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INTA Formosa avanza en mitigación del cambio climático

En el INTA se trabaja para que los productores puedan mitigar los efectos del cambio climático
Fecha de Publicación: 22/02/2018
Fuente: La Mañana de Formosa
Provincia/Región: Formosa


Federico Miranda, titular de la agencia local del organismo, planteó como “ideal” la creación de alternativas para que cada productor pueda superar los inconvenientes y tenga “una verdadera opción sustentable”
El jefe de la Agencia de Extensión Rural Formosa del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Federico Miranda, dijo que desde el organismo se trabaja para poder brindar alternativas que les permitan a los productores formoseños mitigar los efectos negativos del cambio climático. Además, en diálogo con La Mañana, afirmó que la provincia debe estar preparada para enfrentar las inclemencias climáticas.
“Se pueden planificar muchas obras de infraestructura a través de los organismos nacionales, provinciales y municipales. Pero para asistir al productor que todos los días pone su trabajo y su capital y depende del estado del tiempo, debemos empezar a generar tecnología que le brinde alternativas. No podemos dejarlos solos”, aseveró.
“Estamos tratando de generar pautas de contingencia, con el fin de reducir lo negativo. Pero lo ideal es crear alternativas para que cada productor pueda superar los inconvenientes y tenga una verdadera opción sustentable. Hoy no existen más períodos normales o constantes con respecto a la producción y la temperatura. Desde que comenzó el fenómeno del cambio climático y empezaron a aparecer sus consecuencias inmediatas, lo ‘errático’ pasó a ser lo ‘normal’”, explicó Miranda a este diario.
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Ley de Semillas: criminalización de las semillas criollas



Organizaciones hacen planteos sobre la nueva Ley de Semillas

Fecha de Publicación
: 14/10/2017
Fuente: CBA24
Provincia/Región: Nacional


Consideran que el proyecto en discusión tiene falencias graves y que admite la criminalización de las semillas criollas.
Organizaciones sociales y políticas plantearon cuestionamientos al proyecto de Ley de Semillas que se está analizando en el ámbito del Congreso nacional, ya que consideran que hay una serie de limitaciones en torno a la alternativa del guardado de semillas y la criminalización del uso de semillas criollas.
Lo hicieron frente a la reunión que llevará adelante el cuerpo de asesores de la Comisión de Agricultura y Ganadería, que se realizará este jueves 12 de octubre con la idea de avanzar en la modificación de la normativa actual.
Las organizaciones rechazaron de manera contundente cualquier avance en el tratamiento de la modificación de la Ley de Semillas tal como se plantea desde la Comisión de Agricultura, como ya lo expusieron en la consulta pública efectuada
Consideran que hay una fuerte limitación de la posibilidad de guardar semillas por parte de los agricultores y surge del proyecto una criminalización de las semillas nativas y criollas impidiendo el libre intercambio entre productores familiares, campesinas y campesinos y pueblos originarios.
"Avanzar con estos proyectos significará una entrega de nuestros bienes naturales y una amenaza a la soberanía alimentaria de nuestro pueblo de la que los legisladores que avalen el cambio serán responsables y por la que deberán rendir cuentas en el futuro", expresaron en un documento.
Reafirmaron principios irrenunciables para el abordaje de una ley, como es el rechazo a toda forma de propiedad intelectual sobre las semillas, ya que son una creación colectiva de los pueblos y los intentos de apropiación y privatización a través de los derechos de obtenner patentes o normas de calidad son una amenaza a la soberanía alimentaria de los pueblos.
Además, pretenden garantizar la libre circulación, intercambio y comercio de las semillas nativas y criollas impidiendo su apropiación y monopolio por parte de corporaciones y promover y garantizar su uso de las semillas criollas y nativas en el marco de un impulso a la producción agroecológica en manos de campesinos y campesinas, productores y productoras familiares y pueblos originarios.
La multisectorial denominada "NO a la Ley Monsanto de Semillas" la constituyen GRAIN, Acción por la Biodiversidad, Frente Popular Darío Santillán – CN, Pañuelos en Rebeldía, Tierra para Vivir en COB La Brecha, Greenpeace Argentina, Calisa Fauba Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de FAUBA, ECOS de Saladillo, ONG Naturaleza de Derechos, Colectivo Tinta Verde, Patria Grande, PTS en el Frente de Izquierda, Red de plantas saludables y buen vivir de Buenos Aires, Huerquen, comunicación en colectivo, Asociación por la Justicia Ambiental - AJAM -, Amigos de la Tierra Argentina, Movimiento Nacional Campesino Indígena MNCI - Via Campesina, Red Ecosocialista de la Argentina, MST Movimiento Socialista de los Trabajadores, Río Bravo - Espacio de Lucha Territorial, Frente Universitario de Lujan, Subversión, Red Nacional de Abogados de Pueblos Fumigados, Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de Nutrición UBA, Red Nacional De Acción Ecologista Renace, CTA – Autónoma, Asamblea No a la entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda, Todos los 25 hasta que se vaya Monsanto, Movimiento Estudiantil Liberación, Colectivo Documental Semillas, Red Semillas de Libertad, MPR Quebracho, CTD Aníbal Verón, Movimiento Estudiantil Liberación, Corriente Nuestroamericana de Trabajadores 19 de Diciembre y Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UNLP.
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Un sello para alimentos agroecológicos en Santa Fe

Avanza el sello para alimentos agroecológicos

Fecha de Publicación
: 22/09/2017
Fuente: La Capital
Provincia/Región: Santa Fe


La comisión de Producción del Concejo avaló ayer un proyecto de ordenanza presentado por la edila Verónica Irízar, del bloque Socialista, que apunta a crear en la ciudad el Sistema de Garantía Participativa de Productos Agroecológicos.
Con la iniciativa del Frente Progresista se propone regular los procesos de producción, distribución y comercialización para la obtención del Certificado de Calidad Agroecológica, con el objetivo de impulsar un sistema de producción en el que la validación de calidad de la producción se realice en base a los procedimientos establecidos.
La propuesta, que ahora fue girada a la comisión de Ecología para que después llegue al recinto de sesiones en breve, también plantea propiciar la construcción de redes colaborativas y el intercambio de conocimiento en la materia, entre otros fines.
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San Luis pone en marcha huerta agroecológica provincial

El Gobierno pone en marcha la segunda huerta agroecológica provincial

Fecha de Publicación
: 18/08/2017
Fuente: ANSL
Provincia/Región: San Luis


Será en La Florida y se inaugurará el próximo viernes. El espacio nace bajo un concepto saludable, sin la utilización de agroquímicos. La primera de estas huertas, ya produce hortalizas en Villa de Praga.
Recuperar la memoria productiva de San Luis, obteniendo alimentos sanos, frescos, de calidad y más baratos para la comunidad, es uno de los objetivos que persigue el Ejecutivo puntano. Al interior de esta ambiciosa propuesta y bajo un concepto sustentable, el próximo viernes se inaugurará la segunda huerta agroecológica provincial.
El espacio se ubica en La Florida, territorio donde el Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción, junto a personal del Plan de Inclusión Social, trabajan en el acondicionamiento de la huerta para comenzar a producir. El objetivo es abastecer a los vecinos de la zona con hortalizas y frutas saludables, sin la utilización de agroquímicos en su proceso productivo.
La inauguración se llevará a cabo a partir de las 11:15 pero, antes del acto, tendrá lugar la capacitación “Introducción a la producción hortícola en el marco de la agroecología periurbana”, en el SUM Oasis, ubicado sobre el bulevar de La Florida.
Concluido el encuentro, la comitiva se trasladará a la huerta para su inauguración. Allí, se entregará un kit con las herramientas necesarias para su correcto trabajo y frutales para los vecinos de la zona. Además se desarrollará una forestación en la huerta y se realizará un trabajo a campo junto a alumnos de La Florida y productores hortícolas.
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Pensar el periurbano como opción de producción orgánica



