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En el PI Iguazú también la fauna se anima a salir



La fauna del Parque Nacional Iguazú vuelve a sus raíces durante la pandemia

Fecha de Publicación
: 08/04/2020
Fuente: El Territorio
Provincia/Región: Misiones


El parque Nacional Iguazú, es una de la áreas protegidas más visitadas del país, anualmente más de un millón de personas recorre las pasarelas con el fin de conocer una de las 7 maravillas y su entorno natural, muchos de ellos no comprenden la importancia de cuidar a los animales, no alimentarlos con comidas “Chatarra” ya que modifican el comportamiento de la fauna, especialmente de los coaties y monos caí. No obstante, pese a las recomendaciones de los guardaparques, los visitantes han domesticados a estas especies que durante la pandemia se vieron obligados a reeducarse y buscar alimento por sus propios medios.
Guardaparques nacionales mantienen las recorridas de pasarelas y circuitos por medio de tareas de control y vigilancia durante el período de aislamiento social, registrando un singular panorama en el que los sonidos de la selva, se presentan con mayor nitidez debido a la ausencia de visitantes y al sensiblemente menor caudal de agua que cae por las Cataratas, su vez que la vegetación comienza a ocupar espacio sobre las pasarelas, cerrando algunos senderos y espacios en los que días atrás circulaban los turistas.
Animales como coatíes y monos caí, que acostumbraban a acercarse a las zonas de uso público a la espera de alimento, se mantienen en la selva en la búsqueda de frutos, lombrices, insectos y otros recursos alimenticios brindados por el monte; gracias a no tener acceso a comidas como papas fritas y hamburguesas de los visitantes.
“La coyuntura ofrece una oportunidad para reflexionar acerca del cuidado de estos recursos y las alteraciones inducidas por la presencia humana, invitando a construir nuevas formas de vincularse con los entornos naturales desde el respeto y la sostenibilidad” indicaron desde el Parque Nacional.
La Administración de Parques Nacionales continúa trabajando todos los días en la conservación y resguardo de los valores naturales que alberga el Parque junto a las Cataratas del Iguazú, de modo de garantizar a los visitantes el goce de este patrimonio nacional y mundial una vez que finalice el período de aislamiento.
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Fauna en el fin del mundo en cuarentena



Cómo afecta la cuarentena a la fauna silvestre

Fecha de Publicación
: 07/04/2020
Fuente: Ushuaia Noticias
Provincia/Región: Tierra del Fuego


Lucía Rodríguez Planes, bióloga que trabaja en el Parque Nacional, contó en FM Master’s como es la situación de los animales en este tiempo de cuarentena: “Esta situación invita a que los animales se animen a acercarse un poco más pero también hay otro efecto: nosotros que tenemos mucho tiempo para mirar, estamos conectados con las redes y contamos todo lo que vemos” y agregó: “Hay que pensar que la fauna se arregla sola, sin Paracetamol, ni Antibióticos, tienen cría sin necesidad de que nadie los cuide. Sabe muy bien buscar su alimento, conoce muy bien sus lugares. La fauna no necesita nuestra ayuda, mientras más lejos estemos es mejor”.
En referencia a los zorros que aparecen en varios sectores de la ciudad, Rodríguez expresó que “Los zorros son muy curiosos y pueden acercarse o arrimarse a ver qué pasa. Y van a circular en horarios que no circularían normalmente”. Especialmente, los zorros grises que son los “que habitan en zonas que están habitadas por el hombre” especificó la bióloga.
Con el tema de los videos que circularon de zorros jugando, Rodríguez explicó que: “Estos animales empiezan a circular en otros horarios entonces los vemos más, son animales muy juguetones. Tienen muchas actitudes parecidas a los perros”.
Los albatros, cóndores, conejos son otros animales que también viven entre nosotros, pero según Rodríguez “no les molesta habitualmente que viva gente en la ciudad, por eso no se espera que se comporten diferente”.
Si se acerca un animal autóctono tenemos que “ante todo, mantener la distancia. Nunca hay que entrar en contacto con la fauna silvestre. Los zorros, incluso, podrían tener una actitud más agresiva ya que son carnívoros” y Rodríguez destacó que “No hay que alimentarlos ni darles agua. La fauna se maneja sola. Sino se pueden acostumbrar a eso y después, cuando no los pueden alimentar más, se mueren”. También explicó que “Puede ser que la fauna del canal se mueva en forma distinta, que haya menos movimiento puede hacer que circulen en distintos lugares”-
El impacto que genera la cuarentena es positivo para el medio ambiente, aunque estos fenómenos deberían ser a largo plazo, “hay que ir viendo de a poco a ver si esos efectos positivos se mantienen en el tiempo. Lamentablemente es un gran experimento planetario, hay que ver cuáles son los cambios reales” sostuvo la bióloga.
En referencia al Parque Nacional que permanece cerrado, Lucía explicó que “pudimos poner cámaras trampa en los senderos para monitorear la fauna y para investigación”.
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Deforestación, epidemias y pandemias



Deforestación, epidemias y pandemias

Fecha de Publicación
: 06/04/2020
Fuente: biodiversidadla.org
Provincia/Región: Nacional


