellets, que se destinan para producir anteojos de sol, viseras de gorras, patinetas, quillas para tablas de surf y sillas, entre otros productos elaborados con dos de los materiales más nocivos para la biodiversidad oceánica: el nylon y el polietileno de alta densidad.
”El objetivo es recuperar y reciclar cada año 200 toneladas. Lo ideal sería tener una planta acá, pero requiere de una gran inversión. Las moledoras de las botellas Pet no sirven, para triturar las redes se necesitan máquinas especiales. Podría pensarse en un futuro, si se logra que todas las empresas pesqueras de los principales puertos de la Argentina se sumen a la iniciativa”, explicó.
El daño a la biodiversidad es inmenso. A nivel mundial, se estima que cada año se pierden o abandonan 640.000 toneladas de redes de pesca, el 10% de toda la basura marina. Las que se abandonan o se pierden en el mar se denominan “redes fantasma”, ya que son difícilmente visibles tanto para la fauna como para las embarcaciones. Más de 135.000 mamíferos marinos se enredan en ellas cada año y cuando quedan atrapados pueden sufrir lesiones graves o, lo que es peor, arrastrarlas consigo durante muchos kilómetros antes de agotarse y ahogarse.

Elaborar un diagnóstico
“En la Argentina no tenemos datos oficiales, nos basamos en las cifras de los organismos de Naciones Unidas. Por eso queremos generar un diagnóstico de la situación en el mar argentino, saber cuántas redes se derivan a basurales y cuántas toneladas se abandonan o se pierden en el mar”, afirmó Schteinbarg.
Destacó también que la logística para el retiro de las redes usadas se realiza en sintonía con la entrega de redes nuevas por parte de la proveedora, lo que minimiza la huella de carbono del proceso. El programa ya opera en los cinco principales puertos argentinos.
En las costas de la provincia de Chubut se obtuvo el primer registro de una ballena franca que había ingerido materiales plásticos previo a su muerte. Se encontró en su tracto digestivo materiales sintéticos, hilos de nylon y envolturas, entre otros elementos.
Como parte de la estrategia de recuperación y reciclado, Net Positiva estableció diversos acuerdos con cámaras y empresas pesqueras para recuperar las redes de pesca al fin de su vida útil.
En nuestro país aun es necesario que se aprueben normativas para poner en practica la responsabilidad extendida al productor e incentivar iniciativas de economía circular, que posibilite un nuevo uso a los productos al fin de su vida útil; por eso hoy el programa se implementa a través de la colaboración voluntaria de las empresas pesqueras.
Schteinbarg sostiene que es necesario incorporar a las redes de pesca al fin de su vida útil dentro de los REGU (Residuos Especiales de Generación Universal) por su impacto ambiental. En pos de este objetivo, adelantó que el ICB acentuará el diálogo con las nuevas autoridades ambientales y legisladores.
Además, por cada kilo de red reciclada Net Positiva otorgará fondos al ICB para campañas de educación, de prevención de contaminación plástica y para generar conciencia ambiental sobre los peligros de dejar redes en el mar, orientadas, por ejemplo, a comunidades pesqueras y pescadores artesanales. Iniciado en Chile y Perú, el próximo paso tras la incorporación de la Argentina será seguir regionalizando el programa y sumar a la iniciativa a Brasil y Uruguay.
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Buses eléctricos para afianzar las renonovables

El Gobierno le da vuelo al "Green New Deal" y avanza con un plan de buses eléctricos

Fecha de Publicación
: 20/01/2020
Fuente: La Política On Line
Provincia/Región: Nacional