La conquista del periurbano: un plan para la producción sustentable

Fecha de Publicación
: 16/08/2017
Fuente: La Capital
Provincia/Región: Santa Fe


El Programa de Producción Sustentable de Alimentos Periurbanos lanzado semanas atrás por el gobierno provincial extiende su alcance y cobertura con nuevos servicios y gestiones. Junto a Agricultores Federados Argentinos (AFA), se intentará multiplicar la experiencia de reconvertir el uso de tierras para la producción local y regional de alimentos de forma sana, segura y sustentable. Bajo este cometido, también se valúa implementar un seguro para garantizar un sostén para los campos agrícolas de mayores dimensiones donde se implemente el cambio.
El secretario de Desarrollo Territorial y Economía Social, Mauro Casella, explicó que la iniciativa arrancó el año pasado como una prueba piloto cuando se lanzó el cinturón verde en Rosario. La experiencia se fue replicando en municipios y comunas cercanos a esta ciudad y a la capital provincial, donde directamente el gobierno prevé plantear un parque hortícola. Otras 23 localidades también se irán sumando al programa y ya firmaron un contrato con la provincia para desarrollar en sus zonas periurbanas determinadas alternativas de producción convencional, considerando y repensando los aspectos ambientales, sociales y económicos.
El proyecto está orientado a las actividades primarias y a procesos que incluyan un agregado de valor, fomentando la transición agroecológica y los circuitos cortos de comercialización, de manera que las poblaciones accedan a alimentos saludables, libres de contaminantes y producidos por pequeños y medianos productores locales.
El proceso, que se recomienda que realicen los productores asentados en las áreas periurbanas y que se encuentran incluidos dentro del marco restrictivo para la aplicación de agroquímicos, es gradual y contempla cuatro niveles: incrementar la eficiencia en el uso de fitosanitarios para reducir las aplicaciones, con el objetivo de eliminarlas; sustituir insumos y prácticas intensivas por otras más benignas desde el punto de vista ecológico; rediseñar el agroecosistema de forma tal que funcione en base a un nuevo conjunto de procesos ecológicos y una transición en la orientación de valores y en la ética que orienta las decisiones de producción y consumo.
Así, el programa contempla a tres tipos de producciones diferentes según la zona: "el área del departamento Garay y San Cristóbal es un área evidentemente ganadera, los terrenos periurbanos son hortícolas en su mayoría y la zona núcleo explota la producción de granos", detalló el funcionario.
En la zona hortícola, los participantes del programa son productores principalmente de Rosario y de Santa Fe que explotan de una a cinco hectáreas, en su mayoría arrendatarios o titulares que mixturan entre la producción de soja y la hortícola. "Muchos son de la colectividad boliviana que arriendan. Esta es una característica del sector y no sólo del programa", acotó Casella. En cuanto a la producción extensiva, la experiencia se realiza en campos pequeños, de no más de cien hectáreas, de las cuales entre 25 y 50 hectáreas se dedican a la producción de trigo y maíz.
En tanto, la producción de carne se da en campos de diez a cincuenta hectáreas, "donde se hacen pasturas y carnes a través de un sistema de pastoreo rotativo intensivo, sobre pastos naturales de engorde de ganado, haciéndolo rotar entre distintos potreros y con una especie de engorde a corral preparado para pequeños productores", señaló Casella. En todos los casos, el objetivo es "tratar de disminuir la presión de la agricultura intensiva en insumos y químicos, por lo que se promueven pasturas naturales en casos de carnes y producción agroecológica en verduras y granos".
En toda la provincia actualmente hay cerca de cuarenta productores participantes en los distintos rubros, de los cuales una veintena pertenecen a Rosario y su zona periurbana, principalmente horticultores de Villa Gobernador Gálvez, Pérez, Soldini. También hay extensivos en Zavalla, Casilda Bouquet, y hacia el norte en Monte Vera. En tanto, en el departamento San Cristóbal, en localidades como Ersilia y Suardi y en el departamento Garay, en Cayastá y Laguna Paiva, hay producción de pasturas naturales y de carne en el marco del programa.
"Hay muchas experiencias de diferentes tipos de producciones que se hacen en estas zonas que son sustentables ambientalmente y productivamente sostenibles en el tiempo, es decir, no son experiencias sociales", aclaró el funcionario.
Para promover y expandir la iniciativa, funcionarios del área de Desarrollo Territorial y Economía Social se reunieron recientemente con miembros de AFA "para poder trabajar con sus productores que están en las localidades que firmaron convenio con la provincia, y fomentar algunas de las experiencias de producción extensiva de manera que se replique rápidamente", explicó Casella. Incluso, la idea es que el plan se implemente para la próxima campaña.
Potencialmente, el proyecto podría desarrollarse en un total de 18 mil hectáreas en toda la provincia. El cálculo de esta extensión deriva de los terrenos disponibles en los 23 municipios y comunas que firmaron el respectivo convenio con la provincia y en base a las ordenanzas locales que regulan la aplicación de agroquímicos, es decir, la zona de exclusión total o franja verde y demás aplicaciones terrestres. "Es allí donde estamos proponiendo la reconversión productiva de las tierras de los productores que ya la tengan en posesión o las quieran arrendar para este tipo de producciones", apuntó el responsable de Desarrollo Territorial y Economía Social.
En ese sentido, Casella aclaró que esas tierras donde podría aplicarse la reconversión no son fiscales, aunque "en algunos de los municipios firmantes hay parques productivos como los que están en Rosario, Zavalla y Correa. En Arequito querían armar algo similar, pero son experiencias que no alcanzan a una hectárea en la mayoría de los casos, por lo que son más demostrativas o educativas antes que productivas". Sin embargo, "en la mayoría de los casos es al revés: el programa se desarrolla en tierras propias o arrendadas".
Financiamiento. El Programa de Producción Sustentable de Alimentos Periurbanos ofrece dos formas de financianciación: una para los espacios asociativos que se trabajan a través de los municipios y comunas adherentes, vinculados a la producción de insumos. "Se trata de aportes no reembolsables, por ejemplo, para hacer un centro de producción de insumos o para comprar una maquinaria entre dos o tres productores en la zona hortícola", explicó Casella. La otra línea para los productores que se reconviertan son créditos del Fondo de Inversión y Desarrollo provincial para la zona hortícola, de hasta 75 mil pesos, es decir, unos 20 mil pesos por hectárea reconvertida aproximadamente. En tanto, para la ganadería y agricultura extensiva se otorgan hasta 350 mil pesos para insumos y laboreo básico.
La ayuda económica ya llegó a emprendimientos en zonas hortícolas y "en breve vamos a presentar una línea de créditos del Fondo de Inversión y Desarrollo Hortícola, que totaliza 8 millones de pesos", anunció el funcionario. Además, "estamos evaluando crear un seguro para campos agrícolas más grandes, para garantizar un precio sostén por el riesgo que asumen quienes se lanzan a reconvertir la producción".
Comercialización. El programa contempla un circuito de comercialización de la producción, del cual ya está en marcha la oferta hortícola, en numerosas ferias, ventas directas en Rosario, y mercados específicos de productos agroecológicos de venta al paso en Villa Gobernador Gálvez, Pérez, Soldini, Quinteros, Santa Fe y próximamente en el Centro Operativo Experimental Angel Gallardo, en esta capital. También "estamos evaluando más alternativas de comercialización y cambién con la futura apertura del Mercado del Patio (en el Patio de la Madera, en Rosario), se prevé tener algunas góndolas diferenciadas", adelantó Casella.
Finalmente, el proyecto ofrece instrucción para los productores y técnicos, "apuntando fuertemente con las facultades de Agronomía y el Colegio de Ingenieros Agrónomos a la formación en todo lo que es el paradigma de producción sustentable y agroecológica", remató.
"El programa para el gobierno de Santa Fe es una apuesta por la positiva, para brindar alternativas productivas en zonas periurbanas que usualmente se ven como conflictivas entre la urbanización y la producción tradicional. Queremos promocionar otro tipo de producción, que los alimentos se hagan localmente, regionalmente, como en todas partes del mundo y de forma sana, segura y sustentable. Que no sea contradictorio con un modelo de producción que está instalado, pero que sí discuta fuertemente lo que es la matriz de la producción de alimentos en Santa Fe. Hacia eso vamos y creemos que los periurbanos son un territorio propicio para empezar este tipo de experiencia. Ya tiramos la primera piedra y esperamos que podamos seguir creciendo en los próximos dos años", auguró.
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Pengue plantea la agroecología como alternativa





"La agroecología está creciendo"

Fecha de Publicación
: 27/06/2017
Fuente: Argentina Investiga
Provincia/Región: Nacional


Ante los preocupantes impactos de la agricultura industrial, el ingeniero agrónomo Walter Pengue considera viable implementar un modelo productivo agroecológico en beneficio de la población, los productores y el ambiente.
Con un largo y reconocido camino transitado en la temática, Pengue, investigador docente de la UNGS y recientemente designado miembro de número de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente, conversó con Argentina Investiga sobre las políticas públicas en la materia, el problema de la tierra y la necesidad de un reordenamiento territorial participativo del país.
Distintas ciudades del mundo y muchos pueblos y ciudades de la Argentina enfrentan hoy el problema de los altos niveles de contaminación, vinculados a la expansión de la agricultura industrial y el uso de agroquímicos que afectan el ambiente y la salud de las personas. Hasta el momento, las respuestas en la Argentina vinieron por el lado de la prohibición de fumigar a cierta distancia de las viviendas. El ingeniero agrónomo Walter Pengue, investigador docente del área de Ecología del Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), propone -desde hace décadas- la producción agroecológica como modelo alternativo.

–¿Cómo reducir los impactos de la agricultura industrial? ¿Es una solución prohibir fumigar a cierta distancia de las viviendas?
–Hasta ahora no está determinada científicamente una distancia específica, porque cada lugar es distinto y depende de factores climáticos, tipo de producto y manejo. En la provincia de Buenos Aires, los legisladores tratan un proyecto para que el límite para fumigar pase de varios cientos de metros de las viviendas a sólo diez. Una barbaridad, que sólo beneficia a los lobbies empresariales de la agroindustria. Si lo permiten, que se hagan cargo de las muertes. El aumento de las enfermedades es creciente, la carga de químicos también. No digo que se prohíba la producción: debe buscarse una alternativa viable y beneficiosa para todos, en especial en la interfase urbano-rural. Los agricultores que viven en los bordes de ciudades están en pésimas condiciones porque les prohíben fumigar, lo que implica que prácticamente les prohíben producir. La decisión política fue prohibir, pero la presión de los lobbies es enorme. Queremos que se implemente otro tipo de producción. Ni invernáculos, que implican usar muchos agroquímicos, ni buenas prácticas agrícolas, que no resuelven el problema. Proponemos, para los pueblos y ciudades de la Argentina, un Escudo Verde Agroecológico. Así habrá productores, consumidores, ciudadanos y ambientes sanos. Todos ganan. Nadie pierde.

–¿La biotecnología puede ser la solución?
–Muchos sueñan con que la bio y la nanotecnología usadas para desarrollar agroquímicos y bioproductos vinculados con la agricultura industrial sean el camino. No lo es, si pensamos en la alimentación humana. Quizás sí, para producir biomasa (productos), con cualquier destino comercial luego. También soy genetista vegetal, pero por defender mi laboratorio no voy a decir cosas que me parece que no funcionarán para resolver problemas humanos complejos. Crean una solución y al año siguiente tienen un problema mayor. Crean una resistencia en una planta, y enseguida aparece la resistencia a esa resistencia en la naturaleza, y es mucho peor. Es la historia del insecticida y la cucaracha; siempre te queda una cucaracha que no podés matar, pero cada vez “más poderosa”. La naturaleza busca su camino. En la población humana tenemos una resistencia a los antibióticos que cuando se venga una mala (y ya tenemos superbacterias), no van a tener cómo pararla. La OMS advierte claramente sobre ello a los médicos. Lo mismo debería entenderse con los agroquímicos y las plagas. El sistema está resistiendo. Los productores tienen que aplicar más herbicidas, más y más caros, lo que implica más agroquímicos sobre la gente. Tenemos casi treinta y dos malezas resistentes en el país. Eso implica costos altísimos para los productores y una gran necesidad de coadyuvantes y otros compuestos. Es un círculo vicioso. El problema es que no se trabaja integralmente. El biotecnólogo no labura con el agrónomo. Desarrolla una cosa, se crea un laboratorio y recibe un atractivo reembolso económico. Después dice “Bueno: esto ahora hay que implementarlo”. Pero el ambiente le responde rápidamente con una nueva resistencia. Ese es el talón de Aquiles de la agricultura moderna. La brutal aparición de resistencia en malezas y el enorme costo en salud humana creciente. Les duele muchísimo que hoy lo estemos mostrando. Pero lo dijimos hace 20 años, en Cultivos Transgénicos. ¿Hacia dónde vamos?, que publicó la UNESCO, y lo decimos hoy con la nueva obra Cultivos Transgénicos. ¿Hacia dónde fuimos?, que se lanzó este año.

