Tucumán está rodeada de basurales

San Miguel de Tucumán está rodeada de basurales

Fecha de Publicación: 23/03/2009
Fuente: La Gaceta
Provincia/Región: Tucumán



La plaza Independencia quedaría bajo 1,5 metro de basura si se depositasen allí todos los residuos sólidos urbanos que fueron arrojados en los alrededores de la capital. Galería de Imágenes y Videos.
La problemática de los residuos sólidos urbanos (RSU) ha vuelto al ruedo de la polémica. La Legislatura modificó la ley sobre la gestión de la basura y devolvió a las municipalidades su responsabilidad respecto de la disposición final, aún en contra del airado rechazo del intendente de la capital, Domingo Amaya. Y el viernes, el secretario de Ambiente de la Nación, Homero Bibiloni, advirtió que ese traspaso fracasará si no hay un presupuesto acorde. Ahora bien, si el contexto político respecto de esta cuestión se encuentra enrarecido, el contexto geográfico está varias veces más contaminado.
Un relevamiento realizado por LA GACETA muestra que San Miguel de Tucumán está rodeada por un cordón de basurales a cielo abierto, cuyo volumen de RSU es tal que podrían cubrir plaza Independencia con una altura de 1,5 metro. Esta basura tiene origen en los municipios de Famaillá, Tafí Viejo y San Isidro de Lules, más las comunas de El Manantial y San Pablo, que arrojan a diario en vaciaderos a cielo abierto 165.000 kilos de RSU. Con eso, en dos semanas, el principal paseo público de la provincia desaparecería bajo una montaña informe y pestilente de desechos.
En estas toneladas de basura puede encontrarse de todo. Desde pañales descartables hasta restos de comida, envases de plástico, latas, carcasas de computadoras y de electrodomésticos. Y, lo más grave, también se hallan resIduos patógenos, capaces de afectar la salud de las poblaciones cercanas.
En las cinco administraciones mencionadas, los RSU no reciben ningún tipo de tratamiento. Los camiones llegan a los vaciaderos, descargan los desechos y en cuestión de segundos, familias completas buscan algo que les sirva, ya sea para vender en el mercado de los reciclados (papel, plásticos, vidrios y metales) o para comer.
Debido a numerosas denuncias vecinales, LA GACETA estuvo en los cinco predios en donde se arrojan estos desechos y constató, en dos ocasiones, que no se les efectúan los procesamientos adecuados, por lo que conservan un alto poder contaminante.

Postales de otro país
El predio de tres hectáreas que arrienda el municipio de Famaillá se encuentra a 15 minutos del centro de esa ciudad, hacia el este, y a 100 metros del río homónimo. Hasta allí se llevan unas cinco toneladas diarias de desechos. El hedor es insoportable y, mientras mujeres, niños y hombres separan algo que les pueda servir, una máquina del municipio procura tapar con tierra la apestosa descarga.
“Hace mucho que vengo: busco algo que sirva para dar de comer a mis animales. Llego temprano para estar cuando vienen los camiones y, por suerte, nunca me enfermé”, sostuvo César Olmos, quien recuerda en voz alta que alguna vez tuvo empleo y un sueldo. Con mirada esquiva, vestido con lo que alguna vez fue ropa de trabajo, confiesa que nunca imaginó que ahora subsistiría de lo que otros desechan.
Esta realidad no es desconocida por las autoridades municipales. “Lo que se hace hoy es insuficiente, por eso compramos un terreno de cinco hectáreas en donde haremos una planta de clasificación y crearemos una cooperativa para organizar a quienes aprovechan lo reciclable. Por ahora, sólo tapamos los desechos con tierra”, manifestó el secretario de Obras y Servicios Públicos famaillense, Carlos Bouriek.

Cerca de la Quebrada
San Isidro de Lules envía el 80 % de sus RSU a la planta procesadora de Pacará Pintado. El resto va a parar a un terreno ubicado a 200 metros del puente carretero. La presencia de este basural ya provocó problemas de salud a las familias pobres que viven a sólo 200 metros de allí. De esto dan fe Paola Lobo y Dolores Cuello: los hijos de ambas sufrieron afecciones en la piel.
“Estamos cansadas: reclamamos pero nadie nos escucha. Los olores son insoportables y es peor cuando queman la basura. A veces, debimos apagar el fuego, porque se acercaba a las casas”, contó una. “Siempre discutimos con los choferes de los camiones, pero ellos no tienen la culpa”, admitió la otra.
Los ojos de Dolores reflejan el enojo y la impotencia que sienten al tener que vivir a metros del vaciadero. “Es terrible. Tenemos que estar pendientes todo el día de que nuestros niños no se acerquen a las montañas de basura. Esto no es vida y no podemos irnos porque somos pobres y vivimos aquí desde hace muchos años”, señaló.
Cuando este diario consultó sobre esta situación al subsecretario de Obras Públicas del municipio luleño, Luis Cipriano, él manifestó que desconocía lo que estaba sucediendo. “Haré las consultas y luego me comunicaré con ustedes. Hace poco que asumí en el cargo”, dijo. LA GACETA intentó contactar a funcionarios de rango superior, pero ninguno dio respuestas.