La idea ya fue presentada a las petroleras e YPF asumió el compromiso de trabajar en un esquema de energías renovables alternativas para este mismo año.
Cuando muchos pensaban que la "agenda productiva sustentable" anunciada por Kulfas era un simple eslogan para frenar las protestas por el fallido plan minero, el gobierno empezó a delinear un proyecto de buses eléctricos para reducir la contaminación ambiental.
El esquema se enmarca en lo que el ministro de Desarrollo Productivo denominó "nuestro Green New Deal", en alusión al programa del sector más izquierdista del Partido Demócrata de los Estados Unidos, que de cara a las elecciones de este año, prometió reemplazar al 100% la emisión de gases de efecto invernadero de los procesos de manufactura y transporte.
De hecho, se trata de un plan más amplio -al que se convocó a petroleras, generadoras eléctricas, empresas de transporte e industria automotriz- que incluye otros tipos de energías alternativas para el transporte como el biodiésel y el gas, ya sea como GNC o GNL.
La idea de gasificar la flota de transporte ya había sido adelantada en exclusiva a LPO por el secretario de Energía Sergio Lanziani durante la campaña electoral. "El concepto es usar GNL (gas natural licuado) para ahorrar gasoil y tener más petróleo exportable, además del tema ambiental", había explicado en su momento.
Fuentes al tanto de las tratativas confirmaron a LPO que la cartera de Mario Meoni se reunió este miércoles con las principales petroleras para cancelar una deuda de $852 millones heredada de la gestión anterior y aprovechó para conversar este tema.
Según indicaron, hubo una predisposición mejor a la esperada, ya que la cancelación de este importe fue recibida con sorpresa por las compañías, dado el preocupado estado de las arcas públicas.
Incluso YPF asumió el compromiso de trabajar de manera articulada en un esquema de energías renovables alternativas para este mismo año, con la idea de reducir gastos y contaminación ambiental.
Lógicamente mucho más alineada a la agenda política gubernamental, la petrolera de bandera había comunicado un día antes la confirmación de un crédito externo de 150 millones de dólares para el desarrollo y construcción del parque eólico Cañadón León, que con 120 MW de potencia se convertirá en el más grande del país.
Este martes, el ministro de Ambiente, Juan Cabandié y su par de Producción, Matías Kulfas, se reunieron y acordaron trabajar para impulsar la agenda del Green New Deal y el desarrollo sostenible. "Ambos minsietrios tienen una visión compartida de cómo consolidar medio ambiente con producción y cómo se generan mecanismos de control", dijeron a LPO fuentes al tanto de esa reunión.
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Fernández volvió a pedir por el desarrollo minero

Alberto Fernández: «Tenemos que garantizar minería que cuente con acuerdo de la comunidad y que garantice no contaminación»

Fecha de Publicación
: 18/01/2020
Fuente: El Chubut
Provincia/Región: Nacional


El Presidente volvió a pedir por el desarrollo minero. Elogió el «modelo San Juan». Aunque dijo que la actividad es «muy importante» para su Gobierno, aclaró que la decisión de avanzar «es de cada provincia».
El presidente Alberto Fernández volvió a hablar ayer sobre la importancia que le otorga su Gobierno al desarrollo de la actividad minera en el país. Anticipó que desde su gestión buscarán trabajar en una legislación sobre los controles a la actividad. Y se refirió a los casos puntuales de Mendoza, que derogó las recientes modificaciones a la Ley 7722, y el de Chubut, donde el gobernador Mariano Arcioni adelantó que se trabaja en un proyecto de desarrollo en la Meseta sin la utilización de cianuro.
El Presidente remarcó en este contexto que «las provincias son propietarias del subsuelo» y ante esto, «es poco lo que el Estado nacional puede hacer».
Ratificó que «el Gobierno nacional piensa que la minería es muy importante para el desarrollo del país -y resaltó que- en muchas regiones se desarrolla sin conflicto social como en San Juan, Catamarca y Santa Cruz». Reconociendo que «en muchos lugares hay conflicto social».
Manifestó Alberto Fernández que desde el Gobierno central «tenemos que garantizar una minería que cuente con el acuerdo de la comunidad y que garantice la no contaminación».
En este último aspecto, reveló que el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Juan Cabandié, «está trabajando mucho, para fijar normas que garanticen el medio ambiente».
El Presidente Fernández volvió a elogiar el «modelo de San Juan» y consideró: «Hay que revisar experiencias como la de San Juan. Le pedí a Uñac (Sergio, el gobernador) que me preste a su secretario de Minería (Alberto Hansel) porque vi el trabajo que hizo».
Desde su óptica, San Juan «tuvo momentos de mucho conflicto y lo resolvió, con la participación ciudadana y con férreos controles del Gobierno provincial sobre la calidad de la producción minera -transmitiendo que-, aspiro a que podamos hacer eso».
Sin embargo, transmitió que «el resto, son decisiones de las comunidades y de cada provincia».
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Los bosques nativos nacionales en emergencia