–Los escudos verdes serían ese proceso de producción…
– Así es. Se trata de proteger a las poblaciones ubicadas entre la agricultura industrial y la ciudad. Ahí, la única alternativa viable es la agroecología. La propuesta de escudos verdes, además, se plantea como una alternativa de consumo de productos más sanos. Si hoy queremos un tomate más sano, no lo conseguimos o lo pagamos más caro porque es orgánico. Quebrar esa lógica es lograr que esos productos lleguen más baratos del productor al consumidor. No promovemos una agricultura certificada de élite sino una agricultura de productos más sanos, sin agroquímicos y para todos. Aquí se conjugan la agroecología, la economía social y solidaria y la economía ecológica.

–Esto implica un reordenamiento territorial.
–En el tiempo, los escudos pueden limitar también la expansión urbana porque hay que reordenar todo el territorio. Hoy tenemos un proceso de expansión urbana que nadie controla. Si ese proceso no se ordena se va corriendo la línea. Jorge Morello hablaba de la interface urbano-rural hace décadas, y el GEPAMA de la UBA, y nosotros mismos, escribimos y trabajamos mucho con la gente en ello. La idea es ordenarla.
Además de dar clases, Pengue viaja por el país y el mundo fomentando la agroecología y la economía ecológica, brinda conferencias y participa de reuniones internacionales sobre el medio ambiente. A fines del año 2016 recorrió la cuenca amazónica para promover la formación agroecológica.

–¿Qué papel cumplen en esta tarea las universidades?
–Las universidades son el ámbito más adecuado para impulsar este tipo de cuestiones con independencia y desde ahí lograr que las instituciones técnicas del país, el INTA, el INTI, los organismos provinciales, tomen cartas en el asunto desde un punto de vista adecuado. Hasta ahora no lo hacen de forma completa. El camino es la agroecología, y para eso están los ingenieros agrónomos, o los estudiantes de Ecología, de Agronomía y de las carreras vinculadas, para formar a los agricultores o guiarlos en otros caminos de producción, pero bajo una mirada pluridisciplinar y no sesgada por la productividad unitaria de un cultivo. La agroecología implica en forma directa el manejo de la agrobiodiversidad y de la producción diversificada de alimentos, distintos, necesarios, nutritivos en el tiempo.

–¿Creció la oferta formativa en el área?
–En la UNGS tenemos hace muy poco la materia Agroecología, incorporada a la Licenciatura en Ecología. Los que siguen la orientación de Gestión de Recursos Naturales la cursan como materia obligatoria. En otras universidades, Agroecología forma parte de la carrera para ingenieros agrónomos, como sucede en La Plata. La UBA está en deuda con eso, pero se abren algunas líneas. Se abrió una fisura en el sistema: hoy los mismos estudiantes y los propios docentes que investigan demandan más formación en agroecología e investigación. No tenemos la cantidad de gente necesaria, y la demanda es altísima. Y hoy lo que pasa es que, por suerte, también hay mucho por mostrar. La agroecología ya no es “la huertita”: es hacer agricultura –incluso extensiva– de un modo totalmente distinto. Es hacer verdadera agricultura.
Pengue da dos ejemplos. Uno, el Programa de Agricultura Urbana (PAU) de Rosario, iniciativa reconocida internacionalmente que permite producir alimentos con técnicas ecológicas, tanto para el consumo familiar y comunitario como para el mercado. Con apoyo del Municipio, se ponen en pie huertas urbanas en áreas de borde, incluso basurales. “Todo lo que producen se consume, y además le agregan valor, porque generan otros productos”, se entusiasma el especialista. “La agroecología funciona, el tema es que haya políticas. Ni siquiera que apoyen: simplemente que los dejen hacer. No la van a encontrar produciendo industrialmente, porque las personas no quieren ser más fumigadas”. El otro ejemplo es la Semana de la Agroecología Extensiva, que se realizó a fines de 2016, donde se mostraron prácticas de producción agroecológica a nivel extensivo: “Estamos hablando de superficies importantes. Ya no de ‘la huerta’, sino de soja, maíz, trigo. ¿Esto es significativo frente a los millones de hectáreas que tiene el país? Y… no: todavía no. Lo que sí sabemos es que el camino de la agroecología es un camino de avance, está creciendo”, afirma Pengue.
Un gran ejemplo, por su impacto y capacidad pionera, fue el Programa Prohuerta que, liderado por el ingeniero agrónomo Daniel Díaz, promovió procesos de producción agroecológica de forma masiva en la Argentina. Díaz y un gran equipo de agrónomos, promotores y huerteros fueron la semilla que hoy muestra que en la Argentina, frente a situaciones dramáticas, se puede. En la crisis del 2001 fue el Prohuerta el que le dio de comer a millones de argentinos, como bien destacó el reconocido agroecólogo Miguel Altieri. Hoy, ese ejemplo es ícono mundial para los sistemas de autoproducción de alimentos.

–¿Hoy hay políticas que apunten a la agroecología?
–La verdad es que desde los organismos internacionales se habla de agroecología porque está de moda. Lo hace hasta la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Pero desde el punto de vista de la política argentina, lo único que ven y parece que necesitan es más soja. La quita de las retenciones a la producción de los cultivos extensivos es eso: ampliar o afianzar la frontera agropecuaria. Hoy, el modelo de agricultura industrial se expandió en el país por dos vías: la agriculturización en la región pampeana, es decir, la identificación del modelo agrícola con una alta carga de agroquímicos, fertilizantes, maquinaria, energía; y la pampeanización, que es la exportación del modelo pampeano hacia otras ecorregiones que no son pampas, como el Chaco seco. Me enojé cuando el Gobierno nuevo sacó las retenciones. En un artículo titulado “La economía podrida”, decíamos que las retenciones son instrumentos de política ambiental o socioambiental: un instrumento regulador. La Argentina lo tuvo y lo usó mal. Se pudo haber usado para ordenar el territorio, reinyectar recursos, promover programas de base agroecológica que fomentaran la agricultura familiar, y no se hizo. Pero al menos existía. Ahora que lo quitaron hay un riesgo doble. Acaba de salir el dato: Argentina se encuentra en emergencia forestal. En 2014 el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) resaltaba que nosotros aportábamos el 4,3% de la deforestación global y que en la última década esa fue “la principal fuente de emisiones de carbono del norte argentino”. La FAO nos ranqueó entre los diez países que más desmontaron durante los últimos 25 años: se perdieron 7,6 millones de hectáreas, a razón de 300.000 hectáreas al año. Desde que sancionaron hace tres años la Ley de Bosques, se deforestaron más de 2.100.000 hectáreas, de las cuales casi 630.000 hectáreas eran bosques protegidos. No estamos haciendo bien las cosas.

–Decías que la producción agroecológica crece. ¿A qué nivel?
–A nivel macro creció mucho la agricultura industrial, pero se abre la fisura para expandir otros modelos, entre ellos la agricultura familiar, porque si no nos quedamos sin gente en el campo. La agricultura industrial muestra claramente sus limitaciones. No sólo en la Argentina, que es un país urbano, sino en países que tienen enorme población rural. En África están muy preocupados por eso. La gente migra hacia las ciudades y no saben qué hacer. Países europeos como Alemania reintroducen prácticas de producción agroecológica. En Estados Unidos la agroecología crece y la producción orgánica también. La agricultura mundial hoy se puede dividir en tres partes: la industrial, que da de comer a unos 2 mil millones de tipos; la de la revolución verde, un poco más de 2 mil millones, también; y la familiar, agroecológica, orgánica, campesina, lo que llamamos “los desconocidos de siempre”, que dan alimentos a más de 2.500 a 3.000 millones de personas. En América Latina, el 40 y pico por ciento de los alimentos vienen de ahí.

–¿Cómo hacer para acercar a las personas al campo?
–Primero, los jóvenes se van porque no les ofrecemos nada. Segundo, para producir soja no se necesita más gente, sino menos. Si comparamos dos producciones sencillas: la sojera y la lechería, necesitamos diez personas para la leche y una para la soja. Si decidimos hacer soja, que es lo que decidió el país, no necesitamos gente en el campo. Y aquí tenemos el resultado. La primera forma de postular una vuelta al campo es diversificar la producción y fomentar parte de este proceso vinculado con la seguridad alimentaria de la región, que es lo que se está perdiendo. No olvidemos que Argentina es signataria del compromiso mundial de las Metas del Desarrollo Sostenible 2015-2030, cuyos puntos 1 y 2 son el Fin de la Pobreza y el Fin del Hambre. Así no va. Para eso necesitamos políticas activas. Y otra cosa: la gente se va a la ciudad porque está buscando más servicios culturales y laborales que los que tiene en el campo. No le podemos pedir a un hombre que se quede en el campo sin agua, sin energía eléctrica, sin nada. No vaciamos al campo, sino a la Argentina, y esto es grave también desde el punto de vista de la geopolítica.

–En La apropiación y el saqueo de la naturaleza, un libro que compilaste, se denunciaba la venta de millones de hectáreas al extranjero. ¿Eso fue escuchado?
–Con la ley de tierras, en 2011, regalaron 14 millones de hectáreas. Habría estado de acuerdo si hubieran revisado lo anterior, porque habían sido ventas a valores irrisorios. Meterte con la tierra en Argentina, hablar de reforma agraria: ni la izquierda ni la derecha lo discuten. Necesitamos una reforma agraria integral que comprenda un ordenamiento territorial participativo, que permita el acceso a la tierra de los pequeños y medianos productores. Hoy en el mundo se necesita cada vez más tierra y estamos sobre la tierra más rica del planeta, la planicie chaco-pampeana.

