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Rechazan la incineración de basura en Capital Federal



Cartoneros marcharon al Congreso para repudiar la incineración de basura

Fecha de Publicación
: 27/11/2017
Fuente: Noticias Urbanas
Provincia/Región: CABA


Exigen una "Ley de envases inclusiva", ya que la actual no obliga a las empresas a hacerse cargo de la gestión de envases en manos cartoneras.
La Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores de Quilmes convocó a una jornada de manifestación a partir de las 11 en las inmediaciones del Congreso de la Nación. Los trabajadores repudiarán la iniciativa de incineración de la basura por parte de este gobierno y exigir una ley de envases inclusiva.
En lo que respecta a la Ley de Envases, este miércoles se firmaron en la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados un dictamen de mayoría y uno de minoría. El primero es una ley que no obliga a las empresas a hacerse cargo de la gestión de envases en manos cartoneras y deja la puerta abierta a la incineración de los residuos de envases.
“Las empresas generan basura y eso tiene que tener una responsabilidad social en el que tienen que hacerse cargo de lo que hacen y que vayan a cooperativas. También están impulsando una ley de incineración donde volverían las quemas”, contó Laura Cibelli, miembro de la organización.
A su vez, Laura indicó que “venimos presentando un proyecto de ordenanza” en el Municipio para normalizar la situación de la recolección con la ayuda de las organizaciones. Sin embargo sostuvo que “no está la intención política para cambiar el tema de la basura”.
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Crítica al ecoparque porteño

Es necesario un centro de recuperación de especies
Fecha de Publicación: 25/11/2017
Fuente: La Nación
Provincia/Región: CABA


Como profesor titular de Ecología de la Arquitectura, he enseñado que un ecoparque es algo demasiado distinto de un zoológico. Si se busca en la Web, por ejemplo, se lee la siguiente definición: "Son centros especializados en la recogida, selección y recuperación de los desechos que generamos en nuestros hogares que no podemos reciclar". Frecuentemente, estos espacios están ubicados sobre rellenos sanitarios y construidos con desechos.
El nombre de "ecoparque" es demasiado desacertado y podría llamar a confusión. Dice también que el proyecto preconiza la protección de la biodiversidad. Modestamente, no entiendo la forma en que la biodiversidad se pueda proteger mediante el reciclaje de un zoológico con nuevos edificios y remodelaciones de discutible empatía con la arquitectura existente.
Por otro lado, lo que sí es necesario restaurar no es de ninguna manera lo ecológico. Habría que remover las especies vegetales espontáneas y mantener sólo las plantadas por quien diseñó sus jardines.
También hay que restaurar el paisaje cultural, artificial, articulado por los edificios de Cestari, Agrelo, Selva y Newbery, entre otros, que conforman, acaso, el más importante conjunto patrimonial de la ciudad de Buenos Aires.
Hay que conservar también el patrimonio intangible, pese a las malas intervenciones realizadas, que aconsejarían demoler.
Los nombres de Rosas, Sarmiento, Carlos Pellegrini, Hagenbeck, los dos Holmberg, Thays, Onelli y Mario Perón, entre otros, son un símbolo de un contenido histórico demasiado importante para no ser considerado.
Lo mejor que puede ser nuestro zoológico es... un jardín zoológico, al compensarse con tecnología actualizada las deficiencias que pudieran contener muchas de las magníficas moradas de animales.
Un centro de recuperación, de resguardo de especies amenazadas y de técnicas actualizadas de exhibición zoológica, entre otras, es obviamente necesario, pero de ninguna manera en un predio patrimonial e histórico de 18 hectáreas, sino en una reserva natural de 180.
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CABA: impulsan la recuperación de la flora nativa

Con más de 10.000 ejemplares, buscan recuperar en la ciudad la flora nativa

Fecha de Publicación
: 19/11/2017
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Capital Federal


La Salvia guaranitica es una herbácea que crece en la ribera bonaerense y zonas aledañas. De sus troncos cuelgan ramilletes de flores azuladas -también se la conoce como salvia azul- y sus hojas son gruesas y dentadas. Es una de las especies nativas de la región que, a partir de una iniciativa del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, se cultivan en los viveros de la Reserva Ecológica Costanera Sur (RECS), del Jardín Botánico y del Centro de Información y Formación Ambiental (CIFA) para luego ser plantadas en espacios verdes, con el objetivo de que la ciudad recupere su flora autóctona.
En forma paralela, con igual propósito, existe un convenio impulsado por medio de la Agencia de Protección Ambiental (APRA), con la Coordinación Ecológica Área Metropolitana (Ceamse), que cultiva especies nativas en un vivero experimental en Villa Dominico: de esa procedencia, dijeron voceros de Ambiente y Espacio Público, llegaron a diferentes rincones verdes de la Capital 10.000 árboles. En total, el último censo realizado contabilizó 372.000 ejemplares, de los cuales 51.502 están en parques.
Entre otros espacios verdes, esos 10.000 fueron plantados en los parques Olímpico y Tres de Febrero, en Palermo; De Flora Nativa Benito Quinquela Martín, en La Boca; Natural Lago Lugano, en Villa Soldati; el jardín silvestre de Plaza Sicilia; el jardín del Museo de Ciencias Naturales, en el Parque Centenario (Caballito); las reservas ecológicas Costanera Sur y Costanera Norte, y el Parque Sarmiento (Saavedra).
"Todo el paisaje y las especies de Buenos Aires desaparecieron a medida que la ciudad comenzó a crecer. Si alguien quiere encontrar algún espacio virgen, tiene que ir a la isla Martín García, Punta Indio o Punta Lara", dijo Fernando Pisera, responsable del vivero de la Reserva Ecológica Costanera Sur.
Plantas nativas se consideran todas aquellas que crecen de manera natural en las diferentes regiones. Delta e islas del Río de la Plata, talar de barranca y pastizal son los tres ecosistemas que reinan en el territorio de la provincia de Buenos Aires, que alguna vez estuvieron poblados de salvias, Eupatorium inulifolium, o mariposeras, Pavonias hastata, entre otras especies.
"La desaparición de las autóctonas y la multiplicación de las exóticas, a mi criterio, vienen por el afán de querer replicar los grandes parques europeos y porque la gente que llegaba a la Argentina desde Europa quería que lo que la rodeaba luciera igual que el lugar que había dejado", dijo Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
La paisajista Ernestina Anchorena afirmó: "Nuestra idiosincrasia siempre estuvo ligada a mirar más allá del mar, mirar hacia afuera y no hacia adentro. Aún hoy la gente quiere árboles que cambien de color en el otoño, sin prestar importancia a usar especies del sitio. Le debemos mucho a Carlos Thays, quien empezó a valorizar las plantas nuestras y plantó los parques de Buenos Aires con tipa, jacarandá, palo borracho, ibirapitá y lapacho, entre otros".
Gracias a la recuperación de las plantas nativas, 34 especies de insectos nuevos -entre ellos, mariposas, escarabajos, chinches y abejas- empezaron a aparecer en la RECS. Un caso particular es el del coronillo, un árbol que crece en la ribera platense y la costa atlántica. De sus hojas se alimentan las orugas de la mariposa bandera argentina, declarada insecto nacional en 1944, un ejemplar que mide entre 90 y 110 milímetros, cuya coloración va de celeste claro a blanco. Hace aproximadamente dos años se la observa dentro de la reserva.
"La importancia de las plantas autóctonas es que tienen asociado un ecosistema determinado. Existen insectos que las polinizan, aves que comen sus frutos, otros animales que comen sus frutos y hojas, etc. Esto no sucede con las plantas exóticas, que responden a ecosistemas de otros lugares del mundo y en muchos casos se vuelven invasoras", agregó Anchorena.
Según el sitio de avistaje eBird.org, dentro de la Reserva Ecológica Costanera Sur se observaron 340 especies de aves. "Recuperar las plantas nativas, que se relacionan con los insectos y las aves, es cuidar nuestro patrimonio natural", coincidió Di Pangracio.
"Estamos muy contentos del trabajo que se está haciendo y de que ya se puedan ver estas especies en parques y plazas porteñas", dijo Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público. Algunas de las especies que pueden encontrarse son algarrobo blanco, tala, espinillo, cortadera, coronillo, molle y pasto colorado. Sin embargo, sólo en la RECS y en el Parque Centenario están señalizados.
El proyecto del ministerio intentará repoblar todos los parques porteños con plantas autóctonas, para equiparar la cantidad de especies de este tipo y las exóticas. Se trabajará en módulos de entre 60 y 200 m2 que se instalarían, en principio, en los parques Los Andes, Centenario, De los Niños y Tres de Febrero.
"Nuestra idea es ir haciendo parches y manchas de plantas autóctonas. Tenemos cada vez más demanda, pero no podemos renovar parques enteros", aclaró Pisera.
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Los lagos porteños no tan saludables



¿Cómo es la calidad del agua en los lagos porteños?

