Argentina y el Gran Chaco, desmonte incluído



El desmonte, la emergencia constante del norte argentino

Fecha de Publicación
: 24/03/2020
Fuente: Vía Pais
Provincia/Región: Norte


Con más de un millón de kilómetros cuadrados, el Gran Chaco es el segundo ecosistema forestal de Sudamérica, después del Amazonas.
Los bosques concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta y de ellos obtenemos bienes y servicios indispensables para nuestra supervivencia, como alimentos, maderas y medicinas. Son hogar y sustento de miles de comunidades indígenas y campesinas, y juegan un rol fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos.
Con más de un millón de kilómetros cuadrados, el Gran Chaco es el segundo ecosistema forestal de Sudamérica, después del Amazonas. Se extiende a lo largo de Argentina, Paraguay, Bolivia, y una pequeña porción en Brasil. Los bosques del Gran Chaco son una de las áreas más ricas en biodiversidad del planeta, que ayudan a mitigar el cambio climático al tiempo que albergan una vegetación y vida silvestre únicas que incluyen 3.400 especies de plantas, 500 especies de aves, 150 mamíferos, 120 reptiles y 100 anfibios. Se estima que en la región chaqueña existen unas 25 especies de mamíferos amenazadas, como el yaguareté, el tatú carreta, el tapir, el oso hormiguero, el aguará guazú, el ciervo de los pantanos, el lobito de río, y el chancho quimilero; siendo las principales causas la constante destrucción y fragmentación de su hábitat y la caza indiscriminada.
Allí viven 4 millones de personas, muchos son campesinos y pequeños productores agropecuarios. Cerca del 8% de sus habitantes son indígenas, quienes dependen del bosque para obtener alimentos, agua, maderas y medicamentos. Chaku significa “lugar de caza” en lengua quechua. En el Chaco argentino hay alrededor de 200.000 indígenas de nueve pueblos originarios (en su mayoría wichi y qom).
Argentina se encuentra en emergencia forestal. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ubicó a nuestro país entre los diez que más desmontaron entre 1990 y 2015: se perdieron cerca de 8 millones de hectáreas, una superficie similar a la provincia de Entre Ríos. El 80% de la deforestación se da en cuatro provincias del Gran Chaco: Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa.
Las consecuencias de la deforestación no son pocas: pérdida de biodiversidad y de recursos; aumento del cambio climático y de la desertificación; inundaciones; enfermedades; desalojos de campesinos e indígenas. ¿Cuál es la solución ante la codicia de grandes terratenientes que impunemente arrasan con bosques en beneficio de sus negocios, gracias a la inacción de los gobiernos? Hoy, en el Día Internacional de los Bosques, esta pregunta resuena aún más. Las principales causas de la pérdida de bosques son el avance de la frontera agropecuaria, mayormente por la ganadería intensiva y la soja transgénica. Chaco es la provincia con mayor deforestación en los últimos cuatro años: 130.000 hectáreas fueron arrasadas en ese período y ya perdió cerca de 2 millones de hectáreas de bosques en total. Durante 2019, también fue la provincia que más sufrió las inundaciones, hecho que volvió a repetirse este verano. Recientemente un equipo de Greenpeace sobrevoló El Impenetrable y detectó siete topadoras desmontando en seis fincas.
Las cifras hablan por sí mismas y llaman a la acción inmediata. Sin embargo, la deforestación no se detiene y junto a ella llegan las inundaciones. Los bosques actúan como una esponja natural que absorbe el agua de las lluvias. A su vez, el cambio climático aumenta la cantidad e intensidad de las precipitaciones. Cada vez queda más claro que más deforestación significa más cambio climático y más inundaciones. La urgencia que requiere la crisis climática y forestal que estamos viviendo no soporta perder ni una hectárea más. Es hora de actuar.
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