La recolección de residuos en el 2012 no fue buena

Admite la Ciudad que 2012 fue el peor año para la recolección de residuos

Fecha de Publicación
: 22/01/2013
Fuente: La Nación
Provincia/Región: Capital Federal


Para la administración de Mauricio Macri, 2012 fue el peor año en materia de gestión de los residuos urbanos . Y lo que el ciudadano experimenta en las calles a diario el propio gobierno porteño lo admite.
"Fue el año más crítico para la recolección de la basura en la ciudad durante toda esta gestión, sobre todo en el segundo semestre. Hubo 18 bloqueos y paros, y un sinfín de problemas. Por cada día perdido, necesitamos otros tres para dejar las calles limpias. Y la basura se acumuló en las esquinas. Estamos a mitad de camino y estoy orgulloso de la batalla que estamos dando", reconoció a LA NACION el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli.
Mientras se discute la nueva licitación por la recolección de residuos porteños, que será de 30.000 millones de pesos por diez años de concesión, las críticas por la acumulación de residuos -que arreciaron luego de que se conocieran los fuertes aumentos en el ABL porteño- llevaron a Macri a designar a un funcionario de su confianza, Edgardo Cenzón, para intentar revertir esta historia.
La falta de higiene persiste: bolsas negras, verdes y blancas con un "popurrí" de residuos de comida, papel y botellas plásticas desbordan los contenedores y hacen pensar que la separación en origen es todavía una utopía. Las bolsas quedan apiladas o desperdigadas en las esquinas, donde el sol del verano calienta los residuos, con lo que se propagan los malos olores y los riesgos que eso conlleva.
Si bien la colocación de contenedores negros en el 63% de la Capital ordenó bastante el retiro de basura domiciliaria, la recolección tiene serias falencias operativas. Y si a esto se suma que muchos vecinos aún no asumieron el compromiso de retirar la basura en el horario permitido (de domingos a viernes, de 20 a 21), se explica que la ciudad siga tan sucia.
Lideran el ranking de barrios que generan más residuos Recoleta, Monserrat, Retiro, San Nicolás, San Telmo, Constitución y La Boca, donde en diciembre pasado, por ejemplo, se recolectaron 33.543 toneladas, el 25% por ciento de lo que generan los domicilios porteños por mes. El micro y macrocentro se caracterizan por la alta concentración de basura, ya que allí conviven frentistas, encargados de edificios, dueños de restaurantes y los cartoneros.
Según datos de Ambiente y Espacio Público, las principales anomalías en la labor de las empresas de recolección en aquellos barrios son la falta de vaciado de los contenedores y la mala recolección de los residuos entorno a éstos. Prestan hoy servicio Cliba, Níttida, Integra, Urbasur y AESA. Esta última fue muy cuestionada en diciembre.
Los frentistas también incumplen a menudo su responsabilidad: sacan la basura fuera de hora, en ocasiones no la depositan en los contenedores o bien dejan objetos voluminosos dentro de ellos, como muebles y electrodomésticos.

Aumentaron las quejas
El presidente del Ente Único Regulador de Servicios Públicos, Lisandro Ferrali, dijo que hubo un incremento de "casi el 350%" en las denuncias de los usuarios por el servicio de higiene urbana, que se profundizó desde la instalación de contenedores.
En una recorrida que realizó LA NACION se advirtió que la suciedad es recurrente en numerosos barrios. Y la situación empeora donde no hay contenedores, pese a que cuando la basura se acumula en ellos, incluso las palomas hacen una parada obligada para comer los desechos de las bolsas abiertas.
"La ciudad está hecha un desastre: Si no, mirá lo que es esto: tiene que dar vergüenza que los turistas se paren a retratarlo", decía, molesta, María Eugenia Fermín, vecina de Recoleta, delante de un contenedor rodeado de restos de papeles y cartones, en Arroyo y Suipacha.
Si bien son muchas las zonas abarrotadas de residuos, el Barrio Chino, en Belgrano, cumple con todas las irregularidades en cuanto a la higiene. Allí, los comerciantes sacan los residuos a cualquier hora, incluso desechos de pescadería que causan olores nauseabundos. Los visitantes tiran los desperdicios en los pocos cestos que hay en las tres cuadras de Arribeños, entre Juramento y Blanco Encalada, y los papeles terminan en la calle.
Según fuentes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, en este lugar hay refuerzos de recolección y los camiones pasan a retirar los residuos varias veces al día. LA NACION constató, el viernes pasado, que en la esquina de Mendoza y Arribeños, por ejemplo, la basura comenzó a acumularse al mediodía. Y cerca de las 20, la pila había crecido notablemente, pero ningún camión había pasado a retirarla.
Sobre las soluciones proyectadas, Santilli dijo: "Tenemos un máster plan que prevé doble contenerización en la ciudad, el trabajo con las cooperativas de recuperadores urbanos para la gestión del material reciclable y con los grandes generadores, la construcción de plantas de tratamiento y la concientización de todos los actores". Y a pesar de la crítica situación, prometió: "Voy a terminar mi mandato como ministro con un antes y un después en el servicio de recolección".
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