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Los desafíos ambientales de Argentina en 2023

 


Los desafíos ambientales de Argentina en 2023: frenar la deforestación y poner en marcha la lucha contra el cambio climático durante un año electoral

Fecha de Publicación
: 16/01/2023
Fuente: Mongabay
Provincia/Región: Nacional


En 2023 Argentina vivirá las diferentes etapas de unos comicios donde se elegirán presidente de la Nación, gobernadores de varias provincias, intendentes [alcaldes] de miles de municipios y se renovará parcialmente el Congreso. Entre agosto y noviembre habrá primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, primera vuelta y, de ser necesario, un ballotage o segunda vuelta, para decidir quién ocupará la Casa Rosada.
Este dato pone en contexto todo lo que puede suceder —o no suceder— en torno a los asuntos socioambientales del año que comienza. Las campañas electorales son particularmente largas en Argentina y tienden a concentrar todo el interés y los esfuerzos de la clase política, eclipsando cualquier otra iniciativa a largo y mediano plazo.
De esa manera, temas que deberían considerarse prioritarios corren riesgo de quedar aparcados al borde del camino. En esa lista se encuentran la puesta en marcha de las medidas contempladas en el Plan de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático presentado por Argentina en la COP27 de Egipto; la aprobación y ejecución de leyes que detengan el imparable deterioro de humedales y bosques, la creación de criterios para efectuar estudios de impacto ambiental de participación ciudadana en la ejecución de proyectos industriales; y la decisión sobre el manejo que tendrá la llamada Hidrovía Paraná-Paraguay, arteria vital por la que circulan los principales productos de exportación del país.
Estas elecciones, además, llegan envueltas en un clima político y una situación económico-financiera complicada. Por un lado, la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, máxima referente del oficialismo, fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos y anunció su renuncia a presentarse como candidata en las listas de su partido, lo cual altera aún más las discusiones internas, tanto en su sector político como en la principal oposición.
Por otro lado, el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional para el pago de una deuda de 44 000 millones de dólares obliga a recortes y ajustes presupuestarios que pueden aumentar unos índices de pobreza y marginalidad que ya afectan al 40 % de la población del país.
Este es el contexto que enmarca a algunos de los desafíos ambientales que tendrá Argentina en 2023 y que aquí presentamos.

1. Adaptarse y mitigar para sobrevivir
Los efectos del cambio climático ya se hacen sentir de manera notoria en Argentina. Tres años de sequía, bajantes pronunciadas de los ríos, olas de calor cada vez más intensas y frecuentes en el norte del país, tormentas de tierra de tonos apocalípticos, continuos incendios forestales e inundaciones periódicas componen un panorama que impulsa a tomar decisiones inmediatas.
“Hemos cuantificado lo que nos costaría ahora mismo alcanzar todos los objetivos expuestos en el Plan de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático que presentamos en la COP27. Serían 185 000 millones de dólares”, dice Cecilia Nicolini, secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación del gobierno nacional. En su conversación con Mongabay Latam también indica que “la inacción tendría un costo adicional. Viendo la virulencia de los impactos del cambio climático en nuestro territorio, todo lo que no se invierta ahora se irá agravando y la cifra se irá encareciendo”.
El Plan es, sin duda, ambicioso y contempla más de 250 medidas. Entre las seis líneas estratégicas de trabajo que componen su núcleo central se incluyen la conservación de la biodiversidad; la gestión alimentaria, de los bosques, los residuos y las infraestructuras urbanas; y las transiciones en materia energética, productiva y de movilidad. A su vez, estas estrategias se complementan con enfoques que atraviesan temas de género, diversidad, salud, empleo y líneas instrumentales referidas a la financiación, investigación y desarrollo, innovación y fortalecimiento de las instituciones.
Si bien no se establecen resultados parciales que permitan conocer los avances en cada etapa del proceso, sus metas finales son cumplir con los compromisos adquiridos por el país: reducir a 349 Mt de dióxido de carbono las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2030 y alcanzar la carbono neutralidad en 2050. Cómo llegar a esos puntos y qué avances podrán apreciarse a finales de 2023 son los grandes interrogantes.
“Argentina tiene una enorme biocapacidad”, afirma Manuel Jaramillo, director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina, quien puntualiza: “Podemos colaborar con la transición energética global aportando gas natural (y planificando el cierre de su utilización en 2050); alimentar a una población creciente con modelos de producción agrícola y ganadera libre de deforestación; modificar la matriz energética del país hacia las energías renovables. Incluso, regenerar los suelos y la capacidad productiva de bosques, pastizales, humedales y de nuestro mar para aumentar nuestra resiliencia. Lo que debemos hacer es pasar de una vez por todas de los compromisos a la acción”.
Por supuesto, el Plan no está exento de críticas. “En un contexto global que requiere una transición en dirección contraria a los combustibles fósiles, resulta complejo entender cómo insertar la expansión de la frontera hidrocarburífera [que plantea el gobierno] en la transformación integral del sector energético”, señala Catalina Gonda, co-coordinadora del área de Política Climática de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Desde su posición, la secretaria Nicolini explica los motivos: “Soy la primera que firmaría producir energía solo con renovables, pero no podemos abrir 30 o 40 parques eólicos o importar miles de placas solares de la noche a la mañana. La transición energética necesita financiarse y el gas es un combustible fósil que a largo plazo no soluciona el problema pero, debido al papel que está teniendo en el mundo a corto y mediano plazo, es una herramienta funcional a esa transición”.
La funcionaria del ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible va más lejos: “Hoy Argentina importa gas y el que tenemos en el yacimiento de Vaca Muerta nos permitirá dejar de comprar y tener un saldo exportable. Queremos usar esos dólares para financiar las renovables y desarrollar el hidrógeno verde”.
La realidad indica que Argentina ha hecho muy poco para implementar planes de mitigación desde la firma del Acuerdo de París hasta la fecha. La matriz energética sigue dependiendo en más de un 80 % de los combustibles fósiles y el uso de la energía mantiene altos niveles de ineficiencia. Las dificultades políticas en un año electoral solo suman un obstáculo más.
“2023 tendría que ser el año en el que el sector político tome el cambio climático y la conservación de la biodiversidad como banderas centrales para atraer a los votantes que estén realmente preocupados y comprometidos con la naturaleza”, comenta Jaramillo, mientras que Nicolini aspira a activar todas las líneas estratégicas del Plan: “Me gustaría conseguir unos porcentajes de generación eléctrica a través de energías renovables cada vez más altos y reducir la emisión de GEI por causa de la deforestación, que es uno de los principales déficits que tenemos. Y que en diciembre [de 2023] podamos ver claramente que una política climática robusta tiene un impacto ambiental, económico, social y en términos de empleo. Sería la manera de comprobar que el desarrollo de un país es completamente compatible con la sostenibilidad”.

2. Aprobar varias leyes que son imprescindibles
El 2022 fue el décimo año que transcurrió sin que se llegara a sancionar la Ley de Humedales, tal vez la más emblemática de las normas ambientales que una y otra vez ve frustrada su sanción en el Congreso. En este caso, y luego de muchas discusiones y postergaciones, dos proyectos fueron aprobados por las comisiones de la Cámara de Diputados encargadas de estudiar el tema, pero las divergencias entre oficialismo y oposición impidieron que fueran tratados en el recinto y todo quedó postergado para el periodo de sesiones que comenzará el próximo 1 de marzo. Las perspectivas, en todo caso, no resultan halagüeñas.
“Lo ideal hubiera sido tener la aprobación en Diputados y que en 2023 la discusión ya estuviera en el Senado. El año electoral acortará los tiempos y pondrá la mayor atención en la campaña”, se lamenta Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de FARN. Casi sin excepción, la ley encuentra teóricos apoyos a uno y otro lado del arco político, pero al mismo tiempo genera resistencias insalvables. Los intereses mineros, agropecuarios, forestales e inmobiliarios influyen y logran poner obstáculos que atraviesan las cuestiones ideológicas. “Me pregunto por qué les resulta tan inconveniente aprobar la ley cuando muchos puntos de los que se plantean deberían estar cumpliéndose a partir de las normas que tienen las provincias”, se cuestiona Enrique Derlindati, doctor en biología, docente e investigador en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Salta.
El sistema federal que rige en la Argentina, que brinda a los 24 distritos provinciales amplias competencias en el uso y regulación de sus bienes y recursos naturales, se encuentra detrás de estas dificultades. Las disposiciones que surgen del Parlamento nacional o del Poder Ejecutivo brindan un marco jurídico general pero son implementadas, ejecutadas y controladas en cada distrito, y allí los objetivos y niveles de cumplimiento tienden a diluirse en función de necesidades, acuerdos o grises entramados locales.
“Cuando la potestad queda solo en manos de las provincias un gobernador puede decidir sustraer varios miles de hectáreas de un área protegida para transformarla en otra cosa”, aclara Derlindati. “El gobierno nacional hace sobreabuso de los artículos de la Constitución que otorgan a las provincias la explotación de los recursos que se encuentran dentro de sus límites”, explica Manuel Jaramillo, refiriéndose a la muy escasa o nula intervención del Poder Ejecutivo respecto a las decisiones que toman las autoridades de los diferentes distritos, incluso cuando estas incumplen parcial o totalmente las leyes del Congreso Nacional.
Los sectores ambientalistas y el propio gobierno nacional impulsan que una Ley de Evaluación de Impacto Ambiental también vea la luz en 2023. “Necesitamos una norma de este tipo para que todos los procesos de ejecución de un proyecto industrial sean transparentes y rigurosos”, manifiesta Nicolini. Y es que lo ocurrido en la represa Presidente Néstor Kirchner, una de las dos que se están construyendo sobre el río Santa Cruz en el extremo sur del país, así lo demuestra.
Los trabajos, que comenzaron en 2017, sufrieron varias interrupciones por procesos judiciales y falta de financiamiento, y continuaron avanzando con tareas menores pese a las denuncias de inconsistencia del informe de impacto ambiental presentado por la sociedad chino-argentina encargada de las obras. Un informe posterior del Instituto Nacional de Previsión Sísmica manifestó sus inseguridades respecto al lugar de emplazamiento de la represa, cercano a una falla geológica que atraviesa el río, y la aparición de una grieta de 20 metros en un muro de hormigón obligará a cambiar la ubicación. Teniendo en cuenta esta modificación, la coalición de ONG Río Santa Cruz Libre, demandante en la principal causa legal contra el proyecto, solicitó un pedido de reajuste del estudio de impacto ambiental. Hasta la fecha no obtuvo respuesta.
El caso anterior es solo una muestra de la urgencia de sancionar —y después implementar y hacer cumplir— las leyes ambientales que permitan controlar con mayor eficiencia los recursos naturales del país.

