Desechos pesqueros en estudio para la sustentabilidad



Desechos pesqueros para disminuir la contaminación ambiental

Fecha de Publicación
: 21/07/2015
Fuente: Argentina Investiga
Provincia/Región: Buenos Aires


Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas proponen utilizar los residuos de crustáceos marinos para generar formulados alimenticios como fuente de proteínas y antioxidantes naturales. Con distintas estrategias biotecnológicas, el proyecto apunta a convertir las 76 mil toneladas de desechos generados por la industria pesquera en productos con valor agregado, y además reducir la contaminación ambiental y visual que producen.
Desde los laboratorios de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) explican que tras la extracción de la parte comestible de los crustáceos -camarones, langostinos, cangrejos, entre otros- se genera un residuo sólido formado en su mayoría por los exoesqueletos. En la actualidad, esos restos son descartados en basurales municipales y en otros casos directamente sobre la costa marítima, lo que origina un serio problema a nivel ambiental.
Para tomar dimensión del volumen de residuos existente es necesario tener en cuenta datos de la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. El organismo informó que el desembarco de crustáceos en las costas argentinas en 2014 fue de alrededor de 130 mil toneladas. El mayor porcentaje de captura corresponde al langostino, seguido por la centolla y el camarón. A estas tres especies debe sumarse la incipiente captura de cangrejos por flotas artesanales que representa cerca de 2 ton/mes.
La cantidad de residuo sólido generado del procesamiento de estas especies depende en parte del rendimiento cárnico de cada crustáceo, siendo éste del 35-40% para langostinos y camarones y del 50-60% para el caso de cangrejos y centollas. Así, a partir de los valores de captura antes citados y, con la suma de un porcentaje estimativo de captura por asociaciones de pescadores artesanales, la cantidad de residuo sólido generado a lo largo de las costas del país asciende a 76 mil toneladas por año.
Ivana Cavello, investigadora del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI), dependiente de la UNLP y del Conicet, explicó a Argentina Investiga que el estudio tiene como objetivo buscar un método de obtención de quitina (un carbohidrato que forma parte de las paredes celulares de los hongos, del resistente exoesqueleto de los arácnidos, crustáceos e insectos y algunos órganos de otros animales, con múltiples propiedades en la biomedicina, en la agricultura, en la industria alimenticia, etc.) a partir de residuos de crustáceos basado en el uso de enzimas. Se busca así minimizar los efectos de los tratamientos químicos tanto sobre la calidad de la quitina, como sobre el medio ambiente.
Detalló además que “se han buscado y seleccionado microorganismos autóctonos capaces de crecer sobre el residuo de los crustáceos a expensas de las proteínas presentes en él, dando origen a un material desproteinizado del cual se obtendrá la quitina y un hidrolizado proteico que podría ser utilizado en formulados alimenticios como fuente de proteínas y de antioxidantes naturales”.
Por su parte, el director del proyecto, Sebastián Cavalitto, destacó que “también se trabajó con muestras provenientes del Parque Nacional de Tierra del Fuego con la finalidad de encontrar microorganismos adaptados al frío para reducir los costos de energía utilizados en el proceso del tratamiento del residuo”.
“Dentro de este proceso, se han encontrado varias cepas bacterianas con las características buscadas y actualmente se están estudiando los hidrolizados proteicos obtenidos en términos de sus propiedades oxidantes y la presencia de enzimas de interés biotecnológico”, sostuvo Cavalitto.
El grupo de trabajo considera indispensable plantear una potencial solución al problema ambiental causado por la contaminación orgánica proveniente de la disposición de los desperdicios del procesamiento pesquero. “La demanda de nuevos procesos amigables con el ambiente impulsa a dirigir nuestros esfuerzos para trabajar en un nuevo concepto, una mirada productiva sobre los desechos de estas grandes industrias que permita valorarlos como fuente de productos de alto valor agregado e interés en el mercado mundial”, remarcó Cavello.
Por su parte la estudiante de la licenciatura de Biotecnología y Biología molecular, Ivana Sinigoj, parte del equipo de investigación, explicó que “a partir del material desproteinizado, se generará la quitina y eventualmente también el quitosán que serán caracterizados y comparados con los que encuentran en el mercado”.
La quitina y el quitosano encuentran múltiples aplicaciones en áreas como la biomedicina, en la agricultura y las operaciones post-cosecha, en el tratamiento de aguas residuales, la industria cosmética, la industria alimenticia y algunos tipos de plástico biodegradables, etc. Por ejemplo en la agricultura entre las aplicaciones más comunes se encuentra el recubrimiento de semillas con películas de quitosano para su conservación durante el almacenamiento, sistemas liberadores de fertilizantes y como agente bactericida y fungicida.
Por otro lado, en el área medicinal, se emplean para la producción de suturas quirúrgicas, producción de gasas y cremas bactericidas para el tratamiento de quemaduras. Una de las áreas más importantes de aplicación es en el tratamiento de efluentes. Se utiliza como coagulante primario para aguas residuales de alta turbidez y alcalinidad como floculante para la remoción de partículas sólidas y para la captura de metales pesados y pesticidas en soluciones acuosas. En la industria cosmética se los usa en la fabricación de cápsulas para adelgazar, como aditivo bactericida en jabones, champús, cremas de afeitar, etc.
Asimismo, en la industria alimenticia se aplican en la eliminación de colorantes como exaltador del sabor, antioxidante, emulsionante y aditivo de alimentos para animales y, por otro lado, en el campo de la biotecnología en la inmovilización de enzimas y células, para la separación de proteínas y recuperación celular.
Es importante destacar que el plan de trabajo realizado sobre estas líneas de investigación, con el título de “Recuperación de compuestos bioactivos con potenciales aplicaciones tecnológicas a partir de residuos de la industria pesquera por medio de tecnología enzimática”, fue galardonado con el premio INNOVAR 2014 en la categoría “Universidad”, en el Concurso Nacional de Innovaciones y recibió además una mención al mejor trabajo de investigación en el Tercer Simposio Argentino de Procesos Biotecnológicos.
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