Los bosques nativos, riqueza nacional en emergencia

Fecha de Publicación
: 17/01/2020
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Nacional


Argentina se ha convertido en el primer país de América Latina en otorgar recursos financieros a las provincias para que se fortalezcan institucionalmente y compensen a quienes conservan y manejan sustentablemente sus bosques nativos, destinando parte de ese financiamiento a las comunidades aborígenes y criollas, para la realización de las actividades pertinentes y una gestión responsable de sus recursos naturales.
La Ley de Bosques establece que las provincias deberán realizar el Ordenamiento Territorial de sus bosques nativos y, de esta manera, proteger las especies de flora y fauna que habitan en los bosques; prevenir las inundaciones, la erosión, los incendios; evitar el avance de la desertificación; asegurar la calidad del agua que consumimos y del aire que respiramos; garantizar que los bienes y servicios que ofrecen los bosques (madera, leña, frutos, miel, alimentos, medicamentos, turismo, recreación) estén disponibles hoy y mañana; y al mismo tiempo preservar la identidad cultural de los pueblos que viven en y de los bosques.
Ésta ley es una herramienta que debe ser aplicada adecuadamente para asegurar la conservación de nuestros bosques. Principalmente en las provincias de la región del Chaco (Chaco, Formosa, Salta, Santiago del Estero, San Luis); de la Selva Paranaense (Misiones); y de Tierra del Fuego, con el propósito de promover su uso sustentable a largo plazo.
Una de las grandes riquezas de nuestro país es el quebracho colorado, que se encuentra en las provincias de Corrientes, Chaco, Formosa y en el norte de Santa Fe y Entre Ríos. Por su resistente madera y su alto concentrado de tanino (la sustancia que se emplea para convertir la piel animal en cuero), generó un boom industrial que provocó su sobrexplotación, condición que la llevó al estado actual de vulnerabilidad. Esto motivó a científicos del Conicet a desarrollar proyectos de mejoramiento genético y planes de reforestación, en el marco de las estrategias de recuperación de bosques nativos, que permitan evitar su desaparición.
No sólo es el quebracho: Argentina se encuentra en emergencia forestal. Con este diagnóstico, alertamos sobre la deforestación en el norte del país, donde cuatro provincias concentran el 80% de los desmontes, y el 36,3% de la superficie deforestada el año pasado en Santiago del Estero, Chaco, Formosa y Salta fue en bosques nativos.
Los incendios y el avance de la frontera agropecuaria para el cultivo de soja transgénica son las principales causas de la pérdida de esas grandes reservas naturales que señalamos. La fragmentación de los bosques, no solo el desmonte, impide la vida animal y vegetal en un ecosistema continuo. Un yaguareté, por ejemplo, necesitará de 11.000 hectáreas para vivir en un buen estado de conservación.
Que la deforestación haya disminuido es una buena noticia, pero que casi el 40% sea ilegal es muy malo. Eso se debe a que las multas son irrisorias y, salvo excepciones, no se reforestan los desmontes ilegales, porque muchas veces los gobiernos violan la norma a favor de grandes empresas. Es hora de que la Argentina debata el desmonte ilegal, el otorgamiento de los permisos para deforestar en zonas protegidas y el incendio intencional como delito penal ambiental y se obligue a los responsables a restaurar los bosques nativos. Para el desarrollo nacional, es claro que el conocimiento y en particular la educación en ciencia juega un papel central. Un Estado presente y con visión de futuro que crea en los proyectos más allá de su fin inmediato, podría descubrir aplicaciones beneficiosas para el medio ambiente.
Quiero terminar invitándolos a pensar cuál sería la segunda “Arca de Noé” que debemos comenzar a imaginar, y a construirla antes que sea demasiado tarde.

Por Norma Cadoppi Frigerio - Presidente de la Fundación Foro Estratégico para el Desarrollo Nacional
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El impacto de los incendios de Australia en Argentina



Cambio Climático: ¿Qué efectos tienen en Argentina los incendios en Australia?

