Preocupa en Córdoba modificaciones a la Ley de Bosques



Alerta Roja: Avanzan modificaciones a la Ley de Bosques

Fecha de Publicación
: 26/10/2016
Fuente: Ecos Córdoba
Provincia/Región: Córdoba


Los empresarios ganaderos del norte cordobés a través de CARTEZ -la entidad que los nuclea- están presionando desde hace unos meses para que se apruebe una modificación a la Ley de Bosques (Nº 9.814) en la que el desmonte de bosques nativos en zonas actualmente protegidas sea legal, con la intención de desarrollar la ganadería intensiva  y sembrar pasturas exóticas para alimentar a su ganado.
Para ello, utilizarían el rolado, una técnica que se vale de maquinaria similar a las aplanadoras pero con púas que van pasando por arriba del monte y de esa forma van quebrando todo lo que encuentran a su paso, “limpiando” el área de arbustos y rompiendo el suelo para sembrar pasturas exóticas.

“El ecosistema no soportará ese ritmo de producción”
Al ser consultado, el biólogo Fernando Barri, Doctor en Ciencias Biológicas que se desempeña como investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), indica que el proyecto difundido por CARTEZ “implica ganadería intensiva en un ecosistema que no soportará ese ritmo de producción, ya que pretenden incorporar muchas cabezas de ganado por hectárea con el argumento falaz que los bosques sobrevivirán ya que dejarán algunos árboles en pie. Por supuesto, todo eso es una falacia”, afirma el especialista.
Fuentes consultadas por Sala de Prensa Ambiental que están participando en la Mesa Chica de discusiones para modificar la Ley -y que pidieron no ser identificadas- confirman que la disputa central de hoy es muy simple: los ruralistas quieren lograr su objetivo de obtener un permiso legal para realizar desmontes selectivos presionando al gobierno provincial por estas vías: o modifica el mapa de protección de los bosques para que las regiones rojas pasen a amarillas y puedan utilizar el rolado, o les permiten utilizar este sistema de rolo en la categoría roja, con lo que cual Córdoba seguiría violando los Presupuestos Mínimos establecidos por la Ley nacional de Bosques Nativos.

El uso del rolado puede trar gravísimos problemas
En las oficinas de Casa de Gobierno, desde hace unos meses en estricto silencio están decidiendo el futuro del rincón que atesora la mayor biodiversidad de la provincia: el arco noroeste cordobés y sus 400.000 hectáreas de bosque nativo bien conservado. Por eso, desde el año 2010, la Ley de Bosques estableció una franja muy importante de ese territorio como zona Roja, es decir una categoría que prohíbe todo tipo de desmontes.
Se trata de un extenso ecosistema que ha resguardado la vida y la cultura campesina transmitida durante generaciones en los montes del chaco árido provincial. Familias que sin el bosque no podrán seguir viviendo allí.
En aquella región en disputa, el cruzdelejeño Miguel Barreda, reconocido Ingeniero Agrónomo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) coordina un proyecto para el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada. El Plan del INTA se extiende desde Villa María de Rio Seco hasta Villa Dolores, la franja boscosa que contiene al ecosistema del chaco árido cordobés.
Barreda, al ser consultado por Sala de Prensa Ambiental opina que “la opción para el noroeste no es el desmonte, tampoco la implantación de pasturas exóticas sino que hay otras alternativas que van desde la apicultura, la recolección de frutas y de distintos tipos de alimentos, la articulación con diferentes tipos de organizaciones familiares y campesinas”.
Al plantear sus discrepancias con el proyecto presentado por los ruralistas, el especialista del INTA explica que “el Manejo de Bosque con ganadería integrada no es una cuestión que habilita a simplificar el ecosistema solamente pensando en la ganadería bovina. Por eso, no creemos que un cambio de Categoría de los bosques nativos (de Roja a Amarilla o el permiso del rolado en áreas Rojas) sea lo que haya que hacer”, afirma Barreda. Y agrega: “También deduzco que los grandes productores quieren obtener más ganancias en sus campos pero tenemos que analizar la sustentabilidad, a mediano y largo plazo, en un contexto de cambio climático. Por eso, un proyecto como el de CARTEZ no viene siendo la herramienta adecuada: el desmonte y la simplificación con árboles y pasturas solamente, no ha sido sustentable. Cuando sufrimos una sequía grande, hace 5 años, productores grandes y chicos tuvieron que achicar stocks ganaderos porque la producción de la cantidad de pasto esperada por esa pastura exótica no se dio y tuvieron que vaciar los campos. Homogeneizar una zona con el rolado para un solo tipo de manejo del bosque nos va a traer gravísimos problemas”, afirma el experto del INTA.
El biólogo Fernando Barri, indica que “los grandes empresarios rurales pretenden que se incorpore el rolado, con lo que dejarían algunos árboles aislados pero arrasarían con todos los arbustos y toda la vida que compone el suelo nativo para implantar hierbas nativas de África o del sur de Asia”.