Fecha de Publicación
: 18/11/2017
Fuente: Nueva Ciudad
Provincia/Región: CABA


Un estudio analiza ocho espejos de agua de la Ciudad de Buenos Aires. El lago del Rosedal de Palermo es el más contaminado.
En un estudio realizado por el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (Cesba), con el apoyo técnico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Palermo (UP), se deduce que, en el Rosedal de Palermo, el lago de Plaza Holanda es el más intoxicado de todos y donde la contaminación está por encima de los valores razonables, informa Clarín.
Este curso de agua es el que pasa por debajo del icónico puente del Rosedal, y presenta un ICA (Índice de Calidad del Agua) igual a 35, sobre un valor óptimo fijado en 100. Para tomar dimensión de la baja puntuación, hay un solo curso de agua en territorio porteño por detrás de este lago, y es el Riachuelo.
El ICA se mide combinando los resultados obtenidos en una serie de test, que registran nueve parámetros existentes en el agua, entre ellos el oxígeno disuelto, los microorganismos coliformes fecales y el pH. De su combinación matemática se obtiene un único valor numérico, al que se puede considerar como la calificación ambiental del curso o espejo de agua.
"El lago de Plaza Holanda presentó valores de ICA que indican que sus aguas están altamente contaminadas. En las muestras se observaron valores de pH inusualmente elevados, gran cantidad de sólidos totales y bajas cantidades de oxígeno disuelto", sostiene el informe del Cesba.
En el estudio se explica que las aguas recreativas pueden clasificarse en aguas de contacto primario cuando en ellas se desarrollan actividades que requieren inmersión, tales como natación y buceo. Y en aguas de contacto secundario cuando se desarrollan actividades como canotaje, remo o pesca deportiva. Los requerimientos sanitarios variarán para uno u otro caso, debido al distinto grado de exposición del usuario.
Trasladado a los efectos prácticos, estas aguas están inhabilitadas para todo tipo de actividad. "Con esos valores, el lago de Plaza Holanda no califica para ningún tipo de uso. Ni para caminar por la orilla, porque te salpica y te puede generar un problema", grafica a Clarín la doctora Mónica López Sardi, coordinadora de la UP, a cargo de la investigación para el Cesba.
Si bien en el estudio se ingresó un muestreo tomado meses atrás, la especialista cuenta que son tomados periódicamente y que, en el promedio de las muestras, los valores no suelen resultar menor alarmantes.
"Estamos hablando de pequeños cuerpos de agua, no es la limpieza del Riachuelo, tendrían que generar una serie de acciones permanentes para su mantenimiento. Trabajar con un laboratorio del Gobierno porteño, que cuando mide niveles de ICA por debajo de lo ideal, genere acciones de biodepuración, con bulbos, plantas y demás sistemas que no son caros", explica López Sardi.
Esta visión fue volcada en una iniciativa que el Consejo Económico presentó ante el Ejecutivo Porteño. "Se presentó una recomendación, aprobada por unanimidad en la asamblea, sobre priorizar la calidad del agua. No hay ninguna ley que obligue a hacer mediciones periódicas, entonces nosotros expusimos esa necesidad de monitorear y ver qué se está haciendo mal, por ejemplo, con el Lago de Plaza Holanda", cuenta a Clarín Federico Saravia, presidente saliente del Cesba.
Desde el organismo entienden que, con los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 tan próximos, es una gran oportunidad de poner las aguas en orden para explotar más y mejor las actividades acuáticas.
En el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño tienen otra visión del mismo asunto. Según explican, los parámetros microbiológicos aceptables son más amplios que para el uso recreacional, porque al contar con la existencia de fauna, más específicamente de sangre caliente, es posible encontrar bacterias coliformes fecales o enterococos.
"Durante un análisis efectuado por diferentes organismos, se llegó a la conclusión que un causal del valor elevado de enterobacterias es el exceso de población de gansos que habitan estos lagos. El exceso de materia fecal de estos palmípedos puede ser, en parte, el responsable de bacterias de origen intestinal en el agua", detallan desde la cartera.
Y aclaran que "La calidad del agua de los lagos es revisada por la Agencia de Protección Ambiental, quien es la encargada de realizar análisis periódicos de los espejos de agua". Y que lo que complica el control es el hecho de que estos cursos son grandes receptores de agua de lluvia.
Igualmente, el primer puesto del ranking lo ocupa el Riachuelo, cuyo ICA es de 33 y entre sus principales contaminantes se encuentran metales pesados, efluentes industriales y aguas servidas, provenientes de las napas saturadas de toda la cuenca.
Apenas dos puntos arriba y segundo en el podio está el Lago de Plaza Holanda, seguido por la Laguna de los Coipos, en la Reserva Ecológica Costanera Sur, que alcanza un ICA de 40. No obstante, a pesar de lo bajo de este número, allí no se observaron datos preocupantes como presencia de cromo o altos valores de arsénico, y los resultados microbiológicos no son elevados.
La lista se completa, en orden ascendente, por el Lago Lugano, en Parque Roca, con un ICA de 46, la zona del Puente de la Mujer, en Puerto Madero, con 49,41, el lago del Planetario con 51, el Regatas con 60 y el Lago Parque Centenario con 70,47.
Si bien no son los más comprometidos en cuanto a su calidad de agua, puntos como el Puente de la Mujer representan una amenaza para las personas que tengan contacto directo con ellos. Para el Dique 3, una de las zonas más turísticas de la Ciudad, el análisis de resultados es lapidario. "Presenta potencial riesgo biotóxico para los seres vivos y riesgo microbiológico para las personas. Se desarrolla en estas aguas un elevadísimo número de microorganismos patógenos y no patógenos. El análisis demuestra que tienen contacto directo con fluidos cloacales, y no es apta para riego ni para uso industrial sin tratamiento", detalla el informe.
A su vez, advierte que "respecto a los deportes y recreación, el agua analizada no es apta para inmersión y se debe evitar todo contacto. Solo es apta para la navegación en lanchas o embarcaciones".
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Exponen el peligro de incinerar basura en la CABA



Alertan sobre un proyecto para volver a incinerar basura en el área metropolitana

Fecha de Publicación
: 16/11/2017
Fuente: La Nación
Provincia/Región: CABA


La propuesta oficial impulsa la construcción de siete plantas para quemar residuos y producir energía; según ONG ambientalistas, sería un retroceso en el cuidado de la salud y el hábitat
Cuatro ONG ambientalistas esperan poder frenar la vuelta a una práctica antigua y poco amigable con el medio ambiente para disponer de la basura en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA): la incineración.
Por carta, las entidades Salud sin Daño, Greenpeace Argentina, Coalición Anti Incineración y Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) solicitaron a los gobiernos nacional, porteño y bonaerense que no avancen los proyectos existentes para instalar unas siete plantas incineradoras de residuos con recuperación de energía en la ciudad y la provincia. Afirman que pudieron acceder a estas iniciativas.
"Es una fuente de emisión de una gran cantidad de compuestos tóxicos para la salud, incluyendo varias sustancias cancerígenas. Además, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, tres millones de personas mueren al año en el mundo por causa de la contaminación del aire. Sumar contaminación aérea a ciudades ya saturadas de contaminantes, como Buenos Aires y otras del conurbano bonaerense, implicará un nuevo deterioro en los índices de calidad del aire", sostiene Cecilia Allen, de la Coalición Ciudadana Anti Incineración.
La idea de volver a esta práctica para deshacerse de los residuos urbanos mediante la combustión no es nueva. Hace una década, LA NACION informó sobre un proyecto oficial porteño de instalación de hornos para resolver lo que entonces era uno de los principales problemas ambientales. La alternativa complementaría a los tres rellenos sanitarios de las bonaerenses de San Martín, Ensenada y González Catán.
Ahora, para poder concretarla en el AMBA habría dos obstáculos normativos: la ley porteña conocida como Basura Cero y la ley nacional de energías renovables. La primera describe cómo deben manejarse los residuos sólidos urbanos y fija metas de reducción de enterramiento para 2010, 2012 -no cumplidos- y del 75% para este año, además de prohibir la combustión "en todas sus formas, con y sin recuperación de energía" hasta alcanzar la última meta.
Aun cuando se logre, el artículo 54 de la norma advierte que se podrá adoptar la incineración u otros métodos de disposición de la basura, "siempre y cuando se garantice la protección de la salud de las personas y el ambiente".
La norma nacional, en tanto, fomenta el uso de fuentes renovables para la producción de energía eléctrica. Su texto, para las ONG ambientalistas, va en una dirección diferente que el regreso a la incineración, porque los desechos sólidos urbanos son -como lo definen- "una mezcla heterogénea de materiales, que incluyen varios derivados de petróleo". Es decir, una fuente de energía fósil. Por lo tanto, no es "limpia".
Verónica Odriozola, directora ejecutiva de Salud Sin Daño, participó de la redacción de la ley porteña. "La incineración conlleva un derroche masivo de recursos y escapa a los principios de la economía circular, orientados a que el valor de los materiales y los recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, y se reduzca al mínimo la generación de residuos, lo que cierra el ciclo de los materiales", explica.
Afirma que "en estos años" no hubo una política "seria y sostenida" de gestión integral de la basura, y que recurrir a este tipo de proyectos "es como declararse incompetente y optar por recolectar la basura para incendiarla con el mensaje de que se producirá energía".
El relevamiento de los predios de la ciudad y los partidos del conurbano para la instalación de siete plantas de combustión con recuperación de energía está a cargo de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), empresa pública de tratamiento de residuos que pertenece a los gobiernos porteño y bonaerense.
"No hay una decisión tomada. Si algún día se decide avanzar en esa línea será con acuerdo. El desafío en 10 años, con 17.500 toneladas de basura diaria, es que se terminan los rellenos sanitarios", indicaron a LA NACION fuentes oficiales que conocen los proyectos en estudio.
Según las cuatro ONG, el reciclaje y el compostaje en "la mayoría de los municipios" del país son "paupérrimos". Para Andrés Nápoli, de la FARN, "apostar por la incineración en este contexto no es tener un abordaje integral, sino querer entrar por la puerta de atrás, poniendo en primer lugar una de las opciones más bajas en la jerarquía de manejo de residuos y que encima tiene costos altísimos. En el caso de la ciudad supone contravenir la ley que prohíbe la incineración".
Martín Prieto es director de Greenpeace Argentina y opina que la incineración de residuos no puede considerarse generación de energías renovables. "Es quemar basura, sencillamente, y libera sustancias sumamente tóxicas al ambiente; además significaría una violación flagrante a la ley vigente, que apunta a la reducción de la cantidad de residuos, la recuperación de materiales y el reciclado, como se hace en distintos lugares del mundo -dice-. Si enterrar la basura es ocultarla bajo la alfombra, incinerar es quemarla en el medio del living y aspirar el humo".
En dos semanas, todas las partes compartirán una mesa debate sobre el tratamiento de residuos durante el Foro Metropolitano (www.forometropolitano.org.ar). El presidente de la Fundación Metropolitana, que organiza la reunión, coincide con las otras ONG. "No estamos de acuerdo con incinerar materiales reciclables porque debemos revertir la economía lineal, no fortalecerla. La lineal (insumo, producto, consumo, desecho) es la economía de la cultura del descarte y del consumo desenfrenado, donde quemar desechos es peor que mandarlos a relleno. Si pensamos que al generar energía con basura le damos buen destino, no estamos advirtiendo que profundizamos la destrucción de recursos. Es peor que quemar combustibles fósiles", indica Pedro Del Piero. "La economía circular, además, propone recuperar todos los materiales reciclables y usarlos como materia prima para fabricar nuevos productos", agrega.