Fecha de Publicación
: 17/01/2020
Fuente: Página 12
Provincia/Región: Nacional


Lo sucedido en Australia encendió las alarmas domésticas y empujó a una pregunta. ¿Cuáles son los efectos del cambio climático y el calentamiento global en un país como Argentina? Los especialistas consultados por Página|12 consideran que la tendencia del calentamiento global se agudiza a partir de eventos de impacto global como los incendios en Australia , Amazonia y California, que al mismo tiempo son resultado de políticas negacionistas como las que llevan adelante Donald Trump y Jair Bolsonaro. También sostienen la necesidad de que las sociedades se comprometan en los cambios necesarios.
“Si solo nos ceñimos a la temperatura, podemos decir que en los últimos 60 años, la Patagonia experimentó un incremento del orden de un grado y el centro-norte del país de medio grado -explica Inés Camilloni, doctora por la Universidad de Buenos Aires en el área de Ciencias de la Atmósfera e Investigadora del Conicet en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera-. En cuanto a lluvias, en el Litoral y la Pampa húmeda, aumentaron un 30%; situación que convirtió a esa porción del territorio, junto a algunos sectores de Brasil y parte de Uruguay, en una de las zonas donde más aumentaron las precipitaciones a nivel mundial. En Cuyo, por el contrario, disminuyeron. Las temperaturas más altas explican la retracción de la mayor parte de los glaciares de Argentina, salvo el Perito Moreno, y la disminución de los caudales de los ríos que provienen de agua de deshielos”.
“Lo que ocurre –continúa Camilloni– es que cambió la frecuencia de los eventos extremos. Las olas de calor se volvieron más asiduas, suelen durar más y alcanzan valores extremos; las lluvias se producen más espaciadas pero exhiben una intensidad creciente”, detalla Camilloni. Ello provoca un conflicto para ciudades como las argentinas con una densidad poblacional considerable, cuyas infraestructuras no están preparadas para soportar tanta cantidad de agua en tan poco tiempo. La Ciudad de Buenos Aires cuenta con la capacidad de evacuar agua en aquellos eventos en los que no llueve más de 30 milímetros en una hora. A partir de ahí, cuando se cruza esa franja, comienzan los problemas. “Desde los 60’s hasta la fecha se triplicó la ocurrencia de este tipo de eventos. Ello implica la necesidad urgente de mejoras en la infraestructura y la transformación de los sistemas de desagüe”, advierte.
Para colmo, llegó el verano y las olas de calor se hacen sentir. Hace seis años hubo una que, según Carolina Vera, doctora con orientación en Ciencias de la Atmósfera, especialista internacional en el estudio de Cambio Climático, quedó en el recuerdo. Al menos se estacionó en la memoria de los científicos que la estudiaron en detalle. “En diciembre de 2013, por ejemplo, vivimos una experiencia muy impactante en la que tuvimos 18 días con temperaturas altísimas. Fue cuando colapsó el sistema de electricidad en Buenos Aires. La tendencia a una mayor aridez combinado con el cambio en el uso de la tierra favorece las condiciones para la emergencia de fenómenos dramáticos, como pueden ser los incendios”. Y completa: “No solo se incendia el Amazonas o Australia, sino también ocurre en vastas regiones de nuestro país, desde Buenos Aires, pasando por Córdoba o La Pampa”, plantea Vera que, además, actualmente se encuentra a cargo de la Unidad de Gabinete del flamante Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.
