Arrocera: quejas del productor

Eduardo Meichtry: “Todo lo que nos hicieron es injusto”

Fecha de Publicación: 02/09/2010
Fuente: Chaco Día por Día
Provincia/Región: Chaco



Así lo asegura el dueño de las explotaciones cuestionadas en las denuncias por contaminación ambiental y humana que obligaron a paralizar las fumigaciones durante 90 días, con un escándalo policial de por medio.
Diario Norte, a través de sus enviados especiales, señala que la frase corta, pero contundente, pertenece a Eduardo Meichtry, dueño de las arroceras San Carlos y Cancha Larga ubicadas en Las Palmas y La Leonesa, dos poblados tan cercanos geográficamente como unidos
Por primera vez desde la agudización del conflicto, el empresario entrerriano contó su verdad y defendió las prácticas agrícolas.
Además, habló del proyecto para construir un muelle propio sobre el río Paraguay, a fin de dar salida directa a la producción de arroz. Sin embargo advirtió que la empresa “no tiene posibilidades de subsistir” sin realizar una campaña y, por tanto, peligra la continuidad de las fuentes laborales.
Con visión estratégica, Eduardo Meichtry asegura que el futuro “gran polo arrocero” se desarrollará entre las provincias de Chaco y Formosa, sobre los ríos Paraguay y Bermejo, dos vías navegables inmejorables para sacar la producción a bajos costos.
“Este es el lugar lógico para manejar el arroz”, subraya. Sin embargo, el proyecto - por ahora - está interrumpido. Es que, a pocos días de la fecha óptima para iniciar la siembra de arroz en el país, todavía rige la veda para las fumigaciones sobre las dos principales explotaciones de la provincia, que concentran el 50 por ciento de la producción de arroz que sale del Chaco.
“Imaginarse hoy una producción sin agroquímicos sería lo mismo que imaginar la medicina sin remedios”, compara el empresario arrocero en una extensa charla. En su casa, ubicada en las afueras de La Leonesa, y acompañado por su familia, Meichtry aceptó el diálogo y cuestionó duramente las denuncias del grupo de vecinos porque aseguró que no existen pruebas contundentes del incremento de casos de cáncer y malformaciones, o de la contaminación ambiental que le imputan.
También el dueño de las arroceras habló de la medida cautelar que le impide fumigar y que podría “caer” en estos días si la justicia acepta los resultados del estudio de impacto ambiental presentado hace tiempo por las empresas. Sin embargo, fue cauto y prefirió no entusiasmarse con la posible caducidad de la prohibición. “Si se llegó a esta situación también puede seguir porque indudablemente esto no pasa por criterios científicos de investigación, sino que va por otros andariveles”, enfatiza.

La prohibición
La medida cautelar dictada el pasado 29 de abril por el Juzgado Civil y Comercial 14 de Resistencia ordenó suspender las fumigaciones aéreas con agroquímicos en las arroceras San Carlos SRL y Cancha Larga S.A., ambas del Departamento Bermejo. La disposición tendrá vigencia hasta tanto se realice un estudio de impacto ambiental que deberán presentar ambos establecimientos en un plazo máximo de 90 días. Cumplida la exigencia, la justicia deberá definir ahora si caduca o no la medida cautelar.
“No tenemos la seguridad de que la medida cautelar caiga. Pero como los tiempos corren, lo que hicimos hasta ahora fue preparar los lotes para el cultivo. Tenemos todo el sistema de riego en condiciones, pero hasta que la medida no se defina no podemos hacer absolutamente nada”, sostiene en un tono monocorde y pausado que, si bien denota tranquilidad, también deja ver preocupación e incertidumbre.
A la hora de analizar el impacto de la medida judicial, el empresario explica que no sólo impide la siembra en la zona cercana a los pueblos, sino que va hasta una distancia de 8 a 10 kilómetros de la zona urbana. “Nos anula totalmente la posibilidad de trabajar”, remarca. Y lamenta que en este panorama y con la prohibición de realizar el tratamiento necesario con agroquímicos de nada sirven las buenas perspectivas del mercado arrocero mundial.
“En estos últimos años el cultivo anduvo bien y hay problemas de producción en Asia que se están reflejando en los demás mercados, pero todo esto no sirve si nosotros no tenemos resuelto este problema”, argumenta. “Ni siquiera podemos intentar una siembra si no tenemos la seguridad de poder proteger el cultivo de plagas y malezas”, agrega.

Sin razones ni pruebas
“La incertidumbre que tenemos es porque todo esto llegó sin una razón valedera. De todo lo que se dijo no hay ninguna prueba: ni de contaminación de agua y suelos, ni de enfermedades en la población”, subraya Meichtry. Así, tras remarcar que la medida cautelar interpuesta por los vecinos fue aceptada por la justicia a pesar de no existir certezas, recuerda que sus emprendimientos tienen el apoyo de múltiples organismos públicos como Sanidad Vegetal, la Administración Provincial del Agua, la Subsecretaría de Medio Ambiente y de los cuatro intendentes de las localidades del departamento Bermejo.
Sin embargo, pese a ese respaldo político local y provincial que él propio admite y valora, Meichtry lamenta que la justicia chaqueña dio curso a la medida. “Por sentido común esto no debería estar pasando, pero es una realidad. Entonces, con el mismo criterio, si se llegó a esta situación también puede seguir porque indudablemente esto no pasa por criterios científicos de investigación, sino que va por otros andariveles que nosotros no estamos en condiciones de evaluar”, afirma.
“En los últimos años tuvimos el apoyo de los dos últimos gobiernos radicales y del actual, que lo manifestó en varias oportunidades. Tenemos además un trabajo con el INTA de investigación en arroz en nuestros campos, que tiene más de 10 años”, expone.
Y enseguida reafirma: “Demostramos a través de un trabajo de impacto ambiental serio, del que participaron varias universidades, que nuestra actividad es sustentable en términos abióticos y bióticos, y que no estamos provocando daños en el medioambiente”.

Sin presión social
Si bien los últimos tiempos no fueron fáciles, Meichtry asegura que en ninguna de las localidades del departamento Bermejo existe presión social ni resistencia a los emprendimientos arroceros.
“Hay sólo un grupo de personas que está en este tema por distintos motivos: por intereses económicos o por internas políticas. Pero nosotros no sentimos para nada un rechazo de la población hacia nuestra actividad”, afirma finalmente.

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