Opiniones de ambientalistas
- Cecilia Allen, coalición antiincineración. "La incineración es una fuente de emisión de una gran cantidad de compuestos tóxicos para la salud, incluso cancerígenos"
- Verónica Odriozola, salud sin daño. "Es como declararse incompetente para una gestión integral de la basura y optar por recolectarla para incendiarla"
- Andrés Nápoli, farn. "Optar por incinerar, en el caso de la ciudad, supone contravenir la ley de basura cero, que lo prohíbe"
- Pedro del Piero, fundación metropolitana. "Incinerar fortalece la economía lineal, la economía de la cultura del descarte y del consumo desenfrenado"

Una radiografía de los residuos porteños
En septiembre del año pasado, la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) difundió un relevamiento realizado con la Facultad de Ingeniería de la UBA sobre la calidad de los residuos sólidos urbanos que se recolectan a diario en la ciudad. Los porteños aportan 6000 toneladas de basura por día a las 17.000 que produce la población del área metropolitana, es decir el 35%, de acuerdo con datos al año pasado.
Según el informe de la Ceamse, el 11,5% toda esa basura podría reciclarse y un 8% de los residuos podrían separarse en las casas o los comercios, antes de sacarla a la calle. Son papeles y cartones, envases de plástico y de vidrio, metales ferrosos y no ferrosos.
El relevamiento también indicó que hasta el 69% de los residuos podrían usarse para generar energía. En este caso, se analizaron papeles y cartones, plásticos, telas, madera, pañales y apósitos descartables, desechos de alimentos y residuos de jardín y poda.
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Las regiones más complicadas por el cambio climático



GBA, noreste y CABA: las regiones más frágiles ante el cambio climático

Fecha de Publicación
: 31/10/2017
Fuente: Perfil
Provincia/Región: Nacional


La información se desprende del análisis de mapas de riesgo que elabora el Ministerio de Medio Ambiente. Realizan previsiones de diversos modelos hasta 2039.
 Las proyecciones del Sistema de Mapas de Riesgo indican que el noreste, el centro del país, la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano pueden ser las regiones más vulnerables al aumento de precipitaciones intensas hacia el año 2039, si las emisiones de gases de efecto invernadero ­–responsables del calentamiento global­– no se reducen en un futuro próximo.
El Sistema de Mapas de Riesgo del Cambio Climático (Simarcc) del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación está basado en la Tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático de 2015, y en datos del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) de la Universidad de Buenos Aires. Para incorporar la variable de vulnerabilidad social, se incluyó información sobre condiciones sociales, habitacionales y económicas de los últimos dos censos nacionales.
Según los mapas, el aumento de la frecuencia de las lluvias intensas de más de diez milímetros, sobre la base del índice de vulnerabilidad social, representará un riesgo medio en la mayoría de las provincias del noreste, el centro, el litoral, el conurbano bonaerense y la ciudad de Buenos Aires. En cambio, si la variable proyectada es de precipitaciones de más de veinte milímetros, el riesgo será entre alto y medio en algunas localidades de Tucumán, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, el Gran Buenos Aires y la capital del país.
Como contracara, el riesgo entre alto y medio por días secos se concentra en departamentos de las provincias de Salta, Formosa, Chaco, Santiago del Estero y norte de Misiones. Lo mismo se repite en lo que se refiere al aumento de noches tropicales que impiden que haya un descenso significativo de la temperatura y que favorecen las olas de calor.
Desde Ambiente afirmaron que están elaborando un Plan Nacional de Adaptación en el que intervienen distintos ministerios. Uno de los objetivos es mejorar el monitoreo del cambio climático. “Sabemos que van a aumentar la frecuencia y la intensidad de los fenómenos extremos y, con los mapas, dónde va a pasar, para que el sistema de emergencia tenga un insumo y pueda reaccionar mejor y más rápido”, aseguró el subsecretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable, Carlos Gentile. El funcionario agregó que “todo lo que se invierte en esto es lo que después no se gastará en paliar emergencias”.
Otro aspecto que incluye el plan es el ordenamiento territorial para actividades productivas con el fin de reducir la vulnerabilidad. “Si cultivás maíz en una zona al límite de la cantidad de agua que necesita para su crecimiento, con cada mínima sequía vas a tener un problema. Entonces, con el ordenamiento circunscribís la ganadería, la agricultura y la forestación a las áreas más propensas”, explicó Gentile.
El plan también incluye infraestructura y servicios que se adapten a los efectos del cambio climático. “Estamos trabajando –indica Gentile– con las áreas de infraestructura del Ministerio del Interior y Transporte para que todas las nuevas obras que encaren atiendan no sólo a las series históricas de precipitación y temperatura sino también a las proyecciones de este mapa”.
El subsecretario advirtió que en algunos casos será necesaria la relocalización de las viviendas ubicadas a la vera de arroyos: “Tratar el cambio climático requiere nueva infraestructura, políticas de vivienda muy activas, relaciones con otras aéreas, servicios básicos y esquemas de alerta temprana más efectivos y rápidos”.
El Sistema de Mapas de Riesgo es una plataforma que se encuentra online y que tendrá actualizaciones en función de los datos nuevos que se ingresen. En Ambiente adelantaron que sumarán información sobre sectores como transporte, energía, agropecuario, industrial y sanitario. “Sirve de insumo para el Gobierno y las jurisdicciones. Es una herramienta de planificación del impacto del cambio climático para las decisiones políticas que tenemos que tomar porque, sin descuidar la emergencia, lo urgente es el mediano plazo, la planificación estratégica”, concluyó el ministro Bergman.

Comunicar el problema
“Es importante transmitir la información sobre los que son efectos del cambio climático y los que no. Los mapas de riesgo son fáciles de entender y ayudan a aclarar eso”, destacó el subsecretario de Cambio Climático, Carlos Gentile. El investigador del Conicet Esteban Jobbágy, que estudia la aparición reciente de seis ríos en San Luis, explicó que “el cambio climático es una parte secundaria de esta historia. Cuando hacemos los números, sus efectos no son tan fuertes y cómo cultivamos juega un papel mucho más importante en el balance de agua de la llanura”. Ante el pedido de obras en el campo, Jobbágy aclara que “las obras son la plomería del problema, pero una parte clave es la ‘jardinería’, y ahí los productores agropecuarios tienen mucho que hacer y van aceptando que tienen una responsabilidad hidrológica”.
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Grave: quieren volver a incinerar la basura



Buenos Aires evalúa nuevamente incinerar la basura

Fecha de Publicación
: 24/10/2017
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Buenos Aires