"Los seres humanos fuimos haciendo desaparecer hábitats naturales, con mayor o menor intensidad, en los últimos siglos. No todos tenemos la misma responsabilidad ni produjimos el mismo daño. Toda intervención humana en un hábitat natural genera un impacto ambiental; sin embargo, numerosas comunidades pudieron vincularse armoniosamente con dichos hábitats. Familias, comunidades y pueblos cuyas concepciones y prácticas de manejo de monte preservan su entorno. No fue el caso de los sectores más dinámicos y poderosos del capitalismo agroindustrial, primero, y luego del financiero ; siempre mantuvieron una relación conflictiva con el ambiente, considerándolo un recurso, una mercancía, un capital, o un estorbo. Pero esto tiene sus consecuencias".
Hasta no hace tantos siglos, los bosques nativos del mundo abarcaban un gran porcentaje de la superficie en nuestro planeta. El crecimiento de las poblaciones urbanas, la revolución industrial, la industria maderera, la ganadería y los cambios sustantivos que introdujeron la agricultura industrial y el monocultivo -entre otras actividades extractivas- fueron reduciendo esa cobertura boscosa hasta límites altamente peligrosos.  En la actualidad, el 80 por ciento de los bosques primarios, o nativos, “ya ha sido destruido o alterado”; pero además, “el 20% restante está amenazado”. [i]
En el caso de Argentina, en 1810 tenía la mitad de su superficie continental cubierta con masa boscosa, según señala Carlos Merenson, ex titular de la Dirección Nacional de Bosques y actual técnico del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Hablamos de  140 millones de hectáreas de bosque nativo que cubrían nuestro país. Casi un siglo después, en 1998 –unos años después de que ingrese al país la soja transgénica-, un inventario forestal que se realizó a nivel nacional  señalaba que había solamente 31 millones hectáreas de bosque. [ii] 
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, por su parte, publicaba en un informe que a fines de 2015 habían inventariadas 54 millones de hectáreas de bosque nativo en el país, con distintos niveles de degradación [iii]. Más allá de las diferencias en las cifras, lo cierto es que la tasa de deforestación de bosque nativo continuó creciendo año tras año durante toda nuestra historia nacional, incluso luego de sancionarse la Ley   N°  26.331   de   ‘Presupuestos   Mínimos   de   Protección  Ambiental  de  los  Bosques  Nativos’. Un dato que ejemplifica esto último es el informe que Greenpeace publicó en enero de este año, donde señala que desde la sanción de la Ley de Bosques, en diciembre de 2007, y hasta fines de 2018, se perdieron en Argentina casi tres millones de hectáreas de bosque nativo  [iv].  El 80% de ese desmonte se produjo en la región chaqueña.
Los seres humanos fuimos haciendo desaparecer hábitats naturales, con mayor o menor intensidad, en los últimos siglos. No todos tenemos la misma responsabilidad ni produjimos el mismo daño. Toda intervención humana en un hábitat natural genera un impacto ambiental; sin embargo, numerosas comunidades pudieron vincularse armoniosamente con dichos hábitats. Familias, comunidades y pueblos cuyas concepciones y prácticas de manejo de monte preservan su entorno. No fue el caso de los sectores más dinámicos y poderosos del capitalismo agroindustrial, primero, y luego del financiero (que tiene en el acaparamiento de tierras, como especulación inmobiliaria, una de sus bases de sustentación [v]); siempre mantuvieron una relación conflictiva con el ambiente, considerándolo un recurso, una mercancía, un capital, o un estorbo. Pero esto tiene sus consecuencias.
Los investigadores Matías Mastrangelo y María Guillermina Ruiz, en un artículo publicado recientemente en lavaca.org, señalan que una de las formas en que afectamos el ambiente, y que propician la ‘emergencia’ de ‘epidemias’ y  ‘pandemias’ es “la destrucción de ecosistemas naturales”, entre las cuales incluyen a la deforestación. Explican que ‘los animales silvestres’ tienen “cada vez menos hábitat donde vivir, porque las personas hemos avanzado con nuestros campos de cultivos y urbanizaciones, empujándolos hacia ecosistemas intensamente transformados como las fronteras agropecuarias y zonas urbanas”. Y señalan que “la deforestación está asociada a la propagación recurrente de enfermedades transmitidas por animales silvestres, como el mal de Chagas por vinchucas en la América tropical y subtropical, y el ébola por murciélagos en África Sub-Sahariana”. Regiones que, junto con el sudeste asiático, sufrieron los “mayores niveles de de-forestación (cercanos al 30%) en los últimos 40 años”, explican los autores. [vi]
Por otro lado, la periodista Marina Aizen recuerda que en la comunidad científica desde hace una década vienen estudiando y relacionando a  “la explosión de las enfermedades virales y la deforestación”. En un artículo publicado en la revista Anfibia, Aizen opina que  esta relación no se puede apreciar “mientras una topadora avanza contra un monte cargado de vida, sino que se revela recién cuando empiezan a aparecer síntomas extraños en las personas, malestares que antes no se conocían”.  Ejemplifica con un estudio publicado en la revista científica Journal of Emerging Infectious Diseases, donde se concluye que en la Amazonía, “la destrucción del 4 por ciento de la selva resultó en un aumento del 50 por ciento de los casos de la paludismo.” Y sentencia que “nuestra visión extractiva del mundo vivo” genera la zozobra que vive actualmente la humanidad, “algo que no se arregla con alcohol en gel”.  [vii]
El periodista John Vidal da cuenta de cómo “la destrucción de bosques intactos, la construcción de carreteras en lugares remotos y el crecimiento de la población provoca que las personas tengan un contacto más directo con especies a las que nunca se habían aproximado”. Además, rescata una reflexión del ecólogo francés Thomas Gillespie refiriéndose a cómo la ‘vida salvaje’ del planeta tiene que soportar cada vez mayor ‘presión’: “los roedores y algunos murciélagos prosperan cuando alteramos los hábitats naturales. Ellos son los que a menudo promueven la transmisión [de patógenos]. Cuanto más desequilibremos el bosque y los entornos, a más peligros nos exponemos«. [viii]
La migración masiva de poblaciones campesinas e indígenas a las ciudades, buscando mejores oportunidades de trabajo, o directamente expulsadas, dejó el camino libre al florecimiento de los latifundios, los grandes criaderos de animales y luego la agricultura industrial (monocultivos de por medio). Esto propició, en gran parte, el surgimiento de las cada vez más recurrentes pandemias, ya que las zonas rurales fueron perdiendo vertiginosamente biodiversidad, y esto hizo caer las barreras naturales de defensa contra enfermedades zoonóticas, especialmente las generadas por virus. ¿Cuánta biodiversidad se pierde diariamente en la provincia del Chaco y en Santiago del Estero con el desmonte? ¿Cuántas plantas medicinales desaparecen cuando deforestamos cientos o miles de hectáreas de bosque nativo en Salta y Formosa? En el resto del mundo pasa lo mismo.
Un problema que tenemos como seres humanos es una lógica o razón de compartimentos estancos. Nos volvemos especialistas en determinados campos de la ciencia, e ignoramos o desconocemos gran parte de todo lo demás. El filósofo y sociólogo francés, Edgar Morin, entiende que esta pandemia vino a develar lo que el sistema educativo hegemónico intentó siempre ocultar: “la complejidad de nuestro mundo humano en la interdependencia e intersolidaridad de la salud, lo económico, lo social y todo lo humano y planetario”.  Y reclama no sólo medidas sanitarias o económicas para combatir la pandemia, sino también “otra relación con la naturaleza y la Tierra”.    [ix]
Cuando realizamos cambios en el uso del suelo original, cuando modificamos el ambiente, sobre todo en sistemas altamente complejos y con mucha biodiversidad, eso trae consecuencias para los seres humanos. Una de las más visibles, en estos momentos, es la de un aumento de las enfermedades. Tal como revela un documento recientemente publicado por el Centro Latinoamericano de Investigaciones Agroecológicas(CELIA), “como nunca antes, la pandemia de coronavirus nos revela la naturaleza sistémica de nuestro mundo: la salud humana, animal y ecológica están estrechamente vinculadas”. [x]
En definitiva, no somos algo separado de la naturaleza. La suerte que corren nuestros bosques nativos -y los hábitats naturales que allí se fueron constituyendo luego de millones de años de evolución- es la suerte que corremos como especie humana. Por ello, tal como enfatizaba el entrañable Beto Larrea, ex presidente de Redaf, en el prólogo de una publicación de la red denominada Experiencias de Ordenamiento y Manejo Sostenible del Bosque Nativo de la Región Chaqueña Argentina, hace falta “crear una verdadera cultura forestal”. Y la misma debe ser nutrida en gran parte “de aquellos habitantes que viven en estrecho contacto con el medio natural”, ya que es en la ‘interacción de saberes’  donde surge la ‘diversidad’. [xi]   Diversidad de saberes y de miradas son, hoy, más que nunca, necesarias para proteger y regenerar la biodiversidad de nuestro planeta.