3. Mayor participación ciudadana en la toma de decisiones
En enero de 2021 se realizó en la ciudad de Buenos Aires la audiencia pública destinada a debatir el proyecto de edificación de dos nuevos barrios de torres residenciales junto al Río de la Plata. Este tipo de convocatorias, en la que puede participar libremente cualquier ciudadano, están contempladas en la Ley General del Ambiente aprobada en 2002. En teoría deben ser realizadas antes de que se autorice cualquier actividad que pueda dañar el medio ambiente. Sin embargo, no siempre ocurre así, y además, no son vinculantes. En esa ocasión participaron 2057 personas, de las cuales el 97 % se manifestó en contra. A pesar de esto, en diciembre de ese año, la Legislatura porteña aprobó los nuevos barrios.
Casi simultáneamente, en julio, tuvo lugar una primera audiencia pública para debatir el proyecto de prospección de pozos de gas y petróleo en un área del mar argentino situada a unos 300 kilómetros de distancia de Mar del Plata, el principal centro de vacaciones del país. Hubo 373 intervenciones de las cuales 345 se mostraron contrarias al proyecto y solo 12 a favor. Seis meses más tarde, el gobierno nacional, de signo político contrario al que dirige los destinos en la capital del país, autorizaba las prospecciones. La coincidencia en desoír la voz popular es toda una muestra de que la grieta ideológica que divide el país se difumina cuando se trata de tomar decisiones que afectan el medio ambiente.
Casos semejantes se reproducen a lo largo y ancho del país, fundamentalmente en relación a proyectos mineros, del agronegocio o inmobiliarios. Y se agravan en ámbitos rurales, donde los afectados son menos o pertenecen a comunidades indígenas. “Los gobiernos ni siquiera nos llaman cuando deben decidir la entrada de alguna empresa a nuestros territorios, llevan a cabo lo que quieren hacer sin ninguna consulta previa”, confirma Evis Millán, integrante de la comunidad mapuche-tehuelche Pillan Mahuiza y activista del Movimiento de Mujeres y Diversidades Indígenas del Buen Vivir.
Las convocatorias para las audiencias suelen ser irregulares, ya sea porque se anuncian tarde, se realizan en lugares de difícil acceso para los pobladores, los interesados acuden sin haber recibido antes la información necesaria para conocer el asunto que se debate, o porque las audiencias no se traducen a las lenguas de los pueblos originarios en los casos donde están implicados.
El fondo de la cuestión se resume en dos palabras: “licencia social”, es decir, el aval de la mayoría de la sociedad para que una obra se lleve a cabo. “La destrucción del bosque chaqueño, por ejemplo, no la tiene. Los habitantes del monte, ya sean de pueblos originarios o campesinos criollos no son los que deforestan”, afirma Micaela Camino, bióloga, integrante de la plataforma Somos Monte y ganadora del Premio Whitley 2022.
Incrementar y mejorar la calidad de la participación ciudadana para fortalecer esa licencia social en cuestiones ambientales es otro de los desafíos del año. También en este punto existe una propuesta de ley para que en todo el país se unifique la forma de actuar en cuestiones concretas relacionadas con la utilización de recursos naturales. Fue presentada por el diputado oficialista Hernán Pérez Araujo en 2021 y el punto más conflictivo para los intereses del poder económico y político es la posibilidad de que los resultados que se produzcan pasen a ser vinculantes. “No se le da a la participación ciudadana el lugar central que debería tener a la hora de desarrollar cualquier proyecto extractivista”, explicó el legislador al presentar su propuesta. Hasta el momento, la idea fue archivada y nunca avanzó un solo centímetro.

4. Frenar la deforestación y apagar los incendios
“En la actualización del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN) no hemos planteado desmonte cero, pero sí un ordenamiento que de manera progresiva va en favor del ambiente”, dice Marta Soneira, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la provincia del Chaco. Lo que ocurre con los bosques en ese distrito es posiblemente el mejor ejemplo de las tensiones que convierten a la deforestación en uno de los grandes dramas ambientales del país.
Solo en la región del Chaco argentino, que comprende cuatro provincias (Salta, Formosa, Santiago del Estero y Chaco), se perdieron 80 938 hectáreas en 2019, 114 716 en 2020 y 110 180 en 2021. El 54 % de ellas de forma ilegal según los datos oficiales. En 2022 Soneira acepta la pérdida de otras 26 000 hectáreas en su distrito —la organización Greenpeace amplía ese número hasta las 47 000—, incluso pese a que una medida judicial prohíbe, desde octubre de 2020, los cambios de uso de suelo que impliquen reducir la masa boscosa.
Pendiente desde 2013, la actualización del OTBN chaqueño es centro de una discusión que lleva más de dos años y  ha ido en aumento de manera progresiva. Científicos, ONG y diferentes expresiones de la sociedad civil manifiestan su inconformidad con las propuestas oficiales, a las que califican de “regresivas”, ya que “blanquea los desmontes ilegales producidos sin sancionar económicamente a los propietarios ni obligarlos a restaurar esas áreas”, sostiene Matías Mastrángelo, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Desde el mundo empresarial, por el contrario, entienden que la última proposición de diciembre de 2022, mencionada por Soneira, es una marcha atrás que afectaría la producción y la economía: “Frena el desarrollo productivo y tendría consecuencias negativas para la provincia”, afirma un comunicado de la Federación Chaqueña de Asociaciones Rurales.
En el resto del país son los incendios forestales los que concentran la atención pues, en los últimos años, han sido los promotores de pérdidas de zonas de bosques, pastizales y humedales, además de plantaciones de la industria forestal. “El 2022 ha sido un año muy crítico en esa materia”, admite Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente de la Nación.
Según los datos oficiales, incompletos aún para el 2022, las llamas consumieron 490 000 hectáreas en 2019; 1 167 985 en 2020; 326 000 en 2021; y hasta agosto de 2022 habían ardido otras 375 000, aunque otras mediciones de ONG ambientalistas, pero también de una entidad estatal como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, hablan de 800 000 solo en los incendios ocurridos en febrero en la provincia de Corrientes.
La lucha contra la deforestación y los incendios, en la que conviven las quemas voluntarias para provocar el rebrote de pastos tiernos para el ganado (por ejemplo, en las islas el Delta del río Paraná, una de las zonas más afectadas), la negligencia y los efectos de tres años continuos de sequía se encuentra, nuevamente, entre los grandes retos de Argentina para 2023.

5. Un rumbo claro para la Hidrovía
El río Paraná y su afluente del norte, el Paraguay, constituyen la ruta central de salida de los buques que transportan los granos y las carnes que conforman el 60 % de las exportaciones argentinas. Sin embargo, la gestión presente y futura de la denominada Hidrovía se encuentra en estado provisional desde el 2020. Ese año caducó el contrato con la empresa que se ocupaba de las tareas de mantenimiento —dragado, balizamiento y señalización—, y del cobro de peajes a los más de 4500 buques que recorren el río.
Después de algunas idas y vueltas, el gobierno creó el Ente Nacional de Control y Gestión de la Hidrovía y le entregó a la Administración Nacional de Puertos la gestión de las tareas más técnicas. Lo que se espera para 2023 es que el Estado presente los pliegos de una segunda y definitiva licitación internacional (la primera quedó sin efecto) para resolver la situación. De las condiciones que se planteen dependerá en buena medida el futuro ambiental de un sitio especialmente sensible. En el contexto del cambio climático, el Paraná sufrió en 2021 la segunda bajante más severa de la historia y en las orillas e islas de los tramos medio e inferior del cauce se mantiene un alto nivel de estrés hídrico que alimenta los constantes y voraces incendios que se presentan en la zona.
“Habría que adecuar las vías navegables para optimizar la carga potencial transportada de los buques modernos de mayores dimensiones y calado”, proponía en su momento Daniel Nasini, expresidente de la Bolsa de Comercio de Rosario. “Necesitamos más profundidad y zonas de cruce”, afirman los actuales directivos del ente que reúne a las grandes industrias cerealeras nacionales y multinacionales que operan en las más de 80 terminales portuarias distribuidas a lo largo del río. El propósito: permitir la entrada de buques cuya capacidad de carga sea de hasta 70 mil toneladas en lugar de las actuales 48 mil. Sin embargo, este objetivo encuentra resistencias entre los defensores socioambientales.
“Cada sector busca su beneficio. Los armadores quieren reactivar la marina mercante y los astilleros; los patrones y capitanes de barcos pretenden una traza de doble vía para mejorar la seguridad… Nadie hace un balance ni incluye a los grupos sociales más desprotegidos; tampoco se preocupan por las cuestiones ambientales, que es donde recaen los mayores impactos”, opina Nadia Boscarol, coordinadora de Política del programa Corredor Azul en la Fundación Humedales.
La contaminación que dejan los residuos que arrojan los barcos, el polvillo que desprenden los cereales durante el proceso de carga en los puertos, los desagües cloacales sin tratamiento previo de ciudades y pueblos al río y los efectos que el dragado permanente produce sobre los micoorganismos que habitan en el fondo de las aguas son solo algunos de los inconvenientes que se han ido creando en las orillas y en el lecho del río durante lo últimos 25 años, cuando comenzó su transformación en Hidrovía. Seis provincias tienen acceso directo al complejo Paraná-Paraguay y su participación en las discusiones le añaden complejidad a lo que vaya a determinarse.
Como en el resto de los temas, la política tendrá la última palabra. “Todo es un rompecabezas muy complejo que necesita de muchísimo trabajo, consenso y también de dejar el cinismo de lado”, resume Cecilia Nicolini. En un año electoral la tarea se antoja doblemente difícil.
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Sequía y una impactante imagen satelital