El gobierno bonaerense y el porteño guardan bajo siete llaves un proyecto que incluye la incineración como forma de tratamiento final para la basura. La ciudad y el área metropolitana de Buenos Aires generan 15.000 toneladas de residuos diarios; cada tres días podría llenarse un estadio como el Único de La Plata. El resumen más acabado de la política errática en materia de desechos es que desde hace más de una década sólo se dispone en el relleno sanitario Norte III, en el partido bonaerense de San Martín.
El plan oficial de la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), al que tuvo acceso Infobae, habla de "impulsar la valorización térmica" y diseña un programa a 2030. Según ese proyecto, la Capital y los partidos bonaerenses se dividirían en cuatro corredores o regiones: Norte, Caba Norte, Acumar (en la cuenca Matanza Riachuelo) y Sur. "Las plantas se instalarían en "predios ya impactados", "predios ofrecidos por intendentes en años anteriores" o en lugares cercanos a donde ya hay algún tipo de disposición final.
En la Ceamse no quisieron brindar información al respecto. Sin embargo, Infobae pudo confirmar que es parte de un plan que las autoridades porteñas iban a anunciar en los próximos días, post elecciones. El programa oficial va a incluir otras medidas de sustentabilidad y este proyecto era uno de los puntos centrales.
Las proyecciones de las siete plantas de incineración, al menos una estaría en la zona sur de Capital, generarían energía para unos 3.700.000 habitantes, uno de los argumentos más fuertes del plan: no sólo resolvería el tema residuos sino que aportaría al alicaído sistema energético nacional.
La ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos más complicados respecto del destino final de su basura ya que es el único que no cuenta con terrenos propios como para una solución ambiental. Desde mediados de los 70 con la creación de Ceamse (sociedad compartida por los porteños y los bonaerenses) se utiliza el relleno sanitario con enterramiento como último paso para los residuos que cada habitante genera todos los días.
En 2005 el distrito votó la denominada ley de Basura Cero que propone la disminución de lo que se entierra hasta reducirla a su mínima expresión por medio del reciclado, compostaje u otras técnicas amigables con el ambiente. Los plazos para que esa ley se cumpla están todos vencidos. Sólo para tener una idea: en 2012 el distrito debía disminuir el 50% de los residuos que se enterraban. Hoy, cinco años después, la reducción del enterramiento alcanzó el 36% gracias a una planta de tratamiento de áridos (restos de construcción) que trata 2000 tn por día. Mientras que el sistema de recolección diferenciada apenas alcanza el 6 por ciento, siempre según cifras oficiales.
La gran dificultad que presenta aquella norma, votada por unanimidad por el macrismo, es que prohíbe la incineración. Es decir que el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, deberá reformar esa norma.
Francisco Suárez, investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento y autor de La Reina del Plata, Buenos Aires: sociedad y residuos, opinó: "Algunos puntos no se articularon bien. Uno es la relación entre el vecino, las cooperativas y los recuperadores. Hoy la gente no sabe bien qué pasa con esa campana o con la recolección puerta a puerta, nunca se terminó de aceitar bien el sistema. En una década hubo cinco o seis sistemas distintos de contenedores, que resuelven temas de higiene urbana pero no de reciclado. Por el contrario, lo complejizan".
Esto es lo que sostienen también las ONG ambientalistas, que creen que optar por la incineración es la última opción. Cecilia Allen, integrante de GAIA y de la Coalición Anti Incineración internacional sostuvo: "Implica un cambio de 180 grados en la política de residuos que supuestamente tiene la administración. Acá no hay nada avanzado en compostaje ni en reciclaje; es poner en jaque las políticas de basura que se puedan tener en términos de reciclado y separación en origen e implica no invertir en tecnologías para eso. Esta solución además de ser muy cara requiere mucho volumen de residuos y hay que sostenerlo".
Los argumentos del plan oficial dicen que disminuye pasivos ambientales, que los rellenos sanitarios cerrados implican 30 años de mantenimiento post cierre y costos derivados, que generan una disponibilidad de energía constante y que tiene la potencialidad de replicarse en todo el país.
El punto energético es el otro bastión del Gobierno: intentará reformar la ley de energías renovables para incorporar esta tecnología, conocida como waste to energy, una forma de energía limpia.
Sin embargo, desde el sector ambientalista señalan que atenta contra los puestos de trabajo ligados al reciclaje y desaprovecha un potencial enorme de generación de empleos. De acuerdo con datos del sector, en la Argentina 200.000 personas trabajan en la recolección, clasificación y procesamiento de materiales para reciclaje, sólo en el sector de la economía popular. A ello se suman quienes trabajan en industrias y otros circuitos de reciclado.
Estas fuentes de trabajo entran en serio riesgo si deben competir con una tecnología que para generar energía necesita materiales con alto poder calorífico, entre los que se encuentran precisamente los que tienen mercado de reciclaje.
Los costos son el otro lado flaco: el costo de instalación de incinerador de 3000 toneladas día ronda los 600 millones de dólares. A eso se suman los altos costos de operación y monitoreo.
Los hornos incineradores funcionaron en Buenos Aires hasta los 70. La gran contaminación que generaba la quema los prohibió. La tecnología nueva es diferente. Es más moderna y se utiliza en países europeos y en algunas ciudades estadounidenses.
Los hornos incineradores utilizan un combustible que puede ser gas, gasoil o fueloil, para quemar la basura. La basura incinerada genera energía que se usa para el mismo horno y también puede utilizarse para el sistema eléctrico. Sin embargo, el gran problema son los contaminantes que emanan de esa quema, así como también las cenizas que quedan como residuos.
Para los ambientalistas no sólo tiene que ver con los costos: en las ciudades europeas y, especialmente en Estados Unidos, son complementarias de otros sistemas.
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El ex Zoo porteño inicia obras para reconvertirse



Cierran por dos años el ex Zoo porteño para comenzar la obra de reconversión en Ecoparque  

Fecha de Publicación
: 03/09/2017
Fuente: Clarín
Provincia/Región: CABA


Los trabajos se harán en tres etapas. La primera incluye mejoras en los recintos de los animales y transformar los extremos del predio en parques de libre acceso.
La fauna acuática. En el proyecto está contemplado conservarla en el parque. Actualmente hay 1.300 animales y la idea es que queden alrededor de 300.
Mañana, la inmensa jaula de 18 hectáreas que varias generaciones conocimos como Zoo de Buenos Aires, y que durante 141 años fue visitada por millones de familias en el riñón de Palermo, empieza a abrirse para siempre. Y aunque no todos los animales que residen en ella hace décadas podrán dejarla atrás, los que queden van a modificar sustancialmente su calidad de vida y su obsoleta condición de "piezas de exhibición". A partir del viernes, el zoológico cerrará por dos años, mientras se reali- za la primera parte de la obra para reconvertirlo en Ecoparque.
A un año y medio de sancionada la ley que revocó la concesión del predio a privados, el complejo con acceso sobre Santa Fe y avenida Sarmiento cuelga el cartel de inicio de obra y encara una transformación integral que consta de tres etapas. La primera comienza este viernes y estaría terminada en septiembre de 2019.
"En estos 24 meses va a haber dos tipos de trabajos: las obras de bienes
tar animal, que se van a hacer sobre recintos existentes, y las de transfor
mación, que se van a enfocar principalmente en las puntas del parque, sobre Plaza Italia y Libertador", resume Manuel Pascal, jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Ecoparque del Ministerio de Modernización porteño. Mientras, el acceso al público general estará restringido.
"La propuesta que había no era la más atractiva -explica-. Y la gente se vería defraudada si paga una entrada y visita el parque cuando hay mucho movimiento de obras. Además, queremos tener todos los equipos enfocados en la cuestión animal".
Es que imaginarse una grúa o un taladro entre jirafas, camellos, osos hormigueros y felinos ya es de por sí una imagen sensible. Sumarle a eso la presencia de niños y adultos resulta casi imposible. Por ello, durante este primer tramo de reconversión, los recursos humanos que se destinaban a las visitas, y que se conocen como guardianes de parque, pasarán a ser guardianes de obra, velando por el bienestar de los ejemplares que allí residen y controlando que no presenten cambios en su comportamiento durante la labor de las máquinas.
"Todos los pliegos de la obra tienen un anexo de bienestar animal -detalla Pascal-. Un equipo técnico define el plan de trabajo: tiempo de descanso, maquinarias permitidas y prohibidas, restricción de ruidos -se han sacado las alarmas para marcha atrás de los camiones-. Hay un protocolo para las obras en recinto, mientras que las de transformación están pensadas en zonas sin animales".
En esta primera etapa, también se contemplan los trabajos de infraestructura para el cuidado animal, como el hospital veterinario, el comedor y la sala de nutrición animal, junto con la biblioteca. Los extremos del parque pasarán a ser de acceso libre y gratuito, y en ellos quedarán plasmados la estética y el concepto de lo que será el futuro Ecoparque.
Mezcla de sustentabilidad arquitectónica y legado histórico, el futuro complejo va a conservar sus 52 edificios declarados Patrimonio Histórico, y que serán puestos en valor a medida que avance el masterplan. La colección faunística sufrirá numerosas derivaciones y nuevos ingresos, pero también conservará dentro de su inventario a los últimos ejemplares de aquellas especies que, por motivos de salud o por ser gerontes, no pueden ser trasladados. Sin embargo, no serán reemplazados cuando concluyan su ciclo vital.
"Son esos animales de los que vamos a poder contar 'ésta es la última jirafa que vivió en la Ciudad de Buenos Aires'. Así explicaremos desde el punto de vista educativo ese cambio de paradigma que hay del Zoológico al Ecoparque. Hay que lograr que el animal tenga un rol educativo y no de recreación, y que aquél que vaya a estar en un futuro en el predio, esté cumpliendo un rol de conservación. Se quiere trabajar con lo autóctono, lo que está en amenaza y lo vulnerable", adelanta Pascal.
Las 4,5 hectáreas de las puntas del parque formarán parte de las 12 li
bres, donde se buscará aumentar un 24% el espacio verde y reducir un 40% los senderos de concreto. También se generarán nuevos accesos, por lo que el parque será más permeable a la integración urbana. Además, habrá baños y un sector de comidas.
"Concretamente, en la osera que da a Libertador hay un proyecto para hacer un 'ecomercado' -cuenta el funcionario-. La idea es que tenga una línea de productos regionales con una lógica de alimentos sustentables, orgánicos y que también permitan hacer un recorrido similar al de las ecorregiones que se armarán en el núcleo del parque".