Referencias:

[i]  https://es.wikipedia.org/wiki/Bosque_primario
[ii]  http://redaf.org.ar/a-la-ley-de-bosques-no-hay-que-modificarla-sino-cumplirla/
[iii]  http://redaf.org.ar/wp-content/uploads/2018/12/A-10-a%C3%B1os-de-la-Ley-de-Bosques.pdf
[iv]  http://redaf.org.ar/deforestacion-en-el-norte-de-argentina-informe-anual-2019/
[v] https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:KgKX9270aVAJ:https://www.tni.org/es/file/1241/download%3Ftoken%3DVUXce8Ph+&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=ar&client=firefox-b-d (pp.12)
[vi]  www.lavaca.org/notas/cinco-formas-en-las-que-transformando-el-ambiente-creamos-una-pandemia/
[vii]  http://revistaanfibia.com/cronica/las-nuevas-pandemias-del-planeta-devastado/?fbclid=IwAR1zoTTo0KLZbzfiVR-iAZ6qu8gUuK2EptCny_7MhNzSXmzgJ1ux0FcqXmM
[viii]  www.eldiario.es/ballenablanca/biodiversidad/perdida-biodiversidad-aumentando-contagio-animales_0_1007899446.html
[ix]  www.climaterra.org/post/lo-que-el-coronavirus-nos-est%C3%A1-diciendo-por-edgar-morin https://www.eldiario.es/ballenablanca/biodiversidad/perdida-biodiversidad-aumentando-contagio-animales_0_1007899446.html
[x]  http://cauceecologico.org/wp-content/uploads/2020/03/Marzo-18-2020-CELIA-agroecologia-y-COVID19-2-1.pdf
[xi]  http://redaf.org.ar/wp-content/uploads/2015/12/fichas_experiencias.pdf

Fuente: Red Agroforestal Chaco Argentina
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Misiones: fotografían un ocelote en pleno día



Un ocelote captado en pleno día en el Parque Provincial Urugua-í

Fecha de Publicación
: 02/04/2020
Fuente: Primera Edición
Provincia/Región: Misiones


Disfrutando el día y la soledad, un ocelote o gato onza, fue captado por las cámaras trampas instaladas por la Fundación Red Yaguareté y el Ministerio de Ecología en el Parque Provincial Urugua-í mientras paseaba por un sendero de turistas.
Los parques provinciales y nacionales en la tierra colorada permiten este tipo avistamientos desde las cámaras trampa, que sirven para para documentar la fauna que pasa por delante de estos equipos y que son difíciles de captar de forma directa.
Además, en el mismo parque provincial, se logró detectar a un margay, un pequeño felino, que es “solitario, nocturno y muy arborícola”, según la Red Yaguareté.
Entre otros felinos, se pudo documentar  la presencia de dos yaguaretés (Turuna y Amboty) en el Parque Provincial Esmeralda y en Salto Encantado, respectivamente.
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Conflico en pandemia por descargas de escombros