 


Impresionante imagen satelital de la sequía

Fecha de Publicación
: 13/01/2023
Fuente: Diario Norte
Provincia/Región: Nacional


Informe del programa Copernicus de la Unión Europea, habla de la foto como "preocupante sequía en Sudamérica". La comparación entre el mapa de 2022 y el de 2023, muestra cómo desaparece el verde y predomina el suelo seco.
"Ya estamos sufriendo las consecuencias devastadoras del calentamiento de nuestro planeta" , comentó Samantha Burgess, jefa adjunta del C3S. Esos datos "demuestran claramente que, para evitar las peores consecuencias, la sociedad deberá a la vez reducir urgentemente las emisiones de dióxido de carbono y adaptarse rápidamente a la evolución del clima", añadió.
Según un informe del programa Copernicus (C3S) de la Unión Europea contra el cambio climático, durante el periodo 2015-2022, cada año registró como mínimo un aumento de su temperatura media de más de un grado centígrado respecto a la media preindustrial.
Al respecto, esta mañana, Copernicus, dio a conocer una tremenda imagen satelital, que muestra, lo que los especialistas del programa de la UE, califican como "preocupante sequía en Sudamérica".
La imagen refleja una comparación de la cuenca del río Paraná en enero de 2022 y enero de 2023, según la visión del satélite Centinela3.
La foto da a conocer cómo desaparece el verde y predomina el marrón del suelo seco. Además, se aprecia cómo disminuye el espacio que ocupan los ríos de la región.

Golpe a la producción
"La agricultura está muy afectada en la región y la cosecha, podría caer un 50 por ciento en Argentina durante 2023"  , afirma Copernicus sobre los efectos de la sequía.
"En las imágenes, observamos cómo la sequía continuó impactando en el sur del Litoral, norte de Buenos Aires y también Uruguay", indicó el Servicio Meteorológico Nacional al referirse a las mencionadas imágenes.
Por otra parte, el SMN, se refirió a las altas temperaturas que afectan al país. "En los últimos días comenzó un evento de temperaturas muy elevadas. Se destaca el norte de Patagonia con valores máximos superiores a 40 °C varios días consecutivos"  , señaló el organismo.
"Se destaca el centro del país y principalmente la Patagonia. Además, esta última región tuvo temperaturas de hasta 3 y 4 °C por encima de la media", explicó el SMN.
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El Río Paraná seguirá bajando

 


No recupera: la altura del Río Paraná seguirá descendiendo en el comienzo del 2023

Fecha de Publicación
: 29/12/2022
Fuente: Impulso Negocios
Provincia/Región: Litoral Argentino


Si bien se registró un repunte durante octubre y noviembre, la entidad pronosticó que el caudal del curso fluvial continuará en descenso en enero de 2023.
El Río Paraná seguirá descendiendo en altura. Así lo informó el Instituto Nacional del Agua (INA), que confirmó que el río bajó considerablemente en varios puertos de la provincia de Entre Ríos durante diciembre.
El INA destacó que, por el momento, los números se mantienen por encima de los niveles registrados en 2020 y 2021, cuando sucedió la bajante más larga de la historia desde 1884, fenómeno que fue calificado como extraordinario por “su magnitud y persistencia”.
El análisis determinó una perspectiva similar hacia el 31 de enero de 2023: sin un final de las aguas bajas ni un retorno definitivo a la normalidad.
Sin embargo, los hechos no quedan ahí. A esto se le suma el fenómeno de La Niña, que atraviesa su tercer año consecutivo en la región y ya fue definida como “la peor de los últimos 60 años”.
Cabe destacar que la bajante histórica tuvo su inicio en marzo del 2020, un año más tarde recuperó una tendencia alcista sin alcanzar su normalidad, pero volvió a caer a fines del 2021, y provocó notorios cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social entrerriana.
Esto afectó la fauna íctica al dejar seco el valle de inundación (donde los peces se refugian, alimentan, reproducen y crecen), produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua.
También, no hay que olvidar los incendios en las islas y los de contaminación del agua, ya que se redujo la capacidad del río de dilución de los afluentes crudos o industriales.
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Como la crisis climática potenció la una ola de calor

 


Por el cambio climático, se multiplicó por 60 la probabilidad de una ola de calor

Fecha de Publicación
: 23/12/2022
Fuente: Telam
Provincia/Región: Nacional


La ola de calor récord que afectó a Argentina y Paraguay a principios de diciembre fue 60 veces más probable debido al cambio climático causado por la actividad humana, indicó un estudio científico internacional sobre clima en el que advirtieron que los "eventos mortales que eran extremadamente improbables hace unas décadas ahora se están volviendo posibles".
El equipo de World Weather Attribution analizó cómo grandes regiones del norte de Argentina y los países limítrofes experimentaron temperaturas inusualmente altas a principios de diciembre, donde 24 lugares superaron los 40 grados, cuatro de ellos por encima de los 45 grados.
Durante esta ola de calor, nueve localidades en el norte de Argentina registraron su temperatura máxima más alta desde diciembre de 1961.
"Hemos detectado la ocurrencia de estos eventos extremos como consecuencia de emisiones de gases de efecto invernadero y cambios de uso de suelo debido a la actividad humana", explicó Paola Andrea Arias Gómez, profesora titular de la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, y alertó que "estas olas de calor han generado afectaciones a la salud".
"Las olas de calor no son solo son asesinas silenciosas, causando un gran número de muertes que a menudo no cuentan, sino que también pueden tener enormes impactos económicos, ya que reducen la productividad y destruyen los cultivos"
De esta manera, el cambio climático causado por la actividad humana hizo que la ola de calor récord en el norte de Argentina y Paraguay a principios de diciembre fuera unas 60 veces más probable, según este análisis de este equipo internacional de científicos del clima.
La zona también está experimentando una sequía prolongada que comenzó en 2019, lo que produjo grandes impactos en la agricultura ya que se espera que las cosechas sean las peores en siete años.
Estas pérdidas en los cultivos se ven reflejadas en Argentina, que es el mayor exportador de trigo de América del Sur y un actor importante en el mercado mundial, lo que podría significar nuevos aumentos en los precios mundiales de los alimentos.
"Hay una creciente preocupación en Argentina y América del Sur por las olas de calor, que se han vuelto más frecuentes y graves en las últimas décadas. Estos acontecimientos recientes son un claro ejemplo de esto. Y a menos que se reduzcan las emisiones de carbono, el cambio climático seguirá favoreciendo la aparición de temperaturas récord a finales de primavera y principios del verano, en una época del año en la que la gente no está preparada para lidiar con el calor extremo", aseguró Juan Rivera, científico del Instituto Argentino de Investigación de la Nieve, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla).
Los científicos explicaron que este es el primer estudio que el grupo realizó sobre un evento climático extremo en cualquiera de los dos países
El análisis se centró en la temperatura máxima diaria para el período más caluroso de una semana, del 4 al 10 de diciembre de 2022 y descubrió que la frecuencia y magnitud de esos eventos aumentó debido al cambio climático causado por el hombre.
 "Lo que nuestro análisis muestra es que los eventos mortales que eran extremadamente improbables hace unas décadas ahora se están volviendo posibles. Y que a menos que reduzcamos las emisiones de gases de efecto invernadero, serán cada vez más frecuentes", dijo Friederike Otto, profesor titular de Ciencias del Clima en el Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente, Imperial College de Londres.
Roop Singh, asesor de riesgos climáticos del Centro Climático de la Cruz Roja de la Media Luna Roja, afirmó que "las olas de calor no son solo son asesinas silenciosas, causando un gran número de muertes que a menudo no cuentan, sino que también pueden tener enormes impactos económicos, ya que reducen la productividad y destruyen los cultivos. Este último es particularmente importante en países como Argentina, que dependen en gran medida de las exportaciones agrícolas".
El estudio fue realizado por 18 investigadores como parte del grupo World Weather Attribution, incluidos científicos de universidades y agencias meteorológicas de Argentina, Colombia, Dinamarca, Francia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Suiza, el Reino Unido y Estados Unidos.
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La sequía se profundiza

 


Se agrava la crisis por la sequía | Con el 60% del país afectado, solamente Misiones junto a otras cuatro provincias se encuentra con buena condición hídrica

Fecha de Publicación
: 19/11/2022
Fuente: Misiones On Line
Provincia/Región: Nacional