–¿Cómo debería ordenarse la producción?
–Las producciones regionales entran en crisis recurrentes. Si los políticos priorizaran la seguridad y soberanía alimentaria cambiarían el planteo de producción. Detrás de eso está la reforma agraria, la discusión vinculada con el acceso a la tierra de los pequeños y medianos agricultores. El gobierno anterior tuvo la oportunidad y no lo hizo. Argentina está mal ordenada en su territorio y prácticamente fuera del mundo en cuanto a una mirada integral de sustentabilidad. Es el octavo país del mundo en extensión y ocupa el puesto 140 en densidad poblacional. Y de la poca gente que tiene, el 92% vive en ciudades. Es un país riquísimo en recursos naturales, especialmente tierra y agua, pero es un territorio vacío, rico y con muy poca gente, que además no tiene idea de lo que está en juego… Los piolas –de acá y de afuera– que manejan la minería, el petróleo, la energía, la tierra, acceden a todo eso sin problemas. Hay que planificar: políticos, investigadores, intelectuales y actores sociales juntos deberían pensar un país a largo plazo. Y que a partir de esa mirada se decida qué hacer y qué no hacer. Qué hacer en la región pampeana, una región agrícola ganadera. ¿Le podemos poner valor agregado a eso? Por supuesto que sí, pero es agrícola ganadera. Ese es el espíritu de la región. El Chaco es agro silvo (árboles) pastoril (ganadería). El ganado en áreas así puede estar pastoreando bajo sombra. Y así mirar cada una de las ecorregiones. Hay que rediseñar el país.

Impactos
Laura Ramos es ecóloga, trabaja con Pengue y dialogó con Argentina Investiga sobre los impactos de la agricultura industrial en el ambiente y en la salud de la población. Advierte sobre el avance de la frontera agraria en el país y subraya que la expansión de la producción de soja hizo crecer en millones de litros/año el uso de glifosato. El monocultivo sojero, dice, destruye el suelo y expone a las personas al daño producido por las fumigaciones. Ramos destaca la insuficiencia de la legislación que establece bandas de restricción para las fumigaciones, y asegura que hoy son “pocos e insuficientes” los controles a los productores: “Verifiqué que el único lugar del país donde se hacen controles de residuos de plaguicidas en alimentos es el Mercado Central, y esto sólo en algunos camiones”. Ramos observa que, dado los altos costos en insumos que el modelo de agricultura industrial implica, muchos campesinos y chacareros se ven expulsados de la actividad.
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9.000 familias indígenas en resistencia al agronegocio

9.000 familias indígenas resisten en Argentina la presión de los terratenientes de la soja

Fecha de Publicación
: 30/01/2017
Fuente: Público (España)
Provincia/Región: Nacional


El Mocase, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero, aglutina desde los años 90 la lucha de las comunidades de esa provincia semidesértica argentina contra la progresiva ocupación de unas tierras en las que llevan siglos viviendo.
“Para nosotros es dificultoso disponer de un papel [de propiedad], pero un papel no da derecho a destruir un ecosistema”. Deolinda Carrizo, del Mocase (Movimiento Campesino Santiago del Estero), explicó este lunes en Zaragoza, en un acto convocado por el Comité de Solidaridad Internacionalista, la lucha que desde hace más de 25 años mantienen las 9.000 familias agrupadas en este colectivo contra el desalojo silencioso al que vienen siendo sometidos por terratenientes y grandes empresas que están extendiendo por esta provincia del norte de Argentina el monocultivo de la soja transgénica.
Santiago del Estero es una semidesértica provincia del noreste de Argentina –su superficie equivale a la de Castilla y León y Extremadura juntas, con 20.000 habitantes más que Guadalajara- que forma parte del Gran Chaco y a la que a principios de los 90 comenzaron a llegar propietarios de grandes extensiones de los que hasta entonces nadie había oído hablar.
Intensificaron el proceso de ocupación de tierras iniciado en la dictadura —ahora para implantar el monocultivo de la soja—y el desalojo de comunidades, muchas de ellas de pueblos originarios anteriores a la colonización. “No sabemos de dónde salían esos títulos, algunos eran prendas de deudas que habían acabado en el juzgado”, señala Carrizo.

“Lugares despreciados para el progreso”
El proceso, impulsado por “la necesidad de ocupar los lugares del país que habían sido despreciados para el progreso”, se intensificó en 1996, con la autorización para cultivar en Argentina soja transgénica, que hoy es prácticamente un monocultivo en la zona.
Y que lleva camino de agravarse con las políticas de Mauricio Macri, cuyo Gobierno ha eliminado los impuestos que gravaban la exportación de ese cultivo —también los del maíz y los productos mineros— y ha abolido el límite del 20% de la propiedad de la tierra al que podía acceder el capital extranjero.
El avance de las toperas, las máquinas que allanan lomas y deforestan llanuras, y de las vallas que agrandan las propiedades de terratenientes y empresas al tiempo que achican el espacio de las comunidades, se ve apoyada por dos estrategias cuyo objetivo es amedrentar a los indígenas, explica Carrizo: las fumigaciones indiscriminadas, incluso sobre los pequeños núcleos de población y sus escuelas, y la aparición de escuadrones de la muerte.

“Contratan paramilitares para expulsar a las familias”
“Están contratando a grupos armados paramilitares para expulsar a las familias. Se está reactivando la criminalización en la lucha por la tierra, como en los años 90”, indica, en una estrategia del terror que hace unos años se cobró la vida de dos activistas. Esas decisiones de Macri, anota, “están reactivando muchos conflictos” tanto en el norte como en el sur de Argentina, en la zona de los mapuches, como consecuencia de los procesos de acaparamiento de tierra.
El inicio de las hostilidades hizo que las comunidades indígenas de Santiago del Estero comenzaran a organizarse. Normalmente, cada familia combina la crianza de cabras, vacas y chanchos (cerdos) con el cultivo de parcelas de 10 a 30 hectáreas de secano, más extensiones secas de varios miles con otros grupos, con cuya producción subsisten y suministran a los mercados locales.
“Muchas familias llevan siete, diez y más generaciones en esas tierras, y la ley ampara tanto a las comunidades históricas como a las familias que cultivan durante veinte años de manera pacífica un terreno”, explica Deolinda Carrizo, que sostiene que “logramos resistir de manera conectiva difundiendo el conflicto” cuando comenzaron a ser expulsadas y a perder sus tierras a principios de los 90. “No les interesa la soberanía de los pueblos, solo les interesa la soberanía de las corporaciones que vienen a romper nuestra forma de vida”, sostiene.

Fábricas y una escuela de agroecología:
Mocase, integrado en Cloc (Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo) y en Vía Campesina —representa a más de 200 millones de campesinos de 164 organizaciones de 73 países—, ha apostado por dos líneas de trabajo para mejorar la situación de las comunidades de Santiago del Estero: fomentar la puesta en marcha de fábricas de transformación agroalimentaria y promover una Escuela de Tecnicatura Agroecológica en la que, desde hace ya diez años, la enseñanza de técnicas académicas se combina con la de las tradicionales.
El centro incluye estudios de disciplinas no agrarias, como arquitectura, medicina y comunicación, y sus planes de estudio combinan las estancias de los alumnos en universidades públicas con las que mantienen convenios con la realización de prácticas en las comunidades.
“El reto de Vía Campesina —señala Carrizo— es poner en marcha el Instituto de Agroecología latinoamericano”, una especie de universidad popular de esta disciplina que cuenta con el apoyo de centros de Argentina, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Perú, Uruguay, Paraguay y Brasil.
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Investigadores van tras el reemplazo de agroquímicos



Investigadores argentinos descubren bacterias que pueden reemplazar agroquímicos

Fecha de Publicación
: 16/12/2016
Fuente: El Federal
Provincia/Región: Santa Fe


Un grupo de científicos del Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (INDEAR), liderado por Martín Vázquez, investigador independiente del CONICET, analizó cultivos de soja y trigo y describió las bacterias que viven asociadas a sus raíces en una extensa zona de la región pampeana, para crear nuevos bioinoculantes a partir de los microrganismos que naturalmente se encuentran en las raíces.
Los bioinoculantes son microorganismos vivos que se agregan a las semillas o a las plantas de cultivos comerciales para favorecer su crecimiento. En general, se aplican conjuntamente con otros compuestos que aumentan su permanencia en el ambiente y su adhesión a las semillas. Entre otros beneficios, los bioinoculantes mejoran la fijación de nitrógeno y la absorción de fósforo, nutrientes esenciales para las plantas, las protegen contra organismos patógenos y aumentan la producción de biomasa vegetal.
El grupo obtuvo más de 2 mil aislamientos de microrganismos, la mitad proveniente de soja y la otra mitad de trigo. En mil de ellos analizaron las propiedades promotoras de crecimiento vegetal y de protección contra patógenos. Casi la mitad arrojaron resultados positivos en al menos una propiedad estudiada, mientras que un 3% mostró tener todas características que se analizaron.
Nicolás Rascovan, quien participó de la investigación como becario del CONICET, sostuvo que “si pudiéramos comprender mejor qué organismos interactúan con los cultivos en el campo, identificarlos y cultivar aquellos que aportan un beneficio a las plantas se podrían aplicar para mejorar significativamente la productividad agronómica sin necesidad de depender exclusivamente de los agroquímicos”.
Los investigadores pudieron seleccionar una serie de cepas que presentaron características promotoras del crecimiento que fueron testeadas a campo durante dos años. Las pruebas mostraron un incremento en los rindes, tanto en soja como en trigo, de hasta un 15 por ciento.
Además, según explica Vázquez “estos microrganismos mostraron una capacidad de aumentar el rendimiento en forma selectiva dependiendo del ambiente. Por ejemplo, las cepas que mejor funcionaron en Pergamino, no necesariamente fueron las más eficaces en Balcarce”. De esta manera quedó demostrada la interacción de las distintas cepas con el ambiente y el tipo de suelo, lo que permitiría direccionar mejor el tratamiento de acuerdo al tipo de ambiente que se encuentra en cada campo.
Los resultados del estudio, que se llevó adelante en colaboración con la empresa Rizobacter, fueron publicados recientemente en la revista Scientific Reports.
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Sigue el atropello de Manaos sobre campesinos