Villa Soldati, entre la contaminación ambiental y el coronavirus

Fecha de Publicación
: 02/04/2020
Fuente: Página 12
Provincia/Región: Buenos Aires


En medio de la crisis sanitaria, el gobierno porteño autorizó la descarga de escombros, altamente contaminante, en ese barrio del sur de la ciudad.
La contaminación ambiental y la pandemia son una mala combinación. Vecinos de Villa Soldati sufren la primera desde 2013 con la planta de reciclaje de residuos áridos (escombros). Pero en estos días de cuarentena obligatoria se agregó el coronavirus y se toparon con una hilera interminable de camiones con volquetes de las 120 empresas del rubro que operan en la Capital Federal. Llevaban su carga de desechos de obras en construcción para entregarla en el predio que depende del gobierno porteño. En el lugar, sobrantes de mamposteria o cascotes se transforman en polvo o materiales reutilizables para trabajos que realiza la ciudad en el espacio público. “Se hacen las baldosas y el alisado que vemos en otros lados pero no acá”, contó Sabrina González, una de las afectadas. Las personas que viven en el barrio y sobre todo en el perímetro de Lafuente, Barros Pazos, Castañón y Chilavert respiran partículas en suspensión que les ocasionan serios problemas respiratorios. El viernes se generó un conflicto cuando se enfrentaron cara a cara los camioneros que querían completar la descarga con autoridades de la Comuna 8 y un grupo de vecinas en clara inferioridad númerica. No pasó a mayores, pero la Policía de la Ciudad tampoco intervino cuando la situación estaba a punto de desmadrarse.
 “Nos piden que ventilemos nuestras casas porque hoy tenemos un virus dando vueltas que afecta las vías respiratorias y no podemos ventilar las viviendas por el polvo que flota acá. Hay vecinos con corticoides, abuelos y chicos comprometidos por esta situación”, explicó Sabrina, quien estuvo presente en la protesta frente a la planta.
Página/12 consultó al secretario de Articulación Federal de la Seguridad de la Nación Gabriel Fucks sobre una hipótesis que manejaban los vecinos: si el transporte de escombros está entre las excepciones que prevé el DNU 297 que firmó el presidente Alberto Fernández. “Contaminar es un delito pero nada tiene que ver con el transporte y lo que está permitido durante la pandemia. La contaminación ambiental está prevista en el nuevo Código Penal, en la Constitución de la ciudad y en varias normas más. Pero transportar no es necesariamente contaminar y si hay algo que atacar es este delito, no el transporte”.
El problema entre vecinos y camioneros finalizó cuando se presentó en el predio de Avenida Varela 2563 el gerente operativo de Plantas de Tratamiento que depende de la Subsecretaría de Higiene Urbana, Leonardo Giménez. El funcionario firmó un acta donde consta que “en carácter excepcional se procederá a la apertura de la planta de residuos áridos, restos de obra y construcción…”. El plazo que se dio fue de 24 horas entre el viernes 27 y el sábado 28, con el permiso de circulación para que tres choferes de la empresa Volquetes Contecop pudieran completar la descarga en el predio cuyo funcionamiento cuestionan los vecinos.
El 7 de febrero pasado estos últimos difundieron una denuncia sobre la problemática que viven en Villa Soldati: “Desde el año 2013 funciona en nuestro barrio una planta de tratamiento de áridos. En su labor procesa 2400 toneladas diarias de restos de obras en construcción que dispersan partículas en el aire excediendo ampliamente los máximos permitidos para zonas como las nuestras”.
En el texto enumeraban las consecuencias de la situación: “Enfermedades respiratorias, sequedad de tejidos húmedos, irritación, jaquecas, ataques de asma tanto en forma aislada como crónica y, además, la presunción de contacto con elementos cancerígenos como el asbesto presente en restos de obra provenientes de construcciones antiguas”.
Sabrina agregó: “Enfrente de la planta hay cuatro escuelas, dos son jardines de infantes, hay clubes a los que vienen vecinos de otras comunas. Vivimos como dentro de una enorme nube de polvo, cal, cemento y material de demoliciones y partículas en suspensión que no sabemos de qué son. En el barrio por ahora no tenemos afectados por coronavirus pero sí hay mucho dengue”.
Aquel día lluvioso de febrero se constituyó la Mesa de Trabajo Ambiental Villa Soldati. En su primera reunión se juntaron decenas de vecinos en un taller mecánico y firmaron un texto donde denunciaban: “Principalmente nuestro derecho a la salud y a un ambiente sano están siendo vulnerados, y el Gobierno de la Ciudad, en cabeza de Mauricio Macri en sus inicios, y de Rodríguez Larreta desde 2015, antepone los negocios y los beneficios para las empresas que lo explotan en prejuicio del pueblo”.
 El viernes cuando se produjo el conflicto a las puertas de la planta un camionero se justificaba con una vecina que le reprochaba la carga contaminante que llevaba: “Nosotros estamos limpiando la ciudad”. Es una de las tantas imágenes que se ven en uno de los videos que filmaron las personas afectadas por el polvillo que se respira en esas cuadras. “Somos muchos y muchas los que nos vemos perjudicados: escuelas primarias, jardines de infantes, clubes deportivos, trabajadores, vecinos y vecinas de Soldati”, comentó Sabrina.
En esas tierras bajas de Soldati se instaló en 1925 la usina incineradora de residuos que funcionó por décadas y los vecinos todavía recuerdan. En su trabajo Aproximación histórica a la recolección formal e informal en la ciudad de Buenos Aires: la quema de Parque Patricios (1860-1917) y la del Bajo Flores (1920-1977) los investigadores Verónica Paiva y Mariano Perelman definieron a este último basural como “el segundo más grande del mundo”.
La contaminación de la planta de residuos sólidos asociada con la pandemia empujó a los vecinos a salir de sus casas porque no pueden estar dentro de ellas con las ventanas cerradas todo el tiempo. Exigen al Gobierno de la Ciudad “el cese de las actividades en el predio y el aprovechamiento del mismo en nuevas actividades que no impliquen el menoscabo de la calidad de vida de la comunidad de la zona”.
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Las fumigaciones sin freno por el Covid-19