La totalidad del territorio de Entre Ríos y Santa Fe está alcanzado por la falta de precipitaciones, mientras que solamente un 5% de la superficie bonaerense no sufre déficit hídrico. Son datos del Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica
Se agrava la problemática de la sequía y afecta a gran parte del territorio nacional. A medida que pasan los días los datos que se conocen de la situación son más preocupantes. Según el Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica (SISSA), una organización internacional que monitorea los eventos climáticos, actualmente más de la mitad de la Argentina se encuentra bajo una condición de déficit hídrico, que va desde un panorama de sequía “extrema y excepcional” hasta estados “anormalmente secos”.
Así, el relevamiento del SISSA al 5 de noviembre, en el cual se tiene en cuenta la situación del último trimestre, indica que el 59,87% de la superficie nacional se encuentra atravesando una sequía que varía en su intensidad, mientras que el 40,13% presenta una condición “no seca”. En términos de área afectada esto significa que hay una extensión de 1.499.780 kilómetros cuadrados con déficit hídrico.
Si se realiza un desagregado de esos datos, el 10,13% (253.688 km2) atraviesa una “sequía excepcional”; el 14,28% (357.624 km2) una “sequía extrema”; el 11,36% (284.617 km2) una “sequía severa”; el 12,55% (314.367 km2) una “sequía moderada”; y el 11,56% (289.484 km2) una situación “anormalmente seca”, mientras que el 40,13% (1.005.377 km2) no se encuentra alcanzado por una situación de déficit
Para tener en cuenta la gravedad de la situación es necesario realizar un recorrido pormenorizado sobre las principales provincias agrícolas del país, como lo son Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. El territorio bonaerense atraviesa una situación sumamente grave, ya que el 75,15% de su superficie atraviesa una situación de sequía entre excepcional a extrema, mientras que un 8,98% presenta una condición de déficit hídrico severo, un 5,37% moderado y 5% anormalmente seco. Así, solo en el 5,50% de la provincia, equivalente a unas 16.751 km2, se presenta una situación sin falta de humedad.
El panorama es aún más grave en Santa Fe y Entre Ríos, ya que, según el SISSA, no cuentan con superficie que hoy no esté bajo condición de sequía. En el primer caso, el 18,87% del área atraviesa una sequía excepcional, mientras que el 37,14% refleja una situación de sequía extrema, el 36,91% severa y el 7,07% moderada. En el caso de Entre Ríos, el 36,64% de su territorio está con una sequía excepcional, el 50,5% con una sequía extrema y el 12,86% con condiciones de sequía severa.
Córdoba, de estas cuatro provincias, es hoy la que mejores condiciones presenta. Al 5 de noviembre, el 5,75% de su territorio se encontraba atravesando una sequía extrema; el 16,29%, una sequía severa; el 33,46%, una sequía moderada; y el 27,25%, una situación anormalmente seca, mientras que 17,26% se encontraba bajo un panorama normal o no seco.

El norte, cordillera y sur
Las provincias del norte también enfrentan un escenario difícil. Por ejemplo, en Corrientes el 89,20% se encuentra atravesando una situación de sequía entre excepcional y extrema. En Chaco, ocurre lo mismo en el 86,14% de la totalidad de su superficie, mientras que en Formosa los dos grados más graves de la falta de agua citados suman 45,5%, a la vez que la condición severa se eleva hasta el 40,79%.
En Salta, Jujuy, Tucumán, Misiones y Santiago del Estero la situación mejora. A modo de ejemplo, en la última provincia solo un 2,91% de su área reviste una situación de sequía extrema, mientras que en Misiones, el 53,14% de su área se encuentra bajo una buena condición hídrica.
En la zona cordillerana, Mendoza es la provincia que más gravedad reviste, con el 50,15% de su territorio atravesando una situación de sequía, mientras que entre los distritos patagónicos, Neuquén presenta la peor condición con el 35% de su área con algún grado de faltante de humedad.

Mediciones locales
Por su parte, la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, integrada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, sumado a organismos oficiales, calcularon que existen unas 140 millones de hectáreas en sequía, de las cuales más de 7 millones se encuentran en categoría “severa” con 3 provincias como las más afectadas: Buenos Aires (44 partidos), Santa Fe (4) y Entre Ríos (5).
En las perspectivas climáticas para la mencionada zona, el trabajo señaló que para después del 25 de octubre en el área afectada por sequía severa, “se esperan para las próximas dos semanas lluvias por debajo de lo normal. En la próxima semana se esperan acumulados en torno a los 10 mm, lo cual no cubre los valores normales”.
Además, el informe reflejó que hasta el momento los índices de humedad del suelo muestran condiciones de sequía extrema en el norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe, y a lo que se sumó que durante septiembre y hasta mediados del mes pasado, “se acentuó la falta de lluvias en el centro-este del país agravando los impactos de la sequía, especialmente en la zona núcleo. Cabe destacar que el déficit acumulado de precipitación en la zona núcleo entre 2020 y 2022 es más bajo que el registrado entre 2007 y 2009, una de las mas intensas sequías que haya afectado a la región”.
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Argentina bajo sequía por tercer año consecutivo

 


La sequía afecta a 140 millones de hectáreas de la Argentina

Fecha de Publicación: 11/11/2022
Fuente: TV Pública
Provincia/Región: Nacional


Lo estableció una mesa nacional de monitoreo del fenómeno. Hay más de 7 millones bajo afectación severas y se encuentran concentradas en la denominada zona núcleo agrícola.
La Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías identificó en su última informe la presencia de 140 millones de hectáreas afectadas por sequías en la Argentina, de las cuales más de 7 millones, catalogadas bajo la categoría de “afectación severa”, se encuentran concentradas en la denominada zona núcleo agrícola.
En esta última categoría, fueron identificadas tres provincias afectadas, de acuerdo con el último informe de la Mesa Nacional de Monitoreo: Buenos Aires (44 partidos), Santa Fe (4) y Entre Ríos (5).
Respecto de las precipitaciones, en septiembre y octubre pasado “se acentuó la falta de lluvias en el centro-este del país agravando los impactos de la sequía, especialmente en la Zona Núcleo”.
La denominada Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías está integrada por especialistas de la Red de Organismos Científico Técnicos para la Gestión del Riesgo de Desastres.
Los informes reflejan los niveles de alerta fijados de acuerdo con la combinación para cada región del país de diferentes indicadores y umbrales preestablecidos, todo esto en el marco de un “Protocolo Interinstitucional de Gestión de Información frente a la amenaza de Sequías Meteorológicas y Agrícolas en el territorio argentino”.
En ese marco, en el último informe, que recopila información hasta octubre pasado, el análisis destacó que “el déficit acumulado de precipitación en la zona núcleo entre 2020 y 2022 es más bajo que el registrado entre 2007 y 2009, una de las más intensas sequías que haya afectado a la región”.
Además, de acuerdo con informe, los índices de humedad del suelo muestran condiciones de sequía extrema en el norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe.
A su vez, desde la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías explicaron que “la condición actual de los cultivos, tanto extensivos como intensivos, en el norte de Buenos Aires se encuentra afectada, de manera tal que se esperan rendimientos muy por debajo del promedio histórico, e incluso pérdidas totales y reducción del área sembrada”.
En esa línea, adelantaron que resulta probable “que el trigo que se sembró en el área con sequía severa actual tenga rindes muy bajos o no se coseche y que el maíz llegue al inicio de su periodo crítico a sequía con reservas escasas o deficitarias”.
“Se reporta también afectación en la actividad ganadera; es esperable que en muchos casos no se pueda sembrar y esta superficie pase eventualmente a soja o maíz tardío”, concluyeron.
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El SMN presentó 'El Clima en Argentina 2022'

 


Cambio climático en Argentina: 24 ciudades batieron récord histórico de temperaturas extremas en 2022

Fecha de Publicación
: 09/11/2022
Fuente: Tiempo Argentino
Provincia/Región: Nacional


El Servicio Meteorológico Nacional presentó su informe en la COP27, que se desarrolla en Egipto. Habla de la "ola de calor extrema y sin precedentes" que ocurrió el último verano. Sequía y Antártida, otros dos factores de preocupación.
Lectora, lector, sepa que el cambio climático existe. Y llegó para quedarse. Si alguien tenía alguna duda, basta con ver el informe que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) presentó este lunes en la COP27, la Conferencia de las Naciones Unidas que apunta a combatir la crisis ambiental, hasta ahora con más promesas que resultados. Calor, sequías y un mayor calentamiento en la Antártida, muestran signos de que nuestro país no está ajeno a los efectos climáticos globales. Un dato lo grafica: 24 localidades batieron récord histórico de temperaturas extremas en 2022.
El reporte evalúa las condiciones climáticas que afectaron a la Argentina desde el 1 de enero al 30 de septiembre de este año, tomando las mediciones oficiales que el SMN realiza desde hace 150 años en todo el país. «La serie histórica de estas mediciones permite dar cuenta de las manifestaciones del cambio climático en nuestro país y dar sustento a las políticas nacionales de adaptación, respuesta y mitigación frente a los fenómenos asociados al cambio climático», destacó el organismo.
Lo primero es un signo del cambio climático: los efectos extremos. Veranos más calientes, inviernos con momentos más fríos de «lo normal». De hecho el 2022 ocupa el puesto 21 entre los más fríos de Argentina desde 1961. «La temperatura media del país fue levemente inferior a lo normal con respecto al período climatológico de referencia. Desde 2007 que no se observaba un período enero-septiembre con anomalías negativas», expresaron.
Pero en este mismo 2022 que tuvo un promedio de temperatura más frío del que venía aconteciendo, está uno de los veranos más calurosos de la historia. «Ola de calor extrema y sin precedentes», así lo define el SMN. En el verano 2021/2022 ocurrieron las tres primeras olas de calor de la temporada, con un evento sin precedentes que afectó a gran parte del país entre el 6 y el 26 de enero. Fue una de las olas de calor más extremas debido a su extensión (se dio en el 72% del territorio nacional), y por su duración (hasta 14 días): «24 localidades batieron récords históricos de temperaturas extremas», expusieron.
Eso se vivió no solo en el territorio continental. También hubo temperaturas más altas en la Antártida, lo cual es igual o más preocupante porque es un termómetro con efectos inimaginables hacia el resto de la región. La temperatura media en lo que va del 2022 fue superior a lo normal en las 6 estaciones antárticas. Durante el verano, las estaciones Belgrano II y Carlini alcanzaron sus máximos absolutos.
Después del verano llegaron un otoño y un invierno con condiciones más frías que lo habitual. Hubo eventos de olas de frío intensas entre mayo y julio que afectaron parte del centro y el sur del país. El segundo episodio fue el más extenso e impactó a gran parte de la Patagonia, centro y sur de Buenos Aires y sur de Córdoba. «El último, que fue más localizado sobre el sur patagónico, resultó ser de los más intensos y prolongados para la ciudad de El Calafate», explicaron.
A su vez, al menos hasta septiembre, el 2022 se posicionaba en el puesto 18 de los años más secos desde 1961. La situación empeoró, y la sequía ya afecta a siete millones de hectáreas productivas, lo que obligó al gobierno a pensar compensaciones económicas. Fue el segundo junio más seco desde 1961: «11 localidades del centro del país tuvieron récords de precipitación acumulada mínima». Entre enero y febrero prevalecieron condiciones de sequía extrema en el norte del Litoral. Y desde mayo se experimenta una sequía moderada a severa en el centro del país.
El informe destaca otros puntos. El 2022 comenzó con una fase fría del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur o La Niña, establecida a finales del 2021 y que se mantiene activa hasta la actualidad, lo que lo convierte en el tercer episodio consecutivo. «Esto ocurrió solo en dos ocasiones desde 1950». El SMN agrega que La Niña y la fase negativa del Dipolo del Océano Índico, iniciada a mediados de junio, pudieron haber favorecido las lluvias deficitarias observadas en el noreste argentino, agravando las condiciones secas en el área ya afectada por la sequía.
Otro punto crucial del cambio climático es la emisión de gases y el efecto invernadero. Algo que de tan nombrado parece abstracto, pero no lo es. Existe y tiene sus consecuencias concretas. Los registros de dióxido de carbono y metano muestran un incremento constante en el transcurso de los años. «Siguiendo la tendencia mundial, ambos gases aumentaron su concentración a lo largo del 2022, si bien los valores medidos por el SMN fueron menores a las concentraciones medias globales registradas por la Oficina Nacional de la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés)». Las mediciones de radiación ultravioleta resultaron muy cercanas al promedio histórico en Buenos Aires y Ushuaia, y levemente superiores en Mendoza e inferiores en Marambio.
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San Juan en problema con sus diques