En medio de las moscas
Las comunas de San Pablo y El Manantial arrojan los desperdicios que recogen a diario en un mismo terreno de la localidad de Ohuanta. Las imágenes de ese basural resultan impactantes. Se obtienen de tres hectáreas de basura esparcida a cielo abierto, sin tratamiento alguno, y con decenas de personas encima, sin ninguna protección, esperando la carga infestada que llega en un camión o en un tractor con acoplado. Mientras LA GACETA estuvo allí, dos camiones -uno de El Manantial y otro de San Pablo- descargaron sus residuos allí.
Sin descanso, la faena de los “recicladores” se hace a destajo, con miles de moscas zumbando y revoloteando alrededor. Es la rapidez lo que diferencia a uno de otro. Los más veloces no pierden tiempo en separar lo que sirve de lo desechable. En la categoría de lo que puede ser útil se incluye desde lo que puede venderse ahora a bajo precio hasta lo que puede recuperarse para el uso familiar. Entre estas últimas cosas hay utensilios, ropa, calzado e incluso, alimentos desechados por otros.
“Vivo aquí desde hace dos años: no tengo luz, ni agua, ni nada. Mucho menos tengo un trabajo decente. Con lo que junto, le doy de comer a mi familia. Nadie nos tiene en cuenta”, confesó Juan José Galván, un hombre entrado en años, con el rostro y las manos curtidas por la basura. Su precaria casa, a metros de las montañas de RSU, carece de los más básicos servicios y sólo le garantiza ser el primero cada vez que llega un camión.
“Se hace lo que se puede”, dice el comisionado comunal de El Manantial, Héctor Ferreira. “Alquilamos el terreno junto con San Pablo y estamos rellenando cavas. Desinfectamos el lugar una vez al mes, pero no alcanza. Es insuficiente pero no puedo hacer otra cosa, por eso estamos trabajando para mejorar la situación, con el asesoramiento de la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia”, afirmó.
Por su parte, el delegado comunal de San Pablo, Daniel Castro, precisó que el acuerdo por el arrendamiento de ese terreno fue firmó durante la gestión anterior, cuando el comisionado era Marcos Ruiz. “En nuestro caso, el alquiler es pagado por Citrusvil, que colabora con la comuna haciendo ese aporte”, agregó.

Vertedero taficeño
Un camino vecinal permite acceder al terreno donde el municipio de Tafí Viejo lleva la basura. El inmueble dista dos kilómetros del emprendimiento habitacional Lomas de Tafí, hacia el oeste. Este terreno cuenta con cerca perimetral, iluminación y casilla de vigilancia.
“Dejó de ser un vaciadero y lo transformamos en un vertedero. Los camiones ingresan y llevan el RSU a un lugar predeterminado. Luego, los recolectores informales separan todo lo que pueden reciclar. Posteriormente, una máquina cargadora mezcla con tierra lo que queda y eso se deposita en unas cavas. Finalmente, sobre ese material se arroja más tierra, así reducimos su acción contaminante”, detalló Carmen Serpa, secretaria de Obras Públicas del municipio taficeño.
Sin embargo, ese trabajo es insuficiente según Norberto Primo, de la asociación ecologista ProEco, de Tafí Viejo, entidad que realizó un trabajo de caracterización de estos residuos.
“La actividad puede estar ordenada, pero el material no es tratado adecuadamente. Se sigue contaminando y poniendo en riesgo a la población”, explicó.

“Vamos bien”
El deficiente tratamiento de la basura en estas administraciones es conocido por el Secretario de Medio Ambiente de la Provincia, Alfredo Montalván.
“El año pasado capacitamos a personal de municipios y comunas sobre cómo deben tratar los desechos. Por esa razón, este año deben diseñar un plan para convertir los vaciaderos en vertederos controlados. Eso es lo que estamos haciendo en Tafí Viejo, lo que pusimos en marcha en el predio de El Manantial y de San Pablo, y lo que esperamos hacer en Famaillá. Es una tarea a largo plazo y compleja, en la que necesitaremos de la ayuda de la Nación, y creo que vamos bien”, analizó.

Estadísticas y definiciones
- VOLUMENES.- Entre los 60.000 habitantes de Tafí Viejo, los 50.000 de Famaillá, los 30.000 de El Manantial, los 15.000 de San Pablo y los 30.000 Lules, se generan a diario 156.000 kilos de basura.
- LIQUIDOS LIXIVIADOS.- Están compuestos por benceno, tolueno, cloruro de vinilo, xileno, arsénico, cadmio, plomo, mercurio y tricloroetileno. Pueden afectar el sistema nervioso central y periférico, el inmunológico y los aparatos gastrointestinal, respiratorio, renal y hepático, según la OMS.
- EFECTOS DE LOS GASES.- Los gases de los basureros están compuestos por metano, dióxido de carbono y mercurio. Estos pueden afectar los aparatos respiratorio, cardiovascular, más daños renales y hepáticos.
- RESIDUOS PATOGENOS.- Son los derivados de actividades sanitarias y proceden de hospitales, clínicas, laboratorios de análisis clínicos y laboratorios de investigaciones biológicas. Estos residuos se caracterizan por la presencia tanto de gérmenes patógenos como de restos de medicamentos.
- RESIDUOS DOMICILIARIOS.- Se presentan en dimensiones manejables y generalmente en recipientes más o menos normalizados (bolsas y contenedores) Comprenden los residuos procedentes de viviendas, de la limpieza de calles y veredas, de zonas verdes y de los establecimientos industriales y comerciales cuando son asimilables a los residuos domiciliarios (por ejemplo: material de oficina y restos de comedores de empresas) .
- RESIDUOS INDUSTRIALES.- Son generados en cualquier actividad industrial y deben depositarse en recipientes adecuados, debido a que –en general- está prohibido su vertido en el alcantarillado público, en el suelo, en el subsuelo y en los cauces de ríos.

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