Santiago del Estero: disputa por tierras y desmonte ilegal

Fecha de Publicación
: 30/11/2016
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Santiago del Estero


Orlando Canido, dueño de la gaseosa Manaos, quiere deforestar, pese a la restricción oficial. Resistencia indígena.
En las últimas dos décadas, los conflictos por la titularidad de tierras en las que están asentadas las comunidades indígenas recrudecieron por la activación de los desarrollos agropecuarios en regiones forestales.
Aunque el Estado reconoce los derechos comunales de propiedad de los pueblos indígenas, la falta de entrega de títulos de dominio es fuente de tensión social y litigios judiciales. El conflicto emerge cuando las tierras son comercializadas con las comunidades en su interior, se inicia la deforestación y se intenta forzar el éxodo de las etnias.
En los últimos años, se produjeron más de 300 conflictos con estas características en áreas de bosque.
Uno de los que alcanzó resonancia pública en estos meses lo protagonizó el empresario Orlando Canido, dueño de la popular gaseosa “Manaos”.
En el año 2014, el empresario presentó el título de compra de un campo con dos lotes, de 1.000 y de 1.163 hectáreas en las localidades de Bajo Hondo y El Colorado, a 270 kilómetros al noroeste de la capital santiagueña. De inmediato presentó en la Dirección de Bosques de la provincia un proyecto productivo agrícola en el área forestal.
La Dirección, en primera instancia, aprobó el proyecto, y Canido inició el desmonte de 55 hectáreas, pero no pudo seguir porque los aborígenes interrumpieron el avance de las topadoras, y el Movimiento Campesino de Santiago del Estero Vía Campesina (MOCASE VC) hizo un reclamo judicial por la posesión de las tierras. A partir de entonces, la Dirección de Bosques ordenó la suspensión del desmonte hasta que la justicia resolviera el conflicto.
Las páginas del expediente son una sucesión de denuncias cruzadas. Canido acusó a integrantes de la comunidad indígena Guaycurú de haber tomado su campo sin “fundamento jurídico ni acreditación de derecho alguno sino por simple invocación a la comunidad aborigen”.
A su vez, los miembros de la comunidad indígena relataron que “ya cansados de los retardos de la justicia y falta de respuesta, y siguiendo el consejo de representantes y consejeros, optaron por tomar el campo”.
El gobierno intentó resolver el conflicto en la “Mesa de Tierras” con el diálogo entre las partes. Pero el conflicto no se resolvió. Y volvieron las denuncias de ambas partes: los aborígenes por “intimidación de hombres armados” y Canido, “por daños a su propiedad y sus bienes”.
Casi un año después, en septiembre de 2015, con el plan suspendido, Canido decidió continuar con el proyecto agropecuario: con cinco topadoras taló otras 220 hectáreas de bosque, y fue obligado a detener el desmonte por la Dirección de Bosques, que le realizó un sumario. “Canido está en infracción por ese desmonte y se están haciendo las pericias administrativas”, indica Víctor Rosales, su director.
Fuentes de su entorno aseguran que el empresario es propietario de 40 mil hectáreas en la provincia y emplea a más de media población para tareas de campo en Bajo Hondo, la zona del conflicto. En mayo de 2016, la entonces jueza Lucrecia Martínez Llanos ordenó el desalojo de la comunidad pero la orden no se puedo ejecutar por resistencia del MOCASE VC. En julio, una nueva orden tampoco pudo efectivizarse.
Desde entonces, un grupo relacionado con Canido se asentó en un campo de su propiedad, al lado de la tierra en litigio, con actitudes amenazantes. Y en septiembre, según consta en el expediente, con 3 camionetas y 15 hombres armados, irrumpieron en la tierra en conflicto: mataron animales, prendieron fuego ranchos de la comunidad, y los obligaron a escapar al monte. En el ataque, balearon en la pierna a uno de ellos. El empresario Canido no respondió a los mensajes en su celular de este diario.
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Mocase se une a la Uader para llevar adelante programas



El Mocase estrechó sus vínculos con la Universidad

Fecha de Publicación
: 13/11/2016
Fuente: Diario Uno (Entre Ríos)
Provincia/Región: Santiago del Estero  - Entre Ríos


Miembros del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) visitaron Entre Ríos hace unos días con el objetivo de profundizar los vínculos que mantienen con la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader). La histórica organización santiagueña, que se ha extendido a otras provincias, ofreció a la casa de estudios entrerriana sus conocimientos ancestrales sobre ecología, trabajo de la tierra y hasta de salud, contaron a UNO Ángel Strapazzon, Pedro Lunello y Margarita Gómez, quienes visitaron la Redacción acompañados del docente Manuel Ramat.
Como director de carrera del Profesorado de Educación Tecnológica de la Uader, de la Facultad de Ciencia y Tecnología, Ramat impulsó un convenio entre la Universidad Campesina (Unicam) del Mocase y la Uader, que se firmó en setiembre. Para profundizar esta vinculación, representantes del Movimiento llegaron a Entre Ríos para contactarse con las otras facultades con la idea de darle contenido a ese acuerdo y avanzar en nuevos convenios. Desde 2010 se realizan visitas e intercambios de alumnos y docentes de las escuelas Alberdi y Almafuerte con la Escuela de Agroecología de Quimilí y la Unicam.
Soberanía alimentaria, modelo productivo, la lucha por la tierra de campesinos y pueblos originarios y la propuesta de educación popular son ejes que se incorporan a través de esos intercambios.
Ángel Strapazzon destacó la descentralización de las carreras de la Uader y su propuesta académica de producción de conocimiento y tecnología. En ese sentido, dijo que buscan estrechar vínculos con las cátedras y afirmar los existentes con las escuelas agrotécnicas. Les interesa acercar la cuestión agraria a lo urbano, a la juventud y a las mujeres. Otro tema que interesa es la ecología: "Avanzar tecnológicamente, pero causando el menor impacto ambiental. Por eso también nos interesa la investigación, en función de un planeta que produzca todo lo que tiene para producir, pero con mayor cuidado".
"A los estudiantes de Entre Ríos les podemos aportar el amor a la tierra. En China, en Estados Unidos y Europa se está pensando que las grandes ciudades no son lo más sano y lo más conveniente. Se está pensando en comunas. Nosotros deberíamos decir en Ayllus, como lo organizó el mundo inca. Antes las maestras rurales les decían a los jóvenes: 'estudien porque si no se van a quedar toda la vida en el campo', como si quedarse en el campo fuera ser ignorante, atrasado o menos realizado. Hoy la tecnología está en las zonas rurales y nos permite estar comunicados, viajar por el mundo con nuestros aparatitos (por los celulares)", reflexionó Ángel.
Otra contribución posible pasa por la salud. "Podemos aportar que los jóvenes sanen", dijo. "Tenemos experiencia de recibir muchos chicos y chicas de Rosario que la Justicia envía en casos muy límites de drogadicción. Los jóvenes se sanan con esta metodología que inventamos: una psicología pedagógica social que no mira hacia el pasado sino al futuro y no utiliza tanto la palabra sino la acción: producir, trabajar, industrializar, no tanto individualmente, sino en forma comunitaria".
Strapazzon está en el Mocase desde que tenía 19 años. La organización retomó la experiencia de las Ligas Agrarias, en los años de la dictadura y hoy ha crecido no solo en Santiago del Estero sino también en otras provincias como Misiones. Pedro Lunello agregó: "Nosotros pensamos que es fundamental dar esta batalla en la universidad, existe una manera de mirar y de creer y de desarrollar la vida y que pasa por el campo y no es la que se intenta imponer del agronegocio. Siempre se habló del campesinado y de los pueblos originarios como excluidos, pero la alimentación del mundo dependió siempre y aún depende de estos grupos. Tenemos que desarmar toda esta mentira".
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Misiones quiere huertas en todas sus escuelas



Buscan instalar huertas en todas las escuelas de Misiones


Fecha de Publicación
: 06/10/2016
Fuente: Primera Edición
Provincia/Región: Misiones


La intención es que todas las instituciones educativas misioneras -públicas y privadas- incluyan dentro de su agenda la implementación de huertas para que los alumnos aprendan a cosechar sus propios alimentos.
Es por eso que la Secretaría de Estado de Agricultura Familiar y el Ministerio de Educación provincial trabajarán de manera conjunta para implementar huertas escolares orgánicas, jardinería, vivero de árboles, parque botánico y otras modalidades que posibiliten múltiples experiencias acerca del entorno natural y rural donde estén insertos las escuelas, colegios e institutos.
“Agricultura fue una de las primeras que ni bien asumió pidió audiencias para trabajar con Educación”, señaló la ministra de Educación, Ivonne Aquino. “Qué mejor que articular las políticas de la secretaría con las educativas y ver cómo desde el sistema educativo podemos fortalecer el desarrollo de una práctica tan importante”, consideró la funcionaria y señaló que “queremos desterrar esta idea de que solamente es una práctica posible de desarrollarse en ámbitos rurales. Debemos trabajar mucho en las escuelas urbanas buscando otras alternativas a la huerta familiar que también se pueden desarrollar en el ámbito urbano”.
El convenio de colaboración mutual permitirá “fortalecer esta práctica de trabajo tan necesaria en todos los momentos, pero en los momentos de crisis como los que estamos viviendo actualmente más aún”, señaló Aquino.
Por su parte, la secretaria de Agricultura, Marta Ferreira, indicó que la ley de Agricultura Familiar “define un nuevo modelo en la provincia. Misiones adopta un modelo de desarrollo productivo, entonces creo que todas las instituciones tenemos que trabajar en ese sentido y la institución educativa es fundamental porque es la formadora de los agricultores del mañana”.
Ferreira consideró que la mejor manera de alcanzar los objetivos planteados en el convenio entre ambos organismos es “entusiasmar a los niños, enseñarles que los cultivos no nacen en el supermercado, sino que nacen en el suelo y de esa manera elevar el estatuto y el reconocimiento de nuestros agricultores que fueron tan desprestigiados por mucho tiempo, porque para muchos era una categoría inferior el ser de la chacra. En este momento de la historia podemos sostener que nada mejor que producir alimentos”.