 


Los diques de San Juan están en riesgo y te lo explicamos

Fecha de Publicación
: 09/11/2022
Fuente: Diario de Cuyo
Provincia/Región: San Juan


Así lo afirma el doctor Oscar Dölling del Programa Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas, ingeniería Hidráulica y ambiental, de la UNSJ.
A modo de resumen del primer artículo diremos que "una de las normas básicas de seguridad es el no sobrepasar niveles máximos ni vaciar las presas por debajo de sus niveles mínimos. El problema principal de los niveles mínimos en los embalses es el asociado a los sedimentos. El material de arrastre sólido de los ríos generalmente se deposita en la cola de los embalses y si bajamos el nivel de agua en los mismos generamos corrientes de densidad que logran la capacidad de arrastre y sustentación de los sedimentos que pueden llegar hasta las obras de toma colmatándolas".
Están en riesgo los diques sobre el río San Juan y así lo anticipamos las semana pasada con documento elaborado para Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO por el doctor ingeniero Oscar Dölling, director del Programa Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas, ingeniería Hidráulica y ambiental, de la UNSJ.
Ahora en este último artículo sobre el tema, Dölling nos explica la situación de cada una de las tres presas escalonadas, donde alerta: "Hoy el embalse Los Caracoles está muy por debajo de su cota operativa mínima normal. Hoy está en 1.033 metros sobre el nivel del mar -msnm- aproximadamente, con sólo unos 23 hm3 almacenados".
"Es realmente preocupante, dado que actualmente el embalse Los Caracoles es el que recibe más sedimentos y material de arrastre de los tres embalses del sistema, lo cual vuelve aún más riesgosa la operación del sistema", destaca el estadista del agua.
"Todos los organismos de seguridad de presas internacionales se rigen por las normas de la International Commission On Large Dams -ICOLD-, incluso la Argentina posee una autoridad de aplicación de estas normativas internacionales como es el Organismo Regulador de Seguridad de Presas u Orsep, que imparte a todo el país las normativas y reglamentaciones que se deben de seguir para garantizar la seguridad de las obras", indica.
"No respetar esta normativa es poner en jaque y en riesgo la vida de personas aguas abajo de las presas y la seguridad de la calidad del agua de toda la población de San Juan", según Dölling y desgrana la situación de cada una de ellas "con algunos datos técnicos importantes de nuestros embalses, que pueden resumir en las siguientes tablas".
- Descargador de Fondo Los Caracoles: "El módulo simula el funcionamiento del descargador de fondo del embalse Los Caracoles. Su función principal es controlar caudales para riego y la limpieza de sólidos en el lecho del lago cercano a la presa. El embalse cuenta con dos compuertas planas, el módulo representa el funcionamiento de ambas. Para su correcta utilización se recomienda no tomar valores fuera de los rangos de operación indicados. Se debe ingresar la cota de nivel del embalse al momento de la operación, y el porcentaje de apertura de la compuerta, el resultado será el caudal erogado por el órgano de control", explica el investigador.
-  Descargador de Fondo de Punta Negra: En este caso Dölling afirma: "El módulo simula el funcionamiento del descargador de fondo del embalse Punta Negra. Su función principal es controlar caudales para riego y la limpieza de sólidos en el lecho del lago cercano a la presa. El módulo representa el funcionamiento del descargador. Para su correcta utilización se recomienda no tomar valores fuera de los rangos de operación indicados. Se debe ingresar la cota de nivel del embalse al momento de la operación, y el porcentaje de apertura de la compuerta, el resultado será el caudal erogado por el órgano de control".
-  Descargador de Fondo Quebrada de Ullum: Finalmente define la situación más cercana al oasis del Tulum: "El módulo simula el funcionamiento de la compuerta sector del descargador de fondo del embalse Quebrada de Ullum. Su función principal es la limpieza de sólidos en el lecho del lago cercano a la presa. Para su correcta utilización se recomienda no tomar valores fuera de los rangos de operación indicados. Se debe ingresar la cota de nivel del embalse al momento de la operación, y la apertura de la compuerta en metros, el resultado será el caudal erogado por el órgano de control".
- Cabe reflexionar finalmente que la naturaleza y la infraestructura pensada y ejecutada por Dios desde la eternidad y por miles de generaciones en nuestro sistema solar nos han sido prestadas a nuestra generación para entregarla mejor de la que las recibimos a la próxima tal como lo afirma el papa Francisco en Laudato Si. Me pregunto: ¿eso estamos haciendo todos?
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Fauna iciticola se recupera en el Paraná, pero hay alertas

 


Constatan desove de peces en el Paraná, pero no garantizan reproducción efectiva

Fecha de Publicación
: 02/11/2022
Fuente: El Once
Provincia/Región: Corrientes


“Si el río vuelve a descender, las zonas con alevinos se van a secar y va a morir todo. Por ahora, es un estado alentador porque se produjo el desove, pero no podemos garantizar que deje descendencia viva en el río”, afirma un especialist
Juan Pablo Roux, director del Instituto de Ictiología del Nordeste (INICNE), se refirió a la situación que atraviesa la fauna del río Paraná, las posibilidades de una reproducción efectiva y los controles a la pesca deportiva y comercial.
Recientemente, el directivo participó -en representación del sector científico- en la denominada Mesa Pesquera, que reúne a miembros del Gobierno de Corrientes, hoteleros y la Asociación de Pescadores Deportivos, en la que se conversó de la reglamentación de veda que se está armando desde la Dirección de Recursos Naturales.
“Hay dos miradas muy diferentes de los controles y se trata de converger entre ambas para mejorar el uso del recurso. Desde la Dirección de Recursos Naturales aseguran que los controles en agua y tierra se hacen, pero son pocos para las situaciones complicadas que se presentan en determinadas épocas y eso genera conflicto”, comentó Roux planteando la problemática.

Controles de pesca
En la reunión se habló de un protocolo para protección de cardúmenes y control en períodos de bajante, los trabajos con la Provincia del Chaco y el manejo de la pesca comercial en los 90 kilómetros habilitados, que incluyen el tramo desde Paso de la Patria hasta la desembocadura del arroyo Ambrosio, cerca de Bella Vista (Corrientes).
Roux comentó también que “desde el INICNE propusimos articular trabajos para lograr una comercialización interna entre las zonas de pesca deportiva y comercial, particularmente para los turistas que deseen comer pescado”. A su vez, reveló que no hubo representantes del sector comercial en las reuniones y opinó que habría que hacer un control más efectivo en la zona de pesca con mallón.

La situación del río y la reproducción
En las últimas semanas, el río Paraná experimentó un fuerte repunte producto de las lluvias en Brasil. “En estos últimos 15 días la creciente estimuló el desove de los peces en estado de maduración. En el INICNE pudimos constatar un desove, hemos extraído huevos y los incubamos en el laboratorio y tuvimos descendencia de sábalos. Esto no garantiza que el ciclo reproductivo sea efectivo, porque toda esa descendencia de larvas y alevinos tiene que ingresar al valle aluvial para su desarrollo”, dijo a Radio UNNE y agregó que “todavía no hay una conexión concreta y si el río vuelve a un cauce de 2 metros esas zonas con alevinos se van a secar y va a morir todo lo que esté allí. Por ahora, es un estado alentador porque se produjo el desove, pero no podemos garantizar que deje descendencia viva en el río”, explicó Roux.
“Cuando el pez está maduro y se dan las condiciones se reproduce sin importar cualquier otra situación que puede estar generando el hombre. No se trata de hacer una veda en el momento en que los peces se están reproduciendo, tenemos que tener períodos para quitar la presión de pesca cuando los peces están vulnerables, eso puede ser en cualquier época del año. Por eso existe el sistema de veda extendida”, agregó.
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Profunda crisis hídrica en Mendoza

 


Sequía histórica: Irrigación está entregando menos agua al agro y alerta que habrá que bajar el consumo poblacional porque se profundiza la escasez