Continúa el traslado de los animales
En el ex Zoo hay 1300 animales y el plan oficial es que queden cerca de 300. Así lo confirmó Rodrigo Fariña, encargado de los programas de Conservación, el área Educativa y la supervisión de las derivaciones en el Ecoparque. "Estamos analizando con qué especies el parque puede aportar, ya sea desde el rescate y la rehabilitación, la cría o albergando a ejemplares inhabilitados para volver a su medio pero que pueden cumplir un rol educativo", detalla.
Hasta ahora derivaron 350. Y próximamente, 130 ciervos y antílopes serán llevados a la Estación de Cría de Animales Silvestres, en La Plata. Los proyectos de conservación existentes, como el del cóndor andino y el banco genético, seguirán funcionando. "Habrá varios ejes de trabajo, muchos de ellos vinculados a la recepción de aves y reptiles recuperados del tráfico ilegal. Porque el parque puede cumplir una tarea de rescate y rehabilitación", explica Fariña.
En estos 24 meses habrá obras de bienestar animal sobre los recintos existentes y obras de transformación, que se van a enfocar en las puntas sobre Plaza Italia y Libertador Manuel Pascal (Jefe de Gabinete de la Subsecretaría de Ecoparque)
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Candidato a diputado contaminado con glifosato

Porteños contaminados: un candidato descubrió que tiene glifosato en sangre
 
Fecha de Publicación: 14/08/2017
Fuente: InfoNews
Provincia/Región: CABA


Enrique Viale, candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires en estas PASO, se hizo los estudios correspondientes y recibió la mala noticia.
Los estragos que hacen los agroquímicos en las personas que viven cerca de plantaciones agrícolas son conocidos, pese al silencio de los medios y el poderoso lobby de los laboratorios.
Sin embargo, en este caso, un candidato a diputado porteño demostró que el peligro excede a esas poblaciones ya que, a través de un análisis de sangre, descubrió que también él, viviendo en la ciudad, está contaminado.
Se trata de Enrique Viale, postulante por Proyecto Sur, quien aspira a una banca en el Congreso de la Nación. "Lamentablemente los resultados han arrojado presencia de glifosato, metabolito AMPA y otro tipo de venenos en mi organismo. No hay forma de quitarlos", expresó una vez recibida la mala noticia.
Y agregó: "Yo no vivo en el campo, vivo en la ciudad. Así que solo tiene como explicación la ingesta de alimentos". También reveló que un estudio reciente del Conicet indica que al menos el 60% de las frutas y verduras que se comercializan en la Ciudad contienen agrotóxicos.
También desde su cuenta de Twitter instó a los candidatos de las otras listas como Elisa Carrió, Daniel Filmus y Martín Lousteau a que se sometan a los mismos exámenes médicos para determinar si también están intoxicados.
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17 mil toneladas de residuos por día al Ceamse



17 mil toneladas de desechos por día: cómo es el camino de la basura en Buenos Aires

Fecha de Publicación
: 01/08/2017
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: Capital Federal  - Buenos Aires


Esa cantidad es la que llega al predio de Ceamse en el camino del Buen Ayre. Cuáles son los procesos para evitar la contaminación y la saturación del suelo
Dos mil quinientos camiones de recolección, uno pegado detrás del otro, desde una punta de la General Paz a la otra, cargados con 17 mil toneladas de basura, cada uno de los días del año, en un circuito infinito. La foto imaginaria quizá sirva para comprender la magnitud de volúmen y movimiento permanente que tienen los residuos que desechan casi 15 millones de habitantes que viven o trabajan o las dos cosas en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
¿Y a dónde van a parar esos 17 millones de kilos diarios? La respuesta está bajo la tierra de las 500 hectáreas que ocupa el Complejo Ambiental Norte III de Ceamse. Esta pequeña "ciudad" ubicada entre los municipios de Tigre, San Miguel y San Martín recibe y procesa alrededor del 40% de la basura que se produce en todo el país y es el centro de operaciones donde un equipo de ingenieros corre una carrera contra la degradación del medio ambiente.
Desde hace menos de cinco años, Ceamse -una empresa creada por los estados de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad- trabaja para convertir una porción cada vez más grande de basura en energía o en nuevos productos utilizables: clasifica material reciclable, reconvierte el caucho, fabrica ladrillos con la sobra de los alimentos, genera compost a partir de los residuos verdes y la poda, transforma el líquido que exhuda la basura en agua de riego y convierte los gases en energía eléctrica.
Suena futurista, pero en países avanzados y con profunda conciencia ecológica como Alemania o Noruega, el 80% de la basura recibe este proceso. "Acá estamos en el 13%", aclara Marcelo Rosso, gerente de Nuevas Tecnologías y Control Ambiental. Parece poco, pero según explica el hombre, es un porcentaje alto si se compara con la media mundial.
Efectivamente, 1.100 de las 17.000 toneladas van a parar a la planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB), el sector más moderno del lugar. Un galpón integrado por cuatro líneas de producción que huele a fruta podrida, orina, a dulce, a cítrico o a todo junto, bajo un ruido tan constante que en algún momento desaparece por costumbre. En este espacio se procesan los desechos que llegan de la Ciudad de Buenos Aires, donde, supuestamente, cada habitante debiera separar los residuos sólidos recuperables (papel, plástico, cartón) de los que no lo son.
Aquí la basura es tomada por unos "pulpos" mecánicos que la apoyan sobre cintas, con destino a una máquina que la tritura. Más tarde ingresa en un trommel, que no es otra cosa que un cilindro que separa lo orgánico de lo sólido. En este punto del proceso las máquinas ceden el lugar a los seres humanos. Un equipo de operarios separa con sus manos lo reciclable. Los metales también siguen su propio curso hasta que dan con un metal que los atrapa para su selección. Todo lo que puede ser reutilizable se enfarda en unos cubos compactos y enormes y el resto va a parar a los "módulos". Con este proceso se recuperan unas 600 toneladas cada día.
El camino de la basura de los porteños y los habitantes del conurbano empieza en los tachos de cada casa. Salvo esas 1.100 toneladas diarias, la etapa de transformación de la mayoría de la basura arranca cuando los camiones la vuelcan en las "montañas" que le dan al terreno del complejo Norte III una topografía serrana. Técnicamente se les llama "módulos" y allí la depositan los camiones. Casi 16 mil toneladas, más lo que sobra del TMB van a parar bajo tierra, con una técnica que se denomina de "relleno sanitario" (y que es la que implementa Estados Unidos, en contraposición con la "europea" TMB). Pero no es como en aquel célebre capítulo de Los Simpson, aquí la basura no se esconde debajo de la alfombra: se asegura el aislamiento con tres capas de impermiabilización (polietileno, suelo arcilloso y tierra natural) con el fin de preservar los recursos de agua, tierra y aire.
Las montañas de basura se van degradando y "transpiran" un líquido conocido como "lixiviado", que es extraído por un equipo de bombeo para que no contamine las napas. De allí va a parar a la que las autoridades de Ceamse denoniman "la planta más grande del mundo" de este tipo: un piletón inmenso donde se revuelven 2.000 metros cúbicos de este líquido cada día. Es un agua marrón, viscosa y con un aroma nauseabundo, pero que luego de un proceso de varios filtrados y "nanofiltrados" se convierte en agua limpia que la empresa usa para regar su predio o devuelve a la cuenca del río Reconquista, que recorre el centro Norte III como una cicatriz. Realmente, parece un milagro de la modernidad que de la basura salga agua.
De hecho, parte de los residuos no sólo se vuelven agua, también se convierten en energía. La basura enterrada despide gases tóxicos para el medio ambiente como el metano, que contribuye al efecto invernadero. Si el proceso del agua parece a simple vista una técnica compleja pero comprensible, el hecho de pensar que la basura puede contribuir a la iluminación de un barrio de 15 mil hogares o un camino suena de ciencia ficción. Pero es real.
El gas metano es captado y transportado por cañerías hasta una zona de compresores muy ruidosos que enfrían el gas y lo transforman en "biogás". Pero el proceso no termina allí, ya que eso se convierte en energía y se transmite por medio de un electroducto subterráneo de casi 8 kilómetros de largo (cables) hasta la subestación Rotonda, en la localidad de José León Suárez, y de ahí a la distribución final de energía que abastece a hogares bonaerenses.
Ceamse capta las cubiertas de vehículos de caucho y reconvierte el material. Con las sobras vegetales de podas y ramas produce compost en silobolsas. Y con los alimentos, desde el año próximo abrirá una fábrica de "ecoladrillos". Por ahora trata la basura con una técnica mixta: un poco lo que hace Estados Unidos, que considera que la técnica de relleno sanitario es la menos costosa, tanto a nivel económico como ecológico, o la europea, donde, por caso, Noruega genera tan poca basura que usa sus plantas para transformar los residuos de países vecinos y vender la energía que produce.
A eso, de alguna manera, apuntan las mentes que miran al futuro en la inmensa ciudad de desechos que es el centro Norte III. "Hoy procesamos el 13%, pero queremos llegar al 100% en 2030", explica Rosso. Es que a diferencia de lo que todos creemos, los desperdicios tienen cada vez más valor.
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Riachuelo: prometen relocalizar las familias en dos años



Larreta promete mudar a todas las familias de la orilla del Riachuelo para 2019

Fecha de Publicación
: 24/07/2017
Fuente: LPO
Provincia/Región: Riachuelo


Horacio Rodríguez Larreta planea trasladar en los próximos dos años a todas las familias que viven en el Camino de Sirga, a la vera del contaminado Riachuelo . "Nuestro objetivo es que no quede nadie para 2019", adelantaron a LPO desde el gobierno porteño. El IVC tiene más de 1400 casas en carpeta.
La cuenca del Riachuelo es uno de los puntos más complicados de la Ciudad. El río se transformó en una de los cauces más contaminados del mundo luego de décadas en que las empresas y municipios vertieron todo tipo de desechos en sus aguas.
En 2008 el fallo Mendoza, dictado por la Corte Suprema obligó a los gobiernos nacional, porteño, bonaerense y a todos los municipios que están sobre la cuenca de los ríos Matanza y Riachuelo a participar del saneamiento del río.
El fallo también exige que todos los habitantes del camino de Sirga sean relocalizados, una tarea que marchó muy lentamente durante las dos gestiones de Mauricio Macri al frente de la Ciudad. Hasta ahora 566 familias dejaron sus hogares a la vera del Riachuelo y aún 1294 familias están a la espera.
El Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) tiene a cargo la relocalización de los pobladores y la construcción de las nuevas viviendas. El organismo gestionado por el joven Ignacio Maquieyra está construyendo 675 viviendas, tiene 421 licitadas y hay otras 421 que están aún en proyecto.
El camino de Sirga es la franja de 15 metros desde la orilla de un río que estar liberada para uso público. En el caso del Riachuelo hay varios asentamientos como El Pueblito, Luján, Magaldi, Villa 26 y, el principal, la Villa 21-24.
Algunas familias fueron reubicadas en los barrios de Pompeya y Lugano, en los complejos San Francisco, Padre Mugica, Piletones.
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Las cifras del desperdicio de comida es obsceno



