Mendoza: la invasión de exóticas complica su biodiversidad



Flora y fauna nativa de Mendoza está en riesgo por la invasión de especies exóticas

Fecha de Publicación
: 20/05/2019
Fuente: Los Andes
Provincia/Región: Mendoza


Son 10 especies animales que también afectan a la producción agrícola. Permitida la caza de jabalíes, conejos silvestres y liebres europeas.
“Cuando los europeos llegaron a estas tierras, trajeron todos los animales que tenían en sus países; quizás porque no les gustaban los que estaban acá. En ese momento, no estaba mal visto. Pero tampoco se tuvieron en cuenta los problemas que podían llegar a ocasionar. Y que son los mismos de ahora, con la diferencia de que se está tomando conciencia”. Remontándose a los años de la colonia, el veterinario Pablo Coniglione se refirió a una problemática que evidentemente es de larga data y que siempre ha tenido vigencia: las Especies Exóticas Invasoras.
Según informaron recientemente desde la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, se contabilizan más de 650 especies invasoras en todo el territorio de Argentina. Y Mendoza no está ajena a esta situación. Hay en la provincia, al menos y entre las más importantes, una decena de especies animales que no son nativas; y cuya inclusión ya está trayendo -en algunos casos- serios problemas al ecosistema y afectando a las especies autóctonas.
Para intentar controlar estas situaciones, la caza de algunos estos animales (regulada por ordenanza) se ha convertido en uno de los métodos más efectivos. Es el caso del jabalí, el conejo silvestre y la liebre europea; ejemplares diseminados por todo el territorio. La situación se torna unpoco más grave si se tiene en cuenta que la capacidad de adaptación de estos ejemplares es muy alta, y las exóticas terminan predando a las autóctonas.
También hay otras que han sido detectadas recientemente y se está trabajando en la acción rápida para llegar a controlarla antes de que sea necesario recurrir a la erradicación. Este es, por ejemplo, el caso de la ardilla de vientre rojo, que se ha detectado tempranamente en un par de locaciones de Tupungato. Mientras que hay al menos 3 tipos de peces que son EEI -la trucha, la carpa y un tipo de pejerrey, aunque todas están bajo control-; además de anfibios como la Rana Toro y aves como la cata que se han convertido en amenazas.
“Uno de los principales problemas de las EEI es que compiten con la fauna autóctona del ecosistema, y tienen mayor capacidad de adaptación que las especies nativas. Tampoco tienen predadores naturales y su capacidad de reproducción es muy alta”, resumió a su turno el director de Fauna, Adrián Gorrindo. Además, se detuvo en las peligrosas consecuencias, que van desde lo ecológico hasta lo económico (causan daños en la producción); pasando por la salud (son portadoras de enfermedades). 
“Las especies exóticas han dejado en muchos lugares graves consecuencias sociales y ecológicas; y por eso es que se necesita trabajar. Éstas alteran toda la forma en que nos adaptamos nosotros al ambiente, no sólo la flora y fauna”, resumió el director de Recursos Naturales, Sebastián Melchor; quien explicó que existe un plan nacional de manejo y control de las EEI en el que trabajan en conjunto todas las provincias.

Intrusos
En 1946, el Ejército Argentino liberó 20 castores canadienses en Tierra del Fuego para fomentar la industria peletera. Sin embargo, las consecuencias no fueron las esperadas. Primero, porque el roedor adaptó su piel a las características del lugar y dejó de considerarse “atractivo” para la comercialización. Y segundo, porque a raíz de esto los liberaron a la naturaleza, y las consecuencias fueron devastadoras: a falta de predadores naturales en esa zona, crecieron los diques -fabricados por ellos- y el agua se fue “comiendo” a la tierra. A raíz de esto, el año pasado se anunció la matanza de 100.000 castores para salvar bosques nativos. 
El ejemplo de los castores y su irrupción forzosa es uno de tantos. Por lo general, la principal vía de ingreso de una especie exótica invasora a cualquier ecosistema suele estar dada por la intervención humana (de contrabando). Sin embargo, no es la caza autorizada la solución mágica y, de hecho, lo ideal no es llegar a ese extremo. Por eso es clave trabajar en la alerta temprana. 
“Es lo que ha ocurrido ahora con la ardilla de vientre rojo. Si se actúa rápido, tenemos la posibilidad de controlarla”, sostuvo Gorrindo, quien indicó que su ingreso al suelo argentino se dio hace un tiempo en la zona Luján (Buenos Aires), y allí también dejó secuelas. 
Entre las principales consecuencias de la presencia de este roedor invasor se destacan -además de ser una amenaza para la fauna autóctona, daños en la producción de nueces y castañas (muy fuerte en el Valle de Uco) y hasta daños materiales; ya que ante la falta de alimentos, mastican cables y plásticos. Algo muy similar ocurre con el conejo silvestre -con mucha presencia en Malargüe- y las mangueras del riego por goteo.
Al tratarse precisamente de un ecosistema, todos sus componentes están conectados. Esto significa que por más que sean especies animales, afectan la flora. Como por ejemplo un jabalí que se alimenta de rosa mosqueta -especie invasora que atenta contra la jarilla, entre otras- y va diseminando sus semillas. 

Permiso de caza
Mendoza cuenta con una resolución anual de caza, que delimita los alcances y las especies. Mientras que la caza furtiva está terminantemente prohibida, en el caso de las EEI hay ciertas consideraciones. Con los jabalíes y conejos silvestres, no hay un límite de cantidad; mientras que para la liebre europea está permito hasta 10 ejemplares por salida.
Además, están hasta estipulados el tipo de arma -sólo se permite con arma de fuego y arco-, mientras que en el caso de las armas de fuego se fijan hasta los calibres.

Peces y especies asilvestradas
Existen especies exóticas que ya llevan varias generaciones adaptadas en la provincia. Y que, si bien ya se han adaptado, no dejan de ser invasoras. Es el caso de la cata (con mucha presencia en el Este provincial), que se considera “asilvestrada”. 
Hay, además, peces que no son nativos y que han sido “sembrados” en distintos cauces, como son algunos pejerreyes, carpas y truchas. No obstante, se trata de especies sobre las que se está haciendo un manejo para que no lleguen a todas las cuencas y no se conviertan en una amenaza. Incluso, hasta se está haciendo un aprovechamiento turístico y gastronómico. 
“En ese sentido, se ha hecho una experiencia de repoblación de pejerrey autóctono silvestre en El Nihuil”, acotó Melchor.
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