Las fumigaciones no paran, ni su efecto inmunodepresor  

Fecha de Publicación
: 01/04/2020
Fuente: Tiempo Argentino
Provincia/Región: Nacional


Exceptuados por el DNU que permite la actividad en la cadena agropecuaria y de la alimentación, los productores siguen aplicando agrotóxicos, que en medio de la pandemia irritan las vías respiratorias y debilitan el sistema inmune de las poblaciones expuestas.
Aún en un contexto de pandemia mundial, donde todas las voluntades deberían estar puestas en proteger la salud de la población, no son pocos los productores que se aprovechan de los recursos ocupados en contener la propagación del Covid-19 para fumigar sin ningún tipo de control o escrúpulo. “Continuar con este sistema de producción que libera veneno, no sólo no disminuye la cadena de contagio, sino que, en realidad, habilita el desarrollo de patologías respiratorias graves”, advierten los especialistas.
El DNU 297/2020 establece en su artículo 6 que las cadenas agropecuarias y de la alimentación quedaran exceptuadas del “aislamiento social, preventivo y obligatorio” que rige en la Argentina, al momento del cierre de esta edición, hasta el 31 de marzo. La fría letra del decreto presidencial ampara, por desgracia, a aquellos que privilegian la economía de sus bolsillos sobre la salud de sus semejantes.
“La primera pregunta que hay que hacerse es si la producción de commodities agroindustriales para la exportación forma parte de la cadena agroalimentaria. Luego, por un lado, está el Covid-19 con una especial morbilidad (capacidad de enfermar) en aquellas personas con problemas en las vías respiratorias, y por el otro, los productos que se usan para fumigar, que sabemos que son irritativos para las vías respiratorias y gastrointestinales. Y esto no es una hipótesis, porque lo dicen los membretes de los mismos envases. La siguiente pregunta que debería hacerse el sistema en general, es decir, el poder político y el resto de la sociedad, es por qué exponer a la gente a químicos que generan irritación en las dos vías fundamentales del ataque del coronavirus”, dice a Tiempo Damián Verzeñassi, especialista en Medicina Legal e investigador en temas de salud socioambiental.
“Pese a la situación en la que está sumida la humanidad ante la pandemia del nuevo coronavirus, en función de la cual el gobierno nacional estableció el aislamiento social preventivo y obligatorio, el avance de avionetas y máquinas terrestres con agroquímicos sobre las casas de lxs vecinxs continúa, poniendo en riesgo la salud de las comunidades”, denunció en un comunicado la Mesa Provincial de Agrotóxicos y Salud de Santiago del Estero, aludiendo a las fumigaciones constantes que se registraron en El Bagual, Casilla del Medio, El Charco Bobadal y otros parajes de la zona, limítrofe con Tucumán.
“La situación está peor que antes, porque la justicia también está en cuarentena. Cuando hacemos la denuncia, el fiscal nos dice que está solo porque la gente trabaja desde la casa, y con la policía, la mayoría está cuidando los accesos. Así que los sojeros se aprovechan y le meten con todo, no les importa, te tiran el veneno por la cabeza. Es un desastre”, se queja Sergio Raffaelli, párroco de Pozo Hondo y referente de la lucha de las comunidades.
El comunicado de la Mesa exige, “en un momento en que los organismos del Estado no dan abasto con los controles, y que los sistemas de seguridad están concentrados en la emergencia sanitaria”, el cese de fumigaciones y pulverizaciones conforme la aplicación del principio precautorio.
“En este contexto, continuar con un sistema de producción que libera veneno, no solo no disminuye la cadena de contagio, sino que, en realidad, habilita el desarrollo de patologías respiratorias graves. Esa gente fumigada tiene un riesgo mayor de padecer una infección grave por coronavirus respecto de las personas que no están expuestas”, destaca Verzeñassi.