Un tema de agenda
“Las ciudades tienen que producir alimentos”, señaló Ferreria ya que consideró que éste será un tema importante para las generaciones futuras. “Es por eso que tenemos que  instalar el tema y generar el compromiso en todos”.
En ese ámbito, la escuela cumple un papel fundamental y para graficarlo, la funcionaria ejemplificó con la tarea que realiza la IEA de Aurora donde “han hecho un taller de horticultura para la comunidad”.
En este sentido, indicó que “podemos articular, trabajar en conjunto, potenciar y después ir viendo como ocupamos a estos egresados de escuelas que vienen con mucha preparación para que sientan que tienen un campo de acción en la provincia y que nosotros estamos valorizando mucho el trabajo que están haciendo”.

Cómo funcionará
Según explicó Aquino, “la idea es ir armando un mapa de escuelas que puedan ser abarcadas en toda la provincia” y detalló que la intención es “avanzar en la institucionalización de esta línea de trabajo a través de los PEI como para entusiasmar a las escuelas  a que lo incorporen dentro de su proyecto educativo”. Se buscará que a través de las huertas se puedan aprender materias relacionadas como matemática, física, química y demás.
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UNC investiga sobre plaguicidas naturales

Investigadores cordobeses buscan desarrollar plaguicidas naturales

Fecha de Publicación
: 15/09/2016
Fuente: Telam
Provincia/Región: Córdoba


Un equipo interdisciplinario constituido por biólogos, químicos y microbiólogos de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y del Conicet lleva adelante una serie de estudios con el propósito de desarrollar bioplaguicidas basados en compuestos naturales.
Según informó la Agencia Universitaria de Comunicación de la Ciencia, el Arte y la Tecnología (Uniciencia) de la UNC, se trata de plaguicidas naturales para combatir las plagas del maíz a partir de compuestos obtenidos de plantas aromáticas.
El equipo está constituido por académicos de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC y el Conicet y es dirigido por Julio Zygadlo. Desde hace más de cuatro años trabajan en una serie de estudios con este objetivo.
El informe señala que el equipo de investigadores desarrolla y prueba formulaciones con propiedades tóxicas con el propósito de controlar el gorgojo y el hongo Fusarium, que atacan los granos almacenados. En ese sentido destaca que los insecticidas naturales son una alternativa a los compuestos sintéticos que, por su uso indiscriminado, en los últimos años originaron resistencia en estas plagas.
Jimena Herrera, integrante del grupo de investigación, señaló que trabajan en el desarrollo de una línea de trabajo que estudia aspectos biológicos, bioquímicos y ecológicos de insectos y microorganismos que producen el deterioro de los alimentos.
Indicó que "existen diversos grupos de investigación en todo el país que estudian los beneficios de las sustancias naturales, pero el camino para llegar a estar formulaciones es muy largo" y aclara que "por ahora los ensayos y pruebas que venimos realizando son in vitro, bajo condiciones controladas. La idea es pasar a mayores escalas para probar que el producto no se deteriore con las condiciones externas".
"La idea es lograr formulaciones a partir de compuestos naturales que sirvan para combatir las principales plagas del maíz cuando está almacenado", afirma la investigadora.
Herrera puntualizó que "entre las ventajas de los bioplaguicidas, lo más importante es que no son perjudiciales para la salud humana y tampoco afectan el medio ambiente".
En ese sentido precisó que los insecticidas sintéticos más utilizados para controlar plagas -como la fosfina y el bromuro de metilo- se encuentran prohibidos y restringidos, respectivamente, por el Ministerio de Salud de Argentina, debido a los problemas relacionados con la salud ambiental, como consecuencia de malas prácticas agrícolas.
Los insecticidas naturales, además, generalmente son específicos hacia una plaga, lo que significa que eliminan sólo ese agente, sin matar otro tipo de organismos que están en el ambiente y que quizás sean beneficiosos para controlar al insecto o al hongo. Herrera precisó que los bioplaguicidas "tendrían la ventaja de no interrumpir las cadenas tróficas propias de la naturaleza".
Por otra parte destacó que en vistas al "uso indiscriminado de algunos pesticidas, muchas plagas se han hecho resistentes a estas sustancias, por lo que las dosis utilizadas en el campo son cada vez más elevadas".
"Frente a este panorama -añade- podría decirse que hay bioplaguicidas que son más efectivos que los sintéticos y actúan más rápido sin afectar la materia prima".
Tras advertir que el proceso de producción por ahora es muy costoso, Herrera destacó que "en laboratorio obtuvimos muy buenos resultados pero es necesario ampliar las pruebas in situ, para esto también hacen falta políticas de Estado, apoyo a estas investigaciones y, sobre todo, un cambio de concepción en las prácticas agrícolas",
En la búsqueda de alternativas naturales, los primeros avances fueron coordinados por Julio Zygadlo que comenzó a extraer aceites esenciales de plantas aromáticas, algunas nativas como la peperina y el tomillo, para identificar los componentes de los aceites y su nivel de toxicidad contra las plagas.
A partir del 2012, comenzaron las pruebas contra los insectos "el gorgojo que ataca al maíz es muy dañino, porque todo su ciclo de vida se produce dentro del grano, entonces se come todo el endosperma que es la base de los nutrientes", detalla Herrera.
"El objetivo -añadió finalmente-, es conseguir una formulación sintética, basada en compuestos naturales provenientes de los aceites esenciales, que produzcan una interacción sinérgica con capacidad para combatir al gorgojo y que no tenga efecto tóxico sobre la germinación del maíz".
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Encuentro de agroecología en Misiones



Resaltan que la Agroecología está de pie y resiste

Fecha de Publicación
: 19/08/2016
Fuente: Diario Uno
Provincia/Región: Nacional


Más de 400 personas participaron del Encuentro Regional que se realizó en Montecarlo, Misiones.
El encuentro comenzó el viernes 12 de agosto, con la visita a las chacras agroecológicas de las zonas de Iguazú, Wanda, Mado, Yacutinga y Puerto Rico.
Las familias mostraron sus experiencias de producción diversificada, donde los agroquímicos son reemplazados por prácticas naturales que mantienen la fertilidad del suelo. De esta manera, producen alimentos sanos como yerba mate, mandioca, hortalizas, jugos, mermeladas y hasta plantas medicinales que son procesadas en origen y luego comercializadas a través de ferias y cooperativas en toda la provincia.El sábado, en el Parque Vortisch de Montecarlo, la apertura se inició con una ceremonia de bienvenida Guaraní, con participación de un coro de jóvenes y dirigentes de comunidades indígenas.En el primer panel de la jornada, disertaron Juan Cáceres del Movimiento agroecológico de América Latina (Maela), el Ingeniero Agrónomo Guillermo Reuteman de la Universidad Nacional de Misiones; Paiá Pereda representante del Instituto de Cultura Popular (Incupo) y Claudia Noceda, Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación.Juan Cáceres, productor orgánico chaqueño celebró el avance y la multiplicación de experiencias agroecológicas en la región, pero a la vez alertó que existe un recrudecimiento de "desmontes ilegales, desalojos campesinos y falta de control en el uso de agrotóxicos que ponen en grave riesgo la salud de los pobladores rurales y de los consumidores en los pueblos y ciudades".
"A pesar de todo, como lo demuestra este encuentro, seguimos de pie y avanzando con nuestra propuesta de producción y de vida sana, sumando cada vez más aliados en la sociedad, en escuelas e instituciones del estado", afirmó el productor orgánico. La declaración de Cáceres fue corroborada con estudios y datos presentados por Guillermo Reuteman, alertando que "los monocultivos, como el tabaco o la soja, destruyen la biodiversidad provocando erosión de los suelos, contaminación del ambiente y deterioro de la calidad biológica de los alimentos que consumimos".
El docente universitario advirtió que "este modelo productivo es responsable en gran medida de la emisión de gases de "efecto invernadero", que agravan el calentamiento global.Reuteman, también se refirió a la introducción de la Agroecología como disciplina científica en los estamentos educativos, mencionando como avances la creación de la Diplomatura en Agroecología en la Universidad de Quilmes, Cátedras y Licenciaturas en varias Facultades y la Educación con enfoque agroecológico incorporado por escuelas rurales y agropecuarias en la región, como las Escuelas de la Familia Agrícola (EFA).
Se rescató en este panel el trabajo realizado por el INTA en concientización sobre temas ambientales en escuelas primarias y secundarias, y en la formación de técnicos en Agroecología. Sobre el tema, se organizó una charla especial, a cargo de Pablo Tittonel, coordinador del programa nacional Gestión Ambiental y Ecoregiones del mencionado Instituto Nacional.Sobre las experiencias agroecológicas en la región Paiá Pereda y Claudia Noceda explicaron que "son múltiples, y están referidas a conservación de semillas nativas, aprovechamiento sustentable del bosque nativo, ganadería ecológica, certificación participativa de productos agroecológicos, asociaciones de Ferias Francas y redes de comercio justo, entre otras. En cuanto al avance en normativas y políticas mencionaron como ejemplos: la aprobación de ordenanzas municipales que frenan las fumigaciones en Chaco, Santa Fe y Córdoba, Programa de agricultura Urbana de Rosario, Ley Nacional de protección a los bosques nativos, Ley de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar y la Ley de Fomento a la Producción Agroecológica de Misiones.Durante la tarde se realizaron talleres sobre distintas temáticas relacionadas a la Agroecología, desde Luchas por el territorio hasta Comercialización. El resultado de los mismos fué utilizado para las recomendaciones y demandas a los gobiernos de la región.
El panel "Desafíos y compromisos con la Agroecología en Argentina y Latinoamérica", llevado a cabo el domingo por la mañana, contó con la participación de Alejandro Marengo, Director de Desarrollo Territorial del Ministerio de la Producción de Santa Fe; Marta Ferreira, Ministra de Agricultura Familiar de Misiones; Raúl Terrile, Proyecto Reconversión Productiva de Rosario; Jorge Ullé, Red Agroecología del INTA y Alicia Alem, de Maela."La lucha que tenemos que dar en nuestros territorios es fuerte, porque nos enfrentamos a intereses poderosos como la megaminería, las fumigaciones, la construcción de represas, el patentamiento de nuestras semillas", expresó Alicia Alem en su discurso. "Y esto se da también en todo el continente. Nos queda el compromiso de seguir militando para la aplicación de las leyes y para la construcción de las políticas públicas con el protagonismo de los agricultores familiares".El cierre del encuentro estuvo a cargo de Eduardo Sevilla Guzmán, experto en Agroecología de la Universidad de Córdoba. El Encuentro Regional de Agroecología fue organizado por la Red de Agroecología de Misiones y del NEA. Con el auspicio de la Secretaría de Agricultura Familiar de Misiones, la Secretaría de Agricultura Familiar la Nación, INTA, Pro Huerta, Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM) , Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe (Maela), Greenpeace, la Iglesia Evangélica Luterana Unida, Cooperativa La Abundancia, Cemep ADIS, Incupo, UCAR y el Municipio de Montecarlo.
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Rosario tiene su mapa virtual para alimentos sanos