El conflicto que ocasiona el deterioro del ambiente fue reconocido por los referentes de la mayor parte de las naciones que habitan el globo. Para sortear tal escenario, los países consensuan estrategias a dos niveles: global y local. No obstante, a pesar del diagnóstico, las cosas no marchan del todo bien. Los actores más poderosos son los que más gases de efecto invernadero emiten y, paradójicamente, invierten migajas en la reversión del problema. Temen, a veces de manera tácita y otras lo expresan a viva voz, que sus economías –basadas en matrices energéticas alimentadas a partir de combustibles fósiles– se desplomen. En efecto, los compromisos discursivos se materializan en instrumentos y declaraciones que rara vez se traducen en acciones concretas.
El último gran antecedente de consenso para la acción estuvo plasmado en la Tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático, de la que Vera fue promotora. Junto a otros expertos del ámbito se embarcaron en un ambicioso proyecto que procuraba analizar las señales de variación de cambio climático en el país desde 1960 hasta el 2010. Realizaron mediciones, de acuerdo a proyecciones sobre las emisiones de gases a futuro, y examinaron cuánto aumentaría la temperatura y cómo se robustecería el proceso de calentamiento global. Como resultado pudieron comprobar que, a fines de siglo XXI y en un escenario de grandes emisiones, una de las zonas del planeta con los aumentos más significativos de temperatura sería el noroeste argentino. Esta región, según las conclusiones proyectadas, registrará un incremento que oscilará entre los 3 y 4 grados.
El calentamiento global es uno de los tantos modos en que se expresa el Cambio Climático. Los seres humanos son los responsables de encender la hornalla que calienta más y más el ambiente, una olla que se presta a hervir en un futuro cada vez más cercano. Aunque los gases se emitan en China, en Estados Unidos o Europa Occidental (entre los tres explican la mitad de las emisiones totales), la atmósfera los difunde en el término de semanas por todo el planeta. Lo que contamina un país afecta a todos. El Cambio Climático, a su vez, es un proceso de variación significativa del clima, calculada durante un largo período de tiempo. Sin embargo, no siempre pudo medirse. Recién hacia finales del siglo XIX los expertos consiguieron diseñar instrumentos de medición confiables con el propósito de evaluar la transformación que percibían pero no podían documentar con precisión.
En la actualidad, las variaciones en el clima y los efectos del calentamiento global se exploran a partir de las observaciones y el examen de datos. Las temperaturas pero también la lluvia, la velocidad del viento, la nubosidad y la presión evolucionaron a través del tiempo. “Trabajamos con bases de datos de observaciones para la detección del cambio climático. Se trata de identificar cómo se modificó el clima a lo largo del tiempo en un lugar y una región determinada. Recurrimos a datos provistos por el Servicio Meteorológico, a información satelital y a una combinación robusta de fuentes para saber qué es lo que ocurre. Cuando buscamos trazar proyecciones, trabajamos con simulaciones que nos permiten pensar cómo podría ser la actividad del ser humano en el futuro, su emisión de dióxido de carbono, su participación en actividades como la deforestación y los cambios del suelo”, relata Camilloni.