Hipocresía
Selva, una modesta localidad de 2500 habitantes en el sur de Santiago del Estero, tuvo hace unos días la fama repentina que otorga la noticia sensacionalista: la supuesta infidelidad de uno de sus vecinos causó el aislamiento total del pueblo. Pero ni antes y tampoco después los medios nacionales cubrirán el drama cotidiano.
“En el pueblo de la novela, como le decimos a Selva, de los primeros nueve días de aislamiento, en cuatro los vecinos vieron salir al avión aplicador del hangar. En un contexto de pandemia y emergencia sanitaria esto es muy grave, porque los agroquímicos provocan debilitamiento del sistema inmunológico. Los vecinos nos mandan videos de los aviones pasando sobre las cabezas de los chicos. Es una situación constante”, se lamenta Virginia Toledo López, doctora en Ciencias Sociales, investigadora del Conicet y miembro del Grupo Ecología Política, dependiente de la Universidad Nacional de Santiago del Estero.
López elaboró junto a un equipo del Instituto Gino Germani (UBA) un trabajo que analizó los riesgos e impactos socio–sanitarios de las fumigaciones con agrotóxicos en la zona, detectando que “las comunidades carecían de los medios, recursos e información para denunciar” los atropellos de los productores. “Encontramos muchos campesinos despojados de sus medios de vida por el avance de la frontera agropecuaria y que la creciente conflictividad social por las fumigaciones no es debidamente atendida”.
La misma tragedia se repite en cada área rural del país. En Entre Ríos, por ejemplo, el martes 24, con una temperatura que superaba los 30 grados, una avioneta descargó miles de litros de insecticida sobre la casa de Lidia Moreyra, en la zona del Sexto Distrito, departamento de Gualeguay. Lidia, que tiene 50 años, vive con su hijo de 24, su madre de 91 enferma de Parkinson, y su pareja de 70 con antecedentes de cáncer de colon.
“El olor me descompuso, me causó vómitos y mareos, se me fue la fuerza de las piernas, estuve en cama hasta el otro día”, cuenta la mujer, que desde 2017 denuncia las aplicaciones en campos linderos, sin ninguna respuesta.
“Es paradójico que, en épocas de pandemia, donde hemos parado un país para proteger a nuestra gente, no sólo sigamos con el modelo que nos enferma, sino que, ante la falta de controles, recrudezca la exposición”, dice María Fernández Benetti, abogada entrerriana e integrante de la Coordinadora Basta es Basta y agrega: “En época de coronavirus, el agronegocio demuestra hipocresía y desprecio por la vida”.
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El aislamiento suma problemas a los wichís

Los wichís, el coronavirus y el nuevo rostro de la muerte

Fecha de Publicación
: 01/04/2020
Fuente: Chaco Día por Día
Provincia/Región: Salta


La población wichí que habita el monte chaqueño vive en aislamiento y suma muertos, pero no por el coronavirus. Desde hace tiempo que la desnutrición y la tuberculosis están golpeando con dureza a las comunidades del Impenetrable. Acá hay un asesino más cercano y peligroso que el COVID-19: el hambre.
En los últimos tres días, murieron tres niños. Un pequeño de seis meses falleció el martes 24 de marzo en el Hospital Santa Victoria Este, un día después, murió un niño de un año y tres meses en la comunidad Vertiente Chica y ayer, murió la hermana de esté último, una niña de cinco años.
El desmonte agotó los pocos recursos que tenían las poblaciones del monte y cada vez se hace más difícil la subsistencia de las comunidades originarias.
La falta de agua y recursos económicos juega un papel fundamental, la muerte no distingue edades y lo que más escasea es la vida. Muchas comunidades tienen enfermos crónicos que sobreviven día a día sin medicación, hasta que un día el cuerpo no aguanta más y ahora la muerte sumó un nuevo rostro.
La cercanía de Embarcación con las comunidades, preocupa a los médicos de Misión Chaqueña. Y es que si el coronavirus llega a esta población donde es importante la población originaria, hay riesgo de que terminen infectando a sus familiares en el monte y eso provocaría un verdadero desastre humanitario.
El peligro acecha y todos lo saben. Pero esta realidad no solo afecta a los Wichís, también a los Qom. En Chaco, una de las provincias que concentra la mayor cantidad de muertes e infectados con COVID-19, hay grandes asentamientos de población originaria a menos de una hora de la ciudad de Resistencia.
La situación se agrava porque muchos están obligados a viajar con cierta frecuencia a las ciudades para conseguir alimentos y hacer changas y otros, reciben la visita de sus familiares que vienen de localidades donde hay casos sospechosos y contagios.
El doctor Rodolfo Franco es médico de la Misión Chaqueña y Carboncito y dijo a El Diario: “Estamos trabajando con las dos comunidades, donde viven alrededor de seis mil personas y muchísimos niños. Son familias numerosas y tenemos varios problemas, la desnutrición crónica de los habitantes que tienen hematoclitos bajos, anemia porque no comen carne (pese a que antes eran muy carnívoros) y enfermedades provocadas por el desmonte del Chaco Salteño”.
“Son muy susceptibles a las enfermedades y hasta hace muy poco, teníamos problema con el agua. Ahora el Ejército Argentino está proveyendo de agua potable a las comunidades y ojalá que se construya una planta potablizadora para toda la región, donde hay alrededor de quince mil personas repartidas en varias comunidades. Hoy estamos con el tema del coronavirus y la gente está aislada, pese a que siempre estamos aislados. La población más cercana es Embarcación, que está a cincuenta kilómetros. La gente ahora no está yendo al pueblo y esperamos que el coronavirus no llegue para estos lados. Es una población mal alimentada, con poca higiene porque no hay recolección de residuos y con falencias de vivienda (muchos viven en tiendas de naylon), podría provocar muchos problemas de mortalidad”, reconoció el médico.
“La gente no tiene miedo, pero son muy respetuosos de lo que está pasando. En la medida de lo posible, se están quedando en sus casas cumpliendo con la cuarentena y los cultos fueron cerrados. Creo que hay una enseñanza, un modelo que ellos marcan, en cuanto a respetar lo que está sucediendo pero no dejarse arrinconar por el miedo”, explicó Camila Liberal, presidenta de la ONG Deuda Interna.
“Las circunstancias de aislamiento y la falta de alimentos agudiza una situación histórica: el hambre. No tienen acceso al trabajo informal, cesaron sus tareas y padecen el aumento de los precios y la especulación. Esto complejiza las posibilidades de alimentarse en términos familiares”, agregó.
”También hay una cuestión particular en el departamento San Martín (cerca de la ciudad de Embarcación) donde se encuentran las comunidades de la cuenca del Río Bermejo y en particular, poblaciones como La Esperanza, Carboncito y Misión Chaqueña, donde el alimento llega por transporte público. Lo que esta sucediendo es que estan viniendo de otras comunidades a vender productos en camioneta. Llega gente desde la ciudad de Orán, donde hubo un caso de coronavirus, para vender productos y es un amenaza. Sinceramente, creo que esta epidemia en algún punto no es novedad para los wichís, a ellos los persigue la muerte desde hace mucho tiempo con una epidemia que es curable, que puede revertirse y que tiene como solución políticas públicas y el diseño de una planificación seria para terminar con el hambre”, completó.
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Biodiversidad en las urbes, en Argentina también

