Siguen trabajando sobre el tráfico ilegal de fauna

Tráfico ilegal de fauna: sólo uno de cada diez aminales logra sobrevivir

Fecha de Publicación
: 18/03/2014
Fuente: Tiempo Argentino
Provincia/Región: Nacional


Ayer se realizó otro procedimiento en Nueva Pompeya en el que se decomisaron unos 100 ejemplares destinados al comercio ilegal que, según las autoridades, ocupa a nivel mundial el tercer puesto luego del tráfico de armas y drogas.
Cabecitas negra, jilgueros, pepiteros, loros barranqueros, cotorras, lagartos overo, y hasta un halcón pichón, se decomisaron ayer en un operativo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS) junto al área de Delitos Ambientales de la Policía Federal, en las adyacencias a la feria de los pájaros en el barrio de Pompeya. Fueron unos cien ejemplares. Todas especies silvestres de origen autóctono y cuya comercialización está prohibida, salvo que provengan de planes de manejo aprobados o de criaderos habilitados, y tengan la correspondiente documentación.
En los últimos 20 meses encontraron 8000 animales silvestres vivos a lo largo de 560 operativos, además de 2800 productos fabricados con partes de animales, como carteras, pieles, cuchillería con uñas de ñandú y candelabros con astas de ciervos. Al menos 1293 ejemplares pudieron liberarse, tras cuarentenas y curaciones, pero continúa siendo muy alto el nivel de mortalidad en el tráfico ilegal de fauna, que según la Secretaría de Ambiente, ocupa a nivel mundial el tercer puesto, luego del de armas y drogas.
En el país, la actividad está prohibida por la Ley 22.421 de Conservación de la Fauna Silvestre y la 22.344 que aprueba la Conservación sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y la Flora Silvestres. Pocos de los culpables recibieron condenas firmes, mientras especiesen peligro de extinción como el cardenal amarillo y el yaguareté sufren significativas mermas de sus poblaciones autóctonas.
La mañana de ayer empezó tranquila en el cruce de las avenidas Sáenz y Perito Moreno. En la histórica Feria de los Pájaros, las ventas de aves se desarrollaban de forma legal pero, en la vereda de enfrente, al llegar a las esquinas, la situación era otra: vendedores ambulantes ofrecían reptiles y aves silvestres en jaulas, cajas y mochilas. Las fuerzas de seguridad y los inspectores dieron allí con cien ejemplares. La mayoría de los comerciantes que notó la presencia policial huyó y abandonó a los animales. Uno, incluso, liberó a un halcón por los cielos de Pompeya. Quedó otro halconcito, apretado en un trapo, dentro de una mochila.
Su futuro será mejor al cuidado de los expertos. "Al igual que a los demás, (al halcón) se lo pone en cuarentena en la Fundación Temaiken, donde hay tres jaulones; se lo rehabilita y en seis meses quizás pueda retornar a su hábitat", apuntaron los inspectores.
Testigos contaron que puesteros ofrecían marsupiales y boas, por 100 o 200 pesos, pero no llegaron a ser interceptados. A los infractores atrapados se les labró un acta administrativa y les caerían sanciones económicas.
Para el zoólogo Pablo Mesa, director nacional de Ordenamiento Ambiental y Conservación de la biodiversidad de la SAyDS, "es trascendental la creación de planes de desarrollo sustentable de especies, para un seguimiento y empleo a los lugareños. Crear cadenas de valor, preservando los hábitat naturales", como sucede con criaderos de yacaré en Formosa. Por vía ilegal, un loro hablador se vende a 500 pesos, en cambio, si es legal, su venta en el mercado formal llega a los 1300 pesos.
El tráfico ilegal trae aparejado una altísima mortalidad: Sólo el 10% sobrevive al stress, la falta de comida y el hacinamiento. En un campo bonaerense encontraron 12 mil cauquenes enterrados, que habían sido cazados por extranjeros. La mayoría de los que se comercializan en el mercado interno tienen por finalidad el mascotismo, uno de los principales problemas que afecta al tráfico ilegal de fauna silvestre. Prevalecen aves (70%), y dentro de  los mamíferos figuran los monos Caí y Carayá. Éstos, al ser animales que andan en grupos, los traficantes primero matan a los adultos de la tropilla para luego llevarse a las crías para la venta. Varios crecen y atacan a su propietario. Muchos quedan en la calle.
Un ave muy requerida en el comercio ilegal, actualmente en peligro de extinción, es el cardenal amarillo, con su canto y color distintivos. En el caso de secuestro, son incorporados a un plan de cría para futuras reinserciones en el ambiente natural. Otro caso paradigmático es el de las tortugas terrestres. Están en peligro de extinción pero su aparición es frecuente en ferias y, sobre todo, en casas particulares. Se cree que pueden ser mascotas, se las relaciona con lo doméstico, pero en realidad su tenencia está prohibida. Mesa enfatizó: "Podemos ser muy eficientes en la fiscalización, control, y liberación de animales, pero es una estrategia que fracasará si no damos el salto como sociedad de saber que la fauna silvestre no es mascota. Es una cuestión de educación ambiental."
En el caso de loros y cotorras, aparte de ser ilegal su tenencia en caso de no contar con la documentación y aprobación oficial requerida, existe el riesgo de que porten enfermedades respiratorias, como la Psitacosis, que se transmite en el contacto con los ejemplares, o a través de su materia fecal.
Más de 50 especies están en peligro de extinción. El Tatú Carreta en Chaco, o el Macá Tobiano en Santa Cruz, son un ejemplo. Con lo que pueden llegar a toparse en un operativo es a veces sorprendente. “Hace dos años allanamos una casa y encontramos 40 víboras exóticas venenosas, muertas dentro del freezer”, detalló Mesa. El mercado ilegal de fauna silvestre fue cambiando en las últimas décadas. Claudio Bertonatti, ex director del zoológico porteño y consejero de la Fundación Vida Silvestre Argentina, contó que en los '80 "había contrabandos donde en cargamentos de Polonia llegaba un hipopótamo, o un elefante de África. Una impunidad absoluta, nadie denunciaba y había mucha corrupción. Si bien mermó en algunos rubros, como en monos, se pasó a algo encubierto: hoy se utilizan las redes sociales, ventas por vía electrónica. Y los traen como los trajeron siempre, por vía terrestre en cajas, o falsas encomiendas."
Silvia Révora, subsecretaria de Panificación y Política Ambiental de la SAyDS, hizo énfasis en el mascotismo: "Acá es como la droga, si no hay mercado no hay consumo y eliminás el trafico, pero lamentablemente se mueven millones de pesos." «

