El PET posconsumo en Argentina



Análisis de puntos críticos en la cadena de suministro del PET posconsumo en Argentina

Fecha de Publicación
: 17/03/2017
Fuente: Comercio y Justicia
Provincia/Región: Nacional


La generación excesiva de residuos sólidos urbanos (RSU) y su ineficiente manejo acarrea problemas ambientales, sociales, políticos y daño a la salud pública. Sin embargo, antes de convertirse en basura los residuos han sido materias primas.
El PET o polietilentereftalato es el plástico elegido para la fabricación de botellas y todo tipo de envases gracias a sus especificaciones técnicas y pese a que su costo comparativo es algo superior a otros polímeros plásticos. En condiciones naturales el PET tiene una vida media de 500 años pero puede reutilizarse si es sometido a un proceso de degradación química. Estos métodos han permitido desde hace décadas obtener fibras textiles a partir del PET reciclado o R-PET. Actualmente, el avance tecnológico de los procesos permite obtener un producto cuya calidad lo hace apto también para la fabricación de nuevos envases con un contenido de hasta 51% de R-PET.
El estudio, realizado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Palermo, surgió a partir de una entrevista con el área comercial de una empresa multinacional pionera en la elaboración de envases para bebidas confeccionados con R-PET que mostró el siguiente dato: en nuestro país sólo se recupera 20% de los residuos reciclables, debido a la inexistencia de un sistema formal eficiente que permita abastecer las empresas del sector de suficiente material.
Si bien la dirección principal para los productos en el mercado es del productor hacia el consumidor final, se observa que es cada vez mayor el flujo de productos que vuelven atrás, conocido como logística inversa. Dado que la materia prima para la industria del R-PET proviene de los residuos, es posible suponer que es sencillo disponer de un flujo de materiales constante y de muy bajo precio. Sin embargo, al estudiar la situación de esta actividad en el mercado nacional, aparecen puntos críticos que dificultan la cadena de abastecimiento de las empresas recicladoras, entre los que destacan la legislación insuficiente y de poco cumplimiento efectivo, el elevado costo de transporte de un material de gran volumen y bajo peso, los factores culturales como la falta de motivación y conocimiento para la separación en origen, la multiplicidad de actores involucrados en el proceso y la informalidad económica en las etapas intermedias de la recuperación.
En Argentina, al no estar generalizada la obligación de clasificación domiciliaria de residuos ni la recolección diferenciada, gran parte de la separación y recuperación de los materiales reciclables es realizada mediante un circuito informal: los llamados cartoneros. De las 56 empresas recicladoras de plástico registradas en Argentina, sólo 15 se ocupan del PET. Sus fuentes de abastecimiento van desde las cooperativas sociales reconocidas hasta los centros de acopio informales o chatarrerías.
Esto causa falta de precio estándar de compra y venta, inexistencia de facturación y evasión impositiva. El costo por kilo puede llegar a ser 150% mayor en los circuitos formales respecto de los informales. Cuando las variables del mercado hacen que el valor del PET baje temporariamente, los recicladores informales orientan su negocio a la recolección de otros materiales en su lugar. Esto causa grandes fluctuaciones en la cadena de abastecimiento del PET posconsumo y mucho material acaba en los rellenos sanitarios o ensuciando calles y cursos de agua.
El ordenamiento de la actividad daría impulso a un sector productivo que otorga valor económico a los servicios ambientales y genera fuentes de trabajo. Las campañas de educación ambiental y la retribución mediante pequeños beneficios económicos o sociales serían las herramientas adecuadas para vencer la resistencia de los vecinos a acatar la obligatoriedad de clasificar sus residuos.

Por Estela Mónica López Sardi (*)
(*) Docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Palermo (Buenos Aires). Materia escrita en colaboración con Juan José Talarico Obóni, alumno de la misma facultad
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