Crean un mapa virtual local donde encontrar alimentos agroecológicos

Fecha de Publicación
: 23/06/2016
Fuente: La Capital
Provincia/Región: Santa Fe


Es una iniciativa del Taller Ecologista Rosario que indica los puntos de producción y venta. No tienen químicos y son más económicos.
Como la aldea de Asterix que resiste al invasor, en la gran ciudad también hay espacio para emprendimientos que producen y venden alimentos agroecológicos producidos fuera de las formas dominantes de mercado y que llegan a los consumidores con una paleta de productos verdes, sin químicos y de cercanía; que incluyen frutas y verduras, miel, medallones, quesos y embutidos, semillas, cereales y panificación, entre otras (muchas) opciones.
Para no perderse en el intento y saber dónde encontrarlos, desde el área de soberanía alimentaria del Taller Ecologista local armaron la web Ecoalimentate, donde aparece un "mapa de soberanía alimentaria" rosarino que muestra de manera didáctica y sencilla los puntos de producción y comercialización de alimentos sanos y locales que ya está on line (http://ecoalimentate.org.ar/mapa/), y como todo desarrollo digital no para de actualizarse y sumar datos.
Lisandro Arelovich, uno de los responsables de la iniciativa, explicó que la idea surgió tras interrogarse sobre los usos y costumbres de los rosarinos a la hora de comprar alimentos. "Nos daba curiosidad saber si la gente de la ciudad se cuestiona qué come, de dónde sale eso, y también si había otras estrategias de acceso a los alimentos por fuera del sistema supermercadista", indicó.
La idea del mapeo empezó con un perfil de dietéticas y almacenes naturales, un rubro en crecimiento que funcionó como primer indicador de que, efectivamente, existe un sector de los consumidores que se cuestiona qué come.
"En el tema de la alimentación hay muchas escuelas y nuestra idea fue no quedarnos con ningún dogma", dijo, para agregar que otro de los objetivos del trabajo es conocer la cadena entre productores locales y accesos a los productos, ya que el concepto de soberanía alimentaria incluye saber quién produce qué.
Toda la información recabada se volcó a un mapa web digital, que a la larga será colaborativo para que el propio usuario se convierta en el garante de los productos y servicios ofrecidos.
"Los mapas digitales se inscriben en una mirada de democratización ciudadana o de ciudadanos 2.0, algo que hasta ahora se ha usado mucho en cuestiones de movilidad urbana, pero que puede usarse para acceder a otras informaciones", agregó Arelovich.
Productores. Un dato interesante que aporta el mapa es que también se puede visualizar quiénes son y dónde están los emprendimientos productivos, no sólo de Rosario y la región, sino de diferentes puntos de las provincia de Santa Fe que utilizan técnicas agroecológicas (sin la utilización de agroquímicos) para la elaboración de alimentos.
Aparecen por ejemplo el tambo La Resistencia de Giros en Nuevo Alberdi, la chacra Monteflore de Alvear, el Paca (proyecto agroecológico Casilda), El CEA (Centro de Estudios Agropecuarios) de Totoras, y la granja Naturaleza Viva de Guadalupe Norte, ubicada en el kilómetro 815 de la ruta nacional 11 y toda una referencia internacional de producción agroecológica a gran escala.
Arelovich destacó que para el trabajo entrevistaron a productores y armaron microvideos que también se subieron a la web, ya que uno de los objetivos del mapa es "ponerle un rostro" a quienes producen la comida que consume la ciudad. "Contamos una mini historia, porque cada alimento tiene su historia, y a eso lo atamos con la idea de cadena corta de comercialización, que no sólo es comercial sino también relacional".
"Para que la soberanía alimentaria no sea anónima, saber de dónde viene lo que comemos es muy importante", agregó.
Para todos los gustos. Además de las Ong's, en los últimos años los propios partidos políticos o diferentes niveles estatales han incursionado en formas de comercialización directa para bajar costos y acercar a productores y consumidores.
La Municipalidad lo hace con el programa de agricultura urbana y las ferias que funcionan en todos los distritos, mientras que otras fuerzas políticas como Ciudad Futura a través del tambo y la Misión Antiinflación o el Movimiento Evita con los camiones de venta populares, también ofrecen productos sin el paso previo por intermediarios.
Existe además un abanico enorme de grupos informales nacidos al amparo de las redes sociales, sobre todo Facebook, que también elaboran alternativas de acceso a alimentos más sanos y económicos.
El radio céntrico concentra una variedad de ferias que funcionan tanto durante la semana como los sábados y domingos en diferentes espacios verdes de la ciudad: Parque Norte (Alvear y Rivadavia) sábados, de 15 a 19, y domingos y feriados, de 10.30 a 19; La Pérgola (Roca y el río) los domingos, de 11 a 18; el Mercado Popular (Tucumán 1349) que está abierto todos los días; la feria de la plaza San Martín (Córdoba al 1900) que abre lunes, de 9 a 13, y miércoles de, 9 a 18; la Cooperativa Mercado Solidario (9 de Julio 659), y la feria de la plaza López (Pellegrini al 700), los viernes de 9 a 13.
Los barrios también tienen lugares de comercialización de alimentos sanos: en Costa Alta (Carrasco y Martín Fierro) está los domingos y feriados, 11 a 19; en la plaza Alberdi (Rondeau y Puccio) los viernes de mañana; en las Cuatro Plazas (Mendoza y Provincias Unidas) los sábados y domingos, de 15 a 19 en invierno, y de 16 a 20 en verano; en el CMD Sudoeste (Francia 4435) los jueves de 9 a 13; y en el CMD Sur (Uriburu 637) también los jueves, de 9 a 13.
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Desarrollan sistema para combatir langostas sin fumigar



Desarrollan productos biológicos para combatir a las langostas sin usar agroquímicos

Fecha de Publicación
: 04/06/2016
Fuente: infoCampo
Provincia/Región: Nacional


El bloqueo comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba durante más de 50 años generó, entre otros aspectos, la necesidad de los isleños de desarrollar sus propios insumos para la agricultura. Algunas de esas investigaciones se concentraron en la generación de productos biológicos, como alternativa a los agroquímicos. Hoy, esas tecnologías podrían llegar a la Argentina para combatir una de las plagas más importantes que afecta a los cultivos: las langostas.
En este sentido, actualmente se están realizando acciones conjuntas entre ambos países en el marco de un proyecto del Fondo Argentino de Cooperación Internacional (FO.AR), que suma los esfuerzos del Servicio Nacional de Calidad Agroalimentaria (Senasa), la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV) de La Habana, Cuba. Estas investigaciones apuntan a introducir el uso del control biológico en el manejo de las langostas de manera intercalada con los agroquímicos, para reducir los riesgos de aparición de resistencias y el impacto negativo del uso excesivo de plaguicidas.
Con este objetivo, Marusia Stefanova y Jesús Jiménez Ramos, científicos del INISAV, llegaron recientemente a la Argentina con una agenda cargada que incluyó actividades en el Centro Regional de Investigaciones La Rioja y zonas de esa provincia que fueron afectadas por plagas de langostas, talleres en la FAUBA sobre el manejo agroecológico para la producción agraria sostenible, y recorridas en el Instituto de Botánica Carlos Spegazzini de la Universidad Nacional de La Plata y zonas del cinturón hortícola en los alrededores de esa ciudad.
“La Republica de Cuba está muy avanzada en la producción a gran escala de biocontroladores y bioinsecticidas. Incluso cuenta con un sistema de distribución eficiente hacia el productor, que adquiere estos productos a un muy bajo costo”, afirmó Eduardo Wright, docente de la cátedra de Fitopatología de la FAUBA e integrante del proyecto, al sitio de divulgación científica Sobre la Tierra.
Para trasladar esta experiencia a la Argentina, el investigador de la FAUBA viajó a Cuba el año pasado junto a Héctor Medina, del Senasa. Allí se capacitaron en los laboratorios del INISAV en relación a la selección y caracterización de hongos empleados para el control de plagas, y desde entonces registraron varios avances que harían posible, en el futuro, el desarrollo y la llegada al campo de estas tecnologías en nuestro país.

Plaga nacional
La langosta representa un grave problema para la agricultura a nivel mundial. En la Argentina fue declarada plaga en 1964 y hoy persiste con un gran poder destructivo: A mediados de 2015 y en lo que va de 2016 se convirtió en una gran amenaza para todas las producciones agropecuarios de la Región Centro y NOA, generando grandes pérdidas en las provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Catamarca, San Luis y Córdoba. “En nuestro país aconteció una explosión demográfica sin precedentes en los últimos 60 años. Gracias a los esfuerzos del Senasa y la colaboración de las provincias y el sector privado, la situación logró contenerse, pero la amenaza sigue latente”, dijo Medina.
Por su parte, Wright indicó que, si bien en Cuba la langosta no constituye una plaga, la experiencia que poseen sus investigadores para el control agroecológico sirve de modelo para aplicar en nuestro país. Además, adelantó que en la Facultad de Agronomía de la UBA ya se logó avanzar con algunos aislamientos de hongos que serían posibles biocontroladores de langostas. Los resultados se obtuvieron junto al investigador Sebastián Pelizza, del Instituto Spegazzini.
En el marco de estas investigaciones, los técnicos del Senasa son los encargados de monitorear la presencia de langostas en los cultivos y realizar las alertas para que, en caso de aparecer una plaga, se realicen las aplicaciones necesarias. Así se logró observar, en los últimos meses, un conjunto de langostas afectadas por el hongo Beauveria en montes naturales, que luego fue cultivado en el laboratorio.
“Estamos seleccionando estos hongos y evaluando técnicas de multiplicación con las metodologías que aprendimos en Cuba para aplicarlos en ensayos bajo condiciones de campo”, dijo Wright. Ahora se está analizando qué tipo de aplicación sería más conveniente desarrollar: si se va a tratar de un producto que se aplica sobre el insecto o un cebo para que lo consuma, por ejemplo.