Fecha de Publicación
: 05/10/2022
Fuente: Los Andes
Provincia/Región: Mendoza


El Departamento General de Irrigación encendió las alarmas sobre la situación de sequía histórica en los ríos de Mendoza, cuyos embalses están más exigidos con relación al agua que ingresa. Es el caso de Potrerillos ,que está al 60% de su capacidad máxima y con el nivel más bajo desde su puesta en funcionamiento, en 2003.
Las escasas nevadas ya muestran que el pronóstico de caudales será uno de los peores en los últimos años y no habrá mayores sorpresas para el 13 de octubre, cuando se lance oficialmente.
“Por ley la prioridad la tiene el consumo poblacional y vamos a seguir entregando lo mismo. Pero la peor parte se la está llevando el agro, donde ya hay lugares en que están regando menos superficie”, admitió el director de Gestión Hídrica, Rubén Villodas.
Villodas puntualizó que este año se estima que a los usuarios agrícolas del río Mendoza se les está proveyendo de unos 7.000 metros cúbicos por hectárea y por año en la cabecera del Dique Cipolletti y “a las parcelas llega menos. Están teniendo problemas importantes para regar, con varios turnos o abasteciendo a menos hectáreas”.
Mientras la agricultura tiene menos agua para producir, en Mendoza el consumo de población está por encima de los 650 litros por habitante por día, cuando otras sociedades con los mismos problemas de sequía -el caso de Israel- utilizan 300 litros por día y por habitante para beber, higiene personal y limpieza del hogar.
Las pérdidas de agua desde las plantas potabilizadoras a la vivienda es otro de los aspectos a los que Irrigación, en conjunto con Aguas Mendocinas y el resto de las prestadoras, están poniendo el foco para bajar el consumo. En ese sentido, (Aysam) avanza en una licitación para instalar 20.000 medidores de agua en Godoy Cruz ya que sólo el 10% del total de los usuarios paga por lo que gasta.
Este requerimiento se siente fuerte en el río Mendoza que este año registró 780 hectométros cúblicos, de los cuales 250 se han ido en la población, graficó Villodas. Casi una tercera parte. “Más allá de que ha sido el peor año de los últimos 50 se ha estado entregando la mitad del agua que viene el río”, remarcó el especialista.
Todos estos indicadores están dando cuenta de que por acción del cambio climático, la escasez se va a profundizar y el análisis del funcionario de Irrigación es que frente a esta exigencia que tiene el río Mendoza, “el aumento en el consumo va a tener que ser absorbido por un uso más eficiente de agua potable, y mejorar cañerías y micromedición. Si no, será muy difícil el abastecimiento en los próximos años”.
Frente a ese escenario, el responsable de Aysam, Alejandro Gallegos, hizo un fuerte llamado a cuidar el agua potable: “Lo que hoy derrochamos en el mal uso se lo estamos sacando a la producción, es decir a la posibilidad de generar riqueza para la economía, el cambio cultural es urgente”.

Más nevadas pero menores a las de años normales
Anticipando lo que será el pronóstico de caudales, si bien este año hubo más nieve para alimentar los ríos de Mendoza, fue menor a la de años normales en promedio. Este panorama ya se presenta en las distintas cuencas de la provincia:
-Tunuyán: En la cuenca del río Tunuyán nevó menos, la quinta parte con relación a un año normal, es por eso que será crítica la situación por la demanda de agua.
-El Diamante: su estado es más satisfactorio para responder a los requerimientos poblaciones, como del agro.
-Los Embalses Los Reyunos y Agua del Toro también están al 50% de su capacidad -como Potrerillos- el volumen embalsado es mayor al nivel de demanda.
-Atuel: Registra una sequía hidrológica extrema, con sus embalses a la mitad de la capacidad. Fue la segunda peor temporada en los últimos 110 años de los que se está haciendo un estudio.

Plan para aprovechamiento del agua
En este contexto, Mendoza trabaja en un convenio con el gobierno de Israel y la empresa nacional de agua Mekorot para trazar un programa con distintas acciones. Villodas es el responsable de diseñar distintos escenarios posibles de demanda en los próximos años, “de las actuales, de las que pueden aparecer económicamente y en función de eso se hará el balance hídrico para hacer un listado de acciones y de cambios”.
En el abastecimiento poblacional, lo que hoy se está llevando la mayor parte del agua, “es probable que no quede otra solución que terminemos entregando la misma cantidad de recurso que entregamos hoy, pero que en un aumento de densidad lo absorba la eficiencia, porque tiene ineficiencias muy grandes y tiene que mejorar”, pronosticó.
Gallegos reconoció que uno de los motivos por los cuales se consume más agua potable de la necesaria es por la ineficiencia en la red, con la pérdidas de las plantas potabilizadoras a los domicilios. Hay 500 kilómetros en mal estado de los 5.000 del total de la red que abastece al Gran Mendoza. “A partir de 2023 vamos a comenzar a cambiar 60 kilómetros de cañería de agua en mal estado. Mientras que también, otras de las acciones es incorporar la micromedición, proceso que lleva sus años, pero va a generar mejor impacto en la racionalización del consumo”, explicó Gallegos.
Del total de 260.000 usuarios que tiene Aysam, sólo el 10% tiene micromedición y se ampliará a 20.000 nuevos medidores con una licitación que ya fue adjudicada.
Gallegos también comentó que la idea es que las otras empresas prestadoras como Aguas Lujaninas y la Municipalidad de Maipú, “para dar señales claras de que hay que hacer un cambio real para todos”.
El jefe de Gabinete de Luján, Esteban Allasino, sostuvo que la municipalidad como proveedor de agua potable exige para cualquier nueva obra de agua el Kit de micromedición y la tarifa de agua está vinculada al consumo.
Otro de los requisitos es que cualquier nuevo desarrollo que se haga en la zona en tierras agrícolas están obligados a entregar en la puerta el recurso que proveía Irrigación. De esta manera, los jardines se alimentan con agua de riego y no potable. “Hay un descuento en tasas para aquellos vecinos que demuestren que tienen un uso sostenible del agua”, recalcó Alassino.
De cara al verano, en Luján hay una normativa por la cual, las piletas de fibra de cemento se deben llenar con camiones y con el agua de las canillas, que son las de uso domiciliario.
En Maipú, el secretario de Infraestructura y Servicios Públicos, Eduardo Mezzabotta, indicó en diálogo con Los Andes que desde la comuna esperan con mucha expectativa el Plan de Agua que anunciará el Gobernador Rodolfo Suárez y deseó “espero que nos incluyan a los maipucinos y nos hagan parte esta vez.”
Mezzabota hizo una diferenciación entre el agua cruda que entrega Irrigación y el agua potable: “Venimos pidiendo hace muchos años a este organismo que haya eficiencia en los canales, por ejemplo intrafinca, por las pérdidas que hay para nosotros también tener mayor dotación estable en las plantas”.
En la época estival, “hemos pedido que haya criterio para las operaciones que se hacen en Potrerillos, en fechas de mayor demanda porque demoran 20 horas, pero para nosotros en la red de Maipú a veces tenemos 6 o 7 días en normalizarlo, generando un problema al vecino que es ajeno a nuestra operadora”.
“Como política de Estado, a la hora de evaluar un servicio de agua potable, hemos planteado la necesidad de una tarifa única, ya que el usuario de otros proveedores como Luján y Maipú también deberían estar subsidiadas como las de Aysam. Estamos diciendo que no hay igualdad entre Aysam, que es una empresa del Estado que está subsidiada con el resto de los operadores y de los usuarios”, reclamó el funcionario.
Gallegos descartó que haya cortes de agua o que las plantas potabilizadoras se recientan en su capacidad, pero sí ponderó que todos los veranos hay problemas por distintos factores y subrayó que hay que hacer un uso solidario del agua, sobre todo con el llenado de piletas lona y el riego no tecnificado en los parquizados. Todo esto genera un aumento en el consumo.
En Luján, Allasino recalcó que la inversión que se viene haciendo desde el 2015, “permitió que se entregue un 30% más de agua que lo que se hacía antes y no deberíamos tener mayores inconvenientes salvo los de la operación de Potrerillos, o imponderables climáticos como el viento Zonda.
Por último en Maipú, Mezzabota destacó que la comuna está realizando dos perforaciones para volcar a las plantas agua subterránea, con una fuerte inversión con el objetivo de mejorar la producción del recurso. Y agregó: “De la provincia hemos recibido cero financiamiento, todo lo que hemos logrado gestionar corresponde a fondos nacionales”.
“Estamos reforzando el abastecimiento para el verano en el que hay más demanda. A la vez, tenemos más personal para la reparación de las pérdidas en cañería, llegando a atender los reclamos de los usuarios en un menor tiempo y monitorear donde hay un mal uso, para darle una solución a cada problema”, ponderó el funcionario del intendente Matías Stevanato.
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Mendoza profundiza su crisis hídrica

 


Las nevadas no alcanzan y la crisis hídrica se profundiza en Mendoza

Fecha de Publicación
: 29/08/2022
Fuente: MDZ
Provincia/Región: Mendoza


Tras las intensas nevadas en alta montaña, la situación hídrica de Mendoza presenta una leve mejoría, pero está muy lejos de los valores históricos. MDZ Radio dialogó con Sergio Marinelli, superintendente general de Irrigación, quien declaró que la provincia “debe aprender a vivir con menos agua”.
Tras las intensas nevadas en alta montaña, la situación hídrica de Mendoza presenta una leve mejoría. Pero, según el Departamento General de Irrigación (DGI) de Mendoza, aún se está muy lejos de los niveles históricos. La provincia sigue en crisis hídrica y todo indica que la situación continuará igual. Además, la entidad presidida por Sergio Marinelli argumentó que tanto los productores agrícolas, como los ciudadanos tendrán que aprender a vivir con menos agua.
"Todavía no se dará a conocer el balance general del nivel de agua para este 2022 debido a que esperamos las últimas nevadas de la temporada que nos permitiría aumentar el caudal registrado", aseguró Marinelli en MDZ Radio. Sin embargo, los pronósticos no son alentadores respecto a que haya más precipitaciones.
Sobre este último punto, Maximiliano Viale, miembro del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla-Conicet), indicó que para los próximos días no hay indicios de que caerá nieve en la cordillera. “Es frecuente que en estos días, que son los últimos de la temporada invernal, haya una fuerte nevada, pero lamentablemente, el pronóstico indica lo contrario", dijo el especialista consultado por MDZ Radio.
Por otra parte, Marinelli aseveró que los niveles de agua para la nueva temporada pueden ser mejores que los anteriores, pero no óptimos. Además, advirtió que los mendocinos se encontrarán para esta temporada con un embalse Potrerillo más bajo de lo que se acostumbra. “Estamos mejor que el año pasado y se verán los escurrimientos a finales del 2022, cuando inicie la temporada de verano debido a las altas temperaturas en alta montaña y no en el llano. Mientras tanto, el embalse Potrerillo está erogando agua, ya que la temporada pasada no arrancamos al 100%. Por eso, tuvimos que sacrificar una parte del embalse para terminar esa temporada y ahora, los mendocinos verán que su nivel será más bajo de lo que están acostumbrados", describió Marinelli.