El cese de actividades liberó espacios que la fauna silvestre intenta recuperar

Fecha de Publicación
: 01/04/2020
Fuente: Agencia Telam
Provincia/Región: Nacional


El aislamiento obligatorio quitó presión en áreas periurbanas y protegidas de todo el país y permitió, en algunos casos, el acercamiento de la fauna silvestre a los pobladores.
El impacto del aislamiento obligatorio dispuesto por el Gobierno nacional para mitigar la expansión del coronavirus quitó presión en áreas periurbanas y protegidas de todo el país y permitió, en algunos casos, el acercamiento de la fauna silvestre a los pobladores.
El cese casi total de las actividades provocó algunos cambios en el comportamiento de los animales silvestres, dijo a Télam el intendente del Parque Nacional Lanín, Salvador Vellido, quien apuntó como ejemplo que "ante la falta de tránsito los animales toman las rutas como su espacio territorial".
"Antes veíamos a la distancia guanacos, ciervos, ñandúes o jabalíes y aves como garzas brujas o cauquenes -una especie de ganso-, pero ahora están más visibles en las playas y a orillas de los ríos, aunque no sabemos que ingresen a los centros urbanos. Eso no", contó el guardaparque.
En Ushuaia, un vecino del barrio Bahía Cauquén, sobre la costa del Canal Beagle, registró la visita de zorros y caranchos, algo inusual pero divertido para una familia que cumple la cuarentena en la zona más austral del país.
En la otra punta de la Argentina, en el Parque Nacional Iguazú, "coatíes y monos desaparecieron de los lugares que solían frecuentar. La razón es simple: no hay turistas que les den comida", dijo a Télam Agustín Paviolo, del Instituto de Biología Subtropical de la Universidad de Misiones e investigador del Conicet.
Paviolo precisó que "también se encontraron huellas de yaguareté cerca de la Garganta del Diablo".
Junto a los guardaparques de Iguazú, una de las "siete maravillas naturales del mundo", Paviolo estudia el impacto del turismo sobre los animales en un área protegida que recibe al año más de un millón y medio de visitantes.
"Inesperadamente tenemos en marcha un experimento real, porque de golpe se sacó a la gente y estamos monitoreando la reacción de los animales, si cambia la abundancia o el comportamiento. Si se extiende la cuarentena es posible que haya cambios y que nosotros podamos notarlos" explicó el biólogo.
Diego Montón, de Vía Campesina -el movimiento global de pequeños productores de hortalizas y frutas- y vecino de Jocolí, 45 kilómetros al norte de la capital de Mendoza, destacó que "como hecho comprobable solo puedo decir que el smog sobre la ciudad desapareció" por la cuarentena.
En tanto, desde la oficina de Recursos Naturales de Mendoza señalaron a Télam que "no vemos cambios significativos" en la naturaleza a nueve días del inicio de la medida.
Sofía Heinonen, directora ejecutiva de Conservation Land Trust -fundada por el fallecido Douglas Tompkins- y experta en restauración de ambientes naturales que desarrolla un proyecto para la reintroducción del yaguareté en el Iberá y en todo el Chaco, dijo que los efectos de la cuarentena y el parate económico casi global "vienen bien para la naturaleza y nos pone en un lugar de reflexionar".
"Creo que los efectos se ven más sobre las emisiones que sobre la vida silvestre", analizó Heinonen, para quien cuando finalice el aislamiento social será necesario "fortalecer las economías locales", opinó.
"Si paramos todo de un día para el otro esta dependencia de economías globalizadas, de importaciones, exportaciones, la necesidad de medicamentos y la seguridad alimentaria tiene que ser repensada porque el mundo necesita saber qué es el bienestar humano y la importancia de ecosistemas completos en cada lugar dónde estamos", completó.
En tanto, en los últimos días, expertos en fauna patagónica desmintieron fotos de ciervos en la calle principal de Junín de los Andes, en Neuquén, y lo mismo ocurrió con el video de una familia de carpinchos que paseaban, desconcertados, por un barrio pero que estaban en ese lugar porque un vecino de la urbanización privada de Nordelta, en el partido bonaerense de Tigre, los llevó allí a comienzos de este año, según informó prensa de esa municipalidad.
Tampoco es cierto que aparecieron delfines y cisnes en Venecia como consecuencia de la ausencia total de turistas y de personas moviéndose por sus calles y canales, lo que fue desmentido por National Geographic a través de viajes.nationalgeographic.com.es
Las informaciones de animales silvestres en cercanías de centros urbanos es algo de todos modos incomprobable por el momento porque el aislamiento preventivo y obligatorio para enfrentar al coronavirus impide cualquier registro serio de la conducta de la fauna.
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También en la ciudad de Buenos Aires bajó la contaminación



Por la cuarentena, la contaminación del aire bajó a la mitad en la ciudad de Buenos Aires