Flores y hortalizas
La metodología utilizada para el proyecto FO.AR con los investigadores cubanos también se está aplicando al desarrollo de un proyecto Ubanex (financiado por la UBA) denominado “Manejo sanitario sustentable en una transición hacia la producción agroecológica de flores y hortalizas”. En la iniciativa participan docentes de la FAUBA, el Senasa, el INTA y la Secretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agroindustria de la Nación.
“Estamos identificando los principales problemas sanitarios y analizando alternativas de manejo que suplanten, en lo posible, a los agroquímicos”, sostuvo Wright, y señaló: “En el caso de enfermedades, estamos trabajando junto a alumnos de grado y posgrado de la FAUBA con hongos benéficos del género Trichoderma, que estamos aislando en los mismos cultivos de los productores para su posterior selección y el desarrollo de una formulación que pueda se utilizada por los productos de manera sencilla y económica. Este año esperamos poder comenzar a realizar ensayos a campo”.
Las pruebas generan expectativas. Durante el taller a campo que brindaron los investigadores cubanos en Berazategui, asistieron 50 pequeños productores hortícolas que integran la asociación Unión de Trabajadores de la Tierra, y se mostraron muy interesados por la llegada de este tipo de tecnologías a la Argentina.

Centros multiplicadores
Uno de los aspectos relevantes del proyecto de cooperación entre Cuba y la Argentina para el desarrollo de productos biológicos para la agricultura se refiere a la llegada de estos insumos a los lotes de producción en todo el país. Para ello también se busca aprovechar la experiencia cubana en la materia.
Cada provincia de Cuba tiene un centro multiplicador de organismos benéficos para la agricultura, llamado Centro de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE). Desde esos Centros, que incluyen hongos que son utilizados para combatir enfermedades, los bioinsumos son distribuidos a las distintas regiones del país, según la demanda de los productores y a muy bajo costo.
“En la Argentina estamos evaluando la posibilidad de implementar un sistema similar al de Cuba para desarrollar centros multiplicadores de agentes de biocontrol, en los cuales participe la FAUBA e instituciones de otras regiones del país como el Senasa, la Secretaría de Agricultura Familiar y otras universidades nacionales, para llegar en forma directa a los productores”, concluyó.
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Crean la red nacional para fomentar la agroecología



Crean red nacional de municipios para promover la agroecología

Fecha de Publicación
: 29/05/2016
Fuente: La Capital (Santa Fe)
Provincia/Región: Nacional


La propuesta apunta a apoyar la producción local de alimentos sin agrotóxicos. Multitudinaria jornada en Rojas, Buenos Aires.
Con el objetivo de promover un modelo agrícola sustentable desde lo social, lo ambiental y lo productivo, representantes de municipios y comunidades de todo el país conformaron una red nacional para fomentar la agroecología (Renama) tras una multitudinaria jornada realizada el pasado sábado 21 de mayo en Rojas, provincia de Buenos Aires.
Médicos, abogados, químicos e ingenieros agrónomos del Conicet, el Inta y diferentes universidades públicas expusieron los límites del modelo agrícola industrial impulsado durante los últimos 20 años en Argentina, cuyos fundamentos son las semillas transgénicas, los agroquímicos y el monocultivo de soja.
El crecimiento exponencial de enfermedades relacionadas con el uso indiscriminado de herbicidas y pesticidas, la pérdida de biodiversidad, la degradación acelerada del recurso suelo y el achicamiento de los márgenes de ganancias debido a la suba sostenida de los insumos químicos son algunos de los problemas que fueron puestos en discusión durante la jornada.
Por la provincia de Santa Fe hubo representantes de gobiernos locales y organizaciones sociales de Rosario, Santa Fe ciudad, Soldini, Ceres y Tostado, así como referentes del Centro de Protección de la Naturaleza y de El Paraná No Se Toca.
Las producciones agroecológicas pueden dar respuesta a una creciente demanda social por parte de los habitantes de las zonas rurales, que ven su salud afectada, y de los municipios, que establecen ordenanzas para intentar poner un límite a la propagación indiscriminada y sin control de productos químicos altamente tóxicos.
Es además un modelo más rentable desde lo económico al prescindir de agroquímicos, cuya utilización y costo en dólares creció de manera exponencial durante los últimos años derribando uno de los falsos mitos del modelo industrial, que sostiene que su uso disminuiría con el tiempo.
Santa Fe es una de las tres provincias con mayor aplicación de agroquímicos del país, lo que llevó a que sólo en los departamentos del sur existan 120 localidades con normativas para regular su uso, según establece un informe reciente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR.
En la actualidad, a instancias del Partido Socialista, la Legislatura apura el trámite para una nueva ley de fumigaciones (conocida como la ley Bertero) que en vez de extender los límites para las aplicaciones cercanas a centros poblados, busca reducirlos.
Salud pública. Según Damián Verzeñassi, de la cátedra de salud socioambiental de la Facultad de Medicina de la UNR, existe una multiplicidad de pruebas que permiten afirmar que el modelo agrícola basado en agroquímicos impacta de manera negativa en la salud de la población pampeana.
Esa cátedra universitaria realiza desde varios años campamentos sanitarios a pedido de comunas o municipios que, ante la falta o las muy escasas estadísticas en salud pública que existen en Argentina, precisan trazar un diagnóstico científico sobre el estado de salud de sus poblaciones.
Desde esa cátedra ya se realizaron 25 campamentos sanitarios abarcando a 87 mil personas entre 2014 y 2016, en los cuales las patologías más detectadas son respiratorias y de hipotiroidismo.
"Hay numerosos estudios internacionales que demuestran la relación entre algunos de los compuestos químicos que aparecen en los herbicidas (sobre todo glifosato) con la obesidad infantil, el cáncer de próstata y el hipotiroidismo", señaló el médico, quien agregó que la alta exposición a agroquímicos que se da en la zona pampeana "daña a la salud" en una relación "que existe y que está comprobada".
Transición mundial. La necesidad de ir hacia otra forma de producción de alimentos es una tendencia global, afirmaron expertos franceses del Centro Lascaux sobre las transiciones, de la Universidad de Nantes, Francia, que también participaron del encuentro. "Precisamos una nueva ética para las nuevas tecnologías, bajo el paradigma de la protección de las generaciones futuras", expresaron.
Desde ese centro de investigación se impulsa una propuesta para cambiar la forma en la cual el derecho entiende las actuales relaciones productivas, para pasar hacia un derecho de largo plazo que por ejemplo permita abarcar el fenómeno de la bioacumulación de químicos en los suelos agrícolas.
"Debe existir un derecho a la salud sostenible que se base en el principio de precaución, y que nos permita pensar de otra forma los perjuicios transgeneracionales", explicó Francois Collart Dutilleul, quien agregó que hay que trabajar sobre el concepto de "ecocidio".
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Piden por una ley de agroecología en Santa Fe



Piden a la provincia aprobar una ley de agroecología

Fecha de Publicación
: 11/04/2016
Fuente: La Capital (Santa Fe)
Provincia/Región: Santa Fe


Expertos y organizaciones ambientales reclaman un marco legal para esa forma de producción sustentable.
Diferentes organizaciones ambientales y representantes de las universidades de Rosario y La Plata presentaron un pedido al gobierno de Santa Fe para que la provincia adopte una ley de agroecología, una práctica de producción sustentable opuesta a la agricultura industrial que no utiliza agroquímicos, garantiza alimentos sanos, variados, y ayuda a generar mano de obra en el campo.
La petición se realizó en el marco del evento “Agroecología: solución a 20 años de transgénicos”, durante el cual expertos ambientales, biólogos, abogados, médicos e ingenieros plantearon la necesidad de comenzar una transición desde el actual modelo de producción agrícola, altamente dependiente del uso de agroquímicos, hacia otro agroecológico que garantiza igual rendimiento con costos sociales y económicos mucho más bajos.
“Se cumplen 20 años del uso de transgénicos en Argentina, hay que reconocer que el sistema actual basado en semillas modificadas genéticamente y agrotóxicos no es sustentable, y no resuelve las necesidades de la población. Por eso reclamamos una ley provincial que fomente la agricultura ecológica y que elimine progresivamente el uso de agrotóxicos que contaminan el suelo y las comunidades”, señaló Franco Segesso, coordinador de Greenpeace. Según esa organización, la producción ecológica de alimentos es posible y rentable. En cambio, en los últimos 20 años, por las malezas, cada vez se utilizan más agrotóxicos. “Los costos de la agricultura química aumentaron entre 4 y 5 veces por hectárea, según la región”, explicó Segesso.
La jornada, realizada en el Parque España hace una semana, estuvo a cargo de organizaciones que además de discutir el modelo agrícola, avanzaron con una petición concreta al gobierno santafesino: por un lado, piden que no se apruebe la llamada “ley Bertero”, sobre aplicaciones de agroquímicos, y por el otro exigen que se trate el proyecto de ley de agroecología, presentado por el entonces diputado José Tessa, en mayo de 2015, que se encuentra estancada en la comisión de agricultura.
“Precisamos que se debata para que exista un marco regulatorio en la provincia”, destacó por su parte Eduardo Spiaggi, investigador y docente, quien afirmó que es hora de entender que esta opción “no es acción social”, si no que es “trabajo, producción y generación de dinero” en términos sustentables.
Los sistemas agroecológicos eran una opción hasta el desembarco de la siembra directa, cuando el combo de herbicidas e insecticidas generó desequilibrios que se intentan solucionar sólo con más químicos. “La agroecología siempre tuvo principios ecológicos para buscar nuevos equilibrios. Trabajo hace 25 años asesorando, y sé que se pueden tener rendimientos iguales o mejores, con un costo mucho más bajo”, aclaró Eduardo Cerdá, vicepresidente de graduados de agronomía de La Plata.
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