En la Ciudad, cada persona tira a la basura 2,9 kilos de alimentos por año

Fecha de Publicación
: 08/07/2017
Fuente: Clarín
Provincia/Región: BACA


Representa 9.500 toneladas de comida que se desperdicia. Buenos Aires está por encima de la media mundial. Se firmó un convenio para bajar la cifra en hogares y restoranes.
Por comprar de más, porque se la conserva mal, porque no se la cocina como corresponde, porque se sirven porciones muy grandes. Los motivos son muchos pero el resultado es el mismo: cada año, los porteños desperdician 2,9 kilos de comida. Para evitarlo, el Gobierno, los restoranes, los empleados gastronómicos y otras instituciones firmaron ayer un convenio para evitar que se tiren tantos alimentos.
El dato surge de un estudio que realizó la Universidad de Bologna a pedido del Gobierno porteño. El año pasado se desperdiciaron 9.500 toneladas de comidas, equivalentes a $ 2.380 millones. El ranking fue encabezado por las frutas y verduras, y seguidas por los lácteos, panificados y comidas preparadas.
El programa "Cuidemos los alimentos" fue presentado ayer por el Gobierno porteño, en conjunto con la FAO, la organización de la ONU para la alimentación. Participaron la Asociación de Hoteles, Restoranes, Confiterías y Cafés, el sindicato de Gastronómicos y la asociación ACELGA que nuclea a los principales chefs de Argentina.
Hay muchas conductas cotidianas de los porteños que confluyen para llegar a este resultado. Por ejemplo, el 51% de la gente no chequea la fecha de vencimiento de los productos que compra. Además, sólo un 34% de las personas compra la comida siguiendo un listado previo.
En un país con un 30% de pobres y miles de personas en la indigencia, este fenómeno se vuelve más preocupante. Y sobre todo si se tienen en cuenta los constantes aumentos de precios que sufren los alimentos desde hace años. Según el Indice de Precios al Consumidor que mide la Ciudad, en mayo último el rubro "alimentos y bebidas" subió un 23,6%. De hecho, analistas privados anticiparon que la inflación de junio rondará el 1,5% mensual, impulsada en gran parte por el encarecimiento de los alimentos, que golpea más fuertemente a los más pobres.
El desperdicio de comida es un fenómeno global. De acuerdo a la FAO, un tercio de los alimentos producidos en el planeta se desperdician. El 10%, en Latinoamérica. De hecho, se estima que para 2050 la producción de alimentos debería aumentar un 60% sólo para compensar el crecimiento poblacional.
"Los números de Buenos Aires están un poco por encima de la media en comparación con otros lugares. Se necesita un cambio cultural, modificar hábitos de consumo", explicó Francisco Yofre, representante de la FAO en el país.
El convenio apunta en esa dirección. Por un lado, el Gobierno porteño lanzará una campaña de información en sus Estaciones Saludables y Puntos Verdes, además de los distintos eventos gastronómicos que se organizan en la Ciudad. La idea es informar a la gente para que planifique mejor sus compras, que aprenda a reutilizar alimentos y otras conductas. Se estima que el 60% de los alimentos se desperdicia en los hogares y el resto en los restoranes.
También armarán una "Red de Restoranes Sustentables": en cerca de 40 establecimientos repartirán unas 36.000 cajas para que los clientes se lleven a sus hogares la comida que no terminan de consumir. La idea es que luego otros establecimientos gastronómicos se sumen e incentiven a su público a aprovechar las "doggie bag", como se las conoce en otros países.
"Reducir el desperdicio de alimentos es fundamental para asegurar la sustentabilidad ambiental", aseguró Fernando Straface, el Secretario General de la Ciudad.
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Baja eficiencia en recuperación de RSU en la CABA



Reciclado: sólo se recupera el 6% de los residuos que produce la ciudad

Fecha de Publicación
: 16/06/2017
Fuente: La Nación
Provincia/Región: CABA


Son 400 toneladas diarias de las 6500 que se generan, según cifras oficiales; expertos y empresarios hablan de políticas discontinuas y de poco conocimiento vecinal de las diferentes alternativas
Hay contenedores verdes, centros de acopio en plazas y parques, 12 cooperativas de cartoneros que recorren los barrios y un presupuesto de $ 255 millones destinado a concientizar sobre los beneficios de separar los residuos. Sin embargo, a 12 años de la sanción de la ley de basura cero, que obliga a los porteños a reciclar sus desechos, apenas se recupera el 6% de lo que se genera.
Mal funcionamiento y escasez de dispositivos, intermitencia en las campañas de difusión y pocos controles son algunas de las razones que explican por qué es tan difícil sostener una política de reciclado en la ciudad.
Falta de equipamiento para los recuperadores urbanos y de una sistematización de datos son otras. Así lo enumeran expertos, funcionarios y representantes de sectores de la producción.
Alejandra Castillo vive en Villa Urquiza y en su edificio, por ejemplo, la administración y el consorcio desconocen que el encargado debe recoger los residuos por separado, llevar la basura al contenedor correspondiente y comunicarse con la cooperativa que trabaja en su barrio para que pase a retirar los materiales reciclables. Por un acuerdo que el gobierno porteño suscribió con el gremio de encargados, estos reciben un plus salarial por su participación en el circuito.
"Nadie sabe qué tenemos que hacer. El portero no cobra ese plus ni nosotros separamos. Una sola vecina lleva los reciclables a la plaza de Villa Pueyrredón donde está el punto verde, porque tampoco tenemos campanas para depositar residuos secos en nuestra cuadra", indicó la vecina a LA NACION. Castillo había empezado a separar cuando estaban las bolsas verdes y negras, pero se sintió desalentada al ver que todo se terminaba depositando junto.
En la ciudad se generan por día 6500 toneladas de residuos. Y, según cifras oficiales, sólo llega a 400 toneladas diarias el material recuperado, que se acopia en las 58 plazas, las 300 campanas verdes colocadas en distintos barrios y mediante la tarea de los 5324 recolectores urbanos a los que el gobierno les paga un sueldo básico.
"Estamos trabajando para mejorar, para ordenar la calle. La cantidad de material reciclado que se junta va mejorando, la gente tiene que adquirir el hábito", indicaron fuentes de la Dirección General de Reciclado porteña.
Francisco Suárez, investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento y autor de La Reina del Plata, Buenos Aires: sociedad y residuos, opinó: "Algunos puntos no se articularon bien. Uno es la relación entre el vecino, las cooperativas y los recuperadores. Hoy la gente no sabe bien qué pasa con esa campana o con la recolección puerta a puerta, nunca se terminó de aceitar bien el sistema. En una década hubo cinco o seis sistemas distintos de contenedores, que resuelven temas de higiene urbana pero no de reciclado. Por el contrario, lo complejizan".
Coincidió Alicia Montoya, de la cooperativa El Álamo: "Hay cooperativas que no dan abasto. Reclamamos más camiones para poder mejorar la logística y así poder dar un buen servicio. Pero cada siete meses hay un nuevo funcionario en el área de Reciclado. Para que efectivamente se pueda avanzar, se tiene que hacer una inversión que la ciudad no está dispuesta a hacer. No hay un sistema de gestión".
Montoya se refiere al área hoy a cargo de Yamil Minakowski, tercer director general desde que asumió Horacio Rodríguez Larreta como jefe de gobierno, hace un año y medio. El recambio de funcionarios puede explicar la discontinuidad de las políticas, pero es llamativo que el número de material reciclado se mantenga hace cinco años.
Según un estudio realizado por la Facultad de Ingeniería de la UBA, se podría reciclar al menos el 11,5% de los residuos porteños. Por composición, el 44% del total de desechos es orgánico; el papel representa entre el 15% y 20%, y el plástico -el que más creció en la última década- llegó al 19,1%. El análisis sostiene que hace dos años se registró una presencia del 12% de este material, lo que significa que hay mucho que se recupera en un circuito informal.
Cuando se habla de envases plásticos se engloba el PET, el material del que están hechos la mayoría de los envases domésticos de bebidas. En la industria se estima que en la ciudad se consumen 2500 toneladas de PET por mes.
Mario Tonelli, representante de Ecoplas e integrante de la mesa intersectorial Basura Cero, indicó: "Nuestro interrogante es precisamente cuánto de esas 400 toneladas es plástico. La industria necesita materia prima y el reciclado es una de las posibilidades. Nos preocupa que no haya registros oficiales. Necesitamos datos para poder estimar inversiones y vemos que hace años están estancados".
La Ciudad paga $ 8500 millones a las empresas de higiene urbana por prestar el servicio de recolección de residuos húmedos; el 3% de ese monto debe estar destinado a campañas de concientización.
Además de lo establecido en la ley denominada Basura Cero, la reducción de la basura es un compromiso que la Ciudad firmó con la provincia ya que entierra sus residuos en el relleno Norte III, en San Martín. En los últimos años la cantidad disminuyó, pero no por separación en origen, sino porque el distrito procesa 2500 toneladas de restos de obras de construcción en una planta en Villa Soldati, más lo que se trata en la planta de Tratamiento Biológico del mencionado complejo.