Fecha de Publicación
: 31/03/2020
Fuente: InfoBae
Provincia/Región: CABA


Se debe principalmente a la disminución del tráfico vehicular. Según datos oficiales, en las autopistas porteñas la circulación cayó más de un 70%
La cuarentena casi global y la menor circulación de vehículos en las ciudades ha mejorado notablemente la calidad del aire en muchos lugares del mundo. El registro se repite en Buenos Aires, en donde las partículas contaminantes que respiramos se han reducido a la mitad. Así lo informó la Secretaría de Ambiente de la ciudad de Buenos Aires, a través de la Agencia de Protección Ambiental (APrA), que realizó un relevamiento de los parámetros de contaminación atmosférica entre los días 20 y 25 de este mes, es decir, desde el inicio de la cuarentena obligatoria y hasta el día posterior al fin de semana largo.
Las mediciones que se realizan en la ciudad en cinco puntos fijos –no se hace monitoreo móvil– detectan la presencia de monóxido de carbono (CO), óxido de nitrógeno (NOx), dióxido de nitrógeno (NO2) y material particulado 10 (mp/10). “Todas las mediciones se tomaron en las estaciones de control atmosférico ubicadas en La Boca, Rodríguez Peña y Avenida Córdoba, y Parque Centenario, y la conclusión de este relevamiento indica que los valores han disminuido un 50% en relación al mismo período de 2019”, detalló la dependencia mediante un comunicado.
Esta fuerte reducción en todos los parámetros se debe especialmente a la disminución del tráfico vehicular. “Más allá de la situación atípica por la que estamos pasando a nivel global es importante destacar que disminuir el uso de medios de transporte que emiten gases contaminante es la salida para mejorar la calidad de aire de las grandes ciudades. El reemplazo de este tipo de transporte deberá ser una de las grandes acciones que habrá que mantener una vez que hayamos podido superar la pandemia”, sostuvo Eduardo Macchiavelli, secretario de Ambiente de la Ciudad.
El reporte también indica que, si bien con el inicio de la cuarentena todos los valores disminuyeron fuertemente, en las horas previas al anuncio del gobierno nacional se registró un marcado aumento de todas las emisiones debido a que los vecinos salieron a hacer compras y ultimar detalles antes de las 12 de la noche, hora de comienzo del aislamiento obligatorio.

El seguimiento ofreció los resultados:
*El valor promedio de Material Particulado/10 es de 30 ug/m3 mientras que la línea guía de OMS es de 50 ug/m3.
*El valor promedio para Monóxido de Carbono es de 0,5 ppm y la línea guía de la OMS es de 1,0 ppm
*Si bien la OMS no tiene valores guía para el Óxido de Nitrógeno porque es un valor utilizado para medir emisiones de gases contaminantes más que de impacto en la salud, el promedio en estos días ha sido de 20 ppb; por debajo de los valores promedio de la Ciudad.
*Por último, el valor promedio para el Dióxido de Nitrógeno ha sido 35 ppm y, según la OMS el valor guía es del 106 ppm.
Las noticias sobre cielos más limpios comenzaron hace unas semanas cuando se reportaba el notable cambio en ciudades como Beijing o México DF. Y, aunque esto aparece como un aliciente en el negro panorama que el coronavirus nos brinda, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que la lucha contra la acción climática no debe detenerse. Los esfuerzos para controlar la pandemia de coronavirus han reducido la actividad económica y conducido a mejoras localizadas en la calidad del aire. “Pero es demasiado pronto para evaluar las implicaciones para las concentraciones de gases de efecto invernadero que son responsables del cambio climático a largo plazo. Los niveles de dióxido de carbono en las estaciones de observación clave han sido, hasta ahora, más altos que el año pasado”, aclaró en un comunicado esta organización.
Para su director, es irresponsable minimizar los enormes desafíos de la salud y la pérdida de vidas que causa el COVID-19 a pesar de las reducciones locales de contaminación y la mejora en la calidad del aire.
“Sin embargo, ahora es el momento de considerar cómo usar los paquetes de estímulo económico para apoyar un cambio a largo plazo hacia prácticas comerciales y personales más amigables con el ambiente y el clima”, aseguró Petteri Talas.
Añadió que la experiencia pasada sugiere que la disminución de las emisiones durante las crisis económicas es seguida por un rápido aumento y que es necesario cambiar esa trayectoria. "El mundo necesita demostrar la misma unidad y compromiso con la acción climática y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contener la pandemia de coronavirus. El fracaso en la mitigación del cambio climático podría conducir a mayores pérdidas tanto de vidas como económicas durante las próximas décadas", dijo.
Según un análisis realizado para Carbon Brief, el bloqueo y la reducción de la actividad económica en China condujeron a una reducción estimada del 25% en las emisiones de CO2 durante cuatro semanas. El sistema de vigilancia atmosférica mundial de la OMM Global Atmosphere Watch coordina la observación a largo plazo de las concentraciones de gases de efecto invernadero a escala planetaria.
Las emisiones representan lo que pasa a la atmósfera, mientras que las concentraciones representan lo que queda en la atmósfera después del complejo sistema de interacciones entre la atmósfera, la biosfera, la litosfera, la criosfera y los océanos.
El dióxido de carbono permanece en la atmósfera y los océanos durante siglos. Esto significa que el mundo está comprometido con el cambio climático continuo, independientemente de cualquier caída temporal en las emisiones debido a la epidemia de coronavirus, asegura la OMM.
Alrededor de una cuarta parte de las emisiones totales es absorbida por los océanos. Otro cuarto es absorbido por la biosfera terrestre, incluidos los bosques y la vegetación que actúan como “sumideros” de carbono. Naturalmente, la biosfera terrestre absorbe una cantidad similar de CO2 que libera durante el año en un ciclo estacional. Por lo tanto, los niveles globales promedio de CO2 generalmente aumentan hasta abril y mayo.
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