Multas que no escarmientan
"Las rutas cada vez están más liberadas al tráfico ilegal, pareciera que aumenta la demanda en las grandes ciudades”, opina Juan Martín Mastrapaolo, desde hace 23 años guardiafauna voluntario de Santa Fe, donde un mes atrás interceptaron junto a Gendarmería un camión que transitaba en cercanías a Rafaela con 200 loros habladores. Salieron de Santiago del Estero rumbo a los alrededores de Rosario, en vistas a ofrecerlos en ferias pueblerinas. Unos 27 ejemplares murieron en el viaje. Mastrapaolo describe que “los cargamentos vienen en vehículos particulares a altas horas de la noche y en micros de larga distancia, por cualquiera de las rutas”, y enfatiza en “la falta de una política Judicial que modifique las penas y las multas por estos casos que no siempre podemos manejar. Te cito el ejemplo de los loros decomisados. Según el infractor, a quien hice creer que era un testigo casual, el valor de 200 loros Habladores en el mercado es de entre $ 160 mil y $ 240 mil. Ahora, si vas al monto de la multa, verás que oscila entre 12 mil y 15 mil pesos, o sea, una burla. El tipo sigue eternamente traficando, es un negoción pagar en el monte 50 o 100 pesos cada loro y venderlo a $ 1200". En 2013 llevaron a cabo con su grupo unos 27 operativos en la provincia, donde encontraron varios monitos carayás, cientos de cueros de iguana y zorro, 237 tortugas terrestres, 1050 loros habladores, víboras Lampalaguas, boas Arco Iris, culebras verdes arborícolas, y decomisaron 2735 aves autóctonas.

Yaguaretés en peligro
La situación del yaguareté no es sencilla. En toda la Argentina sobreviven alrededor de 250 en estado silvestre, un 6% de los que hubo un siglo atrás. La cacería es una de las principales amenazas que sufre la especie en peligro crítico de extinción y declarada monumento nacional. Unos 50 habitan en Misiones. En febrero de 2012 un yaguareté (llamado Guacurarí), monitoreado a través de un collar electrónico, fue asesinado por cazadores furtivos en esa provincia. El 13 de agosto de 2012 murió otra hembra, atropellada por un micro de la empresa Aristóbulo del Valle en la Ruta Nacional 12, en un tramo que atraviesa el parque provincial Puerto Península. Es área protegida y no debía ir a más de 60 km por hora.
Nicolás Lodeiro Ocampo, presidente de Red Yaguareté, agregó el conflicto que se genera entre estos animales y los ganaderos, otra gran causa de muerte: "Estamos haciendo una experiencia en Misiones con corrales electrificados donde se resguardan terneros de hasta 300 kilos, vacas por parir y ejemplares enfermos. Con eso evitamos que el yaguareté se acerque a hacerles daño." El felino depredador muchas veces va hasta allí por falta de alimento en su zona. Ahí surge el tercer factor: la destrucción de su hábitat natural: "Es la principal causa de muerte, ellos necesitan miles de hectáreas para desarrollarse, por eso es tan importante la conservación de bosques y selvas", menciona Pablo Mesa, de la Secretaría de Ambiente de Nación.
La Red Yaguareté también trabaja con otras ONG y los distintos estamentos del Estado, para la creación del futuro Parque Nacional La Fidelidad en Chaco, donde vive una de las mayores poblaciones de tapires de l país. Son 100 mil hectáreas pertenecientes a un privado donde se detectaron múltiples especies, pero sólo en dos oportunidades vieron huellas de yaguaretés. Las Yungas, de Salta y Jujuy, algunas porciones del Chaco salteño, centro-oeste del Chaco formoseño, y el extremo noreste de Santiago del Estero, son las otras zonas donde divisaron. Los desmontes y cambios en el ecosistema también generan una disminución de la especie, mucho más expuesta al contacto con el hombre y con otros competidores por alimentos que antes no tenía en plena selva.
Para Emiliano Ezcurra, director del Banco de Bosques, "el primer paso es crear más áreas protegidas en el norte. Y después lo psicológico: el gobierno tiene que apostar fuertemente al orgullo nacional que significa el yaguareté, uno de los cuatro felinos del mundo que puede rugir. La India lo hizo con el tigre de bengala. Se extinguía hace 20 años y hoy tienen 1500".
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