Cómo se reparte el negocio de la soja

Cómo se reparte el negocio de la soja

Fecha de Publicación: 16/03/2008
Fuente: Clarin
Provincia/Región: Nacional


El Fisco, los dueños de la tierra y las fábricas de agroquímicos se distribuyen la torta con los chacareros. Por: Matías Longoni
Distintas voces del Gobierno han intentado descalificar el paro agropecuario argumentando que los productores están ganando "más plata que nunca". Se trata de una verdad a medias, ya que es cierto que quienes producen soja han tenido años de elevada rentabilidad, gracias a los altísimos precios internacionales del poroto. Pero el planteo hace quedar a los chacareros como los únicos que ganan dinero. Empezando por el Estado, que ahora se apropia por vía de retenciones de más del 40% de esa torta, hay muchos otros sectores que se llenan los bolsillos con la soja.
Los números son los siguientes: las 47 millones de toneladas de soja que se esperan para este año valdrían hoy a precios internacionales (US$ 515 por tonelada) unos US$ 24.200 millones. Si esas cotizaciones no se movieran en lo que queda del año, y así la retención móvil pautada por Economía permaneciese en torno del 44%, la recaudación del Fisco treparía a US$ 10.600 millones. No es mala la figura que utilizan los dirigentes rurales para mostrar la situación: de cada 10 camiones cargados con soja que salen del campo, más de 4 van a parar al Estado, que sin duda es el gran ganador.
¿Y qué pasa con los 6 camiones restantes? Por cierto, que no toda esa soja es ganancia para los chacareros. Para empezar porque, para producirla, han debido invertir cuantiosas sumas en semillas, tractores, agroquímicos y fertilizantes. Aquí aparece otro sector que gana con el boom de la soja: las empresas proveedoras de todos esos insumos, muchas de las cuales son multinacionales, facturarán no menos de US$ 7.000 millones esta campaña.
Pero no son esas firmas quienes más ganan con la soja, sino los propietarios de las tierras productivas. Según estimaciones oficiales, cerca del 70% de la producción de soja proviene de campos que han sido alquilados por sus dueños a productores, que pagan con parte de su producción. El especialista Eduardo Manciana calcula que, por el alto valor de los arrendamientos, hoy ganan más quienes alquilan sus tierras que quienes las trabajan.
Finalmente, después de la cosecha, los productores afrontan un costo de comercialización: camioneros, acopiadores, cooperativas, exportadores, fábricas aceiteras e intermediarios también obtienen un margen de ganancia por el trabajo de sacar la cosecha de soja de los campos.
Para entender esta dinámica lo mejor es hablar como hablan los del campo: en quintales (100 kilos). Un chacarero que alquila un campo para soja le asegura al propietario una suma fija de 15 quintales por hectárea (promedio nacional). Luego debe invertir entre 8 y 9 quintales en insumos, y 6 a 7 quintales en costos de comercialización. Conclusión: sus costos fijos oscilan entre 29 y 31 quintales por hectárea. Debe sacar un cosechón para salir hecho. Y si no llueve bien, hasta corre el riesgo de perder plata. La Secretaría de Agricultura indica que en 2007 la productividad media nacional en soja fue de 29,5 quintales. Para los chacareros, que cargan con todos los riesgos, los números son bastante finos.
El economista Daniel Assef, de Coninagro, explica que como los precios serán fijos y los costos serán móviles, lo que sucederá rápidamente es que se achicará el margen de ganancia que le queda a los productores después de pagar al Estado, los dueños de las tierras, las empresas de insumos y la cadena de comercialización. "Enton ces lo que termina pasando es lo mismo que ocurrió en los 90: los productores buscarán más escala para reducir sus costos fijos, lo que implica más concentración, o achicarán su paquete tecnológico", asegura.

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