Negacionismo de primera
En un marco de capitalismo agresivo como el actual, la protección de los ecosistemas y de los valores naturales es concebida por algunas figuras de relevancia internacional como un obstáculo para el progreso. Desde este prisma, mirada peligrosa si las hay, observan la realidad algunos de los mandatarios más importantes del mundo. El vecino Jair Bolsonaro resta importancia a los incendios que durante 2019 barrieron con 900 mil hectáreas de bosque nativo del Amazonas y Donald Trump hace lo propio con el avance incontrolable de los fuegos que, en California, calcinaron una superficie similar que ronda las 800 mil hectáreas. A este dúo cercano de negacionistas del Cambio Climático se suma Scott Morrison, el Primer Ministro australiano, país que por estos días afronta una de las peores catástrofes ambientales en su historia.
Trump fue el primero en quedarse ciego. En 2017 quitó a EEUU del Acuerdo de París contra el Cambio Climático, pese a comandar el ranking como el principal emisor de gases de efectos invernadero. Su decisión no escapa a una controversia: aunque parezca una broma Estados Unidos es uno de los principales financiadores de las investigaciones y los eventos científicos sobre Cambio Climático. Las razones de la salida son obvias. Existe una industria muy potente, con fuerte capacidad de lobby, que creció sobre la base de la explotación de los combustibles fósiles y le conviene desmarcar el uso intensivo del petróleo como responsable principal del cambio climático. Trump, Bolsonaro y Morrison constituyen voces minoritarias pero fuertes a nivel geopolítico y con presencia en la arena global. Afortunadamente, también hay de las otras. En poco tiempo, la activista sueca de 17 años recién cumplidos, Greta Thunberg, ha adquirido fama mundial por demostrar una notable capacidad de aglutinar reclamos que hasta la fecha se encontraban desperdigados. Así, con efecto rebote, se articularon a la luz de su eco las voces de agrupaciones que interpelan las acciones de los gobernantes de turno y denuncian las negligencias que se cometen en cada caso. La “Red jóvenes por el clima” constituye un caso valioso al respecto.
En este marco, presentada la contienda, vale preguntarse: ¿en el pasado hubo cambio climático? Sí, pero el uso intensivo de los combustibles fósiles modificó –radicalmente– el paisaje. Las transformaciones demuestran una aceleración tan importante que produce vértigo. Las actividades que emplean petróleo, gas y carbón, así como los procesos de cambio en el uso del suelo generan buena parte de las emisiones. Cuando se reemplaza la cobertura natural por espacios construidos con cemento, hormigón, asfalto, o bien, cuando se sustituye a los pastizales por producciones agrícolas también se modifica el sistema climático.
Para colmo, las consecuencias del cambio climático se articulan en cascada. Con el aumento progresivo de la temperatura se trastoca todo el equilibrio aparente. Los eventos extremos se manifiestan con más intensidad; se multiplican las olas de calor; las lluvias más copiosas producen inundaciones de película; las tendencias a la disminución progresiva en otras regiones conducen a sequías y desertificación; se derriten a mayor velocidad los hielos y glaciares; se incrementa el dióxido de carbono en la atmósfera, que ocasiona la acidificación de los océanos, que conduce a los corales a una situación de riesgo de extinción.
Existen objetivos mundiales a los que Argentina suscribe, a través de cumbres y eventos internacionales. La delimitación de las emisiones de gases de efecto invernadero, por caso, supone una de las líneas a la que tradicionalmente la mayoría de los países adhiere, excepto EEUU. Por otro lado, existen estrategias locales de mitigación que se deben implementar, necesariamente, teniendo en cuenta las características específicas de los territorios nacionales. En este caso, el propósito más urgente se relaciona con minimizar los daños que trae aparejados el cambio climático. La “adaptación al cambio” suele ser la meta principal.
Desde esta perspectiva, los manuales de políticas en el área detallan recetas de platos revestidos de condimentos distintos pero que saben similar. A saber: se podría gestionar la capacitación de los productores agrícolas para que adecuen las fechas de sus cosechas y las siembras en función del clima; fomentar que los municipios cuenten con sistemas de alerta temprana ante eventos extremos; brindar seguros frente a sequías e inundaciones; planificar obras de canalización y desagüe; así como también códigos de edificación en las ciudades.
“En general, las naciones más perjudicadas por el cambio climático son las menos responsables -asegura Camilloni-. Por eso es que siempre que se debate acerca de estas temáticas, se deben discutir cuestiones como la equidad, la justicia, el crecimiento y el desarrollo sostenible. No solo se trata de una decisión de los políticos, también requiere de una iniciativa de transformación que compromete a toda la sociedad. Es necesario evaluar los riesgos que ocasionan el aumento de la temperatura, las condiciones de adaptabilidad, las estrategias que podemos desarrollar al respecto, saber quiénes pagarán los costos de adaptación. Son aspectos que se deben reconocer en un debate que nos debería incluir a todos los ciudadanos”.
La articulación de acciones entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación junto al de Medioambiente es clave. Como la urgencia de la crisis no puede esperar, los titulares de las respectivas carteras ya realizaron reuniones para poner manos a la obra. “Hemos tenido encuentros muy fructíferos con el equipo de Juan Cabandié -agregó Vera-. Somos conscientes de que las propuestas surgen como resultado entre los aportes que provienen del conocimiento científico y de otros saberes, como los locales y originarios, que son muy valiosos y debemos incorporarlos a la agenda. Cuando los problemas son socioambientales necesitamos establecer diálogos amplios pero bien fundamentados. Desde la comunidad científica tenemos mucho para aportar, hay un montón de grupos que en todo el país han desarrollado herramientas para combatir el cambio climático”.
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Nuestra fauna marina en peligro