Miles de vacas en un pseudo-bosque
En el ecosistema del noroeste cordobés conviven diferentes estratos: diversidad de especies de árboles -chañares, quebrachos y algarrobos- mezclados con arbustos -como garabatos y churquis- y, por debajo de ellos, pasturas nativas. También, especies animales como corzuelas, pumas, chanchos del monte, además de abejas y demás insectos. Todos conviviendo en un ecosistema. Hasta ahora, las vacas con un sistema de producción extensivo, interactúan en él.
Pero la situación cambia drásticamente cuando entra un tractor con un rolado – cilindros pesados con púas que van rompiendo el suelo y sólo deja algunos árboles de gran porte- porque arrasan todo lo que está debajo. Es decir, reducen la biodiversidad, destruyen el hábitat de mamíferos, aves, insectos y demás para sembrar pasturas megatérmicas.
Al respecto, Barri señala que “en definitiva, los empresarios no quieren seguir haciendo ganadería extensiva, sino comprar este paquete tecnológico para el negocio, similar a la manera en que los sojeros compran el combo de la soja transgénica”.
El ingeniero Barreda sostiene que “la consigna de manejar bosques con ganadería no debe implicar miles de vacas dentro de un pseudo-bosque. Tiene que ser bosque con ganadería, pero además, en la región ya existe un modo de producir que valoriza la producción regional que desarrollan las familias campesinas” tras lo cual agrega que “el proceso de “pampeanización”  ya se viene haciendo en el noroeste desde hace muchos años y nosotros creemos que ese proceso es lo que se ha llevado puesto caminos, cuencas y no nos ha ido bien con eso”.
El biólogo Barri indica que “la cría de ganado siempre se ha hecho en la región y eso no ha afectado, en general, al ecosistema y su necesaria biodiversidad. Es más, está demostrado que donde se ha hecho ganadería extensiva el monte aún sigue en pie y donde se intentó hacer actividad intensiva terminaron transformando esos lugares en peladales y desiertos. Pareciera que los ruralistas quieren volver a cometer el mismo error porque el ecosistema del chaco árido no permite un sistema de producción como el que ellos quieren. Hay limitaciones del suelo y condicionamientos hídricos entre otros aspectos pero los empresarios ganaderos proponen llevar a la región al límite de productividad; van a quebrar el equilibrio ecológico por su ambición y vamos a tener problemas”.

La pérdida de familias campesinas es agrandar el desierto
El agrónomo Barreda, en tanto, advierte que “es el Estado quien tiene que brindar una mirada sobre el uso del suelo”.
Lo que ha pasado con los suelos en la zona centro después de la sojización o lo que sucedió en el sur con la elevación de las napas freáticas a 50 cm del suelo son cosas que nos tienen que llamar a reflexionar sobre los manejos a gran escala, porque si no, son los mismos gobiernos los que tienen que salir a rescatar  las pérdidas producidas en los campos más productivos de la provincia, como los de la región de Marcos Juárez.”
En la región que los ruralistas ganaderos pretenden intensificar su producción se concentra la mayor proporción de campesinado de la provincia.
Los desmontes generan un impacto sobre estas familias que han subsistido con sus producciones de cabras, ovejas, miel y leña, durante años.
“Lo cierto es que el desierto comienza cuando no hay gente y la pérdida de una familia campesina es agrandar el desierto, por más ingresos que le genere a la provincia y si nosotros estamos preocupados por la cuestión del hábitat, del éxodo y la migración tenemos que hacer que las familias campesinas sigan se quedándose en los bosques nativos”, concluye el agrónomo Barreda.
Más fuentes que están participando de la Mesa de discusión para la modificación de la Ley de Bosques, consultadas por Sala de Prensa Ambiental, aseguraron que el gobierno provincial acusa un desprestigio importante en este tema por lo que su estrategia es que cuando la información sobre las modificaciones a la Ley de Bosques salga a la luz, las reformas ya estén aprobadas para que el costo político sea menor que con una presión social, a partir de informaciones de lo que se está discutiendo en estos días.
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