Río por río
Al mismo tiempo, el superintendente de Irrigación describió la situación hídrica de la provincia y detalló afluente por afluente. “El río Mendoza está mejor que el año pasado, producto de las nevadas, pero estamos por debajo de la media proyectada. Luego, la situación del río Tunuyán es grave. Fue un año de muy poca agua y estamos por debajo de los niveles de la temporada anterior. Encima es un río que tiene muchísimas hectáreas de riego y perjudica a productores del Valle de Uco y el Este mendocino”, precisó.
Y agregó: “El río Diamante aparece igual que el año pasado y eso que la temporada anterior fue la peor de los últimos 50 años, en esta cuenca.  Tanto el río Atuel como el río Grande pinta mejor, pero están por debajo de los niveles históricos. Esto nos indica que hay que cuidar el agua”.

Vivir sin derrochar agua  
Sergio Marinelli destacó que la tendencia en el mundo científico es a "la baja" y que “los ciudadanos tenemos que aprender a no desperdiciar el agua potable”. Por ende, apuntó que los mendocinos como los productores agrícolas “tienen que entender que estamos en una sequía extrema”. Ante esto, el funcionario tomó como ejemplo al río Mendoza y lo analizó desde diferentes perspectivas, a partir de la acumulación de agua en el dique y la distribución que necesita la actividad agrícola para el riego.  
“Para este 2022, el río Mendoza la proyección del caudal sería un aproximado a 830 hectómetros cúbicos. Y estamos hablando, que el promedio de este río es de 1.280 hm3. Sin embargo, con todas las refacciones realizadas hasta el momento llegamos a  710 hm3 y en números sería que estamos con el 68% del agua acumulada”, subrayó.
Y sumó: “Porque también hay que hablar de la oferta, que es la nieve en alta montaña y lo que efectivamente le llegan a los productores agrícolas. Ya que las plantas de agua potable consumen 250 hectómetros cúbicos, con lo cual el río Mendoza pasó de una sequía moderada a una sequía extrema, comparada con otros caudales. Por eso, es el río que menos agua por hectárea tiene y queda demostrado que el agro se lleva el grueso del interior de la provincia”.  
Además, resaltó que los productores deben renovar sus prácticas de riego, ya que están produciendo daños irreparables para el consumo del agua potable provincial.  “En la distribución del río Mendoza le quedaron 6.000 metros cúbicos por hectáreas a mitad de este año, una villa necesita 7.000 m3 * ha-1 y esto demuestra que hay un daño agronómico. Si los propietarios no innovan con sus prácticas mediante perforaciones de pozos para ampliar su riego, la pasarán muy mal y entre se destacan productores de fruta y oliva. Porque tienen un consumo mayor hasta incluso el doble", sentenció.
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Río Paraná: su bajante ya es la más larga de la historia

 


La bajante del río Paraná es la más larga de la historia y continuará hasta fin de año

Fecha de Publicación
: 18/08/2022
Fuente: Chaco Día por Día
Provincia/Región: Litoral Argentino


El brusco descenso de las aguas tuvo su inicio en marzo del 2020 y desde junio el río continúa descendiendo los puertos de las provincias litoraleñas. Para registrar una situación peor, hay que remontarse a 1944 cuando el río marcó 1,40 metros frente a la ciudad de Paraná. La escasez de agua del caudaloso río afecta a la navegación y también a la fauna ictícola.
El río Paraná continúa descendiendo su altura en varios puertos de Entre Ríosy del resto de la cuenca desde mediados de junio, se mantiene muy por debajo de sus niveles normales y de los límites de aguas bajas desde principios del 2020, y el Instituto Nacional del Agua (INA) aseguró que esa situación permanecerá al menos hasta el último bimestre del 2022.
La bajante histórica tuvo su inicio en marzo del 2020, un año más tarde recuperó una tendencia alcista sin alcanzar su normalidad, volvió a caer a fines del 2021, y provocó notorios cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social entrerriana.
De características extraordinarias por su “magnitud y persistencia”, la bajante fue calificada como el estiaje “más largo de la historia” (desde 1884) y “seguirá siendo motivo de especial monitoreo” advirtió el INA.
Si bien podrían registrarse lapsos con una recuperación “acotada y efímera”, hasta al menos el 31 de octubre del 2022 no se espera un “rápido retorno a la normalidad, con probabilidad de extenderse durante el último bimestre del año”.
Para registrar una situación peor a esta bajante, hay que remontarse a 1944 cuando el río marcó 1,40 metros por debajo del nivel frente a la ciudad de Paraná al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).
En la capital provincial, el río se mantiene con una altura de 86 centímetros, lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) pero 1,81 metros menos de su altura promedio para agosto (2,67 metros).
En el noroeste entrerriano, en La Paz, el río Paraná llegó este lunes a 1,52 metros de altura, menos de la mitad de su límite de aguas bajas (3,20 metros), y lejos de los 3,60 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2021 para este mes.
En el puerto de Diamante, más al sur de la costa entrerriana, el río tiene su nivel en 1,14 metros, también por debajo de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y del promedio histórico de 3,88 de los últimos 25 meses de agosto.
Por otro lado, en Victoria, el río Paraná se encuentra con 1,70 metros de altura y en la misma situación que el resto de Entre Ríos: por debajo de aguas bajas (2,60) y de sus 3,59 registrados como promedio este mes.
Asimismo, las escasas lluvias en el delta del Paraná mantienen las condiciones de sequía en esa región, con un caudal del río cercano a los 10.100 metros cúbicos por segundo, y continuará con niveles fluviales “muy bajos y muy por debajo de los niveles normales”.
La bajante afectó la fauna íctica al dejar seco el valle de inundación (donde los peces se refugian, alimentan, reproducen y crecen); produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua. También acrecentó los problemas de incendios en las islas y los de contaminación del agua, ya que se redujo la capacidad del río de dilución de los afluentes crudos o industriales.
El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó a Télam que la bajante “impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores”.
Las barcazas comerciales “tuvieron que adecuarse a transportar mucha menor cantidad”, lo que ralentizó la navegación y “ha encarecido enormemente el transporte fluvial”, agregó.
“Es una situación histórica particular que nos enfrentó a una situación compleja desde lo ambiental que seguirá hasta 2025, se puso en crisis la producción, tuvimos serios problemas con incendios y destruyendo el hábitat de la fauna”, dijo la secretaria de Ambiente de Entre Ríos, Daniela García.
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La necesidad de una política hídrica integral

 


Es urgente una política hídrica integral y federal

Fecha de Publicación
: 13/08/2022
Fuente: Perfil
Provincia/Región: Nacional


Actualmente 13 provincias se encuentran en emergencia hídrica, por presentar dificultades en la disponibilidad y en la calidad del agua. Ante este escenario es urgente la celebración de un nuevo Acuerdo Federal del Agua.
Tres de cada cuatro desastres naturales ocurridos en los últimos 20 años se encuentran relacionados con el agua, entre ellos, fenómenos meteorológicos extremos, que provocaron sequías prolongadas, inundaciones, aludes e incendios de grandes dimensiones. Entre 2001 y 2018, según informes de la ONU, las inundaciones y las sequías causaron 166.000 muertes, afectaron a 3.000 millones de personas y costaron aproximadamente USD 700.000 millones a la economía global.
Frente a este escenario, Argentina tiene el desafío de implementar medidas de mitigación y de adaptación frente a los riesgos asociados al agua, que el cambio climático ha venido a profundizar. Factores como la escasez, la contaminación, el exceso y la falta de recuperación de sistemas acuáticos, ponen en jaque nuestra seguridad hídrica y profundizan los impactos sociales, ambientales y económicos.
Si bien Argentina es considerada una nación rica en agua, la oferta hídrica no es uniforme, sino que se concentra mayormente en la región húmeda, que representa sólo el 24% del territorio, el restante 76% posee condiciones de aridez y semi-aridez. Sumado a ello, el acceso al agua potable presenta serias limitaciones, al observarse que el 10,3% de los hogares no cuenta con acceso a la red de agua corriente y un 29,10% carece de acceso a redes cloacales.
Los eventos climáticos extremos que se han venido sucediendo en los últimos años agudizan esta fragilidad, generando impactos económicos, que aumentan las brechas sociales. En relación a ello, las inundaciones que sufrió la provincia de Buenos Aires en agosto de 2012 provocaron pérdidas económicas que ascendieron a aproximadamente a USD 3.400 millones. En tanto, en 2018, la sequía más severa en 50 años, ocasiono pérdidas de entre 6.000 a USD 8.000 millones, según estimaciones de la OCDE.
Actualmente 13 provincias se encuentran en emergencia hídrica, por presentar dificultades en la disponibilidad y en la calidad del agua. En el caso de Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires la emergencia se estableció por decreto del Gobierno Nacional. En tanto, en Neuquén, Chubut, Rio Negro, Catamarca y San Juan fue dispuesta mediante leyes provinciales. A ello se le suman las zonas que fueron declaradas en emergencia, mediante resoluciones de las autoridades de cuencas, y las localidades que la establecieron mediante ordenanzas municipales, como es el caso de algunas zonas de Córdoba.
Esta situación, hoy sistémica, pone en peligro ejes que son centrales para la vida en nuestro país, la conservación de la biodiversidad, el acceso al agua para el uso doméstico, la producción, el transporte y la energía.
Ante este escenario es urgente la celebración de un nuevo Acuerdo Federal del Agua, donde se establezcan los lineamientos generales de la política hídrica, donde prevalezca una mirada integral y se logren conciliar los intereses de las distintas jurisdicciones, y se armonicen las regulaciones, terminando con la proliferación y dispersión normativa existente hoy en día.
Este acuerdo debería contar con la voluntad y participación de las universidades, los sectores productivos, las organizaciones sociales y de la sociedad civil. La solución debe ser colectiva y con reglas claras, porque al decir de Francisco “el agua es un bien imprescindible para el equilibrio de los ecosistemas y la supervivencia humana, y es necesario gestionarla y cuidarla para que no se contamine ni se pierda”