La fauna marina argentina, en peligro: cuáles son las principales amenazas

Fecha de Publicación
: 16/01/2020
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Nacional


Según un informe de la Fundación Mundo Marino, el año pasado asistieron a 400 animales. El impacto del plástico, la sobrepesca y el cambio climático.
El plástico, ese elemento tan presente en nuestras vidas cotidianas, nos simplifica muchas cuestiones diarias a los humanos, pero es una de las mayores amenazas para ciertos animales. Por ejemplo, para los millones de ellos que habitan nuestros mares. Así lo relevó el último informe anual de la Fundación Mundo Marino, que determinó que la contaminación​, junto con la falta de alimento, son las principales problemas que afectaron a los animales marinos durante 2019.
El último año, la fundación asistió a 401 animales. De estos, 153 pudieron ser reinsertados a su hábitat luego de atravesar un proceso de rehabilitación. El resto, fueron hallados muertos o murieron por las afecciones que los hicieron ingresar al centro de rescate, donde hoy 15 aves y reptiles marinos están aún recibiendo asistencia.
La falta de alimento fue la principal causa de asistencia para la fauna marina. Más de 140 animales presentaron desnutrición, seguidos de deshidratación e hipotermia. Según explicaron en Mundo Marino, la fuente de hidratación de los animales marinos son los alimentos sólidos que ingieren, por eso cuando les falta su comida (principalmente pescado) también se deshidratan.
“La falta de alimento puede tener varias causas, entre ellas, la sobrepesca y la emergencia climática que altera las rutas habituales de las presas. Lo que sí es claro, es que estos animales con estos cuadros son centinelas de lo que ocurre en el mar. Su cuadro fisiológico alterado nos indica que algo malo está ocurriendo mar adentro y no lo estamos pudiendo ver”, explica Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y jefe del centro de rescate de la fundación. Durante el año pasado, estos cuadros se agravaron en los pingüinos, especialmente los de la especie magallánica: creció un 128% la cantidad de animales que necesitaron asistencia, un total de 121.
Respecto de la basura en el océano, los expertos de la fundación relevaron que 40 animales directamente debieron ser asistidos por esta causa y señalaron al plástico como el principal problema. En particular con las tortugas marinas, plantearon que "la interacción negativa" se manifiesta en estos animales "de manera explícita" porque lo ingieren al confundirlo con su alimento, medusas y fauna gelatinosa. Este dato se confirma a lo largo de los años: el 97% de las tortugas que ingresan a la fundación tienen algún tipo de plástico en su sistema digestivo.
“La ingesta de plástico en gran cantidad por parte de una tortuga marina, además de poder provocar una obstrucción intestinal, les genera un cuadro de 'chaleco salvavidas' por la cantidad de gases que comienzan a generar. Así, se les ve afectada su capacidad de inmersión y de buceo, tanto para buscar presas y alimentarse como para buscar temperaturas más aptas”, detalla Karina Álvarez, bióloga y responsable de Conservación de la institución de San Clemente. 
Las redes de pesca son otro gran riesgo. También son muy afectadas por el "enmalle", como se llama a la captura no deseada en estas redes, las tortugas marinas y el delfín franciscana. Desde la fundación explican que una de las causas con los reptiles es que se superponen la zona de alimentación estacional de tres especies de tortugas marinas con aguas costeras de la provincia de Buenos Aires aprovechadas también por flotas pesqueras, según surge de los estudios de monitoreo satelital. En el caso de los delfines, en 2019 registraron 21 muertes.
La especie se encuentra en un gran estado de vulnerabilidad porque habita aguas poco profundas cercanas a la costa, lo que lo expone a la interacción humana. Es muy vulnerable tanto al enmalle en redes de pesca como a la contaminación química y a la ingesta de basura: según un estudio liderado por el biólogo Pablo Denuncio, del grupo de Investigación sobre Biología, Ecología y Conservación de mamíferos marinos de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el 30% de los animales de esta especie analizados en la región bonaerense había ingerido accidentalmente basura marina.
Según la edición del censo de basura costera que se realizó en 2019 y que viene organizando Mundo Marino en conjunto con otras organizaciones hace cuatro años, el 80% de los residuos registrados en 20 localidades de la costa bonaerense está constituido por plástico.
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