La agricultura industrial pone en peligro al suelo



Los suelos del campo están en peligro

Fecha de Publicación
: 29/05/2015
Fuente: Diario Democracia
Provincia/Región: Nacional


Finalmente luego de décadas de siembra directa y paulatina falta de rotación de cultivos, los suelos argentinos están en peligro porque se encuentran en su gran mayoría compactados, lo que impide, entre otros factores, que la tierra sea permeable a la semilla.
La situación no es una sorpresa, era una crónica anunciada, pero el hecho de que la FAO haya nombrado a 2015 como el "Año Internacional del Suelo" puso en relieve que se trata de un recurso que hay que cuidar.
"Hay que hacerlo por muchos motivos, pero entre ellos porque hay que tomar conciencia de que del suelo se adquieren los nutrientes para los cultivos, es una reserva de agua, la filtra e inclusive tiene beneficios para el control del cambio climático", indicó Carina Álvarez, secretaria de la calificada Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo.
Profesora asociada de la Facultad de Agronomía de la UBA (FaUBA), Álvarez disertó esta semana en el Seminario Fertilidad 2015 que tuvo lugar en Rosario.
"Los suelos básicamente manejados por siembra directa van mostrando síntomas de endurecimiento, compactación, leve incremento de la densidad aparente que es una medida que utilizamos como la dureza", dijo al hablar de las más de 30 millones de hectáreas destinadas en la Argentina a la agricultura.
Para la especialista la "compactación" deriva por el tránsito de las maquinarias en el lote que siembran, cosechan, fumigan, cargan el grano como las tolvas y "la idea es tener esto presente y utilizar distintas estrategias para prevenir la compactación lo más posible".
Cuando se utilizaba la siembra convencional con arado se removía la tierra en los primeros centímetros y no había síntomas de compactación, además se rotaban entre cultivos y con ganadería para fertilizar la tierra.
La siembra directa cambió todo el esquema y ahora hay entre una hectárea de maíz por cuatro o cinco de soja, además de que se realizan barbechos (aplicación de herbicidas para combatir las malezas) que suelen ser largos y dejan el suelo desnudo sin cobertura ni protección durante meses con la disminución acentuada de materia orgánica.
"Uno de los factores de prevención es tener una buena rotación de cultivos y la mayor parte del año con raíces vivas, es decir con cultivos y de cobertura también", aclaró la analista.
La compactación también se da en el ámbito ganadero: "es propio de cualquier sistema de producción, pero en siembra directa después de la cosecha no pasás un arado que borra la compactación en los primeros centímetros".
Los suelos argentinos están en peligro y Álvarez lo explica muy bien, se trata de que el productor muchas veces no tiene el control de las labores que se realizan porque terceriza o está muy preocupado por motivos económicos y finalmente el hacer soja sobre soja tiene sus grandes desventajas y la compactación es una porque el suelo pierde productividad y sanidad.
Se puede utilizar una descompactadora, una máquina que remueve las capas superiores, "pero la idea es tener a mano un montón de técnicas posibles", indicó.
Por ejemplo el tránsito puede ordenarse con el sólo hecho de que la tolva tirada por un tractor no entre al lote y que se descargue el grano sólo en las cabeceras del campo: "muchos trabajos lo demuestran", dijo.
En su charla en el Simposio organizado por la entidad Fertilizar, la técnica de FaUBA remarcó "la necesidad del "tránsito controlado" en los campos, "aplicar menor presión de neumáticos", la utilización de la descompactadora, el aumento del contenido de materia orgánica y actividad de raíces, entre otras.
La realidad es que los suelos se compactan y cada vez son menos permeables a las semillas y como expresó Gervasio Piñeiro, de la FaUBA e investigador del CONICET, también son más deficitarios en la materia orgánica que realmente necesitan los suelos.
"Tradicionalmente, el deterioro en la materia orgánica disponible fue remediado mediante el agregado de fertilizantes, utilizando un enfoque a escala de cultivo, sin embargo proponemos un cambio de enfoque", señaló.
Piñeiro planteó un enroque de paradigma que apunta a estrategias de manejo de largo plazo orientadas a nutrir el suelo y alcanzar los niveles de materia orgánica deseados, en vez de dar nutrientes solamente al cultivo.
En Uruguay también están preocupados por el suelo y en este sentido, Esteban Hoffman, del departamento técnico de la Facultad de Agronomía de ese país, explicó los alcances del Plan de Uso y Manejo de Suelos uruguayo, el cual es de carácter obligatorio y se inició con la siembra de cultivos de invierno 2013.
"Cada unidad productiva tiene un plan de producción a medida que asegura la preservación del mismo contra la erosión hídrica. Cada plan debe ser realizado y firmado por un ingeniero agrónomo acreditado a tales efectos, y que figura como responsable técnico del plan", manifestó el disertante en el seminario.
Definió la filosofía del programa de Uruguay que tuvo un incremento exponencial en los últimos años de la agricultura: "Son los propietarios del campo los últimos responsables de dar cumplimiento al plan y existe una penalidad para los que no cumplen con esta disposición".
En la Argentina, hay una ley en ciernes que Jorge Bassi, presidente de Fertilizar Asociación Civil, avaló en nombre de la entidad que lidera y es una legislación concebida para la "Mejora de los Suelos Agropecuarios".
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