Lo que tardará en recomoponerse las sierras cordobesas




30 años para resurguir de las cenizas

Fecha de Publicación
: 15/09/2013
Fuente: Día a Día
Provincia/Región: Córdoba


Ése es el tiempo que llevará recuperar los matorrales perdidos por las llamas. En dos años recién el verde le ganará al negro.
“Que 20 años no es nada” reza la letra de un famoso tango. Sin embargo para las maltratadas sierras cordobesas, ese tiempo será una eternidad. Especialistas consultados calculan al menos 30 años para recuperar las especies de árboles perdidas en el incendio que arrasó más de 50 mil hectáreas de la provincia. Y al menos dos para que el verde de los pastizales comience a ganarle al tétrico negro de los incendios.
“Todo depende de la superficie quemada, de la temperatura alcanzada y de las especies de ese lugar. Por lo general, los pastizales son las especies que más rápido se recuperan, por su capacidad de adaptación. El problema son los árboles nativos, el suelo y el agua”, informa Federico Kopta, integrante del Foro Ambiental Córdoba.
El tiempo para recuperar lo perdido es una de las formas de calcular los daños. Es estimativo porque los incendios no son un evento ocasional en Córdoba. Ocurren todos los años, en distintas intensidades. Pero las estrategias de remediación deben comenzar ahora mismo, coinciden todos, para reducir el impacto de las pérdidas en los principales recursos que tiene la provincia.
El suelo es uno de ellos. Adriana Abril, doctora en Biología de la Cátedra de Microbiología de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), explica: “El fuego afecta la materia orgánica del suelo. Es toda la superficie que aporta los nutrientes para que la vegetación se desarrolle. Además de la fertilidad, es la que permite retener el agua de las lluvias. Sin este sustento, hay mayor peligro de inundación”.
La especialista dirigió trabajos que midieron el suelo en la zona de Chancaní. “Los datos provisorios indican que después de un incendio se pierde hasta dos centímetros de suelo. Con cada incendio, los suelos van perdiendo más su capacidad de producción”. Sembrar pastizales en esas superficies y evitar el ganado en áreas quemadas son soluciones que no pueden esperar (ver aparte).
Sin paraguas. Las llamas arrasan con todo lo que se les cruza en el camino. Troncos partidos y quemados son postales de la desolación. “La vegetación cumple muchas funciones en las sierras– agrega Kopta–. Evita que las gotas de lluvia impacten sobre el suelo y se disgreguen. Impide que el suelo sea arrasado, pendiente abajo. Y retiene el agua en las napas subterráneas para que tengamos provisión en estaciones secas”.
Para Ana Cingolani –doctora en Biología y miembro de la Cátedra de Biogeografía de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC– cuanto menos bosque, más chances de incendio. “Podríamos controlar la extensión de las llamas si armásemos cortinas con árboles nativos. El fuego tiende a evitar los bosques frondosos porque debajo de cada árbol hay vegetación que no son pastizales. El problema es que estas especies nunca alcanzan altura. Porque hay incendios cada dos por tres”.

Qué hacer
Sembrar pastizales autóctonos. Adriana Abril, doctora en Biología, recomienda desparramar semillas de pastizales para cubrir lo antes posible el suelo y evitar que éste se pierda. Una buena opción sería hacerlo mediante un avión. No se recomiendan pastizales exóticos.
Reforestar con especies autóctonas. Esto será posible recién después de haber recuperado la fertilidad del suelo. Ana Cingolani, doctora en Biología, recomienda sembrar especies autóctonas como molles, manzanilla de campo, tala y espinillos. Lo ideal es formar cortinas de árboles altos. Estos actúan como barrera ante los incendios.

Qué no hacer
Reforestar con especies exóticas. Los árboles que no son oriundos de esta región le quitan fuerza a los nativos. Crecen más rápido porque tienen menos plagas y compiten por el aire y el agua. No se recomienda reforestar con pinos. Sus raíces absorben mucha agua y la resina avivan las llamas de un incendio.
Permitir el pastoreo en zonas quemadas. Las vacas y otro tipo de ganado favorece la erosión del suelo. Primero, porque comen la materia orgánica que puede servir para recuperarlo. Y además, porque al pisarlo adelanta el proceso de erosión. Lo ideal sería suspender la ganadería en las zonas que han sido incendiadas.
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