Chubut: invasiones biológicas históricas

Especies invasoras llegaron por diferentes razones, se adaptaron y no piensan irse

Fecha de Publicación
: 05/02/2020
Fuente: El Chubut
Provincia/Región: Chubut


Cientos de especies de plantas y animales conviven con nosotros hace tanto tiempo que ya forman parte de nuestro paisaje, al punto tal que las hemos incorporado a nuestra cultura como propias.
Cuando las plantas o animales foráneos son introducidas intencional o involuntariamente a un ambiente nuevo, de que no es originario, se produce lo que se llama una invasión biológica. Cuando la invasión se produjo hace mucho tiempo, tendemos a pensar que siempre estuvieron ahí. Al contemplar un paisaje de campo no nos imaginamos que los cardos llegaron desde Europa, el paraíso es asiático y los eucaliptos (que son australianos) fueron traídos por Sarmiento entre 1868 y 1879.
En el caso de los animales, éstos han sido los causantes del retroceso de numerosas especies autóctonas. La caza fue uno de los principales motivos por los que fueron traídos, ya que para los cazadores con raíces europeas, la fauna argentina no estaba a la altura de la del viejo mundo y por lo tanto era necesario «enriquecerla». Y así llegaron la liebre europea, el jabalí, el ciervo colorado y otras.
Los ríos y lagos tampoco se salvaron de la invasión. Las truchas comenzaron a sembrarse, con fines deportivos, en nuestras aguas patagónicas en 1904. Prontamente alcanzaron una gran dispersión causando la disminución de especies nativas como la perca y el pejerrey patagónico.

¿Protegerlas o no protegerlas?
Si solo pensamos en los efectos negativos que producen, es fácil pensar que la solución es erradicarlas. No obstante algunas tienen valor comercial y es aquí donde comienza la polémica.
Las truchas fueron introducidas desde Norteamérica y pese a que afectaron negativamente a peces autóctonos, la pesca deportiva es parte de la industria del turismo, genera trabajo para guías de pesca, beneficia a los alojamientos turísticos y mucho más.
La rosa mosqueta, originaria de Europa de Este, es otro ejemplo de especie con valor comercial, pero que a su vez ha modificado el paisaje y ocupa grandes extensiones del bosque nativo andino patagónico.

¿Hay que eliminarlas?
Es necesario analizar cada caso en particular y no puede hacerse teniendo en cuenta sólo al ambiente sin considerar al hombre. Sí es necesario establecer programas de control donde no los hay y dar continuidad a los existentes. No podemos pensar en una erradicación total del jabalí, pero es necesario controlarlo en el Valle del Río Chubut y Península Valdés, ya que significa un serio peligro, tanto para la fauna local como para el ganado.
Los invasores están entre nosotros, la mayoría ya estaban cuando nacimos.
Seguiremos conviviendo con ellos, pero teniendo siempre como premisa que la preservación de flora y fauna nativa es el único modo de mantener un ambiente sano para nosotros y para los que vienen después.
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