Contradicción con algunas encuestas
En algunas encuestas realizadas, los vecinos aseguran que separan sus residuos. Pero los números oficiales no se condicen con lo que se manifiesta en público.
Según un sondeo realizado por el Consejo Económico y Social de la ciudad, el 65% de los porteños separa los residuos. En tanto, un relevamiento del Centro de Estudios Nuevo Milenio arrojó que lo hace el 22%.
Hace 12 años, la ley de basura cero determinó que la Ciudad debería recuperar el 30% de los residuos reciclables a 2012; ese porcentaje trepaba a un 75% para este año. Para 2020, estableció la prohibición total de envío de residuos reciclables o aprovechables a rellenos sanitarios. Sin embargo, está lejos de esos objetivos.
En su planta de reciclado de Villa Soldati, la ciudad procesa 2400 t diarias de residuos áridos, que se recuperan en un 95% y son vendidos a la industria de la construcción; 80 t de residuos forestales, que se usan como compost y en el espacio público; 10 t de orgánicos y 14 t de PET.
A las cooperativas de cartoneros llega lo que deben separar grandes generadores y lo que se recolecta en los contenedores que están en las calles.
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Presentan la idea del Ecoparque tras 50 mil sugerencias



Así será la transformación del Ecoparque, tras 50 mil sugerencias de los vecinos

Fecha de Publicación
: 28/05/2017
Fuente: girabsas.com
Provincia/Región: CABA


Se presentó el programa de trabajo para los próximos años sobre las 18 hectáreas que conforman el predio del exzoológico ubicado en el barrio de Palermo; conocé cómo serán los cambios
"Para llegar a lo que teníamos acá tuvimos 135 años de construir este zoológico de estilo victoriano, que ya quedan pocos o ninguno en las grandes ciudades del mundo; y tomamos la decisión política e histórica de revertir ese proceso, de hacerlo participativo", subrayó.
La iniciativa propone una doble lógica para el lugar, con una zona de acceso libre y gratuita de 12 hectáreas y otra controlada que a su vez estarán divididas en cinco espacios de uso específico; conexión central, conservación y eco-regiones, investigación y educación, arte y cultura, y recreación y consumo sustentable. En ese sentido, Freire explicó que el lanzamiento del Plan General es "la etapa dos" del proceso iniciado en 2016, y que estará enfocado en tres ejes principales.
"El primero es el bienestar animal, que va a seguir siendo la prioridad y que es un tema muy complejo; el segundo es el patrimonio arquitectónico porque hay 48 edificios de patrimonio histórico en este predio que queremos preservar, poner en valor y que sea un paseo dentro del paseo; Y por último, integrar a los vecinos y que esto sea un centro educativo para la familia, orientado al bienestar animal y al medioambiente", apuntó Freire.
Según el proyecto, el sector de conexión central será "el corazón del parque", el nudo donde se entrelazan las circulaciones libre, el acceso a la zona controlada y un centro de interpretación de la biodiversidad; a la vez, generará una conexión urbana entre la calle República de la India y la Avenida Sarmiento.
En tanto, en el sector de conservación y eco-regiones, los visitantes realizarán un recorrido por la biodiversidad de cada lugar del país representado y conocerán los detalles de cada proyecto a través de una experiencia inmersiva.
En la zona de investigación y educación funcionará el Centro de Rescate Animal, administración del parque y edificios para la educación; también habrá un auditorio para charlas, conferencias y clases para niños enfocadas en educación de la fauna argentina y un ámbito para que emprendedores comprometidos con la sustentabilidad puedan exponer sus proyectos.
En el sector de arte y cultura habrá una galería de arte contemporáneo enfocada en mensajes sobre el ambiente y la biodiversidad, así como talleres para niños y un museo de ciencias naturales enfocado en fauna autóctona.
El espacio de recreación y consumo sustentable será destinado a actividades lúdicas para niños con foco en la educación ambiental y la biodiversidad argentina, junto a actividades y usos para concientizar sobre el consumo sustentable.
El proyecto final es de largo plazo porque respeta los tiempos de los animales, asegurando su bienestar; el proceso está pensado en tres grandes etapas 2017-2019, 2020-2023 y 2023-en adelante, sujetos a los tiempos biológicos de los ejemplares que no puedan ser derivados.
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Una "fábrica de árboles" para Capital Federal



Fábrica de árboles: generan 6.000 por año para cambiar el paisaje verde de la Ciudad

Fecha de Publicación
: 25/05/2017
Fuente: Clarín
Provincia/Región: CABA


Trabajan en la Reserva Ecológica y en el Parque Avellaneda para renovar los ejemplares que están en veredas y parques. Los expertos dicen que la arboleda actual está desactualizada.
“La arboleda quedó desactualizada. Los plátanos dan alergia, las tipas se caen y hay tantos fresnos que si un hongo los enferma perdemos la mitad de los ejemplares”, dice Jorge Serángelo, un técnico botánico con más de 30 años entre árboles. Trabaja en el Parque Avellaneda dentro de una cúpula de varillas flexibles y cubierta de lona. La llaman domo y guarda 1.000 ejemplares distribuidos en macetas negras de distintos tamaños y decenas más, que aún son semilla y esperan su germinación en bandejas llenas de compost y sustrato de río. La cúpula tiene estética de ciencia ficción: blanca y de bordes metálicos, hecha sobre el esqueleto de un viejo tanque australiano.
 En la Ciudad de Buenos Aires hay dos grandes incubadoras de árboles, capaces de generar 6.000 ejemplares por año. Son zonas de experimentación dirigidas por botánicos que intervienen en la gestación, nacimiento y desarrollo de árboles autóctonos de la región del Río de la Plata o de especies propias de la Argentina que sean aptas para veredas, plazas y parques. Una funciona en la Reserva Ecológica, la otra en Parque Avellaneda. Ahí todo empezó con una pregunta. ¿Un árbol del norte argentino puede sobrevivir en la Ciudad?
Hacia 1890 Carlos Thays -que no era Carlos, sino Jules Charles- comprobó que en Buenos Aires crecían árboles de clima subtropical al plantar tipas, ceibos y palos borrachos que había descubierto en selvas de Salta y Tucumán. Pero desde entonces pasaron más de 100 años y en la cabeza de los expertos había una exportación inédita. Era la de un ejemplar de tronco bajo y copa redonda, que se llena de flores amarillas en febrero y marzo: el cassia carnaval. Originario de Jujuy y Salta, hay uno en suelo porteño. Es un solitario que hace 30 años aclimató un vecino en una vereda de Villa Luro. Hasta ahí fueron. Extrajeron semillas y las sembraron en tierra nueva. Los primeros brotes aparecieron, la duda quedó atrás y creció a un objetivo: modernizar el paisaje urbano con otras plantaciones. Jorge Jacod, otro botánico de Parque Avellaneda, se ilusiona con la próxima Buenos Aires en flor: “Rosada con el lapacho; azul violáceo (o celeste o lila) con el jacarandá; blanca con la pezuña de vaca; roja con el ceibo; amarilla con el cassia carnaval. Cinco colores, cinco especies”.
El árbol es más que la arquitectura viva de las ciudades. Produce oxígeno, absorbe dióxido de carbono y amortigua ruidos. Aunque no hay árboles nativos de las urbes, los que van a veredas, plazas y parques tienen una planificación detrás. “Plantar un fresno, un paraíso, un plátano o una tipa perdió sentido. Esos árboles demostraron que tienen problemas de salud. Nosotros estamos sembrando especies que no superan los siete metros, no rompen veredas y son resistentes”, dice Serángelo. Camina entre árboles, que parecen plantas acomodándose a sus envases: “Este arbolito tiene poco más de dos años. Es un jacarandá -Serángelo acaricia las hojas, perladas por el agua que gotea del techo (el domo transpira)-. Está en una maceta de 20 litros y es el hermano de otro que pusimos en la calle. Lo cultivamos con fertilizantes orgánicos, tiene cuidados especiales, queremos árboles fuertes”.
La producción del domo y de un invernáculo exterior con 500 ejemplares abastece a los barrios de Villa Soldati, Riachuelo, Lugano, Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda. También al Parque General Paz, en Saavedra. Se usa para reemplazar plantaciones enfermas o llevar verde a espacios grises. “A fin de año esperamos llegar a los 5.000 árboles. El objetivo, a 2019, es reproducir ejemplares para toda la Capital y que el Estado no tenga que comprar a viveros privados”, dice Gabriel Borges, el responsable del mantenimiento del espacio público de las comunas de la Ciudad. Adrián Peña, a cargo del arbolado público, del domo y el vivero del parque, precisa: “Un árbol cuesta entre 300 y 500 pesos, según la especie. Es un ahorro importante”.
A pocas cuadras del mundo cotidiano, la naturaleza lo intenta otra vez. En la Reserva Ecológica Costanera Sur, al costado de un invernáculo con forma de granero de campo, un hombre poda. Corta los bordes de un canelón, un árbol de tronco grueso, rugoso y gris que crece a orillas de ríos. En días será insertado, junto a otros 49 árboles, en un bosque que empezó a formarse con las manos del hombre, las mismas que siglos antes desencadenaron su extinción: “Multiplicamos especies nativas de la región del Río de la Plata para incorporarlas a la reserva y así recuperar el paisaje original. Un ambiente que se perdió desde la llegada de los españoles y que sólo se encuentra en la isla Martín García o en Punta Lara”, dice Fernando Pisera, responsable del vivero del Ministerio de Ambiente y Espacio Público que genera la producción.
Son entre 1.000 y 1.200 árboles al año que van a una porción de tierra escondida. Una cuerda gruesa, al costado de un camino interno de la reserva, impide el paso a esos terrenos. Detrás, escalones de madera guían hacia una vegetación que se vuelve más y más espesa. Bajo los pies, las ramas crujen. “Este es un chal chal. Debe tener seis años -dice Pisera con la mano apoyada en el tronco de corteza escamosa-. Todavía no se reproduce. Recién cuando fructifica puede dejar descendencia”. Alrededor hay palmeras pindó, coronillas y bugres. Más lejos, ejemplares timbó u oreja de negro por la forma y color de su fruto. Especies de las que uno no sabe nada, que no se compran en un vivero comercial. Que llegan al bosque en macetas de 20 a 30 litros después de un proceso de tres años de cultivo. Ahí, en el terreno más benéfico de la reserva, sin rellenos de la autopista 25 de Mayo o de las obras porteñas, es donde empieza el crecimiento real.
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Legislatura pide informes sobre el Riachuelo

