Los residuos siguen sin solución en Buenos Aires



Aunque los rellenos colapsan, crece la basura que mandan los distritos del GBA

Fecha de Publicación
: 28/02/2019
Fuente: Clarín
Provincia/Región: Capital Federal - Buenos Aires


Subió 41,8 % en 7 años, más que el promedio de la población. Expertos dicen que faltan políticas de gestión y de prevención sostenidas. La Ciudad, Ituzaingó y Brandsen, las excepciones.
Pese a las esporádicas campañas de concientización, el problema de la basura sigue sin resolverse. Al contrario: según un informe del Círculo de Políticas Ambientales, la cantidad de residuos sólidos urbanos que se envían a rellenos sanitarios creció un 41,87% entre 2010 y 2017. Más que el promedio de la población. La tendencia es sostenida y se observa en 31 de 34 distritos que enviaron regularmente residuos a enterrar en el período analizado. Las tres excepciones son la Ciudad, Ituzaingó y Brandsen (ver mapa).
El estudio está basado en datos de la CEAMSE. Con casi 16 millones de habitantes, la zona genera 18.500 toneladas de residuos sólidospor día y un 96% va a rellenos sanitarios. El principal es el de José León Suárez, donde se entierran las de Capital y otros 35 municipios. El segundo, en González Catán, recibe las de La Matanza y un tercero, en Ensenada, aloja las de ese partido más la de La Plata, Brandsen, Magdalena y Berisso.
En algunos municipios, el aumento de la basura enviada a enterrar en siete años fue de 4% a 30%: Florencio Varela, Almirante Brown, Moreno, Hurlingham, Malvinas Argentinas, Morón, General San Martin, Tres de Febrero, San Isidro y Vicente López. En otros, de 30% a 60%: Lomas de Zamora, Pilar, Escobar, Avellaneda, Magdalena, José C. Paz, Ensenada, Quilmes, Presidente Perón, Tigre, Berisso, Esteban Echeverría y La Matanza). En San Fernando, La Plata, Merlo y Berazategui, el crecimiento fue de 60% a 90%. Y en Ezeiza, General Rodríguez, San Miguel y Lanús se registró el pico: entre 90% y 150%.
“Las cifras muestran lo que pasa cuando no se toman medidas para disminuir la basura que generamos. No hay políticas de gestión de residuos sostenidas en el tiempo, pero tampoco de prevención”, afirma Consuelo Bilbao, una de las directoras del Círculo de Políticas Ambientales y autora del informe.
Los datos disponibles en el INDEC para 2018 –de enero a septiembre-, según información provista por la CEAMSE, evidencian que hubo un aumento de la disposición del 9% respecto del mismo período del año anterior. Si bien la recesión puede haber disminuido esta tendencia, es preocupante si se tiene en cuenta que el espacio disponible en el relleno de José León Suárez se agotará en cinco años, según la propia CEAMSE.
De los tres municipios que redujeron la cantidad de basura, sólo la Ciudad de Buenos Aires ofrece una disminución sostenida en el tiempo. Aunque es el distrito que más basura genera, entre 2010 y 2017, bajó un 47,22% el envío de residuos. Según el Gobierno porteño, en 2018, se registró una reducción de 29.258,6 toneladas. Esto, dicen, se logró por la inauguración en 2013 de una planta que trata los residuos áridos -escombros y restos de obra-, que permite reutilizar 2.500 de las 6.700 toneladas de basura que genera la Ciudad por día. También hay 300 puntos verdes, 2.500 contenedores verdes y dos plantas de procesamiento MRF (Material Recycling Facility).
“Aumentamos las bocas de captación y la capacidad de procesamiento. Así, logramos bajar un 53% la cantidad de toneladas que enterramos desde 2013, cuando empezó este proceso”, sostiene Eduardo Macchiavelli, el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
A su vez, en los municipios del Conurbano y desde la Provincia de Buenos Aires indican que, en algunos casos, el aumento de las cifras registradas se debe a que los residuos que antes iban a basurales a cielo abierto ahora son enviados a los rellenos. “En general, un incremento sostenido del envío de residuos a la Ceamse indica una mejora de la gestión”, señala Javier Arguilla, director de residuos del Organismo Provincial para el Desa- rrollo Sostenible (OPDS), la autoridad ambiental bonaerense.
“Tratamos de formalizar cooperativas de recolectores y estandarizar los procesos de las plantas de reciclaje que tienen los municipios para poder contabilizar lo que se recupera en función del objetivo de reducir la disposición final”, agrega el funcionario. Pero por el momento, no hay cifras oficiales de tasas de recupero.
En Lanús, uno de los municipios con más crecimiento de envíos, afirman que recolectan entre 10 y 12 toneladas diarias de basura domiciliaria y que esa cifra no varió respecto de años anteriores. “Sí aumentó la cantidad de ramas o de escombros recolectados y eso se debe a que estamos combatiendo los basurales”, señala una fuente municipal.
En Ezeiza, donde la cantidad de residuos enviados a enterrar aumentó un 147%, la recolección fue estatizada. “El sistema está muy organizado y nos evitamos los conflictos con las empresas de recolección”, aseguran. Esto incluye la incorporación de los antiguos recolectores informales como monotributistas, para complementar la recolección primaria con camiones. Las autoridades municipales aseguran que la cantidad de basura enviada a enterrar indica la eficiencia del sistema. Por otro lado, hace un año y medio se inauguró un centro de disposición final de residuos dentro del mismo partido.
Lo cierto es que un incremento general del 40% -o del más del 100% en casos puntuales- parece muy grande como para explicarse únicamente por el “sinceramiento” de los residuos que antes se enviaban a basurales.
Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), es crítico: “Los municipios no hacen ningún esfuerzo por minimizar la producción de residuos como lo establece la ley nacional -señala-. Cada tanto hay planes pilotos voluntaristas, pero no existen iniciativas concretas de parte de los partidos, así como tampoco a nivel nacional. Por otro lado, la Provincia falla en el control de los basurales”.
Para Nápoli, la falta de medidas tiene que ver con un objetivo a más largo plazo. “Han tomado una decisión, que es el camino hacia la incineración. Todo lo que tienen que hacer es no hacer nada hasta que se agoten los rellenos sanitarios”, advierte.
Respecto de la Ciudad de Buenos Aires, si bien Nápoli reconoce que hubo una reducción sensible en el envío de basura, afirma que aún no se llegó a los parámetros establecidos por ley.
Una pregunta se impone: ¿qué hacer cuando ya no haya más lugar en los rellenos? La Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos que impulsan el tratamiento en plantas de termovaloración (Waste to Energy), donde se incineran los desechos. “Se genera energía a partir del vapor de la combustión y los gases se tratan para no dañar el medio ambiente. En Europa hay más de 400 plantas de este tipo en funcionamiento”, señala el ministro Macchiavelli.

Qué hacer con los envases: el 60% de los desechos
El 60% del volumen de basura enviada a los rellenos corresponde a packaging o envases. Desde el Círculo de Políticas Ambientales abogan por una ley basada en el principio de Responsabilidad Extendida al Productor, que obligue a grandes empresas a hacerse cargo de aspectos económicos, legales y físicos de la gestión de los materiales envasados. “Si el fabricante de un bien de consumo masivo tiene que incluir entre sus costos el la basura que genera, va a tener mayor participación en su reducción y prevención. Hoy en Argentina a ese costo lo pagan los municipios”, explican. Legislación de ese tipo existe ya en Uruguay, Chile, Colombia y Brasil.

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