Por Guillermo Celaya y Hugo Alvarez Ulloa son investigadores del Programa de Investigación en Agua y Ambiente de la Facultad de Ciencias Juridicas de la USAL.
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El Paraná se va recuperando

 


Río Paraná seguirá bajo hasta mayo

Fecha de Publicación
: 05/04/2022
Fuente: Diario Uno
Provincia/Región: Litoral Argentino


El río Paraná mantiene una tendencia de crecimiento desde fines de febrero y recupera de a poco su altura normal en varios puertos de ciudades de Entre Ríos, aunque el Instituto Nacional del Agua (INA) aseguró que seguirá por debajo de sus niveles normales al menos hasta al menos el 31 de mayo próximo. La bajante histórica que afecta ese curso de agua comenzó en marzo del 2021 y provocó notorios cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social de esa provincia mesopotámica.
"Prevalece una condición general de aguas bajas, y los niveles fluviales continuarán en esa condición por las próximas dos semanas, por lo menos", advirtió el INA.
El organismo nacional sostuvo que persiste un escenario de déficit hídrico, a pesar de que en las últimas semanas se observó una mejora por recarga en las reservas de agua en algunas de las áreas. Además, la perspectiva climática "no permite esperar una mejora sensible o normalización de la situación hidrológica en la primera mitad del otoño.
Por eso, hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la bajante, cuando el río marcó -1,40 metros frente a Paraná -por debajo del nivel del mar-, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).
En Paraná, la capital provincial, el río subió más de un metro y se mantiene hoy con 1,28 centímetros, y durante la bajante ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), de 2020 y 1970 (0 metros). Asimismo, continúa muy por debajo de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio para abril (3,44 metros) en la capital entrerriana.
En el noroeste entrerriano, en La Paz, el río Paraná subió 1,50 metros hasta los 2,13 metros de altura.
Aún así, sigue lejos de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 4,45 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2020 para este mes.
En el puerto de Diamante, más al sur de la costa entrerriana, el río se incrementó 1,20 metros hasta los 1,47, pero aún continúa por debajo de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y del promedio histórico de 4,36 de abril.
Por otro lado, en Victoria desde el 23 de enero y hasta principios de marzo no lograron tomar la altura debido a que no se cuenta con la tecnología necesaria para medir por debajo del cero.
Actualmente, se mantiene con 1,47 metros y por debajo de aguas bajas (2,60), de sus 3,95 registrados como promedio este mes en los últimos 25 años.

Cómo afectó la bajante
La bajante afectó la fauna íctica al dejar seco el valle de inundación (donde los peces se refugian, alimentan, reproducen y crecen); produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua. También acrecentó los problemas de incendios en las islas y los de contaminación del agua, ya que se redujo la capacidad del río de dilución de los afluentes crudos o industriales.
El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó que la bajante "impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores". Las barcazas comerciales "tuvieron que adecuarse a transportar mucha menor cantidad", lo que ralentizó la navegación y "ha encarecido enormemente el transporte fluvial", agregó Amavet.
"Es una situación histórica particular que nos enfrentó a una situación compleja desde lo ambiental que seguirá hasta 2025, se puso en crisis la producción, tuvimos serios problemas con incendios y destruyendo el hábitat de la fauna", sostuvo la secretaria de Ambiente de Entre Ríos, Daniela García.
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Dieron a conocer los eventos climáticos extremos del 2021

 


Cuáles fueron las "anomalías" y eventos climáticos extremos en 2021

Fecha de Publicación
: 29/03/2022
Fuente: Telam
Provincia/Región: Nacional


Según el reporte anual que dio a conocer el Servicio Meteorológico Nacional la temperatura media del país fue superior a lo normal y que la región con mayores anomalías positivas fue la Patagonia.
Récords de temperaturas y olas de calor, lluvias por encima de la media y sequía extrema, poca nieve o demasiada, y un preocupante aumento de los gases de efecto invernadero son algunas de las "anomalías" destacadas del reporte del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) "Estado del clima en Argentina 2021".
El informe, de 46 páginas, realiza una evaluación de las condiciones climáticas que afectaron a la Argentina durante el 2021.
El dato conocido es que la temperatura media del país fue superior a lo normal y que la región con mayores anomalías positivas fue la Patagonia.
"Desde mi punto de vista, es para remarcar la anomalía térmica, de temperatura, porque 2021 fue el quinto año más cálido desde 1961, así como el hecho de que hayan sido 11 años consecutivo de temperaturas por encima de lo normal", dijo a Télam Celeste Saulo, directora del SMN.
"Argentina está dando cuenta de lo mismo que está ocurriendo a nivel global, que es el aumento sostenido de la temperatura por encima de los niveles de referencia", comentó.
A nivel país, entre enero y diciembre de 2021, la anomalía de temperatura media anual estimada a nivel país fue de +0,58°C con respecto al período climatológico 1981-2010.
Durante el 2021 se destacó el desvío promedio en Patagonia (+1,1°C), donde se quebró el récord histórico de calor anual, "superando por varias décimas de grado al máximo anterior de 1998 (+0,77°C)", indicó el reporte, publicado con fecha 20 de marzo.
En cuanto al calor, en enero tuvo lugar la ola de calor más significativa del verano, cuando se rompió el récord histórico de temperatura máxima absoluta en Cipolletti (43,8°C) y Maquinchao (38,9°C). La máxima duración de este fenómeno ocurrió en las localidades de Las Flores (8 días), Malargüe y Río Colorado (7 días).
En gran parte de la región se superaron los 35°C. Las temperaturas alcanzadas en las localidades de El Bolsón (38,2°C el día 5) y Paso de Indios (38,5°C el día 4) rompieron los récords históricos de esas localidades.
Lo mismo pasó en otoño: en Bariloche, con 17,6°C como media máxima más alta del otoño, y El Bolsón, con 19,4, por encima de las cifras de 2015 y 2016 respectivamente.
A nivel país, el mes de septiembre fue el que presentó los mayores "apartamientos positivos (valores superiores a los +3°C)", y fue el segundo septiembre más cálido a nivel país desde 1961. En la primavera, por ejemplo, Comodoro Rivadavia, con 9 grados de mínima media más alta, pasó un registro de 1971.
Durante el invierno 2021 se registraron "episodios de frío extremo" en el centro y noreste de Argentina. Las dos primeras olas de frío ocurrieron durante la segunda mitad de junio y se originaron debido a dos potentes ingresos de aire polar.
Se registraron récords de temperatura mínima más baja en Villa María de Río Seco (-9,0°C), Catamarca (-6,2°C) y Mercedes (-2,5°C).
También se destacó la persistencia de temperaturas máximas muy bajas sobre el sur del Litoral y noreste de Buenos Aires. "La ciudad de Buenos Aires no tenía una seguidilla de tardes tan frías desde julio de 2007", destacó el informe.
 En cuanto a las precipitaciones, en el 2021 se observaron condiciones deficitarias a nivel país. Se posicionó en el puesto 13 de entre los más secos desde 1961, similar a lo ocurrido en el 2020, uno de los años más secos registrados desde 1961 y el más seco desde 1995.
En algunas áreas hubo exceso de agua. Por ejemplo, con 276 milímetros de lluvia acumulada en 24 horas, el 5 de enero se batió un récord de 1990 y en San Juan, en noviembre, 34 milímetros dejaron atrás una marca de 1976.
También en San Luis, con 260 milímetros de precipitación acumulada en enero se batió un récord de 1983.
Por el contrario, Ezeiza tuvo 11,3 mm de lluvias acumuladas en diciembre, menos que el récord de 1956, y estaciones meteorológicas como la de Junín tuvieron su récord mínimo de precipitación acumulada anual con 644,3 milímetros, menos que lo registrado en 1960.
De enero a marzo del año pasado, gran parte del país estuvo afectado por el fenómeno de sequía.
Las áreas más afectadas fueron el noroeste de Patagonia, el noreste del país (Chaco, Misiones, Corrientes y Formosa) y la región de Cuyo, mientras que el porcentaje de coberturas de nieve en la cordillera central entre abril y agosto fue muy inferior al promedio del período 2000-2019.
Esto trajo aparejado la bajante hidrológica del río Paraná a lo largo de todo su cauce. Con mínimos históricos, fue la más pronunciada desde el año 1944.
La sequía favoreció la generación de incendios en gran parte del territorio nacional durante 2021 y tuvo sus consecuencias económicas: "Considerando únicamente las áreas con sequía moderada, 7.192.087 cabezas de stock bovinos y 3.016.796 hectáreas de cultivos estuvieron en riesgo, siendo los de la soja, el maíz y el girasol los más perjudicados", se precisó.
A la hora de evaluar la importancia de este informe, Celeste Saulo dijo: "Esperamos que este boletín sea utilizado por distintos sectores que toman decisiones, productivos, educativos, también por quienes comunican para que podamos compartir un recurso que es la información oficial y que, analizada a la luz de una historia, nos permite a todos estar en la misma página y en sintonía".
 Saulo mostró preocupación por estos datos: el informe precisó que los registros de dióxido de carbono y metano muestran un incremento constante a lo largo de los años. Siguiendo la tendencia mundial, ambos gases aumentaron su concentración a lo largo del 2021, si bien los valores medidos por el SMN fueron menores a las concentraciones medias globales.
"Lamentablemente los gases de efecto invernadero, que son los que se podrían controlar para evitar que se siga exacerbando el calentamiento global, no están disminuyendo, continúan un aumento sostenido más o menos desde 1980 hasta la fecha. Este es el mayor llamado de atención que tenemos que hacer", indicó la directora del Servicio Meteorológico Nacional.
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