Pedido de informes por la contaminación del Riachuelo

Fecha de Publicación
: 19/05/2017
Fuente: Noticias Urbanas
Provincia/Región: Riachuelo


Lo aprobó la Comisión de Ambiente de la Legislatura, que preside María Inés Gorbea. Se denunció que ACUMAR estableció cambios normativos que implican un retroceso en el proceso de saneamiento del río
La Comisión de Ambiente dela Legislatura porteña, que preside María Inés Gorbea, aprobó este martes un pedido de informe al Poder Ejecutivo porteño solicitándole que explique cuál ha sido la posición de los responsables de la Ciudad en la Agencia nacional que recientemente decidió autorizar el vuelco en el río de contaminantes prohibidos internacionalmente.
A través de la Resolución 46/2017, la Autoridad de la Cuenca (ACUMAR) estableció cambios normativos que implican un retroceso en el proceso de saneamiento: ahora las industrias pueden arrojar a los cursos de agua contaminantes hasta ahora prohibidos. Los denominados “contaminantes orgánicos persistentes”, de los cuales el más conocido es el DDT. ACUMAR también ha decidido mantener el permiso a los establecimientos de la cuenca para volcar volúmenes de agua contaminada sin tomar en cuenta la capacidad de depuración de las aguas.
Los legisladores escucharon un detallado y crítico informe de dos especialistas Andrés Nápoli, Director de la organización Fundación de Ambiente y Recursos Naturales, y de Raúl Estrada Oyuela, diplomático de larga especialización en el tema. Y ahora aspiran a conocer cuál ha sido la postura sostenida por los representantes de la Ciudad en el Directorio de ACUMAR durante las deliberaciones que han llevado a la formulación de esa cuestionada Resolución.
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Capital inicia un plan de reforestación



Con 20 mil árboles: Buenos Aires amplía los espacios verdes

Fecha de Publicación
: 04/05/2017
Fuente: El Intransigente
Provincia/Región: CABA


El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la ministra de Educación de la Ciudad, María Soledad Acuña, plantaron este lunes 50 árboles nativos en la Plaza de las Naciones Unidas, como parte de un plan para colocar 20 mil, junto al ex baterista de Soda Stereo, Charly Alberti, y alumnos que forman parte del programa Escuelas Verdes.
"Estamos trabajando juntos para cuidar el medio ambiente en la Ciudad, en el país y en el mundo; junto a la Fundación R21 (a cargo de Alberti) plantaremos// 4 mil árboles de especies nativas, en el marco de un plan para plantar 20 mil árboles, de los cuales 10 mil son autóctonos", anunció Rodríguez Larreta al presentar el programa educativo-ambiental en la plaza de la Floralis Genérica, sobre la Avenida Figueroa Alcorta. El jefe de gobierno precisó que prevén inaugurar espacios verdes en toda la Ciudad, incluso en los lugares donde más se necesita como el centro porteño, con la meta de llegar a 110 hectáreas verdes nuevas y públicas.
Actualmente, hay 1.924 hectáreas cubiertas por espacios verdes en la Ciudad, según cifras oficiales. "Lo más importante es que lo hacemos desde los chicos, con el plan de Escuelas Verdes, que promueve la concientización del cuidado del medio ambiente y está dando muy buen resultado porque ellos nos enseñan a los adultos a separar la basura o a cuidar el agua", agregó.
El ex baterista de Soda Stereo reforzó la importancia de la reforestación y de acompañar la iniciativa oficial en lo ambiental como parte de una visión más amplia para promover acciones conscientes que mejoren el planeta. "Esto para mi es importantísimo, plantar los primeros 50 de los 20 mil arboles es algo hermoso, pero la gente no entiende que todo no es tan feliz en el planeta, porque estamos viviendo un momento muy complicado en el clima, ya que no está bueno tener esta temperatura a esta altura del año ni tener medio país inundado con pérdidas materiales y de cosechas", admitió el músico, a cargo de la Fundación R21.
Participaron además "Séptimo Día-No Descansaré", la producción del Cirque du Soleil inspirada en la música e historia de Soda Stereo, que se presenta en el Luna Park. Alberti afirmó que forestar es uno de los pasos más importantes que podemos hacer como argentinos y seres humanos y agregó que para que los chicos puedan tener un planeta vivible, todos deberían hacer estas prácticas, "que van mucho más allá de la mera plantación de un árbol; todo es para los chicos, para ellos". Por otra parte, ante la pregunta sobre la invasión de mosquitos en la Ciudad, el jefe de gobierno aseguró que "estamos fumigando pero cuidando la salud de la gente y focalizamos en los espacios verdes".
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Bioparque Metropolitano: de la basura al parque público




De relleno sanitario a parque público: harán un paseo verde donde había 46 millones de toneladas de basura

Fecha de Publicación
: 08/04/2017
Fuente: Clarin
Provincia/Región: CABA


Ocupará la mayor parte del predio, que fue cerrado en 2004. Llamarán a un concurso de ideas para convertirlo en un espacio recreativo con un jardín botánico y lugar para el avistaje de aves.
Funcionó desde 1979 hasta el 31 de enero de 2004, cuando cerró tras una fuerte presión de vecinos y ambientalistas. Desde entonces, el ex relleno sanitario de Villa Domínico se fue convirtiendo en un enorme espacio verde, con vegetación de todo tipo y más de 60 especies de aves. Ahora la idea es dar un paso más: la CEAMSE firmó un convenio con la Sociedad Central de Arquitectos y el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires para realizar un concurso de ideas y convertir el lugar en un parque ecológico y recreativo de acceso libre para todos los vecinos.
El "Bioparque Metropolitano" funcionará en 343 de las 400 hectáreas que ocupa el ex relleno sanitario. El terreno queda entre el acceso Sudeste y el Río de la Plata y entre el canal Santo Domingo y la planta potabilizadora de AySA, en la zona ribereña de Avellaneda y Quilmes. "Queremos un proyecto creativo, ambientalmente sustentable para que el predio se integre a los municipios y la Provincia. El 13 de marzo firmamos el convenio, a fines de mayo se presentarán las bases del concurso y en setiembre se conocerán los ganadores. La idea es empezar las obras el año que viene", aseguró el presidente de la CEAMSE, Gustavo Coria.
¿Qué podrá haber? Las alternativas son múltiples, aunque todas deberán estar orientadas a que el predio sea un lugar recreativo y didáctico. Podría haber un jardín botánico, un paseo costero, lugares para avistaje de aves, un anfiteatro para actividades culturales, bicisendas, centros de interpretación con información sobre la flora y fauna local y sobre el manejo de los residuos urbanos, espacios de generación de energías limpias, exposiciones artísticas, visitas guiadas, pruebas para los runners y muchas otras. La idea es avanzar por etapas.
Al complejo se podrá ingresar por tres lugares, desde el acceso Sudeste y las calles Las Flores y Espora. También habrá espacios de estacionamiento y se buscará acercar más líneas de colectivos hasta el ingreso.
El ex relleno sanitario tiene toda una historia. Abrió en 1979, con características similares a los predios de Ensenada (cuyo cierre está pendiente) y el Norte III, que queda junto al Camino del Buen Ayre, en José León Suárez, y es el único que opera al 100%. Fueron parte del proyecto de "Cinturón Ecológico", una iniciativa para crear rellenos para disponer de la basura y a la vez armar barreras naturales contra posibles inundaciones del Río de la Plata.
Recibía unas 6.500 toneladas de residuos diarias, provenientes de la Capital Federal y de los municipios de Avellaneda, Lanús, Quilmes, Esteban Echeverría, Lomas de Zamora, Berazategui, Almirante Brown y Florencio Varela. Hoy, toda esa basura es derivada al complejo Norte III.
Desde el cese de operaciones se encuentra en lo que se denomina "etapa de post-cierre": hasta 2034 la CEAMSE debe controlar que los 46 millones de toneladas de basura enterrada no contaminen el suelo y las napas. En este sentido, en el predio funciona una planta de tratamiento de líquidos lixiviados (los que salen de la basura cuando se descompone) y de tratamiento de gases, por ejemplo.
Pero mientras tanto el lugar fue reconvirtiéndose en un pulmón verde de altísimo valor ambiental, si se considera que está al lado de una zona muy urbanizada como el sur del GBA, y a apenas 10 minutos por autopista desde la Ciudad. El terreno está completamente cubierto de vegetación y hay zonas de bosques nativos, plantaciones de talas, ombúes, espinillos y bambúes, por ejemplo. Además, hay un mirador, 25 kilómetros de caminos internos y están construyendo una pasarela de 600 metros para tener un paseo costero con vista al Río.
El ex relleno alberga también a un lugar sorprendente: el vivero, un sector de una hectárea donde cultivan hasta 50.000 plantas por año que se donan a escuelas, hospitales, ONG y a los municipios bonaerenses para anarquizar sus espacios verdes. Tiene dos sectores que llaman la atención. Primero, un invernadero donde reproducen plantas en peligro de extinción, como el ombucillo, un árbol típico del sudeste de la provincia de Buenos Aires (Magdalena y Punta Indio, entre otras localidades). Segundo, un laboratorio de cultivos in vitro, donde especialistas en botánica consiguen brotes de orquídeas, quebrachos, sauces y otros, que luego trasplantan a las macetas.
No hay muchos antecedentes de rellenos sanitarios recuperados como espacios abiertos. En algunas ciudades de EE.UU., por ejemplo, los convirtieron en canchas de golf. En Barcelona, sobre un viejo relleno de residuos áridos y escombros (no de basura orgánica) armaron un jardín botánico. Y en Copenhague, la capital de Dinamarca, convertirán una planta de tratamiento de residuos en un centro de pistas de esquí.
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